El documento proporciona información biográfica sobre varias figuras importantes en la historia de El Salvador en el siglo XX. Describe que Óscar Romero era un arzobispo salvadoreño que se opuso públicamente a la violencia militar y revolucionaria en el país, lo que finalmente le costó la vida cuando fue asesinado por un francotirador. También resume las biografías de José Napoleón Duarte, un político salvadoreño que fue presidente de 1984 a 1989, Guillermo Manuel Ungo, líder del Frente Democrático Revolucion
1. Óscar Arnulfo Romero
(Óscar Arnulfo Romero y Galdames; Ciudad Barrios, 1915 - San Salvador, 1980) Arzobispo
salvadoreño. Formado en Roma, inició su carrera eclesiástica como párroco de gran actividad
pastoral, aunque opuesto a las nuevas disposiciones del Concilio Vaticano II. En 1970 fue
nombrado obispo auxiliar de El Salvador, y en 1974 obispo de Santiago de María.
En esta sede comenzó a aproximarse a la difícil situación política de su país, donde desde hacía
décadas gobernaba el Ejército. Se implicó de lleno en la cuestión una vez nombrado arzobispo de
El Salvador en 1977. Sus reiteradas denuncias de la violencia militar y revolucionaria, que llegaba
hasta el asesinato de sacerdotes, le dieron un importante prestigio internacional. Ello no impidió
que, al día siguiente de pronunciar una homilía en que pedía a los soldados no matar, fuese
asesinado a tiros en el altar de su catedral.
Óscar Arnulfo Romero
Era hijo de Santos Romero y Guadalupe Galdámez, ambos mestizos; su padre fue de profesión
telegrafista. Estudió primero con claretianos, y luego ingresó muy joven en el Seminario Menor de
San Miguel, capital del departamento homónimo. De allí pasó en 1937 al Colegio Pío Latino
Americano de Roma, donde se formó con jesuitas. En Roma, aunque no llegó a licenciarse en
Teología, se ordenó sacerdote (1942).
El año siguiente, una vez vuelto a El Salvador, fue nombrado párroco del pequeño lugar de
Anamorós (departamento de La Unión), y luego párroco de la iglesia de Santo Domingo y
encargado de la iglesia de San Francisco (diócesis de San Miguel). Trabajador y tradicionalista, solía
dedicarse a atender a pobres y niños huérfanos. En 1967 fue nombrado Secretario de la
Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES), estableciendo su despacho en el Seminario de San
José de la Montaña que, dirigido por jesuitas, era sede de la CEDES. Tres años después el papa
Pablo VI lo ordenó obispo auxiliar de El Salvador.
Crítico por entonces de las nuevas vías abiertas por el Concilio Vaticano II (1962-1965), no tuvo
buenas relaciones con el arzobispo Chávez y González, ni tampoco con un segundo obispo auxiliar,
Arturo Rivera y Damas. Movido por aquella postura, cambió la línea del semanario Orientación
(que desde entonces disminuyó notablemente su difusión). También atacó, sin demasiado efecto,
al Externado de San José y a la Universidad Centroamericana (UCA), instituciones educativas
dirigidas por jesuitas y, finalmente, a los propios jesuitas, contribuyendo a apartarlos en 1972 de la
formación de seminaristas (sustituidos por sacerdotes diocesanos y nombrado él mismo Rector, el
Seminario debió cerrar medio año después).
A pesar de esta serie de fracasos, gozaba del apoyo del Nuncio Apostólico de Roma, y fue
nombrado obispo de Santiago de María en 1974. De gran dedicación pastoral, promovió
asociaciones y movimientos espirituales, predicaba todos los domingos en la catedral, y visitaba a
los campesinos más pobres. Bien visto por ello entre los sacerdotes de su diócesis, se le reprochó
2. cierta falta de organización y de individualismo. En 1975, el asesinato de varios campesinos (que
regresaban de un acto religioso) por la Guardia Nacional le hizo atender por primera vez a la grave
situación política del país.
Así, cuando el 8 de febrero de 1977 fue designado arzobispo de El Salvador, las sucesivas
expulsiones y muertes de sacerdotes y laicos (especialmente la del sacerdote Rutilio Grande) lo
convencieron de la inicuidad del gobierno militar del coronel Arturo Armando Molina. Monseñor
Romero pidió al Presidente una investigación, excomulgó a los culpables, celebró una misa única el
20 de marzo (asistieron cien mil personas) y decidió no acudir a ninguna reunión con el Gobierno
hasta que no se aclarase el asesinato (así lo hizo en la toma de posesión del presidente Carlos
Humberto Romero del 2 de julio). Asimismo, promovió la creación de un "Comité Permanente
para velar por la situación de los derechos humanos".
Aunque no hay certezas al respecto, se ha afirmado que el 8 de octubre de 1979 recibió la visita de
los coroneles Adolfo Arnoldo Majano Ramos y Jaime Abdul Gutiérrez, quienes le comunicaron
(también al embajador de Estados Unidos) su intención de dar un golpe de estado sin
derramamiento de sangre; llevado a efecto el 15 de octubre, Monseñor Romero dio públicamente
su apoyo al mismo, dado que prometía acabar con la injusticia anterior. En enero de 1980 hizo
otra visita más a Roma (la última había sido en mayo de 1979), ahora recibido por Juan Pablo II,
que le escuchó largamente y le animó a continuar con su labor pacificadora.
Insatisfecho por la actuación de la nueva Junta de Gobierno, intensificó los llamamientos a todas
las fuerzas políticas, económicas y sociales del país, la Junta y el ejército, los propietarios, las
organizaciones populares, sus sacerdotes e incluso a los grupos terroristas; para colaborar en la
reconstrucción de El Salvador y organizar un sistema verdaderamente democrático. El 17 de
febrero de 1980 escribió una larga carta al presidente estadounidense Jimmy Carter, pidiéndole
que cancelase toda ayuda militar, pues fortalecía un poder opresor.
Finalmente, el 23 de marzo, Domingo de Ramos, pronunció en la catedral una valiente homilía
dirigida al Ejército y la Policía. Al día siguiente, hacia las seis y media de la tarde, durante la
celebración de una misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia, fue asesinado en el
mismo altar por un francotirador. Se atribuyó el crimen a grupos de ultraderecha, afirmándose
que la orden de disparar habría sido dada por el antiguo Mayor Roberto D'Aubuisson (uno de los
fundadores, posteriormente, del partido Alianza Republicana Nacionalista, ARENA); sin embargo,
no se detuvo a nadie y todavía en la actualidad permanecen sin identificación y castigo los
culpables.
3. José Napoleón Duarte
(25/11/1925 - 23/02/1990)
José Napoleón Duarte
Político salvadoreño
Nació el 25 de noviembre de 1925 en San Salvador. Hijo de un pastelero y una sirvienta.
Gracias a un premio de lotería, pudo estudiar, primero en el Liceo de San Salvador y más tarde en
la universidad de Notre Dame, en Indiana (Estados Unidos) donde se graduó como Ingeniero Civil.
De vuelta a su país ejerció como profesor de Cálculo Estructural en la Facultad de Ingeniería civil
de la Universidad Nacional Salvadoreña. Cursó estudios de Ciencias Políticas en diferentes
universidades europeas y fue alcalde de San Salvador de 1964 a 1970.
Fundó el Partido Demócrata Cristiano, siendo primero secretario y desde 1972 presidente. Este
mismo año fue candidato a la presidencia de la República por la Unión Nacional Opositora, que
ganó las elecciones, aunque turbios manejos colocaron en la presidencia al coronel Arturo
Armando Molina. Duarte fue arrestado y se vio obligado a exiliarse en Venezuela, donde sería
elegido vicepresidente de la Unión Mundial Demócrata Cristiana y más tarde, presidente de la
Organización Demócrata Cristiana de América.
En 1977 se volvió a presentar como candidato a la presidencia y las fuerzas militares anularon las
elecciones designando presidente al general Humberto Romero. En 1983, fue nuevamente
candidato a la presidencia del país por el Partido Demócrata Cristiano. Los resultados obligaron a
realizar una segunda votación entre Duarte y D'Aubuisson, de la que Duarte salió proclamado
presidente electo, tomó posesión del cargo del 1 de junio de 1984.
En 1987, propuso a Daniel Ortega, entonces presidente de Nicaragua, la firma del Plan de paz de
Esquipulas, para conseguir la paz en territorio centroamericano. Durante su mandato tuvo que
hacer frente a varios intentos de golpe de Estado, de los que pudo salvarse gracias al apoyo de los
Estados Unidos. Así mismo sufrió el secuestro de su hija a manos de la guerrilla.
En junio de 1989, gravemente enfermo víctima de un proceso canceroso, abandonó la presidencia,
cediéndosela a su sucesor Alfredo Cristiani.
José Napoleón Duarte falleció el 23 de febrero de 1990.
4. Guillermo Manuel Ungo
(San Salvador, 1928 - México, 1991) Político salvadoreño que fue presidente del Frente
Democrático Revolucionario de El Salvador (FDR) y secretario general del Movimiento Nacional
Revolucionario. Hijo de un impresor, hizo algunos cursos de Artes Gráficas en un instituto de
Pensilvania, Estados Unidos.
Guillermo Manuel Ungo
Tras abandonarlos, regresó a su país e ingresó en la Facultad de Derecho. Se doctoró en
Jurisprudencia y Ciencias Sociales por la Universidad de El Salvador y su tesis de graduación obtuvo
la medalla de oro. Ejerció como abogado y profesor universitario, y fue presidente del Centro de
Estudios Jurídicos, director del Instituto de Investigaciones José Simeón Canas de la Universidad
Centroamericana y jefe del departamento de Derecho Procesal de la Universidad de El Salvador.
En 1968 fundó el partido Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), formación política de tinte
socialdemócrata de la que, en 1970, fue nombrado secretario general. El MNR está adscrito desde
1978 a la Internacional Socialista, de la que Ungo fue uno de sus vicepresidentes. En 1972, el
partido liderado por Ungo participó en las elecciones presidenciales salvadoreñas, integrado en la
Unión Nacional Opositora (UNO), junto a la Democracia Cristiana y la Unión Democrática
Nacionalista (UDN). En aquella ocasión el secretario general del MNR se presentaba como
candidato a la Vicepresidencia de la República. Ese mismo año, Ungo tuvo que exiliarse por
primera vez después del fraude registrado en los comicios.
Volvió a El Salvador en 1979, y el 17 de octubre pasó a ser miembro de la Junta de Gobierno que
dirigió el país tras el golpe de Estado de los jóvenes oficiales contra el dictador Humberto Romero.
Sin embargo, Guillermo Ungo apenas permaneció cuatro meses en este cargo, del que dimitió el 3
de enero de 1980 para exiliarse en Panamá a causa de las presiones de la alta jerarquía militar.
El Movimiento Nacional Revolucionario se integró en abril de 1980 en el Frente Democrático
Revolucionario, plataforma política que agrupaba a una veintena de organizaciones salvadoreñas
que luchaban por un cambio social en el país y que estaba aliada políticamente al Frente
Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). Ungo fue designado presidente del Frente
Democrático en diciembre de 1980 y desde entonces compartió influencia con Rubén Zamora,
líder del Movimiento Popular Social Cristiano y vicepresidente del FDR.
En noviembre de 1987 regresó a El Salvador, tras siete años de exilio, en virtud del acuerdo
Esquipulas II. Una vez en el país, entró en contacto con el resto de las formaciones políticas
nacionales; se constituyó luego la llamada Convergencia Democrática junto al Movimiento Popular
Social Cristiano y el Partido Social Demócrata (PSD), de Mario Reni Roldán. En las elecciones
presidenciales del 19 de marzo de 1989, Guillermo Ungo encabezó la Convergencia Democrática.
En los comicios, esta alianza de izquierdas alcanzó sólo el 3,4 por ciento de los votos. Desde
entonces lideró la oposición democrática contra el Gobierno de Alfredo Cristiani. El 28 de febrero
de 1991 falleció a causa de una embolia cerebral, tras un mes de tratamientos médicos en el
hospital español de la ciudad de México.
5. Roberto d'Aubuisson
(23/08/1944 - 20/02/1992)
Roberto d'Aubuisson
Militar y político salvadoreño
Nació el 23 de agosto de 1944 en Santa Tecla.
En el año 1979, deja el Ejército para dirigir grupos paramilitares de extrema derecha. Organizador
de los escuadrones de la muerte, fue acusado por el embajador estadounidense R. White de ser el
promotor de la trama que acabó con la vida de monseñor Óscar Arnulfo Romero.
En las elecciones del año 1982, su partido, Alianza Republicana Nacional (ARENA), consiguió el 30%
de los votos y fue nombrado presidente de la Asamblea Constituyente. En 1984 perdió en las
elecciones presidenciales y, un año después, lo sustituyó al frente del partido Alfredo Cristiani. En
el año 1990 fue procesado por el asesinato de monseñor Romero.
Roberto d'Aubuisson falleció el 20 de febrero de 1992.
Alfredo Cristiani
(San Salvador, 1948) Político salvadoreño que fue presidente de la república entre 1989 y 1994.
Estudió el bachillerato en la Escuela Americana de El Salvador y se graduó por la Universidad de
Georgetown, Washington, en Administración de Empresas. A partir de 1984, año en el que ingresó
en la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), se integró en el consejo ejecutivo
nacional del Partido en calidad de director, para pasar, un año después, a ocupar la presidencia del
consejo. En 1988 fue elegido diputado por el departamento de San Salvador.
Alfredo Cristiani
El 28 de mayo de 1988 fue designado candidato electo de ARENA para los comicios salvadoreños
celebrados el 19 de marzo de 1989. Cristiani fue confirmado por el Consejo Electoral y reconocido
por los partidos como el ganador indiscutible en la primera vuelta. Tomó posesión de la
presidencia el 1 de junio de 1989, de manos del democristiano José Napoleón Duarte. Fue la
primera vez, en los últimos cincuenta años de la historia salvadoreña, que un civil elegido
democráticamente reemplazaba en la presidencia a otro civil también escogido en las urnas.
En noviembre de aquel año, seis religiosos jesuitas, entre ellos el rector de la Universidad
Centroamericana (UCA), el español Ignacio Ellacuría, fueron asesinados por miembros del ejército
salvadoreño. La Compañía de Jesús acusó a Cristiani y a seis militares de rango de ser los autores
intelectuales de la matanza. La denuncia sería sobreseída en diciembre de 2000 por el Juzgado
6. Tercero de Paz de El Salvador al entender que, después de diez años, el caso y la responsabilidad
penal de los imputados habían prescrito.
El 31 de diciembre de 1991 se firmó en Nueva York el alto el fuego entre el Gobierno de Cristiani y
el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). La ejecución de estos acuerdos y de
los anteriormente suscritos en San José, México y Nueva York puso término al conflicto armado
salvadoreño. Dicho conflicto había asolado el país centroamericano durante 12 años, con un saldo
trágico de más de 75.000 muertos.
Durante el mandato de Cristiani se puso en marcha la transformación de la Administración de
Justicia y se inició el reparto de tierras entre ex combatientes, aunque se dejó aparcada la
disolución de la Policía Nacional y su sustitución por la Policía Nacional Civil. En las elecciones
presidenciales de El Salvador en 1994, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) presentó como
candidato a Armando Calderón Sol, quien ganó los comicios presidenciales en la segunda vuelta. El
1 de junio Cristiani hizo formalmente la transferencia de poderes a Calderón, dejando un país
mucho más pacificado del que se encontró.
El 2 de junio de 1994, un día después de dejar oficialmente la presidencia, tomo posesión de su
escaño de diputado en el Parlamento Centroamericano (Parlacen), una asamblea de
planteamiento, análisis y recomendación sobre asuntos generales que reúne a representantes
electos de los países centroamericanos: Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Costa Rica y El
Salvador.