San Marcelino Champagnat nació en 1789 en Francia. Jamás asistió a la escuela de niño debido a los malos tratos de un maestro, por lo que fue educado por su tía monja. Hasta entrar al seminario en 1805, trabajó como pastor. Dejó como enseñanza principal el amor por María y por los demás, practicando la humildad, el respeto y la solidaridad con los demás.