1. EL LIBRO DE ENOC 1
(Apócrifo Etíope)
FRAGMENTO NOACICO
(Caps. CVI-CVIII)
Indice General Enoc 1
CAPITULO CVI – EL ASOMBROSO NACIMIENTO DE NOÉ
CAPITULO CVII – GENERACIÓN FINAL DE JUSTICIA
CAPITULO CVIII – LOS QUE AMARÁN A DIOS
CAPITULO CVI – El asombroso nacimiento de Noé
1. Y tras un tiempo, mi hijo Matusalén tomó para su hijo Lamec una mujer, y ella concibió de él y dio a luz un hijo.
2. Y su carne era blanca como la nieve y roja como la flor de la rosa; y los pelos de su cabeza y su cabellera era
blanca como la lana; y sus ojos eran hermosos, y cuando él abrió los ojos iluminó toda la casa como el sol, [1] y toda la
casa estuvo muy brillante.
3. Y entonces él se levantó de las manos de la partera abrió la boca y habló al Señor de justicia
4. Y su padre Lamec fue presa de terror ante él y huyó y fue ante su padre Matusalén.
5. Y le dijo: Yo he puesto en el mundo un hijo, diferente (a los otros); no es como los hombres, sino que parece un hijo
de los ángeles del cielo. Su naturaleza es diferente y no es como nosotros; sus ojos son como los rayos del sol; su rostro
es espléndido.
6. Y me parece que no es mío sino de los ángeles, y temo que se cumpla un prodigio sobre la tierra durante sus días.
7. Y ahora te suplico, oh padre mío y te pido que vayas al lado de Enoc, nuestro padre, y que conozcas por él la
verdad, porque su resistencia está con los ángeles.
8. Así pues, cuando Matusalén hubo oído la palabra de su hijo, vino hacía mí en los confines de la tierra, porque se
había enterado que yo estaba allí, y gritó y oí su voz y fui a él, y le dije: Heme aquí, oh hijo mío, ¿por qué has venido
hacia mí?.
9. EI me respondió y me dijo: He venido a ti a causa de una gran inquietud, y a causa de una asombrosa visión a la
que me he acercado.
10. Y ahora escúchame, oh padre mío: le ha nacido un hijo a mi hijo Lamec que no es parecido a él: su naturaleza no
es como la naturaleza de los hombres, su color es más blanco que la nieve y más rojo que la flor de la rosa, los cabellos
de su cabeza son más blancos que la lana blanca y sus ojos son como los rayos del sol, y ha abierto los ojos y ha
iluminado toda la casa.
11. Y se ha levantado de las manos de la partera y ha abierto la boca y ha bendecido al Señor del cielo.
12. Su padre, Lamec, ha sido presa del terror, y ha huido hacia mí; no cree que sea suyo, sino (que cree que es) la
imagen de los ángeles del cielo, y heme aquí que he venido a ti para que me des a conocer la verdad.
2. 13. Entonces le respondí, yo Enoc, y le dije: EI Señor cumplirá cosas nuevas sobre la tierra; yo ya he visto eso en
visión y te he hecho conocer que en el tiempo de Jared, mí padre, ha habido quienes han transgredido de lo alto del
cielo la palabra [2] del Señor.
14. Y he aquí que han cometido pecado, transgredido la ley: se han unido a mujeres, con ellas han cometido el
pecado, se han desposado y han tenido hijos.
15. Es por eso por lo que habrá una gran ruina sobre toda la tierra: habrá un agua de diluvio y una gran ruina durante
un año.
16. Pero ese niño que os ha nacido permanecerá sobre la tierra y sus tres hijos serán salvados con él cuando mueran
todos los hombres que están sobre la tierra; serán salvados él y sus hijos. [3]
17. Ellos (los ángeles malos) engendrarán gigantes sobre la tierra, no de espíritu sino de carne; por eso habrá un gran
castigo sobre la tierra, y la tierra será purificada de toda corrupción. [4]
18. Y ahora anuncia a Lamec, tu hijo, que el que le ha nacido es verdaderamente su hijo, y dale el nombre de Noé,
porque el constituirá una permanencia para vosotros, y él y sus hijos serán salvados de la destrucción que Ilegará sobre
la tierra a causa de todo el pecado y a causa de toda la injusticia que se cumplirá sobre la tierra en sus días.
19. Y tras eso vendrá una injusticia más grande que la que se ha cumplido al principio sobre la tierra, porque yo sé los
misterios de los santos, porque el Señor me (los) ha enseñado y me (los) ha dado a conocer y sobre las tablas [5] del
cielo yo (los) he leído.
CAPITULO CVII – Generación final de Justicia
1. Y yo he visto escrito sobre ellas, que una generación será más criminal que la otra hasta que se levante una
generación de justicia, [6] y que el crimen sea destruido, y que el pecado desaparezca de la faz de la tierra, y que todo
bien venga sobre ella.
2. Y ahora, ¡oh hijo mío!, ve, anuncia a tu hijo Lamec que este niño que le ha nacido es verdaderamente su propio hijo
y (que) esto no es mentira.
3. Y cuando Matusalén hubo escuchado la palabra de su padre Enoc, pues él le había mostrado toda cosa en
secreto, [7] él volvió y él (la) hizo saber (a Lamec), y le dio a este niño el nombre de Noé, pues a él debía consolar la
tierra de toda ruina.
CAPITULO CVIII – Los que amarán a Dios
Comparar los vers. 4 – 6 con 3Enoc XII : 65 – 80
1. Segundo libro que escribió Enoc para su hijo Matusalén y para aquellos que vendrán después de él y (que)
guardarán la ley en los últimos días.
2. Vosotros que habéis hecho el bien, atended estos días, hasta que sean consumados por los que hacen el mal y
que sea consumido el poder de los pecadores.
3. Vosotros pues, fijaos que el pecado pasa, pues su nombre (el de los pecadores) será borrado del libro de la vida y
de los libros santos,[8] y su raza perecerá por la eternidad, y sus espíritus serán muertos, y ellos gritarán y se
lamentarán en un desierto inmenso, y arderán fuego, [9] pues allí no habrá tierra.
4. Yo vi allí como una nube que no se veía (bien), pues a causa de su profundidad yo no podía ver por encima; yo vi
una Ilama de fuego arder resplandeciente, y (unas formas) parecidas a montañas brillantes torbellineaban y se movían
aquí y allá.
5. Y yo interrogué a uno de los ángeles santos que estaban conmigo y le dije: ¿Qué es este objeto brillante? Porque
no es el cielo sino una Ilama de fuego solamente que arde, y (tiene) un fragor de gritos, de Iloros, de lamentaciones y de
gran sufrimiento.
6. Y él me dijo: Este lugar que tú ves, ahí es lanzado las almas de los pecadores, de los impíos, de los que hacen el
mal, y de todos aquellos que cambian [10] lo que ha dicho el Señor por la boca de los profetas, que debe venir.
7. Pues de estas cosas hay libros escritos y grabados en lo alto en el cielo, para que los ángeles las lean y que sepan
lo que debe Ilegar a los pecadores y a las almas de los humildes, de los que han afligido su carne y han sido
recompensados por Dios, de los que han sido ultrajados por los hombres malos, [11]
8. De los que han amado a Dios y no han amado el oro ni la plata,[12] ni ninguno de los bienes que están en el
mundo, y (que) han librado su carne a los tormentos,
9. Y de aquellos que después de existir no han deseado el alimento terrestre, pero son mirados como un soplo que
pasa y han puesto en práctica esta (convicción). EI Señor las ha probado fuertemente y sus almas han sido
3. encontradas (suficiente) puras para bendecir su nombre.
10. Yo he expuesto en los libros toda su bendición. EI les ha recompensado a ellas mismas, pues ha sido hallado que
aman más al cielo que al soplo de este mundo, y mientras eran pisoteadas por los malos y oían los oprobios y las
maldiciones y eran ultrajadas, ellas me bendecían,
11. Y ahora apelaré a los espíritus de los buenos entre las generaciones de luz, y transfiguraré a los que han nacido
en las tinieblas, que no han recibido en su carne honor ni gloria en recompensa como convenía a su fe
12. Yo exhibiré en una luz [13] refulgente a los que han amado mí nombre santo, y los haré sentar en un trono.
13. Ellos brillarán en los tiempos innúmeros, pues el juicio de Dios es justo, pues Él restituirá fidelidad a los fieles en
la habitación de los caminos de verdad,
14. Y ellos verán arrojar en las tinieblas a los que han nacido en las tinieblas, mientras que los justos brillarán,
15. Pero los pecadores los verán brillar (a los justos), y ellos se volverán también allí donde están escritos para ellos los
días y los tiempos.
[1] Vers.2, 5, 10; XLI:5
[2] Ver CIV:9-11
[3] Ver CV:2
[4] Ver X: 22
[5] Ver LXXXI:1-2
[6] Ver XCIII:5, 10
[7] Ver XLVI:2-3
[8] Vers.3, 7, 10; CIV:12-13; 3En.XXIX:109
[9] Vers.3-5; XXIII:2-4
[10] Ver CIV:9-11
[11] 2En IX::1
[12] Ver XLVIII:7; XCIV:8; 2En.XXX:14; 3En.XII:133; XVI:58, 155; XVIII:158; XXII:3, 7, 45; XXV:43; XXVI:45; Isa.56:6; 1Jn.2:5
[13] Ver LVIII:6