1. Para mi tu recuerdo
Arturo Borja
• Para mí tu recuerdo es hoy como la sombra
del fantasma a quien dimos el nombre de adorada…
Yo fui bueno contigo, tu desdén no me asombra,
pues no me debes nada, ni te reprocho nada.
• Yo fui bueno contigo como una flor. Un día
del jardín en que solo soñaba me arrancaste;
te di todo el perfume de mi melancolía,
y como quien no hiciera ningún mal me dejaste…
• No te reprocho nada, o a lo más mi tristeza,
esta tristeza enorme que me quita la vida,
que me asemeja a un pobre moribundo que reza
a la Virgen pidiéndole que le cure la herida.
4. Biografía
Nació en Quito en 1892, décimo tercer hijo. Con una niñez tranquila pero no feliz, por la
disciplina enérgica de su padre
El 13 de noviembre, Arturo falleció por una sobredosis de morfina.
Un día sufrió una lesión en el ojo derecho, al hincarse con la pluma con la que escribía. En 1907
viajó en busca de tratamiento a París. En París aprovechó para estudiar literatura. En poco
tiempo el contagio de los poetas simbolistas fue total.
Es muy escasa su obra artística pero suficiente para determinar la calidad de poeta.
Sus primeras composiciones respiran un poco de optimismo como en su poema Idilio estival. La
melancolía va cubriéndolo como un manto siniestro y constituye una segunda temática de sus
composiciones.
Fue considerado el primero de los modernistas ecuatorianos.