El poema describe la visita de María Magdalena al sepulcro de Jesús en la mañana de Pascua, donde encuentra la piedra removida y el cuerpo ausente. Luego, María le informa a Pedro y al otro discípulo amado por Jesús que el cuerpo ha sido robado y no saben dónde lo han puesto. El poema luego reflexiona sobre cómo Jesús ya no está en el sepulcro sino que ha resucitado, y que ya no debemos buscarlo en la muerte sino en la vida.