3. Desarrolla, educa y estimula nobles
sentimientos: estéticos, religiosos,
sociales, morales. Enseña a valorar y
descubrir emociones. La música y
particularmente el canto practicado
por los estudiantes, disciplina las
mentes y forma en el estudiante la
práctica de la responsabilidad y la
solidaridad, cualidades que hacen del
hombre un ser privilegiado, útil a sí
mismo, a la familia, a la sociedad, a la
patria.
4. Refresca el pensamiento y entona el
espíritu, es decir, Pues le permite proseguir
con mayor entusiasmo y provecho otras
actividades. Despierta las aficiones
artísticas de los alumnos para la música y el
canto. Ayuda a desarrollar la capacidad
auditiva. Proporciona la calma necesaria
para la atención y la concentración que los
hará más receptivos, trayendo como
consecuencia el aumento de su capacidad
de aprendizaje.
5. Favorece la socialización.
Desde las primeras
experiencias en el campo de
la actividad musical, se exige
la participación e integración
de los estudiantes, que
contribuya al desarrollo de
valores sociales que nunca
más serán desconocidos
unos para otros si han
cantado juntos. Ser músico
es una mezcla de placer y
responsabilidad