1. 4019550871220Una de las ideas más establecidas en nuestra sociedad es que las razas humanas representan categorías naturales de personas, algo así como lores que se indican mediante un código de colores: blanco, negro, rojo, amarillo. Desde temprano nos identificamos con una de estas categorías, como si fueran una propiedad constitutiva o innata. Detrás de esta noción se esconde la idea de que se comparten más rasgos con las personas de la propia categoría que con las demás. Pero, ¿sustenta la ciencia la noción de raza?<br />Si se analiza la variación en un conjunto de caracteres humanos, es posible hallar que las poblaciones de una región geográfica determinada se parecen más a sus vecinos que a otras poblaciones geográficamente más alejadas. Sin embargo, nuestra especie no puede subdividirse en compartimientos estancos como las subespecies zoológicas. Tanto si observamos las características externas como si estudiamos los genes, los resultados concuerdan: la variación de esas características es gradual, conforme a un gradiente geográfico, por lo que resulta arbitrario establecer cualquier límite. Los arquetipos raciales que conocemos no describen antepasados puros, sino que constituyen representaciones simbólicas de la variación actual en sus expresiones externas.<br />No es posible establecer con certeza cómo y cuándo se establecieron los patrones de distribución de la variabilidad que se observan actualmente en nuestra especie, pero tanto los datos paleontológicos como los moleculares sugieren que toda esa variabilidad tiene un origen muy reciente. Una prueba de ello es que dos gorilas o dos chimpancés, tomados al azar, están mucho más alejados genéticamente entre sí que dos humanos de cualquier procedencia. Por otra parte, si se analiza un conjunto amplio de caracteres, incluso aquellos que por lo habitual no se toman para definir la pertenencia a una “raza”, se puede observar que, en muchos casos, la variabilidad entre individuos “de una misma raza” es mayor que la que se observa entre individuos “de distintas razas”. Este análisis genético pone de manifiesto que la noción de raza carece de significado biológico, ya que las diferencias que se perciben como esenciales (color de piel, tipo de cabello, etc.) son despreciables frente a la gran variabilidad global existente entre individuos.<br />Más que cualquier otra especie animal, la especie humana se caracteriza por un espectro continuo de variaciones en el cual las únicas fronteras verdaderas son de orden cultural. En la actualidad, la mayoría de los antropólogos coinciden en que la existencia de razas biológicas humanas es un mito. Sin embargo, la idea persiste en muchas formas: el hecho de que las razas no existan no impide que exista el racismo. Resulta claro que aunque las ideas científicas en este campo se modifiquen y nuevos modelos de ciencia sustenten el concepto de razas biológicas en nuestra especie o alguna otra categoría semejante, ello nunca debería considerarse un argumento que justifique la legitimación de posiciones racistas o discriminatorias de cualquier tipo.<br />La fobia hacia las minorías, la magnitud de las desigualdades económicas, el deterioro de la trama social, la desconfianza hacia los inmigrantes, las diferencias religiosas, entre otras, están en la base de las posturas racistas.<br />HORALUNESMARTESMIERCOLESJUEVESVIERNES8h00Bases biológicasBases biológicasComputaciónTeorías y sistemas psicológicos9h00Ps. Del desarrolloPs. del desarrolloComputaciónPs. de la familia19h00computaciónTeorías y sistemas psicológicosPs. De la familia.Bases biológicas20h00Ps. De la familia.Teorías y sistemas psicológicosPs. Del desarrollo<br /> fx=a0+n=1∞ancosnπxL+bnsinnπxL <br />