2. El vino acompaña a la humanidad desde hace
casi ya más de 7.000 años.20 No es de extrañar
que los usos proporcionados por el vino
durante este tiempo hayan sido más que
lúdicos. En la historia se puede ver como su
ingesta se ha asociado en las diferentes culturas
a rituales religiosos (culto a Dionisios en la
Grecia Clásica), alquímicos, mágicos,
culinarios, medicinales, etc.
3. Los vinos tienen un
uso primordial como
bebida pero desde
muy antiguo ha
participado de una u
otra forma en las
recetas culinarias de
los países del
mediterráneo.
4. En la época de Bizancio se empleaba en la
elaboración de salsas que contenían diversas
especias como: azafrán, pimienta, canela y que se
hervían hasta reducirse a mitad de volumen, era el
civum conditum80 El uso de vinos en las salsas se
emplea como fuente de disolución de los aromas
debido a su contenido alcohólico, la reducción a la
que se somete hace que su alcohol desaparezca por
completo. Por regla general la calidad del vino
empleado acabe reflejándose en la calidad final de
la salsa. El vino, en forma de vinagre, se emplea en
numerosos platos con el objeto de proporcionar un
sabor ácido, tales son las ensaladas, sopas,
estofados, etc.
5. Entre los platos que contienen vino como uno de
sus ingredientes se encuentra el francés coq au vin
(Gallo al vino), charoset judío, fríos como puede
ser el sorbete de champagne. El empleo de los
vinos fortificados en la cocina se emplea al final de
la elaboración de los mismos, con el objeto de
mantener cierto contenido alcohólico, un ejemplo
es la cuchara de jerez que se añade a los consomés
justo antes de servir. Los vinos se emplean también
como marinado de algunos ingredientes, un
ejemplo se encuentra en la cocina de Aragón
(España) en el que se marina una liebre en vino
antes de realizar el guiso al día siguiente, el plato
se denomina llebrada.
6. El consumo mayoritario de vino se suele hacer como bebida.
En algunos países se suele rebajar el vino con agua
rebajados con soda y con cubitos de hielo durante los días
cálidos, tal es el caso de los Weinschorle alemanes, los
llamados quebrachos en Argentina (por regla general tintos
con fuerte contenido tanino), el ponche con Culén chileno. A
veces se sirve con una mezcla de frutas cortadas en trozos,
tal es el zurracapote (una especie de sangría), la borgoña de
fruta chilena, etc. a veces se mezclan con zumos como la
mimosa con zumo de naranja. En los países del norte de
Europa en los instantes más crudos del invierno suele
hacerse Glühwein (vino caliente especiado) y el
Feuerzangenbowle, el nórdico Glögg. Los vinos especiados
son famosos desde la época del Imperio Romano, uno de los
más conocidos es el Conditum Paradoxum.
7. Con menos tradición
antigua, pero no menos
populares están las
mezclas como el
calimocho que es un
cóctel mezcla de vino
tinto y un refresco
carbonatado de cola a
partes iguales (con este
nombre se le conoce
popularmente en
España, también como
mochete, Rioja libre o
Jote), el tinto de verano.
8. El empleo del vino como
medicina se remonta al
antiguo Egipto, donde se
empleaba como infusión
de diferentes hierbas
medicinales. Hipócrates
menciona su uso como
desinfectante de las
heridas o como un
vehículo de otras drogas.
De la misma forma Galeno
ilustra ejemplos de su uso
en medicina como
tonificante y estimulante
de la digestión.
9. Contrario a la opinión errónea de algunos, las bebidas
alcohólicas no son estimulantes mentales, sino que, en
realidad, son sedantes y calmantes del sistema nervioso
central. “Den ustedes licor embriagante al que está a
punto de perecer, y vino a los que están amargados de
alma”, no como estimulante mental para que tales
personas sean más conscientes de su desgracia, sino,
más bien, como dice el proverbio, para que pueda
„olvidarse de sus problemas‟. (Pr 31:6, 7.) Los romanos
tenían la antigua costumbre de dar a los criminales
vino mezclado con droga para mitigar el dolor de la
ejecución. Quizás esta es la razón por la que los
soldados romanos le ofrecieron a Jesús vino mezclado
con droga cuando lo crucificaban. (Mr 15:23.)
10. En muchos casos el uso del vino se relacionó
con la magia y la alquimia. En 1555 el autor
alquimista Alessio Piemontese escribió
numerosas recetas con vino. Sin embargo, a
partir de la destilación descubierta por Arnau
de Vilanova (aqua vitæ), el uso medicinal del
vino pasó a un segundo plano. Actualmente se
utiliza la vinoterapia como un tratamiento
contra el estrés. A partir del vino, y por las
cualidades antioxidantes que posee, se
producen cosméticos que tonifican la piel.
11. El vino es utilizado en las ceremonias religiosas de
confesiones cristianas. En la Iglesia Católica para
decir misa se utiliza vino, "el cual ha de estar
mezclado con un poco de agua". Vale cualquier
vino de uva; pero suele utilizarse un vino dulce de
baja graduación, en el que el mosto no ha sido
apagado con alcohol, sino que está hecho con uvas
sobremaduras por lo que tienen muy poco
fermento y sobre todo muy poco nutriente de
fermento. Por ese motivo la trasformación del
azúcar en alcohol se detiene espontáneamente a los
seis o siete grados e incluso antes.
12. Según la Biblia el vino es uno de los dones incluidos
entre las bendiciones que Yahvé ha dado a la
humanidad. El vino “regocija el corazón del hombre
mortal”, pone al corazón de “humor alegre”. (Sl 104:15;
Est 1:10; 2Sa 13:28; Ec 2:3; 10:19; Zac 10:7.) Por
consiguiente, Daniel no bebió vino mientras estaba de
duelo. (Da 10:2, 3.) Un suministro abundante de vino,
simbolizado por la “vid” en la expresión repetida con
frecuencia „sentarse bajo la propia vid y la propia
higuera‟, indica prosperidad y seguridad bajo la
gobernación justa de Yahvé. (1Re 4:25; 2Re 18:31; Isa
36:16; Miq 4:4; Zac 3:10.) El vino también está incluido
en las bendiciones de restauración prometidas por
Yahvé. (Joe 3:18; Am 9:13, 14; Zac 9:17.)
13. La utilización del vino en la eucaristía se origina en
el relato de la Última Cena hecho en los
evangelios, donde se cuenta que Jesús de Nazaret
compartió pan y vino con sus discípulos y ordenó
a sus seguidores "hacer esto en memoria de mí"
(Evangelio según san Lucas 22, 19). Las creencias
acerca de la naturaleza de la eucaristía varían entre
las distintas denominaciones cristianas. Los
católicos romanos, por ejemplo, sostienen que el
pan y el vino se transforman («transubstancian»)
en el Cuerpo y la Sangre de Cristo mediante un
proceso llamado transubstanciación.