4. El hombre de hoy
es un sujeto trivial,
ligero, frívolo, lo
acepta todo, pero
carece de criterios
sólidos. Todo para
él es etéreo, leve,
volátil, banal, es
permisivo.
5. Utiliza frases como
" Qué más da" ,
"Todo vale" o "las
cosas han
cambiado", que
demuestran el
vacío que se
encuentra en él,
un vacío moral.
11. HAZ LO QUE DESEES
FUERA CON LAS
RESTRICCIONES
DEJA A TRAS LOS
ANTIGUOS CONCEPTOS
VIVE EL HOY
DIOS NO EXISTE
VIVE SEXUALMENTE
LIBRE
VIVE COMO QUIERAS,
PERO NO HAGAS DAÑO
A NADIE
36. “Diviértete, joven, ahora que
estás lleno de vida; disfruta de lo
bueno ahora que puedes. Déjate
llevar por los impulsos de tu
corazón y por todo lo que ves,
PERO: recuerda que de todo
ello Dios te pedirá cuentas.
Sobre todas estas cosas te
juzgará Dios”.
Eclesiastés 11:9
Notas del editor
Nabucodonosor murió y Babilonia, su ciudad, pasó a las manos de su hijo Nabonido, un monarca irresponsable que se ausentó cerca de 10 años del imperio. Nabonido pasó el trono a su hijo Belsazar, un joven de 20 años, quien gastó oportunidades a cambio de lujo, auto-glorificación, orgías y vicios. Débil de carácter y débil de administración
Primero: libertinaje: la vida es mía y yo hago con ella lo que quiero. Los jóvenes que hacían pitos con las hojas de la biblia.
Segundo, vemos que Dios es sumamente serio cuando se trata de las cosas sagradas. Belsasar había profanado impíamente los vasos sagrados del templo de Jerusalén, y para el final de la tarde estaba muerto. Esto nos recuerda los trágicos resultados inmediatos de otras ocasiones por el contacto indebido con las cosas sagradas. Uza extendió su mano para sostener el Arca, y cayó muerto (2 Saín. 6:6-9). Nadab y Abiú pusieron fuego no santificado en el incensario, y el Señor los hirió (Lev. 10:1-3). El rey Uzías usurpó el lugar del sacerdote ungido e instantáneamente se convirtió en leproso (2 Crón. 26:16-21). Con Dios no se juega. Lo que él ha declarado santo, como el sábado, o el diezmo, debe ser tratado con reverencia y cuidado. La Palabra de Dios es santa, y por ello "deberíamos reverenciar la Palabra de Dios. Deberíamos mostrar respeto hacia el volumen impreso y no darle usos comunes ni manosearlo descuidadamente. Nunca debería ser citada la Escritura en broma, ni parafraseada para decir una agudeza“.
Tomar con liviandad las cosas del Señor