El baño al aire libre es una práctica que consiste en bañarse en aguas naturales como ríos, lagos u océanos, aprovechando los beneficios que aporta el contacto con la naturaleza. Además de ser una actividad relajante y placentera, tomar baños de sol o en aguas frescas puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea, reducir el estrés y estimular el sistema inmunológico.