La contaminación del aire aumenta los niveles de ozono nocivo en la superficie, lo que puede causar cáncer de piel y reducir la efectividad del sistema inmunológico en los seres humanos. También puede provocar la pérdida de fitoplancton en los ecosistemas acuáticos y causar cáncer de piel en animales, reducir la resistencia de las plantas y problemas en la fotosíntesis en los ecosistemas terrestres.