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EL LIBRO DE ENOC 1
                                                     (Apócrifo Etíope)




                          LIBRO DE LA EXHORTACIÓN Y DE LA MALDICIÓN
                                                          (Caps. XCI-CV)




                                                                                                            Indice General Enoc 1



                          CAPITULO   XCI - LA VISIÓN DE LAS SEMANAS
                          CAPITULO   XCII - ESCRITO PARA FUTURAS GENERACIONES
                          CAPITULO   XCIII - LA VISIÓN DE LAS SEMANAS - ¿QUIÉN?
                          CAPITULO   XCIV - JUSTICIA CONTRA EL FRAUDE - EL REPROCHE
                          CAPITULO   XCV -DESGRACIA DE LOS PECADORES
                          CAPITULO   XCVI - OTRAS DESGRACIAS PARA LOS PECADORES
                          CAPITULO   XCVII -MAS DESGRACIAS PARA LOS PECADORES.
                          CAPITULO   XCVIII - MAS DESGRACIAS
                          CAPITULO   XCIX - MAS DESGRACIAS
                          CAPITULO   C – DESGRACIA, SANGRE Y FUEGO PARA LOS PECADORES
                          CAPITULO   CI – NO HAY TEMOR DE DIOS
                          CAPITULO   CII – FUEGO – COMAMOS Y BEBAMOS
                          CAPITULO   CIII – ALEGRÍA A LOS MUERTOS EN JUSTICIA - OPRESIÓN DE   LOS INICUOS
                          CAPITULO   CIV – PALABRAS ALTERADAS – LIBROS PARA LOS JUSTOS
                          CAPITULO   CV - JUSTOS ENSEÑARÁN LA SABIDURÍA




CAPITULO XCI - La visión de las semanas

Comparar con 3Enoc XVI:1-16
  1. Entre tanto pues, hijo mío Matusalén, convoca torno a mí a tus hermanos, reúne en torno a mí a todos los hijos de
tu madre, pues una voz me Ilama y un espíritu se ha extendido sobre mí para que yo os muestre todo lo que os Ilegará
hasta la eternidad.
  2. Y con respecto a eso Matusalén se fue a convocar a todos sus hermanos junto a él (Enoc) y él reunió a sus
parientes.
  3. Y él (Enoc) habló a todos los hijos de justicia y dijo: Oíd, hijos de Enoc, todas las palabras de vuestro padre, y
atended a la voz de mi boca pues es a vosotros a quien exhorto y digo: Bienqueridos, amad la verdad e id con ella.
  4. Y no os acerquéis a la verdad con doblez de corazón, no os juntéis con los que tienen doblez de corazón, sino id
con la justicia, [1] ¡oh hijos míos! ella misma os conducirá por los buenos caminos y la justicia será vuestra compañera.
 5. Pues, yo lo veo, el estado de violencia se hace cada vez. más grande sobre la tierra, así también un gran castigo
se cumplirá sobre la tierra; toda injusticia será consumida y será cortada de sus raíces, [2] y todo edificio perecerá.
 6. La injusticia volverá a empezar a cumplirse sobre la tierra, y ella contendrá el doble de obras de injusticia de
opresión y de pecado.
7. Pero cuando, en toda obra, la injusticia, el pecado, la blasfemia, y la violencia se hayan engrandecido, cuando la
perversidad, el crimen, y la impureza se hayan engrandecido, un gran castigo vendrá del cielo sobre todo esto y el Señor
santo saldrá enfurecido con una balanza [3] para hacer un juicio sobre la tierra.
 8. En estos días, la violencia será tronchada de su raíz, y las raíces de la injusticia lo mismo que (las de) la astucia, y
ellas serán destruidas bajo el cielo.
 9. Y todos los ídolos de los paganos y (su) templo serán abandonados al fuego [4] eterno, y ellos serán arrojados al
suplicio del fuego, y serán destruidos por la cólera y por un suplicio terrible que será eterno.
 10. Entonces, los justos se levantarán de su sueño, [5] la sabiduría [6] surgirá también y les será entregada.
 11. Entonces las raíces de la injusticia serán cortadas y los pecadores perecerán por la espada; los impíos serán
suprimidos en todo lugar, y los que meditan la violencia y los que blasfeman perecerán por la espada.
 12. Y después, habrá otra semana, la octava; será la de la justicia; una espada [7] le será entregada para que se
haga juicio y justicia de los opresores, y los pecadores serán entregados en las manos de los justos. [8]
 13. Y hacia su fin (de la octava semana) ellos (los justos) adquirirán casas [9] a causa de su justicia; y será elevada
una casa para el gran Rey, en un esplendor eterno.
 14. Y tras eso, en la novena semana, el juicio de justicia será desvelado a todo el universo, y todas las obras de los
impíos desaparecerán de la tierra entera, y el mundo será inscrito para la perdición, y todos los hombres verán los
caminos del bien.
 15. Y tras eso, en la décima semana, en (su) séptima parte, tendrá lugar el gran juicio eterno en el cual él ejercerá la
venganza [10] en medio de los ángeles.
 16. Y el primer cielo desaparecerá y pasará, y un cielo nuevo aparecerá, y todas las potencias de los cielos brillarán
eternamente siete veces más.
 17. Y tras eso, (vendrán) numerosas semanas que transcurrirán innumerables, eternas, en la bondad y en la justicia, y
desde entonces el pecado no será nombrado más hasta la eternidad.
 18. Y ahora voy a deciros, ¡oh hijos míos!, y a mostraros los caminos de justicia y los de la violencia; y os haré ver de
nuevo como conoceréis lo que ha de venir.
  19. Y ahora escuchadme, hijos míos, e id por los senderos de justicia y no vayáis por los de la violencia, pues
perecerán por siempre jamás todos los que van por los caminos de la injusticia.




CAPITULO XCII - Escrito para futuras generaciones
  1. Escrito compuesto por Enoc. Enoc escribió, pues, toda esta doctrina de sabiduría [11] objeto de la alabanza de
todos los hombres y juicio de toda la tierra, para todos los hijos que habitan sobre la tierra y para las generaciones
futuras que harán el bien y la paz:
  2. Que vuestro espíritu no se entristezca por causa de los tiempos, pues el Grande y el Justo ha dado días para todo.
  3. Y el justo despertará de su sueño; [12] se levantará y avanzará por los caminos de justicia, [13] y todos sus caminos
y su curso estarán en la virtud y en la clemencia.
  4. EI (el Grande y el Santo) será propicio a los justos, El les dará eterna justicia y les dará un poder, y el (el justo)
estará en la virtud y en la justicia, y marchará con una luz eterna.
 5. Pero el pecado estará perdido en las tinieblas para siempre; no aparecerá más desde este día hasta la eternidad.




CAPITULO XCIII - La visión de las semanas - ¿Quién?
 1. Después, Enoc enseñó y él se puso a hablar según los libros.[14]
 2. Y Enoc dijo: A propósito de los hijos de justicia, a propósito de los elegidos del mundo y a propósito de la planta de
equidad [15] he aquí lo que os diré y os daré a conocer, hijos míos, yo, Enoc, según me ha sido revelado por una visión
de los cielos, y según (lo) he aprendido por la voz de los santos ángeles, y (lo) he comprendido por las tablas [16] del
cielo.
  3. Enoc comenzó pues a hablar según los escritos y dijo: Yo, el séptimo, he nacido en la primera semana, cuando el
derecho y la justicia aún duraban.
  4. Y tras de mí, en la segunda, Ilegará un gran mal; la mala fe abundará, y en ella (esta semana) tendrá lugar la
primera consumación y entonces un hombre será salvado. y cuando esa (semana) haya acabado, la injusticia crecerá y
EI (Dios) hará una ley para los pecadores.
  5. Y después, en la tercera semana, hacia su fin, un hombre será elegido como planta de justo juicio, y tras eso él
crecerá en planta de justicia [17] para la eternidad.
6. Y después, en la cuarta semana, en su final, las visiones de los santos y de los justos aparecerán, y serán
preparadas una ley para las generaciones de las generaciones y un cercado.
 7. Y después, en la quinta semana, a su fin, una casa de gloria y de dominación será edificada para la eternidad.
  8. Y después, en la sexta semana, los que vivirán en ella serán pegados, y el corazón de todos ellos caerá en la
impiedad, lejos de la sabiduría, y entonces un hombre subirá (al cielo), y al fin de esta (semana) la casa de dominación
será consumida por el fuego, [18] y entonces será dispersada toda la raza de raíz [19] poderosa.
  9. Y después, en la séptima semana, se elevará una generación perversa; numerosas serán sus obras, pero todas sus
obras (serán) abominación.
  10. Y al final de esta (semana), los justos elegidos (retoños) de la planta de justicia eterna, serán elegidos para que
les sea dado el séxtuplo [20] de la ciencia [21] de toda su creación (de Dios)
 11. ¿Porque, cuál es el hijo de los hombres que puede oír [22] la voz del Santo sin ser turbado, y que puede pensar
su pensamiento, y que puede contemplar todas las obras del cielo? [23]
  12. Quién es el que puede ver el cielo, y quién el que puede ver la obra del cielo: ¿Y cómo verá un alma o un
espíritu, y podrá él hablar (de ello), o subir y ver todas sus extremidades, y comprenderlos y actuar como ellos.
  13. Y cuál es el hijo de los hombres que puede comprender cuál es la anchura y la longitud de la tierra, y a quién han
sido enseñadas todas (sus) medidas:[24]
 14. ¿O bien existe un hombre que pueda conocer la longitud del cielo así como su altura, sobre qué (base) está él
asegurado, qué grande es el número de las estrellas, y dónde reposan todas las luces?




CAPITULO XCIV - Justicia contra el fraude - El reproche
1. Ahora, pues, os digo, hijos míos, amad la justicia [25] y caminad en ellos, porque los caminos de la justicia son
dignos de ser seguidos, en cambio los caminos de la iniquidad pasarán y desaparecerán de repente.[26]
2. A ciertos hombres de la generación (futura) serán revelados [27] los caminos de la violencia y de la muerte, y ellos
se alejarán de ellos y no los seguirán.
3. Y ahora a vosotros justos, digo: no andéis por un mal camino, ni por los caminos de muerte; y no os acerquéis a
ellos, para no perecer.
4. Sino buscad y escoged para vosotros la justicia y una vida excelente, y caminad por los senderos de la paz para
vivir y ser felices.
5. Y retened mí palabra [28] en la reflexión de vuestro corazón, y que ella no se borre de vuestro corazón; porque sé
que los pecadores tentarán a los hombres para que cambien la sabiduría en mal, [29] no se le encuentre (a la sabiduría)
y ninguna prueba disminuirá.
 6. Desgracia para los que edifican la iniquidad y la opresión y cimientan sobre el fraude, porque serán derrumbados de
repente y no habrá paz para ellos.
 7. Desgracia para los que edifican sus casas por el pecado, porque de todos sus cimientos serán arrancados [30] y
caerán bajo la espada, y los que poseen el oro y la plata perecerán de repente [31] en el juicio.
 8. Desgracia para vosotros ricos, porque os confiáis en vuestras riquezas;[32] seréis privados de ellas, [33] porque no
sois recordados por el Altísimo en los días de vuestra riqueza.
 9. Habéis cometido la blasfemia y la iniquidad, estáis maduros para el día de la efusión de sangre, [34] para el día de
tinieblas y para el día del gran juicio.
 10. Así yo os digo y os anuncio que el que os ha creado os derrocará, y sobre vuestra ruina no habrá piedad, y vuestro
creador se alegrará [35] de vuestra destrucción.
11. Y vuestros justos en esos días constituirán un reproche [36] para los pecadores y para los impíos.




CAPITULO XCV -Desgracia de los pecadores
 1. ¿Quién hará que mis ojos se conviertan en una nube de agua; y yo lloraré sobre vosotros y extenderé mis Iágrimas
como una nube de agua y consolaré la tristeza de mi corazón.
 2. ¿Quién nos ha hecho hacer el odio y el mal? Así el juicio os alcanzará a vosotros, pecadores.
 3. No temáis a los pecadores, oh justos, porque el Soberano del universo los entregará de nuevo [37] entre vuestras
manos para que otorguéis contra ellos un juicio; a vuestro gusto. [38]
 4. ¡Desgracia para vosotros, que lanzáis anatemas que no se pueden romper! ¡El remedio está lejos de vosotros, que
devolvéis el mal a vuestro prójimo, porque recibiréis según vuestras obras!
 5. ¡Desgracia para vosotros, testigos de mentira y a los que pesan la injusticia, porque pereceréis repentinamente! [39]
 6. ¡Desgracia para vosotros, pecadores, porque perseguís a los justos, porque vosotros mismos seréis entregados y
perseguidos por la injusticia, y su yugo pesará sobre vosotros!




CAPITULO XCVI - Otras desgracias para los pecadores
 1. Tened confianza, oh justos, porque los pecadores serán pronto aniquilados ante vosotros y tendréis sobre ellos el
poder que queráis. [40]
 2. En el día de la aflicción de los pecadores, vuestros pequeños [41] se levantarán y se elevarán como águilas, vuestro
nido será más elevado que (el del) buitre; como la ardilla subiréis y penetraréis para siempre en las cavernas de la tierra
y en los recovecos de las rocas, lejos del rostro de los malos, que gemirán y Ilorarán por vosotros como sirenas.
 3. No temáis, pues, vosotros que sufrís, porque habrá un remedio para vosotros, una luz brillará [42] para vosotros, y
del cielo oiréis la voz del reposo.
 4. Desgracia para vosotros pecadores, porque vuestra riqueza [43] os da la apariencia de justos, pero vuestro corazón
os convence de que sois pecadores [44] y esta palabra hará testimonio contra vosotros que devoráis la Flor del trigo [45]
y (que) bebéis la fuerza del principio del manantial,[46] y (que) con vuestra fuerza pisoteáis a los humildes.
 5. Desgracia para vosotros; que bebéis agua en todo tiempo, porque de repente [47] recibiréis vuestra recompensa:
seréis consumidos y desecados porque habéis abandonado la Fuente de la vida.
 6. Desgracia para vosotros que cometéis la injusticia, el fraude y la blasfemia: contra vosotros habrá un memorial de
males.
 7. Desgracia para vosotros poderosos, que por la violencia oprimís al justo, porque el día de vuestra predicción Ilega;
en esos días, en el tiempo de vuestro castigo, habrá días numerosos y buenos para los justos.




CAPITULO XCVII -Mas desgracias para los pecadores.
  1. Tened confianza, justos, porque los pecadores serán entregados [48] al oprobio, y serán aniquilados en el día de la
iniquidad.
  2. Vosotros sabréis (pecadores), que el Altísimo se acuerda de vuestra perdición, y que los ángeles del cielo se
alegran [49] de vuestra perdición.
 3.   ¡Qué vais a hacer pecadores, y a dónde huiréis en ese día del juicio, cuando oigáis el acento de la oración de los
justos? [50]
  4. Seréis como aquellos contra los cuales hará testimonio esta palabra: Vosotros habéis sido cómplices de los
pecadores.
 5. Y en esos días la oración de los justos Ilegará al Señor, y para vosotros Ilegarán los días de vuestro juicio.
 6. Se leerá ante el Grande y el Santo todas vuestras palabras [51] de injusticia, vuestro rostro será cubierto de
confusión y toda obra fundada en la injusticia será rechazada
 7. Desgracia para vosotros pecadores, que estáis en medio del mar [52] o sobre el árido: su recuerdo os será funesto.
 8. Desgracia para vosotros que poseéis plata, y oro (adquiridos) por la injusticia. Vosotros decís: Somos ricos, [53]
tenemos fortuna y poseemos todo lo que hemos deseado.
  9. Y ahora realicemos nuestros proyectos, porque hemos acumulado plata, nuestros tesoros están llenos (de ella)
como si fuera agua, y numerosos son los cultivadores de nuestras cosas.
  10. Tal como el agua así discurrirán vuestras ilusiones, porque la riqueza no quedará en vosotros;[54] sino que de
repente [55] volará lejos de vosotros, porque es por la injusticia por lo que lo habéis adquirido, y vosotros mismos seréis
entregados a una gran maldición.




CAPITULO XCVIII - Mas desgracias
 1. Y ahora, yo os juro a vosotros, sabios y locos, que veréis muchas cosas sobre la tierra.
2. Porque vosotros, hombres, ponéis sobre vosotros más adornos que una mujer [56] y más colores que una virgen; en
el imperio, en la grandeza y en el poder y en la plata y el oro, [57] la púrpura, los honores y los buenos manjares se
extienden como el agua.
  3. Porque no tienen ni doctrina ni sabiduría, [58] a causa de eso serán perdidos con sus bienes [59] y con todo su
esplendor y sus honores; y en el oprobio, en la carnicería y en una gran pobreza su espíritu será lanzado en un brasero
de fuego. [60]
 4. Os juro a vosotros, pecadores, que lo mismo que una montaña no se ha convertido (nunca) y no se convertirá en
un servidor, ni una colina en una servidora, así el pecado no ha sido enviado sobre la tierra; sino que los hombres lo han
hecho de ellos mismos, y serán grandemente malditos los que lo habrán cometido.
 5. Y la esterilidad no ha sido dada (por la naturaleza) a la mujer, sino que es a causa de la obra de sus manos por lo
que muere sin hijos.
 6. Os juro a vosotros, pecadores, por el Santo y el Grande, que toda vuestra mala obra está manifiesta en los cielos y
que no hay en vosotros obra de violencia que esté oculta y secreta. [61]
  7. Y no penéis en vuestro espíritu y no digáis en vuestro corazón que no sabíais y que no veíais que todo pecado se
escribe diariamente en el cielo en presencia del Altísimo.
  8. Desde ahora sabréis que toda vuestra violencia que ejercéis está escrita todos los días hasta el día de vuestro
juicio. [62]
  9. Desgraciados de vosotros, insensatos, porque seréis perdidos por vuestra locura; habéis hecho el mal contra los
sabios y no os llegará la felicidad.
  10. Y ahora, sabed que estáis preparados para el día de la ruina, y no esperéis vivir, oh pecadores; sino que pasaréis
y moriréis, porque no conocéis tregua, porque estáis preparados para el día del gran juicio y para el día de la aflicción y
de la gran miseria (reservados) a vuestro espíritu.
  11. Desgracia para vosotros, de corazón espeso, que hacen el mal comen la sangre: ¿De dónde coméis tanto y tan
bueno, vosotros, y de dónde bebéis y os hartáis? De todos los bienes que el Señor más alto ha acumulado sobre la
tierra, tampoco tendréis paz.
  12. Desgracia a vosotros, que amáis la iniquidad; ¿por qué os prometéis la felicidad? Sabed que seréis librados a las
manos de los justos: ellos os cortarán la cabeza y os matarán, y no tendrán piedad de vosotros.[63]
  13. Desgracia para vosotros que os complacéis de la aflicción de los justos, pues no será cavada una tumba para
vosotros.
  14. Desgracia para vosotros, que declaráis vana la palabra [64] de los justos, pues no hay para vosotros esperanza de
vida.
  15. Desgracia para vosotros que escribís palabras de mentira y palabras impías,[65] pues ellos escriben sus mentiras
para que se (les) escuche y que se olvide el resto. Ellos no tendrán un momento de paz, pero ellos morirán de muerte
repentina.[66]




CAPITULO XCIX - Mas desgracias
  1. Desgracia para los que cometen impiedades y que alaban y glorifican la palabra de mentira: vosotros seréis
destruidos y no tendréis una vida de felicidad.
  2. Desgracia para los que cambian las palabras de verdad [67] y transgreden la ley eterna y se convierten, los que no
lo eran, en pecadores: sobre la tierra serán pisoteados. [68]
 3. En estos días preparaos, oh justos, a recordar vuestras oraciones [69] y a ponerlas de testimonio ante los ángeles
para que ellos hagan recordar al Altísimo los pecados de los pecadores.
 4. En estos días los pueblos se agitarán y las familias de los pueblos se levantarán el día de la destrucción.
 5. En estos días los que estarán reducidos a la miseria [70] saldrán y desgarrarán sus hijos y los arrojarán; y sus hijos
caerán lejos de ellos, y ellos arrojarán a sus hijos del pecho, y ellos no volverán a ellos y no tendrán piedad de sus
bienamados.
  6. Nuevamente, os juro, pecadores, que el pecado está maduro para el día en que la sangre [71] no cesará (de
deslizarse).
  7. Y los que adoren la piedra, y los que fabrican imágenes de oro y de plata,[72] de madera y de arcilla, y los que
adoran los espíritus malos y los demonios y a toda clase de ídolos sin discernimiento, ningún socorro les vendrá de ellos.
 8. Ellos caen en la impiedad a causa de la locura de su corazón, y sus ojos están oscurecidos por la pusilanimidad de
su corazón y por la visión de sus sueños.
  9. Por ello, cometen la impiedad y tiemblan, pues han hecho todas sus acciones en la mentira y han adorado la
piedra; es por esto por lo que serán perdidos en un abrir y cerrar de ojos. [73]
 10. En estos días, felices todos los que reciben la palabra [74] de la sabiduría [75] y la comprenden, los que van por
los caminos del Altísimo y van por el camino de su justicia, [76] y (que) no cometen la impiedad con los impíos, pues ellos
serán salvados.
  11. Desgracia para vosotros que extendéis el mal hasta vuestros prójimos, pues seréis muertos en el seol.
  12. Desgracia para vosotros que empleáis una medida de fraude y de pecado y que difundís la amargura [77] sobre la
tierra, pues por esto serán consumidos.
  13. Desgracia para vosotros que edificáis vuestra casa por el trabajo de los demás; yo os lo digo, no tendréis un
momento de paz.
  14. Desgracia para los que repudian la mesura y la herencia de sus padres, eterna, y cuya alma se liga a los ídolos,
pues no habrá reposo para ellos.
  15. Desgracia para los que cometen injusticia y prestan su ayuda a la violencia, y (que) asfixian a sus compañeros
hasta el día del gran juicio.
  16. Pues Él arrojará por tierra vuestra gloria, Él infundirá el mal en vuestros corazones, y Él suscitará su cólera, y su
espíritu os destruirá a todos por la espada, y todos los justos y los santos se acordarán de vuestro pecado.




CAPITULO C – Desgracia, sangre y fuego para los pecadores
 1. Y en estos días, en un solo lugar, los padres serán golpeados con sus hijos, y los hermanos [78] caerán con sus
prójimos en la muerte hasta que como un río corra su sangre.
 2. Pues el hombre no impedirá a su mano que mate a su hijo y al hijo de su hijo, y el pecador no impedirá a su mano
que (mate) a su amigo querido: desde la aurora hasta la puesta del sol ellos se degollarán entre sí.
 3. Y el caballo avanzará hasta que su pecho (se bañe) en la sangre [79] de los pecadores, y el carro hasta que su
parte superior sea sumergida.
 4. Y en esos días, los ángeles descenderán en un lugar oculto, [80] reunirán en un solo punto a todos los que han
hecho descender el pecado (sobre la tierra); y en ese día del juicio, el Altísimo se levantará para pronunciar el gran juicio
en medio de los pecadores.
 5. Y dará a unos guardias de entre los ángeles santos a todos los justos y los santos; ellos les guardarán como la niña
del ojo [81] hasta que consuma todo mal y todo pecado; y si los justos duermen un largo sueño, no tendrán nada que
temer.
        Y los hombres sabios verán la verdad, [82] y los hijos de la tierra comprenderán todas las palabras[83] de este
 6.
libro, [84] y reconocerán que su riqueza no puede salvarles en la ruina de su pecado.
  7. Desgraciados de vosotros, pecadores, si afligís a los justos, en el día de la angustia terrible y (si) les quemáis en el
fuego [85] recibiréis la recompensa de vuestras obras.
 8. Desgraciados de vosotros, duros de corazón, que veláis para concebir el mal: el espanto va a hacer presa en
vosotros y nadie os socorrerá.
 9. Desgraciados vosotros, pecadores, por la palabra [86] de vuestra boca y por la obra de vuestras manos que ha
hecho vuestra impiedad: os quemaréis en un brasero de llamas.
 10. Y ahora sabed que vuestras acciones serán rebuscadas por los ángeles en el cielo, y por el sol, por la luna [87] y
por las estrellas, a causa de vuestro pecado, porque sobre la tierra pronunciáis el juicio sobre los justos.
  11. Y toda niebla y nube y rocío [88] y lluvia hará testimonio contra vosotros, porque todos ellos rehusarán descender
[89] sobre vosotros, y pensarán en vuestros pecados.
 12. Ofreced, pues, presentes a la lluvia para que no se niegue a descender sobre vosotros, y al rocío, si es que ella
acepta de vosotros el oro y la plata,[90] para que descienda.
  13. Cuando fundan sobre vosotros la escarcha y la nieve, su frío y todos los torbellinos de nieve y todos sus
tormentos, en esos días no podréis manteneros ante ellos.




CAPITULO CI – No hay temor de Dios
 1. Hijos del cielo, considerad el cielo y toda la obra del Altísimo, y temblad ante El y no hagáis el mal en su presencia.
 2. Si El cierra la ventana del cielo y se impide a la lluvia, [91] al rocío [92] de caer sobre la tierra a causa vuestra, ¿qué
haréis?
  3. Y si envía contra vosotros su cólera a causa de todas vuestras obras, no habrá ocasión de suplicarle, porque
pronunciáis contra su justicia palabras [93] soberbias e imprudentes; así no tendréis paz.
4. ¿Y no veis a los pilotos de los navíos, cómo son agitados sus navíos por las olas [94] y sacudidos por los vientos, y
caen en peligro?
 5. Y a causa de eso, ellos temen que todas sus bellas riquezas se vayan al mar con ellos, y no piensan nada bueno
en su corazón; (piensan) que el mar los devorará y que perecerán en él.
 6. Todo el mar y todas sus aguas y todo su movimiento ¿No son acaso obra del Altísimo; y no ha puesto ÉI su sello
sobre toda su acción (del mar), y no le ha encadenado por completo en la arena? [95]
  7. Él tiembla con su reprimenda, y se seca, y todos sus peces perecen lo mismo que todo lo que contiene, y vosotros,
pecadores, que estáis sobre la tierra ¡no le teméis!
  8. ¿No ha hecho acaso Él el cielo y la tierra y todo lo que ellos contienen: ¡Y quién ha dado la ciencia y la sabiduría
[96] a todos los que se mueven en la tierra y en el mar?
 9. ¡Los pilotos de los navíos no temen el mar y los pecadores no temen al Altísimo!




CAPITULO CII – Fuego – Comamos y bebamos
 1. En esos días, si EI lanza sobre vosotros un fuego [97] terrible, ¿a dónde huiréis y cómo os salvaréis? Y si lanza su
palabra [98] contra vosotros, ¿no estaréis consternados y no temblaréis?
 2. Y todas las luminarias serán presos de un gran temor, y la tierra entera estará consternada, temblará y se turbará.
 3. Y todos los ángeles cumplirán su misión y querrán ocultarles ante la gran gloria, y los hijos de la tierra temblarán y
se turbarán; pero vosotros, pecadores, seréis eternamente malditos, y no habrá paz para vosotros.
 4. No temáis, vosotros, almas de los justos, y tened confianza, vosotros, los que habéis muerto en la justicia. [99]
  5. Y no os entristezcáis porque vuestra alma haya descendido al seol en la tristeza, y vuestra carne no haya recibido
en vuestra vida según vuestra virtud sino que al contrario (ha descendido al seol) en un día en que os habíais convertido
(como) en pecadores, y en el día de la maldición y del castigo.
  6. Cuando morís, los pecadores dicen de vosotros: Tal como nosotros estamos muertos, los justos están muertos, y
¿qué provecho han sacado ellos de sus obras?
  7. He aquí que igual que nosotros, ellos han muerto en la tristeza y en las tinieblas, y ¿qué tienen ellos de más que
nosotros? Desde ahora somos iguales.
  8. ¿Y qué se llevarán ellos y qué verán en la eternidad? Porque he aquí que ellos han muerto, también, y desde ahora
no verán jamás la luz.
  9. Yo os digo: Vosotros, pecadores, a vosotros os basta comer y beber,[100] robar [101] y pecar, despojar a los
hombres y adquirir riquezas, [102] y ver días dichosos.
 10. ¿No habéis visto cuál ha sido el fin de los justos? No se ha encontrado ninguna violencia en ellos hasta su muerte.
 11. Y han perecido (sin embargo) y han sido como si no hubieran sido, y sus almas han bajado al seol en la aflicción.




CAPITULO CIII – Alegría a los muertos en Justicia - Opresión de los inicuos
  1. Pero ahora os juro a vosotros, justos, por la gloria del Grande, del Glorioso y del Poderoso [103] en dominación, y
por su grandeza os juro a vosotros:
  2. Yo, conozco el misterio, lo he leído en las tablas [104] del cielo, y he visto el escrito de los santos y he visto en él
escrito y grabado sobre ellos (los justos)
  3. Que todo bien y alegría [105] y honor ha sido preparado y escrito para las almas de los que han muerto en la
justicia, [106] y que numerosos bienes os serán dados en recompensa de vuestros trabajos, y que vuestro destino será
mejor que el de los vivos.
 4. Y vuestras almas, las de vosotros que han muerto en la justicia, vivirán y se alegrarán y exultarán, y no perecerán,
vuestras almas, y su memoria no (pasará) ante el rostro del Grande en todas las generaciones del mundo, desde
entonces no temeréis más su deshonor
 5. Desgraciados de vosotros que morís, pecadores, si morís en la riqueza de vuestros pecados y que los que se os
parecen dicen de vosotros: ¡Dichosos estos pecadores! Han visto todos sus días.
 6. Y ahora han muerto en la dicha y en las riquezas,[107] y no han visto durante su vida la aflicción ni el crimen; han
muerto en la gloria y no ha sido pronunciado juicio contra ellos en su vida. [108]
 7. Sabréis que se hará descender vuestras almas al seol; ellas serán (allí) desgraciadas y su aflicción será grande.
 8. Y vuestra alma entrará en las tinieblas y en las ataduras [109] y en una Ilama ardiente, allí en donde tendrá lugar el
gran castigo, y el gran castigo durará durante todas las generaciones del mundo; desgraciados de vosotros, porque no
tendréis paz.
  9. No digáis de los justos ni de los buenos que están en vida: En los días de su vida han trabajado mucho y han visto
toda aflicción, han experimentado males numerosos y han sido consumidos y disminuidos y su alma se ha humillado.
  10. Se han perdido y no han encontrado a nadie [110] que los socorriera ni una palabra ni nada; se han visto
agobiados de dolor y se han perdido, y no esperan [111] ver la vida de un día al otro.    .
 11. Esperaban ser la cabeza y son la cola. Han sufrido trabajando, y no disponen del fruto de su trabajo; son alimento
de los pecadores, y los malos han hecho pesar su yugo sobre ellos.
 12. Les han dominado los que les odian y los que les pegan; y ante los que los odian han bajado la cabeza, y ellos no
han tenido piedad de ellos.
 13. Y han querido alejarse de ellos para huir y reposar, y no han encontrado dónde huir y escapar de ellos.
 14. Y ellos lo han acosado ante los príncipes en su aflicción, y han gritado [112] contra los que les devoran, pero ellos
no han prestado atención a su grito y no quieren escuchar su voz.
  15. Ellos ayudan a los que les despojan y a los que les devoran y a los que han disminuido su número, ocultan su
violencia y no apartan de ellos el yugo de los que les devoran, les dispersan y les matan;[113] ocultan su crimen y no se
acuerdan que ellos (los malvados) han elevado sus manos contra Él.




CAPITULO CIV – Palabras alteradas – Libros para los Justos
 1. Yo os juro, a vosotros: en el cielo los ángeles se acuerdan de vosotros para bien en presencia de la gloria del
Grande; y vuestros nombres están escritos en presencia de la gloria del Grande.
 2. Esperad, [114] pues primeramente habéis sido afligidos en la desgracia y en el sufrimiento, pero ahora brillaréis
como las luminarias del cielo. Brillaréis y apareceréis, y la puerta del cielo se abrirá ante vosotros.
 3. Y con vuestro grito, gritad justicia [115] y ella os aparecerá, porque toda vuestra aflicción será buscada en los
príncipes y en todos los que han ayudado a los que os despojan.
  4. Esperad [116] y no renunciéis a vuestra esperanza, porque gozaréis de una gran alegría [117] como los ángeles de
los cielos.
  5. ¿Qué haréis? No tendréis que ocultaros en el día del gran juicio, no seréis tomados por pecadores, y el juicio
eterno tendrá lugar lejos de vosotros por todas las generaciones del mundo.
  6. Y ahora no temáis, oh justos, cuando veáis a los pecadores firmes y dichosos en su camino, [118] y no os asociéis a
ellos, sino alejaos de su violencia, porque no tendréis parte en el destino del ejército del cielo.
  7. Decís, en efecto, vosotros, pecadores: No busquéis y no escribáis todos nuestros pecados. --Se escriben todos
vuestros pecados todos los días.
 8. Y ahora voy a enseñaros que la luz y las tinieblas, el día y la noche vienen sobre vuestros pecados.
 9. No seáis impíos en vuestros corazones, no mintáis no alteréis la palabra de verdad [119] y no acuséis de mentira a
la palabra [120] del Santo y del Grande, y no apreciéis a vuestros ídolos, porque todas vuestras mentiras y vuestras
impiedades no os serán imputadas como justicia, sino como un gran pecado.
  10. Y ahora yo sé este misterio: los pecadores alterarán y desnaturalizarán mucho la palabra de verdad, y proferirán
palabras malas, y mentirán e inventarán grandes falsedades, y escribirán libros sobre sus palabras.
  11. Pero si ellos escriben toda mi palabra según la verdad, en sus idiomas, y no alteran y no abrevian mis palabras,
sino que escriben todos según la verdad, todo lo que he atestado al principio sobre ello (en este caso),
  12. Yo sé otro misterio: los libros [121] serán, dados a los justos y a los sabios para (comunicarles) la alegría y la
verdad y una gran sabiduría. [122]
 13. Los libros les serán dados, y creerán en ellos y se alegrarán y recibirán la recompensa todos los justos que habrán
aprendido de ellos los caminos de verdad.




CAPITULO CV - Justos enseñarán la sabiduría
 1. En esos días, el Señor ordenó (a los justos) que Ilamaran a los hijos de la tierra e hicieran testimonios sobre su
sabiduría: [123] Enseñádsela, porque sois sus guías, así como las recompensas (que tendrán lugar) sobre toda la tierra.
      Porque yo y mi hijo [124] estaremos unidos a ellos eternamente en los caminos de la verdad durante su vida, y
 2.
tendréis la paz. ¡Alegraos, [125] hijos de la verdad! Amen.
[1] Vers.4, 12-14, 17-19; X:16, 18
[2] Vers.5, 8-9, 11; LIII:2; XCIII:8; XCIV:7; 3En.XVI:16; Esd.I:22; Tom.41; Job 28:9; Isa.5:24; Jer.12:17; Eze.17:9; 30:4; Mal.4:1; Mat.3:10
[3] Ver LXI:8; Ap.6:5; Esd.II:37; 3En.VII:26; Ad.6
[4] Ver XXIII:2-4
[5] Ver XCII:3; 3En.XVI:37
[6] Ver V:8
[7] Ap.6:4
[8] Ver XC:19;
[9] Ver XC:29
[10] Ver XXII:14; XLVIII:7; Esd.XV:9; Num.31:2; Deut.32:35; 41-43; Sal.18:47; 58:10; 79:10; 149:6-9; Isa.1:24; 34:8; 35:4; 40:10; 47:3; 59:17-
18; 61:2; 63:4; 66:6; Jer.5:9, 29; 9:9; 11:20; 15:15; 20:12; 46:10; 50:16, 28; 51:6, 11, 36, 56; Eze.24:8; 25:14-17; Ose.9:7; Joe.3:21; Abd.1:15;
Miq.5:15; Nah.1:9; Luc.21:22; DyC 29:17
[11] Ver V:8
[12] Ver XCI:10
[13] Vers.3-4; X:16, 18
[14] VerCIV:12-13; 3En.XXIX:109
[15] Ver XCIII:5, 10
[16] Ver LXXXI:1-2
[17] Vers.2, 5, 10; X:16; XXV:6; XXXIX:1; LXV:12; LXVII:2-3; LXXXIV:6; XC:38; XCIII:2, 10;XCVI:7; CVII:1; 3En.III:128; XI:4; Isa.6:13; 60:21;
61:3, 9; 65:9, 23;
[18] Ver XXIII:2-4
[19] Ver XCI:5, 8-9, 11
[20] 2En.LXVI:8
[21] Ver V:8
[22] Ver XIV:22
[23] Vers.11-14; XLIX:2; LXII:8; 2En.XXIX:2; 3En. XX:97; Job 9:12, 19; 13:19; 26:14; 38:5, 6, 8, 25, 28, 29, 36, 37, 41; 41:10, 11; Sal.4:6; 14:1-3, 7;
15:1; 24:3; 53:6; 76:7; 89:6-7; 90:11; 94:16; 106:2; 108:10; 130:3; 147:17; Prov.30:4; Ecle.8:1;, 4, 7; Isa.6:8; 28:9; 33:14; 40:12-14, 25; 41:4, 26; 42:19,
23; 43:9; 44:7; 45:21; 46:5; 48:14; 49:21; 50:8, 10; 51:19; 53:1; 66:8; Jer.6:10; 9:2, 12; 15:5, 12; 17:9; 18:13; 23:18; 30:21; 49:19; 50:44; Lam.2:13; 3:37;
Os.7:7; 14:9; Joe.2:11; Am.3:8; 7:2, 5; Nah.1:6; 3:7; Mal.3:2; 1Cor.2:16; 2Ne.7:10
[24] Ver LX:22; LXI:1-3, LXX:3; LXXXIX:63; 3En.XXI:64
[25]   Vers.1, 4; X:16, 18
[26]   Vers.1, 6-7; XCV:5
[27]   Ver V:8
[28]   Ver XIV:22
[29]   Ver CIV:11
[30]   Ver XCI:5
[31]   Ver XCV:5
[32]   Vers.7-8; LXIII:10; XCVI:4; XCVII:8-9; XCVII:10; XCVIII:2; XCIX:7; C:12; CII:9; CIII:5-6; 3En.XVIII:84-87; 2En.X:3
[33]   Ver XCVII:10
[34]   Ver C:1, 3
[35]   Ver LXII:12
[36]   Esd.XII:31-33; XIII:7
[37]   Ver XCI:8
[38]   Ver XC:19
[39] Ver XCIV:1, 6-7; XCVI:6; XCVII:10; XCVIII:15; XCIX:9; Job 9:23; Sal.6:18; 64:7; 73:19; Prov.6:15; 24:22; 29:1; Ecl.9:12; Isa.29:5; 30:13;
47:9, 11; 48:3; Jer.4:20; 6:26; 15:8; 18:22; 49:19; 51:8; Lam.4:6; Eze.24:16; Sof.1:18; Mal.3:1; 1Ne.20:3; 2Ne.19:14; 20:17; 23:22; 26:10-11, 18;
27:28; 28:16; 30:10; 3Ne.24:1; DyC 97:22; 121:15, 24; Esd.III:4; Tom.22
[40] Ver XC:19
[41] Ver XXXVI:2; LXXXIX:15, 37, 48; Job.3:16; Sal.8:2; 104:25; 115:13; 119:141; Isa.1:9; 11:6; 41:14; 60:22; Jer.49:15; Lam.2:19-20; Joe.2:16;
Am.7:2, 5; Abd.1:2; Zac.13:7 Mat.10:4; 18:6; 25:40; Luc.17:2; Ap.11:18; 19:5; 2Ne.3:25; Al.60:29; DyC 6:34; 31:2; 35:27; 99:3; 120:19; 121:19;
133:58; 2En.XXX:12; 3En.V:104; Esd.VI:13, 25; VII:34; VIII:60; Tom.21, 47
[42] Ver LVIII:6
[43] Ver XCIV:8
[44] Isa.3:9; 59:12; Jer.14:7; Ose.7:10; 2En.XLII:1
[45] Am.5:11; 6:4, 6
[46] Ver CIV:9-11; Isa.32:6; Eze.31:7, 14-16; 32:2; 34:18-22
[47] Ver XCV:5
[48] Ver XC:19
[49] Ver LXII:12
[50] Vers.3, 5; XXII:5; XLVII:1-5; 3En.XX:51-64
[51] Ver XC:20-25
[52] Ver LX:7-11, 16
[53] Vers.8-9; XCIV:8
[54] Ver XCIV:8; XCVIII:3; XCIX:5; CIII:3; Isa.15:7; 23:18; 60:5-17; 61:6; Jer.6:12; 8:10, 13; 15:13; 49:2; Miq.2:4; Sof.1:13; 2:9; 3Ne.20:19; DyC
42:39
[55] Ver XCV:5
[56] 3En.IX:19-20
[57]   Ver XCIV:8
[58]   Ver V:8
[59]   Ver XCVII:10
[60]   Ver XXIII:2-4; CII:1
[61]   Ver IX:5; LXXXIV:3; 3En.III:109
[62]   Esd.IX:4
[63]   Ver XC:19
[64]   Ver XIV:22
[65]   Vers.1-2; CIV:9-11
[66]   Ver XCV:5
[67]   Ver CIV:9-11
[68]   Ver XC:19
[69]   VerXLVII:1-4
[70]   Ver XCVII:10
[71]   Ver C:1, 3
[72]   Ver XCIV:8
[73]   VerXCV:5
[74]   Ver XIV:22
[75]   Ver V:8
[76]   Ver X:16, 18
[77]   Ver CIV:9-11; Eze.13:22
[78]   Ver LVI:7; Isa.9:9; 19:2; Eze.38:21; Hag.2:22; Mat.24:7; Esd.III:9; IV:24; XV:16; DyC 45:19, 33, 63, 68; 87:1-5; 112:25
[79] Vers.1, 3; LXII:112; XCIV:9; XCIX:6; 3En.XX:148; XII:41; Sal.68:23; Isa.26:21; 34:3, 6-7; 49:26; 63:3, 6; Jer. 46:10, 48:10; Ez.21:1-24, 32;
24:7-8; 32:6; 39:17-19; Sof.1:17; Zac.9:15; Ap.8:8; 14:20; 16:3-4; 19:13; Esd.XV:35
[80] Ver LI:1-5
[81] 1Ne.22:17
[82] Ver V:8
[83] Ver XIV:22
[84] VerCIV:12-13
[85] Vers.9; 1Ne.22:17; XXIII:2-4
[86] Ver CIV:9-11
[87] Ver XLI:5-8
[88] Vers.11-12; XLI:3
[89] Ver CI:2; Zac.14:16-18
[90] Ver XCIV:8
[91] Ver C:11; Zac.14:16-18
[92] Ver XLI:3
[93] Ver CIV:9-11
[94] Vers.4-9; LX:7-11, 16
[95] Ver LX:15
[96] Ver V:8
[97] Ver XXIII:2-4; XCVIII:3; Tom.11; Isa.31:9; Jer.5:14; Eze.20:45-49; Abd.18; Luc.12:49: 1Ne.22:17; Morm.9:5; DyC 29:21; Esd.XIII:38; XVI:1-16
[98] Ver XIV:22
[99] Ver CIII:3-4
[100] 1Cor.15:32
[101] Esd.XVI:47-51
[102] Ver XCIV:8
[103] Ver LII:4
[104] Ver LXXXI:1-2
[105] Vers 3-4; LXII:12
[106] Vers.3-4; CII:4
[107] Vers.5-6; XCIV:8
[108] Ver CIV:6; Sal.73:2-17; Jer.12:1.4; Mal.3:15; Esd.II:33-39
[109] Ver LIV:3-5
[110] Ver XLII:1; LXVIII:3; LXXXI:5; Tom.29, 46, 66, 76; Esd. IX:18; ; 2En.XXXVII:2; XLVII:4; 3En.XVI:77, 167; XVIII:29-34; Job 28:12:13:
Prov.1:24; Isa.1:5,6; 9:17; 28:8; 41:26,28; 42:22; 50:2; 51:18; 53:6; 56:10; 59:4,16; 63:5; 64:7,10; 66:4; Jer.4:23-26; 5:1,2; 8:6; 10:20; 12:11;
30:13,17; 35:17; Eze.22:30; Os.7:7; 11:7; Am.5:2,6; Miq.7:2; Nah.2:8; Sof.3:6; Zac.7:14; 1Cor.4:11; Ap.5:4; 2Ne.28:11,14; Morm.8:36;
Mor.10:25
[111] Ver XLVIII:4
[112] Ver XC:13
[113] Ver LXXXIX:61-70
[114] Ver XLVIII:4
[115] Ver X:16, 18; XC:13; 3En.X:8
[116] Ver XLVIII:4
[117] Vers.4, 12-13; LXII:12
[118] Ver CIII:6
[119] Vers.9-11; V:4; XIV:5; XXVII:2; XLIX:4; LXII:3; LXVII:9; LXXXIX:73; XCIV:5-6; XCVI:4-6; XCVII:6; XCVIII:14-15; XCIX:1-2, 12; C:9; CI:3;
CVI:13; CVIII:6; 3En.XII:78-80; XIII:114-117; Sal.52:4; 59:12; 94:20; 101:7; 119:158; 120:2; Prov.13:5; 30:5-6; Ecl.5:2-3, 7; 6:11; 10:12-14; Isa.1:14;
8:6; 9:17; 10:1-2; 28:15; 30:9; 32:6-7: 42:24; 55:2; 58:2, 13; 59:3, 5, 13; Jer.6:10, 19; 7:8; 8:8-9; 9:13; 19:15; 23:16, 27-32; 29:19; 35:13; Lam.1:18;
Eze.4:9-17; 13:19-22; 20:25; 22:26; 35:13; 45:21; Dan.7:11,25; Joe.1:16-20; Am.2:4; 4:5-8; 8:11; Miq.6:16; 7:1, 3; Sof.1:9; 3:4; Zac.7:12; Mal.2:17;
Mat.7:26; 12:36-37; 16:6, 11, 12; Mar.8:38; Luc.6:49; 9:26; 24:11; Jn.5:47; 8:47; 12:47-48,; 14:24: Hech.13:27; 15:24; Rom.3:4; 16:18; 1Cor.1:17;
2:1,4,13; 4:6, 5:6-7; 19-20; Ef.4:29; 5:6; Col.2:4; 3:8; 1Tes.2:5; 1Tim.6:3-5; 2Tim.2:14; 2Pe.2:3-18; Jud.1:15; Ap.22:18-19; 2Ne.27:25; 28:14, 26; 33:14;
Jac.4:14; Al.12:13-14; 13:20; DyC 124:46; Moi.1:41; TJSMat.:52
[120] Ver XIV:22
[121] Ver XIV:1; XXXIX:2; XLVII:3; LXVIII;1; LXXXI:1-2, 4; LXXXII:1-4; LXXXIX:68-77; XC:14,17,20; XCIII:1; C:6; CVIII:3, 7, 10; 2En. XLVIII:5-
6; 3En.XXIX:109; Esd.IV:20
[122] Ver V:8
[123] Ver V:8
[124] Ver CVI:16; 1Ne.21:17-21; 2Ne.18:18; 27:34; Isa.49:18; 60:4-5; Inv.80:5
[125] Ver LXII:12

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Libro de Enoch capítulos XCI-CV

  • 1. EL LIBRO DE ENOC 1 (Apócrifo Etíope) LIBRO DE LA EXHORTACIÓN Y DE LA MALDICIÓN (Caps. XCI-CV) Indice General Enoc 1 CAPITULO XCI - LA VISIÓN DE LAS SEMANAS CAPITULO XCII - ESCRITO PARA FUTURAS GENERACIONES CAPITULO XCIII - LA VISIÓN DE LAS SEMANAS - ¿QUIÉN? CAPITULO XCIV - JUSTICIA CONTRA EL FRAUDE - EL REPROCHE CAPITULO XCV -DESGRACIA DE LOS PECADORES CAPITULO XCVI - OTRAS DESGRACIAS PARA LOS PECADORES CAPITULO XCVII -MAS DESGRACIAS PARA LOS PECADORES. CAPITULO XCVIII - MAS DESGRACIAS CAPITULO XCIX - MAS DESGRACIAS CAPITULO C – DESGRACIA, SANGRE Y FUEGO PARA LOS PECADORES CAPITULO CI – NO HAY TEMOR DE DIOS CAPITULO CII – FUEGO – COMAMOS Y BEBAMOS CAPITULO CIII – ALEGRÍA A LOS MUERTOS EN JUSTICIA - OPRESIÓN DE LOS INICUOS CAPITULO CIV – PALABRAS ALTERADAS – LIBROS PARA LOS JUSTOS CAPITULO CV - JUSTOS ENSEÑARÁN LA SABIDURÍA CAPITULO XCI - La visión de las semanas Comparar con 3Enoc XVI:1-16 1. Entre tanto pues, hijo mío Matusalén, convoca torno a mí a tus hermanos, reúne en torno a mí a todos los hijos de tu madre, pues una voz me Ilama y un espíritu se ha extendido sobre mí para que yo os muestre todo lo que os Ilegará hasta la eternidad. 2. Y con respecto a eso Matusalén se fue a convocar a todos sus hermanos junto a él (Enoc) y él reunió a sus parientes. 3. Y él (Enoc) habló a todos los hijos de justicia y dijo: Oíd, hijos de Enoc, todas las palabras de vuestro padre, y atended a la voz de mi boca pues es a vosotros a quien exhorto y digo: Bienqueridos, amad la verdad e id con ella. 4. Y no os acerquéis a la verdad con doblez de corazón, no os juntéis con los que tienen doblez de corazón, sino id con la justicia, [1] ¡oh hijos míos! ella misma os conducirá por los buenos caminos y la justicia será vuestra compañera. 5. Pues, yo lo veo, el estado de violencia se hace cada vez. más grande sobre la tierra, así también un gran castigo se cumplirá sobre la tierra; toda injusticia será consumida y será cortada de sus raíces, [2] y todo edificio perecerá. 6. La injusticia volverá a empezar a cumplirse sobre la tierra, y ella contendrá el doble de obras de injusticia de opresión y de pecado.
  • 2. 7. Pero cuando, en toda obra, la injusticia, el pecado, la blasfemia, y la violencia se hayan engrandecido, cuando la perversidad, el crimen, y la impureza se hayan engrandecido, un gran castigo vendrá del cielo sobre todo esto y el Señor santo saldrá enfurecido con una balanza [3] para hacer un juicio sobre la tierra. 8. En estos días, la violencia será tronchada de su raíz, y las raíces de la injusticia lo mismo que (las de) la astucia, y ellas serán destruidas bajo el cielo. 9. Y todos los ídolos de los paganos y (su) templo serán abandonados al fuego [4] eterno, y ellos serán arrojados al suplicio del fuego, y serán destruidos por la cólera y por un suplicio terrible que será eterno. 10. Entonces, los justos se levantarán de su sueño, [5] la sabiduría [6] surgirá también y les será entregada. 11. Entonces las raíces de la injusticia serán cortadas y los pecadores perecerán por la espada; los impíos serán suprimidos en todo lugar, y los que meditan la violencia y los que blasfeman perecerán por la espada. 12. Y después, habrá otra semana, la octava; será la de la justicia; una espada [7] le será entregada para que se haga juicio y justicia de los opresores, y los pecadores serán entregados en las manos de los justos. [8] 13. Y hacia su fin (de la octava semana) ellos (los justos) adquirirán casas [9] a causa de su justicia; y será elevada una casa para el gran Rey, en un esplendor eterno. 14. Y tras eso, en la novena semana, el juicio de justicia será desvelado a todo el universo, y todas las obras de los impíos desaparecerán de la tierra entera, y el mundo será inscrito para la perdición, y todos los hombres verán los caminos del bien. 15. Y tras eso, en la décima semana, en (su) séptima parte, tendrá lugar el gran juicio eterno en el cual él ejercerá la venganza [10] en medio de los ángeles. 16. Y el primer cielo desaparecerá y pasará, y un cielo nuevo aparecerá, y todas las potencias de los cielos brillarán eternamente siete veces más. 17. Y tras eso, (vendrán) numerosas semanas que transcurrirán innumerables, eternas, en la bondad y en la justicia, y desde entonces el pecado no será nombrado más hasta la eternidad. 18. Y ahora voy a deciros, ¡oh hijos míos!, y a mostraros los caminos de justicia y los de la violencia; y os haré ver de nuevo como conoceréis lo que ha de venir. 19. Y ahora escuchadme, hijos míos, e id por los senderos de justicia y no vayáis por los de la violencia, pues perecerán por siempre jamás todos los que van por los caminos de la injusticia. CAPITULO XCII - Escrito para futuras generaciones 1. Escrito compuesto por Enoc. Enoc escribió, pues, toda esta doctrina de sabiduría [11] objeto de la alabanza de todos los hombres y juicio de toda la tierra, para todos los hijos que habitan sobre la tierra y para las generaciones futuras que harán el bien y la paz: 2. Que vuestro espíritu no se entristezca por causa de los tiempos, pues el Grande y el Justo ha dado días para todo. 3. Y el justo despertará de su sueño; [12] se levantará y avanzará por los caminos de justicia, [13] y todos sus caminos y su curso estarán en la virtud y en la clemencia. 4. EI (el Grande y el Santo) será propicio a los justos, El les dará eterna justicia y les dará un poder, y el (el justo) estará en la virtud y en la justicia, y marchará con una luz eterna. 5. Pero el pecado estará perdido en las tinieblas para siempre; no aparecerá más desde este día hasta la eternidad. CAPITULO XCIII - La visión de las semanas - ¿Quién? 1. Después, Enoc enseñó y él se puso a hablar según los libros.[14] 2. Y Enoc dijo: A propósito de los hijos de justicia, a propósito de los elegidos del mundo y a propósito de la planta de equidad [15] he aquí lo que os diré y os daré a conocer, hijos míos, yo, Enoc, según me ha sido revelado por una visión de los cielos, y según (lo) he aprendido por la voz de los santos ángeles, y (lo) he comprendido por las tablas [16] del cielo. 3. Enoc comenzó pues a hablar según los escritos y dijo: Yo, el séptimo, he nacido en la primera semana, cuando el derecho y la justicia aún duraban. 4. Y tras de mí, en la segunda, Ilegará un gran mal; la mala fe abundará, y en ella (esta semana) tendrá lugar la primera consumación y entonces un hombre será salvado. y cuando esa (semana) haya acabado, la injusticia crecerá y EI (Dios) hará una ley para los pecadores. 5. Y después, en la tercera semana, hacia su fin, un hombre será elegido como planta de justo juicio, y tras eso él crecerá en planta de justicia [17] para la eternidad.
  • 3. 6. Y después, en la cuarta semana, en su final, las visiones de los santos y de los justos aparecerán, y serán preparadas una ley para las generaciones de las generaciones y un cercado. 7. Y después, en la quinta semana, a su fin, una casa de gloria y de dominación será edificada para la eternidad. 8. Y después, en la sexta semana, los que vivirán en ella serán pegados, y el corazón de todos ellos caerá en la impiedad, lejos de la sabiduría, y entonces un hombre subirá (al cielo), y al fin de esta (semana) la casa de dominación será consumida por el fuego, [18] y entonces será dispersada toda la raza de raíz [19] poderosa. 9. Y después, en la séptima semana, se elevará una generación perversa; numerosas serán sus obras, pero todas sus obras (serán) abominación. 10. Y al final de esta (semana), los justos elegidos (retoños) de la planta de justicia eterna, serán elegidos para que les sea dado el séxtuplo [20] de la ciencia [21] de toda su creación (de Dios) 11. ¿Porque, cuál es el hijo de los hombres que puede oír [22] la voz del Santo sin ser turbado, y que puede pensar su pensamiento, y que puede contemplar todas las obras del cielo? [23] 12. Quién es el que puede ver el cielo, y quién el que puede ver la obra del cielo: ¿Y cómo verá un alma o un espíritu, y podrá él hablar (de ello), o subir y ver todas sus extremidades, y comprenderlos y actuar como ellos. 13. Y cuál es el hijo de los hombres que puede comprender cuál es la anchura y la longitud de la tierra, y a quién han sido enseñadas todas (sus) medidas:[24] 14. ¿O bien existe un hombre que pueda conocer la longitud del cielo así como su altura, sobre qué (base) está él asegurado, qué grande es el número de las estrellas, y dónde reposan todas las luces? CAPITULO XCIV - Justicia contra el fraude - El reproche 1. Ahora, pues, os digo, hijos míos, amad la justicia [25] y caminad en ellos, porque los caminos de la justicia son dignos de ser seguidos, en cambio los caminos de la iniquidad pasarán y desaparecerán de repente.[26] 2. A ciertos hombres de la generación (futura) serán revelados [27] los caminos de la violencia y de la muerte, y ellos se alejarán de ellos y no los seguirán. 3. Y ahora a vosotros justos, digo: no andéis por un mal camino, ni por los caminos de muerte; y no os acerquéis a ellos, para no perecer. 4. Sino buscad y escoged para vosotros la justicia y una vida excelente, y caminad por los senderos de la paz para vivir y ser felices. 5. Y retened mí palabra [28] en la reflexión de vuestro corazón, y que ella no se borre de vuestro corazón; porque sé que los pecadores tentarán a los hombres para que cambien la sabiduría en mal, [29] no se le encuentre (a la sabiduría) y ninguna prueba disminuirá. 6. Desgracia para los que edifican la iniquidad y la opresión y cimientan sobre el fraude, porque serán derrumbados de repente y no habrá paz para ellos. 7. Desgracia para los que edifican sus casas por el pecado, porque de todos sus cimientos serán arrancados [30] y caerán bajo la espada, y los que poseen el oro y la plata perecerán de repente [31] en el juicio. 8. Desgracia para vosotros ricos, porque os confiáis en vuestras riquezas;[32] seréis privados de ellas, [33] porque no sois recordados por el Altísimo en los días de vuestra riqueza. 9. Habéis cometido la blasfemia y la iniquidad, estáis maduros para el día de la efusión de sangre, [34] para el día de tinieblas y para el día del gran juicio. 10. Así yo os digo y os anuncio que el que os ha creado os derrocará, y sobre vuestra ruina no habrá piedad, y vuestro creador se alegrará [35] de vuestra destrucción. 11. Y vuestros justos en esos días constituirán un reproche [36] para los pecadores y para los impíos. CAPITULO XCV -Desgracia de los pecadores 1. ¿Quién hará que mis ojos se conviertan en una nube de agua; y yo lloraré sobre vosotros y extenderé mis Iágrimas como una nube de agua y consolaré la tristeza de mi corazón. 2. ¿Quién nos ha hecho hacer el odio y el mal? Así el juicio os alcanzará a vosotros, pecadores. 3. No temáis a los pecadores, oh justos, porque el Soberano del universo los entregará de nuevo [37] entre vuestras manos para que otorguéis contra ellos un juicio; a vuestro gusto. [38] 4. ¡Desgracia para vosotros, que lanzáis anatemas que no se pueden romper! ¡El remedio está lejos de vosotros, que
  • 4. devolvéis el mal a vuestro prójimo, porque recibiréis según vuestras obras! 5. ¡Desgracia para vosotros, testigos de mentira y a los que pesan la injusticia, porque pereceréis repentinamente! [39] 6. ¡Desgracia para vosotros, pecadores, porque perseguís a los justos, porque vosotros mismos seréis entregados y perseguidos por la injusticia, y su yugo pesará sobre vosotros! CAPITULO XCVI - Otras desgracias para los pecadores 1. Tened confianza, oh justos, porque los pecadores serán pronto aniquilados ante vosotros y tendréis sobre ellos el poder que queráis. [40] 2. En el día de la aflicción de los pecadores, vuestros pequeños [41] se levantarán y se elevarán como águilas, vuestro nido será más elevado que (el del) buitre; como la ardilla subiréis y penetraréis para siempre en las cavernas de la tierra y en los recovecos de las rocas, lejos del rostro de los malos, que gemirán y Ilorarán por vosotros como sirenas. 3. No temáis, pues, vosotros que sufrís, porque habrá un remedio para vosotros, una luz brillará [42] para vosotros, y del cielo oiréis la voz del reposo. 4. Desgracia para vosotros pecadores, porque vuestra riqueza [43] os da la apariencia de justos, pero vuestro corazón os convence de que sois pecadores [44] y esta palabra hará testimonio contra vosotros que devoráis la Flor del trigo [45] y (que) bebéis la fuerza del principio del manantial,[46] y (que) con vuestra fuerza pisoteáis a los humildes. 5. Desgracia para vosotros; que bebéis agua en todo tiempo, porque de repente [47] recibiréis vuestra recompensa: seréis consumidos y desecados porque habéis abandonado la Fuente de la vida. 6. Desgracia para vosotros que cometéis la injusticia, el fraude y la blasfemia: contra vosotros habrá un memorial de males. 7. Desgracia para vosotros poderosos, que por la violencia oprimís al justo, porque el día de vuestra predicción Ilega; en esos días, en el tiempo de vuestro castigo, habrá días numerosos y buenos para los justos. CAPITULO XCVII -Mas desgracias para los pecadores. 1. Tened confianza, justos, porque los pecadores serán entregados [48] al oprobio, y serán aniquilados en el día de la iniquidad. 2. Vosotros sabréis (pecadores), que el Altísimo se acuerda de vuestra perdición, y que los ángeles del cielo se alegran [49] de vuestra perdición. 3. ¡Qué vais a hacer pecadores, y a dónde huiréis en ese día del juicio, cuando oigáis el acento de la oración de los justos? [50] 4. Seréis como aquellos contra los cuales hará testimonio esta palabra: Vosotros habéis sido cómplices de los pecadores. 5. Y en esos días la oración de los justos Ilegará al Señor, y para vosotros Ilegarán los días de vuestro juicio. 6. Se leerá ante el Grande y el Santo todas vuestras palabras [51] de injusticia, vuestro rostro será cubierto de confusión y toda obra fundada en la injusticia será rechazada 7. Desgracia para vosotros pecadores, que estáis en medio del mar [52] o sobre el árido: su recuerdo os será funesto. 8. Desgracia para vosotros que poseéis plata, y oro (adquiridos) por la injusticia. Vosotros decís: Somos ricos, [53] tenemos fortuna y poseemos todo lo que hemos deseado. 9. Y ahora realicemos nuestros proyectos, porque hemos acumulado plata, nuestros tesoros están llenos (de ella) como si fuera agua, y numerosos son los cultivadores de nuestras cosas. 10. Tal como el agua así discurrirán vuestras ilusiones, porque la riqueza no quedará en vosotros;[54] sino que de repente [55] volará lejos de vosotros, porque es por la injusticia por lo que lo habéis adquirido, y vosotros mismos seréis entregados a una gran maldición. CAPITULO XCVIII - Mas desgracias 1. Y ahora, yo os juro a vosotros, sabios y locos, que veréis muchas cosas sobre la tierra.
  • 5. 2. Porque vosotros, hombres, ponéis sobre vosotros más adornos que una mujer [56] y más colores que una virgen; en el imperio, en la grandeza y en el poder y en la plata y el oro, [57] la púrpura, los honores y los buenos manjares se extienden como el agua. 3. Porque no tienen ni doctrina ni sabiduría, [58] a causa de eso serán perdidos con sus bienes [59] y con todo su esplendor y sus honores; y en el oprobio, en la carnicería y en una gran pobreza su espíritu será lanzado en un brasero de fuego. [60] 4. Os juro a vosotros, pecadores, que lo mismo que una montaña no se ha convertido (nunca) y no se convertirá en un servidor, ni una colina en una servidora, así el pecado no ha sido enviado sobre la tierra; sino que los hombres lo han hecho de ellos mismos, y serán grandemente malditos los que lo habrán cometido. 5. Y la esterilidad no ha sido dada (por la naturaleza) a la mujer, sino que es a causa de la obra de sus manos por lo que muere sin hijos. 6. Os juro a vosotros, pecadores, por el Santo y el Grande, que toda vuestra mala obra está manifiesta en los cielos y que no hay en vosotros obra de violencia que esté oculta y secreta. [61] 7. Y no penéis en vuestro espíritu y no digáis en vuestro corazón que no sabíais y que no veíais que todo pecado se escribe diariamente en el cielo en presencia del Altísimo. 8. Desde ahora sabréis que toda vuestra violencia que ejercéis está escrita todos los días hasta el día de vuestro juicio. [62] 9. Desgraciados de vosotros, insensatos, porque seréis perdidos por vuestra locura; habéis hecho el mal contra los sabios y no os llegará la felicidad. 10. Y ahora, sabed que estáis preparados para el día de la ruina, y no esperéis vivir, oh pecadores; sino que pasaréis y moriréis, porque no conocéis tregua, porque estáis preparados para el día del gran juicio y para el día de la aflicción y de la gran miseria (reservados) a vuestro espíritu. 11. Desgracia para vosotros, de corazón espeso, que hacen el mal comen la sangre: ¿De dónde coméis tanto y tan bueno, vosotros, y de dónde bebéis y os hartáis? De todos los bienes que el Señor más alto ha acumulado sobre la tierra, tampoco tendréis paz. 12. Desgracia a vosotros, que amáis la iniquidad; ¿por qué os prometéis la felicidad? Sabed que seréis librados a las manos de los justos: ellos os cortarán la cabeza y os matarán, y no tendrán piedad de vosotros.[63] 13. Desgracia para vosotros que os complacéis de la aflicción de los justos, pues no será cavada una tumba para vosotros. 14. Desgracia para vosotros, que declaráis vana la palabra [64] de los justos, pues no hay para vosotros esperanza de vida. 15. Desgracia para vosotros que escribís palabras de mentira y palabras impías,[65] pues ellos escriben sus mentiras para que se (les) escuche y que se olvide el resto. Ellos no tendrán un momento de paz, pero ellos morirán de muerte repentina.[66] CAPITULO XCIX - Mas desgracias 1. Desgracia para los que cometen impiedades y que alaban y glorifican la palabra de mentira: vosotros seréis destruidos y no tendréis una vida de felicidad. 2. Desgracia para los que cambian las palabras de verdad [67] y transgreden la ley eterna y se convierten, los que no lo eran, en pecadores: sobre la tierra serán pisoteados. [68] 3. En estos días preparaos, oh justos, a recordar vuestras oraciones [69] y a ponerlas de testimonio ante los ángeles para que ellos hagan recordar al Altísimo los pecados de los pecadores. 4. En estos días los pueblos se agitarán y las familias de los pueblos se levantarán el día de la destrucción. 5. En estos días los que estarán reducidos a la miseria [70] saldrán y desgarrarán sus hijos y los arrojarán; y sus hijos caerán lejos de ellos, y ellos arrojarán a sus hijos del pecho, y ellos no volverán a ellos y no tendrán piedad de sus bienamados. 6. Nuevamente, os juro, pecadores, que el pecado está maduro para el día en que la sangre [71] no cesará (de deslizarse). 7. Y los que adoren la piedra, y los que fabrican imágenes de oro y de plata,[72] de madera y de arcilla, y los que adoran los espíritus malos y los demonios y a toda clase de ídolos sin discernimiento, ningún socorro les vendrá de ellos. 8. Ellos caen en la impiedad a causa de la locura de su corazón, y sus ojos están oscurecidos por la pusilanimidad de su corazón y por la visión de sus sueños. 9. Por ello, cometen la impiedad y tiemblan, pues han hecho todas sus acciones en la mentira y han adorado la piedra; es por esto por lo que serán perdidos en un abrir y cerrar de ojos. [73] 10. En estos días, felices todos los que reciben la palabra [74] de la sabiduría [75] y la comprenden, los que van por
  • 6. los caminos del Altísimo y van por el camino de su justicia, [76] y (que) no cometen la impiedad con los impíos, pues ellos serán salvados. 11. Desgracia para vosotros que extendéis el mal hasta vuestros prójimos, pues seréis muertos en el seol. 12. Desgracia para vosotros que empleáis una medida de fraude y de pecado y que difundís la amargura [77] sobre la tierra, pues por esto serán consumidos. 13. Desgracia para vosotros que edificáis vuestra casa por el trabajo de los demás; yo os lo digo, no tendréis un momento de paz. 14. Desgracia para los que repudian la mesura y la herencia de sus padres, eterna, y cuya alma se liga a los ídolos, pues no habrá reposo para ellos. 15. Desgracia para los que cometen injusticia y prestan su ayuda a la violencia, y (que) asfixian a sus compañeros hasta el día del gran juicio. 16. Pues Él arrojará por tierra vuestra gloria, Él infundirá el mal en vuestros corazones, y Él suscitará su cólera, y su espíritu os destruirá a todos por la espada, y todos los justos y los santos se acordarán de vuestro pecado. CAPITULO C – Desgracia, sangre y fuego para los pecadores 1. Y en estos días, en un solo lugar, los padres serán golpeados con sus hijos, y los hermanos [78] caerán con sus prójimos en la muerte hasta que como un río corra su sangre. 2. Pues el hombre no impedirá a su mano que mate a su hijo y al hijo de su hijo, y el pecador no impedirá a su mano que (mate) a su amigo querido: desde la aurora hasta la puesta del sol ellos se degollarán entre sí. 3. Y el caballo avanzará hasta que su pecho (se bañe) en la sangre [79] de los pecadores, y el carro hasta que su parte superior sea sumergida. 4. Y en esos días, los ángeles descenderán en un lugar oculto, [80] reunirán en un solo punto a todos los que han hecho descender el pecado (sobre la tierra); y en ese día del juicio, el Altísimo se levantará para pronunciar el gran juicio en medio de los pecadores. 5. Y dará a unos guardias de entre los ángeles santos a todos los justos y los santos; ellos les guardarán como la niña del ojo [81] hasta que consuma todo mal y todo pecado; y si los justos duermen un largo sueño, no tendrán nada que temer. Y los hombres sabios verán la verdad, [82] y los hijos de la tierra comprenderán todas las palabras[83] de este 6. libro, [84] y reconocerán que su riqueza no puede salvarles en la ruina de su pecado. 7. Desgraciados de vosotros, pecadores, si afligís a los justos, en el día de la angustia terrible y (si) les quemáis en el fuego [85] recibiréis la recompensa de vuestras obras. 8. Desgraciados de vosotros, duros de corazón, que veláis para concebir el mal: el espanto va a hacer presa en vosotros y nadie os socorrerá. 9. Desgraciados vosotros, pecadores, por la palabra [86] de vuestra boca y por la obra de vuestras manos que ha hecho vuestra impiedad: os quemaréis en un brasero de llamas. 10. Y ahora sabed que vuestras acciones serán rebuscadas por los ángeles en el cielo, y por el sol, por la luna [87] y por las estrellas, a causa de vuestro pecado, porque sobre la tierra pronunciáis el juicio sobre los justos. 11. Y toda niebla y nube y rocío [88] y lluvia hará testimonio contra vosotros, porque todos ellos rehusarán descender [89] sobre vosotros, y pensarán en vuestros pecados. 12. Ofreced, pues, presentes a la lluvia para que no se niegue a descender sobre vosotros, y al rocío, si es que ella acepta de vosotros el oro y la plata,[90] para que descienda. 13. Cuando fundan sobre vosotros la escarcha y la nieve, su frío y todos los torbellinos de nieve y todos sus tormentos, en esos días no podréis manteneros ante ellos. CAPITULO CI – No hay temor de Dios 1. Hijos del cielo, considerad el cielo y toda la obra del Altísimo, y temblad ante El y no hagáis el mal en su presencia. 2. Si El cierra la ventana del cielo y se impide a la lluvia, [91] al rocío [92] de caer sobre la tierra a causa vuestra, ¿qué haréis? 3. Y si envía contra vosotros su cólera a causa de todas vuestras obras, no habrá ocasión de suplicarle, porque pronunciáis contra su justicia palabras [93] soberbias e imprudentes; así no tendréis paz.
  • 7. 4. ¿Y no veis a los pilotos de los navíos, cómo son agitados sus navíos por las olas [94] y sacudidos por los vientos, y caen en peligro? 5. Y a causa de eso, ellos temen que todas sus bellas riquezas se vayan al mar con ellos, y no piensan nada bueno en su corazón; (piensan) que el mar los devorará y que perecerán en él. 6. Todo el mar y todas sus aguas y todo su movimiento ¿No son acaso obra del Altísimo; y no ha puesto ÉI su sello sobre toda su acción (del mar), y no le ha encadenado por completo en la arena? [95] 7. Él tiembla con su reprimenda, y se seca, y todos sus peces perecen lo mismo que todo lo que contiene, y vosotros, pecadores, que estáis sobre la tierra ¡no le teméis! 8. ¿No ha hecho acaso Él el cielo y la tierra y todo lo que ellos contienen: ¡Y quién ha dado la ciencia y la sabiduría [96] a todos los que se mueven en la tierra y en el mar? 9. ¡Los pilotos de los navíos no temen el mar y los pecadores no temen al Altísimo! CAPITULO CII – Fuego – Comamos y bebamos 1. En esos días, si EI lanza sobre vosotros un fuego [97] terrible, ¿a dónde huiréis y cómo os salvaréis? Y si lanza su palabra [98] contra vosotros, ¿no estaréis consternados y no temblaréis? 2. Y todas las luminarias serán presos de un gran temor, y la tierra entera estará consternada, temblará y se turbará. 3. Y todos los ángeles cumplirán su misión y querrán ocultarles ante la gran gloria, y los hijos de la tierra temblarán y se turbarán; pero vosotros, pecadores, seréis eternamente malditos, y no habrá paz para vosotros. 4. No temáis, vosotros, almas de los justos, y tened confianza, vosotros, los que habéis muerto en la justicia. [99] 5. Y no os entristezcáis porque vuestra alma haya descendido al seol en la tristeza, y vuestra carne no haya recibido en vuestra vida según vuestra virtud sino que al contrario (ha descendido al seol) en un día en que os habíais convertido (como) en pecadores, y en el día de la maldición y del castigo. 6. Cuando morís, los pecadores dicen de vosotros: Tal como nosotros estamos muertos, los justos están muertos, y ¿qué provecho han sacado ellos de sus obras? 7. He aquí que igual que nosotros, ellos han muerto en la tristeza y en las tinieblas, y ¿qué tienen ellos de más que nosotros? Desde ahora somos iguales. 8. ¿Y qué se llevarán ellos y qué verán en la eternidad? Porque he aquí que ellos han muerto, también, y desde ahora no verán jamás la luz. 9. Yo os digo: Vosotros, pecadores, a vosotros os basta comer y beber,[100] robar [101] y pecar, despojar a los hombres y adquirir riquezas, [102] y ver días dichosos. 10. ¿No habéis visto cuál ha sido el fin de los justos? No se ha encontrado ninguna violencia en ellos hasta su muerte. 11. Y han perecido (sin embargo) y han sido como si no hubieran sido, y sus almas han bajado al seol en la aflicción. CAPITULO CIII – Alegría a los muertos en Justicia - Opresión de los inicuos 1. Pero ahora os juro a vosotros, justos, por la gloria del Grande, del Glorioso y del Poderoso [103] en dominación, y por su grandeza os juro a vosotros: 2. Yo, conozco el misterio, lo he leído en las tablas [104] del cielo, y he visto el escrito de los santos y he visto en él escrito y grabado sobre ellos (los justos) 3. Que todo bien y alegría [105] y honor ha sido preparado y escrito para las almas de los que han muerto en la justicia, [106] y que numerosos bienes os serán dados en recompensa de vuestros trabajos, y que vuestro destino será mejor que el de los vivos. 4. Y vuestras almas, las de vosotros que han muerto en la justicia, vivirán y se alegrarán y exultarán, y no perecerán, vuestras almas, y su memoria no (pasará) ante el rostro del Grande en todas las generaciones del mundo, desde entonces no temeréis más su deshonor 5. Desgraciados de vosotros que morís, pecadores, si morís en la riqueza de vuestros pecados y que los que se os parecen dicen de vosotros: ¡Dichosos estos pecadores! Han visto todos sus días. 6. Y ahora han muerto en la dicha y en las riquezas,[107] y no han visto durante su vida la aflicción ni el crimen; han muerto en la gloria y no ha sido pronunciado juicio contra ellos en su vida. [108] 7. Sabréis que se hará descender vuestras almas al seol; ellas serán (allí) desgraciadas y su aflicción será grande. 8. Y vuestra alma entrará en las tinieblas y en las ataduras [109] y en una Ilama ardiente, allí en donde tendrá lugar el gran castigo, y el gran castigo durará durante todas las generaciones del mundo; desgraciados de vosotros, porque no
  • 8. tendréis paz. 9. No digáis de los justos ni de los buenos que están en vida: En los días de su vida han trabajado mucho y han visto toda aflicción, han experimentado males numerosos y han sido consumidos y disminuidos y su alma se ha humillado. 10. Se han perdido y no han encontrado a nadie [110] que los socorriera ni una palabra ni nada; se han visto agobiados de dolor y se han perdido, y no esperan [111] ver la vida de un día al otro. . 11. Esperaban ser la cabeza y son la cola. Han sufrido trabajando, y no disponen del fruto de su trabajo; son alimento de los pecadores, y los malos han hecho pesar su yugo sobre ellos. 12. Les han dominado los que les odian y los que les pegan; y ante los que los odian han bajado la cabeza, y ellos no han tenido piedad de ellos. 13. Y han querido alejarse de ellos para huir y reposar, y no han encontrado dónde huir y escapar de ellos. 14. Y ellos lo han acosado ante los príncipes en su aflicción, y han gritado [112] contra los que les devoran, pero ellos no han prestado atención a su grito y no quieren escuchar su voz. 15. Ellos ayudan a los que les despojan y a los que les devoran y a los que han disminuido su número, ocultan su violencia y no apartan de ellos el yugo de los que les devoran, les dispersan y les matan;[113] ocultan su crimen y no se acuerdan que ellos (los malvados) han elevado sus manos contra Él. CAPITULO CIV – Palabras alteradas – Libros para los Justos 1. Yo os juro, a vosotros: en el cielo los ángeles se acuerdan de vosotros para bien en presencia de la gloria del Grande; y vuestros nombres están escritos en presencia de la gloria del Grande. 2. Esperad, [114] pues primeramente habéis sido afligidos en la desgracia y en el sufrimiento, pero ahora brillaréis como las luminarias del cielo. Brillaréis y apareceréis, y la puerta del cielo se abrirá ante vosotros. 3. Y con vuestro grito, gritad justicia [115] y ella os aparecerá, porque toda vuestra aflicción será buscada en los príncipes y en todos los que han ayudado a los que os despojan. 4. Esperad [116] y no renunciéis a vuestra esperanza, porque gozaréis de una gran alegría [117] como los ángeles de los cielos. 5. ¿Qué haréis? No tendréis que ocultaros en el día del gran juicio, no seréis tomados por pecadores, y el juicio eterno tendrá lugar lejos de vosotros por todas las generaciones del mundo. 6. Y ahora no temáis, oh justos, cuando veáis a los pecadores firmes y dichosos en su camino, [118] y no os asociéis a ellos, sino alejaos de su violencia, porque no tendréis parte en el destino del ejército del cielo. 7. Decís, en efecto, vosotros, pecadores: No busquéis y no escribáis todos nuestros pecados. --Se escriben todos vuestros pecados todos los días. 8. Y ahora voy a enseñaros que la luz y las tinieblas, el día y la noche vienen sobre vuestros pecados. 9. No seáis impíos en vuestros corazones, no mintáis no alteréis la palabra de verdad [119] y no acuséis de mentira a la palabra [120] del Santo y del Grande, y no apreciéis a vuestros ídolos, porque todas vuestras mentiras y vuestras impiedades no os serán imputadas como justicia, sino como un gran pecado. 10. Y ahora yo sé este misterio: los pecadores alterarán y desnaturalizarán mucho la palabra de verdad, y proferirán palabras malas, y mentirán e inventarán grandes falsedades, y escribirán libros sobre sus palabras. 11. Pero si ellos escriben toda mi palabra según la verdad, en sus idiomas, y no alteran y no abrevian mis palabras, sino que escriben todos según la verdad, todo lo que he atestado al principio sobre ello (en este caso), 12. Yo sé otro misterio: los libros [121] serán, dados a los justos y a los sabios para (comunicarles) la alegría y la verdad y una gran sabiduría. [122] 13. Los libros les serán dados, y creerán en ellos y se alegrarán y recibirán la recompensa todos los justos que habrán aprendido de ellos los caminos de verdad. CAPITULO CV - Justos enseñarán la sabiduría 1. En esos días, el Señor ordenó (a los justos) que Ilamaran a los hijos de la tierra e hicieran testimonios sobre su sabiduría: [123] Enseñádsela, porque sois sus guías, así como las recompensas (que tendrán lugar) sobre toda la tierra. Porque yo y mi hijo [124] estaremos unidos a ellos eternamente en los caminos de la verdad durante su vida, y 2. tendréis la paz. ¡Alegraos, [125] hijos de la verdad! Amen.
  • 9. [1] Vers.4, 12-14, 17-19; X:16, 18 [2] Vers.5, 8-9, 11; LIII:2; XCIII:8; XCIV:7; 3En.XVI:16; Esd.I:22; Tom.41; Job 28:9; Isa.5:24; Jer.12:17; Eze.17:9; 30:4; Mal.4:1; Mat.3:10 [3] Ver LXI:8; Ap.6:5; Esd.II:37; 3En.VII:26; Ad.6 [4] Ver XXIII:2-4 [5] Ver XCII:3; 3En.XVI:37 [6] Ver V:8 [7] Ap.6:4 [8] Ver XC:19; [9] Ver XC:29 [10] Ver XXII:14; XLVIII:7; Esd.XV:9; Num.31:2; Deut.32:35; 41-43; Sal.18:47; 58:10; 79:10; 149:6-9; Isa.1:24; 34:8; 35:4; 40:10; 47:3; 59:17- 18; 61:2; 63:4; 66:6; Jer.5:9, 29; 9:9; 11:20; 15:15; 20:12; 46:10; 50:16, 28; 51:6, 11, 36, 56; Eze.24:8; 25:14-17; Ose.9:7; Joe.3:21; Abd.1:15; Miq.5:15; Nah.1:9; Luc.21:22; DyC 29:17 [11] Ver V:8 [12] Ver XCI:10 [13] Vers.3-4; X:16, 18 [14] VerCIV:12-13; 3En.XXIX:109 [15] Ver XCIII:5, 10 [16] Ver LXXXI:1-2 [17] Vers.2, 5, 10; X:16; XXV:6; XXXIX:1; LXV:12; LXVII:2-3; LXXXIV:6; XC:38; XCIII:2, 10;XCVI:7; CVII:1; 3En.III:128; XI:4; Isa.6:13; 60:21; 61:3, 9; 65:9, 23; [18] Ver XXIII:2-4 [19] Ver XCI:5, 8-9, 11 [20] 2En.LXVI:8 [21] Ver V:8 [22] Ver XIV:22 [23] Vers.11-14; XLIX:2; LXII:8; 2En.XXIX:2; 3En. XX:97; Job 9:12, 19; 13:19; 26:14; 38:5, 6, 8, 25, 28, 29, 36, 37, 41; 41:10, 11; Sal.4:6; 14:1-3, 7; 15:1; 24:3; 53:6; 76:7; 89:6-7; 90:11; 94:16; 106:2; 108:10; 130:3; 147:17; Prov.30:4; Ecle.8:1;, 4, 7; Isa.6:8; 28:9; 33:14; 40:12-14, 25; 41:4, 26; 42:19, 23; 43:9; 44:7; 45:21; 46:5; 48:14; 49:21; 50:8, 10; 51:19; 53:1; 66:8; Jer.6:10; 9:2, 12; 15:5, 12; 17:9; 18:13; 23:18; 30:21; 49:19; 50:44; Lam.2:13; 3:37; Os.7:7; 14:9; Joe.2:11; Am.3:8; 7:2, 5; Nah.1:6; 3:7; Mal.3:2; 1Cor.2:16; 2Ne.7:10 [24] Ver LX:22; LXI:1-3, LXX:3; LXXXIX:63; 3En.XXI:64 [25] Vers.1, 4; X:16, 18 [26] Vers.1, 6-7; XCV:5 [27] Ver V:8 [28] Ver XIV:22 [29] Ver CIV:11 [30] Ver XCI:5 [31] Ver XCV:5 [32] Vers.7-8; LXIII:10; XCVI:4; XCVII:8-9; XCVII:10; XCVIII:2; XCIX:7; C:12; CII:9; CIII:5-6; 3En.XVIII:84-87; 2En.X:3 [33] Ver XCVII:10 [34] Ver C:1, 3 [35] Ver LXII:12 [36] Esd.XII:31-33; XIII:7 [37] Ver XCI:8 [38] Ver XC:19 [39] Ver XCIV:1, 6-7; XCVI:6; XCVII:10; XCVIII:15; XCIX:9; Job 9:23; Sal.6:18; 64:7; 73:19; Prov.6:15; 24:22; 29:1; Ecl.9:12; Isa.29:5; 30:13; 47:9, 11; 48:3; Jer.4:20; 6:26; 15:8; 18:22; 49:19; 51:8; Lam.4:6; Eze.24:16; Sof.1:18; Mal.3:1; 1Ne.20:3; 2Ne.19:14; 20:17; 23:22; 26:10-11, 18; 27:28; 28:16; 30:10; 3Ne.24:1; DyC 97:22; 121:15, 24; Esd.III:4; Tom.22 [40] Ver XC:19 [41] Ver XXXVI:2; LXXXIX:15, 37, 48; Job.3:16; Sal.8:2; 104:25; 115:13; 119:141; Isa.1:9; 11:6; 41:14; 60:22; Jer.49:15; Lam.2:19-20; Joe.2:16; Am.7:2, 5; Abd.1:2; Zac.13:7 Mat.10:4; 18:6; 25:40; Luc.17:2; Ap.11:18; 19:5; 2Ne.3:25; Al.60:29; DyC 6:34; 31:2; 35:27; 99:3; 120:19; 121:19; 133:58; 2En.XXX:12; 3En.V:104; Esd.VI:13, 25; VII:34; VIII:60; Tom.21, 47 [42] Ver LVIII:6 [43] Ver XCIV:8 [44] Isa.3:9; 59:12; Jer.14:7; Ose.7:10; 2En.XLII:1 [45] Am.5:11; 6:4, 6 [46] Ver CIV:9-11; Isa.32:6; Eze.31:7, 14-16; 32:2; 34:18-22 [47] Ver XCV:5 [48] Ver XC:19 [49] Ver LXII:12 [50] Vers.3, 5; XXII:5; XLVII:1-5; 3En.XX:51-64 [51] Ver XC:20-25 [52] Ver LX:7-11, 16 [53] Vers.8-9; XCIV:8 [54] Ver XCIV:8; XCVIII:3; XCIX:5; CIII:3; Isa.15:7; 23:18; 60:5-17; 61:6; Jer.6:12; 8:10, 13; 15:13; 49:2; Miq.2:4; Sof.1:13; 2:9; 3Ne.20:19; DyC 42:39 [55] Ver XCV:5 [56] 3En.IX:19-20
  • 10. [57] Ver XCIV:8 [58] Ver V:8 [59] Ver XCVII:10 [60] Ver XXIII:2-4; CII:1 [61] Ver IX:5; LXXXIV:3; 3En.III:109 [62] Esd.IX:4 [63] Ver XC:19 [64] Ver XIV:22 [65] Vers.1-2; CIV:9-11 [66] Ver XCV:5 [67] Ver CIV:9-11 [68] Ver XC:19 [69] VerXLVII:1-4 [70] Ver XCVII:10 [71] Ver C:1, 3 [72] Ver XCIV:8 [73] VerXCV:5 [74] Ver XIV:22 [75] Ver V:8 [76] Ver X:16, 18 [77] Ver CIV:9-11; Eze.13:22 [78] Ver LVI:7; Isa.9:9; 19:2; Eze.38:21; Hag.2:22; Mat.24:7; Esd.III:9; IV:24; XV:16; DyC 45:19, 33, 63, 68; 87:1-5; 112:25 [79] Vers.1, 3; LXII:112; XCIV:9; XCIX:6; 3En.XX:148; XII:41; Sal.68:23; Isa.26:21; 34:3, 6-7; 49:26; 63:3, 6; Jer. 46:10, 48:10; Ez.21:1-24, 32; 24:7-8; 32:6; 39:17-19; Sof.1:17; Zac.9:15; Ap.8:8; 14:20; 16:3-4; 19:13; Esd.XV:35 [80] Ver LI:1-5 [81] 1Ne.22:17 [82] Ver V:8 [83] Ver XIV:22 [84] VerCIV:12-13 [85] Vers.9; 1Ne.22:17; XXIII:2-4 [86] Ver CIV:9-11 [87] Ver XLI:5-8 [88] Vers.11-12; XLI:3 [89] Ver CI:2; Zac.14:16-18 [90] Ver XCIV:8 [91] Ver C:11; Zac.14:16-18 [92] Ver XLI:3 [93] Ver CIV:9-11 [94] Vers.4-9; LX:7-11, 16 [95] Ver LX:15 [96] Ver V:8 [97] Ver XXIII:2-4; XCVIII:3; Tom.11; Isa.31:9; Jer.5:14; Eze.20:45-49; Abd.18; Luc.12:49: 1Ne.22:17; Morm.9:5; DyC 29:21; Esd.XIII:38; XVI:1-16 [98] Ver XIV:22 [99] Ver CIII:3-4 [100] 1Cor.15:32 [101] Esd.XVI:47-51 [102] Ver XCIV:8 [103] Ver LII:4 [104] Ver LXXXI:1-2 [105] Vers 3-4; LXII:12 [106] Vers.3-4; CII:4 [107] Vers.5-6; XCIV:8 [108] Ver CIV:6; Sal.73:2-17; Jer.12:1.4; Mal.3:15; Esd.II:33-39 [109] Ver LIV:3-5 [110] Ver XLII:1; LXVIII:3; LXXXI:5; Tom.29, 46, 66, 76; Esd. IX:18; ; 2En.XXXVII:2; XLVII:4; 3En.XVI:77, 167; XVIII:29-34; Job 28:12:13: Prov.1:24; Isa.1:5,6; 9:17; 28:8; 41:26,28; 42:22; 50:2; 51:18; 53:6; 56:10; 59:4,16; 63:5; 64:7,10; 66:4; Jer.4:23-26; 5:1,2; 8:6; 10:20; 12:11; 30:13,17; 35:17; Eze.22:30; Os.7:7; 11:7; Am.5:2,6; Miq.7:2; Nah.2:8; Sof.3:6; Zac.7:14; 1Cor.4:11; Ap.5:4; 2Ne.28:11,14; Morm.8:36; Mor.10:25 [111] Ver XLVIII:4 [112] Ver XC:13 [113] Ver LXXXIX:61-70 [114] Ver XLVIII:4 [115] Ver X:16, 18; XC:13; 3En.X:8 [116] Ver XLVIII:4 [117] Vers.4, 12-13; LXII:12 [118] Ver CIII:6 [119] Vers.9-11; V:4; XIV:5; XXVII:2; XLIX:4; LXII:3; LXVII:9; LXXXIX:73; XCIV:5-6; XCVI:4-6; XCVII:6; XCVIII:14-15; XCIX:1-2, 12; C:9; CI:3; CVI:13; CVIII:6; 3En.XII:78-80; XIII:114-117; Sal.52:4; 59:12; 94:20; 101:7; 119:158; 120:2; Prov.13:5; 30:5-6; Ecl.5:2-3, 7; 6:11; 10:12-14; Isa.1:14;
  • 11. 8:6; 9:17; 10:1-2; 28:15; 30:9; 32:6-7: 42:24; 55:2; 58:2, 13; 59:3, 5, 13; Jer.6:10, 19; 7:8; 8:8-9; 9:13; 19:15; 23:16, 27-32; 29:19; 35:13; Lam.1:18; Eze.4:9-17; 13:19-22; 20:25; 22:26; 35:13; 45:21; Dan.7:11,25; Joe.1:16-20; Am.2:4; 4:5-8; 8:11; Miq.6:16; 7:1, 3; Sof.1:9; 3:4; Zac.7:12; Mal.2:17; Mat.7:26; 12:36-37; 16:6, 11, 12; Mar.8:38; Luc.6:49; 9:26; 24:11; Jn.5:47; 8:47; 12:47-48,; 14:24: Hech.13:27; 15:24; Rom.3:4; 16:18; 1Cor.1:17; 2:1,4,13; 4:6, 5:6-7; 19-20; Ef.4:29; 5:6; Col.2:4; 3:8; 1Tes.2:5; 1Tim.6:3-5; 2Tim.2:14; 2Pe.2:3-18; Jud.1:15; Ap.22:18-19; 2Ne.27:25; 28:14, 26; 33:14; Jac.4:14; Al.12:13-14; 13:20; DyC 124:46; Moi.1:41; TJSMat.:52 [120] Ver XIV:22 [121] Ver XIV:1; XXXIX:2; XLVII:3; LXVIII;1; LXXXI:1-2, 4; LXXXII:1-4; LXXXIX:68-77; XC:14,17,20; XCIII:1; C:6; CVIII:3, 7, 10; 2En. XLVIII:5- 6; 3En.XXIX:109; Esd.IV:20 [122] Ver V:8 [123] Ver V:8 [124] Ver CVI:16; 1Ne.21:17-21; 2Ne.18:18; 27:34; Isa.49:18; 60:4-5; Inv.80:5 [125] Ver LXII:12