La Misa del Gallo, que celebramos en conmemoración del nacimiento de Jesús, es mucho más que una simple ceremonia religiosa. Es una tradición que nos une como cristianos y transmite la esencia misma de la Navidad. Esta celebración está vinculada a la reliquia del pesebre que se conserva en la basílica de Santa María la Mayor de Roma y su origen es antiquísimo, remontándose probablemente al papa Sixto III en el siglo V. Actualmente, la Misa del Gallo no se celebra necesariamente a medianoche, sino que el Vaticano ha cambiado su horario, celebrándose generalmente antes de la medianoche de la Nochebuena. En cualquier caso, la hora en la que se celebre la Misa del Gallo no resta valor, siempre que mantengamos las oraciones y el sentido de la Navidad cristiana. ¿Qué es la Misa del Gallo? La Misa del Gallo es una de las tradiciones más entrañables de la liturgia. Se realiza en un ambiente de alegría y esperanza. La liturgia resalta la importancia del nacimiento de Cristo como el Salvador, trayendo consigo la promesa de redención y la reconciliación de la humanidad con Dios. Durante la celebración leemos el evangelio de Lucas 2, 1-14, el pasaje que narra el nacimiento en Belén del Hijo de Dios y el anuncio a los pastores, que, junto con la narración de Mateo, han inspirado la representación de los belenes. En la Misa del Gallo destacamos el simbolismo de la luz en la oscuridad. Las velas que se encienden durante la celebración representan la luz de Cristo que disipa las tinieblas del pecado y la ignorancia. Este simbolismo refleja la nuestra creencia en Jesús como Luz del Mundo. También se ha introducido en la Misa, celebrada por el papa en el Vaticano y en otros lugares, la costumbre de cantar o leer, a modo de pregón de Navidad, el texto del Martirologio para el día de Navidad, llamado El canto de la Calenda. Que va recorriendo toda la historia desde la creación del mundo hasta ese momento, en la plenitud de los tiempos, en el que la Palabra puso su morada entre nosotros. Además de celebrar el nacimiento de Jesucristo, la Misa del Gallo también es un tiempo de preparación espiritual para la llegada del Salvador. Por eso es recomendable participar en la Confesión Sacramental como parte de la preparación para recibir la Eucaristía durante la Misa. Finalmente, otro detalle muy importante, tanto en la Misa del Gallo como de todas las celebraciones de Navidad, es la importancia de la palabra hoy, que subraya que nuestra celebración es un acontecimiento vivo y actual, y no un mero recuerdo del pasado.