1. MIGUEL DELIBES
Valladolid, 1920
-
Madrid, 2010.
Premio Nadal por La
sombra del ciprés es
alargada, 1947
Premio Príncipe de
Asturias, 1982.
Premio Cervantes, 1993.
Premio Nacional de
Narrativa por El Hereje,
1999.
2. MIGUEL DELIBES
Delibes se instala en una serie narrativa poco
poblada en nuestra literatura. La novela de
personaje. Y lo hace de un modo genuino, tanto
en la selección de los tipos humanos como en el
tratamiento literario. Su rasgo más notable es el
de identificarse con el personaje, que eleva a su
categoría más alta en Cinco horas con Mario o
Las ratas, concebidas como crítica de
situaciones injustas y rematadas como
novelizaciones del punto de vista.
3. MIGUEL DELIBES
“Entiendo que novelar o fabular es narrar una
anécdota, contar una historia. Para ello se
manejan una serie de elementos: personajes,
tiempo, construcción, enfoque, estilo. A mi ver,
con estos elementos se pueden hacer todas las
experiencias que nos dé la gana…, todas menos
destruirlos, porque entonces destruiríamos la
novela. El margen de experimentación es
inmenso, pero tiene un límite: que se cuente
algo” (Miguel Delibes, 1971)
4. MIGUEL DELIBES
• La sombra del ciprés es alargada,
1948.
• El camino, 1950.
• Mi idolotrado hijo Sisí, 1953.
• Las ratas, 1962.
• Cinco horas con Mario, 1966.
• Parábola de un náufrago, 1969.
• Los santos inocentes, 1981
• Señora de rojo sobre fondo gris,
1991.
• El hereje, 1999
5. EL CAMINO
Daniel, el Mochuelo, la noche anterior a su partida
a la ciudad para estudiar, evoca sus once años en el
pueblo que le vio nacer y en el que transcurrió su
infancia junto a sus inseparables amigos, Roque, el
Moñigo, y Germán, el Tiñoso. Las andanzas de estos
tres niños, cuya amistad es también truncada por la
muerte de uno de ellos como ocurría en "La sombra
del ciprés es alargada", llenan las páginas de este
bello relato, en el que se conjugan la ternura, un
sutil lirismo y un delicado humor con la profunda
comunión y sintonía de los personajes con el
entorno y la naturaleza.
6. CINCO HORAS CON MARIO
Carmen Sotillo, Menchu, acaba de perder a su marido, Mario, y vela su
cadáver a lo largo de la noche. Algunos párrafos subrayados en una
Biblia que Mario tiene en la mesilla desatan en Menchu una oleada de
recuerdos y un denso y desordenado monólogo en el que pasa revista
a la vida en común, con todo cuanto de comprensión e incomprensión
ha habido entre ellos. La mentalidad burguesa y acomodaticia de
Menchu contrasta con el espíritu liberal, inconformista y
comprometido de Mario, que su esposa no deja de censurar a lo largo
del monólogo.
De hecho, y según confesión del propio Delibes, la fórmula de
monólogo interior adoptada por el novelista en esta obra respondió a
exigencias de la censura reinante en la época, pues de haber
presentado a Mario vivo, defendiendo las ideas que su viuda le echa
en cara, la novela no hubiera obtenido el beneplácito de los censores.
7. LOS SANTOS INOCENTES
Los santos inocentes -obra narrada en forma de una gran
salmodia con una disposición tipográfica de los textos casi
poemática- es la novela del sometimiento y la humillación de
los perdedores que se erige, al mismo tiempo, en un alegato
contra los poderosos y a favor de los desheredados.
Dividida en seis libros, como otros tantos cantos épicos, esta
historia trágica y lírica al mismo tiempo nos narra la dramática
existencia de unos seres marginados, habitantes de un cortijo
extremeño, cuyo sometimiento al amo marca y determina su
miserable vida cotidiana.
Las figuras de Paco el Bajo y el "inocente" Azarías, con su
"milana bonita", son dos personajes cumbre en la galería
delibeana.
8. EL HEREJE
El hereje es la última novela publicada por Miguel Delibes. Esta obra,
dedicada "A Valladolid, mi ciudad", es, en palabras del escritor, la más
"ambiciosa y compleja" de cuantas ha escrito.
El mismo año en que Lutero provoca el cisma de la Iglesia Romana, 1517,
nace en Valladolid Cipriano Salcedo, hijo de un comerciante en lanas,
comerciante él también y fabricante de ropas, que por razones más
sentimentales y afectivas que de conciencia, se adhiere a la secta protestante
fundada y dirigida en Valladolid por el Doctor Cazalla. La Inquisición corta de
raíz este cisma y condena a la hoguera a sus seguidores, entre ellos a Cipriano
Salcedo.
La peripecia humana y espiritual de este hombre honesto -un perdedor más
de la galería de personajes delibeanos-, sirve al novelista para trazar una
recreación magistral del Valladolid de la época de Carlos I, de sus gentes y
costumbres, de la agitación política y religiosa del momento y, sobre todo, de
la lucha del ser humano por alcanzar la verdad y por defender a toda costa su
libertad de conciencia.