La forma de transportar personas y cargas ha evolucionado a lo largo del tiempo, pasando de depender de la fuerza humana y de animales arrastrando parihuelas y cargas pesadas, al descubrimiento de la rueda y los carros tirados por reatas de mulas, hasta la aparición del motor de explosión que transformó radicalmente el transporte al proporcionar una potencia mucho mayor que la de los animales.