3. Cuelga una herradura hacia arriba o hacia abajo encima de tu puerta
principal.
Coloca un espejo plano mirando a la puerta en cada habitación.
Usa joyas hechas de calcedonia, obsidiana o plata.
Cuelga campanillas de viento en el exterior.
Potencia tu mente y piensa cosas positivas.
Coloca una mezuzá en tu puerta. Una mezuzá es un trozo
de pergamino que contiene versículos de la Torá.
4. Imagina una luz blanca que te rodea de pies a
cabeza.
Grítale al fantasma y dile que se
vaya.
Visita una iglesia.
Ora. Pide protección contra los espíritus
malignos y malvados.
5. Las historias sobre fantasmas datan de
épocas previas al Cristianismo.
El Museo de Ciencia Natural en
Ottawa, en Ontario, Canadá, tiene
la reputación de ser un sitio
frecuentado por el fantasma
Los fantasmas son seres
relevantes en las culturas
populares de varias
naciones
Durante el siglo 19 se gesta una
doctrina pseudo-filosófica conocida
como “espiritismo”.
La primera parte del Libro de los
muertos se resume en un par de
himnos dedicados a los antiguos dioses
egipcios Ra y Osiris.
6. Es un término usado para dar nombre a cierta clase de experiencias
que se encuentran al margen del campo de las experiencias
normales explicables científicamente.
Una definición frecuentemente utilizada en la literatura científica es la de James
E. Alcock (1981):
Un fenómeno paranormal es aquel que:
*No ha sido explicado en términos de la ciencia actual.
*Únicamente se puede explicar mediante una amplia revisión de los principios de
base de la ciencia.
*No es compatible con la norma de las percepciones, de las creencias y de las
expectativas referentes a la realidad.
7. En el folclore de muchas culturas, son supuestos espíritus o almas
desencarnadas de seres muertos (más raramente aún vivos) que se
manifiestan entre los vivos de forma perceptible (por ejemplo,
tomando una apariencia visible, produciendo sonidos o aromas o
desplazando objetos), principalmente en lugares que frecuentaban
en vida, o en asociación con sus personas cercanas.
8. Según el espiritismo o "doctrina espírita", como se decía
en el siglo XIX desde que este movimiento fue
configurado por Allan Kardec y la teósofa Helena
Petrovna Blavatsky, el alma sobrevive a
la muerte del cuerpo material y asciende a un nivel
superior de existencia. Sin embargo algunas almas se
desvían de ese camino; no parecen tener
una autoconsciencia completa de su ser; la tienen, pero
sólo hasta cierto punto, porque no han logrado todavía
resolver sus dudas existenciales. Se trata de fantasmas:
entidades desencarnadas que se torturan y fustigan
cruelmente con asuntos no resueltos en su vida anterior.