Juan Antonio narra su experiencia al mudarse a San Luis Potosí para estudiar medicina. Inicialmente quedó encantado con la ciudad y su belleza. Sin embargo, con el tiempo comenzó a sentir soledad y falta de interés por la carrera. Después de varios meses considerando su decisión, decidió dejar la universidad y regresar a su ciudad natal de Celaya. Aunque extrañará a sus amigos, cree haber tomado la decisión correcta.
1. INSTITUTO TECNOLOGICO
DE CELAYA
INGENIERÍA BIOQUÍMICA
FUNDAMENTOS DE LA INVESTIGACIÓN
ANECDOTAS EN SAN LUIS POTOSÍ
TEXTO NARRATIVO
PRESENTA
JUAN ANTONIO MARTÍNEZ PESCADOR
CELAYA, GTO. 30 DE NOVIEMBRE DEL 2011
2. Formalmente podría presentarme, aunque yo sepa quién soy; mi nombre es
Juan Antonio Martinez Pescador. Todo comenzó un día del mes de agosto del
2010, era un joven de 18 años que acababa de salir de la preparatoria y llegaba a
una nueva ciudad en busca de una nueva aventura; como de costumbre, volvía a
salir de mi hogar para adquirir una educación de mayor calidad. Ese día, me
encontraba muy nervioso, durante todo el camino me la pasaba preguntándole en
repetidas ocasiones a mi papa -¿ya llegamos?-, a lo que él contestaba –ya casi
hijo, desde aquí se ve la zona industrial de San Luis Potosí-, continuaba mi
nerviosismo; aunque, más que nerviosismo se trataba de emoción. Por fin, he ahí
lo que tanto estaba esperando, llegué a la ciudad de San Luis Potosí; realmente
quede sorprendido de lo grande que era la ciudad y de su infraestructura vial, con
sus imponentes puentes que atravesaban prácticamente toda la ciudad y la
belleza de sus enormes parques Tangamanga que, al ser comparados con los de
otras ciudades visitadas anteriormente por mí, parecían un monstruo gigantesco
en donde no podrías recorrer las instalaciones completas en un solo día, la belleza
de sus mujeres, la alegría de las personas; literalmente, me enamore de la ciudad.
Después de enamorarme de la ciudad y se me pasara la emoción, me di a
la tarea de buscar una casa en la cual viviría hasta mi regreso a Celaya, todo
comenzó ese día por la mañana, comencé a marcar números de casas y celulares
para encontrar una casa de renta; desgraciadamente, la mayoría de estas casas
ya estaban ocupadas y se me estaba haciendo muy difícil poder encontrar un
lugar de renta, afortunadamente, visitamos a una vieja conocida de mi madre que
vivía en San Luis para que nos ayudara a encontrar un buen lugar, y así fue,
después de darle la vuelta tres veces a la ciudad, encontramos una casita no muy
lejos de la universidad, ya con el estrés y el enfado de estar todo el día en el sol y
manejando, decidimos que ese sería mi hogar. Fue un día muy cansado,
regresamos a Celaya y acomodé mis cosas para regresar a San Luis, esta vez sin
la compañía de mis padres.
3. Regresé; al instante noté ese sentimiento de soledad al no tener
nuevamente a mi familia junto a mí, el silencio de una casa vacía, el escuchar mis
palabras en el hueco mundo, aunque, al ser mi séptimo año separado de ellos, me
comencé a acostumbrar. Era el inicio de las actividades escolares, me quedé
dormido y llegué tarde a mi primera clase del curso de medicina, y para colmo, me
perdí porque no encontraba mi salón; entre al aula de clases y vi a un grupo de
jóvenes estudiantes adormilados, los cuales, no dejaban de tener esa expresión
de emoción en sus miradas llenas de brillo y vida; todos eran muy cerios al
principio, me daba cuenta que todos tenían un gran potencial y efectivamente,
eran grandes estudiantes que buscaban tener éxito en sus vidas. El tiempo fue
pasando, mis compañeros de clase se fueron deshaciendo de su caparazón con el
cual habían entrado el primer día de clases, se comenzaron a ver las distintas
personalidades típicas de un salón de clases, no podía faltar el bromista, el serio,
el raro, el inteligente, la bonita, la no tan bonita,… y yo, continuaba viviendo el día
a día, haciendo mis labores hogareñas, escuela, estudiar, todo en la misma rutina
diaria. Las clases eran algo aburridas, me decía a mí mismo –otra vez este profe
que nunca explica nada, mejor me duermo un rato y luego estudio- Cabe señalar
que no todo era estudiar, me emocioné demasiado el primer día que entré al
anfiteatro, vería cadáveres de auténticas personas, llegue con una sonrisa casi
demoniaca y la mirada perdida, uno de mis amigos en ese entonces llamado
Eduardo me dijo –we, no mames, pareces niño con juguete nuevo, todos se andan
asqueando y tu acá hasta parece que lo disfrutas- asentí con la cabeza, la verdad
no sabía por quépero siempre había querido ver un cadáver humano.
Existieron días en los cuales me escapaba de ese mundo, como todo ser
humano, necesitaba distraerme y divertirme de vez en cuando, hubo una ocasión
en la cual viaje al municipio de Villa de Arista San Luis Potosí, a una fiesta a la
cual había sido invitado por mi amigo Eduardo, fueron 2 horas de viaje, al ser Villa
de Arista un municipio pequeño, la carretera lucía un tanto desolada, pocos
vehículos pasaban por el camino, el paisaje siempre era el mismo, se veían cactus
de un lado y del otro con la puesta de sol a lo lejos; otros 2 amigos y yo nos la
4. pasábamos jugando, cantando, contando chistes durante todo el camino,
esperando llegar a la ciudad de nuestro amigo Eduardo[…] finalmente llegamos;
Lalo nos estaba esperando en la terminal de autobuses con algunos de sus
primos, nos encontrábamos emocionados, felices de poder ver la ciudad de
nuestro apreciado amigo. El recorrido comenzó por la plaza principal del pueblo,
era una plaza pequeña con un kiosco y una pequeña bola del agua en el centro,
en eso le dije a Lalo – we, no mames, esa bola del agua se parece a la que hay en
mi tierra pero esta está más chiquitilla-, a lo que Lalo y mis demás amigos me
contestaron –un día hay que ir a la tierra del Fish (mi apodo en San Luis Potosí),
sirve que nos presenta a unas chavas y conocemos su ciudad-, la verdad, les di el
avionazo con el típico “simón” y continuamos con nuestro recorrido por el pueblo.
Llegamos a la casa de Lalo, una humilde pero acogedora construcción en frente
del panteón municipal, nos presentó a su familia (madre, hermanos y hermanas,
su padre se encontraba fueras de la ciudad), vimos personas muy agradables
durante nuestra estancia, además; visitamos el panteón municipal a las 2 de la
mañana para ver si nos espantaban o algo, fue una experiencia muy buena,
amaneció el siguiente día, y regresamos a San Luis capital con uno de mis amigos
con el pie luxado, otro con una cruda impresionante, pero sobre todo, con una
alegría y experiencia muy divertida de Villa de Arista San Luis Potosí.
Pasaron los meses, por fin llegó el año 2011, continuaba en el curso de
medicina pero; a diferencia de mis compañeros, tenía un vacío dentro de mí,
sentía que la carrera no me llenaba, quería algo más que solo tener que
aprenderme de memoria cosas que no sabía para que eran, así que llegó el punto
crítico, ese momento que sabía que llegaría; después de pensarlo varios días, y
pensarlo muy bien, decidí salirme de medicina y regresar a Celaya, intervinieron
varios factores para la toma de mi decisión; pero los 2 principales fueron: la falta
de interés por medicina y el segundo que considero lo más importante, la soledad.
Así fue como terminó mi aventura en San Luis Potosí, me traje recuerdos muy
especiales y grandes amistades que definitivamente extrañaré; pero, sé que mi
decisión fue la correcta.