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LA HORA DE
LA PRUEBA
prefacio
Selección y ordenación de los versículos: Keith Phillips
Versión en castellano: David Bolick y Jorge Solá
Diseño: M-A Mignot
ISBN: 978-3-03730-674-1
© Aurora Production AG, Suiza, 2012
Derechos reservados.
Impreso en Malasia por JP Printers
La hora de la prueba tiene por objeto
exponer ordenadamente las creencias
que constituyen la base del cristianismo,
lo que está escrito en la Biblia, a fin
de que cada cual tenga claro cuál es
la esperanza que hay en nosotros
(1 Pedro 3:15) y cómo debe conducirse
(1 Timoteo 3:15).
Esta obra ayudará al principiante a
familiarizarse con las Escrituras. Al mismo
tiempo, le servirá al más veterano para ampliar
su conocimiento de la Palabra de Dios, hallar
a diario fuerzas y orientación, y prepararse
mejor para dar a conocer su fe. Igualmente
resultará muy práctica para pastores,
consejeros, padres, maestros y mentores que
deseen impartir instrucción y asesoramiento.
«Si ustedes se mantienen fieles a Mi palabra
—dijo Jesús a algunos de Sus primeros
seguidores—, serán de veras Mis discípulos;
conocerán la verdad, y la verdad los hará
libres» (Juan 8:31,32). ¡Esa promesa es
también para nosotros!
¡Esperamos que este libro te proporcione
agradables ratos de estudio!
Agradecimientos
El recopilador agradece enormemente la ayuda y el apoyo que
recibió durante la preparación de esta obra, y en particular la valiosa
colaboración de Carl y Reuben, con su meticuloso detallismo.
Otros títulos de la colección
Fundamentos
Vida cristiana
Una vida más feliz
índice
Fuerza y poder................................................................................1
Temor....................................................................................................19
Protección..................................................................................... 33
Provisión..........................................................................................47
Pruebas, tentaciones y tribulaciones.................65
Consuelo..........................................................................................89
Sufrimiento.................................................................................. 107
Curación.........................................................................................129
El tiempo del fin...................................................................... 145
explicación
DE CIERTOS ASPECTOS TÉCNICOS
Como es habitual en muchas obras de consulta, y con el ánimo de
facilitar el estudio, los versículos no se reproducen siempre en su
totalidad.
La omisión de una o varias palabras se indica por medio de puntos
suspensivos entre corchetes […].
También se han empleado corchetes [ ]:
1) Para indicar a quién o a qué se refiere un pasaje. Por ejemplo, el versículo
Tito 2:14, que dice: «Él quiso morir para rescatarnos de todo lo malo y para
purificarnos de nuestros pecados», aparece de la siguiente manera: «[Jesús]
quiso morir para rescatarnos de todo lo malo…»
2) Para añadir explicaciones que faciliten la comprensión de ciertos pasajes.
Pongamos por ejemplo Efesios 2:8: «Por la bondad de Dios [misericordia
inmerecida] han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto
algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios».
3) Cuando se ha cambiado el tiempo de un verbo para facilitar la lectura o
dar mayor fluidez al texto, como en Hebreos 1:1, en que se sustituyó «habiendo
hablado» por «habló»: «Dios [habló] en otro tiempo a los padres por los
profetas».
4) Cuando en sustitución de un pasaje de la Escritura que es muy largo y
presenta todo un relato se ha puesto simplemente un resumen del mismo que
expone claramente la idea.
5) Cuando se ha agregado una palabra que no se menciona explícitamente
en un versículo, pero está implícita.
En muchas secciones figuran al final, entre paréntesis y con la indicación
«V. también», remisiones a versículos de importancia secundaria sobre el tema
en cuestión. Cuando esas remisiones están relacionados con un versículo en
particular, las referencias aparecen en el último renglón de dicho versículo.
1
FUERZA Y PODER
1. El poder de Dios comparado con nuestras fuerzas
A. Dios es infinitamente más poderoso que los hombres:
Salmo 8:3,4	 Cuando veo Tus cielos, obra de Tus dedos, la luna
y las estrellas que Tú formaste, 4
digo: «¿Qué es el
hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del
hombre para que lo visites?»
Isaías 40:15,17,22	 Para Él las naciones son como una gota de agua,
como un grano de polvo en la balanza; los países
del mar valen lo que un grano de arena. 17
Todas las
naciones no son nada en Su presencia; para Él no
tienen absolutamente ningún valor. 22
Dios tiene Su
trono sobre la bóveda que cubre la tierra, y ve a los
hombres como si fueran saltamontes. Él extiende el
cielo como un toldo, lo despliega como una tienda de
campaña.
Daniel 4:35	 Todos los habitantes de la tierra son considerados
como nada, mas Él actúa conforme a Su voluntad en
el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra.
Nadie puede detener Su mano, ni decirle: «¿Qué has
hecho?»
1 Corintios 1:25	 [Hasta] lo débil de Dios es más fuerte que los
hombres.
	 (V. también 2 Crónicas 20:6; Salmo 89:6.)
B. Franca perspectiva del hombre y su fortaleza:
Job 14:1,2	 El hombre, nacido de mujer, corto de días y lleno de
tormentos, 2
como una flor brota y se marchita, y
como una sombra huye y no permanece. (V. también
Job 7:1.)
Isaías 40:6–8	 Toda carne es como la hierba, y todo su esplendor
es como la flor del campo. 7
Se seca la hierba, se
marchita la flor cuando el aliento del Señor sopla
Fuentes
Se han consultado las siguientes versiones de la Biblia:
•	 Reina-Valera, revisión de 1909.
•	 Reina-Valera 1960™, © Sociedades Bíblicas en
América Latina, 1960. Derechos renovados 1988,
Sociedades Bíblicas Unidas.
•	 Reina-Valera 95®
, © Sociedades Bíblicas Unidas,
1995.
•	 Dios Habla Hoy®
- Tercera edición, © Sociedades
Bíblicas Unidas 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
•	 Traducción en lenguaje actual™, © Sociedades
Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
•	 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy, © The
Lockman Foundation, 2005.
2 3
sobre ella; en verdad el pueblo es hierba. 8
Se seca la
hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro
Dios permanece para siempre. (V. también Salmo 90:5,6;
103:15,16; Santiago 1:10,11; 1 Pedro 1:24,25.)
Job 8:9	 Nosotros somos apenas de ayer, y nada sabemos;
nuestros días en esta tierra pasan como una sombra.
Salmo 39:5,6	 Mi existencia es como nada delante de Ti;
ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su
vigor, es solo un soplo. […] 6
Sí, como una sombra
anda el hombre.
Salmo 144:3,4	 ¿Qué es el hombre? […] 4
El hombre es como un
suspiro; su vida pasa como una sombra. (V. también
1 Crónicas 29:15; Salmo 62:9; 90:10; Eclesiastés 6:12.)
Salmo 78:39	 Se acordó de que eran carne, soplo que va y no
vuelve. (V. también Isaías 2:22; Santiago 4:14,15.)
Salmo 103:14	 Él conoce nuestra condición; se acuerda de que
somos polvo. (V. también Génesis 18:27; Isaías 29:5,6.)
Job 25:5,6	 Si aun la luna no tiene brillo y las estrellas no son
puras a Sus ojos, 6
¡cuánto menos el hombre, esa
larva, y el hijo del hombre, ese gusano!
	 (V. también Job 4:18–20; Romanos 7:18.)
C. Dios puede hacer cualquier cosa:
Jeremías 32:27	 Yo soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo
imposible para Mí? (V. también Génesis 18:14.)
Job 42:2	 Yo reconozco que todo lo puedes.
Salmo 62:11	 De Dios es el poder.
Mateo 19:26	 Para los hombres esto es imposible; mas para Dios
todo es posible.
Mateo 28:18	 [Jesús dijo:] Toda potestad me es dada en el cielo y
en la tierra.
D. Dios ejerce autoridad total sobre los hombres:
Job 12:10	 En Su mano está la vida de todo ser viviente, y el
aliento de todo ser humano. (V. también Daniel 5:23.)
Job 12:13–25	 En Él están la sabiduría y el poder, y el consejo
y el entendimiento son Suyos. 14
Él derriba, y no
se puede reedificar; aprisiona a un hombre, y no
puede ser liberado. 15
Él retiene las aguas, y todo se
seca, y las envía, e inundan la tierra. 16
En Él están
la fuerza y la prudencia, Suyos son el engañado y
el engañador. 17
 Él hace que los consejeros anden
descalzos, y hace necios a los jueces. 18
Rompe las
cadenas de los reyes y ata sus cinturas con cuerda.
19
Hace que los sacerdotes anden descalzos y
derriba a los que están seguros. 20
Priva del habla a
los hombres de confianza y quita a los ancianos el
discernimiento. 21
 Vierte desprecio sobre los nobles y
afloja el cinto de los fuertes. 22
Él revela los misterios
de las tinieblas y saca a la luz la densa oscuridad.
23
 Engrandece las naciones, y las destruye; ensancha
las naciones, y las dispersa. 24
Priva de inteligencia
a los jefes de la gente de la tierra y los hace vagar
por un desierto sin camino; 25
Andan a tientas en
tinieblas, sin luz, y los hace tambalearse como
borrachos. (V. Salmo 75:6,7; 107:33–40.)
Isaías 43:13	 No hay quien de Mi mano libre.
Salmo 115:3	 Nuestro Dios está en los cielos: todo lo que quiso ha
hecho.
Isaías 64:8	 Tú eres nuestro Padre, nosotros el barro, y Tú
nuestro alfarero; obra de Tus manos somos todos
nosotros. (V. también Isaías 45:9.)
	 (V. también 1 Crónicas 29:12; 2 Crónicas 20:6; Job 9:4;
Salmo 104:29,30; Isaías 40:23,25.)
fuerza y poder fuerza y poder
4 5
2. Confía en el Señor, no en tus propias fuerzas
A. Que Dios te imparta Su fuerza:
Efesios 6:10	 Fortalézcanse en el Señor y en el poder de Su fuerza.
2 Crónicas 20:12	 En nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud
que viene contra nosotros: no sabemos lo que
hemos de hacer, mas a Ti volvemos nuestros ojos.
Salmo 20:7,8	 Unos cuentan con sus carros de guerra y otros
cuentan con sus caballos; pero nosotros contamos
con el Señor nuestro Dios. 8
A ellos se les doblan las
rodillas, y caen, pero nosotros seguimos firmes y en
pie.
Salmo 84:5	 Bienaventurado el hombre que tiene su fortaleza en
Ti.
Salmo 105:4	 Busquen al Señor y Su fortaleza; busquen Su rostro
continuamente.
Isaías 26:4	 Confíen siempre en el Señor, porque Él es refugio
eterno.
2 Corintios 3:5	 Nosotros no somos capaces de hacer algo por
nosotros mismos; es Dios quien nos da la capacidad
de hacerlo.
Filipenses 3:3	 Servimos en espíritu a Dios, […] no teniendo
confianza en la carne.
	 (V. también Éxodo 15:2; 2 Samuel 22:33; Salmo 27:1; 68:28,35;
118:8; 147:10,11.)
B. Él puede hacer lo que tú no puedes:
Zacarías 4:6	 «No depende del ejército, ni de [tu] fuerza, sino de Mi
Espíritu», dice el Señor todopoderoso.
1 Samuel 2:9	 Nadie será fuerte por su propia fuerza.
Salmo 60:11	 Danos socorro contra el enemigo, porque vana es la
ayuda de los hombres.
Salmo 127:1	 Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los
que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en
vano vela la guardia.
	 (V. también Job 9:19; Salmo 33:16,17.)
3. Nuestra debilidad nos hace depender de Dios
A. El poder de Dios se manifiesta en nuestra debilidad:
2 Corintios 4:7	 Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que […]
el poder sea de Dios, y no de nosotros.
Isaías 40:29	 Él da fuerzas al cansado, y al débil le aumenta su
vigor.
Salmo 8:2	 De la boca de los chiquitos […] fundaste la fortaleza.
Salmo 37:39	 La salvación de los justos viene del Señor; Él es su
fortaleza en el tiempo de la angustia.
Salmo 73:26	 Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero
Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para
siempre.
Isaías 25:4	 Tú has sido baluarte para el desvalido, baluarte para
el necesitado en su angustia.
Isaías 41:10	 Yo estoy contigo; no temas, pues Yo soy tu Dios. Yo
te doy fuerzas, Yo te ayudo, Yo te sostengo con Mi
mano victoriosa.
2 Corintios 1:8,9	 Fuimos abrumados sobremanera, más allá de
nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos
la esperanza de salir con vida. 9
De hecho, dentro
de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de
muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros
mismos, sino en Dios que resucita a los muertos.
2 Corintios 12:9,10	 [El Señor] me ha dicho: «[…] Mi poder se perfecciona
en [tu] debilidad». […] 10
Cuando soy débil, entonces
soy fuerte.
fuerza y poder fuerza y poder
6 7
2 Corintios 13:4	 Somos débiles en Él, pero viviremos […] por el poder
de Dios.
Hebreos 11:34	 [Los santos de la Biblia:] Siendo débiles, fueron
hechos fuertes.
	 (V. Salmo 94:17,18.)
B. Cuando estés completamente desvalido, Él te fortalecerá:
Salmo 72:12	 Él salvará al pobre que suplica y al necesitado que no
tiene quien lo ayude.
Lucas 22:43	 [Los discípulos de Jesús se durmieron, pero] un
ángel bajó del cielo para darle fuerzas.
2 Timoteo 4:16,17	 En mi primera defensa ante las autoridades, nadie me
ayudó; todos me abandonaron. […] 17
Pero el Señor sí
me ayudó y me dio fuerzas.
	 (V. también Salmo 27:10.)
C. Te dará fuerzas cada día para que sigas adelante:
Deuteronomio 33:25	Como tus días serán tus fuerzas.
D. Cuando tengas poca fuerza, el Señor te ayudará:
Salmo 37:24	 Aun cuando caiga, no quedará caído, porque el
Señor lo tiene de la mano.
Isaías 35:4	 Digan a los de corazón tímido: «Esfuércense, no
teman». Pues […] Dios mismo […] los salvará.
Apocalipsis 3:8	 He puesto delante de ti una puerta abierta, la cual
nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca
fuerza, has guardado Mi Palabra.
4. Dios puede darte fuerzas y valerse de ti
A. Qué hacer para recibir el poder de Dios:
Josué 1:5–9	 Nadie te podrá derrotar en toda tu vida, y Yo estaré
contigo así como estuve con Moisés, sin dejarte
ni abandonarte jamás. 6
Ten valor y firmeza, que
tú vas a repartir la tierra a este pueblo, pues es la
herencia que Yo prometí a sus antepasados. 7
Lo
único que te pido es que tengas mucho valor y
firmeza, y que cumplas toda la Ley que Mi siervo
Moisés te dio. 8
 Repite siempre lo que dice el libro
de la Ley de Dios, y medita en él de día y de noche,
para que hagas siempre lo que este ordena. Así
todo lo que hagas te saldrá bien. 9
Yo soy quien te
manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo
ni te desanimes porque Yo, tu Señor y Dios, estaré
contigo dondequiera que vayas.
2 Crónicas 16:9	 Los ojos del Señor recorren toda la tierra
para fortalecer a aquellos cuyo corazón es
completamente Suyo.
Nehemías 8:10	 La alegría del Señor es la fortaleza de ustedes.
Salmo 138:3	 El día que clamé, me respondiste; me fortaleciste con
vigor en mi alma.
Isaías 27:5	 Si quiere que Yo lo proteja, que haga las paces
conmigo.
Isaías 30:15	 En la tranquilidad y la confianza estará su fuerza.
Isaías 40:31	 Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas.
Daniel 11:32	 El pueblo que conoce a su Dios se mostrará fuerte y
actuará.
Miqueas 3:8	 A mí, el Espíritu del Señor me llena de fuerza, justicia
y valor.
Hechos 1:8	 Recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga
sobre ustedes.
Efesios 3:16	 Pido al Padre que […] les dé a ustedes, interiormente,
poder y fuerza por medio del Espíritu de Dios.
B. Él te fortalece con Su poder:
Salmo 18:29–34	 Con Tu ayuda atacaré al enemigo, y sobre el muro
de sus ciudades pasaré. 30
El camino de Dios
fuerza y poder fuerza y poder
8 9
es perfecto; la promesa del Señor es digna de
confianza; ¡Dios protege a cuantos en Él confían!
31
¿Quién es Dios, fuera del Señor? ¿Qué otro dios
hay que pueda protegernos? 32
Dios es quien me da
fuerzas, quien hace intachable mi conducta, 33
quien
me da pies ligeros, como de ciervo, quien me hace
estar firme en las alturas, 34
quien me entrena para
la batalla, quien me da fuerzas para tensar arcos de
bronce.
Salmo 68:28	 Tu Dios ha ordenado tu fuerza.
Salmo 68:35	 Dios […] da fortaleza y vigor a Su pueblo.
Salmo 80:17	 Sea Tu mano sobre el hombre […] que para Ti
fortaleciste.
Salmo 84:5,7	 Bienaventurado el hombre que tiene en Ti sus
fuerzas, en cuyo corazón están Tus caminos. 7
Irán
de poder en poder.
Filipenses 4:13	 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Colosenses 1:11	 Pedimos que Él, con Su glorioso poder, los haga
fuertes; así podrán ustedes soportarlo todo con
mucha fortaleza.
Mateo 10:1,8	 Llamando a Sus doce discípulos, Jesús les dio
poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos.
8
«Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien
leprosos, expulsen demonios». (V. también Jueces 14:6,19;
15:14,15; Salmo 8:2; Lucas 10:19.)
C. Alaba a Dios, que te fortalece:
Salmo 28:7,8	 El Señor es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi
corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se
regocija, y le daré gracias con mi cántico. 8
El Señor
es la fuerza de Su pueblo, y Él es defensa salvadora
de Su ungido.
D. Dale a Dios la gloria por obrar por intermedio de ti:
Filipenses 2:13	 Dios es quien obra en ustedes.
1 Pedro 4:11	 El que sirve, que lo haga por la fortaleza que Dios da,
para que en todo Dios sea glorificado.
Isaías 10:13,15	 [El soberbio] dijo: «Con el poder de mi mano lo he
hecho, y con mi sabiduría; porque he sido prudente».
15
¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta?
Jeremías 9:23,24	 Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio, ni el
poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. 24
Si
alguien se quiere enorgullecer, que se enorgullezca
de conocerme, de saber que Yo soy el Señor.
Hechos 12:21–23	 Herodes, vestido con ropa real, se sentó en la tribuna
y comenzó a hablarles. 22
Y la gente gritaba: «¡Voz de
un dios y no de un hombre es esta!» 23
Al instante un
ángel del Señor lo hirió, por no haber dado la gloria a
Dios.
E. A veces el Señor quiere hacerlo todo por Sí mismo:
Éxodo 14:13,14	 Moisés les contestó: «No tengan miedo.
Manténganse firmes y fíjense en lo que el Señor va a
hacer hoy para salvarlos, porque nunca más volverán
a ver a los egipcios que hoy ven. 14
Ustedes no se
preocupen, que el Señor va a pelear por ustedes».
Jueces 7:todo	 [Gedeón y sus 300 hombres dejan que Dios gane la
batalla a Su manera.]
2 Crónicas 20:15	 No tengan miedo ni se asusten ante ese gran ejército,
porque esta guerra no es de ustedes sino de Dios.
2 Crónicas 20:17	 No son ustedes los que van a pelear esta batalla.
Tomen posiciones, estense quietos y verán cómo el
Señor los librará.
Nehemías 4:20	 Nuestro Dios peleará por nosotros.
fuerza y poder fuerza y poder
10 11
Salmo 18:17	 Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me
aborrecían; pues eran más fuertes que yo.
Isaías 30:7	 Su fortaleza sería estarse quietos.
5. No confíes en ti mismo
A. Advertencias sobre confiar en nuestras propias fuerzas:
Salmo 118:8,9	 Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el
hombre. 9
Es mejor refugiarse en el Señor que confiar
en príncipes.
Salmo 146:3	 No confíen ustedes en príncipes, ni en hijo de
hombre en quien no hay salvación.
Jeremías 9:23,24	 Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio, ni el
poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. 24
Si
alguien se quiere enorgullecer, que se enorgullezca
de conocerme, de saber que Yo soy el Señor.
Jeremías 17:5	 Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace
de la carne su fortaleza, y del Señor se aparta su
corazón.
Juan 15:4,5	 Sigan unidos a Mí, como Yo sigo unido a ustedes.
Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está
unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden
dar fruto, si no permanecen unidos a Mí. 5
Yo soy
la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece
unido a Mí, y Yo unido a él, da mucho fruto; pues sin
Mí no pueden ustedes hacer nada.
	 (V. también Isaías 31:3.)
B. Consecuencias de apoyarnos en nuestras propias fuerzas y planes:
2 Crónicas 26:16	 Cuando se afirmó en el poder, se volvió orgulloso, lo
cual fue su ruina. Fue infiel al Señor su Dios.
Oseas 10:13	 Ustedes han arado iniquidad, han segado injusticia,
han comido fruto de mentira. Porque has confiado en
tu camino, en la multitud de tus guerreros.
1 Corintios 10:12	 El que piensa estar firme, mire que no caiga.
	 (V. también 1 Samuel 15:1–28; 28:4–25 y 31:1–8 sobre Saúl.)
C. La falta de fuerzas frecuentemente se debe al pecado:
Salmo 31:10	 Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad.
Levítico 26:27,36,37	 Si […] no me obedecen, sino que siguen
oponiéndose a Mí, 36
les haré sentir tanto miedo que
huirán con el simple ruido de una hoja al caer; huirán
como si los persiguieran con una espada, y caerán
sin que nadie los persiga; 37
tropezarán unos contra
otros como si huyeran de la guerra, aunque nadie los
persiga; ¡ninguno de ustedes podrá hacer frente a
sus enemigos!
Josué 7:12	 Los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus
enemigos, sino que delante de sus enemigos
volverán la espalda, por cuanto han venido a ser
anatema [maldecidos].
Jueces 2:13–15	 Dejaron al Señor y sirvieron a Baal y a Astarot.
14
 La ira del Señor se encendió contra Israel, y los
entregó en manos de salteadores que los saquearon.
También los vendió en mano de sus enemigos
de alrededor, y ya no pudieron hacer frente a sus
enemigos. 15
Por dondequiera que iban, la mano
del Señor estaba contra ellos para mal, tal como el
Señor había dicho y como el Señor les había jurado,
y se angustiaron en gran manera.
	 (V. también Amós 2:13–15.)
6. Poder para dar testimonio de Jesús
A. El poder proviene del Espíritu Santo:
Hechos 1:8	 Recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga
sobre ustedes; y serán Mis testigos.
fuerza y poder fuerza y poder
12 13
Miqueas 3:8	 El Espíritu del Señor me llena de fuerza, justicia y
valor, para echarle en cara a Israel su rebeldía y su
pecado.
Juan 6:63	 El Espíritu es el que da vida; la carne para nada
aprovecha.
Hechos 4:8,10,13	 Pedro, lleno del Espíritu Santo, les contestó:
10
 «Declaramos ante ustedes y ante todo el pueblo
de Israel que este hombre que está aquí, delante de
todos, ha sido sanado en el nombre de Jesucristo
de Nazaret». 13
Cuando las autoridades vieron la
valentía con que hablaban Pedro y Juan, y se dieron
cuenta de que eran hombres sin estudios ni cultura,
se quedaron sorprendidos, y reconocieron que eran
discípulos de Jesús.
Hechos 4:31,33	 Fueron llenos del Espíritu Santo. 33
Y con gran poder
los apóstoles daban testimonio.
1 Tesalonicenses 1:5	 Cuando nosotros les anunciamos el evangelio, no
fue solamente con palabras, sino que lo hicimos
también con demostraciones del poder de Dios y de
la actividad del Espíritu Santo.
2 Timoteo 1:7	 No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de
poder.
B. Ningún hombre puede hacer frente al poder del Espíritu de Dios:
Lucas 21:15	 Yo les daré palabras tan llenas de sabiduría que
ninguno de sus enemigos podrá resistirlos ni
contradecirlos en nada.
Jeremías 5:14	 Pongo Mis palabras en tu boca como fuego, y a este
pueblo como leña.
Hechos 6:10	 No podían resistir la sabiduría y el Espíritu con que
[Esteban] hablaba.
2 Corintios 10:4	 Las armas que usamos no son las del mundo, sino
que son poder de Dios capaz de destruir fortalezas.
C. El poder tiene que venir de Dios:
1 Corintios 1:18	 La palabra de la cruz […] es poder de Dios.
1 Corintios 2:4,5	 Cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé
palabras sabias para convencerlos. Al contrario,
los convencí haciendo demostración del Espíritu
y del poder de Dios, 5
para que la fe de ustedes
dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de
los hombres.
1 Corintios 4:20	 El reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de
poder.
	 (V. también Lucas 4:14.)
D. Dios puede valerse de ti aun cuando estés débil:
Gálatas 4:13,14	 [Pese a sufrir una enfermedad física, Pablo dio
testimonio a los gálatas, y se convirtieron.]
E. Dios puede intervenir y servirse poderosamente de ti:
Éxodo 4:10–12	 «¡Ay, Señor! —respondió Moisés—. Yo no tengo
facilidad de palabra, y esto no es solo de ayer ni de
ahora que estás hablando con este siervo Tuyo, sino
de tiempo atrás. Siempre que hablo, se me traba la
lengua». 11
Pero el Señor le contestó: «¿Y quién le
ha dado la boca al hombre? ¿Quién sino Yo lo hace
mudo, sordo, ciego, o que pueda ver? 12
Así que,
anda, que Yo estaré contigo cuando hables, y te
enseñaré lo que debes decir».
Jeremías 1:6–9	 «¡Ah, Señor Dios! No sé hablar, porque soy joven».
7
 Pero el Señor me dijo: «No digas: “Soy joven”,
porque adondequiera que te envíe, irás, y todo lo que
te mande, dirás. 8
No tengas temor ante ellos, porque
contigo estoy para librarte» […]. 9
Entonces el Señor
extendió Su mano y tocó mi boca. Y el Señor me
dijo: «Yo he puesto Mis palabras en tu boca».
fuerza y poder fuerza y poder
14 15
Mateo 10:20	 Ustedes no son los que van a hablar, sino que el
Espíritu de Dios hablará por ustedes. (V. también
Marcos 13:11; Lucas 12:12.)
	 (V. también 1 Samuel 10:6)
7. Dios nos ayuda a hacer frente a nuestros adversarios
A. Cuando nos vemos en batallas espirituales por defender la fe:
Judas 3	 He sentido la necesidad de escribirles exhortándolos
a luchar ardientemente por la fe.
2 Corintios 10:3–5	 Es verdad que vivimos en este mundo, pero no
actuamos como todo el mundo, 4
ni luchamos con
las armas de este mundo. Al contrario, usamos el
poder de Dios para destruir las fuerzas del mal, las
acusaciones 5
y el orgullo de quienes quieren impedir
que todos conozcan a Dios.
	 (V. también 1 Corintios 10:11.)
B. En caso de que te veas obligado a defender físicamente a tus seres
queridos o tu país:
Lucas 11:21	 Cuando un hombre fuerte está bien armado y cuida
su casa, lo que en ella guarda está seguro.
Juan 10:11	 El buen pastor su vida da por las ovejas.
C. La fuerza de la carne no se puede ni comparar con el poder divino:
1 Samuel 17:45	 Tú [Goliat] vienes contra mí con espada, lanza y
jabalina, pero yo voy contra ti en nombre del Señor
todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel.
Salmo 9:19,20	 Levántate, oh Señor; no prevalezca el hombre; sean
juzgadas las naciones delante de Ti. 20
Pon temor en
ellas, oh Señor; aprendan las naciones que no son
más que hombres.
Isaías 31:3	 Los egipcios son hombres, y no Dios, y sus caballos
son carne, y no espíritu. El Señor, pues, extenderá
Su mano, y el que ayuda tropezará, y el que recibe
ayuda caerá; todos ellos a una perecerán.
	 (V. también Oseas 1:7.)
D. Podrán parecer fuertes, pero su brío se apartará de ellos:
Números 14:9	 No […] le tengan miedo a la gente de ese país,
porque ellos van a ser pan comido para nosotros; a
ellos no hay quien los proteja, mientras que nosotros
tenemos de nuestra parte al Señor. ¡No tengan
miedo!
Jeremías 46:17	 ¡El faraón, rey de Egipto, no es más que ruido!
E. Es Dios quien determina el desenlace; no depende de la capacidad
física:
1 Samuel 2:4	 Él destruye los arcos de los poderosos, y reviste de
poder a los débiles.
2 Crónicas 25:8	 En Dios está la fortaleza, o para ayudar, o para
derribar.
Salmo 33:16,17	 El rey no se salva por la multitud del ejército, ni
escapa el valiente por la mucha fuerza. 17
Vano para
salvarse es el caballo; la grandeza de su fuerza a
nadie podrá librar.
Salmo 35:10	 Dirán todos mis huesos: «Señor, ¿quién como Tú, que
libras al afligido de aquel que es más fuerte que él, sí,
al afligido y al necesitado de aquel que lo despoja?»
Salmo 44:3–7	 No fue por su espada que tomaron posesión de
la tierra, ni fue su brazo el que los salvó, sino Tu
diestra y Tu brazo, y la luz de Tu presencia, porque
te complaciste en ellos. 4
Tú eres mi Rey, oh Dios;
manda victorias a Jacob. 5
Contigo rechazaremos a
nuestros adversarios; en Tu nombre pisotearemos a
los que contra nosotros se levanten. 6
Porque yo no
confiaré en mi arco, ni me podrá salvar mi espada;
fuerza y poder fuerza y poder
16 17
7
 pues Tú nos has salvado de nuestros adversarios, y
has avergonzado a los que nos aborrecen.
F. No debemos combatir a nuestros enemigos fiándonos de fuerzas
carnales:
2 Reyes 18:21	 Veo que confías en este bastón de caña astillada,
en Egipto, que si uno se apoya en él se le clava y le
traspasa la mano. Tal es el faraón, rey de Egipto, para
todos los que en él confían.
Isaías 31:1	 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los
caballos buscan apoyo, y confían en los carros porque
son muchos, y en los jinetes porque son muy fuertes,
pero no miran al Santo de Israel, ni buscan al Señor.
G. No debemos temer el poder de los hombres:
Deuteronomio 3:22	 No les tengas miedo, porque el Señor tu Dios peleará
en favor de ustedes.
Salmo 27:1–3	 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?
El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré
temor? 2
Cuando los malhechores vinieron sobre mí
para devorar mis carnes, ellos, mis adversarios y
mis enemigos, tropezaron y cayeron. 3
Si un ejército
acampa contra mí, no temerá mi corazón; si contra mí
se levanta guerra, a pesar de ello, yo estaré confiado.
Salmo 118:6	 El Señor está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede
hacerme el hombre?
Proverbios 29:25	 El miedo a los hombres es una trampa.
Isaías 2:22	 Dejen de considerar al hombre, cuyo soplo de vida
está en su nariz. Pues ¿en qué ha de ser él estimado?
Isaías 51:12,13	 Yo, Yo mismo, te doy ánimo. ¿A quién tienes miedo?
¿A los hombres? ¿A los hombres mortales, que no
son más que hierba? 13
¿Vas a olvidarte del Señor, tu
creador?
Jeremías 1:8	 «No tengas temor ante ellos, porque contigo estoy
para librarte», declara el Señor.
Lucas 12:4,5	 No deben tener miedo de los que matan el cuerpo,
pero después no pueden hacer más. 5
Yo les voy a
decir a quién deben tenerle miedo: ténganle miedo al
que, después de quitar la vida, tiene autoridad para
echar en el infierno. Sí, ténganle miedo a Él.
H. Dios está de tu lado, y saldrás vencedor:
Deuteronomio 31:8	 El Señor mismo irá delante de ti, y estará contigo; no
te abandonará ni te desamparará; por lo tanto, no
tengas miedo ni te acobardes.
Romanos 8:31	 Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
	 (V. también 2 Crónicas 14:11,12; 20:12–25; Sofonías 3:17.)
I. Los ejércitos celestiales están de nuestra parte:
2 Reyes 6:14–17	 [El rey de Siria] envió allá caballos, carros y un gran
ejército; y llegaron de noche y cercaron la ciudad.
15
 Y cuando el que servía al hombre de Dios se
levantó temprano y salió, vio que un ejército con
caballos y carros rodeaba la ciudad. Y […] dijo: «¡Ah,
señor mío! ¿Qué haremos?» 16
Y él respondió: «No
temas, porque los que están con nosotros son más
que los que están con ellos». 17
Eliseo entonces oró,
y dijo: «Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para
que vea». Y el Señor abrió los ojos del criado, y miró
que el monte estaba lleno de caballos y carros de
fuego alrededor de Eliseo.
2 Crónicas 32:7,8,21	 «¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni se
desanimen ante el rey de Asiria y todo el numeroso
ejército que lo acompaña, porque nosotros
tenemos más que él. 8
Él cuenta con la fuerza de los
hombres, pero con nosotros está el Señor nuestro
fuerza y poder fuerza y poder
19
	18
TEMOR
Valor • Confianza • Paz • Temor de Dios
1. El Señor nos manda no temer
2 Reyes 19:6	 No temas por las palabras que has oído.
Isaías 7:4	 Repósate; no temas, ni se turbe tu corazón.
Zacarías 8:13	 No teman, mas sean fuertes sus manos.
Lucas 12:32	 No tengan miedo, ovejas Mías.
A. Dios está con nosotros; por lo tanto no debemos temer:
Josué 1:9	 ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes,
porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera
que vayas.
Salmo 118:6	 El Señor está conmigo; no tengo miedo. ¿Qué me
puede hacer el hombre?
Isaías 41:10	 No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes,
porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te
ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi
justicia.
	 (V. también Números 14:9; Salmo 78:53; Mateo 17:6,7.)
B. Dios, que es mayor que cualquier adversario, nos protege:
1 Juan 4:4	 El que está en ustedes es más poderoso que el que
está en el mundo.
Lucas 10:19	 Les he dado autoridad […] sobre todo el poder del
enemigo, y nada les hará daño.
Salmo 27:1,3	 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?
El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré
temor? 3
Si un ejército acampa contra mí, no temerá
mi corazón; si contra mí se levanta guerra, a pesar de
ello, yo estaré confiado.
Proverbios 3:25,26	 No temerás el pavor repentino, ni el ataque de los
impíos cuando venga, 26
porque el Señor será tu
confianza.
Dios para ayudarnos a luchar nuestras batallas».
Al oír las palabras del rey Ezequías, el pueblo se
sintió animado. 21
Entonces el Señor envió un ángel
que exterminó a todos los soldados, capitanes y
comandantes del campamento del rey de Asiria,
quien tuvo que volverse a su país lleno de vergüenza.
Y cuando entró en el templo de su dios, allí mismo lo
asesinaron sus propios hijos.
	 (V. también Josué 5:13,14; Salmo 68:17; 91:11; Isaías 37:33–36.)
J. Serás muchísimo más fuerte que tus adversarios:
1 Juan 4:4	 El que está en ustedes es más poderoso que el que
está en el mundo.
Josué 23:9,10	 El Señor ha expulsado a naciones grandes y
poderosas de delante de ustedes. En cuanto a
ustedes, nadie les ha podido hacer frente hasta hoy.
10
 Un solo hombre de ustedes hace huir a mil, porque
el Señor su Dios es quien pelea por ustedes, tal
como Él les ha prometido.
	 (V. también Deuteronomio 11:25; 28:7.)
K. Dios puede darnos la victoria aunque nos enfrentemos a fuerzas
abrumadoramente superiores:
1 Samuel 14:6	 El Señor no está limitado a salvar con muchos o con
pocos.
2 Crónicas 14:11	 Señor, para Ti es igual ayudar al fuerte que al débil.
2 Crónicas 16:8,9	 ¿No formaban los etíopes y los libios un ejército
sumamente poderoso, con muchísima caballería
y carros de combate? Sin embargo, el Señor los
entregó en tus manos porque te apoyaste en Él.
9
Pues el Señor está atento a lo que ocurre en
todo el mundo, para dar fuerza a los que confían
sinceramente en Él.
fuerza y poder
20 21
dijo a Eliseo: «¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?»
16
 Eliseo respondió: «No tengas miedo, porque
más son los que están con nosotros [el ejército de
ángeles de Dios] que los que están con ellos».
Nehemías 4:14	 No les tengan miedo. Recuerden que el Señor es
grande y terrible, y luchen por sus compatriotas, por
sus hijos e hijas, mujeres y hogares.
Salmo 3:6	 No temeré a los diez millares de enemigos que se
han puesto en derredor contra mí.
Salmo 46:1,2	 Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra
ayuda en momentos de angustia. 2
Por eso no
tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra,
aunque se hundan los montes en el fondo del mar.
Proverbios 29:25	 El miedo a los hombres es una trampa, pero el que
confía en el Señor estará protegido.
Isaías 12:2	 Dios es mi salvación, confiaré y no temeré.
Isaías 43:1–3	 No temas, porque Yo te he redimido, te he llamado
por tu nombre; Mío eres tú. 2
Cuando pases por
las aguas, Yo estaré contigo, y si por los ríos, no
te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te
quemarás, ni la llama te abrasará. 3
Porque Yo soy el
Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador.
Hebreos 13:6	 Podemos decir confiadamente: «El Señor es mi
ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el
hombre».
Apocalipsis 2:10	 No temas en nada lo que vas a padecer. […] Sé fiel
hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.
B. Ejemplos de valor e intrepidez frente al peligro:
Josué 14:12–14	 [Caleb conquista intrépidamente las ciudades
de los gigantes anaceos.] (V. también Josué 15:13–15;
Números 13:28,33; Deuteronomio 9:1,2.)
temor
C. No te dejes impresionar por la cara que ponga la gente:
Jeremías 1:8	 No temas delante de ellos, porque contigo estoy.
Ezequiel 3:9	 No les tengas miedo, ni te asustes ante la cara que
pongan.
D. El Señor nos ha prometido paz:
Job 22:21	 Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz; y la
prosperidad vendrá a ti.
Salmo 29:11	 El Señor da fuerza a Su pueblo; el Señor bendice a
Su pueblo con paz.
Proverbios 3:24	 Cuando te acuestes no tendrás temor, sí, te
acostarás y será dulce tu sueño.
Isaías 26:3	 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo
pensamiento en Ti persevera.
Juan 14:27	 La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a
ustedes como el mundo la da. No se turbe su
corazón ni tenga miedo.
Juan 16:33	 Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan
paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo
he vencido al mundo.
Gálatas 5:22	 El fruto del Espíritu es […] paz.
Filipenses 4:7	 La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará sus corazones y sus mentes en Cristo
Jesús.
2. La confianza en el Señor vence el temor
A. Cuando confiamos en Dios, no tenemos nada que temer:
2 Reyes 6:14–16	 El rey envió allí gente de a caballo, carros y un gran
ejército, los cuales llegaron de noche y sitiaron la
ciudad. 15
El criado que servía al varón de Dios se
levantó de mañana y salió. Al ver que el ejército tenía
sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros,
temor
22 23
B. Prestar demasiada atención a las circunstancias:
Josué 17:14–18	 [Los israelitas tuvieron miedo de atacar a los
cananeos por tener estos poderosos carros de
hierro.]
Salmo 107:23–27	 [Tormenta en el mar:] Se hicieron a la mar los
comerciantes. Surcaron las aguas con sus barcos,
24
 y allí, en alta mar, vieron la creación maravillosa del
Señor. 25
A la voz del Señor se desató una tormenta
que levantaba grandes olas; 26
eran lanzados hasta
el cielo y hundidos hasta el fondo del mar; ¡perdieron
el valor ante el peligro! 27
Se tambaleaban como
borrachos; ¡de nada les servía su pericia!
Mateo 14:30	 Al ver el fuerte viento, [Pedro, que caminaba sobre el
mar,] tuvo miedo y comenzó a hundirse.
Marcos 4:37–40	 [Una tempestad en el mar de Galilea causa temor a
los discípulos.]
2 Corintios 7:5	 Nos vimos atribulados por todos lados: por fuera,
conflictos; por dentro, temores.
	 (V. también 1 Samuel 28:5; Isaías 7:1,2.)
C. No hacer caso de la Palabra de Dios:
Deuteronomio 28:58,	Si no pones en práctica todas las instrucciones
65–67 	 escritas en este libro, ni respetas este glorioso e
imponente nombre del Señor tu Dios, 65
mientras
vivas en esas naciones no tendrás tranquilidad ni
reposo, porque el Señor te hará vivir asustado, con
los ojos tristes y lleno de ansiedad. 66
Tu vida estará
siempre en peligro; tendrás miedo de día y de noche,
y nunca tendrás segura la vida. 67
Será tanto el miedo
que tendrás, y tales las cosas que verás, que por la
mañana dirás: «¡Ojalá que ya fuera de noche!», y por
la noche dirás: «¡Ojalá que ya fuera de día!»
Nehemías 6:5–11	 [Nehemías no se deja engañar cuando pretenden
infundirle temor para que huya y se refugie en el
templo.]
Daniel 3:14–17	 [Tres hebreos se niegan valientemente a adorar un
ídolo.]
Daniel 6:4–10	 [Aun sabiendo que podía costarle la vida, Daniel rehúsa
traicionar su fe en Dios.]
Juan 19:9–11	 [Jesús no se deja amedrentar por la autoridad de
Pilato.]
Filipenses 1:14	 Al saber que estoy preso, la mayoría de los hermanos
se ha animado a anunciar el mensaje de Dios sin
miedo y con más confianza en el Señor Jesucristo.
Hebreos 11:27	 [Moisés] dejó Egipto, no temiendo la ira del rey.
	 (V. también Esdras 8:21–23,31; Hechos 4:17,18,29,33; 7:54–60.)
C. Hombres que no se amedrentaron mientras los demás eran presa del
temor:
1 Samuel 14:1–14	 [Jonatán y su paje de armas atacan la guarnición de
los filisteos mientras cunde el pavor entre los demás.]
(V. 1 Samuel 13:5–7.)
1 Samuel 17:4–11,	 [Todos los escuadrones de Israel tenían gran temor
23–37,48 	 de Goliat, pero David se enfrentó a él con audacia.]
2 Samuel 23:8–22	 [Los valientes de David se plantaron firmes y derrotaron
a sus enemigos pese a hallarse en desventaja.]
3. Algunas causas del temor
A. Falta de fe y de confianza en Dios y en Su Palabra:
Mateo 8:26	 ¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes!
Marcos 4:40	 ¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe?
Isaías 51:12,13	 ¿A quién tienes miedo? ¿A los hombres? ¿A los
hombres mortales, que no son más que hierba?
13
 ¿Vas a olvidarte del Señor, tu creador?
temortemor
24 25
4. Efectos del temor
A. Nos puede esclavizar:
Hebreos 2:15	 Por miedo a la muerte viven como esclavos durante
toda la vida.
B. Nos puede debilitar:
Job 4:14	 Me sobrevino un espanto y un temblor que
estremeció todos mis huesos.
Isaías 13:8	 Se llenarán de terror; angustias y dolores se
apoderarán de ellos
Jeremías 6:24	 El miedo nos ha dejado sin fuerzas; sentimos
angustia y dolor.
Lucas 21:26	 La gente se desmayará de miedo al pensar en lo que
va a sucederle al mundo.
C. Puede menoscabar nuestra voluntad de lucha y ocasionar nuestra
derrota:
Levítico 26:36,37	 A aquellos de ustedes que queden con vida en
terreno enemigo, les haré sentir tanto miedo que
huirán con el simple ruido de una hoja al caer; huirán
como si los persiguieran con una espada, y caerán
sin que nadie los persiga; 37
tropezarán unos contra
otros como si huyeran de la guerra, aunque nadie los
persiga; ¡ninguno de ustedes podrá hacer frente a
sus enemigos!
Josué 2:11	 Cuando oímos esto, nos acobardamos, no quedando
ya valor en hombre alguno por causa de ustedes.
Josué 5:1	 Desfalleció su corazón, y no hubo más aliento en
ellos. (V. también 1 Samuel 13:6,7.)
	 (V. también 1 Samuel 14:15,16.)
Levítico 26:15,17	 Si desprecian Mis estatutos y si su alma aborrece
Mis ordenanzas para no poner por obra todos Mis
mandamientos, quebrantando así Mi pacto, 17
fijaré
Mi rostro contra ustedes, para que sean derrotados
delante de sus enemigos; los que los aborrecen
los dominarán y ustedes huirán sin que nadie los
persiga.
Jeremías 6:19,22–25	 [Dice el Señor:] «Escucha, tierra: Voy a traer a este
pueblo una desgracia que es consecuencia de sus
planes malvados; porque no hicieron caso de Mis
palabras, sino que despreciaron Mi Ley». 22
El Señor
dice: «Desde lejanas tierras del norte se prepara
a venir una nación poderosa. 23
Están armados de
arcos y espadas; son crueles, no tienen compasión;
sus gritos son como el estruendo del mar, y van
montados a caballo. Están listos para la batalla
contra Sion». 24
En Jerusalén la gente dice: «Hemos
oído la noticia, y el miedo nos ha dejado sin fuerzas;
sentimos angustia y dolor, como una mujer de parto.
25
¡No salgan al campo, no vayan por los caminos! ¡El
enemigo está armado; hay terror por todas partes!»
D. Castigo por pecados de los que no nos hemos arrepentido:
Job 18:5,11	 Ciertamente la luz del impío se apaga y no
resplandecerá la llama de su fuego. 11
De
todas partes lo asaltan temores y lo hacen huir
desconcertado.
Isaías 48:22	 «No hay paz para los malvados», dice el Señor.
temortemor
26 27
F. Puede atormentarnos mentalmente y producirnos angustia:
1 Juan 4:18	 El temor lleva en sí castigo.
G. Si no lo controlamos, el temor se puede apoderar de nosotros:
Salmo 48:6	 El miedo se adueñó de ellos: se retorcían de dolor,
como mujer de parto.
Salmo 55:5	 Terror y temblor me invaden, y horror me ha cubierto.
Jeremías 6:24	 De nosotros se ha apoderado la angustia, un dolor
como de mujer que está de parto.
H. El temor descontrolado puede llegar a extremos:
Deuteronomio	 Tu vida estará siempre en peligro; tendrás miedo
28:66,67 	 de día y de noche, y nunca tendrás segura la vida.
67
 Será tanto el miedo que tendrás, y tales las cosas
que verás, que por la mañana dirás: «¡Ojalá que ya
fuera de noche!», y por la noche dirás: «¡Ojalá que ya
fuera de día!»
Job 18:11,14	 Por todas partes se siente amenazado; se siente
perseguido a cada paso. 14
Arrancado es también de
la paz de su hogar y llevado a rastras ante el rey del
terror.
Salmo 53:5	 Se sobresaltaron de pavor donde no había miedo.
Proverbios 28:1	 Huye el impío sin que nadie lo persiga.
I. Los temores pueden materializarse y hacerse reales:
Job 3:25	 Todo lo que yo temía, lo que más miedo me causaba,
ha caído sobre mí.
Proverbios 10:24	 Lo que el impío teme, eso le vendrá.
Isaías 66:4	 Yo escogeré para ellos desgracias y traeré sobre
ellos lo que temen.
D. Nos impide testificar o defender nuestras creencias:
Mateo 26:56	 Todos los discípulos abandonaron a Jesús y huyeron.
Mateo 26:69–74	 [Pedro, por miedo, negó conocer a Jesús.] (V. también
Marcos 14:66–72; Lucas 22:54–60; Juan 18:16,17,25–27.)
Juan 7:13	 Ninguno hablaba abiertamente de Él, por miedo de
los judíos.
Juan 9:18–22	 Los jefes judíos no creían que ese joven hubiera sido
ciego y que ahora pudiera ver. Entonces llamaron a
los padres del joven 19
y les preguntaron: «¿Es este
su hijo? ¿Es cierto que nació ciego? ¿Cómo es que
ahora puede ver?» 20
Los padres respondieron: «De
que este es nuestro hijo, y de que nació ciego, no
tenemos ninguna duda. 21
Pero no sabemos cómo
es que ya puede ver, ni quién lo sanó. Pregúntenselo
a él […]». 22
Los padres dijeron esto porque tenían
miedo de los jefes judíos.
Juan 12:42,43	 Muchos de los judíos creyeron en Jesús […]. Pero
no lo decían en público por miedo a los fariseos […].
43
 Preferían la gloria que dan los hombres a la gloria
que da Dios.
Juan 19:12–16	 [Pilato, por temor a los judíos, se plegó a la demanda
de crucificar a Jesús.]
Juan 19:38	 José de Arimatea […] era discípulo de Jesús, aunque
en secreto por miedo a los judíos.
E. Puede llevarnos a desobedecer a Dios:
Números 13:28, 	 [Los israelitas se negaron a invadir Canaán por
31–33 	 temor a los gigantes.] (V. también Números 14:1–5;
Deuteronomio 1:26–28.)
1 Samuel 15:24	 Saúl dijo a Samuel: «He pecado. En verdad he
quebrantado el mandamiento del Señor y tus
palabras, porque temí al pueblo y escuché su voz».
temortemor
28 29
J. El temor es contagioso y puede afectar a los demás:
Deuteronomio 20:8	 Si alguno tiene miedo y le falta valor, que se vaya
a su casa para que no acobarde también a sus
compañeros.
Jueces 7:3	 Quien tema y se estremezca, que madrugue y
regrese a su casa.
	 (V. también Jueces 7:19–22; 1 Samuel 14:12–16.)
5. Cómo librarse del temor y gozar de paz
A. Confía en el Señor:
Salmo 23:4	 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no
temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo.
Salmo 31:13,14	 He oído afrenta de muchos; miedo por todas partes.
[…] 14
Mas yo en Ti confié.
Salmo 56:3,4	 En el día que temo, yo en Ti confío. 4
En Dios, cuya
palabra alabo, en Dios he confiado. No temeré. ¿Qué
puede hacerme el hombre?
Salmo 56:11	 En Dios he confiado: no temeré lo que me hará el
hombre.
Salmo 91:2,3,5	 Diré yo al Señor: «Refugio mío y fortaleza mía, mi
Dios, en quien confío». 3
Porque Él te libra del lazo
del cazador y de la pestilencia mortal. 5
No temerás
el terror de la noche.
Salmo 112:7,8	 No temerá recibir malas noticias; su corazón está
firme, confiado en el Señor. 8
Su corazón está
seguro, no temerá.
Isaías 26:3	 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo
pensamiento en Ti persevera; porque en Ti ha
confiado.
Juan 14:1	 No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean
también en Mí.
Marcos 5:36	 No tengas miedo; solamente confía.
B. Haz caso de las sanas enseñanzas que has recibido:
Salmo 119:165	 Mucha paz tienen los que aman Tu Ley, y no hay para
ellos tropiezo.
Proverbios 1:33	 El que me preste atención, vivirá en paz y sin temor
de ningún peligro.
Proverbios 3:1,2	 Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón
guarde mis mandamientos, 2
porque largura de días y
años de vida y paz te añadirán.
Isaías 48:18	 ¡Si tan solo hubieras atendido a Mis mandamientos!
Entonces habría sido tu paz como un río.
C. Recuerda que Dios está contigo y nunca te fallará:
Deuteronomio 1:29,30	 No teman ni les tengan miedo. 30
El Señor su Dios,
que va delante de ustedes, Él peleará por ustedes.
Deuteronomio 20:3,4	Hoy van a luchar contra sus enemigos. No se
desanimen ni tengan miedo; no tiemblen ni se
asusten, 4
porque el Señor su Dios está con ustedes;
Él luchará contra los enemigos de ustedes y les dará
la victoria.
Deuteronomio 31:6	 Sean firmes y valientes, no teman ni se aterroricen
ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va
contigo; no te dejará ni te desamparará.
D. Cuando los que estén contigo sientan miedo…
Isaías 8:12	 No se asusten ni tengan miedo por todo lo que a
ellos les da miedo.
Isaías 35:4	 Decid a los de corazón apocado: «Esforzaos, no
temáis; […] Dios mismo vendrá, y os salvará».
E. Busca al Señor para que te libre del temor:
Salmo 34:4	 Busqué al Señor, y Él me respondió, y me libró de
todos mis temores.
temortemor
30 31
Salmo 64:1	 Escucha, Dios, la voz de mi queja; guarda mi vida del
miedo al enemigo.
F. Renuncia a tus pecados:
Job 11:13–15	 Si tú dispones tu corazón, y tiendes hacia Dios las
manos; 14
si alguna iniquidad hay en tus manos, pero
la apartas de ti, y no consientes que more en tu casa
la injusticia, 15
entonces levantarás tu rostro limpio de
mancha, serás fuerte y nada temerás.
G. Reprende al diablo y el espíritu de temor:
Santiago 4:7	 Háganle frente al diablo, y él huirá de ustedes.
1 Juan 4:18	 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor
echa fuera el temor.
H. El Espíritu Santo y la fe son la solución:
Hechos 4:29,31	 «Señor, mira sus amenazas y concede a Tus
siervos que con toda valentía hablen Tu palabra».
31
 Cuando terminaron de orar, el lugar en que estaban
congregados tembló; y todos fueron llenos del
Espíritu Santo y hablaban con valentía la palabra de
Dios.
Hebreos 11:33,34	 Por fe conquistaron reinos, […] 34
se hicieron fuertes
en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.
6. Solo debemos temer a Dios
(El temor a Dios es una forma de veneración, un respeto reverencial más
que un sentimiento desagradable de miedo.)
A. Se nos manda temer a Dios:
Josué 24:14	 Teman al Señor y sírvanle con integridad y con
fidelidad.
Salmo 19:9	 El temor del Señor es limpio (cotéjese con Proverbios 29:25).
Proverbios 3:7	 Teme al Señor, y apártate del mal.
Eclesiastés 12:13	 Teme a Dios, y guarda Sus mandamientos; porque
esto es el todo del hombre.
Isaías 8:13	 Al Señor todopoderoso es a quien hay que tener por
santo; a Él es a quien hay que temer; hay que tener
miedo en Su presencia.
Lucas 12:4,5	 No tengan miedo de la gente que puede quitarles la
vida. Más que eso no pueden hacerles. 5
Tengan más
bien temor de Dios, pues Él no solo puede quitarles
la vida, sino que también puede enviarlos al infierno.
A Él sí deben tenerle miedo.
Hebreos 10:31	 Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo.
Mateo 10:28	 No tengan miedo de la gente que puede destruir el
cuerpo, pero no el alma. Teman a Dios.
B. Bendiciones de Dios para los que lo temen:
Salmo 25:12	 ¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él le
instruirá en el camino que debe escoger.
Salmo 31:19	 ¡Cuán grande es Tu bondad, que has guardado
para los que te temen, que has mostrado a los que
esperan en Ti, delante de los hijos de los hombres!
Salmo 34:9	 Teman al Señor, ustedes Sus santos, pues nada les
falta a aquellos que le temen.
Salmo 103:13	 Como un padre se compadece de sus hijos, así se
compadece el Señor de los que le temen.
Salmo 147:11	 El Señor favorece a los que le temen, a los que
esperan en Su misericordia.
Proverbios 1:7	 El temor del Señor es el principio de la sabiduría.
Proverbios 9:10	 El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el
conocimiento del Santo es inteligencia.
Proverbios 14:26	 En el temor del Señor hay confianza segura.
Malaquías 4:2	 Para ustedes que temen Mi nombre, se levantará el
sol de justicia con la salud en sus alas.
temortemor
33
	32
PROTECCIÓN
1. Nuestro único refugio seguro es el Señor
A. El Señor es quien nos da seguridad y protección:
Salmo 127:1	 Si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la
guardia.
Proverbios 21:31	 El hombre prepara el caballo para entrar en batalla,
pero el Señor es quien da la victoria.
B. El Señor tiene poder para protegernos:
Éxodo 6:6,7	 Ve a decir a los israelitas que Yo, el Señor, voy a
librarlos de su esclavitud y de los duros trabajos a
que han sido sometidos por los egipcios. Desplegaré
Mi poder y los salvaré con grandes actos de justicia;
7
los tomaré a ustedes como pueblo Mío, y Yo seré
su Dios. Así sabrán que Yo soy el Señor su Dios, que
los libró.
Sofonías 3:17	 El Señor tu Dios está en medio de ti; ¡Él es poderoso,
y te salvará!
Isaías 59:1	 La mano del Señor no se ha acortado para salvar.
Efesios 3:20	 [Dios] es poderoso para hacer todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos.
C. El Señor es nuestra defensa y nuestro escudo protector:
Deuteronomio 33:27	 El eterno Dios es tu refugio.
Salmo 3:3	 Tú, Señor, eres mi escudo protector.
Salmo 5:12	 Tú, oh Señor, bendices al justo, como con un escudo
lo rodeas de Tu favor.
Salmo 89:18	 ¡Nuestro escudo es el Señor!
Salmo 115:11	 Los que temen al Señor, confíen en el Señor; Él es su
ayuda y su escudo.
Salmo 119:114	 Mi escondedero y mi escudo eres Tú; en Tu Palabra
he esperado.
	 (V. también Salmo 18:35; 107:41.)
Lucas 1:50	 De generación en generación es Su misericordia para
los que le temen.
Hechos 10:35	 En toda nación [Dios] se agrada del que lo teme y
hace justicia.
Apocalipsis 11:18	 Llegó el tiempo […] de dar la recompensa a Tus
siervos […] y a los que temen Tu nombre.
temor
34 35
Salmo 32:7	 Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia; con
cánticos de liberación me rodearás.
Salmo 143:9	 En Ti me refugio.
2. Dios te protegerá porque te ama
A. El Señor libra a Su pueblo que confía en Él:
2 Samuel 8:6	 El Señor le daba la victoria a David por dondequiera
que iba.
Salmo 37:28	 El Señor ama la justicia, y no abandona a Sus santos;
ellos son preservados para siempre.
Salmo 91:9,10	 Ya que has hecho del Señor tu refugio, del Altísimo tu
lugar de protección, 10
no te sobrevendrá ningún mal
ni la enfermedad llegará a tu casa.
B. El Señor te ama, te favorece y te protegerá:
Deuteronomio 33:12	 El amado del Señor vive tranquilo; el Altísimo lo
protegerá siempre. ¡Vivirá bajo Su protección!
2 Samuel 22:20	 Me rescató, porque se complació en mí.
Job 1:10	 Tú no dejas que nadie lo toque, ni a él ni a su familia
ni a nada de lo que tiene.
Salmo 17:8,9	 Guárdame como a la niña de Tus ojos; escóndeme
bajo la sombra de Tus alas, 9
[…] de mis enemigos
que buscan mi vida.
Salmo 41:11	 En esto conoceré que te he agradado: en que mi
enemigo no cante victoria sobre mí.
Salmo 56:9	 Mis enemigos se pondrán en retirada cuando yo
te pida ayuda. Yo sé muy bien que Dios está de mi
parte.
Salmo 91:7	 Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti
no llegará.
Salmo 105:12–15	 Cuando eran pocos en número, muy pocos, y
extranjeros en el país, 13
cuando vagaban de nación
protecciónprotección
D. Él es nuestra torre y fortaleza, nuestra roca:
2 Samuel 22:2,3	 El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador; 3
mi
Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el
poder de mi salvación, mi altura inexpugnable y mi
refugio; salvador mío, Tú me salvas de la violencia.
Salmo 9:9	 El Señor será también baluarte para el oprimido,
baluarte en tiempos de angustia.
Salmo 61:3	 Tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del
enemigo.
Salmo 62:6	 Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio.
Salmo 71:2–4	 Líbrame en Tu justicia, y rescátame; inclina a mí Tu
oído, y sálvame. 3
Sé para mí una roca de refugio,
a la cual pueda ir continuamente; Tú has dado
mandamiento para salvarme, porque Tú eres mi roca
y mi fortaleza. 4
Dios mío, rescátame de la mano del
impío, de la mano del malhechor y del implacable.
Salmo 91:2	 Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en Él confiaré.
Proverbios 18:10	 El nombre del Señor es torre fuerte, a ella corre el
justo y está a salvo.
E. Él es nuestra protección en momentos de mucho peligro:
Isaías 25:4	 Fuiste fortaleza para el pobre, fortaleza para
el necesitado en su aflicción, refugio contra la
tormenta, sombra contra el calor; porque el ímpetu
de los violentos es como una tormenta que se abate
contra el muro.
Nahúm 1:7	 Bueno es el Señor, una fortaleza en el día de la
angustia, y conoce a los que en Él se refugian.
	 (V. también Salmo 46:1–5.)
F. El Señor es nuestro refugio:
Salmo 27:5	 Él me esconderá en Su tabernáculo en el día del mal.
36 37
E. Reposa en el Señor, confiando en que Él te amparará:
Éxodo 14:14	 Ustedes no se preocupen, que el Señor va a pelear
por ustedes.
Éxodo 33:14	 Mi presencia te acompañará y te daré descanso.
Salmo 112:7	 No tiene miedo de malas noticias; su corazón está
firme, confiado en el Señor.
Salmo 118:6,7	 El Señor está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede
hacerme el hombre? 7
El Señor está por mí entre los
que me ayudan.
F. Agradece al Señor Su protección:
Salmo 5:11	 Para siempre darán voces de júbilo, porque Tú los
defiendes
Salmo 28:7	 El Señor es mi poderoso protector; en Él confié
plenamente, y Él me ayudó. Mi corazón está alegre;
cantaré y daré gracias al Señor.
Salmo 59:16,17	 Cantaré de Tu poder, alabaré de mañana Tu
misericordia, porque has sido mi amparo y refugio
en el día de mi angustia. 17
Fortaleza mía, a Ti
cantaré, porque eres, Dios, mi refugio, el Dios de mi
misericordia.
Salmo 98:1	 Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho
maravillas, Su diestra y Su santo brazo le han dado la
victoria.
3. El Señor te puede salvar
A. De las trampas y engaños del enemigo:
Salmo 91:3	 Él te librará del lazo del cazador.
Salmo 124:6,7	 ¡Bendito sea el Señor, que no dejó que nos
despedazaran con Sus dientes! 7
Nos hemos
escapado de la trampa como un ave que escapa
del cazador; la trampa se rompió, y nosotros
escapamos.
en nación, y de un reino a otro pueblo, 14
Él no
permitió que nadie los oprimiera, y por amor a ellos
reprendió a reyes, diciéndoles: 15
«No toquen a Mis
ungidos, ni hagan mal a Mis profetas».
Mateo 10:29–31	 ¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Y sin
embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo
el Padre. 30
Y hasta los cabellos de la cabeza de
ustedes están todos contados. 31
Así que no teman;
ustedes valen más que muchos pajarillos.
	 (V. también Salmo 4:3; 40:17; 125:2.)
C. Él siempre está cerca para protegerte:
Génesis 28:15	 Yo estoy contigo, te guardaré dondequiera que
vayas.
Salmo 46:1	 Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto
auxilio en las tribulaciones.
Salmo 109:31	 Él está a la diestra del pobre, para salvarlo de los que
juzgan su alma.
D. Los ángeles custodios del Señor te protegen:
Salmo 34:7	 El ángel del Señor protege y salva a los que honran al
Señor.
Isaías 63:9	 El ángel de Su presencia los salvó.
Daniel 3:28	 Dios […] envió Su ángel y libró a Sus siervos que
esperaron en Él.
Daniel 6:20–22	 Cuando el rey estuvo cerca, llamó con voz triste a
Daniel, diciendo: «Daniel, siervo del Dios viviente,
¿pudo tu Dios, a quien sirves con tanta fidelidad,
librarte de los leones?» 21
Y Daniel le respondió: «[…]
22
Mi Dios envió Su ángel, el cual cerró la boca de los
leones».
	 (V. también Éxodo 14:19,20; 23:20; 2 Reyes 6:15–18; 2 Crónicas
32:20,21 y 2 Reyes 19:35; Hechos 5:19; 12:6–10.)
protecciónprotección
38 39
les había chamuscado ni sus vestidos se habían
estropeado, y que ni siquiera olían a quemado.
E. De ahogarte:
Salmo 107:23–30	 [El Señor puede salvarte de temibles tormentas en el
mar.]
Isaías 43:2	 Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si
por los ríos, no te anegarán.
Mateo 8:23–27	 Jesús subió a la barca, y Sus discípulos lo
acompañaron. 24
En esto se desató sobre el lago
una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la
barca. Pero Jesús se había dormido. 25
Entonces
Sus discípulos fueron a despertarlo, diciéndole:
«¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo!»
26
Él les contestó: «¿Por qué tanto miedo? ¡Qué
poca fe tienen ustedes!» Dicho esto, se levantó
y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó
completamente tranquilo. 27
Ellos, admirados, se
preguntaban: «¿Pues quién será este, que hasta los
vientos y el mar lo obedecen?»
Hechos 27:14,18,20,	 Un viento huracanado del nordeste azotó el barco.
21,23,24,41,43,44 	 18
Al día siguiente, la tempestad era todavía fuerte.
20
Por muchos días no se dejaron ver ni el sol ni las
estrellas, y con la gran tempestad que nos azotaba
habíamos perdido ya toda esperanza de salvarnos.
21
 Pablo se levantó en medio de todos y dijo:
23
 «Anoche se me apareció un ángel, enviado por
el Dios a quien pertenezco y sirvo, 24
y me dijo: “No
tengas miedo, Pablo, porque […] por tu causa Dios
va a librar de la muerte a todos los que están contigo
en el barco”». 41
El barco encalló. La parte delantera
quedó atascada en la arena, sin poder moverse.
43
 El capitán de los soldados […] ordenó que quienes
Salmo 141:10	 Caigan los impíos en sus propias redes, mientras yo
paso a salvo.
B. De enfermedades y epidemias:
Éxodo 15:26	 Ninguna enfermedad […] te enviaré a ti.
Deuteronomio 7:15	 El Señor apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá
sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de
Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre
los que te odian.
Salmo 91:3	 Él te librará […] de la peste destructora.
Salmo 91:10	 No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.
C. De heridas y venenos:
Salmo 91:11,12	 A Sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden
en todos tus caminos. 12
En las manos te llevarán,
para que tu pie no tropiece en piedra.
Marcos 16:18	 Si beben algo venenoso, no les hará daño.
D. Del fuego y las quemaduras:
Salmo 66:12	 ¡Pasamos por el fuego y por el agua, pero nos
sacaste a la abundancia!
Isaías 43:2	 Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la
llama arderá en ti.
Daniel 3:24,25,27	 [Después que el rey de Babilonia mandó arrojar
a un horno ardiente a tres jóvenes israelitas:]
Nabucodonosor […] dijo a los consejeros de su
gobierno: «¿No arrojamos al fuego a tres hombres
atados? […] 25
Yo veo cuatro hombres desatados,
que caminan en medio del fuego sin que les pase
nada, y el cuarto hombre tiene el aspecto de un
ángel». 27
 Todas las autoridades de la nación allí
presentes se acercaron a aquellos hombres, cuyos
cuerpos no habían sido tocados por el fuego,
y comprobaron que ni un pelo de la cabeza se
protecciónprotección
40 41
traspasen los montes al corazón del mar; 3
aunque
bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes
a causa de su braveza.
Salmo 121:7	 El Señor te protegerá de todo mal.
Lucas 10:19	 Les he dado autoridad para pisotear sobre serpientes
y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y
nada les hará daño.
2 Tesalonicenses 3:3	 El Señor es fiel, y Él los mantendrá a ustedes firmes y
los protegerá del mal.
2 Timoteo 4:18	 El Señor me librará de toda obra mala.
4. El Señor nos guarda de los que nos quieren hacer
daño
2 Samuel 22:49	 Él me libra de mis enemigos, de los rebeldes que
se alzaron contra mí. ¡Tú, Señor, me salvas de los
hombres violentos!
2 Crónicas 32:8	 Con nosotros está el Señor nuestro Dios para
ayudarnos y pelear nuestras batallas.
Job 5:12,13	 Él desbarata los planes del astuto y los hace fracasar.
13
Él atrapa al astuto en su propia astucia, y hace que
fracasen sus planes malvados.
Salmo 3:6	 No me asusta ese enorme ejército que me rodea
dispuesto a atacarme.
Salmo 37:32,33	 El impío acecha al justo y procura matarlo. 33
El Señor
no dejará al justo en sus manos, ni permitirá que lo
condenen cuando sea juzgado.
Salmo 97:10	 De mano de los impíos los libra.
Salmo 118:13	 Me empujaste con violencia para que cayera, pero el
Señor me ayudó.
Isaías 54:17	 Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y tú
condenarás toda lengua que se levante contra ti en el
juicio.
supieran nadar se echaran al agua primero para llegar
a tierra, 44
y que los demás siguieran sobre tablas o en
pedazos del barco. Así llegamos todos salvos a tierra.
	 (V. también Mateo 14:23–32; Jonás 1:4,11–17; 2:3–10; Génesis 7:23.)
F. De la muerte:
Salmo 41:2	 El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida, y será
bienaventurado sobre la tierra.
Daniel 6:27	 Él salva y libra, y […] Él ha librado a Daniel del poder
de los leones.
G. De los peligros que se presentan al viajar:
Génesis 28:15	 Te guardaré por dondequiera que vayas, y volveré a
traerte a esta tierra.
Éxodo 23:20	 Enviaré Mi ángel delante de ti, para que te cuide en el
camino y te lleve al lugar que te he preparado.
Deuteronomio 28:6	 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.
Salmo 121:8	 El Señor guardará tu salida y tu entrada.
Juan 10:4,11	 [Jesús dijo:] Cuando ya han salido todas [las ovejas],
[el pastor] camina delante de ellas, y las ovejas lo
siguen porque reconocen su voz. 11
Yo soy el buen
pastor.
	 (V. también Éxodo 33:14,15; Salmo 37:23; Isaías 55:12.)
H. De toda clase de males:
Job 5:19–22	 En seis tribulaciones te librará, y en la séptima no
te tocará el mal. 20
En tiempo de hambre te salvará
de la muerte, y del poder de la espada en la guerra.
21
 Del azote de la lengua serás protegido y no temerás
cuando venga la destrucción. 22
De la destrucción
y del hambre te reirás y no temerás a las fieras del
campo.
Salmo 46:1–3	 Dios es nuestro amparo […]. 2
Por tanto, no
temeremos, aunque la tierra sea removida y se
protecciónprotección
42 43
Daniel 6:23	 Ninguna lesión se halló en [Daniel], porque creyó en
su Dios.
1 Pedro 1:5	 Por la fe que ustedes tienen en Dios, Él los protege
con Su poder.
	 (V. también Salmo 33:22.)
B. Debes orar en los momentos difíciles:
Génesis 32:1–12	 [Oración ferviente de Jacob para que Dios lo guarde
de Esaú y sus 400 hombres.] (V. también vers. 24–30.)
2 Samuel 22:4	 Invoco al Señor, que es digno de ser alabado, y soy
salvo de mis enemigos.
Salmo 34:17	 El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo
libra de todas sus angustias.
Salmo 50:15	 Invócame en el día de la angustia; te libraré.
	 (V. también Salmo 6:7–10; 18:6; 59:1–3.)
C. Debes amar y venerar al Señor:
2 Crónicas 16:9	 Los ojos del Señor recorren toda la tierra
para fortalecer a aquellos cuyo corazón es
completamente Suyo.
Salmo 31:23	 ¡Amen al Señor, todos Sus santos! El Señor preserva
a los fieles.
Salmo 33:18,19	 El Señor cuida siempre de quienes lo honran y
confían en Su amor, 19
para salvarlos de la muerte y
darles vida en épocas de hambre.
Salmo 34:7	 El ángel del Señor protege y salva a los que honran al
Señor.
Salmo 91:14,15	 Por cuanto en Mí ha puesto su amor, Yo también lo
libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido Mi
nombre. 15
Me invocará y Yo le responderé; con él
estaré Yo en la angustia; lo libraré y lo glorificaré.
Salmo 145:20	 El Señor protege a los que lo aman.
	 (V. también Salmo 84:10,11; Proverbios 16:7.)
Jeremías 1:19	 «Pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque Yo
estoy contigo —declara el Señor— para librarte».
Jeremías 39:17	 Yo te protegeré, para que no caigas en poder de esa
gente a la que temes. Yo, el Señor, lo afirmo.
5. En los postreros días se nos ha prometido gran
protección
Lucas 21:17,18	 Todo el mundo los odiará por causa Mía; 18
pero no
se perderá ni un cabello de su cabeza.
Apocalipsis 7:3	 No hagan daño, ni a la tierra ni al mar ni a los árboles,
hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los
siervos de nuestro Dios.
Apocalipsis 9:3,4	 Del humo salieron saltamontes, los cuales cubrieron
la tierra y recibieron poder para picar a la gente
como si fueran escorpiones. 4
Luego Dios les ordenó
que solo dañaran a quienes no tuvieran en su frente
la marca del sello de Dios.
Apocalipsis 11:3,5,6	 Otorgaré autoridad a Mis dos testigos, y ellos
profetizarán por 1.260 días, vestidos de cilicio. 5
Si
alguien quiere hacerles daño, de su boca sale fuego
y devora a sus enemigos. Así debe morir cualquiera
que quisiera hacerles daño. 6
Ellos tienen poder para
cerrar el cielo a fin de que no llueva durante los días
en que ellos profeticen; y tienen poder sobre las
aguas para convertirlas en sangre, y para herir la
tierra con toda suerte de plagas todas las veces que
quieran.
6. Condiciones para contar con la protección divina
A. Es esencial tener fe en Dios:
Salmo 37:40	 El Señor los ayuda y los libra; los libra de los impíos y
los salva, porque en Él se refugian.
protecciónprotección
44 45
Éxodo 12:21–23	 [A los hebreos se les pidió que tiñeran con sangre
los dinteles y postes de sus puertas, a fin de que el
exterminador pasara de largo.]
G. No seas imprudente, temerario o desobediente:
1 Reyes 22:1–37	 [Se le advierte al rey que no se meta en la batalla; sin
embargo, él lo hace, disfrazado de soldado raso, y
muere alcanzado por una flecha perdida.]
2 Crónicas 35:20–24	 [El rey Josías insiste en luchar contra los egipcios,
aunque estos no querían pelear contra él, y terminan
matándolo.]
Oseas 8:3	 Israel ha rechazado lo bueno, y por eso lo
perseguirán sus enemigos.
Mateo 4:7	 No pongas a prueba al Señor tu Dios.
Hechos 19:29–31	 [Los discípulos y los amigos de Pablo le aconsejan
que no se arriesgue a presentarse ante la turba
sanguinaria.]
Hechos 21:17–30	 [A pesar de las advertencias de Dios, Pablo va a
Jerusalén.] (V. Hechos 20:22,23; 21:4,10–14.)
7. Algunos casos de protección divina
Génesis 19:15–17	 [Los ángeles del Señor ayudaron a Lot y a su
familia a huir de la ciudad de Sodoma, que estaba
condenada a ser destruida.]
Génesis 35:5	 [Dios hizo que los cananeos temieran perseguir a Su
pueblo.]
Génesis 45:5–7	 [Los hermanos de José lo vendieron como esclavo, y
él terminó en Egipto; pero Dios lo protegió e hizo que
la situación redundara en bien de todos.]
Éxodo 12:21–23	 [El ángel del Señor hirió a los egipcios, pero pasó por
las casas de los hebreos sin hacerles nada.]
Éxodo 14:9,10,19,20	 [El ángel del Señor y la columna de fuego iban entre
los hebreos y el ejército egipcio que los perseguía.]
D. Debes ampararte en el Señor:
Salmo 57:1	 En la sombra de Tus alas me ampararé hasta que
pasen los quebrantos.
Salmo 91:1	 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la
sombra del Omnipotente.
E. Debes ser obediente y hacer el bien:
Salmo 34:17	 El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo
libra de todas sus angustias.
Salmo 41:1,2	 Dichoso el que piensa en el débil y pobre; el Señor lo
librará en tiempos malos. 2
El Señor lo protegerá, le
dará vida y felicidad en la tierra, y no lo abandonará
al capricho de sus enemigos.
Salmo 81:13,14	 ¡Oh, si me hubiera oído Mi pueblo, si en Mis caminos
hubiera Israel andado! 14
En una nada habría Yo
derribado sus enemigos, y vuelto Mi mano sobre sus
adversarios.
Proverbios 1:33	 El que me preste atención, vivirá en paz y sin temor
de ningún peligro.
Daniel 6:16	 Dios, a quien sirves con perseverancia, Él te librará.
1 Pedro 3:12	 Los ojos del Señor están sobre los justos, y Sus
oídos atentos a sus oraciones.
	 (V. también Salmo 7:10; 1 Pedro 3:13.)
F. Importancia de hacer nuestra parte:
Hebreos 11:7	 Por la fe Noé, siendo advertido por Dios acerca de
cosas que aún no se veían, con temor reverente
preparó un arca para la salvación de su casa.
(V. también Génesis 6:12–14,22; 7:1,11,17–23.)
Hebreos 11:31	 Rahab la ramera no pereció […], habiendo recibido
a los espías [y atado el cordón rojo]. (V. también Josué
2:4–21.)
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47
	46
PROVISIÓN
1. Dios puede proveer para todas nuestras necesidades
A. Podemos tener la absoluta certeza de que Él suplirá lo que nos falte:
Filipenses 4:19	 De Sus riquezas maravillosas mi Dios les dará, por
medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta.
Salmo 23:1	 El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Salmo 34:10	 A los que buscan al Señor nunca les faltará ningún
bien.
Salmo 37:25	 Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al justo
desamparado, ni a su descendencia mendigando
pan.
Mateo 7:7–11	 Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y
se les abrirá. 8
Porque todo el que pide, recibe; y el
que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O qué
hombre hay entre ustedes que si su hijo le pide pan,
le dará una piedra, 10
o si le pide un pescado, le dará
una serpiente? 11
Pues si ustedes, siendo malos,
saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más
su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a
los que le piden?
Romanos 8:32	 El que no escatimó ni a Su propio Hijo, […] ¿no nos
dará también con Él todas las cosas?
	 (V. también Deuteronomio 2:7; Salmo 68:19; 81:10; Malaquías 3:10;
Mateo 6:8,25–34.)
B. Dios es la fuente de toda provisión:
Salmo 145:15,16	 Los ojos de todos esperan en Ti, y Tú les das su
comida en su tiempo. 16
Abres Tu mano, y colmas de
bendición a todo viviente.
1 Crónicas 29:14	 De Ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de
Tu mano te damos.
Salmo 104:13–15	 Él riega los montes desde Sus aposentos; del fruto
de Sus obras se sacia la tierra. 14
El hace producir
Josué 3:10–17	 [Dios dividió las aguas del río Jordán durante una
crecida para que millones de hebreos pudieran
cruzarlo a salvo.]
Josué 10:11–14	 [El Señor hizo llover granizo para azotar a los
enemigos de Josué y retrasó la puesta del sol para
favorecerlo.]
1 Samuel 17:34–39	 [El Señor ayudó a David a enfrentarse a un león, a un
oso y a Goliat.]
2 Reyes 6:24; 7:5–7	 [Cuando los sirios sitiaron Samaria, el Señor hizo que
en su campamento se oyese estruendo de carros,
de caballos y de un gran ejército, por lo que se
levantaron y huyeron.]
Daniel 6:16–22	 [El Señor guardó a Daniel en el foso de los leones.]
Jonás 1:15,17; 2:10	 [El Señor dispuso que un gran pez se tragara a
Jonás, para evitar que se ahogara y llevarlo a su
destino.]
Mateo 2:13–16	 [El Señor avisó a José en un sueño que huyera a
Egipto con María y el niño Jesús.]
Capítulo de interés especial: Salmo 91, el «Salmo de protección».
(V. también los Salmos 121 y 124.)
protección
48 49
2 Reyes 4:1–6	 [La viuda del profeta pidió vasijas prestadas que
milagrosamente se llenaron de aceite, con lo cual
pudo pagar sus deudas.]
A. Alimentos:
Éxodo 16:12–15	 [Dios milagrosamente dio codornices y maná en el
desierto.]
Números 11:18–20	 [Dios hizo llover codornices para un mes.] (V. vers.31,32.)
Salmo 78:23–25,27	 Dios […] abrió las puertas del cielo; 24
¡hizo llover
sobre Su pueblo el maná, trigo del cielo, para que
comieran! 25
¡El hombre comió pan de ángeles! ¡Dios
les dio de comer en abundancia! 27
Hizo llover carne
sobre Su pueblo; ¡llovieron aves como arena del mar!
(V. también Salmo 105:40.)
Salmo 132:15	 Bendeciré abundantemente su provisión; a sus
pobres saciaré de pan.
1 Reyes 17:6	 Los cuervos le llevaban pan y carne por la mañana y
por la tarde.
1 Reyes 17:16	 La tinaja de la harina no escaseó, ni menguó la botija
del aceite [durante tres años y medio de hambruna].
(V. 1 Reyes 17:8–15.)
1 Reyes 19:5–8	 Acostándose bajo el arbusto, se durmió; pero un
ángel lo tocó y le dijo: «Levántate, come». 6
Entonces
vio que en su cabecera había una torta cocida
sobre piedras calientes y una vasija de agua. Comió
y bebió, y volvió a acostarse. 7
El ángel del Señor
volvió por segunda vez, lo tocó y le dijo: «Levántate,
come, porque es muy largo el camino para ti». 8
Se
levantó, pues, y comió y bebió, y con la fuerza de
aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta
noches hasta Horeb, el monte de Dios.
2 Reyes 4:42,43	 [Eliseo dio de comer a 100 personas, luego de
multiplicar 20 panes y un poco de trigo.]
provisión
el heno para las bestias, y la hierba para el servicio
del hombre, sacando el pan de la tierra, 15
y el vino
que alegra el corazón del hombre, el aceite que hace
brillar el rostro, y el pan que sustenta la vida del
hombre.
Santiago 1:17	 Todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de
arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios
es siempre el mismo: en Él no hay variaciones ni
oscurecimientos.
	 (V. también Salmo 65:9–13; Génesis 1:29; 9:3.)
C. Él es dueño de todo el mundo:
Éxodo 19:5	 Mía es toda la tierra.
Salmo 24:1	 Del Señor es el mundo entero, con todo lo que en él
hay.
Salmo 50:10,11	 Mía es toda bestia del bosque, y los millares de
animales en los collados. 11
Conozco todas las aves
de los montes, y en Mi poder están las fieras del
campo.
Salmo 89:11	 El cielo y la tierra son Tuyos; Tú formaste el mundo y
todo lo que hay en él.
2. Dios puede hacer milagros de abastecimiento
Números 11:21–23	 [Dios les prometió carne para un mes; Moisés
dudó de ello:] «El pueblo que viene conmigo es
de seiscientos mil hombres de a pie, ¿y dices
que nos vas a dar a comer carne durante un mes
entero? 22
 ¿Dónde hay tantas ovejas y vacas que
se puedan matar y que alcancen para todos? Aun
si les diéramos todo el pescado del mar, no les
alcanzaría». 23
Pero el Señor le contestó: «¿Crees
que es tan pequeño Mi poder? Ahora vas a ver si se
cumple o no lo que he dicho».
provisión
50 51
ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo,
el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de
mucho más valor que ellas? 30
Si Dios […] viste la
hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al
horno, ¿no hará Él mucho más por ustedes, hombres
de poca fe?
	 (V. también Génesis 3:21.)
3. Provisión en épocas de hambre
A. El Señor promete darnos de comer en épocas de hambre:
Job 5:20	 En el hambre te redimirá [Dios] de la muerte.
Salmo 33:18,19	 El Señor cuida siempre de quienes lo honran y
confían en Su amor, 19
para salvarlos de la muerte y
darles vida en épocas de hambre.
Salmo 37:18,19	 El Señor conoce los días de los íntegros, y Su
herencia será perpetua. 19
No serán avergonzados en
el tiempo malo, y en días de hambre se saciarán.
Proverbios 10:3	 El Señor no permitirá que el justo padezca hambre.
Ezequiel 36:29,30	 Haré que el trigo abunde, y no volveré a enviarles
hambre. 30
Haré también que los árboles y los
campos den más fruto, para que ustedes no vuelvan
a pasar vergüenza delante de las otras naciones por
causa del hambre.
B. Dios normalmente previene a Su pueblo para que se prepare:
Génesis 41:25–36,	 [Dios mostró a José y al faraón que venían años de
47–49	 hambre, y se prepararon almacenando comida.]
Hechos 11:27–30	 [Dios advirtió que se desataría una gran hambruna,
y los creyentes enviaron dinero para socorrer a los
hermanos afectados por ella.]
	 (V. también Amós 3:7.)
Marcos 6:34–44	 [Jesús multiplicó cinco panes y dos peces y alimentó
a 5.000 hombres, sin contar las mujeres y los niños.]
(V. Mateo 14:21.)
Marcos 8:1–9	 [Jesús alimentó a 4.000, multiplicando siete panes.]
Apocalipsis 12:6,14	 [La Iglesia es sustentada tres años y medio en
lugares inhóspitos.]
	 (V. también Salmo 23:5; Lucas 5:1–7; Juan 21:5,6,11.)
B. Agua:
Génesis 21:14–19	 [Cuando Agar se moría de sed, Dios la condujo a un
pozo.]
Éxodo 17:1–6	 [En Horeb, el Señor hizo salir agua de una peña.]
Números 20:2,7–11	 [En Meriba, Dios hizo salir agua de una peña otra
vez.]
Jueces 15:15–19	 [Dios hizo que brotara agua de un hoyo para Sansón.]
2 Reyes 3:9,17,20	 [Dios milagrosamente surtió de agua a un ejército.]
	 (V. también Salmo 78:15,16; 105:41; Isaías 41:17,18.)
C. Dios puede incluso purificar el agua y los alimentos:
Éxodo 15:23–25	 [Las aguas amargas de Mara milagrosamente se
endulzaron.]
2 Reyes 2:19–22	 [El Señor saneó las aguas malas de Jericó.]
2 Reyes 4:38–41	 [Las calabazas venenosas que había en el potaje se
vuelven inocuas.]
	 (V. también Marcos 16:18.)
D. Ropa y otros artículos de primera necesidad:
Deuteronomio 29:5	 Durante cuarenta años Yo los he guiado por el
desierto, y en ese tiempo no se les ha gastado la
ropa ni el calzado.
Mateo 6:25,26,30	 No se preocupen por su vida, qué comerán o qué
beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. ¿No es la
vida más que el alimento y el cuerpo más que la
ropa? 26
 Miren las aves del cielo, que no siembran,
provisiónprovisión
52 53
aquí Yo he dado orden allí a una mujer viuda que te
sustente. 10
Entonces él se levantó y se fue a Sarepta.
[Y el Señor multiplicó la harina y el aceite de la viuda,
de forma que hubiera suficiente para él y para la
familia de ella.]
2 Reyes 4:1–7	 Una mujer […] clamó a Eliseo, diciendo: «[…] Mi
marido, ha muerto […]; y ha venido el acreedor a
tomar a mis dos hijos para esclavos suyos». 2
Y
Eliseo le dijo: «[…] Dime qué tienes en casa». Y ella
respondió: «Su sierva no tiene en casa más que
una vasija de aceite». 3
Entonces Eliseo le dijo: «Ve,
pide vasijas prestadas por todas partes de todos
tus vecinos, vasijas vacías; no pidas pocas. 4
Luego
entra y cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos y
echas el aceite en todas estas vasijas, poniendo
aparte las que estén llenas». 5
Y ella se fue de su
lado, y cerró la puerta tras sí y de sus hijos; y ellos
traían las vasijas y ella echaba el aceite. 6
Cuando
las vasijas estuvieron llenas, ella dijo a un hijo suyo:
«Tráeme otra vasija». Y él le dijo: «No hay más
vasijas». Y cesó el aceite. 7
 Entonces ella fue y se lo
contó al hombre de Dios. Y él le dijo: «Ve, vende el
aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos pueden vivir
de lo que quede».
Mateo 17:27	 Ve al mar y echa tu anzuelo. Ábrele la boca al primer
pez que saques, y allí encontrarás una moneda.
Toma ese dinero, y paga Mi impuesto y el tuyo.
Lucas 5:4–6	 Lleva la barca a la parte honda y lanza las redes para
pescar. 5
Pedro respondió: «Maestro, toda la noche
estuvimos trabajando muy duro y no pescamos
nada. Pero, si Tú lo mandas, voy a echar las redes».
6
Hicieron lo que Jesús les dijo, y fueron tantos los
4. Condiciones para que Dios provea
A. Debemos agradar a Dios y ser obedientes:
Mateo 6:33	 Busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas
cosas les serán añadidas.
2 Crónicas 1:7–12	 [El rey Salomón buscó primero el bien del reino, y
Dios le dio riquezas fabulosas.]
Salmo 34:9,10	 Nada faltará a los que lo honran. 10
[…] A los que
buscan al Señor nunca les faltará ningún bien.
Salmo 37:3	 Haz bien; vivirás en la tierra, y en verdad serás
alimentado.
Salmo 84:11	 Nada bueno niega a los que andan en integridad.
Proverbios 13:25	 El justo come hasta estar satisfecho, pero el malvado
se queda con hambre.
Isaías 1:19	 Si aceptan ser obedientes, comerán de lo mejor que
produce la tierra.
1 Juan 3:22	 Él nos dará todo lo que le pidamos, porque
obedecemos Sus mandamientos y hacemos lo que
le agrada.
	 (V. también Deuteronomio 11:10–15; 29:9; Salmo 111:5.)
B. Casos de personas que obedecieron e hicieron lo que estaba a su
alcance, y entonces el Señor obró un milagro por ellas:
1 Reyes 17:2–5	 Vino a Elías la palabra del Señor, diciendo: 3
«Sal de
aquí y dirígete hacia el oriente, y escóndete junto
al arroyo Querit, que está al oriente del Jordán. 4
Y
beberás del arroyo, y he ordenado a los cuervos que
te sustenten allí». 5
Él fue e hizo conforme a la palabra
del Señor, pues fue y habitó junto al arroyo Querit. [Y
el Señor mandó que unos cuervos le llevaran comida
cada día.]
1 Reyes 17:8-10	 Vino […] a [Elías] palabra de Jehová, diciendo:
9
 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he
provisiónprovisión
54 55
D. Acuérdate de darle las gracias por proporcionarte lo que
necesitabas:
Salmo 68:19	 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios.
Salmo 116:12–14,17	 ¿Qué daré al Señor por todos Sus beneficios para
conmigo? 13
Alzaré la copa de la salvación, e invocaré
el nombre del Señor. 14
Cumpliré mis votos al Señor,
sí, en presencia de todo Su pueblo. 17
Te ofreceré
sacrificio de acción de gracias.
5. Razones por las que a veces pasamos necesidad
A. Por nuestros pecados o desobediencias:
Jeremías 5:25	 Sus iniquidades han alejado estas cosas, y sus
pecados los han privado del bien.
	 (V. también Salmo 81:13,16; Santiago 4:3.)
B. Por nuestra falta de fe o de pedirle al Señor lo que necesitamos:
Santiago 4:2	 No tienen, porque no piden.
Santiago 1:6,7	 [Sobre dudar y no pedir con fe.]
C. Por nuestra pereza:
2 Tesalonicenses 3:10	 Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
Proverbios 13:4	 Desea, y nada alcanza el alma del perezoso.
Proverbios 20:4	 Cuando es tiempo de arar, el perezoso no ara; pero
al llegar la cosecha, buscará y no encontrará.
Proverbios 21:25	 De deseos se muere el perezoso, porque sus manos
no quieren trabajar. (V. también Proverbios 23:21.)
D. Para que sigamos dependiendo de Dios y Su provisión:
Deuteronomio 31:20	 Comerán y se saciarán, y engordarán; y [entonces] se
volverán a dioses ajenos.
Proverbios 30:8,9	 No me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi
porción de pan, 9
no sea que me sacie y te niegue, y
pescados que recogieron, que las redes estaban a
punto de romperse. (V. también Juan 21:3–6.)
Juan 2:1–3,6–10	 María, la madre de Jesús, fue a una boda en un
pueblo llamado Caná, en la región de Galilea. 2
Jesús
y Sus discípulos también habían sido invitados.
3
Durante la fiesta de bodas se acabó el vino.
Entonces María le dijo a Jesús: «Ya no tienen vino».
6
Allí había seis grandes tinajas para agua, […]. En
cada tinaja cabían unos cien litros. 7
Jesús les dijo
a los sirvientes: «Llenen de agua esas tinajas». Los
sirvientes llenaron las tinajas hasta el borde. 8
Luego
Jesús les dijo: «Ahora, saquen un poco y llévenselo
al encargado de la fiesta, para que lo pruebe». Así
lo hicieron. 9
El encargado de la fiesta probó el agua
que había sido convertida en vino, […] llamó al novio
10
y le dijo: «Siempre se sirve primero el mejor vino,
y cuando ya los invitados han bebido bastante, se
sirve el vino corriente. Tú, en cambio, has dejado el
mejor vino para el final».
Juan 11:39,41–44	 Jesús dijo: «Quiten la piedra». 41
Entonces quitaron
la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y
Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, gracias
te doy por haberme oído. 42
Yo sabía que siempre me
oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está
alrededor, para que crean que Tú me has enviado».
43
 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: «¡Lázaro,
ven fuera!» 44
Y el que había muerto salió.
C. Ora, cree lo que dice la Palabra de Dios y confía en que Él proveerá:
Mateo 21:22	 Todo lo que ustedes, al orar, pidan con fe, lo
recibirán.
Hebreos 11:6	 Dios […] recompensa a los que lo buscan.
	 (V. también 2 Crónicas 26:5; Isaías 45:11; Mateo 9:29.)
provisiónprovisión
56 57
D. Con más motivo cuida de los que lo buscan:
Salmo 34:10	 A los que buscan al Señor nunca les faltará ningún
bien.
	 (V. también Mateo 6:26,30; 2 Corintios 9:8.)
7. Debemos hacer lo que está a nuestro alcance para
obtener lo que necesitamos
A. Es nuestra obligación:
1 Timoteo 5:8	 Si alguien no provee para los suyos, y especialmente
para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un
incrédulo.
B. Trabajar por cubrir nuestras necesidades:
Hechos 20:35	 Se debe trabajar y ayudar a los que están en
necesidad.
Efesios 4:28	 Que trabaje, haciendo con sus manos lo que es
bueno, a fin de que tenga qué compartir con el que
tiene necesidad.
1 Tesalonicenses	 Trabajen con sus manos, tal como les hemos
4:11,12 	 mandado; 12
a fin de que se conduzcan
honradamente para con los de afuera, y no tengan
necesidad de nada.
2 Tesalonicenses	 Oímos que algunos entre ustedes andan
3:11,12 	 desordenadamente, sin trabajar, pero andan
metiéndose en todo. 12
A tales personas les
ordenamos y exhortamos en el Señor Jesucristo, que
trabajando tranquilamente, coman su propio pan.
Tito 3:14	 Aprendan los nuestros a ocuparse en buenas obras
para los casos de necesidad.
	 (V. también Génesis 41:39–44; Daniel 2:48,49; 6:1–3; 8:27.)
diga: «¿Quién es el Señor?» o que sea menesteroso y
robe, y profane el nombre de mi Dios.
	 (V. también 1 Timoteo 6:10,17; Apocalipsis 3:17–19.)
E. Para hacernos ver que es hora de un cambio:
1 Reyes 17:7–9	 [Cuando se secó el arroyo, a Elías le tocó irse.]
	 (V. también Génesis 26:1–3; 45:6–11; Rut 1:1–6,16–18; 2
Reyes 8:1,2.)
6. Dios nos ama y desea proveer a nuestras necesidades
A. Él sabe lo que necesitamos y cuida de nosotros:
Mateo 6:8	 Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan,
aun antes de que se lo pidan.
Mateo 6:31,32	 Ya no se preocupen preguntando qué van a comer,
qué van a beber o qué ropa se van a poner. 32
Solo
los que no conocen a Dios se preocupan por eso.
Ustedes no se desesperen por esas cosas. Su Padre
que está en el cielo sabe que las necesitan.
	 (V. también Salmo 145:15,16.)
B. Dios provee también para los malos e incrédulos:
Mateo 5:45	 Dios que está en el cielo […] hace que salga el sol
sobre los buenos y sobre los malos. Él manda la
lluvia para el bien de los que lo obedecen y de los
que no lo obedecen.
	 (V. también Hechos 14:15–17.)
C. Él satisface asimismo las necesidades de los animales:
Génesis 1:30	 A todo animal de la tierra, a toda ave de los cielos y a
todo lo que se mueve sobre la tierra, y que tiene vida,
les he dado toda planta verde para alimento.
	 (V. también Génesis 6:14–22; Salmo 104:21,25–28; 147:8,9.)
provisiónprovisión
58 59
Lucas 8:1–3	 [Juana y otras mujeres adineradas mantenían a
Jesús.]
	 (V. también Romanos 16:23.)
B. Los que trabajan para Dios han de ser mantenidos por aquellos a
quienes atienden:
Mateo 10:7,9,10	 Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha
acercado. 9
No lleven oro ni plata ni cobre 10
 ni
provisiones para el camino. No lleven ropa de
repuesto ni sandalias ni bastón, pues el trabajador
tiene derecho a su alimento.
1 Corintios 9:7–14	 ¿Quién sirve como soldado pagándose sus propios
gastos? ¿Quién cultiva un viñedo y no come de
sus uvas? ¿Quién cuida las ovejas y no toma de la
leche que ordeña? 8
Y no vayan a creer que esta es
solo una opinión humana, porque la ley de Moisés
también lo dice. 9
Pues está escrito en el libro de la
Ley: «No le pongas bozal al buey que trilla». Y esto
no significa que Dios se preocupe de los bueyes,
10
sino que se preocupa de nosotros. Porque la
Ley se escribió por causa nuestra, pues tanto el
que ara la tierra como el que trilla el grano deben
hacerlo con la esperanza de recibir su parte de la
cosecha. 11
Así que, si nosotros hemos sembrado
en ustedes una semilla espiritual, no es mucho pedir
que cosechemos de ustedes algo de lo material.
12
Si otros tienen este derecho sobre ustedes, con
mayor razón nosotros. Pero no hemos hecho uso
de tal derecho, y hemos venido soportándolo todo
por no estorbar el anuncio del evangelio de Cristo.
13
Ustedes saben que quienes trabajan al servicio
del templo, viven del templo. Es decir, que quienes
atienden el altar donde se ofrecen los sacrificios,
C. Dios bendice el trabajo arduo y diligente:
Génesis 31:38–40	 [Ejemplo de Jacob: pastoreo diligente.]
Génesis 39:1–6	 [Dios bendijo a José por trabajar con empeño.]
(V. también vers. 20–23.)
Proverbios 10:4	 La mano de los diligentes enriquece. (V. también
Proverbios 13:4; 22:29; 21:25; Eclesiastés 5:18.)
Proverbios 28:19	 El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que
sigue a los ociosos se llenará de pobreza.
Mateo 25:14–30	 [Se recompensa a los siervos diligentes que
incrementaron sus talentos.]
8. Dios suele valerse de otras personas para cubrir las
necesidades de Sus obreros
A. Con frecuencia, benefactores acaudalados han ayudado a los
mensajeros de Dios:
Génesis 47:1–6	 [El faraón dio la mejor tierra de Egipto, Gosén, al
padre de José y a sus hermanos.]
1 Reyes 18:3,13	 [El mayordomo Abdías arriesgó su vida para salvar y
dar de comer a 100 profetas del Señor.]
2 Reyes 4:8–11	 [Una mujer rica de Sunem proporciona comida y
alojamiento a Eliseo y a su siervo.]
Nehemías 2:7,8	 [El rey Artajerjes otorga permiso a Nehemías para
que tome toda la madera que necesite del bosque
real.]
Jeremías 37:15–21	 [El rey Sedequías se enfrenta a los enemigos
de Jeremías y ordena que a este se le dé pan
continuamente.]
Daniel 2:48,49	 [El rey Nabucodonosor concede a Daniel autoridad,
muchos honores y espléndidos regalos; y a unos
amigos de este, altos puestos en el gobierno.]
provisiónprovisión
60 61
E. Aceptar invitaciones a comer:
Mateo 9:9,10	 [Jesús y los discípulos comieron en casa de Mateo]
(v. también Lucas 5:29).
Lucas 7:36	 Le rogó uno de los fariseos, que comiese con él.
Lucas 19:1–6	 [Jesús se invitó a sí mismo a comer en casa de
Zaqueo.]
1 Corintios 10:27	 Si uno que no es creyente los invita a comer, y
ustedes quieren ir, coman de todo lo que les sirvan,
sin preguntar nada por motivos de conciencia.
F. A veces sí se deben rechazar ciertas invitaciones a comer:
1 Reyes 13:7–9,	 [Dios ordenó al profeta joven que rechazara toda
15–17 	 invitación] (v. también vers.18–24).
Proverbios 15:17	 Más vale comer verduras con amor, que carne de res
con odio.
Proverbios 23:6–8	 No comas el pan del egoísta, ni desees sus
manjares; 7
pues como piensa dentro de sí, así es él.
8
Él te dice: «Come y bebe», pero su corazón no está
contigo.
Daniel 1:1–16	 [Daniel y sus compañeros, prisioneros de guerra de
Nabucodonosor, se negaron a consumir la comida
del rey. A pesar de los temores del mayordomo
encargado de ellos, terminaron más sanos y fuertes
que todos los demás.]
H. Sobre compartir entre nosotros lo que Dios nos ha dado:
Hechos 2:44,45	 Todos los creyentes estaban muy unidos y
compartían sus bienes entre sí; 45
vendían sus
propiedades y todo lo que tenían, y repartían el
dinero según las necesidades de cada uno.
Hechos 4:32,34,35	 Tenían todas las cosas en común. 34
No había entre
ellos ningún necesitado, porque todos los que
poseían heredades o casas, las vendían, y traían el
comen de la carne de los animales que allí se
sacrifican. 14
De igual manera, el Señor ha dispuesto
que quienes anuncian el evangelio vivan de ello
mismo.
2 Reyes 4:42	 Un hombre […] trajo [a Eliseo] panes de primicias,
veinte panes y trigo. [Y comieron sus 100 discípulos.]
(V. también los versículos 38, 43 y 44.)
Lucas 22:35	 Cuando los mandé sin dinero ni provisiones ni
sandalias, ¿acaso les faltó algo? Ellos contestaron:
«Nada».
1 Timoteo 5:17,18	 Los ancianos que gobiernan bien la iglesia deben
ser doblemente apreciados, especialmente los que
se dedican a predicar y enseñar. 18
Pues la Escritura
dice: «No le pongas bozal al buey que trilla». Y
también: «El trabajador tiene derecho a su paga».
(V. Deuteronomio 25:4; Lucas 10:7.)
	 (V. también Hechos 28:7–10.)
C. Hospedarse en casa de otras personas:
Mateo 10:11	 En cualquier ciudad o aldea donde entren, averigüen
quién es digno en ella, y quédense allí hasta que se
marchen.
Lucas 10:7,8	 Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo
que ellos tengan, pues el trabajador tiene derecho a
su paga. No anden de casa en casa. 8
Al llegar a un
pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan.
	 (V. también 1 Reyes 17:8–16,24; Hechos 10:5,6; 16:14,15; 17:5–7;
18:2,3,7; Romanos 16:23; Filemón 22.)
D. No abuses de la hospitalidad ajena:
Proverbios 25:17	 No pongas con exceso tu pie en la casa de tu vecino,
no sea que, harto de ti, te aborrezca.
provisiónprovisión
62 63
producto de lo vendido 35
y lo ponían a los pies de
los apóstoles; y se repartía a cada uno según su
necesidad.
Hechos 11:29	 Los creyentes de Antioquía decidieron enviar ayuda
a los hermanos que vivían en Judea, según lo que
cada uno pudiera dar.
2 Corintios 8:12–15	 Si realmente desean contribuir, Dios acepta con
agrado sus ofrendas, pues Él no espera que demos
lo que no tenemos. 13
Pero no queremos que, por
ayudar a otros, les falte a ustedes lo necesario.
Lo que deseamos es que haya igualdad. 14
Ahora
ustedes tienen mucho, y deben ayudar a los que
tienen poco. Puede ser que, en otro momento, ellos
tengan mucho y los ayuden a ustedes. De esta
manera habrá igualdad. 15
Como dice la Biblia: «Al
que juntó mucho no le sobró nada. Al que juntó
poco, no le faltó nada». (V. Éxodo 16:18.)
9. Importancia de pedir
1 Samuel 25:2–8	 [David envía agentes a solicitar a Nabal —hombre
rico y poderoso, pero impío— que done alimentos
para él y sus hombres, explicando que estos se han
portado bien con sus pastores.]
1 Samuel 27:5–7	 [David pide un lugar donde alojarse durante 16
meses.]
Marcos 11:1–7	 [Los discípulos de Jesús piden un burrito que Él
pueda montar.]
Marcos 14:12–16	 [Los discípulos de Jesús piden permiso para ocupar
un aposento alto ya dispuesto y preparado.]
Lucas 5:1–3	 [Jesús pide prestada una barca desde la cual
predicar.]
Juan 4:6,7	 [Jesús pide un trago de agua.]
10. Dios ha prometido hacer prosperar nuestra obra y
negocios
A. Económicamente:
Deuteronomio 28:1–3	 [Magníficas promesas de prosperidad para los fieles.]
Salmo 112:1,3	 Cuán bienaventurado es el hombre que teme al
Señor, que mucho se deleita en Sus mandamientos.
3
Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia
permanece para siempre.
Proverbios 10:22	 La bendición del Señor es riqueza que no trae
dolores consigo.
B. Otras formas en que Dios hace prosperar a Su pueblo:
(V. Génesis 39:2; Levítico 26:3–13; Deuteronomio 29:9; 30:9; 2 Crónicas 26:5;
Salmo 107:35–38; 127:3–5; Isaías 3:10; Ezequiel 34:26; Hechos 14:17.)
11. Dios nos facilita nuestras necesidades, pero no
siempre nuestros deseos
A. Contentarse y no desear más de lo necesario:
Lucas 12:15	 Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no
depende del poseer muchas cosas.
1 Timoteo 6:6–8	 Gran ganancia es la piedad acompañada de
contentamiento, 7
porque nada hemos traído a este
mundo y, sin duda, nada podremos sacar. 8
Así que,
teniendo sustento y abrigo, estemos ya satisfechos.
Filipenses 4:11	 He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación.
Hebreos 13:5	 Sea el carácter de ustedes sin avaricia, contentos
con lo que tienen.
Salmo 37:16	 Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de
muchos pecadores.
Proverbios 15:16	 Más vale ser pobre y honrar al Señor, que ser rico y
vivir angustiado.
provisiónprovisión
65
	64
PRUEBAS, TENTACIONES Y TRIBULACIONES
1. Es de esperar que tengamos pruebas y tribulaciones
Salmo 34:19	 Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas
ellas lo libra el Señor.
Hechos 14:22	 Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios.
1 Corintios 10:13	 Ustedes no han pasado por ninguna tentación que
otros no hayan tenido.
1 Tesalonicenses 3:3	 Nadie se inquiete por causa de estas aflicciones,
porque ustedes mismos saben que para esto hemos
sido destinados.
1 Pedro 4:12	 Queridos hermanos, no se extrañen de verse
sometidos al fuego de la prueba, como si fuera algo
extraordinario.
1 Pedro 5:9	 Las mismas experiencias de sufrimiento se van
cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo.
	 (V. también Salmo 26:2; 139:23,24 sobre las pruebas que a veces
nos manda Dios para poner de manifiesto nuestra fortaleza,
convicciones y virtudes, o la falta de ellas.)
2. Frecuentemente las pruebas vienen cuando las cosas
no salen como quisiéramos
A. En muchos casos Dios nos concede los deseos de nuestro corazón:
Salmo 37:4	 Ama al Señor con ternura, y Él cumplirá tus deseos
más profundos.
Salmo 84:11	 Nada bueno niega a los que andan en integridad.
Salmo 145:19	 Él cumple los deseos de los que lo honran.
Proverbios 10:24	 A los justos les será dado lo que desean.
	 (V. también Salmo 21:2; 145:16.)
2 Corintios 6:10	 Parecemos pobres, pero enriquecemos a muchos;
parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo.
	 (V. también Salmo 62:10; Salmo 119:36; Proverbios 17:1; 23:5.)
B. Peligros del descontento y la murmuración:
Éxodo 16:3–8;	 [Los hijos de Israel anhelaban las ollas de carne de
Números 21:5,6 	 Egipto y se quejaban de que Dios los iba a matar de
hambre. Dios, entonces, les dio el maná. Más tarde,
como se quejaban y tenían fastidio del maná, fueron
atacados por serpientes venenosas.]
Salmo 73:3–20	 [Advertencia sobre no envidiar la prosperidad de los
impíos.]
Salmo 78:15–21	 [Tras recibir agua milagrosamente, los israelitas
dudaron y murmuraron porque querían carne. Dios
los castigó.]
Salmo 106:14,15	 En la soledad del desierto, pusieron a prueba a
Dios exigiéndole que les cumpliera sus deseos. 15
 Y
Dios les dio lo que pidieron, pero les mandó una
enfermedad mortal.
provisión
La hora de la prueba
La hora de la prueba
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La hora de la prueba

  • 1.
  • 3. prefacio Selección y ordenación de los versículos: Keith Phillips Versión en castellano: David Bolick y Jorge Solá Diseño: M-A Mignot ISBN: 978-3-03730-674-1 © Aurora Production AG, Suiza, 2012 Derechos reservados. Impreso en Malasia por JP Printers La hora de la prueba tiene por objeto exponer ordenadamente las creencias que constituyen la base del cristianismo, lo que está escrito en la Biblia, a fin de que cada cual tenga claro cuál es la esperanza que hay en nosotros (1 Pedro 3:15) y cómo debe conducirse (1 Timoteo 3:15). Esta obra ayudará al principiante a familiarizarse con las Escrituras. Al mismo tiempo, le servirá al más veterano para ampliar su conocimiento de la Palabra de Dios, hallar a diario fuerzas y orientación, y prepararse mejor para dar a conocer su fe. Igualmente resultará muy práctica para pastores, consejeros, padres, maestros y mentores que deseen impartir instrucción y asesoramiento. «Si ustedes se mantienen fieles a Mi palabra —dijo Jesús a algunos de Sus primeros seguidores—, serán de veras Mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres» (Juan 8:31,32). ¡Esa promesa es también para nosotros! ¡Esperamos que este libro te proporcione agradables ratos de estudio! Agradecimientos El recopilador agradece enormemente la ayuda y el apoyo que recibió durante la preparación de esta obra, y en particular la valiosa colaboración de Carl y Reuben, con su meticuloso detallismo. Otros títulos de la colección Fundamentos Vida cristiana Una vida más feliz
  • 4. índice Fuerza y poder................................................................................1 Temor....................................................................................................19 Protección..................................................................................... 33 Provisión..........................................................................................47 Pruebas, tentaciones y tribulaciones.................65 Consuelo..........................................................................................89 Sufrimiento.................................................................................. 107 Curación.........................................................................................129 El tiempo del fin...................................................................... 145 explicación DE CIERTOS ASPECTOS TÉCNICOS Como es habitual en muchas obras de consulta, y con el ánimo de facilitar el estudio, los versículos no se reproducen siempre en su totalidad. La omisión de una o varias palabras se indica por medio de puntos suspensivos entre corchetes […]. También se han empleado corchetes [ ]: 1) Para indicar a quién o a qué se refiere un pasaje. Por ejemplo, el versículo Tito 2:14, que dice: «Él quiso morir para rescatarnos de todo lo malo y para purificarnos de nuestros pecados», aparece de la siguiente manera: «[Jesús] quiso morir para rescatarnos de todo lo malo…» 2) Para añadir explicaciones que faciliten la comprensión de ciertos pasajes. Pongamos por ejemplo Efesios 2:8: «Por la bondad de Dios [misericordia inmerecida] han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios». 3) Cuando se ha cambiado el tiempo de un verbo para facilitar la lectura o dar mayor fluidez al texto, como en Hebreos 1:1, en que se sustituyó «habiendo hablado» por «habló»: «Dios [habló] en otro tiempo a los padres por los profetas». 4) Cuando en sustitución de un pasaje de la Escritura que es muy largo y presenta todo un relato se ha puesto simplemente un resumen del mismo que expone claramente la idea. 5) Cuando se ha agregado una palabra que no se menciona explícitamente en un versículo, pero está implícita. En muchas secciones figuran al final, entre paréntesis y con la indicación «V. también», remisiones a versículos de importancia secundaria sobre el tema en cuestión. Cuando esas remisiones están relacionados con un versículo en particular, las referencias aparecen en el último renglón de dicho versículo.
  • 5. 1 FUERZA Y PODER 1. El poder de Dios comparado con nuestras fuerzas A. Dios es infinitamente más poderoso que los hombres: Salmo 8:3,4 Cuando veo Tus cielos, obra de Tus dedos, la luna y las estrellas que Tú formaste, 4 digo: «¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?» Isaías 40:15,17,22 Para Él las naciones son como una gota de agua, como un grano de polvo en la balanza; los países del mar valen lo que un grano de arena. 17 Todas las naciones no son nada en Su presencia; para Él no tienen absolutamente ningún valor. 22 Dios tiene Su trono sobre la bóveda que cubre la tierra, y ve a los hombres como si fueran saltamontes. Él extiende el cielo como un toldo, lo despliega como una tienda de campaña. Daniel 4:35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, mas Él actúa conforme a Su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra. Nadie puede detener Su mano, ni decirle: «¿Qué has hecho?» 1 Corintios 1:25 [Hasta] lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. (V. también 2 Crónicas 20:6; Salmo 89:6.) B. Franca perspectiva del hombre y su fortaleza: Job 14:1,2 El hombre, nacido de mujer, corto de días y lleno de tormentos, 2 como una flor brota y se marchita, y como una sombra huye y no permanece. (V. también Job 7:1.) Isaías 40:6–8 Toda carne es como la hierba, y todo su esplendor es como la flor del campo. 7 Se seca la hierba, se marchita la flor cuando el aliento del Señor sopla Fuentes Se han consultado las siguientes versiones de la Biblia: • Reina-Valera, revisión de 1909. • Reina-Valera 1960™, © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas. • Reina-Valera 95® , © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. • Dios Habla Hoy® - Tercera edición, © Sociedades Bíblicas Unidas 1966, 1970, 1979, 1983, 1996. • Traducción en lenguaje actual™, © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004. • Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy, © The Lockman Foundation, 2005.
  • 6. 2 3 sobre ella; en verdad el pueblo es hierba. 8 Se seca la hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. (V. también Salmo 90:5,6; 103:15,16; Santiago 1:10,11; 1 Pedro 1:24,25.) Job 8:9 Nosotros somos apenas de ayer, y nada sabemos; nuestros días en esta tierra pasan como una sombra. Salmo 39:5,6 Mi existencia es como nada delante de Ti; ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es solo un soplo. […] 6 Sí, como una sombra anda el hombre. Salmo 144:3,4 ¿Qué es el hombre? […] 4 El hombre es como un suspiro; su vida pasa como una sombra. (V. también 1 Crónicas 29:15; Salmo 62:9; 90:10; Eclesiastés 6:12.) Salmo 78:39 Se acordó de que eran carne, soplo que va y no vuelve. (V. también Isaías 2:22; Santiago 4:14,15.) Salmo 103:14 Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. (V. también Génesis 18:27; Isaías 29:5,6.) Job 25:5,6 Si aun la luna no tiene brillo y las estrellas no son puras a Sus ojos, 6 ¡cuánto menos el hombre, esa larva, y el hijo del hombre, ese gusano! (V. también Job 4:18–20; Romanos 7:18.) C. Dios puede hacer cualquier cosa: Jeremías 32:27 Yo soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para Mí? (V. también Génesis 18:14.) Job 42:2 Yo reconozco que todo lo puedes. Salmo 62:11 De Dios es el poder. Mateo 19:26 Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible. Mateo 28:18 [Jesús dijo:] Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. D. Dios ejerce autoridad total sobre los hombres: Job 12:10 En Su mano está la vida de todo ser viviente, y el aliento de todo ser humano. (V. también Daniel 5:23.) Job 12:13–25 En Él están la sabiduría y el poder, y el consejo y el entendimiento son Suyos. 14 Él derriba, y no se puede reedificar; aprisiona a un hombre, y no puede ser liberado. 15 Él retiene las aguas, y todo se seca, y las envía, e inundan la tierra. 16 En Él están la fuerza y la prudencia, Suyos son el engañado y el engañador. 17  Él hace que los consejeros anden descalzos, y hace necios a los jueces. 18 Rompe las cadenas de los reyes y ata sus cinturas con cuerda. 19 Hace que los sacerdotes anden descalzos y derriba a los que están seguros. 20 Priva del habla a los hombres de confianza y quita a los ancianos el discernimiento. 21  Vierte desprecio sobre los nobles y afloja el cinto de los fuertes. 22 Él revela los misterios de las tinieblas y saca a la luz la densa oscuridad. 23  Engrandece las naciones, y las destruye; ensancha las naciones, y las dispersa. 24 Priva de inteligencia a los jefes de la gente de la tierra y los hace vagar por un desierto sin camino; 25 Andan a tientas en tinieblas, sin luz, y los hace tambalearse como borrachos. (V. Salmo 75:6,7; 107:33–40.) Isaías 43:13 No hay quien de Mi mano libre. Salmo 115:3 Nuestro Dios está en los cielos: todo lo que quiso ha hecho. Isaías 64:8 Tú eres nuestro Padre, nosotros el barro, y Tú nuestro alfarero; obra de Tus manos somos todos nosotros. (V. también Isaías 45:9.) (V. también 1 Crónicas 29:12; 2 Crónicas 20:6; Job 9:4; Salmo 104:29,30; Isaías 40:23,25.) fuerza y poder fuerza y poder
  • 7. 4 5 2. Confía en el Señor, no en tus propias fuerzas A. Que Dios te imparta Su fuerza: Efesios 6:10 Fortalézcanse en el Señor y en el poder de Su fuerza. 2 Crónicas 20:12 En nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no sabemos lo que hemos de hacer, mas a Ti volvemos nuestros ojos. Salmo 20:7,8 Unos cuentan con sus carros de guerra y otros cuentan con sus caballos; pero nosotros contamos con el Señor nuestro Dios. 8 A ellos se les doblan las rodillas, y caen, pero nosotros seguimos firmes y en pie. Salmo 84:5 Bienaventurado el hombre que tiene su fortaleza en Ti. Salmo 105:4 Busquen al Señor y Su fortaleza; busquen Su rostro continuamente. Isaías 26:4 Confíen siempre en el Señor, porque Él es refugio eterno. 2 Corintios 3:5 Nosotros no somos capaces de hacer algo por nosotros mismos; es Dios quien nos da la capacidad de hacerlo. Filipenses 3:3 Servimos en espíritu a Dios, […] no teniendo confianza en la carne. (V. también Éxodo 15:2; 2 Samuel 22:33; Salmo 27:1; 68:28,35; 118:8; 147:10,11.) B. Él puede hacer lo que tú no puedes: Zacarías 4:6 «No depende del ejército, ni de [tu] fuerza, sino de Mi Espíritu», dice el Señor todopoderoso. 1 Samuel 2:9 Nadie será fuerte por su propia fuerza. Salmo 60:11 Danos socorro contra el enemigo, porque vana es la ayuda de los hombres. Salmo 127:1 Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. (V. también Job 9:19; Salmo 33:16,17.) 3. Nuestra debilidad nos hace depender de Dios A. El poder de Dios se manifiesta en nuestra debilidad: 2 Corintios 4:7 Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que […] el poder sea de Dios, y no de nosotros. Isaías 40:29 Él da fuerzas al cansado, y al débil le aumenta su vigor. Salmo 8:2 De la boca de los chiquitos […] fundaste la fortaleza. Salmo 37:39 La salvación de los justos viene del Señor; Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. Salmo 73:26 Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre. Isaías 25:4 Tú has sido baluarte para el desvalido, baluarte para el necesitado en su angustia. Isaías 41:10 Yo estoy contigo; no temas, pues Yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, Yo te ayudo, Yo te sostengo con Mi mano victoriosa. 2 Corintios 1:8,9 Fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. 9 De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos. 2 Corintios 12:9,10 [El Señor] me ha dicho: «[…] Mi poder se perfecciona en [tu] debilidad». […] 10 Cuando soy débil, entonces soy fuerte. fuerza y poder fuerza y poder
  • 8. 6 7 2 Corintios 13:4 Somos débiles en Él, pero viviremos […] por el poder de Dios. Hebreos 11:34 [Los santos de la Biblia:] Siendo débiles, fueron hechos fuertes. (V. Salmo 94:17,18.) B. Cuando estés completamente desvalido, Él te fortalecerá: Salmo 72:12 Él salvará al pobre que suplica y al necesitado que no tiene quien lo ayude. Lucas 22:43 [Los discípulos de Jesús se durmieron, pero] un ángel bajó del cielo para darle fuerzas. 2 Timoteo 4:16,17 En mi primera defensa ante las autoridades, nadie me ayudó; todos me abandonaron. […] 17 Pero el Señor sí me ayudó y me dio fuerzas. (V. también Salmo 27:10.) C. Te dará fuerzas cada día para que sigas adelante: Deuteronomio 33:25 Como tus días serán tus fuerzas. D. Cuando tengas poca fuerza, el Señor te ayudará: Salmo 37:24 Aun cuando caiga, no quedará caído, porque el Señor lo tiene de la mano. Isaías 35:4 Digan a los de corazón tímido: «Esfuércense, no teman». Pues […] Dios mismo […] los salvará. Apocalipsis 3:8 He puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado Mi Palabra. 4. Dios puede darte fuerzas y valerse de ti A. Qué hacer para recibir el poder de Dios: Josué 1:5–9 Nadie te podrá derrotar en toda tu vida, y Yo estaré contigo así como estuve con Moisés, sin dejarte ni abandonarte jamás. 6 Ten valor y firmeza, que tú vas a repartir la tierra a este pueblo, pues es la herencia que Yo prometí a sus antepasados. 7 Lo único que te pido es que tengas mucho valor y firmeza, y que cumplas toda la Ley que Mi siervo Moisés te dio. 8  Repite siempre lo que dice el libro de la Ley de Dios, y medita en él de día y de noche, para que hagas siempre lo que este ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien. 9 Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque Yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas. 2 Crónicas 16:9 Los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente Suyo. Nehemías 8:10 La alegría del Señor es la fortaleza de ustedes. Salmo 138:3 El día que clamé, me respondiste; me fortaleciste con vigor en mi alma. Isaías 27:5 Si quiere que Yo lo proteja, que haga las paces conmigo. Isaías 30:15 En la tranquilidad y la confianza estará su fuerza. Isaías 40:31 Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. Daniel 11:32 El pueblo que conoce a su Dios se mostrará fuerte y actuará. Miqueas 3:8 A mí, el Espíritu del Señor me llena de fuerza, justicia y valor. Hechos 1:8 Recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes. Efesios 3:16 Pido al Padre que […] les dé a ustedes, interiormente, poder y fuerza por medio del Espíritu de Dios. B. Él te fortalece con Su poder: Salmo 18:29–34 Con Tu ayuda atacaré al enemigo, y sobre el muro de sus ciudades pasaré. 30 El camino de Dios fuerza y poder fuerza y poder
  • 9. 8 9 es perfecto; la promesa del Señor es digna de confianza; ¡Dios protege a cuantos en Él confían! 31 ¿Quién es Dios, fuera del Señor? ¿Qué otro dios hay que pueda protegernos? 32 Dios es quien me da fuerzas, quien hace intachable mi conducta, 33 quien me da pies ligeros, como de ciervo, quien me hace estar firme en las alturas, 34 quien me entrena para la batalla, quien me da fuerzas para tensar arcos de bronce. Salmo 68:28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza. Salmo 68:35 Dios […] da fortaleza y vigor a Su pueblo. Salmo 80:17 Sea Tu mano sobre el hombre […] que para Ti fortaleciste. Salmo 84:5,7 Bienaventurado el hombre que tiene en Ti sus fuerzas, en cuyo corazón están Tus caminos. 7 Irán de poder en poder. Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Colosenses 1:11 Pedimos que Él, con Su glorioso poder, los haga fuertes; así podrán ustedes soportarlo todo con mucha fortaleza. Mateo 10:1,8 Llamando a Sus doce discípulos, Jesús les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos. 8 «Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios». (V. también Jueces 14:6,19; 15:14,15; Salmo 8:2; Lucas 10:19.) C. Alaba a Dios, que te fortalece: Salmo 28:7,8 El Señor es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico. 8 El Señor es la fuerza de Su pueblo, y Él es defensa salvadora de Su ungido. D. Dale a Dios la gloria por obrar por intermedio de ti: Filipenses 2:13 Dios es quien obra en ustedes. 1 Pedro 4:11 El que sirve, que lo haga por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado. Isaías 10:13,15 [El soberbio] dijo: «Con el poder de mi mano lo he hecho, y con mi sabiduría; porque he sido prudente». 15 ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? Jeremías 9:23,24 Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. 24 Si alguien se quiere enorgullecer, que se enorgullezca de conocerme, de saber que Yo soy el Señor. Hechos 12:21–23 Herodes, vestido con ropa real, se sentó en la tribuna y comenzó a hablarles. 22 Y la gente gritaba: «¡Voz de un dios y no de un hombre es esta!» 23 Al instante un ángel del Señor lo hirió, por no haber dado la gloria a Dios. E. A veces el Señor quiere hacerlo todo por Sí mismo: Éxodo 14:13,14 Moisés les contestó: «No tengan miedo. Manténganse firmes y fíjense en lo que el Señor va a hacer hoy para salvarlos, porque nunca más volverán a ver a los egipcios que hoy ven. 14 Ustedes no se preocupen, que el Señor va a pelear por ustedes». Jueces 7:todo [Gedeón y sus 300 hombres dejan que Dios gane la batalla a Su manera.] 2 Crónicas 20:15 No tengan miedo ni se asusten ante ese gran ejército, porque esta guerra no es de ustedes sino de Dios. 2 Crónicas 20:17 No son ustedes los que van a pelear esta batalla. Tomen posiciones, estense quietos y verán cómo el Señor los librará. Nehemías 4:20 Nuestro Dios peleará por nosotros. fuerza y poder fuerza y poder
  • 10. 10 11 Salmo 18:17 Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo. Isaías 30:7 Su fortaleza sería estarse quietos. 5. No confíes en ti mismo A. Advertencias sobre confiar en nuestras propias fuerzas: Salmo 118:8,9 Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. 9 Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en príncipes. Salmo 146:3 No confíen ustedes en príncipes, ni en hijo de hombre en quien no hay salvación. Jeremías 9:23,24 Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. 24 Si alguien se quiere enorgullecer, que se enorgullezca de conocerme, de saber que Yo soy el Señor. Jeremías 17:5 Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del Señor se aparta su corazón. Juan 15:4,5 Sigan unidos a Mí, como Yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a Mí. 5 Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a Mí, y Yo unido a él, da mucho fruto; pues sin Mí no pueden ustedes hacer nada. (V. también Isaías 31:3.) B. Consecuencias de apoyarnos en nuestras propias fuerzas y planes: 2 Crónicas 26:16 Cuando se afirmó en el poder, se volvió orgulloso, lo cual fue su ruina. Fue infiel al Señor su Dios. Oseas 10:13 Ustedes han arado iniquidad, han segado injusticia, han comido fruto de mentira. Porque has confiado en tu camino, en la multitud de tus guerreros. 1 Corintios 10:12 El que piensa estar firme, mire que no caiga. (V. también 1 Samuel 15:1–28; 28:4–25 y 31:1–8 sobre Saúl.) C. La falta de fuerzas frecuentemente se debe al pecado: Salmo 31:10 Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad. Levítico 26:27,36,37 Si […] no me obedecen, sino que siguen oponiéndose a Mí, 36 les haré sentir tanto miedo que huirán con el simple ruido de una hoja al caer; huirán como si los persiguieran con una espada, y caerán sin que nadie los persiga; 37 tropezarán unos contra otros como si huyeran de la guerra, aunque nadie los persiga; ¡ninguno de ustedes podrá hacer frente a sus enemigos! Josué 7:12 Los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema [maldecidos]. Jueces 2:13–15 Dejaron al Señor y sirvieron a Baal y a Astarot. 14  La ira del Señor se encendió contra Israel, y los entregó en manos de salteadores que los saquearon. También los vendió en mano de sus enemigos de alrededor, y ya no pudieron hacer frente a sus enemigos. 15 Por dondequiera que iban, la mano del Señor estaba contra ellos para mal, tal como el Señor había dicho y como el Señor les había jurado, y se angustiaron en gran manera. (V. también Amós 2:13–15.) 6. Poder para dar testimonio de Jesús A. El poder proviene del Espíritu Santo: Hechos 1:8 Recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos. fuerza y poder fuerza y poder
  • 11. 12 13 Miqueas 3:8 El Espíritu del Señor me llena de fuerza, justicia y valor, para echarle en cara a Israel su rebeldía y su pecado. Juan 6:63 El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Hechos 4:8,10,13 Pedro, lleno del Espíritu Santo, les contestó: 10  «Declaramos ante ustedes y ante todo el pueblo de Israel que este hombre que está aquí, delante de todos, ha sido sanado en el nombre de Jesucristo de Nazaret». 13 Cuando las autoridades vieron la valentía con que hablaban Pedro y Juan, y se dieron cuenta de que eran hombres sin estudios ni cultura, se quedaron sorprendidos, y reconocieron que eran discípulos de Jesús. Hechos 4:31,33 Fueron llenos del Espíritu Santo. 33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio. 1 Tesalonicenses 1:5 Cuando nosotros les anunciamos el evangelio, no fue solamente con palabras, sino que lo hicimos también con demostraciones del poder de Dios y de la actividad del Espíritu Santo. 2 Timoteo 1:7 No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder. B. Ningún hombre puede hacer frente al poder del Espíritu de Dios: Lucas 21:15 Yo les daré palabras tan llenas de sabiduría que ninguno de sus enemigos podrá resistirlos ni contradecirlos en nada. Jeremías 5:14 Pongo Mis palabras en tu boca como fuego, y a este pueblo como leña. Hechos 6:10 No podían resistir la sabiduría y el Espíritu con que [Esteban] hablaba. 2 Corintios 10:4 Las armas que usamos no son las del mundo, sino que son poder de Dios capaz de destruir fortalezas. C. El poder tiene que venir de Dios: 1 Corintios 1:18 La palabra de la cruz […] es poder de Dios. 1 Corintios 2:4,5 Cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos. Al contrario, los convencí haciendo demostración del Espíritu y del poder de Dios, 5 para que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres. 1 Corintios 4:20 El reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de poder. (V. también Lucas 4:14.) D. Dios puede valerse de ti aun cuando estés débil: Gálatas 4:13,14 [Pese a sufrir una enfermedad física, Pablo dio testimonio a los gálatas, y se convirtieron.] E. Dios puede intervenir y servirse poderosamente de ti: Éxodo 4:10–12 «¡Ay, Señor! —respondió Moisés—. Yo no tengo facilidad de palabra, y esto no es solo de ayer ni de ahora que estás hablando con este siervo Tuyo, sino de tiempo atrás. Siempre que hablo, se me traba la lengua». 11 Pero el Señor le contestó: «¿Y quién le ha dado la boca al hombre? ¿Quién sino Yo lo hace mudo, sordo, ciego, o que pueda ver? 12 Así que, anda, que Yo estaré contigo cuando hables, y te enseñaré lo que debes decir». Jeremías 1:6–9 «¡Ah, Señor Dios! No sé hablar, porque soy joven». 7  Pero el Señor me dijo: «No digas: “Soy joven”, porque adondequiera que te envíe, irás, y todo lo que te mande, dirás. 8 No tengas temor ante ellos, porque contigo estoy para librarte» […]. 9 Entonces el Señor extendió Su mano y tocó mi boca. Y el Señor me dijo: «Yo he puesto Mis palabras en tu boca». fuerza y poder fuerza y poder
  • 12. 14 15 Mateo 10:20 Ustedes no son los que van a hablar, sino que el Espíritu de Dios hablará por ustedes. (V. también Marcos 13:11; Lucas 12:12.) (V. también 1 Samuel 10:6) 7. Dios nos ayuda a hacer frente a nuestros adversarios A. Cuando nos vemos en batallas espirituales por defender la fe: Judas 3 He sentido la necesidad de escribirles exhortándolos a luchar ardientemente por la fe. 2 Corintios 10:3–5 Es verdad que vivimos en este mundo, pero no actuamos como todo el mundo, 4 ni luchamos con las armas de este mundo. Al contrario, usamos el poder de Dios para destruir las fuerzas del mal, las acusaciones 5 y el orgullo de quienes quieren impedir que todos conozcan a Dios. (V. también 1 Corintios 10:11.) B. En caso de que te veas obligado a defender físicamente a tus seres queridos o tu país: Lucas 11:21 Cuando un hombre fuerte está bien armado y cuida su casa, lo que en ella guarda está seguro. Juan 10:11 El buen pastor su vida da por las ovejas. C. La fuerza de la carne no se puede ni comparar con el poder divino: 1 Samuel 17:45 Tú [Goliat] vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo voy contra ti en nombre del Señor todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel. Salmo 9:19,20 Levántate, oh Señor; no prevalezca el hombre; sean juzgadas las naciones delante de Ti. 20 Pon temor en ellas, oh Señor; aprendan las naciones que no son más que hombres. Isaías 31:3 Los egipcios son hombres, y no Dios, y sus caballos son carne, y no espíritu. El Señor, pues, extenderá Su mano, y el que ayuda tropezará, y el que recibe ayuda caerá; todos ellos a una perecerán. (V. también Oseas 1:7.) D. Podrán parecer fuertes, pero su brío se apartará de ellos: Números 14:9 No […] le tengan miedo a la gente de ese país, porque ellos van a ser pan comido para nosotros; a ellos no hay quien los proteja, mientras que nosotros tenemos de nuestra parte al Señor. ¡No tengan miedo! Jeremías 46:17 ¡El faraón, rey de Egipto, no es más que ruido! E. Es Dios quien determina el desenlace; no depende de la capacidad física: 1 Samuel 2:4 Él destruye los arcos de los poderosos, y reviste de poder a los débiles. 2 Crónicas 25:8 En Dios está la fortaleza, o para ayudar, o para derribar. Salmo 33:16,17 El rey no se salva por la multitud del ejército, ni escapa el valiente por la mucha fuerza. 17 Vano para salvarse es el caballo; la grandeza de su fuerza a nadie podrá librar. Salmo 35:10 Dirán todos mis huesos: «Señor, ¿quién como Tú, que libras al afligido de aquel que es más fuerte que él, sí, al afligido y al necesitado de aquel que lo despoja?» Salmo 44:3–7 No fue por su espada que tomaron posesión de la tierra, ni fue su brazo el que los salvó, sino Tu diestra y Tu brazo, y la luz de Tu presencia, porque te complaciste en ellos. 4 Tú eres mi Rey, oh Dios; manda victorias a Jacob. 5 Contigo rechazaremos a nuestros adversarios; en Tu nombre pisotearemos a los que contra nosotros se levanten. 6 Porque yo no confiaré en mi arco, ni me podrá salvar mi espada; fuerza y poder fuerza y poder
  • 13. 16 17 7  pues Tú nos has salvado de nuestros adversarios, y has avergonzado a los que nos aborrecen. F. No debemos combatir a nuestros enemigos fiándonos de fuerzas carnales: 2 Reyes 18:21 Veo que confías en este bastón de caña astillada, en Egipto, que si uno se apoya en él se le clava y le traspasa la mano. Tal es el faraón, rey de Egipto, para todos los que en él confían. Isaías 31:1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los caballos buscan apoyo, y confían en los carros porque son muchos, y en los jinetes porque son muy fuertes, pero no miran al Santo de Israel, ni buscan al Señor. G. No debemos temer el poder de los hombres: Deuteronomio 3:22 No les tengas miedo, porque el Señor tu Dios peleará en favor de ustedes. Salmo 27:1–3 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? 2 Cuando los malhechores vinieron sobre mí para devorar mis carnes, ellos, mis adversarios y mis enemigos, tropezaron y cayeron. 3 Si un ejército acampa contra mí, no temerá mi corazón; si contra mí se levanta guerra, a pesar de ello, yo estaré confiado. Salmo 118:6 El Señor está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? Proverbios 29:25 El miedo a los hombres es una trampa. Isaías 2:22 Dejen de considerar al hombre, cuyo soplo de vida está en su nariz. Pues ¿en qué ha de ser él estimado? Isaías 51:12,13 Yo, Yo mismo, te doy ánimo. ¿A quién tienes miedo? ¿A los hombres? ¿A los hombres mortales, que no son más que hierba? 13 ¿Vas a olvidarte del Señor, tu creador? Jeremías 1:8 «No tengas temor ante ellos, porque contigo estoy para librarte», declara el Señor. Lucas 12:4,5 No deben tener miedo de los que matan el cuerpo, pero después no pueden hacer más. 5 Yo les voy a decir a quién deben tenerle miedo: ténganle miedo al que, después de quitar la vida, tiene autoridad para echar en el infierno. Sí, ténganle miedo a Él. H. Dios está de tu lado, y saldrás vencedor: Deuteronomio 31:8 El Señor mismo irá delante de ti, y estará contigo; no te abandonará ni te desamparará; por lo tanto, no tengas miedo ni te acobardes. Romanos 8:31 Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (V. también 2 Crónicas 14:11,12; 20:12–25; Sofonías 3:17.) I. Los ejércitos celestiales están de nuestra parte: 2 Reyes 6:14–17 [El rey de Siria] envió allá caballos, carros y un gran ejército; y llegaron de noche y cercaron la ciudad. 15  Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, vio que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y […] dijo: «¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?» 16 Y él respondió: «No temas, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos». 17 Eliseo entonces oró, y dijo: «Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea». Y el Señor abrió los ojos del criado, y miró que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo. 2 Crónicas 32:7,8,21 «¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni se desanimen ante el rey de Asiria y todo el numeroso ejército que lo acompaña, porque nosotros tenemos más que él. 8 Él cuenta con la fuerza de los hombres, pero con nosotros está el Señor nuestro fuerza y poder fuerza y poder
  • 14. 19 18 TEMOR Valor • Confianza • Paz • Temor de Dios 1. El Señor nos manda no temer 2 Reyes 19:6 No temas por las palabras que has oído. Isaías 7:4 Repósate; no temas, ni se turbe tu corazón. Zacarías 8:13 No teman, mas sean fuertes sus manos. Lucas 12:32 No tengan miedo, ovejas Mías. A. Dios está con nosotros; por lo tanto no debemos temer: Josué 1:9 ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. Salmo 118:6 El Señor está conmigo; no tengo miedo. ¿Qué me puede hacer el hombre? Isaías 41:10 No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi justicia. (V. también Números 14:9; Salmo 78:53; Mateo 17:6,7.) B. Dios, que es mayor que cualquier adversario, nos protege: 1 Juan 4:4 El que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. Lucas 10:19 Les he dado autoridad […] sobre todo el poder del enemigo, y nada les hará daño. Salmo 27:1,3 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? 3 Si un ejército acampa contra mí, no temerá mi corazón; si contra mí se levanta guerra, a pesar de ello, yo estaré confiado. Proverbios 3:25,26 No temerás el pavor repentino, ni el ataque de los impíos cuando venga, 26 porque el Señor será tu confianza. Dios para ayudarnos a luchar nuestras batallas». Al oír las palabras del rey Ezequías, el pueblo se sintió animado. 21 Entonces el Señor envió un ángel que exterminó a todos los soldados, capitanes y comandantes del campamento del rey de Asiria, quien tuvo que volverse a su país lleno de vergüenza. Y cuando entró en el templo de su dios, allí mismo lo asesinaron sus propios hijos. (V. también Josué 5:13,14; Salmo 68:17; 91:11; Isaías 37:33–36.) J. Serás muchísimo más fuerte que tus adversarios: 1 Juan 4:4 El que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. Josué 23:9,10 El Señor ha expulsado a naciones grandes y poderosas de delante de ustedes. En cuanto a ustedes, nadie les ha podido hacer frente hasta hoy. 10  Un solo hombre de ustedes hace huir a mil, porque el Señor su Dios es quien pelea por ustedes, tal como Él les ha prometido. (V. también Deuteronomio 11:25; 28:7.) K. Dios puede darnos la victoria aunque nos enfrentemos a fuerzas abrumadoramente superiores: 1 Samuel 14:6 El Señor no está limitado a salvar con muchos o con pocos. 2 Crónicas 14:11 Señor, para Ti es igual ayudar al fuerte que al débil. 2 Crónicas 16:8,9 ¿No formaban los etíopes y los libios un ejército sumamente poderoso, con muchísima caballería y carros de combate? Sin embargo, el Señor los entregó en tus manos porque te apoyaste en Él. 9 Pues el Señor está atento a lo que ocurre en todo el mundo, para dar fuerza a los que confían sinceramente en Él. fuerza y poder
  • 15. 20 21 dijo a Eliseo: «¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?» 16  Eliseo respondió: «No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros [el ejército de ángeles de Dios] que los que están con ellos». Nehemías 4:14 No les tengan miedo. Recuerden que el Señor es grande y terrible, y luchen por sus compatriotas, por sus hijos e hijas, mujeres y hogares. Salmo 3:6 No temeré a los diez millares de enemigos que se han puesto en derredor contra mí. Salmo 46:1,2 Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. 2 Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar. Proverbios 29:25 El miedo a los hombres es una trampa, pero el que confía en el Señor estará protegido. Isaías 12:2 Dios es mi salvación, confiaré y no temeré. Isaías 43:1–3 No temas, porque Yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; Mío eres tú. 2 Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. 3 Porque Yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Hebreos 13:6 Podemos decir confiadamente: «El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre». Apocalipsis 2:10 No temas en nada lo que vas a padecer. […] Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida. B. Ejemplos de valor e intrepidez frente al peligro: Josué 14:12–14 [Caleb conquista intrépidamente las ciudades de los gigantes anaceos.] (V. también Josué 15:13–15; Números 13:28,33; Deuteronomio 9:1,2.) temor C. No te dejes impresionar por la cara que ponga la gente: Jeremías 1:8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy. Ezequiel 3:9 No les tengas miedo, ni te asustes ante la cara que pongan. D. El Señor nos ha prometido paz: Job 22:21 Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz; y la prosperidad vendrá a ti. Salmo 29:11 El Señor da fuerza a Su pueblo; el Señor bendice a Su pueblo con paz. Proverbios 3:24 Cuando te acuestes no tendrás temor, sí, te acostarás y será dulce tu sueño. Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera. Juan 14:27 La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo. Juan 16:33 Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo. Gálatas 5:22 El fruto del Espíritu es […] paz. Filipenses 4:7 La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús. 2. La confianza en el Señor vence el temor A. Cuando confiamos en Dios, no tenemos nada que temer: 2 Reyes 6:14–16 El rey envió allí gente de a caballo, carros y un gran ejército, los cuales llegaron de noche y sitiaron la ciudad. 15 El criado que servía al varón de Dios se levantó de mañana y salió. Al ver que el ejército tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros, temor
  • 16. 22 23 B. Prestar demasiada atención a las circunstancias: Josué 17:14–18 [Los israelitas tuvieron miedo de atacar a los cananeos por tener estos poderosos carros de hierro.] Salmo 107:23–27 [Tormenta en el mar:] Se hicieron a la mar los comerciantes. Surcaron las aguas con sus barcos, 24  y allí, en alta mar, vieron la creación maravillosa del Señor. 25 A la voz del Señor se desató una tormenta que levantaba grandes olas; 26 eran lanzados hasta el cielo y hundidos hasta el fondo del mar; ¡perdieron el valor ante el peligro! 27 Se tambaleaban como borrachos; ¡de nada les servía su pericia! Mateo 14:30 Al ver el fuerte viento, [Pedro, que caminaba sobre el mar,] tuvo miedo y comenzó a hundirse. Marcos 4:37–40 [Una tempestad en el mar de Galilea causa temor a los discípulos.] 2 Corintios 7:5 Nos vimos atribulados por todos lados: por fuera, conflictos; por dentro, temores. (V. también 1 Samuel 28:5; Isaías 7:1,2.) C. No hacer caso de la Palabra de Dios: Deuteronomio 28:58, Si no pones en práctica todas las instrucciones 65–67 escritas en este libro, ni respetas este glorioso e imponente nombre del Señor tu Dios, 65 mientras vivas en esas naciones no tendrás tranquilidad ni reposo, porque el Señor te hará vivir asustado, con los ojos tristes y lleno de ansiedad. 66 Tu vida estará siempre en peligro; tendrás miedo de día y de noche, y nunca tendrás segura la vida. 67 Será tanto el miedo que tendrás, y tales las cosas que verás, que por la mañana dirás: «¡Ojalá que ya fuera de noche!», y por la noche dirás: «¡Ojalá que ya fuera de día!» Nehemías 6:5–11 [Nehemías no se deja engañar cuando pretenden infundirle temor para que huya y se refugie en el templo.] Daniel 3:14–17 [Tres hebreos se niegan valientemente a adorar un ídolo.] Daniel 6:4–10 [Aun sabiendo que podía costarle la vida, Daniel rehúsa traicionar su fe en Dios.] Juan 19:9–11 [Jesús no se deja amedrentar por la autoridad de Pilato.] Filipenses 1:14 Al saber que estoy preso, la mayoría de los hermanos se ha animado a anunciar el mensaje de Dios sin miedo y con más confianza en el Señor Jesucristo. Hebreos 11:27 [Moisés] dejó Egipto, no temiendo la ira del rey. (V. también Esdras 8:21–23,31; Hechos 4:17,18,29,33; 7:54–60.) C. Hombres que no se amedrentaron mientras los demás eran presa del temor: 1 Samuel 14:1–14 [Jonatán y su paje de armas atacan la guarnición de los filisteos mientras cunde el pavor entre los demás.] (V. 1 Samuel 13:5–7.) 1 Samuel 17:4–11, [Todos los escuadrones de Israel tenían gran temor 23–37,48 de Goliat, pero David se enfrentó a él con audacia.] 2 Samuel 23:8–22 [Los valientes de David se plantaron firmes y derrotaron a sus enemigos pese a hallarse en desventaja.] 3. Algunas causas del temor A. Falta de fe y de confianza en Dios y en Su Palabra: Mateo 8:26 ¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes! Marcos 4:40 ¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe? Isaías 51:12,13 ¿A quién tienes miedo? ¿A los hombres? ¿A los hombres mortales, que no son más que hierba? 13  ¿Vas a olvidarte del Señor, tu creador? temortemor
  • 17. 24 25 4. Efectos del temor A. Nos puede esclavizar: Hebreos 2:15 Por miedo a la muerte viven como esclavos durante toda la vida. B. Nos puede debilitar: Job 4:14 Me sobrevino un espanto y un temblor que estremeció todos mis huesos. Isaías 13:8 Se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos Jeremías 6:24 El miedo nos ha dejado sin fuerzas; sentimos angustia y dolor. Lucas 21:26 La gente se desmayará de miedo al pensar en lo que va a sucederle al mundo. C. Puede menoscabar nuestra voluntad de lucha y ocasionar nuestra derrota: Levítico 26:36,37 A aquellos de ustedes que queden con vida en terreno enemigo, les haré sentir tanto miedo que huirán con el simple ruido de una hoja al caer; huirán como si los persiguieran con una espada, y caerán sin que nadie los persiga; 37 tropezarán unos contra otros como si huyeran de la guerra, aunque nadie los persiga; ¡ninguno de ustedes podrá hacer frente a sus enemigos! Josué 2:11 Cuando oímos esto, nos acobardamos, no quedando ya valor en hombre alguno por causa de ustedes. Josué 5:1 Desfalleció su corazón, y no hubo más aliento en ellos. (V. también 1 Samuel 13:6,7.) (V. también 1 Samuel 14:15,16.) Levítico 26:15,17 Si desprecian Mis estatutos y si su alma aborrece Mis ordenanzas para no poner por obra todos Mis mandamientos, quebrantando así Mi pacto, 17 fijaré Mi rostro contra ustedes, para que sean derrotados delante de sus enemigos; los que los aborrecen los dominarán y ustedes huirán sin que nadie los persiga. Jeremías 6:19,22–25 [Dice el Señor:] «Escucha, tierra: Voy a traer a este pueblo una desgracia que es consecuencia de sus planes malvados; porque no hicieron caso de Mis palabras, sino que despreciaron Mi Ley». 22 El Señor dice: «Desde lejanas tierras del norte se prepara a venir una nación poderosa. 23 Están armados de arcos y espadas; son crueles, no tienen compasión; sus gritos son como el estruendo del mar, y van montados a caballo. Están listos para la batalla contra Sion». 24 En Jerusalén la gente dice: «Hemos oído la noticia, y el miedo nos ha dejado sin fuerzas; sentimos angustia y dolor, como una mujer de parto. 25 ¡No salgan al campo, no vayan por los caminos! ¡El enemigo está armado; hay terror por todas partes!» D. Castigo por pecados de los que no nos hemos arrepentido: Job 18:5,11 Ciertamente la luz del impío se apaga y no resplandecerá la llama de su fuego. 11 De todas partes lo asaltan temores y lo hacen huir desconcertado. Isaías 48:22 «No hay paz para los malvados», dice el Señor. temortemor
  • 18. 26 27 F. Puede atormentarnos mentalmente y producirnos angustia: 1 Juan 4:18 El temor lleva en sí castigo. G. Si no lo controlamos, el temor se puede apoderar de nosotros: Salmo 48:6 El miedo se adueñó de ellos: se retorcían de dolor, como mujer de parto. Salmo 55:5 Terror y temblor me invaden, y horror me ha cubierto. Jeremías 6:24 De nosotros se ha apoderado la angustia, un dolor como de mujer que está de parto. H. El temor descontrolado puede llegar a extremos: Deuteronomio Tu vida estará siempre en peligro; tendrás miedo 28:66,67 de día y de noche, y nunca tendrás segura la vida. 67  Será tanto el miedo que tendrás, y tales las cosas que verás, que por la mañana dirás: «¡Ojalá que ya fuera de noche!», y por la noche dirás: «¡Ojalá que ya fuera de día!» Job 18:11,14 Por todas partes se siente amenazado; se siente perseguido a cada paso. 14 Arrancado es también de la paz de su hogar y llevado a rastras ante el rey del terror. Salmo 53:5 Se sobresaltaron de pavor donde no había miedo. Proverbios 28:1 Huye el impío sin que nadie lo persiga. I. Los temores pueden materializarse y hacerse reales: Job 3:25 Todo lo que yo temía, lo que más miedo me causaba, ha caído sobre mí. Proverbios 10:24 Lo que el impío teme, eso le vendrá. Isaías 66:4 Yo escogeré para ellos desgracias y traeré sobre ellos lo que temen. D. Nos impide testificar o defender nuestras creencias: Mateo 26:56 Todos los discípulos abandonaron a Jesús y huyeron. Mateo 26:69–74 [Pedro, por miedo, negó conocer a Jesús.] (V. también Marcos 14:66–72; Lucas 22:54–60; Juan 18:16,17,25–27.) Juan 7:13 Ninguno hablaba abiertamente de Él, por miedo de los judíos. Juan 9:18–22 Los jefes judíos no creían que ese joven hubiera sido ciego y que ahora pudiera ver. Entonces llamaron a los padres del joven 19 y les preguntaron: «¿Es este su hijo? ¿Es cierto que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver?» 20 Los padres respondieron: «De que este es nuestro hijo, y de que nació ciego, no tenemos ninguna duda. 21 Pero no sabemos cómo es que ya puede ver, ni quién lo sanó. Pregúntenselo a él […]». 22 Los padres dijeron esto porque tenían miedo de los jefes judíos. Juan 12:42,43 Muchos de los judíos creyeron en Jesús […]. Pero no lo decían en público por miedo a los fariseos […]. 43  Preferían la gloria que dan los hombres a la gloria que da Dios. Juan 19:12–16 [Pilato, por temor a los judíos, se plegó a la demanda de crucificar a Jesús.] Juan 19:38 José de Arimatea […] era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos. E. Puede llevarnos a desobedecer a Dios: Números 13:28, [Los israelitas se negaron a invadir Canaán por 31–33 temor a los gigantes.] (V. también Números 14:1–5; Deuteronomio 1:26–28.) 1 Samuel 15:24 Saúl dijo a Samuel: «He pecado. En verdad he quebrantado el mandamiento del Señor y tus palabras, porque temí al pueblo y escuché su voz». temortemor
  • 19. 28 29 J. El temor es contagioso y puede afectar a los demás: Deuteronomio 20:8 Si alguno tiene miedo y le falta valor, que se vaya a su casa para que no acobarde también a sus compañeros. Jueces 7:3 Quien tema y se estremezca, que madrugue y regrese a su casa. (V. también Jueces 7:19–22; 1 Samuel 14:12–16.) 5. Cómo librarse del temor y gozar de paz A. Confía en el Señor: Salmo 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo. Salmo 31:13,14 He oído afrenta de muchos; miedo por todas partes. […] 14 Mas yo en Ti confié. Salmo 56:3,4 En el día que temo, yo en Ti confío. 4 En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado. No temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? Salmo 56:11 En Dios he confiado: no temeré lo que me hará el hombre. Salmo 91:2,3,5 Diré yo al Señor: «Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios, en quien confío». 3 Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal. 5 No temerás el terror de la noche. Salmo 112:7,8 No temerá recibir malas noticias; su corazón está firme, confiado en el Señor. 8 Su corazón está seguro, no temerá. Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera; porque en Ti ha confiado. Juan 14:1 No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en Mí. Marcos 5:36 No tengas miedo; solamente confía. B. Haz caso de las sanas enseñanzas que has recibido: Salmo 119:165 Mucha paz tienen los que aman Tu Ley, y no hay para ellos tropiezo. Proverbios 1:33 El que me preste atención, vivirá en paz y sin temor de ningún peligro. Proverbios 3:1,2 Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos, 2 porque largura de días y años de vida y paz te añadirán. Isaías 48:18 ¡Si tan solo hubieras atendido a Mis mandamientos! Entonces habría sido tu paz como un río. C. Recuerda que Dios está contigo y nunca te fallará: Deuteronomio 1:29,30 No teman ni les tengan miedo. 30 El Señor su Dios, que va delante de ustedes, Él peleará por ustedes. Deuteronomio 20:3,4 Hoy van a luchar contra sus enemigos. No se desanimen ni tengan miedo; no tiemblen ni se asusten, 4 porque el Señor su Dios está con ustedes; Él luchará contra los enemigos de ustedes y les dará la victoria. Deuteronomio 31:6 Sean firmes y valientes, no teman ni se aterroricen ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará. D. Cuando los que estén contigo sientan miedo… Isaías 8:12 No se asusten ni tengan miedo por todo lo que a ellos les da miedo. Isaías 35:4 Decid a los de corazón apocado: «Esforzaos, no temáis; […] Dios mismo vendrá, y os salvará». E. Busca al Señor para que te libre del temor: Salmo 34:4 Busqué al Señor, y Él me respondió, y me libró de todos mis temores. temortemor
  • 20. 30 31 Salmo 64:1 Escucha, Dios, la voz de mi queja; guarda mi vida del miedo al enemigo. F. Renuncia a tus pecados: Job 11:13–15 Si tú dispones tu corazón, y tiendes hacia Dios las manos; 14 si alguna iniquidad hay en tus manos, pero la apartas de ti, y no consientes que more en tu casa la injusticia, 15 entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, serás fuerte y nada temerás. G. Reprende al diablo y el espíritu de temor: Santiago 4:7 Háganle frente al diablo, y él huirá de ustedes. 1 Juan 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor. H. El Espíritu Santo y la fe son la solución: Hechos 4:29,31 «Señor, mira sus amenazas y concede a Tus siervos que con toda valentía hablen Tu palabra». 31  Cuando terminaron de orar, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban con valentía la palabra de Dios. Hebreos 11:33,34 Por fe conquistaron reinos, […] 34 se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 6. Solo debemos temer a Dios (El temor a Dios es una forma de veneración, un respeto reverencial más que un sentimiento desagradable de miedo.) A. Se nos manda temer a Dios: Josué 24:14 Teman al Señor y sírvanle con integridad y con fidelidad. Salmo 19:9 El temor del Señor es limpio (cotéjese con Proverbios 29:25). Proverbios 3:7 Teme al Señor, y apártate del mal. Eclesiastés 12:13 Teme a Dios, y guarda Sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Isaías 8:13 Al Señor todopoderoso es a quien hay que tener por santo; a Él es a quien hay que temer; hay que tener miedo en Su presencia. Lucas 12:4,5 No tengan miedo de la gente que puede quitarles la vida. Más que eso no pueden hacerles. 5 Tengan más bien temor de Dios, pues Él no solo puede quitarles la vida, sino que también puede enviarlos al infierno. A Él sí deben tenerle miedo. Hebreos 10:31 Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo. Mateo 10:28 No tengan miedo de la gente que puede destruir el cuerpo, pero no el alma. Teman a Dios. B. Bendiciones de Dios para los que lo temen: Salmo 25:12 ¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él le instruirá en el camino que debe escoger. Salmo 31:19 ¡Cuán grande es Tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en Ti, delante de los hijos de los hombres! Salmo 34:9 Teman al Señor, ustedes Sus santos, pues nada les falta a aquellos que le temen. Salmo 103:13 Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen. Salmo 147:11 El Señor favorece a los que le temen, a los que esperan en Su misericordia. Proverbios 1:7 El temor del Señor es el principio de la sabiduría. Proverbios 9:10 El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el conocimiento del Santo es inteligencia. Proverbios 14:26 En el temor del Señor hay confianza segura. Malaquías 4:2 Para ustedes que temen Mi nombre, se levantará el sol de justicia con la salud en sus alas. temortemor
  • 21. 33 32 PROTECCIÓN 1. Nuestro único refugio seguro es el Señor A. El Señor es quien nos da seguridad y protección: Salmo 127:1 Si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Proverbios 21:31 El hombre prepara el caballo para entrar en batalla, pero el Señor es quien da la victoria. B. El Señor tiene poder para protegernos: Éxodo 6:6,7 Ve a decir a los israelitas que Yo, el Señor, voy a librarlos de su esclavitud y de los duros trabajos a que han sido sometidos por los egipcios. Desplegaré Mi poder y los salvaré con grandes actos de justicia; 7 los tomaré a ustedes como pueblo Mío, y Yo seré su Dios. Así sabrán que Yo soy el Señor su Dios, que los libró. Sofonías 3:17 El Señor tu Dios está en medio de ti; ¡Él es poderoso, y te salvará! Isaías 59:1 La mano del Señor no se ha acortado para salvar. Efesios 3:20 [Dios] es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos. C. El Señor es nuestra defensa y nuestro escudo protector: Deuteronomio 33:27 El eterno Dios es tu refugio. Salmo 3:3 Tú, Señor, eres mi escudo protector. Salmo 5:12 Tú, oh Señor, bendices al justo, como con un escudo lo rodeas de Tu favor. Salmo 89:18 ¡Nuestro escudo es el Señor! Salmo 115:11 Los que temen al Señor, confíen en el Señor; Él es su ayuda y su escudo. Salmo 119:114 Mi escondedero y mi escudo eres Tú; en Tu Palabra he esperado. (V. también Salmo 18:35; 107:41.) Lucas 1:50 De generación en generación es Su misericordia para los que le temen. Hechos 10:35 En toda nación [Dios] se agrada del que lo teme y hace justicia. Apocalipsis 11:18 Llegó el tiempo […] de dar la recompensa a Tus siervos […] y a los que temen Tu nombre. temor
  • 22. 34 35 Salmo 32:7 Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia; con cánticos de liberación me rodearás. Salmo 143:9 En Ti me refugio. 2. Dios te protegerá porque te ama A. El Señor libra a Su pueblo que confía en Él: 2 Samuel 8:6 El Señor le daba la victoria a David por dondequiera que iba. Salmo 37:28 El Señor ama la justicia, y no abandona a Sus santos; ellos son preservados para siempre. Salmo 91:9,10 Ya que has hecho del Señor tu refugio, del Altísimo tu lugar de protección, 10 no te sobrevendrá ningún mal ni la enfermedad llegará a tu casa. B. El Señor te ama, te favorece y te protegerá: Deuteronomio 33:12 El amado del Señor vive tranquilo; el Altísimo lo protegerá siempre. ¡Vivirá bajo Su protección! 2 Samuel 22:20 Me rescató, porque se complació en mí. Job 1:10 Tú no dejas que nadie lo toque, ni a él ni a su familia ni a nada de lo que tiene. Salmo 17:8,9 Guárdame como a la niña de Tus ojos; escóndeme bajo la sombra de Tus alas, 9 […] de mis enemigos que buscan mi vida. Salmo 41:11 En esto conoceré que te he agradado: en que mi enemigo no cante victoria sobre mí. Salmo 56:9 Mis enemigos se pondrán en retirada cuando yo te pida ayuda. Yo sé muy bien que Dios está de mi parte. Salmo 91:7 Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Salmo 105:12–15 Cuando eran pocos en número, muy pocos, y extranjeros en el país, 13 cuando vagaban de nación protecciónprotección D. Él es nuestra torre y fortaleza, nuestra roca: 2 Samuel 22:2,3 El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador; 3 mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el poder de mi salvación, mi altura inexpugnable y mi refugio; salvador mío, Tú me salvas de la violencia. Salmo 9:9 El Señor será también baluarte para el oprimido, baluarte en tiempos de angustia. Salmo 61:3 Tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo. Salmo 62:6 Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio. Salmo 71:2–4 Líbrame en Tu justicia, y rescátame; inclina a mí Tu oído, y sálvame. 3 Sé para mí una roca de refugio, a la cual pueda ir continuamente; Tú has dado mandamiento para salvarme, porque Tú eres mi roca y mi fortaleza. 4 Dios mío, rescátame de la mano del impío, de la mano del malhechor y del implacable. Salmo 91:2 Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en Él confiaré. Proverbios 18:10 El nombre del Señor es torre fuerte, a ella corre el justo y está a salvo. E. Él es nuestra protección en momentos de mucho peligro: Isaías 25:4 Fuiste fortaleza para el pobre, fortaleza para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tormenta, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como una tormenta que se abate contra el muro. Nahúm 1:7 Bueno es el Señor, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él se refugian. (V. también Salmo 46:1–5.) F. El Señor es nuestro refugio: Salmo 27:5 Él me esconderá en Su tabernáculo en el día del mal.
  • 23. 36 37 E. Reposa en el Señor, confiando en que Él te amparará: Éxodo 14:14 Ustedes no se preocupen, que el Señor va a pelear por ustedes. Éxodo 33:14 Mi presencia te acompañará y te daré descanso. Salmo 112:7 No tiene miedo de malas noticias; su corazón está firme, confiado en el Señor. Salmo 118:6,7 El Señor está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? 7 El Señor está por mí entre los que me ayudan. F. Agradece al Señor Su protección: Salmo 5:11 Para siempre darán voces de júbilo, porque Tú los defiendes Salmo 28:7 El Señor es mi poderoso protector; en Él confié plenamente, y Él me ayudó. Mi corazón está alegre; cantaré y daré gracias al Señor. Salmo 59:16,17 Cantaré de Tu poder, alabaré de mañana Tu misericordia, porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. 17 Fortaleza mía, a Ti cantaré, porque eres, Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia. Salmo 98:1 Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas, Su diestra y Su santo brazo le han dado la victoria. 3. El Señor te puede salvar A. De las trampas y engaños del enemigo: Salmo 91:3 Él te librará del lazo del cazador. Salmo 124:6,7 ¡Bendito sea el Señor, que no dejó que nos despedazaran con Sus dientes! 7 Nos hemos escapado de la trampa como un ave que escapa del cazador; la trampa se rompió, y nosotros escapamos. en nación, y de un reino a otro pueblo, 14 Él no permitió que nadie los oprimiera, y por amor a ellos reprendió a reyes, diciéndoles: 15 «No toquen a Mis ungidos, ni hagan mal a Mis profetas». Mateo 10:29–31 ¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo el Padre. 30 Y hasta los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. 31 Así que no teman; ustedes valen más que muchos pajarillos. (V. también Salmo 4:3; 40:17; 125:2.) C. Él siempre está cerca para protegerte: Génesis 28:15 Yo estoy contigo, te guardaré dondequiera que vayas. Salmo 46:1 Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Salmo 109:31 Él está a la diestra del pobre, para salvarlo de los que juzgan su alma. D. Los ángeles custodios del Señor te protegen: Salmo 34:7 El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor. Isaías 63:9 El ángel de Su presencia los salvó. Daniel 3:28 Dios […] envió Su ángel y libró a Sus siervos que esperaron en Él. Daniel 6:20–22 Cuando el rey estuvo cerca, llamó con voz triste a Daniel, diciendo: «Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien sirves con tanta fidelidad, librarte de los leones?» 21 Y Daniel le respondió: «[…] 22 Mi Dios envió Su ángel, el cual cerró la boca de los leones». (V. también Éxodo 14:19,20; 23:20; 2 Reyes 6:15–18; 2 Crónicas 32:20,21 y 2 Reyes 19:35; Hechos 5:19; 12:6–10.) protecciónprotección
  • 24. 38 39 les había chamuscado ni sus vestidos se habían estropeado, y que ni siquiera olían a quemado. E. De ahogarte: Salmo 107:23–30 [El Señor puede salvarte de temibles tormentas en el mar.] Isaías 43:2 Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Mateo 8:23–27 Jesús subió a la barca, y Sus discípulos lo acompañaron. 24 En esto se desató sobre el lago una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había dormido. 25 Entonces Sus discípulos fueron a despertarlo, diciéndole: «¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo!» 26 Él les contestó: «¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes!» Dicho esto, se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó completamente tranquilo. 27 Ellos, admirados, se preguntaban: «¿Pues quién será este, que hasta los vientos y el mar lo obedecen?» Hechos 27:14,18,20, Un viento huracanado del nordeste azotó el barco. 21,23,24,41,43,44 18 Al día siguiente, la tempestad era todavía fuerte. 20 Por muchos días no se dejaron ver ni el sol ni las estrellas, y con la gran tempestad que nos azotaba habíamos perdido ya toda esperanza de salvarnos. 21  Pablo se levantó en medio de todos y dijo: 23  «Anoche se me apareció un ángel, enviado por el Dios a quien pertenezco y sirvo, 24 y me dijo: “No tengas miedo, Pablo, porque […] por tu causa Dios va a librar de la muerte a todos los que están contigo en el barco”». 41 El barco encalló. La parte delantera quedó atascada en la arena, sin poder moverse. 43  El capitán de los soldados […] ordenó que quienes Salmo 141:10 Caigan los impíos en sus propias redes, mientras yo paso a salvo. B. De enfermedades y epidemias: Éxodo 15:26 Ninguna enfermedad […] te enviaré a ti. Deuteronomio 7:15 El Señor apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian. Salmo 91:3 Él te librará […] de la peste destructora. Salmo 91:10 No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. C. De heridas y venenos: Salmo 91:11,12 A Sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. 12 En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Marcos 16:18 Si beben algo venenoso, no les hará daño. D. Del fuego y las quemaduras: Salmo 66:12 ¡Pasamos por el fuego y por el agua, pero nos sacaste a la abundancia! Isaías 43:2 Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Daniel 3:24,25,27 [Después que el rey de Babilonia mandó arrojar a un horno ardiente a tres jóvenes israelitas:] Nabucodonosor […] dijo a los consejeros de su gobierno: «¿No arrojamos al fuego a tres hombres atados? […] 25 Yo veo cuatro hombres desatados, que caminan en medio del fuego sin que les pase nada, y el cuarto hombre tiene el aspecto de un ángel». 27  Todas las autoridades de la nación allí presentes se acercaron a aquellos hombres, cuyos cuerpos no habían sido tocados por el fuego, y comprobaron que ni un pelo de la cabeza se protecciónprotección
  • 25. 40 41 traspasen los montes al corazón del mar; 3 aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Salmo 121:7 El Señor te protegerá de todo mal. Lucas 10:19 Les he dado autoridad para pisotear sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada les hará daño. 2 Tesalonicenses 3:3 El Señor es fiel, y Él los mantendrá a ustedes firmes y los protegerá del mal. 2 Timoteo 4:18 El Señor me librará de toda obra mala. 4. El Señor nos guarda de los que nos quieren hacer daño 2 Samuel 22:49 Él me libra de mis enemigos, de los rebeldes que se alzaron contra mí. ¡Tú, Señor, me salvas de los hombres violentos! 2 Crónicas 32:8 Con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Job 5:12,13 Él desbarata los planes del astuto y los hace fracasar. 13 Él atrapa al astuto en su propia astucia, y hace que fracasen sus planes malvados. Salmo 3:6 No me asusta ese enorme ejército que me rodea dispuesto a atacarme. Salmo 37:32,33 El impío acecha al justo y procura matarlo. 33 El Señor no dejará al justo en sus manos, ni permitirá que lo condenen cuando sea juzgado. Salmo 97:10 De mano de los impíos los libra. Salmo 118:13 Me empujaste con violencia para que cayera, pero el Señor me ayudó. Isaías 54:17 Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio. supieran nadar se echaran al agua primero para llegar a tierra, 44 y que los demás siguieran sobre tablas o en pedazos del barco. Así llegamos todos salvos a tierra. (V. también Mateo 14:23–32; Jonás 1:4,11–17; 2:3–10; Génesis 7:23.) F. De la muerte: Salmo 41:2 El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida, y será bienaventurado sobre la tierra. Daniel 6:27 Él salva y libra, y […] Él ha librado a Daniel del poder de los leones. G. De los peligros que se presentan al viajar: Génesis 28:15 Te guardaré por dondequiera que vayas, y volveré a traerte a esta tierra. Éxodo 23:20 Enviaré Mi ángel delante de ti, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que te he preparado. Deuteronomio 28:6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. Salmo 121:8 El Señor guardará tu salida y tu entrada. Juan 10:4,11 [Jesús dijo:] Cuando ya han salido todas [las ovejas], [el pastor] camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. 11 Yo soy el buen pastor. (V. también Éxodo 33:14,15; Salmo 37:23; Isaías 55:12.) H. De toda clase de males: Job 5:19–22 En seis tribulaciones te librará, y en la séptima no te tocará el mal. 20 En tiempo de hambre te salvará de la muerte, y del poder de la espada en la guerra. 21  Del azote de la lengua serás protegido y no temerás cuando venga la destrucción. 22 De la destrucción y del hambre te reirás y no temerás a las fieras del campo. Salmo 46:1–3 Dios es nuestro amparo […]. 2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida y se protecciónprotección
  • 26. 42 43 Daniel 6:23 Ninguna lesión se halló en [Daniel], porque creyó en su Dios. 1 Pedro 1:5 Por la fe que ustedes tienen en Dios, Él los protege con Su poder. (V. también Salmo 33:22.) B. Debes orar en los momentos difíciles: Génesis 32:1–12 [Oración ferviente de Jacob para que Dios lo guarde de Esaú y sus 400 hombres.] (V. también vers. 24–30.) 2 Samuel 22:4 Invoco al Señor, que es digno de ser alabado, y soy salvo de mis enemigos. Salmo 34:17 El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias. Salmo 50:15 Invócame en el día de la angustia; te libraré. (V. también Salmo 6:7–10; 18:6; 59:1–3.) C. Debes amar y venerar al Señor: 2 Crónicas 16:9 Los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente Suyo. Salmo 31:23 ¡Amen al Señor, todos Sus santos! El Señor preserva a los fieles. Salmo 33:18,19 El Señor cuida siempre de quienes lo honran y confían en Su amor, 19 para salvarlos de la muerte y darles vida en épocas de hambre. Salmo 34:7 El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor. Salmo 91:14,15 Por cuanto en Mí ha puesto su amor, Yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido Mi nombre. 15 Me invocará y Yo le responderé; con él estaré Yo en la angustia; lo libraré y lo glorificaré. Salmo 145:20 El Señor protege a los que lo aman. (V. también Salmo 84:10,11; Proverbios 16:7.) Jeremías 1:19 «Pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque Yo estoy contigo —declara el Señor— para librarte». Jeremías 39:17 Yo te protegeré, para que no caigas en poder de esa gente a la que temes. Yo, el Señor, lo afirmo. 5. En los postreros días se nos ha prometido gran protección Lucas 21:17,18 Todo el mundo los odiará por causa Mía; 18 pero no se perderá ni un cabello de su cabeza. Apocalipsis 7:3 No hagan daño, ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro Dios. Apocalipsis 9:3,4 Del humo salieron saltamontes, los cuales cubrieron la tierra y recibieron poder para picar a la gente como si fueran escorpiones. 4 Luego Dios les ordenó que solo dañaran a quienes no tuvieran en su frente la marca del sello de Dios. Apocalipsis 11:3,5,6 Otorgaré autoridad a Mis dos testigos, y ellos profetizarán por 1.260 días, vestidos de cilicio. 5 Si alguien quiere hacerles daño, de su boca sale fuego y devora a sus enemigos. Así debe morir cualquiera que quisiera hacerles daño. 6 Ellos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva durante los días en que ellos profeticen; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda suerte de plagas todas las veces que quieran. 6. Condiciones para contar con la protección divina A. Es esencial tener fe en Dios: Salmo 37:40 El Señor los ayuda y los libra; los libra de los impíos y los salva, porque en Él se refugian. protecciónprotección
  • 27. 44 45 Éxodo 12:21–23 [A los hebreos se les pidió que tiñeran con sangre los dinteles y postes de sus puertas, a fin de que el exterminador pasara de largo.] G. No seas imprudente, temerario o desobediente: 1 Reyes 22:1–37 [Se le advierte al rey que no se meta en la batalla; sin embargo, él lo hace, disfrazado de soldado raso, y muere alcanzado por una flecha perdida.] 2 Crónicas 35:20–24 [El rey Josías insiste en luchar contra los egipcios, aunque estos no querían pelear contra él, y terminan matándolo.] Oseas 8:3 Israel ha rechazado lo bueno, y por eso lo perseguirán sus enemigos. Mateo 4:7 No pongas a prueba al Señor tu Dios. Hechos 19:29–31 [Los discípulos y los amigos de Pablo le aconsejan que no se arriesgue a presentarse ante la turba sanguinaria.] Hechos 21:17–30 [A pesar de las advertencias de Dios, Pablo va a Jerusalén.] (V. Hechos 20:22,23; 21:4,10–14.) 7. Algunos casos de protección divina Génesis 19:15–17 [Los ángeles del Señor ayudaron a Lot y a su familia a huir de la ciudad de Sodoma, que estaba condenada a ser destruida.] Génesis 35:5 [Dios hizo que los cananeos temieran perseguir a Su pueblo.] Génesis 45:5–7 [Los hermanos de José lo vendieron como esclavo, y él terminó en Egipto; pero Dios lo protegió e hizo que la situación redundara en bien de todos.] Éxodo 12:21–23 [El ángel del Señor hirió a los egipcios, pero pasó por las casas de los hebreos sin hacerles nada.] Éxodo 14:9,10,19,20 [El ángel del Señor y la columna de fuego iban entre los hebreos y el ejército egipcio que los perseguía.] D. Debes ampararte en el Señor: Salmo 57:1 En la sombra de Tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos. Salmo 91:1 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. E. Debes ser obediente y hacer el bien: Salmo 34:17 El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias. Salmo 41:1,2 Dichoso el que piensa en el débil y pobre; el Señor lo librará en tiempos malos. 2 El Señor lo protegerá, le dará vida y felicidad en la tierra, y no lo abandonará al capricho de sus enemigos. Salmo 81:13,14 ¡Oh, si me hubiera oído Mi pueblo, si en Mis caminos hubiera Israel andado! 14 En una nada habría Yo derribado sus enemigos, y vuelto Mi mano sobre sus adversarios. Proverbios 1:33 El que me preste atención, vivirá en paz y sin temor de ningún peligro. Daniel 6:16 Dios, a quien sirves con perseverancia, Él te librará. 1 Pedro 3:12 Los ojos del Señor están sobre los justos, y Sus oídos atentos a sus oraciones. (V. también Salmo 7:10; 1 Pedro 3:13.) F. Importancia de hacer nuestra parte: Hebreos 11:7 Por la fe Noé, siendo advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor reverente preparó un arca para la salvación de su casa. (V. también Génesis 6:12–14,22; 7:1,11,17–23.) Hebreos 11:31 Rahab la ramera no pereció […], habiendo recibido a los espías [y atado el cordón rojo]. (V. también Josué 2:4–21.) protecciónprotección
  • 28. 47 46 PROVISIÓN 1. Dios puede proveer para todas nuestras necesidades A. Podemos tener la absoluta certeza de que Él suplirá lo que nos falte: Filipenses 4:19 De Sus riquezas maravillosas mi Dios les dará, por medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta. Salmo 23:1 El Señor es mi pastor, nada me faltará. Salmo 34:10 A los que buscan al Señor nunca les faltará ningún bien. Salmo 37:25 Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan. Mateo 7:7–11 Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O qué hombre hay entre ustedes que si su hijo le pide pan, le dará una piedra, 10 o si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden? Romanos 8:32 El que no escatimó ni a Su propio Hijo, […] ¿no nos dará también con Él todas las cosas? (V. también Deuteronomio 2:7; Salmo 68:19; 81:10; Malaquías 3:10; Mateo 6:8,25–34.) B. Dios es la fuente de toda provisión: Salmo 145:15,16 Los ojos de todos esperan en Ti, y Tú les das su comida en su tiempo. 16 Abres Tu mano, y colmas de bendición a todo viviente. 1 Crónicas 29:14 De Ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de Tu mano te damos. Salmo 104:13–15 Él riega los montes desde Sus aposentos; del fruto de Sus obras se sacia la tierra. 14 El hace producir Josué 3:10–17 [Dios dividió las aguas del río Jordán durante una crecida para que millones de hebreos pudieran cruzarlo a salvo.] Josué 10:11–14 [El Señor hizo llover granizo para azotar a los enemigos de Josué y retrasó la puesta del sol para favorecerlo.] 1 Samuel 17:34–39 [El Señor ayudó a David a enfrentarse a un león, a un oso y a Goliat.] 2 Reyes 6:24; 7:5–7 [Cuando los sirios sitiaron Samaria, el Señor hizo que en su campamento se oyese estruendo de carros, de caballos y de un gran ejército, por lo que se levantaron y huyeron.] Daniel 6:16–22 [El Señor guardó a Daniel en el foso de los leones.] Jonás 1:15,17; 2:10 [El Señor dispuso que un gran pez se tragara a Jonás, para evitar que se ahogara y llevarlo a su destino.] Mateo 2:13–16 [El Señor avisó a José en un sueño que huyera a Egipto con María y el niño Jesús.] Capítulo de interés especial: Salmo 91, el «Salmo de protección». (V. también los Salmos 121 y 124.) protección
  • 29. 48 49 2 Reyes 4:1–6 [La viuda del profeta pidió vasijas prestadas que milagrosamente se llenaron de aceite, con lo cual pudo pagar sus deudas.] A. Alimentos: Éxodo 16:12–15 [Dios milagrosamente dio codornices y maná en el desierto.] Números 11:18–20 [Dios hizo llover codornices para un mes.] (V. vers.31,32.) Salmo 78:23–25,27 Dios […] abrió las puertas del cielo; 24 ¡hizo llover sobre Su pueblo el maná, trigo del cielo, para que comieran! 25 ¡El hombre comió pan de ángeles! ¡Dios les dio de comer en abundancia! 27 Hizo llover carne sobre Su pueblo; ¡llovieron aves como arena del mar! (V. también Salmo 105:40.) Salmo 132:15 Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan. 1 Reyes 17:6 Los cuervos le llevaban pan y carne por la mañana y por la tarde. 1 Reyes 17:16 La tinaja de la harina no escaseó, ni menguó la botija del aceite [durante tres años y medio de hambruna]. (V. 1 Reyes 17:8–15.) 1 Reyes 19:5–8 Acostándose bajo el arbusto, se durmió; pero un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate, come». 6 Entonces vio que en su cabecera había una torta cocida sobre piedras calientes y una vasija de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse. 7 El ángel del Señor volvió por segunda vez, lo tocó y le dijo: «Levántate, come, porque es muy largo el camino para ti». 8 Se levantó, pues, y comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. 2 Reyes 4:42,43 [Eliseo dio de comer a 100 personas, luego de multiplicar 20 panes y un poco de trigo.] provisión el heno para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre, sacando el pan de la tierra, 15 y el vino que alegra el corazón del hombre, el aceite que hace brillar el rostro, y el pan que sustenta la vida del hombre. Santiago 1:17 Todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en Él no hay variaciones ni oscurecimientos. (V. también Salmo 65:9–13; Génesis 1:29; 9:3.) C. Él es dueño de todo el mundo: Éxodo 19:5 Mía es toda la tierra. Salmo 24:1 Del Señor es el mundo entero, con todo lo que en él hay. Salmo 50:10,11 Mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados. 11 Conozco todas las aves de los montes, y en Mi poder están las fieras del campo. Salmo 89:11 El cielo y la tierra son Tuyos; Tú formaste el mundo y todo lo que hay en él. 2. Dios puede hacer milagros de abastecimiento Números 11:21–23 [Dios les prometió carne para un mes; Moisés dudó de ello:] «El pueblo que viene conmigo es de seiscientos mil hombres de a pie, ¿y dices que nos vas a dar a comer carne durante un mes entero? 22  ¿Dónde hay tantas ovejas y vacas que se puedan matar y que alcancen para todos? Aun si les diéramos todo el pescado del mar, no les alcanzaría». 23 Pero el Señor le contestó: «¿Crees que es tan pequeño Mi poder? Ahora vas a ver si se cumple o no lo que he dicho». provisión
  • 30. 50 51 ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas? 30 Si Dios […] viste la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará Él mucho más por ustedes, hombres de poca fe? (V. también Génesis 3:21.) 3. Provisión en épocas de hambre A. El Señor promete darnos de comer en épocas de hambre: Job 5:20 En el hambre te redimirá [Dios] de la muerte. Salmo 33:18,19 El Señor cuida siempre de quienes lo honran y confían en Su amor, 19 para salvarlos de la muerte y darles vida en épocas de hambre. Salmo 37:18,19 El Señor conoce los días de los íntegros, y Su herencia será perpetua. 19 No serán avergonzados en el tiempo malo, y en días de hambre se saciarán. Proverbios 10:3 El Señor no permitirá que el justo padezca hambre. Ezequiel 36:29,30 Haré que el trigo abunde, y no volveré a enviarles hambre. 30 Haré también que los árboles y los campos den más fruto, para que ustedes no vuelvan a pasar vergüenza delante de las otras naciones por causa del hambre. B. Dios normalmente previene a Su pueblo para que se prepare: Génesis 41:25–36, [Dios mostró a José y al faraón que venían años de 47–49 hambre, y se prepararon almacenando comida.] Hechos 11:27–30 [Dios advirtió que se desataría una gran hambruna, y los creyentes enviaron dinero para socorrer a los hermanos afectados por ella.] (V. también Amós 3:7.) Marcos 6:34–44 [Jesús multiplicó cinco panes y dos peces y alimentó a 5.000 hombres, sin contar las mujeres y los niños.] (V. Mateo 14:21.) Marcos 8:1–9 [Jesús alimentó a 4.000, multiplicando siete panes.] Apocalipsis 12:6,14 [La Iglesia es sustentada tres años y medio en lugares inhóspitos.] (V. también Salmo 23:5; Lucas 5:1–7; Juan 21:5,6,11.) B. Agua: Génesis 21:14–19 [Cuando Agar se moría de sed, Dios la condujo a un pozo.] Éxodo 17:1–6 [En Horeb, el Señor hizo salir agua de una peña.] Números 20:2,7–11 [En Meriba, Dios hizo salir agua de una peña otra vez.] Jueces 15:15–19 [Dios hizo que brotara agua de un hoyo para Sansón.] 2 Reyes 3:9,17,20 [Dios milagrosamente surtió de agua a un ejército.] (V. también Salmo 78:15,16; 105:41; Isaías 41:17,18.) C. Dios puede incluso purificar el agua y los alimentos: Éxodo 15:23–25 [Las aguas amargas de Mara milagrosamente se endulzaron.] 2 Reyes 2:19–22 [El Señor saneó las aguas malas de Jericó.] 2 Reyes 4:38–41 [Las calabazas venenosas que había en el potaje se vuelven inocuas.] (V. también Marcos 16:18.) D. Ropa y otros artículos de primera necesidad: Deuteronomio 29:5 Durante cuarenta años Yo los he guiado por el desierto, y en ese tiempo no se les ha gastado la ropa ni el calzado. Mateo 6:25,26,30 No se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? 26  Miren las aves del cielo, que no siembran, provisiónprovisión
  • 31. 52 53 aquí Yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente. 10 Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. [Y el Señor multiplicó la harina y el aceite de la viuda, de forma que hubiera suficiente para él y para la familia de ella.] 2 Reyes 4:1–7 Una mujer […] clamó a Eliseo, diciendo: «[…] Mi marido, ha muerto […]; y ha venido el acreedor a tomar a mis dos hijos para esclavos suyos». 2 Y Eliseo le dijo: «[…] Dime qué tienes en casa». Y ella respondió: «Su sierva no tiene en casa más que una vasija de aceite». 3 Entonces Eliseo le dijo: «Ve, pide vasijas prestadas por todas partes de todos tus vecinos, vasijas vacías; no pidas pocas. 4 Luego entra y cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos y echas el aceite en todas estas vasijas, poniendo aparte las que estén llenas». 5 Y ella se fue de su lado, y cerró la puerta tras sí y de sus hijos; y ellos traían las vasijas y ella echaba el aceite. 6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, ella dijo a un hijo suyo: «Tráeme otra vasija». Y él le dijo: «No hay más vasijas». Y cesó el aceite. 7  Entonces ella fue y se lo contó al hombre de Dios. Y él le dijo: «Ve, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos pueden vivir de lo que quede». Mateo 17:27 Ve al mar y echa tu anzuelo. Ábrele la boca al primer pez que saques, y allí encontrarás una moneda. Toma ese dinero, y paga Mi impuesto y el tuyo. Lucas 5:4–6 Lleva la barca a la parte honda y lanza las redes para pescar. 5 Pedro respondió: «Maestro, toda la noche estuvimos trabajando muy duro y no pescamos nada. Pero, si Tú lo mandas, voy a echar las redes». 6 Hicieron lo que Jesús les dijo, y fueron tantos los 4. Condiciones para que Dios provea A. Debemos agradar a Dios y ser obedientes: Mateo 6:33 Busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. 2 Crónicas 1:7–12 [El rey Salomón buscó primero el bien del reino, y Dios le dio riquezas fabulosas.] Salmo 34:9,10 Nada faltará a los que lo honran. 10 […] A los que buscan al Señor nunca les faltará ningún bien. Salmo 37:3 Haz bien; vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado. Salmo 84:11 Nada bueno niega a los que andan en integridad. Proverbios 13:25 El justo come hasta estar satisfecho, pero el malvado se queda con hambre. Isaías 1:19 Si aceptan ser obedientes, comerán de lo mejor que produce la tierra. 1 Juan 3:22 Él nos dará todo lo que le pidamos, porque obedecemos Sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. (V. también Deuteronomio 11:10–15; 29:9; Salmo 111:5.) B. Casos de personas que obedecieron e hicieron lo que estaba a su alcance, y entonces el Señor obró un milagro por ellas: 1 Reyes 17:2–5 Vino a Elías la palabra del Señor, diciendo: 3 «Sal de aquí y dirígete hacia el oriente, y escóndete junto al arroyo Querit, que está al oriente del Jordán. 4 Y beberás del arroyo, y he ordenado a los cuervos que te sustenten allí». 5 Él fue e hizo conforme a la palabra del Señor, pues fue y habitó junto al arroyo Querit. [Y el Señor mandó que unos cuervos le llevaran comida cada día.] 1 Reyes 17:8-10 Vino […] a [Elías] palabra de Jehová, diciendo: 9  Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he provisiónprovisión
  • 32. 54 55 D. Acuérdate de darle las gracias por proporcionarte lo que necesitabas: Salmo 68:19 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios. Salmo 116:12–14,17 ¿Qué daré al Señor por todos Sus beneficios para conmigo? 13 Alzaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre del Señor. 14 Cumpliré mis votos al Señor, sí, en presencia de todo Su pueblo. 17 Te ofreceré sacrificio de acción de gracias. 5. Razones por las que a veces pasamos necesidad A. Por nuestros pecados o desobediencias: Jeremías 5:25 Sus iniquidades han alejado estas cosas, y sus pecados los han privado del bien. (V. también Salmo 81:13,16; Santiago 4:3.) B. Por nuestra falta de fe o de pedirle al Señor lo que necesitamos: Santiago 4:2 No tienen, porque no piden. Santiago 1:6,7 [Sobre dudar y no pedir con fe.] C. Por nuestra pereza: 2 Tesalonicenses 3:10 Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Proverbios 13:4 Desea, y nada alcanza el alma del perezoso. Proverbios 20:4 Cuando es tiempo de arar, el perezoso no ara; pero al llegar la cosecha, buscará y no encontrará. Proverbios 21:25 De deseos se muere el perezoso, porque sus manos no quieren trabajar. (V. también Proverbios 23:21.) D. Para que sigamos dependiendo de Dios y Su provisión: Deuteronomio 31:20 Comerán y se saciarán, y engordarán; y [entonces] se volverán a dioses ajenos. Proverbios 30:8,9 No me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan, 9 no sea que me sacie y te niegue, y pescados que recogieron, que las redes estaban a punto de romperse. (V. también Juan 21:3–6.) Juan 2:1–3,6–10 María, la madre de Jesús, fue a una boda en un pueblo llamado Caná, en la región de Galilea. 2 Jesús y Sus discípulos también habían sido invitados. 3 Durante la fiesta de bodas se acabó el vino. Entonces María le dijo a Jesús: «Ya no tienen vino». 6 Allí había seis grandes tinajas para agua, […]. En cada tinaja cabían unos cien litros. 7 Jesús les dijo a los sirvientes: «Llenen de agua esas tinajas». Los sirvientes llenaron las tinajas hasta el borde. 8 Luego Jesús les dijo: «Ahora, saquen un poco y llévenselo al encargado de la fiesta, para que lo pruebe». Así lo hicieron. 9 El encargado de la fiesta probó el agua que había sido convertida en vino, […] llamó al novio 10 y le dijo: «Siempre se sirve primero el mejor vino, y cuando ya los invitados han bebido bastante, se sirve el vino corriente. Tú, en cambio, has dejado el mejor vino para el final». Juan 11:39,41–44 Jesús dijo: «Quiten la piedra». 41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, gracias te doy por haberme oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que Tú me has enviado». 43  Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: «¡Lázaro, ven fuera!» 44 Y el que había muerto salió. C. Ora, cree lo que dice la Palabra de Dios y confía en que Él proveerá: Mateo 21:22 Todo lo que ustedes, al orar, pidan con fe, lo recibirán. Hebreos 11:6 Dios […] recompensa a los que lo buscan. (V. también 2 Crónicas 26:5; Isaías 45:11; Mateo 9:29.) provisiónprovisión
  • 33. 56 57 D. Con más motivo cuida de los que lo buscan: Salmo 34:10 A los que buscan al Señor nunca les faltará ningún bien. (V. también Mateo 6:26,30; 2 Corintios 9:8.) 7. Debemos hacer lo que está a nuestro alcance para obtener lo que necesitamos A. Es nuestra obligación: 1 Timoteo 5:8 Si alguien no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. B. Trabajar por cubrir nuestras necesidades: Hechos 20:35 Se debe trabajar y ayudar a los que están en necesidad. Efesios 4:28 Que trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, a fin de que tenga qué compartir con el que tiene necesidad. 1 Tesalonicenses Trabajen con sus manos, tal como les hemos 4:11,12 mandado; 12 a fin de que se conduzcan honradamente para con los de afuera, y no tengan necesidad de nada. 2 Tesalonicenses Oímos que algunos entre ustedes andan 3:11,12 desordenadamente, sin trabajar, pero andan metiéndose en todo. 12 A tales personas les ordenamos y exhortamos en el Señor Jesucristo, que trabajando tranquilamente, coman su propio pan. Tito 3:14 Aprendan los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad. (V. también Génesis 41:39–44; Daniel 2:48,49; 6:1–3; 8:27.) diga: «¿Quién es el Señor?» o que sea menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios. (V. también 1 Timoteo 6:10,17; Apocalipsis 3:17–19.) E. Para hacernos ver que es hora de un cambio: 1 Reyes 17:7–9 [Cuando se secó el arroyo, a Elías le tocó irse.] (V. también Génesis 26:1–3; 45:6–11; Rut 1:1–6,16–18; 2 Reyes 8:1,2.) 6. Dios nos ama y desea proveer a nuestras necesidades A. Él sabe lo que necesitamos y cuida de nosotros: Mateo 6:8 Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan. Mateo 6:31,32 Ya no se preocupen preguntando qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. 32 Solo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes no se desesperen por esas cosas. Su Padre que está en el cielo sabe que las necesitan. (V. también Salmo 145:15,16.) B. Dios provee también para los malos e incrédulos: Mateo 5:45 Dios que está en el cielo […] hace que salga el sol sobre los buenos y sobre los malos. Él manda la lluvia para el bien de los que lo obedecen y de los que no lo obedecen. (V. también Hechos 14:15–17.) C. Él satisface asimismo las necesidades de los animales: Génesis 1:30 A todo animal de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra, y que tiene vida, les he dado toda planta verde para alimento. (V. también Génesis 6:14–22; Salmo 104:21,25–28; 147:8,9.) provisiónprovisión
  • 34. 58 59 Lucas 8:1–3 [Juana y otras mujeres adineradas mantenían a Jesús.] (V. también Romanos 16:23.) B. Los que trabajan para Dios han de ser mantenidos por aquellos a quienes atienden: Mateo 10:7,9,10 Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado. 9 No lleven oro ni plata ni cobre 10  ni provisiones para el camino. No lleven ropa de repuesto ni sandalias ni bastón, pues el trabajador tiene derecho a su alimento. 1 Corintios 9:7–14 ¿Quién sirve como soldado pagándose sus propios gastos? ¿Quién cultiva un viñedo y no come de sus uvas? ¿Quién cuida las ovejas y no toma de la leche que ordeña? 8 Y no vayan a creer que esta es solo una opinión humana, porque la ley de Moisés también lo dice. 9 Pues está escrito en el libro de la Ley: «No le pongas bozal al buey que trilla». Y esto no significa que Dios se preocupe de los bueyes, 10 sino que se preocupa de nosotros. Porque la Ley se escribió por causa nuestra, pues tanto el que ara la tierra como el que trilla el grano deben hacerlo con la esperanza de recibir su parte de la cosecha. 11 Así que, si nosotros hemos sembrado en ustedes una semilla espiritual, no es mucho pedir que cosechemos de ustedes algo de lo material. 12 Si otros tienen este derecho sobre ustedes, con mayor razón nosotros. Pero no hemos hecho uso de tal derecho, y hemos venido soportándolo todo por no estorbar el anuncio del evangelio de Cristo. 13 Ustedes saben que quienes trabajan al servicio del templo, viven del templo. Es decir, que quienes atienden el altar donde se ofrecen los sacrificios, C. Dios bendice el trabajo arduo y diligente: Génesis 31:38–40 [Ejemplo de Jacob: pastoreo diligente.] Génesis 39:1–6 [Dios bendijo a José por trabajar con empeño.] (V. también vers. 20–23.) Proverbios 10:4 La mano de los diligentes enriquece. (V. también Proverbios 13:4; 22:29; 21:25; Eclesiastés 5:18.) Proverbios 28:19 El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza. Mateo 25:14–30 [Se recompensa a los siervos diligentes que incrementaron sus talentos.] 8. Dios suele valerse de otras personas para cubrir las necesidades de Sus obreros A. Con frecuencia, benefactores acaudalados han ayudado a los mensajeros de Dios: Génesis 47:1–6 [El faraón dio la mejor tierra de Egipto, Gosén, al padre de José y a sus hermanos.] 1 Reyes 18:3,13 [El mayordomo Abdías arriesgó su vida para salvar y dar de comer a 100 profetas del Señor.] 2 Reyes 4:8–11 [Una mujer rica de Sunem proporciona comida y alojamiento a Eliseo y a su siervo.] Nehemías 2:7,8 [El rey Artajerjes otorga permiso a Nehemías para que tome toda la madera que necesite del bosque real.] Jeremías 37:15–21 [El rey Sedequías se enfrenta a los enemigos de Jeremías y ordena que a este se le dé pan continuamente.] Daniel 2:48,49 [El rey Nabucodonosor concede a Daniel autoridad, muchos honores y espléndidos regalos; y a unos amigos de este, altos puestos en el gobierno.] provisiónprovisión
  • 35. 60 61 E. Aceptar invitaciones a comer: Mateo 9:9,10 [Jesús y los discípulos comieron en casa de Mateo] (v. también Lucas 5:29). Lucas 7:36 Le rogó uno de los fariseos, que comiese con él. Lucas 19:1–6 [Jesús se invitó a sí mismo a comer en casa de Zaqueo.] 1 Corintios 10:27 Si uno que no es creyente los invita a comer, y ustedes quieren ir, coman de todo lo que les sirvan, sin preguntar nada por motivos de conciencia. F. A veces sí se deben rechazar ciertas invitaciones a comer: 1 Reyes 13:7–9, [Dios ordenó al profeta joven que rechazara toda 15–17 invitación] (v. también vers.18–24). Proverbios 15:17 Más vale comer verduras con amor, que carne de res con odio. Proverbios 23:6–8 No comas el pan del egoísta, ni desees sus manjares; 7 pues como piensa dentro de sí, así es él. 8 Él te dice: «Come y bebe», pero su corazón no está contigo. Daniel 1:1–16 [Daniel y sus compañeros, prisioneros de guerra de Nabucodonosor, se negaron a consumir la comida del rey. A pesar de los temores del mayordomo encargado de ellos, terminaron más sanos y fuertes que todos los demás.] H. Sobre compartir entre nosotros lo que Dios nos ha dado: Hechos 2:44,45 Todos los creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí; 45 vendían sus propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades de cada uno. Hechos 4:32,34,35 Tenían todas las cosas en común. 34 No había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el comen de la carne de los animales que allí se sacrifican. 14 De igual manera, el Señor ha dispuesto que quienes anuncian el evangelio vivan de ello mismo. 2 Reyes 4:42 Un hombre […] trajo [a Eliseo] panes de primicias, veinte panes y trigo. [Y comieron sus 100 discípulos.] (V. también los versículos 38, 43 y 44.) Lucas 22:35 Cuando los mandé sin dinero ni provisiones ni sandalias, ¿acaso les faltó algo? Ellos contestaron: «Nada». 1 Timoteo 5:17,18 Los ancianos que gobiernan bien la iglesia deben ser doblemente apreciados, especialmente los que se dedican a predicar y enseñar. 18 Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey que trilla». Y también: «El trabajador tiene derecho a su paga». (V. Deuteronomio 25:4; Lucas 10:7.) (V. también Hechos 28:7–10.) C. Hospedarse en casa de otras personas: Mateo 10:11 En cualquier ciudad o aldea donde entren, averigüen quién es digno en ella, y quédense allí hasta que se marchen. Lucas 10:7,8 Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, pues el trabajador tiene derecho a su paga. No anden de casa en casa. 8 Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan. (V. también 1 Reyes 17:8–16,24; Hechos 10:5,6; 16:14,15; 17:5–7; 18:2,3,7; Romanos 16:23; Filemón 22.) D. No abuses de la hospitalidad ajena: Proverbios 25:17 No pongas con exceso tu pie en la casa de tu vecino, no sea que, harto de ti, te aborrezca. provisiónprovisión
  • 36. 62 63 producto de lo vendido 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Hechos 11:29 Los creyentes de Antioquía decidieron enviar ayuda a los hermanos que vivían en Judea, según lo que cada uno pudiera dar. 2 Corintios 8:12–15 Si realmente desean contribuir, Dios acepta con agrado sus ofrendas, pues Él no espera que demos lo que no tenemos. 13 Pero no queremos que, por ayudar a otros, les falte a ustedes lo necesario. Lo que deseamos es que haya igualdad. 14 Ahora ustedes tienen mucho, y deben ayudar a los que tienen poco. Puede ser que, en otro momento, ellos tengan mucho y los ayuden a ustedes. De esta manera habrá igualdad. 15 Como dice la Biblia: «Al que juntó mucho no le sobró nada. Al que juntó poco, no le faltó nada». (V. Éxodo 16:18.) 9. Importancia de pedir 1 Samuel 25:2–8 [David envía agentes a solicitar a Nabal —hombre rico y poderoso, pero impío— que done alimentos para él y sus hombres, explicando que estos se han portado bien con sus pastores.] 1 Samuel 27:5–7 [David pide un lugar donde alojarse durante 16 meses.] Marcos 11:1–7 [Los discípulos de Jesús piden un burrito que Él pueda montar.] Marcos 14:12–16 [Los discípulos de Jesús piden permiso para ocupar un aposento alto ya dispuesto y preparado.] Lucas 5:1–3 [Jesús pide prestada una barca desde la cual predicar.] Juan 4:6,7 [Jesús pide un trago de agua.] 10. Dios ha prometido hacer prosperar nuestra obra y negocios A. Económicamente: Deuteronomio 28:1–3 [Magníficas promesas de prosperidad para los fieles.] Salmo 112:1,3 Cuán bienaventurado es el hombre que teme al Señor, que mucho se deleita en Sus mandamientos. 3 Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre. Proverbios 10:22 La bendición del Señor es riqueza que no trae dolores consigo. B. Otras formas en que Dios hace prosperar a Su pueblo: (V. Génesis 39:2; Levítico 26:3–13; Deuteronomio 29:9; 30:9; 2 Crónicas 26:5; Salmo 107:35–38; 127:3–5; Isaías 3:10; Ezequiel 34:26; Hechos 14:17.) 11. Dios nos facilita nuestras necesidades, pero no siempre nuestros deseos A. Contentarse y no desear más de lo necesario: Lucas 12:15 Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas. 1 Timoteo 6:6–8 Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, 7 porque nada hemos traído a este mundo y, sin duda, nada podremos sacar. 8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos ya satisfechos. Filipenses 4:11 He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Hebreos 13:5 Sea el carácter de ustedes sin avaricia, contentos con lo que tienen. Salmo 37:16 Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores. Proverbios 15:16 Más vale ser pobre y honrar al Señor, que ser rico y vivir angustiado. provisiónprovisión
  • 37. 65 64 PRUEBAS, TENTACIONES Y TRIBULACIONES 1. Es de esperar que tengamos pruebas y tribulaciones Salmo 34:19 Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo libra el Señor. Hechos 14:22 Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. 1 Corintios 10:13 Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros no hayan tenido. 1 Tesalonicenses 3:3 Nadie se inquiete por causa de estas aflicciones, porque ustedes mismos saben que para esto hemos sido destinados. 1 Pedro 4:12 Queridos hermanos, no se extrañen de verse sometidos al fuego de la prueba, como si fuera algo extraordinario. 1 Pedro 5:9 Las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo. (V. también Salmo 26:2; 139:23,24 sobre las pruebas que a veces nos manda Dios para poner de manifiesto nuestra fortaleza, convicciones y virtudes, o la falta de ellas.) 2. Frecuentemente las pruebas vienen cuando las cosas no salen como quisiéramos A. En muchos casos Dios nos concede los deseos de nuestro corazón: Salmo 37:4 Ama al Señor con ternura, y Él cumplirá tus deseos más profundos. Salmo 84:11 Nada bueno niega a los que andan en integridad. Salmo 145:19 Él cumple los deseos de los que lo honran. Proverbios 10:24 A los justos les será dado lo que desean. (V. también Salmo 21:2; 145:16.) 2 Corintios 6:10 Parecemos pobres, pero enriquecemos a muchos; parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo. (V. también Salmo 62:10; Salmo 119:36; Proverbios 17:1; 23:5.) B. Peligros del descontento y la murmuración: Éxodo 16:3–8; [Los hijos de Israel anhelaban las ollas de carne de Números 21:5,6 Egipto y se quejaban de que Dios los iba a matar de hambre. Dios, entonces, les dio el maná. Más tarde, como se quejaban y tenían fastidio del maná, fueron atacados por serpientes venenosas.] Salmo 73:3–20 [Advertencia sobre no envidiar la prosperidad de los impíos.] Salmo 78:15–21 [Tras recibir agua milagrosamente, los israelitas dudaron y murmuraron porque querían carne. Dios los castigó.] Salmo 106:14,15 En la soledad del desierto, pusieron a prueba a Dios exigiéndole que les cumpliera sus deseos. 15  Y Dios les dio lo que pidieron, pero les mandó una enfermedad mortal. provisión