2. San Ezequiel Moreno y Díaz O.A.R. (Alfaro, 9 de abril de 1848 -
† Monteagudo, Navarra, 19 de agosto de 1906) fue un
sacerdote agustino recoleto español, venerado como santo en la Iglesia
católica. Hoy, el Santo es invocando como patrón de los que padecen
cáncer.
Profesó en los Agustinos Recoletos el 21 de septiembre de 1864
en Monteagudo (Navarra), donde llegó a ser prior del monasterio. Fue
ordenado sacerdote en Manila (Filipinas) el 3 de junio de 1871 y llegó a
ser un misionero reconocido. Sirvió como vicario Apostólico de
Casanare y fue nombrado Obispo de Pinara (Colombia) el 23 de
octubre de 1893. Fue obispo de Pasto (Colombia) el 2 de diciembre de
1893. Fue querido en su diócesis por su generosa caridad. Juan Pablo II
lo proclamó santo en 1992.
3. Ezequiel, con dieciséis años, tomó en 1864 el hábito agustino recoleto en el noviciado de
Monteagudo, y pasó dos años después al Teo logado de la orden en Marcilla, también en
Navarra. En aquellos años, dramáticos para la Iglesia y para el papado, España vivía las
convulsiones provocadas por la revolución liberal, que afectaron a todo el pueblo
cristiano, y particularmente a los religiosos, que hubieron de sufrir destierros y
exclaustraciones, así como el despojo de sus bienes. El noviciado de Monteagudo fue una
de las pocas casas religiosas que el gobierno autorizó, tras el Concordato de 1851,
únicamente para el envío de misioneros a los dominios españoles de ultramar.
En estas circunstancias, siendo todavía estudiante fray Ezequiel, partió en 1869 hacia
Filipinas con una expedición de 18 religiosos. Fueron recibidos al año siguiente por sus
hermanos con gran alegría, y allí conoció a su futuro biógrafo el padre Minguella. En 1871
fray Ezequiel fue ordenado presbítero, y en su primera misa tuvo a su hermano Eustaquio
por padrino. Con él, que era párroco de Calapán, en la isla de Mindoro, aprendió Ezequiel
el tagalo y dio sus primeros pasos en la vida pastoral y misionera.
Quince años trabajó el padre Ezequiel en Filipinas, desempeñando diversos ministerios
en varios destinos, concretamente en la isla de Palawan -donde enfermó de paludismo-,
en Calapán, en Las Piñas, Manila, Santa Cruz e Imus. Y en todas partes se mostró como
un santo religioso, abnegado y sereno, alegre y entregado, contemplativo y misionero. Tan
apreciado llegó a ser en la Orden que, a los 37 años, en 1885, se le encomendó la
formación de los agustinos recoletos de la Provincia como rector del noviciado de
Monteagudo.
4. Beato Ezequiel Ezequiel Moreno. Santo
Moreno. El camino de tres continentes
del deber
Obras completas de
Ezequiel Moreno
5. Como la mayoría de jerarcas de la Iglesia católica
colombiana, Ezequiel Moreno se alineó con las ideas
del gobierno conservador del momento. Durante la
Guerra de los Mil Días usó sus escritos y predicaciones
para atacar al Partido Liberal Colombiano y para
llamar a los católicos a "defender su religión con
Remington y machetes", prometiendo absolución
automática.1
6. . El padre Ezequiel piensa en aquellas gentes. En cuanto le es posible
recorre las inabarcables planicies acompañado de tres religiosos.
Explora, visita enfermos, administra sacramentos, regula matrimonios.
Conservamos ocho cartas como testimonio de su labor misionera y que
ya entonces conmovieron la conciencia de Colombia y contagiaron su
preocupación por tantos infieles.
Roma, de acuerdo con el gobierno, erige el vicariato apostólico y le
nombra su pastor. Es una nueva etapa en la vida de nuestro santo. Allí
según su propósito permanecería hasta la muerte. «¡Quién me diera
poder decir al exhalar mi último suspiro en una mala choza, o en
arenosa playa, o al pie de un árbol: ya no quedan infieles en Casanare.
No llegaron a dos años los transcurridos en Casanare, pero, con su
estilo personal de total entrega, dejó una huella imperecedera.
7. En febrero de 1896 llegó a Casanare comunicación oficial de que
monseñor Ezequiel Moreno había sido nombrado obispo de Pasto. De
1896 a 1906, en diez intensísimos años servirá a sus fieles con todos los
medios a su alcance. El nuevo obispo vivió, como era su costumbre, en
máxima sencillez. Comida frugal y, en su alcoba, un jergón de paja. Se
preocupa de los colegios, lucha para que se imparta una formación
católica, alienta la llegada de misioneros, promueve el culto y las
devociones, fomenta la construcción de iglesias y santuarios, escribe y
propaga cartas pastorales y desvela los ardides de la propaganda
antirreligiosa. Se convierte en el abanderado y símbolo de la defensa de
los valores cristianos en Colombia.
8. Hace casi un año conocí una mujer de quien me enamoré, pocos meses
después ella fue diagnosticada con cáncer, lamentablemente como mucha
gente yo también tenía una percepción negativa de la enfermedad, esto por
que en mi familia varios han padecido y sucumbido ante esta terrible
enfermedad. Después de algunas opiniones de médicos muy pesimistas yo no
supe que hacer con mis manos y me refugié en la fe de la cual había estado
ajeno. Es aquí cuando conocí la historia de San Ezequiel Moreno, le recé
todos los días durante ya casi un año, sigo rezándole y seguiré agradeciéndole
por el resto de mi vida, por muy cansado que esté todos los días le pido por la
salud de ella.
Hace un tiempo el médico le dijo que su cáncer estaba en recesión y no hay
necesidad de más quimioterapias ni nada.
Aunque su estado de salud es de cuidado, podemos decir felices que ya no
tiene cáncer. Yo le atribuyo el milagro a San Ezequiel Moreno.
9. Pasto, Colombia: Carmela Jurado, hallándose en estado casi agónico con cáncer en
la garganta y el paladar, se curó repentinamente en la noche del 11 de febrero de
1947, por intercesión del obispo Ezequiel Moreno. Este hecho portentoso sirvió
para la beatificación.
Buesaco, Nariño, Colombia: María de Jesús Ñáñez, operada de cáncer en la pierna
derecha y con metástasis en el seno izquierdo, se curó también milagrosamente en
la noche del 18 de julio de 1986, por intercesión de san Ezequiel. La aprobación de
este nuevo milagro dio paso a la canonización.
10. A mediados de 1905 se siente cansado, con una llaga sangrante en el paladar que no se cierra,
aunque intenta llevar una vida normal de trabajo. En octubre el diagnóstico es claro: es cáncer
y hay que operar. Me he puesto en manos de Dios. Él hará su santa voluntad. Hay que
descansar en lo que Èl quiera hacer. ¡Qué consolador es todo esto!», exclama. Se le pide venir a
España. En Madrid es operado urgentemente. Es una operación muy dolorosa, que soporta
con paz absoluta. De vez en cuando exclama: <<Bendito sea Dios. Dios mío, dame resignación
para sufrir por Ti. En la clínica decían: «Es un santo».
El 29 de marzo, es operado de nuevo. Todo resultó inútil. Ahora su decisión es clara: <<Me voy
a morir a los pies de mi Madre la Virgen de¡ Camino». En Monteagudo elige una celda austera,
con una pequeña tribuna que le permite ver el sagrario y el camarín de la Virgen. Los dolores
son atroces, pero no se le observa un acto de impaciencia ni pierde su dulzura habitual. Y a las
ocho y media del 19 de agosto, a los 58 años, descansa en el Señor.