El documento resume la presidencia de Miguel Alemán en México de 1946 a 1952. Hubo un crecimiento económico del 10% pero también una inflación del 20% y una devaluación del peso del 90%. Se invirtió en infraestructura como energía, transporte y comunicaciones. La deuda externa aumentó a $346 millones. Socialmente se garantizaron servicios pero hubo distanciamiento con intelectuales. Al final de su mandato, se abandonó el discurso socialista y se adoptó un modelo capitalista con intervención estatal.
3. Elección
• Para las elecciones de 1946 se presentaron
cuatro candidatos:
• Miguel Alemán Valdés por el PRI
• Ezequiel Padilla por el Partido Democrático
Mexicano
• General Agustín Castro por el Partido Nacional
Constitucionalista
• General Enrique Calderón por el Partido
Reivindicador Popular Revolucionario.
4.
5. Situación económica
• México llega a tener hasta un 10% de
crecimiento económico, pero también un 20%
de inflación anual y devaluación del 90% del
Peso Mexicano (PIB siete veces mayor que el
de Japón)
• 20% del gasto se invertiría en el campo
• Existió un crecimiento agrícola del 8%
6. • Infraestructura energética, eléctrica, comunicaciones y
transportes.
• El gobierno fue de los principales inversionistas en
empresas nacionales
• Se impulso a las inversiones norteamericanas
• Desarrollo importante en el centro del país
• Inversión en carreteras: Cuernavaca, Acapulco, Cd. Juárez.
• Inauguración de Aeropuertos (Tijuana, Cd. De México,
Acapulco)
• Impulso a Acapulco como centro turístico (Costera Miguel
Alemán)
• “ESTAMOS HACIENDO PATRIA”
7. Deuda Externa
La deuda externa se incrementó a 346
millones de dólares, porque el gasto público
aumentó, faltaron inversiones en áreas
productivas y el gobierno recurrió al crédito
externo
Devaluación del Peso Mexicano.
Como resultado,
el peso fue
devaluado un
90% y se cotizó
a $8.65 pesos
por dólar.
10. • El gobierno garantizaba los servicios
sociales: salud, educación, obras públicas,
seguridad, etc.)
• Distanciamiento con intelectuales y la
UNAM
11. Fin del sexenio
“Al concluir su periodo en 1952, la herencia cardenista había quedado
definitivamente desprovista de todos los elementos que obstaculizaban la rápida
capitalización del país a través de una vía capitalista con una decidida intervención
del Estado como rector del proceso económico. De ahí en adelante no se volvería a
oír hablar en círculos oficiales del “socialismo mexicano”, aunque el vocabulario
gubernamental tampoco se esforzó en destacar la naturaleza puramente
capitalista del desarrollo. Se prefirió, en cambio, hacer referencia a una “economía
mixta”, cuya definición precisa no se dio, pero que se suponía que recogía los
mejores elementos de los dos grandes sistemas económicos que se disputaban la
hegemonía mundial: el socialismo soviético y el capitalismo enmarcado por el
Estado de Bienestar. La otra consecuencia del progreso económico alemanista fue
acentuar la desigual distribución del ingreso con la baja del poder adquisitivo de
los grupos populares.” (Lorenzo Meyer, 2000)