Una mujer pobre pidió crédito en una tienda para comprar comida para su familia, ya que su esposo estaba enfermo. El dueño se negó hasta que un cliente intervino y pagó por la compra. La mujer puso una oración escrita en la balanza en lugar de una lista de compras. El dueño continuó agregando comida hasta que la balanza no aguantó más, conmovido por la fe de la mujer.