2. Su vida Luis de Góngora nació en Córdoba, 11 de julio de 1561 fue un poeta y dramaturgo del Siglo de Oro. Era hijo del juez don Francisco de Argote y de Leonor de Góngora. Estudió en Salamanca y fue canónigo beneficiado de la catedral cordobesa, donde fue amonestado ante el obispo Pacheco por acudir pocas veces al coro y por charlar en él y por acudir a diversiones profanas y componer versos satíricos. En 1589 viajó a Navarra, Salamanca, Andalucía, Madrid, Granada, Jaén, Cuenca y Toledo, allí compuso entonces numerosos sonetos, romances y letrillas satíricas y líricas, y músicos como Diego Gómez, Gabriel Díaz o Claudio de la Sablonara le buscaron para hacer poemas. En 1609 regresó a Córdoba y empezó a intensificar la tensión estética y el barroquismo de sus versos. Entre 1610 y 1611 escribió la Oda a la toma de Larache y en 1613 el Polifemo, un poema en octavas que cuenta un pasaje mitológico de las Metamorfosis de Ovidio, el mismo año hizo su poema más famoso, las incompletas Soledades. Este poema desató una gran polémica a causa de su oscuridad y afectación y le creó una gran legión de seguidores, los llamados poetas culteranos y también enemigos como Francisco de Quevedo y Lope de Vega. Felipe III le nombró capellán real en 1617. Para desempeñar su cargo, vivió en la Corte hasta 1626, arruinándose para conseguir cargos a casi todos sus familiares; al año siguiente, en 1627, perdió la memoria y se marchó a Córdoba, donde murió de una apoplejía en medio de una extrema pobreza.
3. Sus obras Góngora no publicó sus obras pero pasaron de mano en mano en copias que se coleccionaron y recopilaron en cancioneros, romanceros y antologías que después se publicaron con su permiso o sin él. El más autorizado es el llamado Manuscrito Chacón (copiado por Antonio Chacón, para el Conde-Duque de Olivares) pero este manuscrito, como va destinado alto personaje al que va destinado, prescinde de las obras satíricas y vulgares.
4. Sus poemas Se suele agrupar su poesía en dos bloques, poemas menores y mayores, correspondientes más o menos a dos etapas poéticas sucesivas. En su juventud, Góngora compuso numerosos romances, de inspiración literaria, de tema piratesco o de tono más personal y lírico, algunos de ellos de carácter autobiográfico en los que narra sus recuerdos infantiles. Estos son algunos de ellos: A Córdoba ¡Oh excelso muro, oh torres coronadas De honor, de majestad, de gallardía! ¡Oh gran río, gran rey de Andalucía, De arenas nobles, ya que no doradas! ¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas, Que privilegia el cielo y dora el día! ¡Oh siempre gloriosa patria mía, Tanto por plumas cuanto por espadas! Si entre aquellas ruinas y despojos Que enriquece Genil y Dauro baña Tu memoria no fue alimento mío, Nunca merezcan mis ausentes ojos Ver tu muro, tus torres y tu río, Tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!
5. De la brevedad engañosa de la vida Menos solicitó veloz saeta destinada señal, que mordió aguda; agonal carro por la arena muda no coronó con más silencio meta, que presurosa corre, que secreta, a su fin nuestra edad. A quien lo duda, fiera que sea de razón desnuda, cada Sol repetido es un cometa. ¿Confiésalo Cartago, y tú lo ignoras? Peligro corres, Licio, si porfías en seguir sombras y abrazar engaños. Mal te perdonarán a ti las horas: las horas que limando están los días, los días que royendo están los años.
6. Inscripción para el sepulcro de Dominico Greco Esta en forma elegante, oh peregrino, de pórfido luciente dura llave, el pincel niega al mundo más süave, que dio espíritu a leño, vida a lino. Su nombre, aún de mayor aliento dino que en los clarines de la Fama cabe, el campo ilustra de ese mármol grave: venéralo y prosigue tu camino. Yace el Griego. Heredó Naturaleza Arte; y el Arte, estudio; Iris, colores; Febo, luces -si no sombras, Morfeo-. Tanta urna, a pesar de su dureza, lágrimas beba, y cuantos suda olores corteza funeral de árbol sabeo.