4. Desde hace siglos, a la par de la
literatura ha existido la teoría de la
literatura, a veces llamada “preceptiva
literaria”, la cual intenta definir la
naturaleza, objeto, característica y
limites de los géneros literarios.
Según los diversos enfoques, así hay
distintos conceptos y criterios para
definir la “literalidad” de una obra, es
decir, aquello especifico por lo cual un
texto determinado se considera como
literatura artística.
5.
6. a. La ficción (el “fondo” o contenido): un
texto es literario si en el predomina la
función poética del lenguaje, en donde el
mensaje crea su propia realidad a través
de un proceso intencional, consciente, cuyo
resultado es un “universo de ficción” cuya
veracidad no depende de hechos del mundo
real, aunque pueda basarse en algunos de
sus elementos.
7. b. La dicción (la “forma” o
expresión): un texto es literario si
utiliza figuras literarias, es decir,
recursos léxicos y semánticos que
enriquecen el lenguaje común,
crean belleza, generan nuevos
significados en sus relaciones y
buscan la originalidad para dar un
sello personal.
8.
9. Con el solo “fondo” o contenido no se
construye una obra de arte; es decir, no
hay temas, tramas, personajes ni
situaciones que de por si sean literarios.
Para que el material elegido por el autor o
autora se vuelva artístico, hace falta una
elaboración “formal”, en donde interviene
la habilidad del escritor o escritora para
llevarlo hasta el nivel literario, mediante el
apropiado uso del lenguaje.
10.
11. El contenido de una obra puede ir desde
el polo de lo totalmente imaginario, como
sucede en los cuentos de hadas y
duendes, hasta el polo de lo basado en
elementos reales, como en las novelas
históricas o biográficas. Lo importante, en
cualquier caso, es que el texto logre
construir en la imaginación del lector o
lectora un universo de ficción
relativamente autónomo.