El tiburón blanco es una especie en peligro de extinción que ha evolucionado poco desde la prehistoria. Se alimenta en solitario debido a que no tiene depredadores naturales, excepto la orca. Ataca a presas a solo tres metros de profundidad, aunque el ataque registrado más profundo fue a 25 metros. Se alimenta principalmente de grandes peces, tortugas, focas, leones marinos, otros tiburones, pequeñas ballenas y delfines, usando sus más de 3000 dientes para desgarrar a sus presas