1. El origen de la gran familia de los homínidos arranca en el punto de
separación entre nuestra línea evolutiva y la que conduce a los
chimpancés, nuestros parientes más cercanos, hace
aproximadamente siete millones de años. Reconstruir la historia
completa desde el primer homínido hasta nuestros días es una
tarea casi detectivesca que involucra a paleontólogos, genetistas,
ecólogos, geólogos, ingenieros, matemáticos y de la que cada día
conocemos más datos.
A principios de 2002, el desierto de yurab en Chad se convirtió en
el escenario de un sorprendente hallazgo: el cráneo de un fósil de
2. aspecto simiesco de siete millones de años de antigüedad. Su
descubridor, el paleontólogo francés Michel Brunet, decidió
bautizarlo con la palabra Toumai, que en el idioma local significa
ESPERANZA DE VIDA.
Además aunque es difícil obtener evidencias inequívocas de
bipedestación a partir del cráneo, varias pruebas sugieren que
podría haber caminado erguido, aseguran Brunet y sus
colaboradores.
El antropólogo británico Martin Pickford y la paleo antropóloga
francesa Brigitte Senut, del Museo de Historia Natural de París,
hallaron en octubre de 2000 en las colinas de Tugen -centro de
Kenia- fragmentos de esqueletos de unos cinco simios, cuya
antigüedad fue calculada en 6 millones de años, el Orrorin
tugenensis . El fémur indica que tenía una marcha bípeda muy
parecida a la nuestra. La dentadura, que tenía una dieta omnívora,
rica en frutas y en proteínas obtenidas probablemente de hormigas
y otros insectos. Estos rasgos, sin embargo, se apartan de los de los
australopitecos que vivieron hace entre 4 y 2 millones de años y
que tenían dientes grandes en relación con el tamaño del cuerpo y
una marcha bípeda bamboleante.