1. LA HISTORIA Y EL
FRUTO DEL MENSAJE
MODERNO DE
SALVACIÓN
LA HISTORIA Y EL FRUTO DEL
MENSAJE MODERNO DE
SALVACIÓN
-Traducido Por Ismael Nova
Introducción
He aquí un pequeño informe acerca de
algunas de las conclusiones a las que ha
llegado nuestra comunidad en la búsqueda
de la verdad. Aquí he tratado de reunir algo
de la valiosa información que algunos de
nosotros hemos desenterrado en la
correspondencia que hemos tenido entre
nosotros, y también con otros que han hecho
preguntas concernientes a qué es lo que
creemos.
Primero que todo, pienso que cada uno entre
nosotros está de acuerdo en que la salvación
es imposible sin la fe. Nuestra preocupación,
sin embargo, es que en la mayoría de los
círculos corrientes el entendimiento de la fe
ha sido grandemente influenciado por el
punto de vista evangélico o protestante.
Tarde o temprano no podemos esperar que
los frutos sean muy diferentes.
El hermano David Keeling comenzó a ver
los malos frutos que produce el ampliamente
aceptado punto de vista popular de la
salvación en el cristianismo evangélico. Este
punto de vista, el cual es llamado a veces
“El Camino Romano”, consiste en
mostrarles a los incrédulos una serie de
textos en la Epístola a los Romanos con el
propósito de que ellos admitan que están en
pecado, para luego arreglarlo todo por
medio de la “Oración del Pecador”. El
resultado de esto es una experiencia inicial
donde la persona cree que ha sido “Salva” o
ha “Nacido de Nuevo”. Este mensaje de
“oración de fe” inicial puede encontrarse en
cualquier lugar, desde un tratado o literatura
evangelística popular, hasta en la
contraportada de la Biblia de los Gedeones.
Puede que haya algunas variaciones en la
forma como es presentado este mensaje,
pero los principios básicos son aceptados
por casi cada grupo, desde los sencillos
grupos anabaptistas conservadores hasta los
más liberales protestantes evangélicos.
Este informe es para aquellos que, como yo,
hemos sido confundidos con este mensaje;
es para aquellos quienes han visto los malos
frutos que resultan de esta enseñanza; para
aquellos quienes han experimentado duda y
confusión, o han luchado con sus
conciencias y están buscando respuestas.
Una luz en todo esto ha sido para mí el
hermano David Keeling, un hombre de
granja que tiene un poco usual sentido
común en cuanto a la insensatez del mensaje
moderno de salvación. Él hace esta pequeña
analogía: cuando plantas un campo de maíz
y la semilla no germina, o germina y no se
parece en nada al maíz, ¿qué haces?
¿Buscarías más de la misma semilla y sólo
plantarías más de la misma? ¿Le pondrías
más fertilizante? No. Tú revisarías para ver
si las semillas están mal. Sin embargo eso es
2. lo que la mayoría de las personas están
haciendo. Ellos saben que no están
consiguiendo los resultados que deberían
obtener del mensaje que están predicando,
entonces predican más del mismo mensaje
muchas veces, imprimen más tratados y
literatura con el mismo mensaje, le añaden
algo de música (quizás una banda de rock),
suben un poquito más el volumen. Pero,
espera un momento, ¿ninguno ha tenido el
juicio suficiente para detenerse y revisar la
semilla y averiguar si es mala semilla y
quizá investigar de dónde vino?
Eso es lo que intentamos hacer en este
informe. Trataremos de echarle una mirada
al origen del mensaje moderno de salvación,
dónde se ha infiltrado, mirar sus frutos y ver
a dónde está llevando. A través de este
ensayo mencionaremos a los anabaptistas. Si
tú ignoras qué es el anabaptismo, te informo
que fue un movimiento cristiano del Reino
que salió de la reforma del siglo XVII. Este
ensayo se refiere a los anabaptistas
primitivos, así como a los modernos, pues
conocer algo de la historia de los
anabaptistas es definitivamente útil para
entender qué es lo que estamos tratando de
comunicar.
-Brian Gray
1. Qué enseñó Martín Lutero acerca de la
salvación
Primero démosle una mirada al comienzo
del protestantismo evangélico. Aquí
tenemos el testimonio del mismo padre del
protestantismo, Martín Lutero, y cuál fue su
experiencia y mensaje de salvación. Lutero
escribió:
“Sin importar cuán irreprochablemente
vivía como monje, me sentía ser un pecador
en la presencia de Dios. Mi conciencia me
molestaba demasiado. No podía creer que
agradaba a Dios con las cosas que hacía
para ganarme su favor. No amaba a Dios ni
a su justicia. De hecho, lo odiaba – si no
con una blasfemia abierta, por lo menos con
gigantescas murmuraciones en mi corazón.
Estaba indignado con Él, pensando que
encima de condenarnos a nosotros, los
miserables pecadores, a la destrucción
eterna a través del pecado original y
oprimirnos con toda clase de calamidades a
través de la ley y de los diez mandamientos,
Él había añadido tristeza sobre tristeza al
darnos el evangelio (imposible de obedecer)
a través del cual su Ira finalmente caería
sobre nosotros.
De esta manera luché feroz y
desesperadamente con mi conciencia,
mientras seguía abriendo las epístolas de
Pablo, consumido de un deseo de saber lo
que quiso decir…
Entonces, al fin, empecé a entender la
justicia de Dios. Empecé a ver que el
hombre vive por el don de Dios, que es por
fe. Empecé a entender que la justicia de
Dios revelada en los evangelios debe ser
tomada en una manera pasiva, y que Dios
justifica a los hombres, no por obras, sino
por fe, como está escrito: “El justo por la fe
vivirá.” Cuando entendí esto, me sentí
nacido de nuevo y sentí haber entrado por
las puertas abiertas del paraíso mismo”.
[Del prefacio de Las Obras Completas de
Lutero, que él preparó para su publicación
en 1545]
La siguiente cita es de un antiguo
anabaptista llamado Michael Schneider,
escrita mientras él estaba prisionero en el
castillo de Passau, Bavaria, la cual refleja su
mensaje de salvación…
“Escúchenme, todos los pueblos de la tierra.
Escúchenme, jóvenes, ancianos, grandes y
pequeños. Si quieren ser salvos, necesitan
abandonar el pecado, seguir a Cristo el
Señor, y vivir de acuerdo con su voluntad.
Cristo Jesús vino aquí a la tierra para
enseñar a los hombres el camino correcto
por donde han de ir, para enseñarles a
volverse del pecado, para seguirlo. El dijo:
3. “Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida,
nadie viene al Padre, sino por Mí.”
El que anhela comunión con Cristo y que
quiere tener parte en su reino, necesita
hacer lo que Cristo hizo mientras estaba en
esta tierra. El que quiere reinar con Cristo,
debe primeramente estar dispuesto a sufrir
por causa de su Nombre. El hombre que
muera con Cristo en esta vida entrará con
Él en el reino de su Padre, en gozo eterno.
Pero el hombre que no sigue a Cristo no
será redimido por la Sangre de Cristo y sus
pecados jamás le serán perdonados.
Aquellos que han tenidos sus pecados
perdonados, no deben vivir más en el
pecado.
Esto es lo que Jesucristo, nuestro Señor, nos
enseña. Aquellos que vuelven a caer al
pecado, rompen su pacto con Dios. Mayor
pena y sufrimiento serán suyos–y se
perderán para siempre.
No todos los que dicen “Señor, Señor”
entrarán al reino. Sólo aquellos que
guardan su pacto serán aceptados por Él. El
que confiesa a Cristo ante el mundo y se
para por la verdad hasta el final, será salvo.
Ayúdanos, oh, Dios, nuestro Señor, a esto, a
que permanezcamos en Cristo–que siempre
andemos según sus enseñanzas y no
pequemos más, y que seamos una honra a su
Nombre, ahora y para siempre… ¡y hasta la
eternidad! Amén”. [De Ausbund 82. Citado
por Peter Hoover en el libro “El Secreto de
la Fuerza”]
Ahora, yo quisiera detenerme aquí por un
momento y hacer una pregunta muy
relevante. ¿Cuál sería la reacción si un
hombre compartiera un testimonio similar al
de Lutero en una audiencia anabaptista? ¿Se
morderían los labios y estarían de acuerdo
en que “este tipo es luterano”? ¿O
exclamarían “¡Hombre, este tipo realmente
tiene fe!”. La verdad es que tal testimonio
sería cálidamente recibido entre una
audiencia anabaptista. ¿Por qué? Porque
muchos, si no la mayoría de ellos
compartirían un testimonio similar.
Del otro lado de la cerca podríamos
preguntar, ¿qué si alguien compartiera un
mensaje similar al de Michael Schneider en
la misma reunión anabaptista? ¿Sería
cálidamente bienvenido, o sería acusado de
promover una teología defectuosa?
Parece que la escatología de los modernos
anabaptistas ha abjurado, causando que
hombres como Michael Schneider sean una
amenaza a sus descendientes más bien que
una consolación. Tristemente, el evangelio
del anabaptismo moderno se alinea más con
el luteranismo que con el anabaptismo. No
queremos detenernos en este punto y sacar
ya nuestra conclusión final. Más bien,
queremos hacer una mirada objetiva al
mensaje de salvación de los anabaptistas
primitivos y al de Lutero. Volvamos de
nuevo donde el señor Lutero:
“No podía creer que agradaba a Dios con
las cosas que hacía para ganarme su
favor...”
Estaba indignado con Él, pensando que
encima de condenarnos a nosotros, los
miserables pecadores, a la destrucción
eterna a través del pecado original y
oprimirnos con toda clase de calamidades a
través de la ley y de los diez mandamientos,
Él había añadido tristeza sobre tristeza al
darnos el evangelio (imposible de obedecer)
a través del cual su Ira finalmente caería
sobre nosotros.
De esta manera luché feroz y
desesperadamente con mi conciencia,
mientras seguía abriendo las epístolas de
Pablo… Entonces, al fin, empecé a entender
la justicia de Dios. Empecé a ver que el
hombre vive por el don de Dios, que es por
fe. Empecé a entender que la justicia de
Dios revelada en los evangelios debe ser
tomada en una manera pasiva, y que Dios
justifica a los hombres, no por obras, sino
4. por fe, como está escrito: “El justo por la fe
vivirá.”
Cuando entendí esto, me sentí nacido de
nuevo y sentí haber entrado por las puertas
abiertas del paraíso mismo”.
Notamos aquí dos cosas que son dignas de
señalar. 1) Note que el entendimiento de
Lutero acerca del pecado original lo trajo a
la conclusión de que el evangelio es
imposible de obedecer, y que Dios es
imposible de ser complacido. 2) Notamos
también que Lutero llegó a su entendimiento
del Evangelio a través de la Epístola de
Pablo, en vez de entender las epístolas de
Pablo a través del fundamento de las
enseñanzas de Cristo. Este mismo
acercamiento ha sido adoptado por la iglesia
moderna, razón por la cual los nuevos
conversos son conducidos a través de nueve
versículos en Romanos y dos en los
evangelios.
Quizás la más poderosa enseñanza de Lutero
fue aquella de la “fe”. Básicamente, Lutero
pensó que el hombre es incapaz de hacer
algo para complacer a Dios. Jamás haremos
nada que sea suficiente ante los ojos de
Dios. Lutero sacó su conclusión de su
adoctrinamiento católico, un
adoctrinamiento que inevitable fue
influenciado por la doctrina de Agustín
sobre el pecado original. Esta doctrina fue la
fuente de la frustración, blasfemia y
murmuración de Lutero. Sin embargo, el
encontró la solución cuando finalmente
“entendió” del verdadero significado de la
“fe”.
De acuerdo con Lutero, “la fe sola” era todo
lo que el hombre necesitaba para ser salvo.
De acuerdo con su definición, la “fe” no
puede incluir obediencia a Dios. Él enseñó
que la obediencia es algo que trabaja u obra
para tu salvación, y tal actividad milita
contra Cristo. Este concepto es un tiro doble
que logra “convertir la gracia de Dios en
libertinaje”, porque cualquiera que tenga el
deseo de obedecer a Dios es inmediatamente
bloqueado y tachado de “tormenta celestial”,
mientras que aquellos quienes quieren
sentarse en el medio y jugar con Dios,
consiguen una gran área de faul para
hacerlo. El lado opuesto de esta espada de
doble filo es que creencia y obediencia
llegan a ser dos principios separados y
opuestos.
La innovadora definición de Lutero de “fe”
la cual es sinónimo de “evadir nuestra
responsabilidad” (“cop-out”) o de una
“escapatoria” alivió su consciencia
murmuradora y blasfema, dándole el
sentimiento de ser “nacido de nuevo”.
Algunos años después Lutero escribiría una
carta a un compañero pastor amonestándole
a ¡“pecar audazmente”! “porque somos
predicadores de la gracia”.
2. Por qué Lutero odiaba a los
anabaptistas
Lutero debe haber tenido buenas razones
para poner en oscuros calabozos a hombres
como Michael Schneider y otros como él,
donde ninguno pudiera oírlos de nuevo.
Pero, ¿qué era exactamente lo que tanto
odiaba Lutero de los anabaptistas? Aquí está
lo que algunos de sus enemigos tenían que
decir acerca de ellos:
“Si investigas la vida y conducta de ellos al
principio parece irreprochable, piadosa,
modesta, atractiva; sí, por encima de este
mundo. Aún aquellos quienes están
inclinados a criticarlos dirán que sus vidas
son excelentes”. Zwinglio, un reformador
protestante en Suiza.
“Francamente confieso que en la mayoría
de los anabaptistas hay una piedad y
consagración, ciertamente un celo que está
más allá de toda sospecha o alguna
insinceridad. Pues ¿qué ganancia terrenal
podrían esperar ganar por soportar el
exilio, la tortura y crueldades indecibles?
Testifico ante Dios que no puedo decir que
por falta de sabiduría ellos son un tanto
5. indiferentes a las cosas terrenales, sino más
bien por motivaciones divinas”. Capito, el
reformador de Estrasburgo.
La ironía es que Lutero concluyó que tal
vida era imposible de vivir. En una carta a
un compañero predicador él escribió:
“Si eres un predicador de la gracia,
entonces predica una gracia
verdadera, no ficticia; si la gracia es
verdad, tú debes llevar un pecado
verdadero, no ficticio. Sé un pecador y peca
audazmente, pero cree y regocíjate en
Cristo aún más audazmente. Pues él es
victorioso sobre el pecado, la muerte, y el
mundo. Mientras estamos aquí tenemos que
pecar. Esta vida no es el lugar donde habita
la justicia, pero, como dice Pedro,
buscamos unos nuevos cielos y una nueva
tierra en los cuales mora la justicia…
Ningún pecado puede separarnos de Él, aún
si fuéramos a matar o cometer adulterio
miles de veces cada día. ¿Piensas que un tal
cordero tan exaltado pagó simplemente un
pequeño precio con un pobre sacrificio por
nuestros pecados? Ora duro para que seas
completamente un pecador”. [Weimar ed.
vol. 2, p. 371; Letters I, "Luther's Works,"
American Ed., Vol 48. p. 281- 282]
Mientras Lutero concluyó que una vida justa
era imposible de vivir – excepto en un
estado justificado imaginario donde tú eres
declarado justo aunque no vivas de esa
manera – los anabaptistas estaban viviendo
lo que ellos predicaban.
Volviendo al mensaje de Schneider:
“Si quieres ser salvo necesitas dejar el
pecado, seguir a Cristo el Señor y vivir de
acuerdo a su voluntad. Cristo Jesús vino a
la tierra para enseñar a los hombres el
camino recto a seguir, a enseñarles a
volverse del pecado y seguirle.
El que desea comunión con Cristo y quiere
hacer parte de su reino, necesita hacer lo
que Cristo hizo mientas estuvo en esta
tierra. Quien quiere reinar con Cristo debe
primero estar dispuesto a sufrir por su
nombre. El hombre que muere con Cristo en
esta vida entrará con él al reino de su padre
en gozo eterno. Pero los hombres que nos
siguen a Cristo no son redimidos por la
sangre de Cristo y sus pecados nunca serán
perdonados”.
En su sermón, Michael constantemente
afirma que el hombre es capaz de complacer
a Dios, dejando el pecado, siguiendo a
Cristo y viviendo de acuerdo a Su voluntad.
La diferencia entre los anabaptistas y Lutero
estaba justo en este punto. De acuerdo con
Lutero, el pecado original impedía al
hombre ser capaz de hacer la voluntad de
Dios, y aún si él pudiera, sería contado como
trapo de inmundicia. Aquí está un extracto
del segundo artículo de la Confesión de
Augsburgo del luteranismo, en la cual
Lutero divaga acerca del supuesto problema
del pecado original.
“Es también enseñado entre nosotros que
desde que la caída de Adam todos los
hombres que han nacido de acuerdo al
curso de la naturaleza son concebidos y
nacen en pecado. Esto es, todos los hombres
están llenos de malas lujurias e
inclinaciones desde el vientre de sus madres
y son incapaces por naturaleza de tener
verdadero temor de Dios y verdadera fe en
Dios. Además, esta enfermedad innata y
pecado hereditario es verdadero pecado y
condena a la ira eterna de Dios a todos
aquellos que no han nacido de nuevo a
través del bautismo y el Espíritu Santo. En
relación con esto son rechazados los
pelagianos y otros quienes niegan que el
pecado original es pecado, pues ellos
sostienen que el hombre natural es hecho
justo por su propio poder, despreciando así
los sufrimientos y méritos de Cristo”.
En otro lugar Lutero dice:
“Ese artículo sedicioso de doctrina debería
ser castigado por la espada sin necesidad de
6. prueba adicional. Por lo demás, los
anabaptistas sostienen puntos relacionados
con el bautismo de infantes, el pecado
original, y la inspiración, los cuales no
tienen conexión con la Palabra de Dios, y
son ciertamente opuestos a ella… Las
autoridades seculares están también
obligadas a reprimir y castigar
abiertamente la falsa doctrina… Pues
piense qué desastres sucederían si los niños
no son bautizados? … Además de esto los
anabaptistas se separan a sí mismos de las
iglesias… y establecen un ministerio y
congregación de ellos mismos, lo cual es
también contrario al mandamiento de Dios.
De todo esto llega a ser claro que las
autoridades seculares están obligadas… a
infligir castigo corporal a los ofensores …
También cuando es un caso de solamente
sostener algún punto espiritual, tales como
el bautismo de infantes, el pecado original,
y la separación innecesaria, entonces…
concluimos que… los sectarios obstinados
deben ser llevados a la muerte”. [Source:
Dave Armstrong. "Pamphlet of 1536" in
Martin Luther and The Protestant
Inquisition (Janssen, X, 222-223; pamphlet
of 1536)]
Esto fue como si Lutero estuviera diciendo:
“Tenemos que mantener la doctrina del
pecado original y cualquiera que quiera
discrepar entonces recibirá el tratamiento de
la estaca ardiente”.
Michael Schneider y los anabaptistas
discreparon, y no solamente en la
“doctrina”, sino precisamente en sus propias
vidas. De acuerdo con Lutero, la vida justa
de los anabaptistas supuestamente era una
imposibilidad, sin embargo de alguna
manera ellos estaban haciendo lo que Lutero
no pudo hacer él mismo. Esto debió haber
sido una real bofetada en la cara.
Los anabaptistas mostraron que las doctrinas
favoritas de Lutero – pecado original y fe
sola – no eran nada más que un manto para
ocultar un cristianismo enclenque. El odio
de Lutero hacia los anabaptistas provino de
su rechazo a las doctrinas que él concluyó
eran absolutamente necesarias al
cristianismo mantener. Y para Lutero eran
necesarias, porque sin ellas seguramente su
máscara habría caído, revelando quién era él
– un asesino. ¿Por qué querrías tu seguir la
ideología de un hombre así?
3. ¿Puede el hombre complacer a Dios?
En comparación con el protestantismo, los
anabaptistas tenían una posición diferente
acerca de la responsabilidad del hombre ante
Dios. Como mencionamos antes, Michael
Schneider creía que el hombre era capaz de
hacer la voluntad de Dios, y este deseo de
complacer a Dios era precisamente el
terreno para la salvación. Podríamos
parafrasear a Michael diciendo: “Si tú no
complaces a Dios no serás salvo”. En
cambio Lutero entendió a Dios como un ser
severo, insatisfascible. Cualquier cosa que el
hombre hiciera en obediencia sería contada
como inmunda ante los ojos de Dios. Los
anabaptistas no vieron las cosas de esa
manera. Michael declaró:
“Cristo Jesús vino a la tierra para enseñar
a los hombres el camino recto a seguir, a
enseñarles a volverse del pecado y seguirle
a él…”
De acuerdo con Michael el propósito de la
venida de Jesús a la tierra fue mostrar a los
hombres cómo seguir Su ejemplo. Ni una
vez él sugiere que el hombre es incapaz de
vivir una vida así, sino más bien él afirmó
que vivir una vida así es precisamente la
base de la salvación.
“Pero el hombre que no sigue a Cristo no
está redimido por la sangre de Cristo, y sus
pecados nunca serán perdonados”.
De acuerdo con la perspectiva anabaptista,
el hombre es capaz de complacer a Dios, y
Dios espera tal deseo de sus seguidores; y la
capacidad, o voluntad de hacerlo, no era el
7. resultado de alguna experiencia de fe
mágica, de la manera que postuló Lutero.
Sino que más bien el deseo del hombre de
hacer la voluntad de Dios era la sustancia de
la fe.
Cita de “El secreto de la fuerza” acerca de
la fe – No puedo encontrarla ahora. Dice
algo como “fe es obediencia”.
Las enseñanzas de los anabaptistas
primitivos acerca de la Salvación. (De “El
Secreto de la Fuerza”)
Las palabras de Cristo en los evangelios,
especialmente las del Sermón del Monte,
eran para los anabaptistas, las
seligmachende Lehre (“las enseñanzas de la
salvación”–o “el plan de salvación”), a lo
que el Antiguo Testamento era una
introducción, y de lo que las epístolas del
Nuevo Testamento daban testimonio. Los
anabaptistas no consideraron con ligereza
ni menospreciaron ningún libro de las
Escrituras (de hecho usaron los libros
apócrifos), pero para ellos los cuatro
Evangelios eran la puerta de entrada al
resto de la Biblia. De hecho, ellos creían
que todo entendimiento de las Escrituras era
un entendimiento erróneo, si no encajaba o
concordaba con el ejemplo (la vida) de
Cristo y con sus enseñanzas en los
evangelios.
En los evangelios, los anabaptistas hallaron
las enseñanzas de Cristo, a las que los
siguientes pasajes eran, para ellos, la puerta
de apertura:
Mateo 4:18-22: “Andando Jesús junto al
mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón,
llamado Pedro, y Andrés su hermano, que
echaban la red en el mar; porque eran
pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y
os haré pescadores de hombres. Ellos
entonces, dejando al instante las redes, le
siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos
hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan
su hermano, en la barca con Zebedeo su
padre, que remendaban sus redes; y los
llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y
a su padre, le siguieron.”
Mateo 8:19-22: “Y vino un escriba y le dijo:
Maestro, te seguiré adondequiera que
vayas. Jesús le dijo: Las zorras tienen
guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el
Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su
cabeza. Otro de sus discípulos le dijo:
Señor, permíteme que vaya primero y
entierre a mi padre. Jesús le dijo: Sígueme;
deja que los muertos entierren a sus
muertos.”
Mateo 9:9: “Pasando Jesús de allí, vio a un
hombre llamado Mateo, que estaba sentado
al banco de los tributos públicos, y le dijo:
Sígueme. Y se levantó y le siguió.”
Mateo 16:24-25: “Entonces Jesús dijo a sus
discípulos: Si alguno quiere venir en pos de
mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y
sígame. Porque todo el que quiera salvar su
vida, la perderá; y todo el que pierda su
vida por causa de mí, la hallará.”
Lucas 14:25-27: “Grandes multitudes iban
con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno
viene a mí, y no aborrece a su padre, y
madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y
hermanas, y aun también su propia vida, no
puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su
cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi
discípulo.”
Lucas 14:33: “Así, pues, cualquiera de
vosotros que no renuncia a todo lo que
posee, no puede ser mi discípulo.”
4. ¿Derrotó Lutero finalmente a los
anabaptistas?
Los anabaptistas de antes hicieron una clara
distinción entre su mensaje y el de Lutero.
El encarcelamiento de Michael Schneider da
testimonio de esto; había una diferencia.
Pero ¿qué acerca de los anabaptistas de la
era moderna? ¿Se adhieren aún al mensaje
simple de Schneider? ¿O han sucumbido
ante la teología de la fe sola de Lutero?
8. Investigando, hemos hecho ya algunos
descubrimientos sorprendentes.
En sus comienzos los anabaptistas
resistieron al enemigo publicando tratados,
escribiendo artículos y predicando contra las
doctrinas de Lutero; y por un tiempo
resistieron. Sin embargo, el tiempo se llevó
a los mejores de ellos ?V la mayoría a una
estaca ardiente. Pero finalmente, los
anabaptistas restantes encontraron su camino
a Norte América, sólo para caer dormidos
ante la canción de cuna del sueño
americano. Durante el transcurso del siglo
XIX los anabaptistas llegaron al estado de
coma. Y mientras los hombres dormían el
enemigo se coló por sorpresa, cambiando el
mensaje de la gracia de Dios en…
El pecado original en la corriente
principal del protestantismo
Para entender dónde fue exactamente que las
cosas se dañaron necesitamos darle una
mirada más profunda al “gran sueño” del
siglo XIX. Si trazamos las enseñanzas de
este movimiento hasta sus orígenes,
encontramos a Wesley como su fuente; sin
embargo, la inspiración de Wesley provino
de un balde de agua que le proveyeron los
Moravos. Y la fuente de la cual los Moravos
sacaron el agua para el sediento Wesley
estaba contaminada con microbios de
“Pecado Original” y bacterias de “Fe Sola”.
Obviamente Wesley contrajo la enfermedad,
la cual eventualmente encontró el camino
para llegar a los menonitas. Para aquellos
que les interese, mostraremos todo esto
desde sus orígenes.
La idea de “pecado original“, tal como fue
interpretada por Agustín de Hipona, fue
afirmada por los reformadores Marín Lutero
y Juan Calvino. Tanto Lutero como Calvino
estuvieron de acuerdo en que los humanos
heredan la culpa de Adam y están en un
estado de pecado desde el momento de la
concepción. Esta naturaleza totalmente
depravada (la base para la doctrina calvinista
de la “depravación total”) resulta en una
completa alienación de Dios y la total
incapacidad de los humanos para alcanzar la
reconciliación con Dios basados en sus
propias capacidades. No solamente los
individuos heredan una naturaleza
pecaminosa debido a la caída de Adam, sino
que puesto que él era la cabeza federal y
representativa de la raza humana, todos
aquellos a quienes él representó heredaron
por imputación la culpa por su pecado. Juan
Calvino definió el pecado original en su
Institución de la Religión Cristiana como
sigue:
“El pecado original, por lo tanto, parece
ser una depravación y corrupción
hereditaria de nuestra naturaleza, difundida
en todas las partes del alma, lo cual primero
nos expone a la ira de Dios, y entonces
también produce en nosotros aquellas obras
que la Escrituras llama “obras de la carne”
(Gál 5.19). Y eso es propiamente lo que
Pablo a menudo llama pecado. Las obras
que vienen de ella - tales como adulterios,
fornicaciones, robos, odios, asesinatos, … -
él por consiguiente las llama “frutos de
pecado” (Gál 5.19-21), aunque ellas son
comúnmente llamadas “pecados” en la
Escritura, y aún por Pablo mismo”.
Como dijimos antes, John Wesley fue
influenciado por las enseñanzas de Lutero
sobre la depravación total. La Iglesia
Metodista, fundada por John Wesley,
sostiene en el Artículo VII de los Artículos
de la Religión en El Libro de Disciplina de
la Iglesia Metodista:
“El pecado original consiste no en seguir a
Adam (como los pelagianos vanamente
dicen) sino que es la corrupción de la
naturaleza de cada hombre, que es
engendrado naturalmente de la
descendencia de Adam, por lo cual el
hombre está muy lejos de la justicia
original, y de su propia naturaleza inclinada
al mal, y eso continuamente”.
9. ¿Por qué los metodistas sostienen estas
doctrinas? Tal vez porque John Wesley
finalmente vino a la seguridad de la
salvación a través de la influencia de Lutero.
Su propio testimonio dice:
“Miércoles, Mayo 3 de 1738. Mi hermano
había tenido una larga y particular
conversación con Peter Boehler. Y ahora
plació a Dios abrir sus ojos; así que él
también vio claramente, qué era la
naturaleza de esa única verdadera fe
viviente, por la cual sólo a través de la
gracia somos salvados.
Miércoles, Mayo 24. En la tarde fui muy
desanimado a la sociedad en la calle
Aldergate, donde alguien estaba leyendo el
prefacio de Lutero a la Epístola a los
Romanos. Cerca de las nueve menos cuarto,
mientras él estaba describiendo el cambio
que Dios obra en el corazón a través de la fe
en Cristo, sentí mi corazón extrañamente
calentado. Sentí que yo confiaba en Cristo,
solo en Cristo, para salvación; y una
seguridad me fue dada, de que Él había
quitado mis pecados, incluso el mío, y me
salvó de la ley del pecado y de la muerte.
Viernes, Mayo 26. Mi alma continuaba en
paz, pero sin embargo en pesadez, debido a
las múltiples tentaciones. Le pregunté al
señor Telhig, el Moravo, qué hacer. El dijo:
“Tu no debes pelear con ellas como lo
hacías antes, sino huye de ellas en el
momento que aparezcan, y refúgiate en las
heridas de Jesús”.
Suena como si Wesley hubiera tenido
también una experiencia de salvación como
la de Lutero. Note cuán similar es la
experiencia de Wesley a la de Lutero. ¿En
dónde entran a jugar los anabaptistas en todo
esto? Pienso que será interesante para usted
saberlo. Si lee con cuidado, notará que
Wesley estaba visitando un grupo en la calle
Aldersgate. ¿Quién era este grupo? ¡Eran
Moravos! Note el nombre de Peter Boehler
y el señor Telchig, los Moravos. Estos tipos
vinieron directamente de este avivamiento.
Permítanos darle una mirada más de cerca a
los moravos que estaban detrás de esto.
Como una nota al margen: sería bueno
echarle una mirada a lo que los primeros
moravos creían antes de este avivamiento.
Me pregunto si ellos estaban originalmente
en la senda que el reformador bohemio Juan
Hus estaba enseñando en el siglo XV. Podría
ser valioso investigar. Sin embargo, aquí
miraremos cómo un joven noble alemán, el
conde Zinzendorf, llevó a los moravos a un
“moderno pentecostés”.
A continuación presentamos algunas citas
tomadas de un libro titulado “Poder de lo
Alto”, escrito en 1927 por el reverendo John
Greenfield, un evangelista moravo que
celebraba el 200 aniversario de el “Gran
Avivamiento Moravo”. Si alguien quiere
leer una versión abreviada puede encontrarla
en el sitio web de Charity Gospel Tape
Ministries. Está titulado: Power from on
High. A Modern Pentecost The Moravian's
and Count Zinzendorf, por John Greenfield.
“Los hermanos moravos habían surgido de
las labores y martirio del reformador
bohemio Juan Hus. Ellos habían
experimentado siglos de persecución.
Muchos habían sido asesinados,
encarcelados, torturados o desterrados de
sus hogares. Este grupo había huido para
refugiarse en Alemania, donde el joven
noble cristiano, el Conde Zinzendorf, les
ofreció asilo en sus estados de Sajonia.
Ellos llamaron a su nuevo hogar Herrnut,
“la Guardia del Señor”. Desde allí, después
de su bautismo en el Espíritu Santo,
llegaron a ser evangelistas y misioneros”.
Suena como si ellos pudieran haber tenido
alguna fe real antes de su encuentro con
Zinzendorf…
“Temprano en 1727, la descontenta
comunidad en Herrnhut estaba
profundamente dividida y se criticaban los
unos a los otros. Controversias acaloradas
10. amenazaron con romper la comunidad. La
mayoría eran de la antigua iglesia morava
de los hermanos. Otros creyentes atraídos a
Herrnhut incluían Luteranos, Reformados y
Bautistas. Ellos discutían acerca de la
predestinación, la santidad y el bautismo”.
“El joven noble alemán, Conde Zinzendorf,
abogó por unidad, amor y arrepentimiento”.
Note quiénes más estaban en compañerismo
con Zinzendorf y cuál fue su solución para
la unidad:
“Era una condición y no una teoría lo que
confrontó en 1727 al joven noble en
Herrnhut. Cómo unir en fe y amor a los
piadosos pero disputadores seguidores de
Huss, Lutero, Calvino, Zuinglio,
Schwenkfeld, etc., etc., parecía un problema
sin esperanza aparte de una intervención
divina…”
“En Herrnhut, Zinzendorf visitó a todos los
miembros adultos de la profundamente
dividida comunidad. Él redactó un pacto
instándoles a “buscar y enfatizar los puntos
en los cuales ellos estaban de acuerdo” en
vez de acentuar sus diferencias. El 12 de
Mayo de 1727 todos ellos firmaron un
acuerdo...”
Me suena como el comienzo del
ecumenismo moderno…
“El 12 de Mayo de 1727… un espíritu de
gracia, unidad y súplicas creció entre ellos.
El 16 de Julio el conde derramó su alma en
una oración acompañada con una
inundación de lágrimas. Esta oración
produjo un efecto extraordinario. La
comunidad entera comenzó a orar como
nunca antes.
El 22 de Julio muchos de la comunidad
pactaron juntos, de común acuerdo,
reunirse a menudo para derramar sus
corazones en oración e himnos.
El Domingo 10 de Agosto, el Pastor Rothe,
mientras lideraba el servicio en Herrnhut,
fue inundado por el poder del Señor cerca
del mediodía. Él se humilló hasta el polvo
delante de Dios. También lo hizo la
congregación entera (en éxtasis de
sentimiento)*. Ellos continuaron hasta la
media noche en oración y cantando,
llorando y orando. El Miércoles 13 de
Agosto de 1727, el Espíritu Santo fue
derramado sobre todos ellos…”
“Su primera gran experiencia que le dio a
los moravos tal poder espiritual fue una
experiencia personal de salvación. La
segunda gran experiencia que le dio a ellos
tal poder espiritual y liderazgo fue el
bautismo en el Espíritu Santo. Zinzendorf,
quien nos dio el más profundo y vívido
relato de este maravilloso suceso, dice que
fue “un sentimiento de cercanía de Cristo
otorgado en un momento único…” “Esta
experiencia espiritual merece el rango de
profundidad de conocimiento y alcance de
influencia con las históricas conversiones de
San Agustín, Martín Lutero y John Bunyan”.
¿¿¿Qué estaban ellos predicando???
“Los sermones moravos estaban solamente
llenos de Cristo y su expiación como los
himnos moravos. En una de las cartas del
Conde Zinzendorf encontramos la siguiente
declaración: “Nuestro método de proclamar
la salvación es éste: Señalarle a cada
corazón el cordero amante que murió por
nosotros… por la predicación de su
sangre… Nunca en el curso del argumento,
apartarse ni un cuarto de hora del cordero
amante; ni nombrar ninguna otra virtud
excepto en él, y de él y a su cuenta; no
predicar ningún mandamiento excepto la fe
en él; ninguna otra justificación sino que él
hizo expiación por nosotros…”
¿Llenos de Cristo? Llenos de un Cristo sin
mandamientos. Me atemoriza; suena como
si quisieran que Cristo sólo esté callado.
Aquí está cómo esto afectó a Wesley…
“En 1736 John y Charles Wesley navegaron
a América como misioneros anglicanos.
Una compañía de inmigrantes moravos
11. estaba también en el buque. Durante una
terrible tormenta todos ellos enfrentaron el
peligro del naufragio. John Wesley escribió
en su diario: “A las siete fui a los alemanes.
Había observado antes la gran seriedad de
su conducta. De su humildad habían dado
una continua prueba al realizar aquellos
oficios serviles para los otros pasajeros de
los que ninguno de los ingleses se
encargaría; por los cuales no deseaban ni
recibirían pago, diciendo, “que era bueno
para sus orgullosos corazones” y “que su
amante Salvador había hecho más por
ellos”. Y cada día les había dado a ellos la
ocasión de mostrar una mansedumbre, la
cual ninguna injuria podía mudar. Si ellos
estaban presionados, golpeados o echados
abajo, se levantaban de nuevo y se iban;
pero no se halla protesta en sus bocas. Aquí
estaba ahora una oportunidad para probar
si ellos estaban libres del espíritu de temor,
así como del de orgullo, ira y venganza.
En la mitad del Salmo con el que su servicio
comenzó, el mar rompió, rajó la vela
principal en pedazos, cubrió el barco y se
derramó entre la cubierta, como si el gran
abismo ya nos hubiese tragado. Una
increíble gritería empezó entre los ingleses.
Los alemanes cantaban tranquilamente.
Después le pregunté a uno de ellos: ¿no
tenían miedo? Él respondió, “gracias a
Dios, no”. Pregunté: “¿Pero no tenían
miedo sus mujeres y niños?” Me respondió
suavemente: “No, nuestras mujeres y niños
no tienen miedo de morir”.
En Georgia, John Wesley buscó consejo
espiritual del obispo moravo A. G.
Spangeberg. De vuelta a Inglaterra en 1738
los hermanos Wesley llegaron a conocer
íntimamente a los moravos, especialmente a
Peter Boehler, quien llegó a ser más tarde
un obispo moravo principal. En Marzo 4 de
1738, Wesley escribió en su diario:
“Encontré a mi hermano en Oxford
recuperándose de su pleuresía, y con él
Peter Boehler, por quien (en las manos del
gran Dios) yo estaba, el Domingo 5,
claramente convicto de incredulidad, de la
necesidad de aquella fe por la cual
solamente somos salvados. Inmediatamente
me asaltó el pensamiento: “Deja de
predicar. ¿Cómo puedes tú mismo predicar
a otros que no tienen fe?”. Le pregunté a
Boehler si él pensaba que debería dejarlo o
no. Él me respondió, “De ninguna manera”.
Pregunté: ¿Cómo puedo predicar? Él dijo:
“Predica la fe hasta que tú tengas fe”. Por
consiguiente, el Lunes 6, comencé a
predicar esta nueva doctrina, aunque mi
alma empezó atrás del trabajo. La primera
persona a quien yo ofrecí salvación por la
sola fe fue a un prisionero bajo sentencia de
muerte.
En ese entonces los metodistas y los
moravos a menudo se reunían juntos para
estudio bíblico y oración. El biógrafo de
George Whitefield escribió: Whitefield
comenzó el Año Nuevo (1739) tan
gloriosamente como él finalizó el que
justamente acababa de terminar. Recibió la
comunión, predicó dos veces,… asistió a un
banquete de amor moravo en Fetter Lane,
donde pasó la noche entera en oración a
Dios, salmos y acciones gracias; y entonces
dijo: “este es el Año Nuevo más feliz que
jamás había visto”. Este banquete de amor
en Fetter Lane fue uno memorable. Además
de los cerca de sesenta moravos, estuvieron
allí presentes no menos que siete metodistas
de Oxford, llamados John y Charles Wesley,
George Whitefield, Wesley Hall, Benjamin
Ingham, Charles Kinchin y Richard
Hitchins, todos ellos clérigos ordenados de
la Iglesia de Inglaterra. Wesley escribe:
“Cerca de las tres de la mañana, como
estábamos constantes en la oración, el
poder de Dios vino poderosamente sobre
nosotros, tanto que muchos lloraron de
grande gozo, y muchos cayeron al suelo.
Tan pronto como estábamos
recuperándonos un poco de ese temor y
asombro en la presencia de Su Majestad,
12. estallamos en una voz “¡Te loamos, oh
Dios; reconocemos que eres el Señor! Lo
que Wesley estimó del avivamiento moravo
que resultó en su propia conversión fue
profético. Cuando Peter Boehler, nueve
años más joven que él, dejó Inglaterra para
ir a América varios meses después, Wesley
registró en su diario: Peter Boehler dejó
Londres para embarcarse para Carolina.
¡Oh qué trabajo había Dios empezado desde
su llegada a Inglaterra! Uno tal que nunca
vendrá a un fin, ¡hasta que pasen el cielo y
la tierra! Peter Boehler escribió al conde de
Zinzendorf, diciendo: “los ingleses se
maravillaron mucho conmigo; y aunque yo
no podía hablar mucho inglés ellos siempre
esperaban que yo les hablara acerca del
Salvador, Su sangre y heridas, y el perdón
de los pecados”.
¿¿Quiere alguien escuchar acerca de las
enseñanzas de Cristo??
“Algunos años después de su conversión
Wesley escribió otro gran himno sobre la
expiación: “Arise my soul arise!” Su
teología y su lenguaje da testmonio del
poder de la gran experiencia de salvación
en la que bajo Dios lo dirigió Boehler. La
tercera y cuarta estrofa son distintivamente
moravas en su enseñanza y fraseología”.
Así que aquí lo tienen, así es como los
moravos y Wesley quedan dentro del cuadro
completo. Ahora examinaremos cómo los
anabaptistas de Norteamérica contrajeron la
enfermedad.
5. Cómo los menonitas llegaron a aceptar
el avivamiento protestante
Después conseguido el “sueño americano”,
los anabaptistas comenzaron a buscar algo
que los despertara del estado de muerte
espiritual en el que habían caído por medio
de adquirir grandes tierras, sosteniendo y
acumulando riquezas. Esto es lo que
Stephen Scott tiene que decir en su
investigación de la historia menonita:
Al principio los menonitas resistieron la
conmoción del mundo religioso que los
rodeaba. Entonces el movimiento de
avivamiento de inspiración metodista se
extendió a través de la población alemana
de Pennsylvania en la última parte del siglo
XVIII atrayendo a muchos menonitas. A
mediados del siglo XIX, oleadas esparcidas
de avivamiento y progresivismo habían
creado movimientos significantes, muchos
de los cuales llegaron a estar alienados del
cuerpo principal de menonitas. Por el
último tercio del siglo XIX, la mayoría de
los menonitas estaban preparados para el
cambio. Ellos no estuvieron ya satisfechos
con las sendas de sus ancestros honradas
por el tiempo. Dos hombres fueron
responsables de conducir a la iglesia
menonita al mundo moderno.
En 1858 un muchacho de veinticinco años
de edad de trasfondo menonita alejado de su
hogar en Bucks County, Pennsylvania
aceptó una invitación que le dieron en una
reunión de avivamiento presbiteriana en
Chicago. El joven era John Fretz Funk y
este simple acontecimiento inició un curso
de inalterable cambio en la iglesia
menonita. La conversión de Funk lo condujo
al excitante mundo del avivamiento
americano, y él al final él sería el
instrumento para llevar a la mayoría de la
iglesia menonita a su nuevo reino.
Si bien John Funk estaba enamorado de la
vitalidad del evangelicalismo, él no deseaba
abandonar su propia fe ancestral. En 1859,
Funk regresó brevemente a Pennsylvania
donde fue bautizado en la iglesia menonita.
Funk apreciaba profundamente la iglesia
menonita pero sentía que mucho se podría
ganar con los métodos agresivos del
protestantismo evangélico…
…Aunque Funk utilizó mucho material
escrito por menonitas, también publicó un
gran porcentaje de escritos de protestantes
evangélicos. Las publicaciones de Funk
13. consiguieron plantar las ideas populares del
protestantismo americano por toda la
iglesia menonita. John Funk fue ordenado
como ministro menonita en 1865, lo cual
ensanchó su esfera de influencia…
…Él también viajó ampliamente entre las
comunidades menonitas y ayudó a dirigir
las primeras series de “reuniones
prolongadas” – como eran entonces
llamadas las reuniones de avivamiento – en
la iglesia menonita en Masontown PA en
1872. En 1879 John Funk invitó a un
prometedor joven predicador menonita de
Virgina, John S. Coffman, a unirse a su
trabajo?K
Coffman dirigió sus primeras series de
reuniones de avivamiento en Michigan en
1881 y tuvo cientos de compromisos de
charlas durante los próximos años.
…El cambio radical que John F. Funk y
John S. Coffman ayudaron a originar en la
iglesia menonita durante la última parte del
siglo XIX ha sido visto por algunos
historiadores como el “gran despertar”.
Funk y Coffman son vistos como héroes de
la fe que rescataron a la iglesia del olvido.
Algunos historiadores recientes, no
queriendo inferir que la era antes de Funk y
Coffman fue una era de muerte y letargo
espiritual, se han referido más
caritativamente a este período como un
tiempo de “Quickening”. El final del siglo
XIX vio cambios radicales en la iglesia
menonita, transformando para siempre su
énfasis e imagen… [Fuente: “An
introduction to Old Order and conservative
Mennonite Groups” by Stephen Scott.
Peoples place books 12]
La historia se repite a sí misma
Saliendo del catolicismo muerto y buscando
algo más, Lutero pensó que estaba
promoviendo un verdadero despertar,
regresando a lo que la iglesia primitiva había
perdido. Sin embargo, no se dio cuenta de
que sólo estaba siguiendo las ideas del
pecado original y la depravación como las
interpretó Agustín de Hipona. Éstas, junto
con muchas otras ideas de Agustín, estaban
lejos de lo que los cristianos primitivos
realmente creyeron.
De igual manera, los menonitas, que habían
caído en tradiciones religiosas muertas,
estaban buscando algo más, esperando
retornar a lo que habían perdido. Sin
embargo, ellos fallaron en darse cuenta de
que solamente estaban siendo influenciados
por los modernos protestantes evangélicos
con mucho celo y no por las sencillas
enseñanzas de Cristo como sus ancestros.
Quizás ninguno de ellos se detuvo a
preguntar si el mensaje evangélico
protestante era el mismo que el de sus
ancestros anabaptistas primitivos. Si era el
mismo, entonces ¿por qué estos
avivamientos nunca resultaron en que los
protestantes fueran capaces de acabar con el
conflicto armado, cubrir a sus mujeres, y
separarse del mundo?
Si no había un poder real en los
avivamientos evangélicos para producir
separación del mundo como la había entre
los cristianos primitivos y los primeros
anabaptistas, entonces ¿realmente podemos
esperar algún resultado diferente entre la
gente común que abraza las mismas ideas?
Tal vez esta es la razón por la cual hay tal
miedo entre ellos de irse al mundo. O quizás
Lutero finalmente derrotó a los anabaptistas.
6. ¿Reconsideró alguien alguna vez?
EXTRACTOS DE LAS ACTAS DE
ALGUNA CONVERSACIÓN TARDÍA
ENTRE EL REV. WESLEY Y OTROS,
EN UNA CONFERENCIA PÚBLICA,
SOSTENIDA EN LONDRES, EL 7 DE
AGOSTO DE 1770, E IMPRESA POR
W. PINE, EN BRISTOL
“Ten cuidado de tu doctrina” “Dijimos en
1744, ‘Nos hemos inclinado demasiado
hacia el calvinismo [teología protestante]’.
¿En dónde? 1. Con respecto a la fidelidad
14. del hombre. Nuestro Señor mismo nos
enseñó a usar la expresión. Y nunca
debemos avergonzarnos de eso. Debemos
constantemente afirmar, basados en su
autoridad, que si un hombre no es “fiel en
las riquezas injustas”, Dios no “le dará las
verdaderas riquezas”. 2. Con respecto a
trabajar para la vida. Esto también nuestro
Señor nos lo ha mandado expresamente.
‘”abaja”, Ergazesqe, literalmente “trabaja
por la comida que a vida eterna
permanece”. Y de hecho cada creyente,
hasta que venga a la gloria, trabaja para así
como desde la vida. 3. Hemos recibido esto
como una máxima, que “el hombre no hace
nada para la justificación”. Nada puede ser
más falso. Quienquiera que desee encontrar
favor con Dios, debe, “dejar de hacer lo
malo, y aprender a hacer el bien”.
Quienquiera que se arrepiente, debe hacer
“obras dignas de arrepentimiento’. Si esto
no es para encontrar favor, ¿qué hace él por
ellos?
Revisar todo el asunto.
1. ¿Quién de nosotros es ahora acepto a
Dios? “El que ahora cree en Cristo, con un
amoroso corazón obediente“. 2. ¿Pero
quién entre aquellos que nunca oyeron de
Cristo? “Él que temió a Dios, y obró
justicia de acuerdo a luz que tenía”. 3.
¿Esto es lo mismo que “aquél que es
sincero”? Casi, si no totalmente. 4. ¿No es
esto “salvación por obras”? “No por los
méritos de las obras, sino por las obras
como una condición”. 5. ¿Entonces acerca
de qué hemos estado disputando por estos
treinta años? Me temo que, acerca de
palabras. 6. En cuanto al mérito en sí
mismo, del cual hemos estado tan
terriblemente atemorizados: somos
recompensados de acuerdo a nuestras
obras, sí, por nuestras obras. ¿Cómo difiere
esto de secundum merita operum, ‘como
nuestras obras merecen’? ¿Puedes partir en
dos este cabello? Yo dudo, yo no puedo. 7.
La gran objeción a una de las proposiciones
anteriores es sacada de lo práctico. Dios de
hecho justifica a aquellos quienes por su
propia confesión, ‘ni temen a Dios ni
obraron justicia’. ¿Es esto una excepción a
la regla general? Está en duda si Dios de
algún modo hace alguna excepción. Pero
¿cómo estamos seguros que la persona en
cuestión nunca “temió a Dios y obró
justicia”? Su propio dicho no es una
prueba: pues nosotros sabemos cómo todos
los que son convencidos de pecado se
menosprecian a sí mismos en cada aspecto.
8. ¿No tiende a despistar a los hombres el
hablar de un estado o santificado? Casi
naturalmente, guiándolos a confiar en lo
que fue hecho en un único momento. Por
cuanto estamos a cada hora y en cada
momento agradando o desagradando a
Dios, de acuerdo a nuestras obras: de
acuerdo a la totalidad de nuestro
temperamento interno y nuestra conducta
externa.
Aunque Wesley se rectificó, era demasiado
tarde. Sus enseñanzas anteriores ya habían
hecho su daño, y finalmente te abrirían
camino hacia el segundo gran despertar,
hasta que produjeron una doctrina mutada
llamada “evidencia inicial”.
7. ¿Por qué los movimientos carismáticos
sostienen los “dones del Espíritu Santo”, y
todas las experiencias que van junto con
eso, como la doctrina central de su
teología?
Para encontrar la respuesta necesitamos
simplemente regresar a su fundador,
Wesley. Note la percepción de Wesley
acerca de la fe, la cual él describe como 1)
un extraño calor en el corazón, 2) que él
confió en Cristo para salvación, 3) una
seguridad de que sus pecados fueron
perdonados.
Wesley relata que él experimentó estos
sentimientos después de haber escuchado
acerca del cambio que Dios (es decir, el
Espíritu Santo) hace en el corazón por la Fe.
15. Si continuamos siguiéndole el rastro a toda
esta teología encontramos la enseñanza de
Lutero acerca de la justificación por la Fe al
final del camino. De hecho, fue durante la
lectura de un escrito de Lutero que Wesley
tuvo su experiencia.
Cuando comparamos la “experiencia de
salvación” de Wesley con la de Lutero,
podemos entender por qué Wesley creyó y
enseñó lo que hizo. La experiencia de
salvación que Wesley tuvo en Aldersgate es
similar al propio testimonio de Lutero, en
que Wesley sintió su corazón calentado,
sintió que él confió en Cristo, le fue dada
una seguridad de que sus pecados fueron
perdonados.
Del mismo modo en que Lutero entendió la
justicia de Dios, Wesley vio que un hombre
justo vive por la fe; él entendió que los
Evangelios han de ser tomados pasivamente;
y entendió que un hombre es justificado por
fe y no por obras. Cuando comprendió esto,
él se sintió nacido de nuevo.
Estos sentimientos que Wesley y Lutero
describen eran la afirmación de que ellos
habían nacido de nuevo y fueron
perdonados. Y para Wesley, lo que él mismo
describió era la evidencia de que Dios (es
decir, el Espíritu Santo) había trabajado en
su propio corazón. Sin embargo, a diferencia
de Lutero, Wesley buscó una experiencia
adicional a la cual él comúnmente se refería
como la santificación o Bautismo del
Espíritu. Aunque Wesley enseñó la
santificación, él mismo nunca la
experimentó.
Las ideas de Wesley acerca de la
santificación serían más tarde trasladadas a
la doctrina pentecostal de la “evidencia
inicial”. Básicamente esta doctrina es el
cumplimiento de la nunca experimentada
enseñanza de Wesley sobre la santificación.
Esta doctrina se estableció para determinar
si un individuo ha sido o no santificado y
lleno con el Espíritu Santo. (Fuente:
http://en.wikipedia. org/wiki/
Charles_Parham)
¿Cómo sabe uno que ha sido santificado?
Bueno, así como Lutero y Wesley sintieron
que fueron justificados, aquellos que fueron
santificados realmente lo sienten. Aquí está
un extracto del libro “Las pequeñas sectas
de América”. Este libro describe los
comienzos del movimiento carismático en
uno de los más grandes avivamientos
americanos, el avivamiento Cane River:
“En este movimiento apareció cierto
fenómeno único entre el automatismo motor.
(Movimientos neuromusculares del cuerpo
humano coordinados por la acción de la
mente y que se ejecutan inconscientemente).
Uno de estos fenómenos fue la Risa Santa.
Otro fue el de los “ladridos”: los devotos
caían en sus cuatro extremidades, formando
un grupo reunido al pie de un árbol
ladrando y crujiendo como perros. Este
ejercicio fue llamado arrinconar al diablo.
El más extremo y notable de todos estos
paroxismos fue el famoso “Jerks”
(Sacudidas). El ataque apoplético era
experimentado por grandes números. La
víctima se sacudía en cada articulación, el
cuerpo era violentamente doblado en dos, la
cabeza se tiraba hacia adelante y hacia
atrás de un lado a otro con gran rapidez. El
cuerpo caía al suelo donde saltaba de un
lugar a otro como una bola, o los pies eran
afectados y la víctima saltaba alrededor
como una rana… p. 93”.
Como protestante en tu teología (tú podrías
argüir que no lo eres, pero si tú crees en la
justificación solamente por la fe, entonces lo
eres por mérito) realmente no eres diferente
a tu hermano pentecostal. ¿Por qué? Porque
él está creyendo en la misma teología de
salvación sentimentalmente orientada en la
que tú crees.
En resumen, - la doctrina de la evidencia
inicial es la mutación inevitable de la
enseñanza luterana de la justificación por la
16. fe. Hay serios errores, no solamente con las
enseñanzas sobre la salvación de los
movimientos pentecostales, sino también
con todos los movimientos de salvación
evangélicos y protestantes. Cada uno de
estos grupos tiene sus raíces en Lutero y en
la Doctrina de la Justificación por la Fe, una
doctrina en la que se nos enseña a confiar en
un sentimiento para nuestra salvación. Si
nuestros sentimientos son la base para
nuestra salvación, entonces mejor dejemos
que los ladridos comiencen.
Para poner todo esto en un único
pensamiento condensado. Yo simplemente
diría que las enseñanzas de Lutero acerca de
la salvación llevaron a la doctrina de la
evidencia inicial. Lutero supo que él era
salvo porque el experimentó un momento en
el cual comprendió y entendió la salvación.
Wesley supo que Dios había trabajado en su
corazón porque él experimentó un momento
en donde percibió que él confiaba en Cristo,
y un sentimiento de seguridad le fue dado.
De la misma manera, los movimientos
carismáticos enseñan que la evidencia del
Espíritu Santo es una experiencia intensa de
sensaciones tales como hablar en lenguas o
ser caer en el espíritu.
Antes de que Wesley partiera, reconoció que
él enseñó un mensaje de salvación
engañoso, un mensaje en cual los
sentimientos en vez de las obras son la base
para la salvación. Lutero enseñó que un
hombre es justificado por las fe sin las
obras. Casi tres siglos después, cuando
Wesley llegó a la escena, él vio el “efecto
secundario” (fall-out) de la enseñanza de la
Justificación por la fe de Lutero. Cuando
Wesley llegó a la escena, él reconoció que
había una falta de santidad en las iglesias, y
que gastó su vida entera combatiendo esto.
El problema es que Wesley (para arreglar las
enseñanzas de Lutero) simplemente trató de
añadir una experiencia adicional a la
Justificación por la Fe de Lutero. Le tomó a
Wesley casi toda su vida reconocer que eso
no funcionaba - antes de morir reconoció
que el problema no era solamente una falta
de santidad; era el mismo evangelio que él
estaba predicando. Wesley reconoció que el
mensaje de la justificación por la fe era la
razón por la cual las personas no estaban
viviendo en santidad - pues ellos estaban
confiando en una experiencia particular - un
momento particular como la base para su
salvación.
Creo que Wesley lo resumió tan claro como
usted puede hacerlo; y no sé si yo pueda
añadir algo a lo que él dice en el extracto
mencionado anteriormente. Aún así, hay un
comentario que me gustaría hacer. Wesley
dijo que la “salvación no es por el mérito de
las obras, sino por las obras como una
condición”.
¿Qué quiere decir él con esto - no por los
méritos de las obras sino condicionado por
las obras? ¿Quiere esto decir que Wesley
creía que la salvación está condicionada por
nuestras obras/obediencia antes que pueda
ser recibida? ¿Cómo más podríamos
entenderlo? ¿Acaso esto no está en línea con
1 Juan 1.7: “Éste es el mensaje hemos oído
de Él, y os anunciamos: Dios es luz, y no
hay ningunas tinieblas en Él. Si decimos que
tenemos comunión con Él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la
verdad; pero si andamos en luz, como Él
está en luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos
limpia de todo pecado”, y cientos de otras
Escrituras cono éstas?
Es asombroso, Wesley en efecto reformó su
mensaje antes de morir; de un mensaje en el
cual enseñó a la gente a recibir justificación
(ser salvo) y entonces caminar en
obediencia, a un mensaje en el cual enseñó
que uno debe obedecer antes de tener la
salvación. Quizás Wesley reconoció que su
primer mensaje, el mensaje de la
justificación por la fe sólo engañaba a las
17. personas. Piense en eso… ¿Por qué yo
debería vivir una vida santa si ya he sido
salvo? Si ya he sido salvo, entonces la
santidad y la obediencia son solamente una
actividad extracurricular. Cuando Wesley
vio que eso no funcionaba, él tuvo que darse
cuenta de que la salvación está condicionada
por la respuesta obediente del hombre a
Dios.
Lo triste de todo esto es que en el momento
en que Wesley vio lo que sus enseñanzas
estaban haciendo, éstas ya habían hecho su
daño. Y por la época en que el Gran
Despertar envolvió sus enseñanzas (de las
cuales él se había retractado), estás se
arraigaron en la teología evangélica, y en
1909 fueron llevadas al movimiento
pentecostal, proveyendo el cimiento para la
doctrina de la evidencia inicial. Y con esta
doctrina la más engañosa afirmación acerca
de la salvación fue hecha - que si tú has
hablado, tu debes ser salvo, y no importa si
eres un fornicario, adúltero o borracho,
porque si tú hablas en lenguas es porque
¡tienes el Espíritu Santo! ¿Qué podría ser
más engañoso? Murmura alguna jerigonza
en la iglesia los domingos y eres cristiano…
(Lea Hechos 5. 32).
La enseñanza pentecostal de la evidencia
inicial no es realmente más que una forma
exagerada del mensaje de la mayoría de los
evangélicos y protestantes: confiar en una
experiencia donde tú tienes “fe”. ¿Qué
podría ser más engañoso? (Lea Juan 14).
Pienso que el hermano Wesley, al hacer
claros estos puntos, nos lleva a prestarle
atención a nuestra doctrina, como él nos ha
amonestado.
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