1. Salmos 69
4 Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin
causa; Se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener
por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé? He venido pues á pagar lo que no he
tomado.
5 Dios, tú conoces mi insensatez, Y mis pecados no te son ocultos.
(PDT) Tú conoces mis tonterías; ¡no te puedo esconder mis errores!
6 No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, oh Señor Jehová de
los ejércitos; No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.
(DHH) Señor, Dios todopoderoso,¡que no pasen vergüenza por mi culpa los
que confían en ti!Dios de Israel,¡que no se decepcionen por mi causa los que
con ansia te buscan![h]
7 Porque por amor de ti he sufrido afrenta; Confusión ha cubierto mi rostro.
(DHH ) Por ti he soportado ofensas; mi cara se ha cubierto de vergüenza;
8 Extraño he sido para mis hermanos, Y desconocido para los hijos de mi madre.
9 Porque me consumió el celo de tu casa; Y los denuestos de los que te
vituperaban cayeron sobre mí.
(CJ) pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos de los que
te insultan
10 Lloré afligiendo con ayuno mi alma, Y esto me ha sido por afrenta.
(NVI) Cuando lloro y ayuno, tengo que soportar sus ofensas;
11 Puse además cilicio por mi vestido, Y vine a serles por proverbio.
(NVI) cuando me visto de luto, soy objeto de burlas.
2. Job4:5
• Te acobardas y pierdes el valor ahora que
te toca sufrir?
• NVI ¡ahora que afrontas las calamidades,
no las resistes!; ¡te ves golpeado y te
desanimas!
3.
4.
5.
6. Juan cap. 11:1, 3 y 4.
1 Había un hombre enfermo llamado Lázaro, que
era de Betania, el pueblo de María y Marta, sus
hermanas.
2 María era la misma que ungió con perfume al
Señor, y le secó los pies con sus cabellos.
3 Las dos hermanas mandaron a d ecirle a Jesús:
"Señor, tu amigo querido está enfermo."
4 Cuando Jesús oyó esto, dijo: "Esta enfermedad
no terminará en muerte, sino que es para la
gloria de Dios, para que por ella el Hijo de Dios
sea glorificado."
7.
8. 2Co 3:16-18
16 Pero cuando se conviertan al Señor, el
velo se quitará.
17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde
está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria
del Señor, somos transformados de gloria
en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor.