2. Los sábados, después de que la
campana de la iglesia dejaba oír el toque de
las ánimas, unas sonando panderos, y otras,
añafiles y castañuelas, y todas a caballo sobre
escobas, los habitantes de Trasmoz veían
pasar una banda de viejas, espesas como las
grullas, que iban a celebrar sus endiablados
ritos a la sombra de los muros de la ruinosa
atalaya que corona la cumbre del monte”
Gustavo Adolfo Bécquer
3.
4. Probablemente el ya deplorable
estado que encontró Bécquer en
el siglo XIX era el escenario
perfecto para dar acogida a un
folclore que sitúo en Trasmoz
buena parte de la religiosidad
popular del pueblo.
Afortunadamente la torre del
homenaje ha sido restaurada, y
en breve podrá acoger un centro
de interpretación de la fortaleza
y quizás, el museo de la brujería
que ha cerrado hace poco
tiempo en el pueblo.
5. La más famosa de las brujas, quizá por ser la
última de la que se tienen noticias, fue la Tía
Casca que fue despeñada por el pueblo en el
año 1850 acusada de brujería. Se decía de ella
que tenía el cabello enmarañado a jirones, y se
le enroscaba alrededor del rostro. Bécquer
aseguraba, en la misma carta, que el barranco
donde fue arrojada estaba hechizado y convenía
no seguir la senda que conducía hasta él pues
su alma erraba en pena y no era querida ni por
Dios ni por el Diablo.
El poeta andaluz confirma la celebración
en el castillo de Trasmoz de conciliábulos
de brujas, preferentemente los sábados
de madrugada se reunían para volar con
sus escobas y practicar ritos perversos
6. Actualmente la fortaleza de Trasmoz
permanece cerrada, a la espera de una
necesaria restauración que no llega, y que
se hace del todo necesaria. No obstante
merece la pena acercarse hasta sus muros,
atravesando todo el pueblo y dejar el coche
junto al cementerio.
7. En la puerta del camposanto se colocó una placa en
recuerdo de Bécquer, que con su visión romántica y
nostálgica gustaba tanto de estos lugares cercanos a
la muerte:
"En estos escondidos rincones, último albergue de
los ignorados campesinos, hay una profunda calma.
Nadie turba su santo recogimiento, y después de
envolverse en su ligera capa de tierra, sin tener
siquiera el peso de una losa, deben de dormir mejor
y más sosegado”.
8.
9. En el camino de subida al castillo se ha colocado
además una escultura conmemorativa del escritor,
pensativo, mirando al pueblo y al horizonte.
Probablemente esperando a sus brujas,
eternamente hechizado por sus embrujos, en un
lugar donde la magia entra a borbotones...