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El diseño inteligente y
sus críticos
¿Amor verdadero o
enamoramiento caprichoso?
El arco iris está en tu
cerebro
Los críticos, la Biblia y la
arqueología
El Código Da Vinci
Volumen 18
E s p a ñ o l • F r a n c é s • I n g l é s • P o r t u g u é s
DIÁLOGO 18•2 2006
DIVISIÓN AFRICAna CENTRO-
OCCIDENTAL
22 Boîte Postale 1764,Abidjan 22, COSTA DE MARFIL
Chiemela Ikonne 110525.1700@compuserve.com
Emmanuel Nlo Nlo 104474.235@compuserve.com
DIVISIÓN AFRICAna CENTRO-ORIENTAL
P.O. Box 14756, 00800-Westlands, Nairobi, KENIA
Hudson E. Kibuuka kibuukah@ecd.adventist.org
MulumbaTschimanga bresilien54@yahoo.com
DIVISIÓN AFRICAna MERIDIONALY
OCÉANO ÍNDICO
P.O. Box H.G., 100 Highlands, Harare, ZIMBABWE
Ellah Kamwendo kamwendoe@sid.adventist.org
Eugene Fransch fransche@sid.adventist.org
DIVISIÓN ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE
P.O. Box 43, Koyang Ilsan 411-600, COREA
ChekYat Phoon cyphoon@nsdadventist.org
Joshua Shin joshuashin@nsdadventist.org
DIVISIÓN ASIÁTICA DEL PACÍFICO SUR
P.O. Box 040, 4118 Silang, Cavite, FILIPINAS
Stephen Guptill sguptill@ssd.org
JobbieYabut jyabut@ssd.org
DIVISIÓN DEL PACÍFICO SUR
Locked Bag 2014,Wahroonga, N.S.W. 2076,
AUSTRALIA
Barry Hill bhill@adventist.org.au
Gilbert Cangy grcangy@adventist.org.au
DIVISIÓN EUROAFRICANA
Schosshaldenstrasse 17, 3006 Berna, SUIZA
Roberto Badenas roberto.badenas@euroafrica.org
Corrado Cozzi corrado.cozzi@euroafrica.org
DIVISIÓN EUROASIÁTICA
Krasnoyarskaya Street 3, 107589 Moscú, FED. RUSA
Guillermo Biaggi gebiaggi@esd-sda.ru
Peter Sirotkin psirotkin@ead-sad.ru
DIVISIÓN INTERAMERICANA
P.O. Box 830518, Miami, FL 33283-0518, EE.UU.
MoisésVelázquez Velazquezmo@interamerica.org
Bernardo Rodríguez bernardo@interamerica.org
DIVISIÓN NORTEAMERICANA
12501 Old Columbia Pike,
Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU.
Gerald Kovalski Gerald.Kovalski@nad.adventist.org
James Black james.black@nad.adventist.org
Martin Feldbush martin.feldbush@nad.adventist.org
DIVISIÓN SUDAMERICANA
Caixa Postal 02600, Brasilia, 70279-970 DF, BRASIL
Carlos Mesa carlos.mesa@dsa.org.br
Erton Kohler erton.kohler@dsa.org.br
DIVISIÓN SUDASIÁTICA
P.O. Box 2, HCF Hosur, 635 110Tamil Nadu, INDIA
Nageshwara Rao gnageshwarrao@sud-adventist.org
Lionel Lyngdoh lyngdoh@sud-adventist.org
DIVISIÓNTRANSEUROPEA
119 St. Peter’s St., St.Albans, Herts,AL13EY,
INGLATERRA
Daniel Duda dduda@ted-adventist.org
PaulTompkins ptompkins@ted-adventist.org
REPRESENTANTES REGIONALES
El diseño inteligente y sus críticos
El debate actual en torno al diseño inteligente (DI) es de naturaleza
ideológica, ya que los evolucionistas procuran mantener la hegemonía de la
cosmovisión ateísta.
John C.Walton
¿Amor verdadero o enamoramiento
caprichoso? Cómo detectar la diferencia
El enamoramiento caprichoso quiere apresurar la relación, mientras que
el amor puede sobrevivir la prueba del tiempo y prepararte para un
matrimonio armonioso.
Nancy Van Pelt
El arco iris está en tu cerebro
Colores, sonidos y aromas son percibidos e interpretados por un sistema
nervioso diseñado con precisión.
Leonard Brand y Ernest Schwab
Los críticos posmodernos de la Biblia y la arqueo-
logía reciente
Los investigadores que enfrentan los desafíos del posmodernismo están
recurriendo cada vez más a la arqueología como la fuente primaria de
información sobre la historia bíblica.
Michael Hasel
5
8
11
ENSAYOS
CONTENIDO
DEPARTAMENTOS
EDITORIAL
Una carta leída por todos
Julieta Rasi
TRANSICIÓN
Gratitud y bienvenida
FORO ABIERTO
El cristiano ante las elecciones
políticas
Hugo A. Cotro
PerFILES
Rafael Falcó Güell
Roberto Badenas
Michelle Chin
Jane Sabes
Logos
Cómo temer a Dios sin tener
miedo
Ervin K.Thomsen
punto de vista
El Código Da Vinci: ¿Realidad o
ficción?
Maxine Bingham y Ron Bingham
LIBROS
Daniel:A Reader's Guide
(William H. Shea)
Humberto R.Treiyer
Evidences for Creation
(George Javor)
Raúl Esperante
Origin by Design
(Harold G. Coffin with Robert H.
Brown and R. James Gibson)
Henry Zuill
Para tu informaciÓn
Filosofía adventista sobre la
música
VIDA UNIVERSITARIA
En diálogo con los testigos de
Jehová
Daniel Belvedere
PRIMERA PERSONA
Los milagros de la oración
Caroline V. Katemba Tobing
Suplemento
Portafolio de Rafael Falcó Güell
3
18
22 32
34
30
27
14
24
17
4
20
26
26
DIÁLOGO 18•2 2006
Hace algunas décadas, varios sociólogos predecían que la religión estaba en camino a desapa-
recer, por lo menos en el mundo occidental. Afirmaban que sería desplazada por los notables
avances en la educación y en las ciencias. Sin embargo, a pesar de los escándalos que han
sacudido a algunas iglesias y a la marcada disminución de miembros en otras, la religión como
tal no ha dejado de existir. Por el contrario, las recientes corrientes migratorias han traído al
Occidente a muchos adeptos del islam, el budismo y el hinduismo, quienes a su vez atraen a
nuevos seguidores. Además, se observa un florecimiento de nuevas expresiones religiosas. Es
que el Creador nos ha diseñado como criaturas espirituales, y a pesar de que a menudo nos
confundimos y nos desviamos, la gran mayoría de los seres humanos buscamos comunicarnos
con la Divinidad.
Este acontecer espiritual y religioso también vibra en el recinto universitario. Una encuesta
reciente entre 100.000 universitarios estadounidenses del primer año mostró que el 48 por
ciento de los participantes consideraban que era “muy importante” y “esencial” que las uni-
versidades fomentaran la expresión personal de la espiritualidad. Hace poco la Universidad
Stanford dedicó casi 3 millones de dólares a renovar un salón dedicado a reuniones religiosas.
Allí acudirán a adorar por turno los cristianos trayendo sus símbolos religiosos: los musulma-
nes sus alfombras, los hindúes sus santuarios, etc., y la Universidad Johns Hopkins ha remode-
lado un antiguo templo metodista, dedicándolo a diversas actividades espirituales.
Esta realidad contemporánea nos recuerda las múltiples expresiones religiosas e ideológicas
del mundo en que vivieron el apóstol Pablo y los primeros cristianos. ¿De qué manera te
relacionas tú, como adventista, con este entorno multifacético? ¿Te mantendrás silencioso o
abandonarás tu amistad con Jesucristo y tu fidelidad a la Biblia? Permíteme animarte a hacer lo
siguiente:
Conoce bien lo que crees. Profundiza tu propia fe, estudia la Biblia personalmente y con un
grupo de amigos adventistas. Reflexiona sobre las doctrinas básicas del adventismo. Dedica
tiempo cada día a leer un pasaje devocional y a conversar con Dios en oración. Con tu espíritu
renovado y tu fe fortalecida enfrentarás con éxito los desafíos cotidianos.
Vive lo que crees. Sea que te des cuenta o no, tus amigos, profesores y muchos otros con
quienes te relacionas observan tu conducta. ¿Qué convicciones revelan tus palabras, tus priori-
dades y tu estilo de vida? ¿Hay coherencia entre el cristianismo que profesas y tus acciones? Si
has tropezado, pídele a Dios que te perdone y que te ayude a representarlo dignamente donde-
quiera estés.
Comparte lo que crees. En su gran plan, Dios te ha traído a la universidad no sólo para obte-
ner un diploma y prepararte para una profesión, sino también para actuar como un embajador
de Jesucristo. Quizá tú seas la única persona que puede compartir con un compañero de estu-
dios o un profesor la verdad salvadora del Evangelio.
Recuerda las memorables palabras del apóstol Pablo: “Ustedes son una carta escrita por
Cristo mismo; una carta que no ha sido escrita con tinta sino con el Espíritu del Dios vivien-
te..., la cual todos conocen y pueden leer” (2 Corintios 3: 3, 2, DHH).
Durante los últimos 15 años he tenido el placer y el honor de ser la coordinadora editorial
de Diálogo Universitario; pero ha llegado el momento de entregar esta responsabilidad a mi
sucesora. Al despedirme con afecto cristiano, ruego al Señor que te bendiga en tus estudios, en
tu profesión y en tu misión como embajador de Cristo. ¡Hasta que nos encontremos otra vez!
EDITORIAL
Una carta leída por todos
Esta revista internacional de fe, pensamiento y
acción, se publica tres veces al año, en cuatro
ediciones paralelas (español, francés, inglés y
portugués), bajo los auspicios de la Comisión de
Apoyo a Universitarios y Profesionales Adventistas
(CAUPA) de la Asociación General de los
Adventistas del Séptimo Día.
Volumen 18, Número 2.
Copyright © 2006, de la Comisión de CAUPA.
Todos los derechos son reservados.
Diálogo Universitario afirma las creencias
fundamentales de la Iglesia Adventista y apoya su
misión. No obstante, los puntos de vista expresa-
dos en los artículos corresponden a los autores.
Junta Editorial
Redactor en Jefe: Humberto M. Rasi
Director: John M. Fowler
Director Asociado: Martin Feldbush
Redactora: Susana Schulz
Secretaria Editorial: Esther Rodríguez
Ediciones Internacionales: Susana Schulz
Revisores de Manuscritos:
	 Corinne Egasse (Francés)
	 César Luis Pagani (Portugués)
	 Susana Schulz (Español)
Correspondencia Editorial
Diálogo
12501 Old Columbia Pike;
Silver Spring, MD 20904-6600; EE. UU.
Teléfono: (301) 680-5060
Fax: (301) 622-9627
Email: schulzs@gc.adventist.org
Directivos de CAUPA
Presidente: Ella S. Simmons
Vicepresidentes: C. Garland Dulan, Martin
Feldbush, Baraka G. Muganda
Secretario: Humberto M. Rasi
Vocales: Rex Edwards, John M. Fowler, Jonathan
Gallagher, Clifford Goldstein, Linda Koh, Bettina
Krause, Kathleen Kuntaraf, Kermit Netteburg,
Vernon B. Parmenter, Gerhard Pfandl, Roy Ryan,
Gary B. Swanson.
Información Sobre Distribución: Dirigirse al
Representante Regional de CAUPA en la zona en
que reside el lector. Su nombre y dirección apare-
cen en la página 2.
Suscripciones: US$13,00 por año (tres núme-
ros, vía aérea).Ver el cupón en la página 19.
Sitio en la Red: http://dialogue.adventist.org.
Diálogo ha recibido correspondencia de
lectores en 117 países del mundo.
DIÁLOGO 18•2 2006
Gratitud y bienvenida
La publicación de una revista internacional como Diálogo
Universitario involucra a un número considerable de especialistas,
muchos de los cuales no son conocidos por nuestros lectores. Los
autores, claro está, desempeñan un papel imprescindible. Sin embar-
go, una de las responsabilidades principales de la revista corresponde a
la persona que coordina y supervisa el complejo proceso editorial, de
producción y distribución de cada número. En esta labor participan
redactores, traductores, revisores, diseñadores, impresores, contadores,
representantes regionales y muchos otros colaboradores anónimos.
Durante 15 años Julieta Rasi ha desempeñado esta importante labor,
empleando su amplia experiencia editorial, su notable capacidad de
organización y su dinámica personalidad. Después de haber coordina-
do la publicación de los números 3:2 al 18:1 y de haber supervisado la
distribución de más de un millón de ejemplares de Diálogo, Julieta ha
decidido confiar esta responsabilidad a una nueva coordinadora edito-
rial a fin de disfrutar de sus nietas y su jardín, además de la lectura y los viajes.
La Magister Susana Schulz ha asumido esta tarea esencial a partir de este número de Diálogo. Ella ha residido, estudiado
y ocupado puestos de responsabilidad en varios países del mundo, incluyendo la Argentina, Francia, Brasil y los Estados
Unidos. Estas vivencias le han permitido adquirir una perspectiva internacional, un conocimiento de las cuestiones que
interesan a los universitarios adventistas, como así también el manejo del español, el francés, el inglés y el portugués, que
son los cuatro idiomas en que se publica nuestra revista. Antes de unirse al equipo editorial de Diálogo, la Mg. Schulz se
desempeñaba como docente y directora del Departamento de Estudiantes Internacionales de la Universidad Adventista del
Plata en Argentina.
Le deseamos a Susana Schulz mucho éxito y satisfacción en su nueva e importante labor y a la vez le expresamos a Julieta
Rasi nuestra profunda gratitud y nuestros mejores deseos al iniciar esta etapa de su vida.
											 La Redacción
Transición
FILOSOFÍA DE LA CIENCIAY LOS
ORÍGENES
BIOL o GEOL 475 4 unidades trimestrales
25 de setiembre – 15 de diciembre de 2006
Por el Dr. Leonard Brand, Profesor de biología y palentología
Este curso virtual, en inglés, es una introducción al proceso científico y su aplicación a la comprensión de los concep-
tos de creación y evolución y la historia de la tierra en un marco bíblico. El objetivo de la clase es preparar a los estu-
diantes para evaluar aspectos de este tema y animarlos en su fe en las Escrituras, sin dejar de comprender y apreciar las
contribuciones positivas de la ciencia.
Los aranceles de estudio abarcan las 4 unidades y el libro de texto, Fe y razón en la historia de la Tierra, de Leonard Brand.
Se ofrecen becas para cubrir gran parte de los aranceles de estudio en LLU. Si deseas más información acerca del curso y
las becas disponibles, escribe a lbrand@llu.edu.
Julieta Rasi y Susana Schulz
DIÁLOGO 18•2 2006
Los logros en materia de diseño son
quizá la característica más sobresaliente
de nuestra época. Moléculas y materia
son combinadas para formar diseños
sumamente originales y útiles. Se
proyectan líneas de producción robo-
tizadas para fabricar vehículos en serie,
eficiente y rápidamente. Medicamentos
y refinados métodos de diagnóstico han
transformado la medicina. El logro más
sorprendente en materia de diseño es
el de los microchips de silicio, que han
facilitado la comunicación global.
Es una ironía que mientras la tec-
nología obra maravillas como fruto
de este auge del diseño inteligente,
muchas personas influenciadas por
los biólogos evolucionistas están con-
vencidas de que no hubo un diseño
inteligente en el origen de las comple-
jas estructuras del mundo biológico y
natural. Aun cuando las células han
sido reiteradamente descriptas como
fábricas en miniatura, estas personas
sostienen que su existencia no se debe
a un proyecto inteligente. Es bien
sabido que el ácido desoxirribonuclei-
co (ADN) consiste en un código con
una maquinaria molecular de réplica,
pero ellos pretenden que no hizo falta
ningún criptógrafo. El cerebro, habi-
tualmente descrito como una computa-
dora, supuestamente habría surgido sin
que estuvieran involucrados ni progra-
madores ni ingenieros.
Esta sucesión de rápidos cambios en
el plano material nos han acostumbra-
do a convivir con eventos inexplica-
bles o aparentemente ilógicos. Lewis
Carroll resumió correctamente la vida
moderna de esta forma: “A veces ya
antes de desayunar he creído seis cosas
El debate actual en torno
al diseño inteligente (DI) es
de naturaleza ideológica,
ya que los evolucionistas
procuran mantener la hege-
monía de la cosmovisión
ateísta.
John C. Walton
El diseño inteligente y sus críticos
contradictorias”.1
Sin embargo, era de
esperar que la paradoja resultante de
la divergencia filosófica entre la tecno-
logía basada en el diseño y la biología
evolucionista produjera un despertar
del razonamiento de mentes analíticas.
Diseño inteligente: ¿el fantasma
olvidado de la ópera cósmica?
Los desafíos a la evolución han surgi-
do repetidas veces y finalmente fueron
puestos sobre el tapete a comienzos
de 1990 por Phillip Johnson, profe-
sor de derecho en la Universidad de
California en Berkeley. En su análisis
incisivo sobre los orígenes de la vida
presentó argumentos bastante convin-
centes de que la teoría evolucionista
darwiniana no tiene respaldo en evi-
dencias paleontológicas ni en datos
empíricos de la biología.2
El argumen-
to central de Johnson es que el edificio
darwiniano está fundamentado en los
supuestos materialistas del naturalismo
filosófico.3
Los científicos que estudian
los orígenes insisten en que se puede
aceptar únicamente el azar y las leyes
de la naturaleza para explicar el surgi-
miento de la vida. Cualquier interpre-
tación que se aparte de este estrecho
margen es automáticamente rechazada
como no científica, o bien se la señala
como supersticiosa.
El desafío se intensificó con la
publicación del libro La caja negra
de Darwin4
del bioquímico de la
Universidad de Lehigh (Pensilvania,
EE.UU.), Michael Behe. Sistemas bio-
lógicos como la cadena de reacciones
de la visión, los cilios celulares y los
flagelos bacterianos requieren gran
complejidad y coordinación molecular.
Behe demostró que tales “máquinas
moleculares” poseen una “compleji-
dad irreducible”. Rastreó la literatura
en busca de escenarios evolutivos que
explicasen su origen, pero sólo encon-
tró muy pocos ejemplos y, además,
totalmente inadecuados. Entonces
declaró que estos mecanismos bioló-
gicos son evidencias poderosas de un
diseño inteligente en la biología.
¿Es posible determinar si algo real-
mente fue diseñado o si meramente
parece diseñado? El matemático y
filósofo William Dembski señala que
detectar si algo ha sido diseñado es una
actividad científica bien establecida en
áreas tales como la ciencia forense, la
arqueología y la criptología. Los méto-
dos empleados para discernir entre una
actividad criminal y una accidental, o
para diferenciar artefactos de objetos
naturales y para decodificar mensajes
deberían poderse aplicar también a las
estructuras biológicas y a los aconteci-
mientos naturales.
El criterio objetivo de Dembski para
identificar el diseño genuino y diferen-
ciarlo de los efectos de causas naturales
se denomina “complejidad específica”.5
Cuando se aplica a ciertos fenómenos
biológicos complejos, el criterio coinci-
de muy bien con la conclusión de Behe
de que sus orígenes implican un diseño
inteligente.6
El movimiento de DI que tuvo ori-
gen a partir de estas consideraciones
está despertando interés alrededor del
mundo. Las ideas acerca del DI están
siendo diseminadas por el Centro
de Ciencia y Cultura del Discovery
Institute.7
La gran repercusión en los
medios acerca de un juicio relacionado
al DI en la corte de Pensilvania y el
documental televisivo de la BBC acerca
del DI en el Reino Unido han logrado
que este tema llegue al público general.8
Críticas corrosivas al diseño
inteligente
Como era de prever, los científicos
de disciplinas evolucionistas se han
opuesto rotundamente al DI y la vieja
escuela materialista rechaza estas ideas
usando todos los medios a su alcance.
Dos ejemplos: desde la Universidad de
Oxford el profesor de química Peter
Atkins criticó duramente el libro de
Behe en una publicación9
y lo mismo
sucedió en un artículo aparecido en
Guardian, escrito por los evolucionistas
Richard Dawkins y Jerry Coyne.10
La
crítica corrosiva no es usual entre los
científicos serios, por lo tanto el hecho
de que en este caso sí esté ocurriendo
DIÁLOGO 18•2 2006
revela que hay una motivación ideo-
lógica muy poderosa. Muchos evolu-
cionistas son miembros militantes de
organizaciones ateas y/o humanistas.
Tal es el caso de Dawkins, quien expu-
so claramente su compromiso emocio-
nal con el ateísmo en una serie televisi-
va acerca de la religión, a la que calificó
“la raíz de toda la maldad”.
¿Es el Diseño Inteligente una
conspiración religiosa?
Es cierto que ha habido ciertas críti-
cas coherentes del DI. Algunas fueron
presentadas por Dawkins y Coyne
en su artículo del Guardian en el que
dicen: “No hay nada de nuevo acerca
del DI. Es simple creacionismo camu-
flado bajo un nuevo nombre”. Otros
sugieren que el DI es una forma de
“conspiración religiosa”. Los propulso-
res del DI, por su parte, sostienen que
es una búsqueda científica que investi-
ga el efecto de causas inteligentes. Para
Dembski, el propósito del DI es “reha-
bilitar el diseño como una forma de
explicación científica”. Meyer escribió:
“La pregunta que hay que plantearse
respecto al origen de la vida no es qué
escenario materialista parece más ade-
cuado sino qué fue lo que produjo el
surgimiento de la vida en la tierra”.11
El
criterio de complejidad específica, uti-
lizado para decidir si algo ha sido dise-
ñado, no hace referencia a libros sagra-
dos y es independiente de cualquier
autoridad religiosa. Las connotaciones
religiosas son inevitables para cualquier
intento de indagar acerca de los oríge-
nes. A cada acusación de “agenda reli-
giosa” que se lanza contra la ciencia del
DI es posible responder con una can-
tidad similar de hipótesis que podrían
atribuirse a una “agenda ateísta”. Las
explicaciones evolucionistas acerca
de los orígenes, perdidas en las bru-
mas del precámbrico e imposibles de
explicar, también reflejan los anhelos
humanistas, sin proveer las evidencias
necesarias. Quienes buscan la verdad
deberían ignorar tales argumentos y
evaluar cuidadosamente las evidencias
que presentan ambos bandos.
Al comienzo de su artículo, Dawkins
y Coyne dicen: “¿Por qué estamos
seguros que el DI no es una teoría
científica sólida, digna de una evalua-
ción equilibrada? ¿No es meramente
nuestra opinión personal? Por el con-
trario, es una opinión compartida por
la vasta mayoría de los biólogos pro-
fesionales”. “Si el DI fuese realmente
una teoría científica, las evidencias a
su favor, acumuladas mediante inves-
tigaciones, estarían siendo divulgadas
por revistas científicas que provienen
de revisiones críticas por los pares.
Sin embargo, eso no está sucediendo
y no es porque los editores se nieguen
a publicar investigaciones de DI. Sin
embargo, para los naturalistas materia-
listas la “verdadera ciencia” sólo admite
como causas válidas el azar y la nece-
sidad. Dawkins y sus colegas evolucio-
nistas automáticamente descartan el DI
por razones ideológicas y consideran
al análisis de la evidencia como una
pérdida de tiempo. Muchos biólogos
profesionales trabajan en institutos
de “Biología evolucionista” o alguna
variante de este nombre. Los fondos
que financian las investigaciones, los
salarios, las carreras, la reputación
profesional de todos estos científicos
dependen de su adhesión a la teoría de
la evolución. En estas circunstancias,
la objetividad en cuestiones relaciona-
das a los orígenes no es una opción. La
opinión de la mayoría científica es un
parámetro muy inseguro para determi-
nar la validez del DI.
No sorprende que el DI no reciba
eco en las principales publicaciones
científicas ya que, contrariamente a la
afirmación de Dawkins y Coyne, los
editores siempre se rehúsan a publicar
artículos sobre el tema. Cuando el
Dr. Richard Sternberg, editor de los
Proceedings of the Biological Society of
Washington, publicó un único artículo
del científico Stephen Meyer, formado
en la Universidad de Cambridge y que
sostenía las ideas del DI, inmediata-
mente se convirtió en blanco de una
campaña para ridiculizarlo e intimidar-
lo. “Decían que me dejé sobornar con
dinero, que era un sacerdote camu-
flado, que era un infiltrado enviado
por los creacionistas”, dice Sternberg.
Incluso le aconsejaron no asistir a un
encuentro de una sociedad biológica,
porque los ánimos estaban tan acalo-
rados que no se podría asegurar que
habría orden si él estaba presente. La
Oficina de Consejo Especial de los
Estados Unidos examinó el intercam-
bio de email que salía del Smithsonian
Institute, donde Sternberg trabajaba,
e informó que “la revancha se efectuó
de diversas maneras.... Se difundieron
calumnias [contra Sternberg] a través
del Smithsonian y hacia otros indivi-
duos. Posteriormente se descubrió que
las acusaciones en su contra eran fal-
sas”.12
Los editores y revisores son muy
conscientes de la intimidación que van
a tener que enfrentar, y por eso es com-
prensible que se abstengan de publicar
artículos que apoyen el DI.
Es irónico que Dawkins denigre al
DI porque “sus seguidores evaden el
proceso científico normal apelando
directamente al público no científi-
co” cuando éste es el método que él
adopta. Su principal contribución a la
ciencia es una serie de libros dirigida
al público general acerca del evolucio-
nismo. Dawkins es sucesor de varios
evolucionistas, incluyendo a Charles
Darwin, Thomas Huxley y Stephen
Gould, que han apelado directamente
al público no científico por medio de
libros y artículos populares.
Temores de que el Diseño Inteligente
destruya la ciencia
De acuerdo a Dawkins y Coyne, los
proponentes del DI tienen exigencias
irrazonables: “A un bando (los evolu-
cionistas) se le exige presentar eviden-
cias para cada etapa del proceso. Al
otro bando nunca se le exige presentar
evidencia, sino que se lo declara ven-
cedor del debate tan pronto como el
primer bando encuentra una dificultad,
es decir, el tipo de dificultades que en
el ámbito de las ciencias se encuentran
diariamente y a las cuales se buscan
soluciones”. Por más de un siglo los
DIÁLOGO 18•2 2006
científicos han estado prometiendo
que la evidencia de laboratorio pronto
produciría respuestas convincentes para
las encrucijadas básicas de la evolución
tales como el mecanismo cuantitativo
requerido para el cambio evolutivo;
cómo se originó la vida; cómo surgie-
ron el código genético y la nueva
información genética; el origen de un
solo estereoisómero en los péptidos; el
origen de órganos biológicos complejos
como los ojos, las cilias, los flagelos,
etc.; cómo se desarrollaron nuevas
especies biológicas a partir de formas
ancestrales y por qué los restos fósiles
no muestran las “innumerables formas
de transición” que Darwin esperaba.
Los científicos que apoyan el DI reco-
nocen el gran avance que han hecho
los biólogos en entender cómo han
ocurrido cambios pequeños o cómo se
producen nuevas variedades de anima-
les o plantas, es decir, la microevolu-
ción. Los evolucionistas aseguran que
los grandes pasos hacia nuevas estruc-
turas (macroevolución) consisten en la
suma de pequeños pasos. Sin embargo,
después de más de un siglo, la evi-
dencia experimental aún no ha sido
presentada; los registros fósiles sacan a
luz grandes problemas y se ofrecen úni-
camente explicaciones o “escenarios”
fantasiosos. Los científicos partidarios
del DI sostienen que llegó el momento
de examinar otras explicaciones en las
cuales el diseño sea evaluado a la par
de las causas naturales. El ahínco con
el cual los científicos trabajan para
resolver problemas relacionados con los
orígenes de la vida podría beneficiarse
si se sumase el criterio de DI a su arse-
nal de herramientas científicas.
Los críticos arguyen que la ciencia
del DI se apoya en milagros y temen
que esto pueda dañar el espíritu inda-
gador de la ciencia. Las experiencias del
pasado demuestran que no hay necesi-
dad de preocuparse por esto. La mayor
parte de la labor científica continuaría
exactamente como en el presente. En
la investigación del origen de organelas
biológicas complejas (y sistemas com-
plicados en otras partes del universo),
el filtro de complejidad específica sería
usado conjuntamente con otras herra-
mientas científicas para entender los
organismos vivos, incluyendo los seres
humanos. En vez de reprimir la bús-
queda científica, la existencia de diseño
en el universo abre nuevos horizontes
para que los fenómenos sean compren-
sibles. Si se llega a la conclusión de
que un diseñador inteligente (o Dios
mismo) planificó un organismo, esto
permitirá comprender y utilizar venta-
josamente ese concepto.
La existencia de diseño en la natu-
raleza no implica que constantemente
ocurran milagros que intervendrían
de manera arbitraria, transgrediendo
leyes naturales. Al diseñar una máquina
compleja usando la inteligencia huma-
na, no se contravienen las leyes natu-
rales sino que se las utiliza. La creación
de una computadora, por ejemplo,
demanda que se ordene la materia de
una forma determinada y se la dote de
información para así crear un objeto
muy complejo que tendría poca pro-
babilidad de surgir por casualidad.13
La evidencia de diseño en la naturale-
za puede comprenderse de la misma
forma en que se entienden los instru-
mentos diseñados por el hombre. Las
convicciones religiosas no impidieron
que científicos de primera línea como
Isaac Newton, Louis Pasteur o James
Clerk Maxwell hiciesen importantes
descubrimientos; tampoco se interpo-
nen a los descubrimientos de muchos
científicos creyentes modernos. Más
bien, estas creencias refuerzan la idea
de que los fenómenos naturales son
comprensibles e impulsan proyectos
permitiendo su utilización.
¿El Diseño Inteligente es innecesario
y ha sido refutado?
Los críticos sostienen que no hay
necesidad de que la ciencia se dedi-
que a estudiar el DI porque, como
Dawkins declaró en un documental
de la BBC,8
“la evolución explica el
99% de lo que sabemos acerca de la
biología”. Si se consulta casi cualquier
libro de ciencias, es evidente cuán
grande es esta exageración, particular-
mente en las áreas biológicas donde
se discuten fenómenos cuantitativos.
Recientemente Peter Atkins publicó
un libro de texto titulado Physical
Chemistry for the Life Sciences.14
En esta
área de la ciencia encontramos leyes y
principios que sirven de fundamento
para la biología. El hecho de que en
el libro no se encuentre ni siquiera una
referencia a la evolución evidencia que
ésta es una postura ideológica y no una
realidad científica.
Por su parte, Dawkins y Coyne nos
aseguran: “El flagelo de las bacterias
no es demasiado complejo como para
haber evolucionado, así como cual-
quier otra estructura que haya sido
cuidadosamente estudiada. Los biólo-
gos han localizado una serie de pasos
intermedios plausibles, que utilizan
ingredientes que se pueden encontrar
en otros sistemas vivos”.10
Estas afir-
maciones son simplemente ilusiones.
Tal vez podría localizarse “una serie de
pasos intermediarios plausibles” en un
escenario imaginario. ¡La imaginación
científica no conoce límites! Pero el
cuadro que pinta la evolución en esta
área de la ciencia carece de ideas con-
cretas y evidencias sustanciales.
El anuncio de Kenneth Miller del
“colapso del concepto de la comple-
jidad irreducible”15
terminó siendo
meras palabras. Su argumento es que,
por ejemplo, aunque no se pueda llegar
al flagelo por una vía darwiniana direc-
ta, las proteínas que lo componen pue-
den haber sido preservadas por selec-
ción natural en sistemas menores que
tienen otras funciones. Esta hipótesis
implica que estas proteínas específicas
(o algunas muy similares) se encon-
trarían esparcidas en otros sistemas
bioquímicos que estarían accesibles a la
bacteria. Si este escenario fuese válido,
las mismas proteínas se reconocerían
fácilmente en sus localizaciones alter-
nativas y la literatura científica estaría
llena de vías evolucionistas plausibles
para el flagelo y otras maquinarias bio-
Continúa en la página 28
DIÁLOGO 18•2 2006
El enamoramiento capri-
choso quiere apresurar la
relación, mientras que el
amor puede sobrevivir la
prueba del tiempo y prepa-
rarte para un matrimonio
armonioso.
Nancy Van Pelt
¿Amor verdadero o enamoramiento
caprichoso? Cómo detectar la diferencia
“¿Cómo puedo saber si estoy real-
mente enamorado?” le preguntó un
lector al columnista de un periódico.
La respuesta fue: “Si tienes que pregun-
tarlo es porque no lo estás”. La insufi-
ciencia de esa respuesta es tremenda;
hay muchos que todavía siguen pensan-
do que cuando el amor golpea se darán
cuenta instantáneamente. En verdad
eso no es tan fácil.
Los estudios sobre el tema muestran
que la mayoría de la gente considera
sus relaciones pasadas como meros
enamoramientos y las actuales como
si se tratara de amor verdadero. Una
encuesta reveló que en promedio la
gente siente enamoramientos pasajeros
seis o siete veces y sólo una o dos veces
amor real. Posiblemente ya lo hayas
experimentado en los romances que
has vivido. Pero la gran pregunta es:
¿Cómo puedes saber si es amor verda-
dero o sólo un enamoramiento pasajero
o pasión?
El amor y el enamoramiento
caprichoso tienen síntomas similares
El amor y este tipo de enamora-
miento tienen algo en común: fuertes
sentimientos de afecto por alguien, lo
que complica el intento de establecer
las diferencias, ya que muchos de los
síntomas se parecen entre sí. El ena-
moramiento más apasionado y ciego
puede tener algunas de las característi-
cas del verdadero amor y viceversa. Las
diferencias entre el amor y el enamo-
ramiento caprichoso son más bien de
grado. En consecuencia, se deben exa-
minar todas las evidencias con mucho
cuidado.
El amor y el enamoramiento com-
parten tres síntomas: pasión, deseo de
cercanía, y emociones fuertes.
Pasión. La pasión puede surgir sin
verdadero amor. En el caso del hombre,
particularmente, le es posible sentir
pasión o fuertes sentimientos sexuales
por una mujer que nunca conoció. Los
besos y las caricias audaces aumentan
la urgencia de las sensaciones eróticas
hasta que el sexo comanda la relación.
La pasión por sí sola no es un indica-
dor de verdadero amor. La atracción
sexual puede ser tan urgente en estos
casos como en el amor verdadero, y en
ocasiones puede llegar a ser dominante.
El amor debe estar basado en algo más
que una atracción sexual o pasional.
Además, nadie puede mantener tal
pasión impetuosa durante un tiempo
prolongado, aunque asegure lo contra-
rio. Si todo lo que una pareja comparte
es pasión, probablemente esa relación
concluirá en unos pocos meses. Si una
pareja decide casarse sobre la base de
esa vorágine de motivación sexual,
pronto aprenderá que cuando la pasión
muere ya no queda nada que los man-
tenga juntos.
Deseo de cercanía. El deseo continuo
de estar cerca del otro puede ser tan
abrumador en la pasión como en el
amor verdadero. Las ganas de estar jun-
tos todo el tiempo provocan ansiedad
ante la separación y puede producir
una sensación de vacío y soledad ante
la ausencia del ser amado, pero esto
no es necesariamente un indicador de
amor verdadero. El deseo de estar cerca
puede tener la misma intensidad en la
pasión y en el amor verdadero.
Emociones fuertes. Los estudios han
confirmado que al comienzo de un
simple enamoramiento se experimentan
síntomas físicos distintivos. Así por
ejemplo, sentirse sobre nubes cuando
todo va bien o sentirse enfermo cuan-
do las cosas andan mal; una corriente
helada que corre por la espalda, falta
de concentración, malestar estomacal
o inapetencia. Pero tales emociones se
manifiestan tanto en el enamoramiento
caprichoso como en el amor real, si
bien son más indicativas del primero
El verdadero amor incluye algo más
que una mezcla de sentimientos frí-
volos y se extiende más allá del agota-
miento de las emociones fuertes.
Si sientes soledad, aburrimiento,
o estás en el proceso de olvidar un
romance roto, tendrás mayor disposi-
ción a interpretar como amor real otro
romance que surja, aun cuando sólo
se trate de un poco más que enamora-
miento. Si te sientes inseguro/a o tienes
una baja autoestima, debes ejercer
mucha cautela. Las personas maduras y
las de autoestima normal también pue-
den ser atrapadas por la pasión, aunque
son más capaces de reconocerla.
No creas que la pasión es algo
totalmente negativo. Puede ser una
experiencia placentera siempre que
la reconozcas por lo que es, un breve
interludio de fantasía romántica.
Dándole suficiente tiempo pasará o
desembocará en una relación real que
implica mucho más que un aluvión
de emociones. Recuerda asimismo que
algunas relaciones que comienzan en
pasión se transforman en amor verda-
dero cuando son probadas a lo largo
del tiempo.
El verdadero amor difiere del ena-
moramiento caprichoso porque otorga
tiempo y espacio para reconocer tanto
las buenas cualidades como las imper-
fecciones de una persona. El establecer
un compromiso, y tener relaciones
sexuales, irse a vivir, o casarse con
alguien sobre la base de esos sentimien-
tos prematuros es una necedad y sin
duda producirá resultados negativos.
Identifica lo que es real
En 1820, durante la fiebre del oro,
los buscadores lo confundían a veces
con la pirita. La pirita, o el oro del
tonto, como se da en llamar a este
mineral, es detectada en una cacerola
DIÁLOGO 18•2 2006
sobre el fuego. Mientras se chamusca y
humea produce un olor muy desagra-
dable. Por el contrario, el calor no daña
el oro verdadero ni tampoco produce
mal olor. Desafortunadamente, no
podrás poner tu relación amorosa en
una cacerola sobre el fuego para saber si
produce mal olor, pero puedes analizar-
la a través de estos nueve factores:
1. El amor se desarrolla con lentitud;
el enamoramiento caprichoso, con rapi-
dez. La mayoría de la gente piensa que
enamorarse es una emoción repentina e
intensa. Carlos dijo: “Me emocioné el
minuto en que la vi. Era como siempre
me la imaginé. Siento como si la hubie-
se conocido toda la vida”.
La evaluación de Carlos no es válida
hasta después de un año de noviazgo.
¿Por qué? Porque el amor crece y ese
crecimiento requiere tiempo. Es impo-
sible conocer a la persona real en sólo
unos pocos encuentros. Al comienzo de
una relación, todos mostramos la mejor
conducta. Ocultamos o reprimimos los
rasgos desagradables. Lleva meses obser-
var a una persona en diversas situacio-
nes como para conocerla bien. Muchos
saben ocultar los rasgos negativos de su
personalidad incluso hasta después de
casarse.
No te apresures a sacar conclusio-
nes. Deja que tu relación crezca. Inicia
la amistad y no trates de apresurarte
durante la etapa del conocimiento. Los
comienzos apacibles son parte de los
noviazgos agradables. Tales amistades
pueden llevar al verdadero amor, que se
asemeja a la pasión en intensidad pero
está arraigado en la realidad.
2. El amor se basa en la compatibili-
dad; el enamoramiento caprichoso, en la
química y la apariencia. Esteban siente
“buena onda” cuando conoce a una
chica linda. Cree que eso es “química”
instantánea. “Lo sientes o no lo sientes.
Yo lo sentí en el minuto en que la vi”.
¿De dónde sacó Esteban eso de que
química y amor son la misma cosa?
¡Del cine, quizás!
Confiar en la “química” para que te
lleve al amor es torpe y peligroso. La
química está basada mayormente en
la atracción física o sexual. Tiene que
existir esa chispa que te hace sentir más
vital que nunca, pero basar un matri-
monio sólo en eso es absurdo.
Es posible sentir una fuerte atracción
por alguien que acabas de conocer y
que te agrade en todo, pero hay un
largo camino por recorrer antes de
amar a esa persona. El verdadero amor
incluye química, pero se nutre de otros
factores tales como el carácter, la per-
sonalidad, las emociones, las ideas y
las actitudes. El que está enamorado
se interesa en la manera en que la otra
persona piensa y responde en diver-
sas situaciones, o en los valores que
ambos comparten. Deberás observar
sus actitudes hacia temas tales como la
religión, la familia, el sexo, el dinero
y las amistades así como los intereses
mutuos, su pasado y sus modales.
Cuanto más tengan en común, mejores
serán las posibilidades del amor real.
3. El amor se centra en una persona; el
enamoramiento caprichoso puede incluir
varias. Un apasionado puede pensar
en “amar” a dos o más personas a la
vez. Esas personas con frecuencia difie-
ren marcadamente en personalidad.
Ana reconoce estar enamorada de dos
muchachos y no poder decidirse por
uno de los dos. Esteban es maduro,
estable y responsable; mientras que
Sergio es irresponsable, amante de las
diversiones y gastador. En verdad Ana
no está enamorada de ninguno. Algo
la impulsa hacia el gastador divertido,
mientras que sus instintos maduros le
dicen que las cualidades de Esteban
son más importantes. Al fin combina
las cualidades de ambos y piensa que
está enamorada de los dos. El verdade-
ro amor se concentra en una persona
cuyo carácter y personalidad exhiben
cualidades esenciales, pero nunca com-
bina varios individuos para formar uno
ideal.
4. El amor produce seguridad; el ena-
moramiento caprichoso, inseguridad. El
amor se basa en el principio de la con-
fianza mutua mientras que el enamo-
ramiento provoca inseguridad y puede
intentar controlar al otro mediante los
celos. Esto no significa que cuando uno
está realmente enamorado nunca sen-
tirá celos, pero serán menos frecuentes
y severos. El verdadero amor confía.
Hay quienes se sienten halagados pen-
sando que los celos son evidencia de un
amor verdadero, pero estos trasuntan
emociones de inseguridad enfermiza,
baja autoestima y ansias de posesión. El
amor real no actúa de esa manera.
5. El amor reconoce la realidad; el
enamoramiento caprichoso la ignora. El
verdadero amor ve los problemas en
perspectiva, sin minimizar su seriedad,
mientras que el enamoramiento pasa
por alto las diferencias sociales, étnicas,
educativas o religiosas. Algunas veces
hasta se enreda con alguien ya casado y
asume que tales aspectos no son impor-
tantes. Por el contrario, una pareja rela-
cionada por amor verdadero enfrenta
sus problemas con franqueza y cuando
un problema amenaza su relación lo
discuten abiertamente y lo resuelven
con inteligencia. Negocian las solucio-
nes por anticipado.
6. El amor motiva una conducta
positiva; el enamoramiento caprichoso
tiene un efecto destructivo. El amor es
constructivo y estimula lo mejor de ti,
te provee de nueva energía, ambición e
interés en la vida. Estimula la creativi-
dad y motiva al desarrollo personal, la
superación y todo lo que sea positivo.
Esto naturalmente engendra sentimien-
tos de autoestima, confianza y segu-
ridad en uno mismo y nos motiva a
triunfar. Estudias con interés, planificas
con más eficacia y ahorras con más dili-
gencia. A tu vida se le agrega propósito
y sentido. Aunque sueñes despierto, te
mantienes dentro de los límites de la
realidad y funcionas a tu mayor nivel.
El enamoramiento caprichoso tiene
un efecto destructivo y desorganizador.
Te hace menos competente, menos
eficiente y entorpece el desarrollo de
tu verdadero potencial. Te arrastra a
sueños imaginarios que te harán olvidar
las realidades de la vida, el trabajo, el
estudio, las finanzas y otras responsabi-
lidades.
7. El amor reconoce defectos; el enamo-
10 DIÁLOGO 18•2 2006
ramiento caprichoso prefiere no verlos. El
amor reconoce las buenas cualidades
del otro y hasta cierto punto las ideali-
za, pero no considera que la otra per-
sona sea perfecta. Admite los errores,
aunque prevalece el respeto y la admi-
ración por las buenas cualidades de la
otra persona. La pasión te enceguece
para no ver lo que está errado e ideali-
za a tal punto, que rehúsa admitir las
faltas y defiende al amado contra todas
las críticas. Admira en exceso una o
dos cualidades, al punto que minimiza
los defectos. El amor real habilita para
amar a pesar de los defectos y no cierra
los ojos ante la realidad.
8. El amor controla el contacto físico;
el enamoramiento caprichoso lo explota.
El verdadero amor ayuda a la pareja
a controlarse en la intimidad román-
tica, ya que ambos se respetan tanto
que voluntariamente ponen límite a
esos impulsos. La pasión, en cambio,
demanda intimidad con mucha más
anticipación. En contraste con la
pareja apasionada, una pareja que expe-
rimenta amor real ve en la intimidad
sólo una parte de la relación. Esto se
debe a que los apasionados dependen
en gran medida de la atracción física,
y la excitación lleva al besuqueo y las
caricias avanzadas. Los que lo experi-
mentan por primera vez sienten que
es algo especial y asumen que están
amando. Ignoran que sus valores, obje-
tivos y creencias podrían no coincidir.
Si se casan solamente sobre la base de la
atracción física, descubrirán luego que
el interés sexual declina y los desacuer-
dos aumentan.
Aunque el verdadero amor incluye
la atracción física, éste brota asimismo
de otros factores y el contacto físico
tiene un significado más profundo
que el puro placer. Para el apasionado,
frecuentemente se vuelve un fin en sí
mismo. El placer domina a la experien-
cia.
9. El amor recibe la aprobación de la
familia y los amigos; el enamoramiento
caprichoso recibe reprobación. Si los
parientes o los amigos no aprueban la
relación, ¡cuidado! Si están convencidos
de que es una mala elección, probable-
mente tengan razón. Los matrimonios
que no cuentan con la bendición de los
padres tienen una alta probabilidad de
fracasar. Un investigador comparó las
quejas de los casados felices con las de
los divorciados, y descubrió que estos
últimos eran casi cuatro veces más pro-
clives a quejarse de que sus cónyuges
no tenían nada en común con sus ami-
gos. También se halló que las parejas
casadas y felices tendían mucho menos
a estar en dificultades con sus suegros.
Si los padres y los amigos tienen obje-
ciones, ¡cuidado! Si dan su aprobación,
anímate.
Tiempo al tiempo
Si has analizado tu relación, pero
todavía no puedes decidir si es verda-
dero amor, date tiempo. El enamora-
miento caprichoso quiere acelerar la
relación. Las emociones no dan lugar al
sentido común y tratan de empujarte
a asumir compromisos que más tarde
lamentarás. El amor real puede sobre-
vivir el examen del tiempo, unos dos
años de noviazgo, para asegurarte de
que estás bien preparado/a para el casa-
miento. El tiempo brinda experiencia y
objetividad.
Cada año miles de parejas se presen-
tan ante al altar con los ojos radiantes
y se prometen amor y fidelidad eternas,
sin imaginarse que están cometiendo el
error más grande de su vida. ¿Qué pasó
con sus diálogos apasionados, promesas
tiernas, miradas prolongadas, besos
enardecidos y susurros amorosos?
Muchos fracasan al no comprender
que uno no se enamora por accidente.
Eres tú quien decides amar, esto es,
pensar, dedicar tiempo y experimen-
tar sentimientos firmes por alguien.
Enamorarse es la parte fácil y divertida
del amor. La parte que sigue es más
difícil, ya que implica asumir el serio
compromiso de amar incondicional-
mente a una persona imperfecta. El
amor genuino dice “Te amaré aun
cuando no satisfagas todas mis nece-
sidades, me rechaces o me ignores,
te conduzcas insensatamente, tomes
decisiones que yo no tomaría, o estés
en desacuerdo conmigo y me trates
injustamente. Te amaré tal como eres y
para siempre”.
Este tipo de amor responde al don
creativo de Dios hacia nosotros y puede
ser plenamente disfrutado sólo dentro
de la protección y seguridad del matri-
monio. Somos capaces de amar sola-
mente porque Dios nos amó primero.
Amístate con él; entonces serás menos
proclive a sufrir decepciones amorosas
y tendrás la oportunidad de encontrar-
te con un amor mutuamente satisfacto-
rio mientras vivas en la tierra.
Nancy L. Van Pelt, es especialista en
temas de familia y autora de muchos
libros, incluyendo Smart Love:A Field
Guide for Single Adults, de donde fue
adaptado este artículo. Si deseas con-
tactarte con ella, visita el sitio www.
heartnhome.com.
¡Diálogo
para ti, gratis!
Si eres un estudiante adventista en una
universidad no adventista, la iglesia tiene un
plan que te permitirá recibir la revista Diálogo
gratis mientras mantengas tu condición de
estudiante. (Aquellos que ya no son estudian-
tes pueden suscribirse a Diálogo utilizando el
cupón de la página 19.) Ponte en contacto con
el director del Departamento de Educación
o del Departamento de Jóvenes de tu Unión
y pide que te incluyan entre los que reciben
la revista. Proporciónale tu nombre completo,
tu dirección, el nombre de la universidad a
la cual asistes, la carrera que estás cursando
y el nombre de la iglesia local de la cual eres
miembro. Puedes escribir también a nuestro
representante regional a la dirección provista
en la página 2, incluyendo una copia de la carta
a los directores de la Unión mencionados. Si
no logras comunicarte con nosotros por estos
medios, usa la siguiente dirección: schulzs@
gc.adventist.org.
11DIÁLOGO 18•2 2006
El arco iris está en tu cerebro
Leonard Brand y Ernest Schwab
Colores, sonidos y aromas
son percibidos e interpreta-
dos por un sistema nervioso
diseñado con suma preci-
Si un árbol cae en el bosque y no
hay nadie presente para escucharlo,
¿será que la caída produce un sonido?
Esta pregunta parece ingenua, pero la
respuesta puede proveernos detalles
fascinantes acerca de la naturaleza del
sonido, el color, el sabor, la belleza, el
amor y también del genio inventivo del
Creador.
Cuando un árbol cae, sus ramas
agitan el aire, golpean a otros árboles
y finalmente se precipita a tierra con
fuerza. Todos estos golpes de un objeto
contra otro o contra el aire generan
perturbaciones que se mueven como
ondas. Estas vibraciones de molécu-
las en movimiento, u ondas sonoras
en el caso del aire, están controladas
con gran precisión por leyes físicas. El
tamaño y naturaleza de los objetos que
colisionan y la fuerza con que lo hacen
controlan la forma y complejidad de las
ondas sonoras que se propagan a velo-
cidad constante, determinada con pre-
cisión por las leyes físicas. Esto puede
dar la impresión que el sonido está
íntegramente controlado por las leyes
de la física. Sin embargo, ésta es una
conclusión prematura, porque hasta
aquí nos hemos limitado a describir las
vibraciones de moléculas de aire. ¿Pero
cómo se convierten estas vibraciones en
sonido?
El oído
Al caer el árbol, un leñador está
trabajando cerca. Las ondas sonoras, o
moléculas de aire en vibración, hacen
que el martillo de su oído vibre y
esta vibración es transmitida al oído
interno donde una serie de receptores
responden a dichas vibraciones. Los
receptores en uno de los extremos res-
ponden a vibraciones de longitud de
onda larga, las cuales percibimos como
sonidos graves. En el extremo opuesto
hay receptores que son activados por
ondas de longitud corta y por lo tanto
los percibimos como sonidos agudos.
Entre ambos extremos hay un sinfín de
receptores, cada uno especializado para
responder a una determinada longitud
de onda intermedia. A su vez, cada
receptor está conectado con el cerebro
por un nervio que transmite las señales.
El cerebro interpreta estas señales, per-
mitiéndonos percibir el sonido.
¿Qué tipo de señal es transmitida por
el nervio que conecta el receptor del
oído interno con el cerebro? ¿Se trans-
mite sonido por el nervio? No, cada
nervio transmite únicamente un impul-
so o señal eléctrica. Fisiológicamente,
las señales eléctricas de un receptor de
onda larga o corta son idénticas. Cada
receptor del oído interno tiene su pro-
pia conexión nerviosa con el cerebro.
La única manera en que el cerebro
puede diferenciar si un impulso se debe
a una onda corta o larga es en base
al análisis del nervio a través del cual
llegó. Hasta ahora no existe sonido,
sólo vibración de moléculas de aire y
transmisión de impulsos eléctricos a
través de los nervios.
Siendo que la conexión entre el
oído y el cerebro consiste únicamen-
te de impulsos eléctricos, el origen
del sonido de un árbol al caer debe
provenir de algún lugar dentro del
cerebro. Ningún sonido viajó a través
de los nervios, fueron sólo impulsos
eléctricos. De alguna forma, el cerebro
recibe los impulsos eléctricos aferentes
de un sinfín de nervios y los traduce
generando la percepción consciente que
denominamos “sonido”. Lo que perci-
bimos como sonido es meramente una
sensación generada por el cerebro. Las
leyes físicas y químicas de la naturaleza
gobiernan la vibración de las moléculas
de aire y las interacciones entre molé-
culas, haciendo posible la existencia de
vida, pero la vida es mucho más que
esas leyes. La vida de un organismo
altamente complejo no es el resultado
de estas leyes, así como la forma de un
auto no está controlada por las leyes
de la naturaleza, sino que tuvo que
ser inventada. Únicamente el cerebro
puede producir la sensación de sonido.
Para ilustrar la imposibilidad de que
las leyes físicas sean las únicas respon-
sables de producir el sonido, com-
paremos las conexiones nerviosas del
oído con un teclado de computadora.
Cuando presionamos una tecla, sea
la letra M o G, una señal eléctrica es
enviada al procesador de la computado-
ra, donde es manipulada para producir
la letra correcta en el monitor. Sin
embargo, las letras M o G que aparecen
en el monitor son creadas dentro de la
computadora y están controladas por la
conexión entre el teclado y el monitor.
La actividad eléctrica de la computado-
ra o el cerebro cesaría, si no fuese por
las leyes físicas, pero la forma de las
letras y la tecla que se asocia a cada una
no están controladas por ninguna ley
natural, sino que fueron diseñadas por
un ingeniero. Esto significa que cual-
quier experto en computación puede
fácilmente cambiar las conexiones para
que al presionar la tecla M aparezca
una G en el monitor.
De la misma manera, las leyes físicas
no determinan qué sonido proviene de
qué nervio, sino que eso está arbitraria-
mente determinado por las conexiones
desde el oído. Si pudiésemos acceder al
cerebro y desconectar el nervio del oído
al cerebro, darlo vuelta y conectarlo al
revés, las vibraciones de onda larga se
escucharían como sonidos agudos por-
que se estimularía el sector del cerebro
que genera la sensación de sonidos agu-
dos como resultado de haber hecho un
cambio en las conexiones. Un flautín
sonaría como una tuba y los sonidos de
la tuba serían percibidos como los de
un flautín.
La vista
Ahora nos centraremos en los ojos.
Los rayos del sol se reflejan en todos los
objetos a nuestro alrededor. Algunos
de esos rayos llegan a los receptores de
luz en el fondo del ojo, en la retina.
Las hojas en un árbol absorben gran
parte de la luz que les llega, pero la luz
verde es reflejada. Esos rayos llegan a la
retina y vemos las hojas de color verde.
Un vestido rojo refleja los rayos rojos y
nuestros ojos son deslumbrados por la
belleza del color rojo brillante así como
también por la belleza de quien lo está
usando.
Al ser estimulado por un rayo de
luz, el receptor de la retina envía un
mensaje al cerebro. ¿Qué tipo de men-
saje es? Es un impulso eléctrico, del
12 DIÁLOGO 18•2 2006
mismo tipo que los impulsos enviados
por el oído en respuesta a las vibracio-
nes. Si los mismos impulsos eléctricos
son los portadores de informaciones
ya sea de las ondas sonoras o de los
rayos luminosos, ¿cómo puede ser que
nuestro cerebro no se confunda? Por
la misma razón que la computadora
puede diferenciar una señal proveniente
de la tecla M y otra de la tecla G, las
conexiones de estas dos teclas llegan a
diferentes lugares de la computadora.
De la misma manera, los nervios del
ojo llegan a un lugar específico del
cerebro y existe un nervio determinado
para cada señal visual. Toda la infor-
mación de estos nervios llega al cerebro
como impulsos eléctricos y el cerebro
interpreta esta información como una
imagen visual.
Debido a que tanto los rayos de luz
de larga dimensión de onda como los
cortos se comunican con el cerebro por
medio del mismo tipo de señal eléctri-
ca, el modo de interpretación de dichas
señales es el resultado de instrucciones
en el cerebro (al igual que en los pro-
gramas de computación) planificadas
para interpretar los mensajes eléctricos
de cada parte del nervio óptico, produ-
ciendo así la imagen visual correcta. En
otras palabras, nuestra percepción de
los colores rojo o verde resulta del siste-
ma de procesamiento de información.
Ninguna ley física define las caracte-
rísticas de ese sistema, sino que tuvo
que ser inventado por un diseñador
inteligente.
Se podría objetar que la relación
entre la longitud de onda de la luz y los
colores es perfectamente entendida por
los físicos y por ende se puede prever
qué color se verá con cada longitud
de onda. Sí, es verdad, pero sólo par-
cialmente. El espectro de luz visible
es el resultado de leyes físicas precisas
y la forma en la que esas longitudes
de onda son selectivamente reflejadas
por diferentes sustancias es un hecho
consistente en la naturaleza. También
es cierto que podemos predecir qué
longitud de onda será vista como verde,
aunque sólo de manera general. Las
excepciones son la clave para solucionar
este rompecabezas. El hecho de que
la mayoría de nosotros ve color verde
en respuesta a cierta longitud de onda
confirma que el cerebro está programa-
do de forma confiable y podemos tener
la seguridad de ver el verde siempre de
la misma manera. Pero no sucede así
con todos los seres humanos. Algunos
son daltónicos y no pueden diferen-
ciar entre el rojo y el verde. ¿Será que
cuando los ojos de estas personas son
estimulados por la luz cambian las
leyes físicas? Por supuesto que no; la
longitud de onda reflejada por las hojas
de un árbol sigue siendo la misma. La
diferencia está en el sistema óptico y la
interpretación que ocurre en el cerebro,
que se debe a un error en las instruc-
ciones para interpretar las longitudes de
onda verdes y rojas.
Afortunadamente, el daltonismo
no es un problema común y en la
mayoría de los casos se limita al verde
y el rojo. Esto indica que el centro de
interpretación del color en el cerebro
es por lo general muy confiable, pero
aparentemente está subordinado a la
organización del cerebro. Vale decir, los
colores que percibimos no están con-
trolados por las leyes de la naturaleza
sino por la forma en que el Creador
diseñó nuestro cerebro. El color, así
como lo vemos, sólo existe en especies
animales cuyos cerebros generan esa
percepción. En otras palabras, el arco
iris está en nuestro cerebro. Si inventá-
semos un instrumento detector de luz,
sólo podría medir la longitud de onda
pero no podría saber qué colores van a
ser vistos por los humanos una vez que
sus cerebros interpreten esas longitudes
de ondas.
Recuerda ahora el experimento que
describimos anteriormente, en el cual
desconectábamos la conexión del ner-
vio del oído y lo invertíamos. Esta vez
imagínate que desenchufásemos dos
cables, uno del oído y otro del ojo y los
intercambiásemos. Ahora el procesador
de sonido del cerebro recibiría señales
eléctricas desde el ojo y el procesa-
dor de la información visual recibiría
impulsos eléctricos del oído. ¿Qué escu-
charíamos y veríamos? ¡“Escucharíamos
luz” y “veríamos sonido”! No cabe duda
de que nos confundiría bastante porque
el procesador visual no está programa-
do para interpretar información sonora.
Sin embargo, veríamos algún tipo de
imagen generada por las señales audi-
tivas. ¡También escucharíamos sonidos
bastante extraños!
El sentimiento de amor
Rememora algún momento en que
estabas tomando la mano de alguien
a quien amas, disfrutando los sonidos
y colores de un hermoso paisaje de
montaña. Los sentimientos de amor
hicieron que los colores y sonidos
apareciesen más vívidos. ¿Qué leyes
naturales controlan en el cerebro esos
sentimientos, y las experiencias, recuer-
dos y pensamientos que fueron la base
para ese sentimiento de amor? El toque
delicado de la mano de tu amado/a
únicamente estimuló los receptores
táctiles y envió una señal eléctrica hacia
lugares específicos del cerebro. Esto no
parece muy romántico, ¿verdad?
Si nos detenemos aquí, entendemos
la física y la química, pero no el amor
y el romance. Esa experiencia del amor
no se puede describir con leyes físicas o
químicas. Es verdad que las leyes de la
naturaleza mantienen unidas las molé-
culas que componen nuestro cuerpo,
posibilitando la vida. Pero únicamente
tu cerebro fue capaz de discernir el sig-
nificado especial de ese toque y generar
un sentimiento único, diferente del que
hubieses experimentado en respuesta a
otra caricia suave. La amistad, el com-
pañerismo y el amor constituyen una
hermosa red de relaciones que, a su vez,
dependen del sistema de análisis inven-
tado por el Creador, quien lo ubicó en
nuestro cerebro al igual que los centros
de control del sonido y la visión.
Creemos que el amor existe porque
el Creador nos ama y quería que dis-
frutásemos de relaciones que fuesen
más allá que la mera física y química;
relaciones que nos proporcionen el tipo
de alegría y romanticismo que sólo un
Dios personal puede entender y com-
partir con nosotros, para alegrar nues-
tra vida. El amor es una invención de
Dios, quien lo programó en el cerebro.
El amor, al igual que el arco iris, está en
nuestra mente.
Lo ingenioso de nuestro mundo
sensitivo
El sistema sensitivo, compuesto por
la percepción de sonidos, colores, sabor,
tacto y aromas (el aroma también se
13DIÁLOGO 18•2 2006
nos con vínculos de amor y confianza
mutua, porque tenemos la posibilidad
de elegir libremente.
Leonard Brand (Ph.D., Cornell
University) dirige el Departamento de
Ciencias Naturales en la Universidad
de Loma Linda, California. Su email:
lbrand@llu.edu. Ernest Schwab
(Ph.D., Loma Linda University) enseña
anatomía y fisiología en la Facultad de
Ciencias de la Salud de la misma uni-
versidad. Su email: eschwab@llu.edu.
Este artículo fue condensado de un
ensayo más extenso publicado por los
autores en Origins 58 (2005), pp. 45-56.
* Ver L.R.Brand, Faith, Reason, and Earth History
(Berrien Springs, Michigan: Editorial de la
Universidad Adventista de Andrews, 1997) y
Beginnings: Are Science and Scripture Partners in the
Search for Origins? (Nampa, Idaho: Pacific Press,
2006). Ver también L. Spetner, Not by Chance!
Shattering the Modern Theory of Evolution (Brooklyn,
Nueva York: The Judaica Press, 1998).
creemos que es una decisión filosófica
muy válida.
La ciencia puede ayudarnos a com-
prender el funcionamiento del cerebro
y de otros sistemas naturales y cómo
cambian los organismos. Hay suficien-
tes evidencias de la microevolución y la
aparición de nuevas especies, pero hay
también una enorme falta de evidencias
convincentes de que un mecanismo
genético haya podido producir un
nuevo órgano o haya sido posible el
cambio de un tipo básico de animal
en otro.* No podemos probar que un
cerebro no podría haber evolucionado
sin un diseñador inteligente, pero los
científicos que se basan en premisas
naturalistas tienen la responsabilidad
de convencernos de que eso podría
suceder. La ciencia de más alto nivel
no posee evidencias persuasivas de que
algo tan maravilloso como el cerebro
humano podría aparecer sin la inter-
vención de un diseñador que inventó
y entiende un órgano tan sofisticado,
capaz de generar sinfonías e imágenes,
como también sentimientos románticos
que hacen que la vida sea más placen-
tera.
En la cosmovisión del mundo
científico moderno, las leyes físicas y
químicas son la realidad última. Pero
nosotros creemos que Dios es un
ser personal y que en su universo las
relaciones personales son de máxima
importancia. Dios es el inventor y
señor de las leyes de la naturaleza, por
lo tanto las usa en forma consistente
para mantener al universo en funcio-
namiento. Sin embargo, para Dios las
relaciones personales y la capacidad
de deleitarnos con amigos frente a las
maravillas estéticas del universo que el
creó son de mucha mayor importancia
que las leyes naturales. Estas leyes están
a su servicio para tener en el universo
las condiciones que hagan posible su
meta más preciada: la existencia de
seres vivos y pensantes que se relacio-
nan entre sí y con el Creador, y que
responden a su amor.
Nunca podremos comprender a Dios
hasta que entendamos y aceptemos
que para él las leyes naturales son los
medios para establecer en el universo su
mayor prioridad, un contexto en que
los seres humanos podamos relacionar-
percibe siguiendo el mismo proceso)
y la magia del amor es resultado del
procesamiento de la información en
el cerebro y no de leyes del sonido o
longitudes de ondas. La siguiente vez
que asistas a un concierto o estés senta-
do al borde de un bosque al atardecer,
escuchando los cantos de los pájaros y
observando los colores cambiantes de la
puesta del sol, piensa acerca del origen
de todos estos estímulos sensitivos. El
sonido producido por los diversos ins-
trumentos de la orquesta y los diferen-
tes cantos de los pájaros hace vibrar el
aire de una manera única, a la par que
el atardecer está reflejando los rayos
de luz de diferente longitud de onda.
Esto lo estudia la física, pero la ciencia
no produce una sinfonía ni crea una
puesta de sol hermosa. El sonido cau-
tivante de la sinfonía y los impactantes
colores del atardecer son producidos
únicamente por el cerebro. Son regalos
que el Creador nos dio a través de un
conjunto de instrucciones y conexio-
nes que programó en el cerebro y que
permiten a su vez traducir las frías y
precisas vibraciones del aire en algo
que percibimos como exquisitamente
precioso; una experiencia que queremos
compartir con alguien que amamos.
Si un árbol cae en el bosque y no hay
nadie presente para escucharlo, ¿se pro-
duce un sonido? No, el árbol hace que
el aire vibre, pero el sonido ¿se produce
únicamente dentro de nuestro cerebro.
Conclusión
¿A qué se debe que los seres vivos
gocemos de visión, oído, olfato y el
equipamiento necesario para generar
un sentimiento romántico dentro de la
mente? Por más de cien años la ciencia
ha estado explicando este hecho como
el resultado de mutaciones y selección
natural, de procesos naturales pura-
mente impersonales. En este artículo
nosotros sugerimos una interpretación
diferente que nos da una nueva pers-
pectiva de la naturaleza del sonido, el
color, el sabor, la belleza, el amor y el
genio inventivo del Creador que los
ideó. ¿Como podemos estar tan seguros
de que vemos la mano del Creador
en todo esto? A decir verdad no lo
podemos probar, de la misma forma
que nadie lo puede refutar. Nosotros
Anunciamos...
Conferencia
Europea sobre
Fe y Ciencia
1 – 12 de julio de 2007
Patrocinada por la
División Euroafricana y el
Geoscience Research Institute,
la conferencia está abierta a
educadores adventistas intere-
sados en temas sobre orígenes,
evolución, creación, geología
y paleontología.
Para obtener información de ins-
cripción, costos y traslado,
contactar al Dr. Roberto Badenas;
roberto.badenas@euroafrica.org.
El Dr. Raúl Esperante puede
dar informaciones relacionadas
al programa, itinerario, presenta-
ciones y trabajo de campo;
resperante@llu.edu.
14 DIÁLOGO 18•2 2006
Los críticos posmodernos de la
Biblia y la arqueología reciente
Los investigadores que
enfrentan los desafíos del
posmodernismo están recu-
rriendo cada vez más a la
arqueología como la fuente
primaria de información
Michael Hasel
Desde los comienzos de la inves-
tigación arqueológica en el antiguo
Cercano Oriente en 1799,1
ninguna
otra disciplina ha brindado más datos
respecto de las personas, los lugares y
los sucesos de la Biblia. El campo de
trabajo de la arqueología abarca todo
el planeta y busca entender las culturas
y los estilos de vida de la antigüedad
por medio de un estudio de los restos
materiales del pasado. Sus resultados
influyen tanto nuestro conocimiento
de los orígenes como nuestra compren-
sión del presente. Este puente entre lo
que fuimos y lo que hemos llegado a
ser continúa fascinando a muchos con
preguntas penetrantes: ¿Quién soy?
¿De dónde vengo? ¿Por qué estoy aquí?
Hoy, al ir desapareciendo el pensa-
miento modernista, el posmodernismo
ha llegado a ser la base principal en
la formación de una nueva cosmovi-
sión.2
Si bien por sus mismas premisas
filosóficas esta corriente rechaza las
definiciones, Os Guiness lo resume
así: “Mientras el modernismo era un
manifiesto de la confianza propia y la
arrogancia humana, el posmodernismo
es una confesión de modestia o incluso
de desesperanza. No existe la verdad,
sino sólo verdades. No existe una razón
abarcante, sino razones. No existe una
civilización privilegiada (o cultura,
creencia, norma y estilo); sólo una
multiplicidad de culturas, creencias,
normas y estilos. No existe la justicia
universal; sólo intereses que compiten
entre sí”.3
“Esta desilusión con el modernismo
proveniente de la Ilustración”, escri-
be desde Oxford el teólogo Alister
McGrath, ha llevado a la filosofía a un
lugar donde “la única verdad es que la
verdad no existe”.4
Esta premisa básica
ha generado una reinterpretación radi-
cal de la Biblia y una actitud aun más
crítica ante la historia bíblica.
Niels-Peter Lemche, de la Univer-
sidad de Copenhague, afirma que los
genuinos “datos históricos de la his-
toria temprana de Israel no se hallan
en la narrativa histórica del Antiguo
Testamento”, por lo que “no es posible
confiar en la historia bíblica del Israel
primitivo”.5
En otra colección de ensa-
yos de reciente publicación, titulada
Can A “History of Israel” Be Written?,
Hans M. Barstad declara: “Si la verdad
histórica (verificable) es nuestra única
preocupación, la historia de Israel no
sólo sería muy breve (abarcaría unas
diez páginas), sino que también sería
sumamente aburrida”.6
Uno podría descartar estos argu-
mentos académicos y preguntarse qué
impacto directo tienen sobre el pen-
samiento popular. Sin embargo, estas
reinterpretaciones han figurado en los
titulares de periódicos de gran divul-
gación. Un artículo del U.S. News and
World Report se titula: “La pelea por la
historia”.7
Un libro popular de Israel
Finkelstein y Neil Asher Silberman
titulado The Bible Unearthed, propo-
ne la interpretación revisionista del
antiguo Israel, según la cual “la saga
histórica contenida en la Biblia desde
el encuentro de Abraham con Dios...
hasta el surgimiento y la caída de los
reinos de Israel y Judá no fue una reve-
lación milagrosa, sino un deslumbrante
producto de la imaginación humana”.8
Muchos de los que leen estas interpre-
taciones enfrentan serios interrogantes
sobre la validez histórica de la Biblia.9
O, como lo expresa el título de un
éxito editorial reciente: Is the Bible
True? 10
Para el posmoderno, estas
preguntas son cada vez más relevantes
y, para el cristiano de convicciones
bíblicas, resultan esenciales si quiere
mantener sus creencias en un mundo
cambiante.
William G. Dever, uno de los más
famosos arqueólogos dedicados al
Cercano Oriente, se refiere a estos ata-
ques en un libro de reciente aparición
titulado: What Did the Biblical Writers
Know and When Did They Know It?
“La ironía es que los más mortíferos
ataques contra la Biblia y su veracidad,
ya sea histórica o teológica, no pro-
vienen de sus enemigos tradicionales
–ateos, escépticos, o ‘comunistas ateos’
tan temidos por los creyentes sino de
los amigos bien intencionados de la
Biblia”.11
La arqueología es una de las discipli-
nas que nos ayudan a defendernos del
revisionismo posmoderno, gracias al
esfuerzo de cientos de arqueólogos que
trabajan cada año para revelar el pasa-
do. Los descubrimientos de los últimos
quince años han brindado argumentos
convincentes que, apoyados por evi-
dencias concretas, contrarrestan la crí-
tica posmoderna. A continuación men-
cionaremos apenas algunos de ellos.
Personajes: David y Goliat
A través de las generaciones, el relato
de David y Goliat ha captado la imagi-
nación de los estudiantes de la Biblia.
Es el relato de fe de un jovencito iner-
me que enfrenta al campeón filisteo
armado. Es la historia de un ejército
israelita que tiembla en el Valle de Ela
mientras los filisteos se burlan de Dios.
Cinco piedras contra un escudo de
hierro, un yelmo y una espada. Pero
¿cuál es la historia detrás de la historia?
¿Existieron David y Goliat?
Philip Davies, profesor de estudios
bíblicos en la Universidad de Sheffield,
declaró en 1992: “El ‘imperio’ bíblico
de David y Salomón aún no cuenta
con el mínimo eco en los registros
arqueológicos”.12
Concluyó propo-
niendo que David y Salomón eran tan
históricos como el Rey Arturo de la
Mesa Redonda. Pero este argumento
15DIÁLOGO 18•2 2006
se basa en el silencio. Según Davies y
otros investigadores posmodernos, los
personajes y relatos de la Biblia deben
tener una confirmación histórica, esto
es, arqueológica. “A menos que se
haga esto, no puede existir una base
real para aducir que el ‘Israel’ bíblico
posee alguna relación especial con la
historia”.13
En otras palabras, la Biblia
es culpable hasta que sea probada ino-
cente.14
Pero tales argumentos son peli-
grosos para cualquier disciplina y, con
cientos de arqueólogos que trabajan
hoy en día en el Medio Oriente, puede
ser devastador.
En 1993 los arqueólogos hicieron
un notable hallazgo en Tel Dan, en el
norte de Israel. Fuera de la puerta de la
ciudad se halló una piedra de basalto
que había sido reutilizada en el muro.
Cuando uno de los asistentes dio vuel-
ta la piedra, notó una inscripción. El
responsable de la excavación junto con
un lingüista publicaron más tarde el
texto, que mencionaba la victoria del
monarca arameo Ben Hadad, en el
cual éste se jactaba de haber derrotado
a la “casa de David” y a la “casa de
Israel”. Tomando como base el tipo de
escritura, la inscripción ha sido fecha-
da alrededor del 850 a.C., y resulta
significativa porque por vez primera
se menciona la palabra David. Se uti-
liza aquí en el contexto de “la casa de
David”, el nombre de la dinastía de
Judá también utilizado en la Biblia (1
Reyes 12:26; 14:8; 2 Reyes 17:21).
Lo importante es que no tiene sentido
mencionar una dinastía de alguien
inexistente.
El verano pasado un descubrimiento
arqueológico iluminó aún más el relato
de David y Goliat. Según la Biblia,
Goliat provenía de Gat (1 Samuel
17:4), una de las cinco ciudades de los
filisteos. Las excavaciones modernas en
el sitio (Tel es Safi), dirigidas en 2005
por Aren Maier, de la Universidad Bar
Ilan de Tel Aviv, hallaron un fragmento
quebrado de cerámica con una ins-
cripción. Según el Dr. Maier, en una
conferencia presentada en noviembre
de 2005,15
las letras corresponden al
alfabeto protocananeo (en letras semí-
ticas). Los caracteres sin vocales son
ALWT y WLT. Aunque los caracteres
son semíticos, el idioma utilizado es
indoeuropeo. Los nombres pueden
ser interpretados como “Wylattes o
Alyattes”. Para el oído israelita esto
podía sonar como Wyllattes/WLT/
Goliat. Resulta significativo que los
nombres estén escritos en lengua indo-
europea con caracteres semíticos, ya
que nos remite a un origen egeo (grie-
go), que es el lugar de donde según la
Biblia provienen los filisteos (Génesis
10:14; Jeremías 47:4; Amós 9:7). Que
estén en caracteres semíticos indica
algún tipo de adaptación de la lengua
escrita al medio ambiente cananeo
donde se establecieron los filisteos.
Esta inscripción fue hallada por
debajo de la destrucción masiva de
la ciudad, que los arqueólogos han
identificado con la campaña militar
de Hazael de Siria (2 Reyes 12:17). La
inscripción está por lo tanto sellada
en un contexto estratigráfico y puede
ser datada entre los siglos X y IX a.C.
(aproximadamente entre 950 y 880
a.C.). El contexto es importante, ya
que establece que el nombre Goliat
era conocido en la ciudad filistea de
Gat alrededor de 70 años después de
que se registrara el evento bíblico de
1 Samuel 17. El Dr. Maier, arqueólogo
muy respetado y actualmente direc-
tor del Instituto de Arqueología de la
Universidad Bar Ilan, concluye que
aunque probablemente la inscripción
no se refiera directamente al Goliat
bíblico, señala “un Goliat o más bien
dos nombres como el de Goliat”. Esto
afirma que estos nombres eran utiliza-
dos en la ciudad filistea de Gat algunos
años después de que la Biblia registrara
el conflicto entre David y Goliat.
Lugares y ciudades: Hazor, Gezer y la
monarquía unificada
Según 1 Reyes 9:15-16, Salomón
volvió a fortificar las ciudades de
Hazor, Meguido, Gezer y Jerusalén.
¿Qué evidencias arqueológicas existen
de esto? Mientras trabajaban en Hazor
en la década de 1950, los arqueólogos
descubrieron una puerta monumental
que databa del tiempo de Salomón.
Yigael Yadin, el investigador de la
Universidad Hebrea, predijo que se
hallarían puertas similares en las otras
ciudades mencionadas en el texto
bíblico y su hipótesis fue demostrada.
Hacia fines de la década de 1960, las
excavaciones de Gezer revelaron una
puerta de arquitectura similar, y los
arqueólogos la fecharon en el siglo X,
la época de Salomón. Textos hallados
en ambas excavaciones confirman la
identificación de esos lugares como
Hazor y Gezer. Pero los eruditos pos-
modernos comenzaron a cuestionar
su relación con las actividades de
Salomón y declararon que la puerta
debía ser datada con una fecha poste-
rior”.16
En 1990, tuve el privilegio de par-
ticipar en nuevas excavaciones en
Gezer. Allí, mientras trabajábamos con
el profesor William G. Dever, de la
Universidad de Arizona, descubrimos
la evidencia necesaria para afirmar
con absoluta seguridad que la puerta
correspondía al siglo X.17
Más recien-
temente, en los últimos tres veranos
(2004-2006), la Southern Adventist
University ha estado participando
en las nuevas excavaciones en Hazor,
el sitio más extenso del Antiguo
Testamento en Israel.18
Estos dos
lugares han brindado evidencias impre-
sionantes del período de Salomón. En
las puertas de estas ciudades y sus áreas
asociadas se halló alfarería roja y puli-
da. La arquitectura de ambas puertas
constaba de piedras de cantera cuida-
dosamente cortadas que nos recuerdan
la descripción bíblica de los obreros
fenicios contratados por Salomón para
completar la obra. Hoy en día, los
arqueólogos continúan desenterrando
evidencias que confirman las descrip-
ciones bíblicas del siglo X.
Política y culturas: Canaán y Filistea
Niels-Peter Lemche ha declarado
audazmente que Canaán y los cana-
neos no estaban bien definidos como
16 DIÁLOGO 18•2 2006
pueblo en el segundo milenio a.C.
En su libro The Canaanites and Their
Land, afirma: “Es evidente que los
habitantes del supuesto territorio cana-
neo de Asia Occidental no tenían idea
clara del tamaño real de este territorio,
ni sabían exactamente dónde estaba
situada Canaán”.19
Y añade, “los cana-
neos del Cercano Oriente no sabían
que eran cananeos”.20
Sus conclusiones
han sido cuestionadas,21
pero Lemche
ha mantenido su interpretación de
las fuentes históricas, que denomina
“imprecisas” y “ambiguas”.
Esta historia revisionista de Canaán
y los cananeos no encuentra apoyo en
las evidencias arqueológicas disponi-
bles. El término Canaán aparece por
primera vez en textos antiguos del
Cercano Oriente, y es a partir de éstos
que los arqueólogos han definido la
región. Textos de la antigua ciudad de
Ebla, ubicada en Siria (c. 2400 a.C.),
mencionan por vez primera a Canaán
refiriéndose a una tierra o región.
Archivos de antiguos textos cuneifor-
mes de Alalaj y Mari también indican
que los pobladores de esta región eran
conocidos como cananeos, y se hacen
claras distinciones entre éste y otros
grupos. Las cartas de Amarna halladas
en Egipto brindan la documentación
más útil respecto de la organización
política de Canaán alrededor del 1400
a.C. En ellas, frases tales como “toda
Canaán”, “las ciudades de Canaán”,
“las tierras de Canaán” y “la tierra
de Canaán” nombran a una entidad
geográfica con fronteras definidas que
constituyen esa provincia egipcia en el
oeste de Asia.22
Los egipcios se refieren quince veces
a Canaán y los cananeos en registros
de campañas militares a la región. En
estas descripciones, los habitantes no
sólo son descritos sino también repre-
sentados en los relieves de paredes de
templos egipcios. Las imágenes de
estos relieves muestran que Canaán era
un territorio con ciudades y habitantes,
que se extendía desde Gaza en el sur
hasta el sur del Líbano moderno.23
De
estos textos excavados por los arqueó-
logos, ciertamente hay todavía mucho
para revelar de ese antiguo territorio
mencionado en las Escrituras.
La Biblia describe a los filisteos
como un grupo que se originó en
Caftor o Creta (Génesis 10:14;
Jeremías 47:4; Amós 9:7). En 1992,
Thomas L. Thompson escribió: “Eso
de que los ‘filisteos’ deben ser entendi-
dos como representantes de una pobla-
ción extranjera invasora de Palestina
debe negarse sin dudar”.24
Afirmó
que las evidencias arqueológicas eran
“superficiales” y declaró: “La alfarería
‘filistea’ no es reflejo del pueblo filisteo.
Tampoco existe un justificativo para
ver a los alfareros filisteos como inmi-
grantes o descendientes de estos...; la
alfarería más bien refleja una síntesis
de las tradiciones de más de un grupo
poblacional”.25
Desafortunadamente
para Thompson, no ha habido avances
de esta hipótesis respecto de la alfarería
y otros objetos materiales. Por el con-
trario, durante los últimos 20 años la
arqueología ha iluminado ampliamente
la existencia de los filisteos menciona-
dos en la Biblia.
Basándose en los textos y la alfarería
egipcia (pintada con los mismos moti-
vos de utensilios micenos y de otros
egeos), los filisteos han sido vistos
tradicionalmente no como un grupo
originario sino como conquistadores o
inmigrantes del mundo egeo. Los relie-
ves egipcios de Ramsés III en Medinet
Habu ilustran a estos “Pueblos del
Mar” llegando en embarcaciones o en
carros, por tierra. El papiro Harris I
afirma que el dicho egipcio “los filis-
teos fueron hechos cenizas” se refería a
su desaparición ante el poderío militar
de Egipto.26
Puede citarse el registro arqueoló-
gico en apoyo a esta interpretación.
La devastación de sitios en todo el sur
de Palestina durante el período de la
transición del Bronce Tardío al Hierro
Temprano ha sido atribuida a estos
“Pueblos del Mar” del mundo egeo
(griego). Luego de estas destrucciones,
los restos de alfarería de ciudades filis-
teas como Ascalón, Asdod, Tel Miqne-
Ecrón y Tel Qasile revelaron nuevos
utensilios con influencias egeas.27
Además, los análisis por activación de
neutrones han confirmado que esta
alfarería fue manufacturada en la zona
en vez de haber sido importada. Entre
los nuevos tipos de arquitectura que
indican influencias egeas se encuen-
tran (1) salas principales en Ecrón y
Qasile con construcciones similares
en Pilos, Micenas y Tiryns, Grecia; y
(2) características de la construcción
egea evidentes en Ecrón. Asimismo,
las influencias religiosas son atribuidas
a la estatuilla “Asdoda”, similar a las
de Micenas. Las excavaciones en estos
y otros sitios indican que la cultura
filistea era sofisticada y avanzada en
comparación con la de los israelitas
contemporáneos.28
No es de extrañar
que Sansón se sintiera tentado a des-
cender a las poblaciones de los filisteos
(Jueces 14:1).
Conclusión
La arqueología representa una de
las pocas disciplinas que se ocupa
exclusivamente de antiguos artefactos,
edificaciones, ciudades y terrenos, es
decir, realidades tangibles y tridimen-
sionales que, aunque cubiertas por las
arenas del tiempo, dan testimonio de
pueblos, lugares y sucesos del pasado.
A medida que año a año estos monu-
mentos siguen siendo descubiertos, el
mundo de la Biblia emerge más com-
pleto, brindándonos vislumbres de su
rico y variado entorno.
Es necesario continuar realizando
cuidadosas investigaciones arqueológi-
cas en el Oriente Medio. Los eruditos
e historiadores bíblicos que ahora
deben enfrentar los desafíos del pos-
modernismo recurren cada vez más a la
arqueología como la fuente primaria de
información sobre la historia bíblica.
Si bien esta disciplina aún se halla en
su infancia, está comenzando a aportar
los detalles faltantes del gran relato
bíblico desde sus primeros comienzos.
En esa búsqueda, las afirmaciones revi-
Continúa en la página 35
17DIÁLOGO 18•2 2006
FORO ABIERTO
El cristiano ante las elecciones políticas
Pronto se celebrarán las elecciones en
mi país y voy a votar por primera vez.
Los eslóganes políticos y las declaraciones
contradictorias de los diferentes candidatos
no me están ayudando a decidir cuál de
ellos es el más calificado y confiable. La ley
de mi país requiere que todos los ciuda-
danos participemos en el proceso electoral.
Algunos de mis amigos me están instando
a votar en blanco para así dejar que Dios
simplemente haga su voluntad soberana al
respecto, pues dicen que según la Biblia:
“‘Él quita reyes y pone reyes’” (Daniel 2:
21). ¿Qué consejo puede darme?
Respeto la manera de pensar de tus
amigos, pero no creo que al votar en
blanco estén de alguna manera allanan-
do el camino a la “voluntad política” de
Dios, en caso de que tal cosa existiera.
Siguiendo el mismo razonamiento, si
nada puede impedir que Dios cumpla
su voluntad, daría lo mismo votar por
cualquier candidato; ¿no te parece? Creo
que Dios actúa en el mundo y en la his-
toria por medio de seres humanos dis-
puestos a servir como sus agentes, de la
misma manera como lo hace el mal. La
única diferencia es que el mal siempre
ha tenido voluntarios de sobra.
Desafortunadamente, en muchos
casos el resultado de una elección tiene
poco que ver con la voluntad de Dios.
Por ejemplo, en Oseas 8: 4 el Señor
dice: “‘Establecieron reyes, pero no esco-
gidos por mí; constituyeron príncipes,
mas yo no lo supe’” (RV, 1960).
En la mayoría de los sistemas elec-
torales, los votos en blanco terminan
favoreciendo al candidato más votado.
Eres afortunado de vivir en un país en
el que tienes el privilegio de expresar
tus preferencias políticas. Recuerda que,
como alguien dijo hace mucho tiempo,
aun “la peor de las democracias es mejor
que la mejor de las dictaduras”. Tu voto
cuenta.
Jesús indicó que los seres humanos
tenemos que cumplir ciertas responsabi-
lidades para con Dios y con las autori-
dades que ejercen el poder de gobernar
la sociedad en la que vivimos (Mateo
22: 21; ver también Hechos 5: 29). Por
esa razón, y a pesar de las imperfeccio-
nes de todo sistema político y electoral,
ten en cuenta las siguientes preguntas
orientadoras a la hora de evaluar a cada
candidato y mientras te preparas para
emitir tu voto:
¿Qué se conoce de la actividad polí-
tica pasada de cada candidato? ¿Qué
iniciativas tomaron y llevaron a cabo?
¿Han sido fieles en el cumplimiento de
sus promesas electorales o terminaron
cediendo a presiones y acomodándose
a intereses sectoriales? ¿Cómo adminis-
traron los fondos públicos? ¿Cuál es la
plataforma ideológica de los partidos
que los respaldan? ¿En qué medida con-
cuerdan sus proyectos y planes con los
principios éticos expresados en la Biblia?
¿Quiénes son sus compañeros de fórmu-
la y sus asesores?
¿Has leído sus declaraciones públicas?
¿Sus propuestas son realistas o simple-
mente están formuladas para captar el
voto popular? ¿Hay buenas razones para
confiar en que serán transparentes en el
ejercicio de su función en caso de resul-
tar electos? ¿Puede esperarse que respe-
ten y hagan respetar el funcionamiento
independiente de los poderes legislativo
y judicial? ¿Es razonable creer que pro-
tegerán la libertad de conciencia y de
expresión de todos los ciudadanos?
Hasta donde se sepa, ¿es la conduc-
ta personal del candidato un ejemplo
digno de ser imitado? ¿Serán su entorno
familiar inmediato y su vida privada un
apoyo o un obstáculo para su función
como líder y modelo de la comunidad?
Hay que reconocer que en un mundo
imperfecto, algunas de estas preguntas
son difíciles de responder. No obstante,
este ejercicio te ayudará a desarrollar y
tonificar tu musculatura cívica. Sé por
experiencia que a menudo uno termina
votando por el candidato que reúne
los requerimientos básicos, y que es el
menos objetable de acuerdo con nues-
tras convicciones. Como cristiano, es tu
responsabilidad evaluar, decidir y ejercer
tus derechos de ciudadano. Te animo,
pues, a orar por el futuro de tu país y a
votar de manera inteligente y con una
conciencia esclarecida.
Hugo A. Cotro está completando
sus estudios doctorales en Andrews
University, Michigan. El contenido de
esta sección ha sido adaptado de su
libro ¿Qué dice la Biblia? Respuestas bíbli-
cas para sus interrogantes (Buenos Aires,
Argentina: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 2005).
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gratuita para la
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colegio superior o
universidad!
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Diálogo, 12501 Old Columbia Pike; Silver
Spring, MD 20904-6600; EE. UU.
18 DIÁLOGO 18•2 2006
Rafael Falcó Güell
Diálogo con un pintor adventista catalán
PERFIL
Rafael Falcó Güell nació cerca de
Barcelona, España. Cuando tenía ape-
nas doce años, perdió a sus padres,
quedando al cuidado de sus tíos.
Desdepequeñodisfrutabadibujandoy
pintando, y hasta hoy no ha dejado de
hacerlo.
A los 22 años una beca le permi-
tió estudiar bellas artes en Madrid.
El museo Sorolla lo cautivó muchas
horas, contemplando las obras del
gran maestro impresionista valenciano
Joaquín Sorolla, llenas de luz y color.
Bajo su influjo el joven artista pintó
numerosas escenas de niños jugando
al sol en la playa, que revelan la fasci-
nación ejercida sobre el pintor por los
reflejos de la luz en el agua. Este será
uno de sus temas preferidos a lo largo
de toda su vida profesional.
De regreso en Barcelona, el joven
Falcó fue admitido en la escuela impre-
sionista de Rafael Benet y pronto se
revelócomounalumnoaventajado.Allí
conoció a numeros artistas, y en 1965
compartió su estudio con el famoso
pintor Gabino Rey. También allí, en
1968, Falcó Güell participó por pri-
mera vez en una exposición colectiva.
Sólo dos años más tarde pudo presen-
tar su primera exposición individual, en
la prestigiosa Sala Jaime de Barcelona,
con sus temas favoritos: niños jugando
en la playa y paisajes de la Costa Brava,
esa bella región del mar Mediterráneo.
En 1970 vivió en Paris, donde pintó
temas locales que expuso en Barcelona
y en otras ciudades de Cataluña. Cinco
años más tarde, el norteamericano
Herbert Arnot, experto en arte de la
galería Arnot de Nueva York, se inte-
resó tanto por el estilo de Falcó Güell
que adquirió casi toda su obra de
varios años.
De 1985 a 1994 ejerció como profe-
sor en la escuela Rusc de Bellas Artes,
en Blanes (Barcelona), enseñando a los
jóvenes aspirantes los misterios y las
técnicas del oficio y compartiendo con
ellos su pasión por la pintura. (El retra-
to de Falcó, que aparece más arriba a
la izquierda, fue pintado por una de sus
estudiantes, Cristina Jeremías, quien se
lo dedicó.)
Durante este período visitó Venecia
ennumerosasocasiones,dejandoluego
reflejados en unos 400 cuadros los
rincones y escenas que han hecho
famosa a esta ciudad. Los motivos
venecianos le aportaron constantes
éxitos en todas sus exposiciones, tanto
en Estados Unidos, como en Francia,
Suiza, Alemania e Italia. Su exposi-
ción en Barcelona durante los Juegos
Olímpicos de 1992 le trajo elogios de
los críticos de arte de toda Europa.
Rafael Falcó Güell y su esposa son
miembros de la iglesia adventista de
Urgell en Barcelona.
¿Cuándo empezó usted a pintar y
quien le apoyó en sus inicios?
Cuando cumplí 7 años mi padre me
regaló una caja de acuarelas. Ese fue
el primer paso y desde entonces no he
dejado de pintar. Visitando galerías
de arte y museos sucumbí al hechizo
de la belleza del arte y descubrí en mi
interior el deseo latente de pintar. Más
tarde comprendí que ese talento era
un regalo de Dios, que yo podía hacer
florecer.
¿Qué ha sido lo más difícil de su carre-
ra?
De joven trabajaba de mecánico,
pero en mi tiempo libre disfrutaba
pintando. Como pintor, mi primer
desafío fue el económico. Nadie quiere
comprar cuadros de un artista desco-
nocido; toma bastante tiempo darse a
conocer como pintor profesional. Poco
a poco fui subiendo la cuesta y un día
me sorprendió el éxito de mi primera
exposición. A partir de entonces empe-
cé a vivir de mi trabajo como pintor.
¿Cuáles son sus temas favoritos?
Más que nada, los paisajes. El mar, la
playa, los pueblos de montaña siempre
me han atraído. Pero también pinto la
vida en las grandes ciudades. Me gus-
tan sobre todo Venecia y Barcelona. La
vida es interesante en todas sus formas,
pero me siento más libre pintando la
naturaleza, y jugando con los colores
y la luz.
19DIÁLOGO 18•2 2006
¿Cómo define usted su estilo?
Nunca he intentado tener un estilo
especial. El estilo viene solo. Los espe-
cialistas lo llaman “nuevo impresionis-
mo”. Yo no lo discuto.
Usted es un pintor de éxito. ¿A qué cree
que se debe?
Para mí el éxito no es cuestión de
dinero sino de satisfacción. El verda-
dero éxito viene de la calidad del tra-
bajo realizado y de la satisfacción que
produce el resultado final. Mi manera
de pintar la luz y los colores gusta a
mucha gente. El secreto está en una
mezcla de honradez y talento.
¿Qué le hace feliz a usted como artis-
ta?
En un mundo caído como es el
nuestro, la felicidad absoluta no existe.
Necesitamos buscarla haciendo bien
lo que tenemos que hacer. Yo disfruto
reflejando en mis cuadros un poco de
la belleza que percibo en la creación
de Dios. Terminar un cuadro, sea de
encargo o no, y pasarlo a su nuevo
propietario es para mi un motivo de
satisfacción y de sufrimiento al mismo
tiempo. De satisfacción, porque sé que
mi obra hace feliz a alguien, aportando
belleza a su entorno. De sufrimiento
porque nunca más voy a tener esta
obra. Pero todo pintor sabe que debe
asumir ambos aspectos de su profesión.
¿Influye su fe en su visión del arte?
¿Tiene su obra algún mensaje?
Por cierto que la visión de la vida
repercute en el trabajo, y más aún sien-
do pintor. Veo a Dios en todo lo que
miro, y eso afecta la manera en que
percibo los pinceles y los lienzos. Pero
nunca he intentado transmitir ningún
mensaje oculto; dejo que la belleza
del arte hable por sí misma. Cuando
pinto no hago más que transcribir lo
que recibo, lo que veo, lo que siento.
Me gusta pensar que soy un copista,
un imitador, un adorador de Dios, a
través de mi obra.
¿Cómo su vida de familia afecta a su
trabajo?
Mi familia me ayuda. Sin su apoyo y
colaboración sería muy difícil concen-
trarme en una actividad tan sensible
como la mía. Aunque no siempre me
gusten algunas de las críticas de ellos
hacia mis cuadros, muy a menudo
debo aceptar que tienen razón, y que
estos comentarios resultan positivos.
¿Cómo conoció usted la Iglesia
Adventista?
Después del servicio militar conocí
a una familia adventista en Barcelona.
Me gustaba su hija, y ésta me llevó a la
iglesia. Nos casamos y desde entonces
seguimos felices juntos, y en la iglesia.
¿Se siente usted apoyado por la iglesia
en su profesión?
En general sí. Mis amigos de la igle-
sia siempre me han animado y aprecia-
do mi trabajo. Pero debo confesar que
muchos miembros de iglesia no tienen
ningún interés especial ni por la pintu-
ra ni por el arte.
¿Qué aconsejaría usted a los jóvenes
adventistas que quieren ser pintores?
Decidir dedicarse a la pintura es
un asunto muy personal. Un don es
algo recibido de Dios. El arte es algo
serio que comporta por un lado dones
y talentos y por otro convicciones y
determinación. Si alguien se siente lla-
mado en esta dirección, adelante.
Entrevista por
Roberto Badenas
Roberto Badenas (Ph.D., Andrews
University) es el director del
Departamento de Educación y el
representante de Dialógo en la División
Euroafricana. Su email: roberto.bade-
nas@euroafrica.org.
Rafael Falcó Güell puede ser contacta-
do mediante su dirección electrónica:
rfalcoguell@hotmail.com.
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Dialogo universitario con nancy van pel

  • 1. 2 El diseño inteligente y sus críticos ¿Amor verdadero o enamoramiento caprichoso? El arco iris está en tu cerebro Los críticos, la Biblia y la arqueología El Código Da Vinci Volumen 18 E s p a ñ o l • F r a n c é s • I n g l é s • P o r t u g u é s
  • 2. DIÁLOGO 18•2 2006 DIVISIÓN AFRICAna CENTRO- OCCIDENTAL 22 Boîte Postale 1764,Abidjan 22, COSTA DE MARFIL Chiemela Ikonne 110525.1700@compuserve.com Emmanuel Nlo Nlo 104474.235@compuserve.com DIVISIÓN AFRICAna CENTRO-ORIENTAL P.O. Box 14756, 00800-Westlands, Nairobi, KENIA Hudson E. Kibuuka kibuukah@ecd.adventist.org MulumbaTschimanga bresilien54@yahoo.com DIVISIÓN AFRICAna MERIDIONALY OCÉANO ÍNDICO P.O. Box H.G., 100 Highlands, Harare, ZIMBABWE Ellah Kamwendo kamwendoe@sid.adventist.org Eugene Fransch fransche@sid.adventist.org DIVISIÓN ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE P.O. Box 43, Koyang Ilsan 411-600, COREA ChekYat Phoon cyphoon@nsdadventist.org Joshua Shin joshuashin@nsdadventist.org DIVISIÓN ASIÁTICA DEL PACÍFICO SUR P.O. Box 040, 4118 Silang, Cavite, FILIPINAS Stephen Guptill sguptill@ssd.org JobbieYabut jyabut@ssd.org DIVISIÓN DEL PACÍFICO SUR Locked Bag 2014,Wahroonga, N.S.W. 2076, AUSTRALIA Barry Hill bhill@adventist.org.au Gilbert Cangy grcangy@adventist.org.au DIVISIÓN EUROAFRICANA Schosshaldenstrasse 17, 3006 Berna, SUIZA Roberto Badenas roberto.badenas@euroafrica.org Corrado Cozzi corrado.cozzi@euroafrica.org DIVISIÓN EUROASIÁTICA Krasnoyarskaya Street 3, 107589 Moscú, FED. RUSA Guillermo Biaggi gebiaggi@esd-sda.ru Peter Sirotkin psirotkin@ead-sad.ru DIVISIÓN INTERAMERICANA P.O. Box 830518, Miami, FL 33283-0518, EE.UU. MoisésVelázquez Velazquezmo@interamerica.org Bernardo Rodríguez bernardo@interamerica.org DIVISIÓN NORTEAMERICANA 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Gerald Kovalski Gerald.Kovalski@nad.adventist.org James Black james.black@nad.adventist.org Martin Feldbush martin.feldbush@nad.adventist.org DIVISIÓN SUDAMERICANA Caixa Postal 02600, Brasilia, 70279-970 DF, BRASIL Carlos Mesa carlos.mesa@dsa.org.br Erton Kohler erton.kohler@dsa.org.br DIVISIÓN SUDASIÁTICA P.O. Box 2, HCF Hosur, 635 110Tamil Nadu, INDIA Nageshwara Rao gnageshwarrao@sud-adventist.org Lionel Lyngdoh lyngdoh@sud-adventist.org DIVISIÓNTRANSEUROPEA 119 St. Peter’s St., St.Albans, Herts,AL13EY, INGLATERRA Daniel Duda dduda@ted-adventist.org PaulTompkins ptompkins@ted-adventist.org REPRESENTANTES REGIONALES El diseño inteligente y sus críticos El debate actual en torno al diseño inteligente (DI) es de naturaleza ideológica, ya que los evolucionistas procuran mantener la hegemonía de la cosmovisión ateísta. John C.Walton ¿Amor verdadero o enamoramiento caprichoso? Cómo detectar la diferencia El enamoramiento caprichoso quiere apresurar la relación, mientras que el amor puede sobrevivir la prueba del tiempo y prepararte para un matrimonio armonioso. Nancy Van Pelt El arco iris está en tu cerebro Colores, sonidos y aromas son percibidos e interpretados por un sistema nervioso diseñado con precisión. Leonard Brand y Ernest Schwab Los críticos posmodernos de la Biblia y la arqueo- logía reciente Los investigadores que enfrentan los desafíos del posmodernismo están recurriendo cada vez más a la arqueología como la fuente primaria de información sobre la historia bíblica. Michael Hasel 5 8 11 ENSAYOS CONTENIDO DEPARTAMENTOS EDITORIAL Una carta leída por todos Julieta Rasi TRANSICIÓN Gratitud y bienvenida FORO ABIERTO El cristiano ante las elecciones políticas Hugo A. Cotro PerFILES Rafael Falcó Güell Roberto Badenas Michelle Chin Jane Sabes Logos Cómo temer a Dios sin tener miedo Ervin K.Thomsen punto de vista El Código Da Vinci: ¿Realidad o ficción? Maxine Bingham y Ron Bingham LIBROS Daniel:A Reader's Guide (William H. Shea) Humberto R.Treiyer Evidences for Creation (George Javor) Raúl Esperante Origin by Design (Harold G. Coffin with Robert H. Brown and R. James Gibson) Henry Zuill Para tu informaciÓn Filosofía adventista sobre la música VIDA UNIVERSITARIA En diálogo con los testigos de Jehová Daniel Belvedere PRIMERA PERSONA Los milagros de la oración Caroline V. Katemba Tobing Suplemento Portafolio de Rafael Falcó Güell 3 18 22 32 34 30 27 14 24 17 4 20 26 26
  • 3. DIÁLOGO 18•2 2006 Hace algunas décadas, varios sociólogos predecían que la religión estaba en camino a desapa- recer, por lo menos en el mundo occidental. Afirmaban que sería desplazada por los notables avances en la educación y en las ciencias. Sin embargo, a pesar de los escándalos que han sacudido a algunas iglesias y a la marcada disminución de miembros en otras, la religión como tal no ha dejado de existir. Por el contrario, las recientes corrientes migratorias han traído al Occidente a muchos adeptos del islam, el budismo y el hinduismo, quienes a su vez atraen a nuevos seguidores. Además, se observa un florecimiento de nuevas expresiones religiosas. Es que el Creador nos ha diseñado como criaturas espirituales, y a pesar de que a menudo nos confundimos y nos desviamos, la gran mayoría de los seres humanos buscamos comunicarnos con la Divinidad. Este acontecer espiritual y religioso también vibra en el recinto universitario. Una encuesta reciente entre 100.000 universitarios estadounidenses del primer año mostró que el 48 por ciento de los participantes consideraban que era “muy importante” y “esencial” que las uni- versidades fomentaran la expresión personal de la espiritualidad. Hace poco la Universidad Stanford dedicó casi 3 millones de dólares a renovar un salón dedicado a reuniones religiosas. Allí acudirán a adorar por turno los cristianos trayendo sus símbolos religiosos: los musulma- nes sus alfombras, los hindúes sus santuarios, etc., y la Universidad Johns Hopkins ha remode- lado un antiguo templo metodista, dedicándolo a diversas actividades espirituales. Esta realidad contemporánea nos recuerda las múltiples expresiones religiosas e ideológicas del mundo en que vivieron el apóstol Pablo y los primeros cristianos. ¿De qué manera te relacionas tú, como adventista, con este entorno multifacético? ¿Te mantendrás silencioso o abandonarás tu amistad con Jesucristo y tu fidelidad a la Biblia? Permíteme animarte a hacer lo siguiente: Conoce bien lo que crees. Profundiza tu propia fe, estudia la Biblia personalmente y con un grupo de amigos adventistas. Reflexiona sobre las doctrinas básicas del adventismo. Dedica tiempo cada día a leer un pasaje devocional y a conversar con Dios en oración. Con tu espíritu renovado y tu fe fortalecida enfrentarás con éxito los desafíos cotidianos. Vive lo que crees. Sea que te des cuenta o no, tus amigos, profesores y muchos otros con quienes te relacionas observan tu conducta. ¿Qué convicciones revelan tus palabras, tus priori- dades y tu estilo de vida? ¿Hay coherencia entre el cristianismo que profesas y tus acciones? Si has tropezado, pídele a Dios que te perdone y que te ayude a representarlo dignamente donde- quiera estés. Comparte lo que crees. En su gran plan, Dios te ha traído a la universidad no sólo para obte- ner un diploma y prepararte para una profesión, sino también para actuar como un embajador de Jesucristo. Quizá tú seas la única persona que puede compartir con un compañero de estu- dios o un profesor la verdad salvadora del Evangelio. Recuerda las memorables palabras del apóstol Pablo: “Ustedes son una carta escrita por Cristo mismo; una carta que no ha sido escrita con tinta sino con el Espíritu del Dios vivien- te..., la cual todos conocen y pueden leer” (2 Corintios 3: 3, 2, DHH). Durante los últimos 15 años he tenido el placer y el honor de ser la coordinadora editorial de Diálogo Universitario; pero ha llegado el momento de entregar esta responsabilidad a mi sucesora. Al despedirme con afecto cristiano, ruego al Señor que te bendiga en tus estudios, en tu profesión y en tu misión como embajador de Cristo. ¡Hasta que nos encontremos otra vez! EDITORIAL Una carta leída por todos Esta revista internacional de fe, pensamiento y acción, se publica tres veces al año, en cuatro ediciones paralelas (español, francés, inglés y portugués), bajo los auspicios de la Comisión de Apoyo a Universitarios y Profesionales Adventistas (CAUPA) de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Volumen 18, Número 2. Copyright © 2006, de la Comisión de CAUPA. Todos los derechos son reservados. Diálogo Universitario afirma las creencias fundamentales de la Iglesia Adventista y apoya su misión. No obstante, los puntos de vista expresa- dos en los artículos corresponden a los autores. Junta Editorial Redactor en Jefe: Humberto M. Rasi Director: John M. Fowler Director Asociado: Martin Feldbush Redactora: Susana Schulz Secretaria Editorial: Esther Rodríguez Ediciones Internacionales: Susana Schulz Revisores de Manuscritos: Corinne Egasse (Francés) César Luis Pagani (Portugués) Susana Schulz (Español) Correspondencia Editorial Diálogo 12501 Old Columbia Pike; Silver Spring, MD 20904-6600; EE. UU. Teléfono: (301) 680-5060 Fax: (301) 622-9627 Email: schulzs@gc.adventist.org Directivos de CAUPA Presidente: Ella S. Simmons Vicepresidentes: C. Garland Dulan, Martin Feldbush, Baraka G. Muganda Secretario: Humberto M. Rasi Vocales: Rex Edwards, John M. Fowler, Jonathan Gallagher, Clifford Goldstein, Linda Koh, Bettina Krause, Kathleen Kuntaraf, Kermit Netteburg, Vernon B. Parmenter, Gerhard Pfandl, Roy Ryan, Gary B. Swanson. Información Sobre Distribución: Dirigirse al Representante Regional de CAUPA en la zona en que reside el lector. Su nombre y dirección apare- cen en la página 2. Suscripciones: US$13,00 por año (tres núme- ros, vía aérea).Ver el cupón en la página 19. Sitio en la Red: http://dialogue.adventist.org. Diálogo ha recibido correspondencia de lectores en 117 países del mundo.
  • 4. DIÁLOGO 18•2 2006 Gratitud y bienvenida La publicación de una revista internacional como Diálogo Universitario involucra a un número considerable de especialistas, muchos de los cuales no son conocidos por nuestros lectores. Los autores, claro está, desempeñan un papel imprescindible. Sin embar- go, una de las responsabilidades principales de la revista corresponde a la persona que coordina y supervisa el complejo proceso editorial, de producción y distribución de cada número. En esta labor participan redactores, traductores, revisores, diseñadores, impresores, contadores, representantes regionales y muchos otros colaboradores anónimos. Durante 15 años Julieta Rasi ha desempeñado esta importante labor, empleando su amplia experiencia editorial, su notable capacidad de organización y su dinámica personalidad. Después de haber coordina- do la publicación de los números 3:2 al 18:1 y de haber supervisado la distribución de más de un millón de ejemplares de Diálogo, Julieta ha decidido confiar esta responsabilidad a una nueva coordinadora edito- rial a fin de disfrutar de sus nietas y su jardín, además de la lectura y los viajes. La Magister Susana Schulz ha asumido esta tarea esencial a partir de este número de Diálogo. Ella ha residido, estudiado y ocupado puestos de responsabilidad en varios países del mundo, incluyendo la Argentina, Francia, Brasil y los Estados Unidos. Estas vivencias le han permitido adquirir una perspectiva internacional, un conocimiento de las cuestiones que interesan a los universitarios adventistas, como así también el manejo del español, el francés, el inglés y el portugués, que son los cuatro idiomas en que se publica nuestra revista. Antes de unirse al equipo editorial de Diálogo, la Mg. Schulz se desempeñaba como docente y directora del Departamento de Estudiantes Internacionales de la Universidad Adventista del Plata en Argentina. Le deseamos a Susana Schulz mucho éxito y satisfacción en su nueva e importante labor y a la vez le expresamos a Julieta Rasi nuestra profunda gratitud y nuestros mejores deseos al iniciar esta etapa de su vida. La Redacción Transición FILOSOFÍA DE LA CIENCIAY LOS ORÍGENES BIOL o GEOL 475 4 unidades trimestrales 25 de setiembre – 15 de diciembre de 2006 Por el Dr. Leonard Brand, Profesor de biología y palentología Este curso virtual, en inglés, es una introducción al proceso científico y su aplicación a la comprensión de los concep- tos de creación y evolución y la historia de la tierra en un marco bíblico. El objetivo de la clase es preparar a los estu- diantes para evaluar aspectos de este tema y animarlos en su fe en las Escrituras, sin dejar de comprender y apreciar las contribuciones positivas de la ciencia. Los aranceles de estudio abarcan las 4 unidades y el libro de texto, Fe y razón en la historia de la Tierra, de Leonard Brand. Se ofrecen becas para cubrir gran parte de los aranceles de estudio en LLU. Si deseas más información acerca del curso y las becas disponibles, escribe a lbrand@llu.edu. Julieta Rasi y Susana Schulz
  • 5. DIÁLOGO 18•2 2006 Los logros en materia de diseño son quizá la característica más sobresaliente de nuestra época. Moléculas y materia son combinadas para formar diseños sumamente originales y útiles. Se proyectan líneas de producción robo- tizadas para fabricar vehículos en serie, eficiente y rápidamente. Medicamentos y refinados métodos de diagnóstico han transformado la medicina. El logro más sorprendente en materia de diseño es el de los microchips de silicio, que han facilitado la comunicación global. Es una ironía que mientras la tec- nología obra maravillas como fruto de este auge del diseño inteligente, muchas personas influenciadas por los biólogos evolucionistas están con- vencidas de que no hubo un diseño inteligente en el origen de las comple- jas estructuras del mundo biológico y natural. Aun cuando las células han sido reiteradamente descriptas como fábricas en miniatura, estas personas sostienen que su existencia no se debe a un proyecto inteligente. Es bien sabido que el ácido desoxirribonuclei- co (ADN) consiste en un código con una maquinaria molecular de réplica, pero ellos pretenden que no hizo falta ningún criptógrafo. El cerebro, habi- tualmente descrito como una computa- dora, supuestamente habría surgido sin que estuvieran involucrados ni progra- madores ni ingenieros. Esta sucesión de rápidos cambios en el plano material nos han acostumbra- do a convivir con eventos inexplica- bles o aparentemente ilógicos. Lewis Carroll resumió correctamente la vida moderna de esta forma: “A veces ya antes de desayunar he creído seis cosas El debate actual en torno al diseño inteligente (DI) es de naturaleza ideológica, ya que los evolucionistas procuran mantener la hege- monía de la cosmovisión ateísta. John C. Walton El diseño inteligente y sus críticos contradictorias”.1 Sin embargo, era de esperar que la paradoja resultante de la divergencia filosófica entre la tecno- logía basada en el diseño y la biología evolucionista produjera un despertar del razonamiento de mentes analíticas. Diseño inteligente: ¿el fantasma olvidado de la ópera cósmica? Los desafíos a la evolución han surgi- do repetidas veces y finalmente fueron puestos sobre el tapete a comienzos de 1990 por Phillip Johnson, profe- sor de derecho en la Universidad de California en Berkeley. En su análisis incisivo sobre los orígenes de la vida presentó argumentos bastante convin- centes de que la teoría evolucionista darwiniana no tiene respaldo en evi- dencias paleontológicas ni en datos empíricos de la biología.2 El argumen- to central de Johnson es que el edificio darwiniano está fundamentado en los supuestos materialistas del naturalismo filosófico.3 Los científicos que estudian los orígenes insisten en que se puede aceptar únicamente el azar y las leyes de la naturaleza para explicar el surgi- miento de la vida. Cualquier interpre- tación que se aparte de este estrecho margen es automáticamente rechazada como no científica, o bien se la señala como supersticiosa. El desafío se intensificó con la publicación del libro La caja negra de Darwin4 del bioquímico de la Universidad de Lehigh (Pensilvania, EE.UU.), Michael Behe. Sistemas bio- lógicos como la cadena de reacciones de la visión, los cilios celulares y los flagelos bacterianos requieren gran complejidad y coordinación molecular. Behe demostró que tales “máquinas moleculares” poseen una “compleji- dad irreducible”. Rastreó la literatura en busca de escenarios evolutivos que explicasen su origen, pero sólo encon- tró muy pocos ejemplos y, además, totalmente inadecuados. Entonces declaró que estos mecanismos bioló- gicos son evidencias poderosas de un diseño inteligente en la biología. ¿Es posible determinar si algo real- mente fue diseñado o si meramente parece diseñado? El matemático y filósofo William Dembski señala que detectar si algo ha sido diseñado es una actividad científica bien establecida en áreas tales como la ciencia forense, la arqueología y la criptología. Los méto- dos empleados para discernir entre una actividad criminal y una accidental, o para diferenciar artefactos de objetos naturales y para decodificar mensajes deberían poderse aplicar también a las estructuras biológicas y a los aconteci- mientos naturales. El criterio objetivo de Dembski para identificar el diseño genuino y diferen- ciarlo de los efectos de causas naturales se denomina “complejidad específica”.5 Cuando se aplica a ciertos fenómenos biológicos complejos, el criterio coinci- de muy bien con la conclusión de Behe de que sus orígenes implican un diseño inteligente.6 El movimiento de DI que tuvo ori- gen a partir de estas consideraciones está despertando interés alrededor del mundo. Las ideas acerca del DI están siendo diseminadas por el Centro de Ciencia y Cultura del Discovery Institute.7 La gran repercusión en los medios acerca de un juicio relacionado al DI en la corte de Pensilvania y el documental televisivo de la BBC acerca del DI en el Reino Unido han logrado que este tema llegue al público general.8 Críticas corrosivas al diseño inteligente Como era de prever, los científicos de disciplinas evolucionistas se han opuesto rotundamente al DI y la vieja escuela materialista rechaza estas ideas usando todos los medios a su alcance. Dos ejemplos: desde la Universidad de Oxford el profesor de química Peter Atkins criticó duramente el libro de Behe en una publicación9 y lo mismo sucedió en un artículo aparecido en Guardian, escrito por los evolucionistas Richard Dawkins y Jerry Coyne.10 La crítica corrosiva no es usual entre los científicos serios, por lo tanto el hecho de que en este caso sí esté ocurriendo
  • 6. DIÁLOGO 18•2 2006 revela que hay una motivación ideo- lógica muy poderosa. Muchos evolu- cionistas son miembros militantes de organizaciones ateas y/o humanistas. Tal es el caso de Dawkins, quien expu- so claramente su compromiso emocio- nal con el ateísmo en una serie televisi- va acerca de la religión, a la que calificó “la raíz de toda la maldad”. ¿Es el Diseño Inteligente una conspiración religiosa? Es cierto que ha habido ciertas críti- cas coherentes del DI. Algunas fueron presentadas por Dawkins y Coyne en su artículo del Guardian en el que dicen: “No hay nada de nuevo acerca del DI. Es simple creacionismo camu- flado bajo un nuevo nombre”. Otros sugieren que el DI es una forma de “conspiración religiosa”. Los propulso- res del DI, por su parte, sostienen que es una búsqueda científica que investi- ga el efecto de causas inteligentes. Para Dembski, el propósito del DI es “reha- bilitar el diseño como una forma de explicación científica”. Meyer escribió: “La pregunta que hay que plantearse respecto al origen de la vida no es qué escenario materialista parece más ade- cuado sino qué fue lo que produjo el surgimiento de la vida en la tierra”.11 El criterio de complejidad específica, uti- lizado para decidir si algo ha sido dise- ñado, no hace referencia a libros sagra- dos y es independiente de cualquier autoridad religiosa. Las connotaciones religiosas son inevitables para cualquier intento de indagar acerca de los oríge- nes. A cada acusación de “agenda reli- giosa” que se lanza contra la ciencia del DI es posible responder con una can- tidad similar de hipótesis que podrían atribuirse a una “agenda ateísta”. Las explicaciones evolucionistas acerca de los orígenes, perdidas en las bru- mas del precámbrico e imposibles de explicar, también reflejan los anhelos humanistas, sin proveer las evidencias necesarias. Quienes buscan la verdad deberían ignorar tales argumentos y evaluar cuidadosamente las evidencias que presentan ambos bandos. Al comienzo de su artículo, Dawkins y Coyne dicen: “¿Por qué estamos seguros que el DI no es una teoría científica sólida, digna de una evalua- ción equilibrada? ¿No es meramente nuestra opinión personal? Por el con- trario, es una opinión compartida por la vasta mayoría de los biólogos pro- fesionales”. “Si el DI fuese realmente una teoría científica, las evidencias a su favor, acumuladas mediante inves- tigaciones, estarían siendo divulgadas por revistas científicas que provienen de revisiones críticas por los pares. Sin embargo, eso no está sucediendo y no es porque los editores se nieguen a publicar investigaciones de DI. Sin embargo, para los naturalistas materia- listas la “verdadera ciencia” sólo admite como causas válidas el azar y la nece- sidad. Dawkins y sus colegas evolucio- nistas automáticamente descartan el DI por razones ideológicas y consideran al análisis de la evidencia como una pérdida de tiempo. Muchos biólogos profesionales trabajan en institutos de “Biología evolucionista” o alguna variante de este nombre. Los fondos que financian las investigaciones, los salarios, las carreras, la reputación profesional de todos estos científicos dependen de su adhesión a la teoría de la evolución. En estas circunstancias, la objetividad en cuestiones relaciona- das a los orígenes no es una opción. La opinión de la mayoría científica es un parámetro muy inseguro para determi- nar la validez del DI. No sorprende que el DI no reciba eco en las principales publicaciones científicas ya que, contrariamente a la afirmación de Dawkins y Coyne, los editores siempre se rehúsan a publicar artículos sobre el tema. Cuando el Dr. Richard Sternberg, editor de los Proceedings of the Biological Society of Washington, publicó un único artículo del científico Stephen Meyer, formado en la Universidad de Cambridge y que sostenía las ideas del DI, inmediata- mente se convirtió en blanco de una campaña para ridiculizarlo e intimidar- lo. “Decían que me dejé sobornar con dinero, que era un sacerdote camu- flado, que era un infiltrado enviado por los creacionistas”, dice Sternberg. Incluso le aconsejaron no asistir a un encuentro de una sociedad biológica, porque los ánimos estaban tan acalo- rados que no se podría asegurar que habría orden si él estaba presente. La Oficina de Consejo Especial de los Estados Unidos examinó el intercam- bio de email que salía del Smithsonian Institute, donde Sternberg trabajaba, e informó que “la revancha se efectuó de diversas maneras.... Se difundieron calumnias [contra Sternberg] a través del Smithsonian y hacia otros indivi- duos. Posteriormente se descubrió que las acusaciones en su contra eran fal- sas”.12 Los editores y revisores son muy conscientes de la intimidación que van a tener que enfrentar, y por eso es com- prensible que se abstengan de publicar artículos que apoyen el DI. Es irónico que Dawkins denigre al DI porque “sus seguidores evaden el proceso científico normal apelando directamente al público no científi- co” cuando éste es el método que él adopta. Su principal contribución a la ciencia es una serie de libros dirigida al público general acerca del evolucio- nismo. Dawkins es sucesor de varios evolucionistas, incluyendo a Charles Darwin, Thomas Huxley y Stephen Gould, que han apelado directamente al público no científico por medio de libros y artículos populares. Temores de que el Diseño Inteligente destruya la ciencia De acuerdo a Dawkins y Coyne, los proponentes del DI tienen exigencias irrazonables: “A un bando (los evolu- cionistas) se le exige presentar eviden- cias para cada etapa del proceso. Al otro bando nunca se le exige presentar evidencia, sino que se lo declara ven- cedor del debate tan pronto como el primer bando encuentra una dificultad, es decir, el tipo de dificultades que en el ámbito de las ciencias se encuentran diariamente y a las cuales se buscan soluciones”. Por más de un siglo los
  • 7. DIÁLOGO 18•2 2006 científicos han estado prometiendo que la evidencia de laboratorio pronto produciría respuestas convincentes para las encrucijadas básicas de la evolución tales como el mecanismo cuantitativo requerido para el cambio evolutivo; cómo se originó la vida; cómo surgie- ron el código genético y la nueva información genética; el origen de un solo estereoisómero en los péptidos; el origen de órganos biológicos complejos como los ojos, las cilias, los flagelos, etc.; cómo se desarrollaron nuevas especies biológicas a partir de formas ancestrales y por qué los restos fósiles no muestran las “innumerables formas de transición” que Darwin esperaba. Los científicos que apoyan el DI reco- nocen el gran avance que han hecho los biólogos en entender cómo han ocurrido cambios pequeños o cómo se producen nuevas variedades de anima- les o plantas, es decir, la microevolu- ción. Los evolucionistas aseguran que los grandes pasos hacia nuevas estruc- turas (macroevolución) consisten en la suma de pequeños pasos. Sin embargo, después de más de un siglo, la evi- dencia experimental aún no ha sido presentada; los registros fósiles sacan a luz grandes problemas y se ofrecen úni- camente explicaciones o “escenarios” fantasiosos. Los científicos partidarios del DI sostienen que llegó el momento de examinar otras explicaciones en las cuales el diseño sea evaluado a la par de las causas naturales. El ahínco con el cual los científicos trabajan para resolver problemas relacionados con los orígenes de la vida podría beneficiarse si se sumase el criterio de DI a su arse- nal de herramientas científicas. Los críticos arguyen que la ciencia del DI se apoya en milagros y temen que esto pueda dañar el espíritu inda- gador de la ciencia. Las experiencias del pasado demuestran que no hay necesi- dad de preocuparse por esto. La mayor parte de la labor científica continuaría exactamente como en el presente. En la investigación del origen de organelas biológicas complejas (y sistemas com- plicados en otras partes del universo), el filtro de complejidad específica sería usado conjuntamente con otras herra- mientas científicas para entender los organismos vivos, incluyendo los seres humanos. En vez de reprimir la bús- queda científica, la existencia de diseño en el universo abre nuevos horizontes para que los fenómenos sean compren- sibles. Si se llega a la conclusión de que un diseñador inteligente (o Dios mismo) planificó un organismo, esto permitirá comprender y utilizar venta- josamente ese concepto. La existencia de diseño en la natu- raleza no implica que constantemente ocurran milagros que intervendrían de manera arbitraria, transgrediendo leyes naturales. Al diseñar una máquina compleja usando la inteligencia huma- na, no se contravienen las leyes natu- rales sino que se las utiliza. La creación de una computadora, por ejemplo, demanda que se ordene la materia de una forma determinada y se la dote de información para así crear un objeto muy complejo que tendría poca pro- babilidad de surgir por casualidad.13 La evidencia de diseño en la naturale- za puede comprenderse de la misma forma en que se entienden los instru- mentos diseñados por el hombre. Las convicciones religiosas no impidieron que científicos de primera línea como Isaac Newton, Louis Pasteur o James Clerk Maxwell hiciesen importantes descubrimientos; tampoco se interpo- nen a los descubrimientos de muchos científicos creyentes modernos. Más bien, estas creencias refuerzan la idea de que los fenómenos naturales son comprensibles e impulsan proyectos permitiendo su utilización. ¿El Diseño Inteligente es innecesario y ha sido refutado? Los críticos sostienen que no hay necesidad de que la ciencia se dedi- que a estudiar el DI porque, como Dawkins declaró en un documental de la BBC,8 “la evolución explica el 99% de lo que sabemos acerca de la biología”. Si se consulta casi cualquier libro de ciencias, es evidente cuán grande es esta exageración, particular- mente en las áreas biológicas donde se discuten fenómenos cuantitativos. Recientemente Peter Atkins publicó un libro de texto titulado Physical Chemistry for the Life Sciences.14 En esta área de la ciencia encontramos leyes y principios que sirven de fundamento para la biología. El hecho de que en el libro no se encuentre ni siquiera una referencia a la evolución evidencia que ésta es una postura ideológica y no una realidad científica. Por su parte, Dawkins y Coyne nos aseguran: “El flagelo de las bacterias no es demasiado complejo como para haber evolucionado, así como cual- quier otra estructura que haya sido cuidadosamente estudiada. Los biólo- gos han localizado una serie de pasos intermedios plausibles, que utilizan ingredientes que se pueden encontrar en otros sistemas vivos”.10 Estas afir- maciones son simplemente ilusiones. Tal vez podría localizarse “una serie de pasos intermediarios plausibles” en un escenario imaginario. ¡La imaginación científica no conoce límites! Pero el cuadro que pinta la evolución en esta área de la ciencia carece de ideas con- cretas y evidencias sustanciales. El anuncio de Kenneth Miller del “colapso del concepto de la comple- jidad irreducible”15 terminó siendo meras palabras. Su argumento es que, por ejemplo, aunque no se pueda llegar al flagelo por una vía darwiniana direc- ta, las proteínas que lo componen pue- den haber sido preservadas por selec- ción natural en sistemas menores que tienen otras funciones. Esta hipótesis implica que estas proteínas específicas (o algunas muy similares) se encon- trarían esparcidas en otros sistemas bioquímicos que estarían accesibles a la bacteria. Si este escenario fuese válido, las mismas proteínas se reconocerían fácilmente en sus localizaciones alter- nativas y la literatura científica estaría llena de vías evolucionistas plausibles para el flagelo y otras maquinarias bio- Continúa en la página 28
  • 8. DIÁLOGO 18•2 2006 El enamoramiento capri- choso quiere apresurar la relación, mientras que el amor puede sobrevivir la prueba del tiempo y prepa- rarte para un matrimonio armonioso. Nancy Van Pelt ¿Amor verdadero o enamoramiento caprichoso? Cómo detectar la diferencia “¿Cómo puedo saber si estoy real- mente enamorado?” le preguntó un lector al columnista de un periódico. La respuesta fue: “Si tienes que pregun- tarlo es porque no lo estás”. La insufi- ciencia de esa respuesta es tremenda; hay muchos que todavía siguen pensan- do que cuando el amor golpea se darán cuenta instantáneamente. En verdad eso no es tan fácil. Los estudios sobre el tema muestran que la mayoría de la gente considera sus relaciones pasadas como meros enamoramientos y las actuales como si se tratara de amor verdadero. Una encuesta reveló que en promedio la gente siente enamoramientos pasajeros seis o siete veces y sólo una o dos veces amor real. Posiblemente ya lo hayas experimentado en los romances que has vivido. Pero la gran pregunta es: ¿Cómo puedes saber si es amor verda- dero o sólo un enamoramiento pasajero o pasión? El amor y el enamoramiento caprichoso tienen síntomas similares El amor y este tipo de enamora- miento tienen algo en común: fuertes sentimientos de afecto por alguien, lo que complica el intento de establecer las diferencias, ya que muchos de los síntomas se parecen entre sí. El ena- moramiento más apasionado y ciego puede tener algunas de las característi- cas del verdadero amor y viceversa. Las diferencias entre el amor y el enamo- ramiento caprichoso son más bien de grado. En consecuencia, se deben exa- minar todas las evidencias con mucho cuidado. El amor y el enamoramiento com- parten tres síntomas: pasión, deseo de cercanía, y emociones fuertes. Pasión. La pasión puede surgir sin verdadero amor. En el caso del hombre, particularmente, le es posible sentir pasión o fuertes sentimientos sexuales por una mujer que nunca conoció. Los besos y las caricias audaces aumentan la urgencia de las sensaciones eróticas hasta que el sexo comanda la relación. La pasión por sí sola no es un indica- dor de verdadero amor. La atracción sexual puede ser tan urgente en estos casos como en el amor verdadero, y en ocasiones puede llegar a ser dominante. El amor debe estar basado en algo más que una atracción sexual o pasional. Además, nadie puede mantener tal pasión impetuosa durante un tiempo prolongado, aunque asegure lo contra- rio. Si todo lo que una pareja comparte es pasión, probablemente esa relación concluirá en unos pocos meses. Si una pareja decide casarse sobre la base de esa vorágine de motivación sexual, pronto aprenderá que cuando la pasión muere ya no queda nada que los man- tenga juntos. Deseo de cercanía. El deseo continuo de estar cerca del otro puede ser tan abrumador en la pasión como en el amor verdadero. Las ganas de estar jun- tos todo el tiempo provocan ansiedad ante la separación y puede producir una sensación de vacío y soledad ante la ausencia del ser amado, pero esto no es necesariamente un indicador de amor verdadero. El deseo de estar cerca puede tener la misma intensidad en la pasión y en el amor verdadero. Emociones fuertes. Los estudios han confirmado que al comienzo de un simple enamoramiento se experimentan síntomas físicos distintivos. Así por ejemplo, sentirse sobre nubes cuando todo va bien o sentirse enfermo cuan- do las cosas andan mal; una corriente helada que corre por la espalda, falta de concentración, malestar estomacal o inapetencia. Pero tales emociones se manifiestan tanto en el enamoramiento caprichoso como en el amor real, si bien son más indicativas del primero El verdadero amor incluye algo más que una mezcla de sentimientos frí- volos y se extiende más allá del agota- miento de las emociones fuertes. Si sientes soledad, aburrimiento, o estás en el proceso de olvidar un romance roto, tendrás mayor disposi- ción a interpretar como amor real otro romance que surja, aun cuando sólo se trate de un poco más que enamora- miento. Si te sientes inseguro/a o tienes una baja autoestima, debes ejercer mucha cautela. Las personas maduras y las de autoestima normal también pue- den ser atrapadas por la pasión, aunque son más capaces de reconocerla. No creas que la pasión es algo totalmente negativo. Puede ser una experiencia placentera siempre que la reconozcas por lo que es, un breve interludio de fantasía romántica. Dándole suficiente tiempo pasará o desembocará en una relación real que implica mucho más que un aluvión de emociones. Recuerda asimismo que algunas relaciones que comienzan en pasión se transforman en amor verda- dero cuando son probadas a lo largo del tiempo. El verdadero amor difiere del ena- moramiento caprichoso porque otorga tiempo y espacio para reconocer tanto las buenas cualidades como las imper- fecciones de una persona. El establecer un compromiso, y tener relaciones sexuales, irse a vivir, o casarse con alguien sobre la base de esos sentimien- tos prematuros es una necedad y sin duda producirá resultados negativos. Identifica lo que es real En 1820, durante la fiebre del oro, los buscadores lo confundían a veces con la pirita. La pirita, o el oro del tonto, como se da en llamar a este mineral, es detectada en una cacerola
  • 9. DIÁLOGO 18•2 2006 sobre el fuego. Mientras se chamusca y humea produce un olor muy desagra- dable. Por el contrario, el calor no daña el oro verdadero ni tampoco produce mal olor. Desafortunadamente, no podrás poner tu relación amorosa en una cacerola sobre el fuego para saber si produce mal olor, pero puedes analizar- la a través de estos nueve factores: 1. El amor se desarrolla con lentitud; el enamoramiento caprichoso, con rapi- dez. La mayoría de la gente piensa que enamorarse es una emoción repentina e intensa. Carlos dijo: “Me emocioné el minuto en que la vi. Era como siempre me la imaginé. Siento como si la hubie- se conocido toda la vida”. La evaluación de Carlos no es válida hasta después de un año de noviazgo. ¿Por qué? Porque el amor crece y ese crecimiento requiere tiempo. Es impo- sible conocer a la persona real en sólo unos pocos encuentros. Al comienzo de una relación, todos mostramos la mejor conducta. Ocultamos o reprimimos los rasgos desagradables. Lleva meses obser- var a una persona en diversas situacio- nes como para conocerla bien. Muchos saben ocultar los rasgos negativos de su personalidad incluso hasta después de casarse. No te apresures a sacar conclusio- nes. Deja que tu relación crezca. Inicia la amistad y no trates de apresurarte durante la etapa del conocimiento. Los comienzos apacibles son parte de los noviazgos agradables. Tales amistades pueden llevar al verdadero amor, que se asemeja a la pasión en intensidad pero está arraigado en la realidad. 2. El amor se basa en la compatibili- dad; el enamoramiento caprichoso, en la química y la apariencia. Esteban siente “buena onda” cuando conoce a una chica linda. Cree que eso es “química” instantánea. “Lo sientes o no lo sientes. Yo lo sentí en el minuto en que la vi”. ¿De dónde sacó Esteban eso de que química y amor son la misma cosa? ¡Del cine, quizás! Confiar en la “química” para que te lleve al amor es torpe y peligroso. La química está basada mayormente en la atracción física o sexual. Tiene que existir esa chispa que te hace sentir más vital que nunca, pero basar un matri- monio sólo en eso es absurdo. Es posible sentir una fuerte atracción por alguien que acabas de conocer y que te agrade en todo, pero hay un largo camino por recorrer antes de amar a esa persona. El verdadero amor incluye química, pero se nutre de otros factores tales como el carácter, la per- sonalidad, las emociones, las ideas y las actitudes. El que está enamorado se interesa en la manera en que la otra persona piensa y responde en diver- sas situaciones, o en los valores que ambos comparten. Deberás observar sus actitudes hacia temas tales como la religión, la familia, el sexo, el dinero y las amistades así como los intereses mutuos, su pasado y sus modales. Cuanto más tengan en común, mejores serán las posibilidades del amor real. 3. El amor se centra en una persona; el enamoramiento caprichoso puede incluir varias. Un apasionado puede pensar en “amar” a dos o más personas a la vez. Esas personas con frecuencia difie- ren marcadamente en personalidad. Ana reconoce estar enamorada de dos muchachos y no poder decidirse por uno de los dos. Esteban es maduro, estable y responsable; mientras que Sergio es irresponsable, amante de las diversiones y gastador. En verdad Ana no está enamorada de ninguno. Algo la impulsa hacia el gastador divertido, mientras que sus instintos maduros le dicen que las cualidades de Esteban son más importantes. Al fin combina las cualidades de ambos y piensa que está enamorada de los dos. El verdade- ro amor se concentra en una persona cuyo carácter y personalidad exhiben cualidades esenciales, pero nunca com- bina varios individuos para formar uno ideal. 4. El amor produce seguridad; el ena- moramiento caprichoso, inseguridad. El amor se basa en el principio de la con- fianza mutua mientras que el enamo- ramiento provoca inseguridad y puede intentar controlar al otro mediante los celos. Esto no significa que cuando uno está realmente enamorado nunca sen- tirá celos, pero serán menos frecuentes y severos. El verdadero amor confía. Hay quienes se sienten halagados pen- sando que los celos son evidencia de un amor verdadero, pero estos trasuntan emociones de inseguridad enfermiza, baja autoestima y ansias de posesión. El amor real no actúa de esa manera. 5. El amor reconoce la realidad; el enamoramiento caprichoso la ignora. El verdadero amor ve los problemas en perspectiva, sin minimizar su seriedad, mientras que el enamoramiento pasa por alto las diferencias sociales, étnicas, educativas o religiosas. Algunas veces hasta se enreda con alguien ya casado y asume que tales aspectos no son impor- tantes. Por el contrario, una pareja rela- cionada por amor verdadero enfrenta sus problemas con franqueza y cuando un problema amenaza su relación lo discuten abiertamente y lo resuelven con inteligencia. Negocian las solucio- nes por anticipado. 6. El amor motiva una conducta positiva; el enamoramiento caprichoso tiene un efecto destructivo. El amor es constructivo y estimula lo mejor de ti, te provee de nueva energía, ambición e interés en la vida. Estimula la creativi- dad y motiva al desarrollo personal, la superación y todo lo que sea positivo. Esto naturalmente engendra sentimien- tos de autoestima, confianza y segu- ridad en uno mismo y nos motiva a triunfar. Estudias con interés, planificas con más eficacia y ahorras con más dili- gencia. A tu vida se le agrega propósito y sentido. Aunque sueñes despierto, te mantienes dentro de los límites de la realidad y funcionas a tu mayor nivel. El enamoramiento caprichoso tiene un efecto destructivo y desorganizador. Te hace menos competente, menos eficiente y entorpece el desarrollo de tu verdadero potencial. Te arrastra a sueños imaginarios que te harán olvidar las realidades de la vida, el trabajo, el estudio, las finanzas y otras responsabi- lidades. 7. El amor reconoce defectos; el enamo-
  • 10. 10 DIÁLOGO 18•2 2006 ramiento caprichoso prefiere no verlos. El amor reconoce las buenas cualidades del otro y hasta cierto punto las ideali- za, pero no considera que la otra per- sona sea perfecta. Admite los errores, aunque prevalece el respeto y la admi- ración por las buenas cualidades de la otra persona. La pasión te enceguece para no ver lo que está errado e ideali- za a tal punto, que rehúsa admitir las faltas y defiende al amado contra todas las críticas. Admira en exceso una o dos cualidades, al punto que minimiza los defectos. El amor real habilita para amar a pesar de los defectos y no cierra los ojos ante la realidad. 8. El amor controla el contacto físico; el enamoramiento caprichoso lo explota. El verdadero amor ayuda a la pareja a controlarse en la intimidad román- tica, ya que ambos se respetan tanto que voluntariamente ponen límite a esos impulsos. La pasión, en cambio, demanda intimidad con mucha más anticipación. En contraste con la pareja apasionada, una pareja que expe- rimenta amor real ve en la intimidad sólo una parte de la relación. Esto se debe a que los apasionados dependen en gran medida de la atracción física, y la excitación lleva al besuqueo y las caricias avanzadas. Los que lo experi- mentan por primera vez sienten que es algo especial y asumen que están amando. Ignoran que sus valores, obje- tivos y creencias podrían no coincidir. Si se casan solamente sobre la base de la atracción física, descubrirán luego que el interés sexual declina y los desacuer- dos aumentan. Aunque el verdadero amor incluye la atracción física, éste brota asimismo de otros factores y el contacto físico tiene un significado más profundo que el puro placer. Para el apasionado, frecuentemente se vuelve un fin en sí mismo. El placer domina a la experien- cia. 9. El amor recibe la aprobación de la familia y los amigos; el enamoramiento caprichoso recibe reprobación. Si los parientes o los amigos no aprueban la relación, ¡cuidado! Si están convencidos de que es una mala elección, probable- mente tengan razón. Los matrimonios que no cuentan con la bendición de los padres tienen una alta probabilidad de fracasar. Un investigador comparó las quejas de los casados felices con las de los divorciados, y descubrió que estos últimos eran casi cuatro veces más pro- clives a quejarse de que sus cónyuges no tenían nada en común con sus ami- gos. También se halló que las parejas casadas y felices tendían mucho menos a estar en dificultades con sus suegros. Si los padres y los amigos tienen obje- ciones, ¡cuidado! Si dan su aprobación, anímate. Tiempo al tiempo Si has analizado tu relación, pero todavía no puedes decidir si es verda- dero amor, date tiempo. El enamora- miento caprichoso quiere acelerar la relación. Las emociones no dan lugar al sentido común y tratan de empujarte a asumir compromisos que más tarde lamentarás. El amor real puede sobre- vivir el examen del tiempo, unos dos años de noviazgo, para asegurarte de que estás bien preparado/a para el casa- miento. El tiempo brinda experiencia y objetividad. Cada año miles de parejas se presen- tan ante al altar con los ojos radiantes y se prometen amor y fidelidad eternas, sin imaginarse que están cometiendo el error más grande de su vida. ¿Qué pasó con sus diálogos apasionados, promesas tiernas, miradas prolongadas, besos enardecidos y susurros amorosos? Muchos fracasan al no comprender que uno no se enamora por accidente. Eres tú quien decides amar, esto es, pensar, dedicar tiempo y experimen- tar sentimientos firmes por alguien. Enamorarse es la parte fácil y divertida del amor. La parte que sigue es más difícil, ya que implica asumir el serio compromiso de amar incondicional- mente a una persona imperfecta. El amor genuino dice “Te amaré aun cuando no satisfagas todas mis nece- sidades, me rechaces o me ignores, te conduzcas insensatamente, tomes decisiones que yo no tomaría, o estés en desacuerdo conmigo y me trates injustamente. Te amaré tal como eres y para siempre”. Este tipo de amor responde al don creativo de Dios hacia nosotros y puede ser plenamente disfrutado sólo dentro de la protección y seguridad del matri- monio. Somos capaces de amar sola- mente porque Dios nos amó primero. Amístate con él; entonces serás menos proclive a sufrir decepciones amorosas y tendrás la oportunidad de encontrar- te con un amor mutuamente satisfacto- rio mientras vivas en la tierra. Nancy L. Van Pelt, es especialista en temas de familia y autora de muchos libros, incluyendo Smart Love:A Field Guide for Single Adults, de donde fue adaptado este artículo. Si deseas con- tactarte con ella, visita el sitio www. heartnhome.com. ¡Diálogo para ti, gratis! Si eres un estudiante adventista en una universidad no adventista, la iglesia tiene un plan que te permitirá recibir la revista Diálogo gratis mientras mantengas tu condición de estudiante. (Aquellos que ya no son estudian- tes pueden suscribirse a Diálogo utilizando el cupón de la página 19.) Ponte en contacto con el director del Departamento de Educación o del Departamento de Jóvenes de tu Unión y pide que te incluyan entre los que reciben la revista. Proporciónale tu nombre completo, tu dirección, el nombre de la universidad a la cual asistes, la carrera que estás cursando y el nombre de la iglesia local de la cual eres miembro. Puedes escribir también a nuestro representante regional a la dirección provista en la página 2, incluyendo una copia de la carta a los directores de la Unión mencionados. Si no logras comunicarte con nosotros por estos medios, usa la siguiente dirección: schulzs@ gc.adventist.org.
  • 11. 11DIÁLOGO 18•2 2006 El arco iris está en tu cerebro Leonard Brand y Ernest Schwab Colores, sonidos y aromas son percibidos e interpreta- dos por un sistema nervioso diseñado con suma preci- Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie presente para escucharlo, ¿será que la caída produce un sonido? Esta pregunta parece ingenua, pero la respuesta puede proveernos detalles fascinantes acerca de la naturaleza del sonido, el color, el sabor, la belleza, el amor y también del genio inventivo del Creador. Cuando un árbol cae, sus ramas agitan el aire, golpean a otros árboles y finalmente se precipita a tierra con fuerza. Todos estos golpes de un objeto contra otro o contra el aire generan perturbaciones que se mueven como ondas. Estas vibraciones de molécu- las en movimiento, u ondas sonoras en el caso del aire, están controladas con gran precisión por leyes físicas. El tamaño y naturaleza de los objetos que colisionan y la fuerza con que lo hacen controlan la forma y complejidad de las ondas sonoras que se propagan a velo- cidad constante, determinada con pre- cisión por las leyes físicas. Esto puede dar la impresión que el sonido está íntegramente controlado por las leyes de la física. Sin embargo, ésta es una conclusión prematura, porque hasta aquí nos hemos limitado a describir las vibraciones de moléculas de aire. ¿Pero cómo se convierten estas vibraciones en sonido? El oído Al caer el árbol, un leñador está trabajando cerca. Las ondas sonoras, o moléculas de aire en vibración, hacen que el martillo de su oído vibre y esta vibración es transmitida al oído interno donde una serie de receptores responden a dichas vibraciones. Los receptores en uno de los extremos res- ponden a vibraciones de longitud de onda larga, las cuales percibimos como sonidos graves. En el extremo opuesto hay receptores que son activados por ondas de longitud corta y por lo tanto los percibimos como sonidos agudos. Entre ambos extremos hay un sinfín de receptores, cada uno especializado para responder a una determinada longitud de onda intermedia. A su vez, cada receptor está conectado con el cerebro por un nervio que transmite las señales. El cerebro interpreta estas señales, per- mitiéndonos percibir el sonido. ¿Qué tipo de señal es transmitida por el nervio que conecta el receptor del oído interno con el cerebro? ¿Se trans- mite sonido por el nervio? No, cada nervio transmite únicamente un impul- so o señal eléctrica. Fisiológicamente, las señales eléctricas de un receptor de onda larga o corta son idénticas. Cada receptor del oído interno tiene su pro- pia conexión nerviosa con el cerebro. La única manera en que el cerebro puede diferenciar si un impulso se debe a una onda corta o larga es en base al análisis del nervio a través del cual llegó. Hasta ahora no existe sonido, sólo vibración de moléculas de aire y transmisión de impulsos eléctricos a través de los nervios. Siendo que la conexión entre el oído y el cerebro consiste únicamen- te de impulsos eléctricos, el origen del sonido de un árbol al caer debe provenir de algún lugar dentro del cerebro. Ningún sonido viajó a través de los nervios, fueron sólo impulsos eléctricos. De alguna forma, el cerebro recibe los impulsos eléctricos aferentes de un sinfín de nervios y los traduce generando la percepción consciente que denominamos “sonido”. Lo que perci- bimos como sonido es meramente una sensación generada por el cerebro. Las leyes físicas y químicas de la naturaleza gobiernan la vibración de las moléculas de aire y las interacciones entre molé- culas, haciendo posible la existencia de vida, pero la vida es mucho más que esas leyes. La vida de un organismo altamente complejo no es el resultado de estas leyes, así como la forma de un auto no está controlada por las leyes de la naturaleza, sino que tuvo que ser inventada. Únicamente el cerebro puede producir la sensación de sonido. Para ilustrar la imposibilidad de que las leyes físicas sean las únicas respon- sables de producir el sonido, com- paremos las conexiones nerviosas del oído con un teclado de computadora. Cuando presionamos una tecla, sea la letra M o G, una señal eléctrica es enviada al procesador de la computado- ra, donde es manipulada para producir la letra correcta en el monitor. Sin embargo, las letras M o G que aparecen en el monitor son creadas dentro de la computadora y están controladas por la conexión entre el teclado y el monitor. La actividad eléctrica de la computado- ra o el cerebro cesaría, si no fuese por las leyes físicas, pero la forma de las letras y la tecla que se asocia a cada una no están controladas por ninguna ley natural, sino que fueron diseñadas por un ingeniero. Esto significa que cual- quier experto en computación puede fácilmente cambiar las conexiones para que al presionar la tecla M aparezca una G en el monitor. De la misma manera, las leyes físicas no determinan qué sonido proviene de qué nervio, sino que eso está arbitraria- mente determinado por las conexiones desde el oído. Si pudiésemos acceder al cerebro y desconectar el nervio del oído al cerebro, darlo vuelta y conectarlo al revés, las vibraciones de onda larga se escucharían como sonidos agudos por- que se estimularía el sector del cerebro que genera la sensación de sonidos agu- dos como resultado de haber hecho un cambio en las conexiones. Un flautín sonaría como una tuba y los sonidos de la tuba serían percibidos como los de un flautín. La vista Ahora nos centraremos en los ojos. Los rayos del sol se reflejan en todos los objetos a nuestro alrededor. Algunos de esos rayos llegan a los receptores de luz en el fondo del ojo, en la retina. Las hojas en un árbol absorben gran parte de la luz que les llega, pero la luz verde es reflejada. Esos rayos llegan a la retina y vemos las hojas de color verde. Un vestido rojo refleja los rayos rojos y nuestros ojos son deslumbrados por la belleza del color rojo brillante así como también por la belleza de quien lo está usando. Al ser estimulado por un rayo de luz, el receptor de la retina envía un mensaje al cerebro. ¿Qué tipo de men- saje es? Es un impulso eléctrico, del
  • 12. 12 DIÁLOGO 18•2 2006 mismo tipo que los impulsos enviados por el oído en respuesta a las vibracio- nes. Si los mismos impulsos eléctricos son los portadores de informaciones ya sea de las ondas sonoras o de los rayos luminosos, ¿cómo puede ser que nuestro cerebro no se confunda? Por la misma razón que la computadora puede diferenciar una señal proveniente de la tecla M y otra de la tecla G, las conexiones de estas dos teclas llegan a diferentes lugares de la computadora. De la misma manera, los nervios del ojo llegan a un lugar específico del cerebro y existe un nervio determinado para cada señal visual. Toda la infor- mación de estos nervios llega al cerebro como impulsos eléctricos y el cerebro interpreta esta información como una imagen visual. Debido a que tanto los rayos de luz de larga dimensión de onda como los cortos se comunican con el cerebro por medio del mismo tipo de señal eléctri- ca, el modo de interpretación de dichas señales es el resultado de instrucciones en el cerebro (al igual que en los pro- gramas de computación) planificadas para interpretar los mensajes eléctricos de cada parte del nervio óptico, produ- ciendo así la imagen visual correcta. En otras palabras, nuestra percepción de los colores rojo o verde resulta del siste- ma de procesamiento de información. Ninguna ley física define las caracte- rísticas de ese sistema, sino que tuvo que ser inventado por un diseñador inteligente. Se podría objetar que la relación entre la longitud de onda de la luz y los colores es perfectamente entendida por los físicos y por ende se puede prever qué color se verá con cada longitud de onda. Sí, es verdad, pero sólo par- cialmente. El espectro de luz visible es el resultado de leyes físicas precisas y la forma en la que esas longitudes de onda son selectivamente reflejadas por diferentes sustancias es un hecho consistente en la naturaleza. También es cierto que podemos predecir qué longitud de onda será vista como verde, aunque sólo de manera general. Las excepciones son la clave para solucionar este rompecabezas. El hecho de que la mayoría de nosotros ve color verde en respuesta a cierta longitud de onda confirma que el cerebro está programa- do de forma confiable y podemos tener la seguridad de ver el verde siempre de la misma manera. Pero no sucede así con todos los seres humanos. Algunos son daltónicos y no pueden diferen- ciar entre el rojo y el verde. ¿Será que cuando los ojos de estas personas son estimulados por la luz cambian las leyes físicas? Por supuesto que no; la longitud de onda reflejada por las hojas de un árbol sigue siendo la misma. La diferencia está en el sistema óptico y la interpretación que ocurre en el cerebro, que se debe a un error en las instruc- ciones para interpretar las longitudes de onda verdes y rojas. Afortunadamente, el daltonismo no es un problema común y en la mayoría de los casos se limita al verde y el rojo. Esto indica que el centro de interpretación del color en el cerebro es por lo general muy confiable, pero aparentemente está subordinado a la organización del cerebro. Vale decir, los colores que percibimos no están con- trolados por las leyes de la naturaleza sino por la forma en que el Creador diseñó nuestro cerebro. El color, así como lo vemos, sólo existe en especies animales cuyos cerebros generan esa percepción. En otras palabras, el arco iris está en nuestro cerebro. Si inventá- semos un instrumento detector de luz, sólo podría medir la longitud de onda pero no podría saber qué colores van a ser vistos por los humanos una vez que sus cerebros interpreten esas longitudes de ondas. Recuerda ahora el experimento que describimos anteriormente, en el cual desconectábamos la conexión del ner- vio del oído y lo invertíamos. Esta vez imagínate que desenchufásemos dos cables, uno del oído y otro del ojo y los intercambiásemos. Ahora el procesador de sonido del cerebro recibiría señales eléctricas desde el ojo y el procesa- dor de la información visual recibiría impulsos eléctricos del oído. ¿Qué escu- charíamos y veríamos? ¡“Escucharíamos luz” y “veríamos sonido”! No cabe duda de que nos confundiría bastante porque el procesador visual no está programa- do para interpretar información sonora. Sin embargo, veríamos algún tipo de imagen generada por las señales audi- tivas. ¡También escucharíamos sonidos bastante extraños! El sentimiento de amor Rememora algún momento en que estabas tomando la mano de alguien a quien amas, disfrutando los sonidos y colores de un hermoso paisaje de montaña. Los sentimientos de amor hicieron que los colores y sonidos apareciesen más vívidos. ¿Qué leyes naturales controlan en el cerebro esos sentimientos, y las experiencias, recuer- dos y pensamientos que fueron la base para ese sentimiento de amor? El toque delicado de la mano de tu amado/a únicamente estimuló los receptores táctiles y envió una señal eléctrica hacia lugares específicos del cerebro. Esto no parece muy romántico, ¿verdad? Si nos detenemos aquí, entendemos la física y la química, pero no el amor y el romance. Esa experiencia del amor no se puede describir con leyes físicas o químicas. Es verdad que las leyes de la naturaleza mantienen unidas las molé- culas que componen nuestro cuerpo, posibilitando la vida. Pero únicamente tu cerebro fue capaz de discernir el sig- nificado especial de ese toque y generar un sentimiento único, diferente del que hubieses experimentado en respuesta a otra caricia suave. La amistad, el com- pañerismo y el amor constituyen una hermosa red de relaciones que, a su vez, dependen del sistema de análisis inven- tado por el Creador, quien lo ubicó en nuestro cerebro al igual que los centros de control del sonido y la visión. Creemos que el amor existe porque el Creador nos ama y quería que dis- frutásemos de relaciones que fuesen más allá que la mera física y química; relaciones que nos proporcionen el tipo de alegría y romanticismo que sólo un Dios personal puede entender y com- partir con nosotros, para alegrar nues- tra vida. El amor es una invención de Dios, quien lo programó en el cerebro. El amor, al igual que el arco iris, está en nuestra mente. Lo ingenioso de nuestro mundo sensitivo El sistema sensitivo, compuesto por la percepción de sonidos, colores, sabor, tacto y aromas (el aroma también se
  • 13. 13DIÁLOGO 18•2 2006 nos con vínculos de amor y confianza mutua, porque tenemos la posibilidad de elegir libremente. Leonard Brand (Ph.D., Cornell University) dirige el Departamento de Ciencias Naturales en la Universidad de Loma Linda, California. Su email: lbrand@llu.edu. Ernest Schwab (Ph.D., Loma Linda University) enseña anatomía y fisiología en la Facultad de Ciencias de la Salud de la misma uni- versidad. Su email: eschwab@llu.edu. Este artículo fue condensado de un ensayo más extenso publicado por los autores en Origins 58 (2005), pp. 45-56. * Ver L.R.Brand, Faith, Reason, and Earth History (Berrien Springs, Michigan: Editorial de la Universidad Adventista de Andrews, 1997) y Beginnings: Are Science and Scripture Partners in the Search for Origins? (Nampa, Idaho: Pacific Press, 2006). Ver también L. Spetner, Not by Chance! Shattering the Modern Theory of Evolution (Brooklyn, Nueva York: The Judaica Press, 1998). creemos que es una decisión filosófica muy válida. La ciencia puede ayudarnos a com- prender el funcionamiento del cerebro y de otros sistemas naturales y cómo cambian los organismos. Hay suficien- tes evidencias de la microevolución y la aparición de nuevas especies, pero hay también una enorme falta de evidencias convincentes de que un mecanismo genético haya podido producir un nuevo órgano o haya sido posible el cambio de un tipo básico de animal en otro.* No podemos probar que un cerebro no podría haber evolucionado sin un diseñador inteligente, pero los científicos que se basan en premisas naturalistas tienen la responsabilidad de convencernos de que eso podría suceder. La ciencia de más alto nivel no posee evidencias persuasivas de que algo tan maravilloso como el cerebro humano podría aparecer sin la inter- vención de un diseñador que inventó y entiende un órgano tan sofisticado, capaz de generar sinfonías e imágenes, como también sentimientos románticos que hacen que la vida sea más placen- tera. En la cosmovisión del mundo científico moderno, las leyes físicas y químicas son la realidad última. Pero nosotros creemos que Dios es un ser personal y que en su universo las relaciones personales son de máxima importancia. Dios es el inventor y señor de las leyes de la naturaleza, por lo tanto las usa en forma consistente para mantener al universo en funcio- namiento. Sin embargo, para Dios las relaciones personales y la capacidad de deleitarnos con amigos frente a las maravillas estéticas del universo que el creó son de mucha mayor importancia que las leyes naturales. Estas leyes están a su servicio para tener en el universo las condiciones que hagan posible su meta más preciada: la existencia de seres vivos y pensantes que se relacio- nan entre sí y con el Creador, y que responden a su amor. Nunca podremos comprender a Dios hasta que entendamos y aceptemos que para él las leyes naturales son los medios para establecer en el universo su mayor prioridad, un contexto en que los seres humanos podamos relacionar- percibe siguiendo el mismo proceso) y la magia del amor es resultado del procesamiento de la información en el cerebro y no de leyes del sonido o longitudes de ondas. La siguiente vez que asistas a un concierto o estés senta- do al borde de un bosque al atardecer, escuchando los cantos de los pájaros y observando los colores cambiantes de la puesta del sol, piensa acerca del origen de todos estos estímulos sensitivos. El sonido producido por los diversos ins- trumentos de la orquesta y los diferen- tes cantos de los pájaros hace vibrar el aire de una manera única, a la par que el atardecer está reflejando los rayos de luz de diferente longitud de onda. Esto lo estudia la física, pero la ciencia no produce una sinfonía ni crea una puesta de sol hermosa. El sonido cau- tivante de la sinfonía y los impactantes colores del atardecer son producidos únicamente por el cerebro. Son regalos que el Creador nos dio a través de un conjunto de instrucciones y conexio- nes que programó en el cerebro y que permiten a su vez traducir las frías y precisas vibraciones del aire en algo que percibimos como exquisitamente precioso; una experiencia que queremos compartir con alguien que amamos. Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie presente para escucharlo, ¿se pro- duce un sonido? No, el árbol hace que el aire vibre, pero el sonido ¿se produce únicamente dentro de nuestro cerebro. Conclusión ¿A qué se debe que los seres vivos gocemos de visión, oído, olfato y el equipamiento necesario para generar un sentimiento romántico dentro de la mente? Por más de cien años la ciencia ha estado explicando este hecho como el resultado de mutaciones y selección natural, de procesos naturales pura- mente impersonales. En este artículo nosotros sugerimos una interpretación diferente que nos da una nueva pers- pectiva de la naturaleza del sonido, el color, el sabor, la belleza, el amor y el genio inventivo del Creador que los ideó. ¿Como podemos estar tan seguros de que vemos la mano del Creador en todo esto? A decir verdad no lo podemos probar, de la misma forma que nadie lo puede refutar. Nosotros Anunciamos... Conferencia Europea sobre Fe y Ciencia 1 – 12 de julio de 2007 Patrocinada por la División Euroafricana y el Geoscience Research Institute, la conferencia está abierta a educadores adventistas intere- sados en temas sobre orígenes, evolución, creación, geología y paleontología. Para obtener información de ins- cripción, costos y traslado, contactar al Dr. Roberto Badenas; roberto.badenas@euroafrica.org. El Dr. Raúl Esperante puede dar informaciones relacionadas al programa, itinerario, presenta- ciones y trabajo de campo; resperante@llu.edu.
  • 14. 14 DIÁLOGO 18•2 2006 Los críticos posmodernos de la Biblia y la arqueología reciente Los investigadores que enfrentan los desafíos del posmodernismo están recu- rriendo cada vez más a la arqueología como la fuente primaria de información Michael Hasel Desde los comienzos de la inves- tigación arqueológica en el antiguo Cercano Oriente en 1799,1 ninguna otra disciplina ha brindado más datos respecto de las personas, los lugares y los sucesos de la Biblia. El campo de trabajo de la arqueología abarca todo el planeta y busca entender las culturas y los estilos de vida de la antigüedad por medio de un estudio de los restos materiales del pasado. Sus resultados influyen tanto nuestro conocimiento de los orígenes como nuestra compren- sión del presente. Este puente entre lo que fuimos y lo que hemos llegado a ser continúa fascinando a muchos con preguntas penetrantes: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Por qué estoy aquí? Hoy, al ir desapareciendo el pensa- miento modernista, el posmodernismo ha llegado a ser la base principal en la formación de una nueva cosmovi- sión.2 Si bien por sus mismas premisas filosóficas esta corriente rechaza las definiciones, Os Guiness lo resume así: “Mientras el modernismo era un manifiesto de la confianza propia y la arrogancia humana, el posmodernismo es una confesión de modestia o incluso de desesperanza. No existe la verdad, sino sólo verdades. No existe una razón abarcante, sino razones. No existe una civilización privilegiada (o cultura, creencia, norma y estilo); sólo una multiplicidad de culturas, creencias, normas y estilos. No existe la justicia universal; sólo intereses que compiten entre sí”.3 “Esta desilusión con el modernismo proveniente de la Ilustración”, escri- be desde Oxford el teólogo Alister McGrath, ha llevado a la filosofía a un lugar donde “la única verdad es que la verdad no existe”.4 Esta premisa básica ha generado una reinterpretación radi- cal de la Biblia y una actitud aun más crítica ante la historia bíblica. Niels-Peter Lemche, de la Univer- sidad de Copenhague, afirma que los genuinos “datos históricos de la his- toria temprana de Israel no se hallan en la narrativa histórica del Antiguo Testamento”, por lo que “no es posible confiar en la historia bíblica del Israel primitivo”.5 En otra colección de ensa- yos de reciente publicación, titulada Can A “History of Israel” Be Written?, Hans M. Barstad declara: “Si la verdad histórica (verificable) es nuestra única preocupación, la historia de Israel no sólo sería muy breve (abarcaría unas diez páginas), sino que también sería sumamente aburrida”.6 Uno podría descartar estos argu- mentos académicos y preguntarse qué impacto directo tienen sobre el pen- samiento popular. Sin embargo, estas reinterpretaciones han figurado en los titulares de periódicos de gran divul- gación. Un artículo del U.S. News and World Report se titula: “La pelea por la historia”.7 Un libro popular de Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman titulado The Bible Unearthed, propo- ne la interpretación revisionista del antiguo Israel, según la cual “la saga histórica contenida en la Biblia desde el encuentro de Abraham con Dios... hasta el surgimiento y la caída de los reinos de Israel y Judá no fue una reve- lación milagrosa, sino un deslumbrante producto de la imaginación humana”.8 Muchos de los que leen estas interpre- taciones enfrentan serios interrogantes sobre la validez histórica de la Biblia.9 O, como lo expresa el título de un éxito editorial reciente: Is the Bible True? 10 Para el posmoderno, estas preguntas son cada vez más relevantes y, para el cristiano de convicciones bíblicas, resultan esenciales si quiere mantener sus creencias en un mundo cambiante. William G. Dever, uno de los más famosos arqueólogos dedicados al Cercano Oriente, se refiere a estos ata- ques en un libro de reciente aparición titulado: What Did the Biblical Writers Know and When Did They Know It? “La ironía es que los más mortíferos ataques contra la Biblia y su veracidad, ya sea histórica o teológica, no pro- vienen de sus enemigos tradicionales –ateos, escépticos, o ‘comunistas ateos’ tan temidos por los creyentes sino de los amigos bien intencionados de la Biblia”.11 La arqueología es una de las discipli- nas que nos ayudan a defendernos del revisionismo posmoderno, gracias al esfuerzo de cientos de arqueólogos que trabajan cada año para revelar el pasa- do. Los descubrimientos de los últimos quince años han brindado argumentos convincentes que, apoyados por evi- dencias concretas, contrarrestan la crí- tica posmoderna. A continuación men- cionaremos apenas algunos de ellos. Personajes: David y Goliat A través de las generaciones, el relato de David y Goliat ha captado la imagi- nación de los estudiantes de la Biblia. Es el relato de fe de un jovencito iner- me que enfrenta al campeón filisteo armado. Es la historia de un ejército israelita que tiembla en el Valle de Ela mientras los filisteos se burlan de Dios. Cinco piedras contra un escudo de hierro, un yelmo y una espada. Pero ¿cuál es la historia detrás de la historia? ¿Existieron David y Goliat? Philip Davies, profesor de estudios bíblicos en la Universidad de Sheffield, declaró en 1992: “El ‘imperio’ bíblico de David y Salomón aún no cuenta con el mínimo eco en los registros arqueológicos”.12 Concluyó propo- niendo que David y Salomón eran tan históricos como el Rey Arturo de la Mesa Redonda. Pero este argumento
  • 15. 15DIÁLOGO 18•2 2006 se basa en el silencio. Según Davies y otros investigadores posmodernos, los personajes y relatos de la Biblia deben tener una confirmación histórica, esto es, arqueológica. “A menos que se haga esto, no puede existir una base real para aducir que el ‘Israel’ bíblico posee alguna relación especial con la historia”.13 En otras palabras, la Biblia es culpable hasta que sea probada ino- cente.14 Pero tales argumentos son peli- grosos para cualquier disciplina y, con cientos de arqueólogos que trabajan hoy en día en el Medio Oriente, puede ser devastador. En 1993 los arqueólogos hicieron un notable hallazgo en Tel Dan, en el norte de Israel. Fuera de la puerta de la ciudad se halló una piedra de basalto que había sido reutilizada en el muro. Cuando uno de los asistentes dio vuel- ta la piedra, notó una inscripción. El responsable de la excavación junto con un lingüista publicaron más tarde el texto, que mencionaba la victoria del monarca arameo Ben Hadad, en el cual éste se jactaba de haber derrotado a la “casa de David” y a la “casa de Israel”. Tomando como base el tipo de escritura, la inscripción ha sido fecha- da alrededor del 850 a.C., y resulta significativa porque por vez primera se menciona la palabra David. Se uti- liza aquí en el contexto de “la casa de David”, el nombre de la dinastía de Judá también utilizado en la Biblia (1 Reyes 12:26; 14:8; 2 Reyes 17:21). Lo importante es que no tiene sentido mencionar una dinastía de alguien inexistente. El verano pasado un descubrimiento arqueológico iluminó aún más el relato de David y Goliat. Según la Biblia, Goliat provenía de Gat (1 Samuel 17:4), una de las cinco ciudades de los filisteos. Las excavaciones modernas en el sitio (Tel es Safi), dirigidas en 2005 por Aren Maier, de la Universidad Bar Ilan de Tel Aviv, hallaron un fragmento quebrado de cerámica con una ins- cripción. Según el Dr. Maier, en una conferencia presentada en noviembre de 2005,15 las letras corresponden al alfabeto protocananeo (en letras semí- ticas). Los caracteres sin vocales son ALWT y WLT. Aunque los caracteres son semíticos, el idioma utilizado es indoeuropeo. Los nombres pueden ser interpretados como “Wylattes o Alyattes”. Para el oído israelita esto podía sonar como Wyllattes/WLT/ Goliat. Resulta significativo que los nombres estén escritos en lengua indo- europea con caracteres semíticos, ya que nos remite a un origen egeo (grie- go), que es el lugar de donde según la Biblia provienen los filisteos (Génesis 10:14; Jeremías 47:4; Amós 9:7). Que estén en caracteres semíticos indica algún tipo de adaptación de la lengua escrita al medio ambiente cananeo donde se establecieron los filisteos. Esta inscripción fue hallada por debajo de la destrucción masiva de la ciudad, que los arqueólogos han identificado con la campaña militar de Hazael de Siria (2 Reyes 12:17). La inscripción está por lo tanto sellada en un contexto estratigráfico y puede ser datada entre los siglos X y IX a.C. (aproximadamente entre 950 y 880 a.C.). El contexto es importante, ya que establece que el nombre Goliat era conocido en la ciudad filistea de Gat alrededor de 70 años después de que se registrara el evento bíblico de 1 Samuel 17. El Dr. Maier, arqueólogo muy respetado y actualmente direc- tor del Instituto de Arqueología de la Universidad Bar Ilan, concluye que aunque probablemente la inscripción no se refiera directamente al Goliat bíblico, señala “un Goliat o más bien dos nombres como el de Goliat”. Esto afirma que estos nombres eran utiliza- dos en la ciudad filistea de Gat algunos años después de que la Biblia registrara el conflicto entre David y Goliat. Lugares y ciudades: Hazor, Gezer y la monarquía unificada Según 1 Reyes 9:15-16, Salomón volvió a fortificar las ciudades de Hazor, Meguido, Gezer y Jerusalén. ¿Qué evidencias arqueológicas existen de esto? Mientras trabajaban en Hazor en la década de 1950, los arqueólogos descubrieron una puerta monumental que databa del tiempo de Salomón. Yigael Yadin, el investigador de la Universidad Hebrea, predijo que se hallarían puertas similares en las otras ciudades mencionadas en el texto bíblico y su hipótesis fue demostrada. Hacia fines de la década de 1960, las excavaciones de Gezer revelaron una puerta de arquitectura similar, y los arqueólogos la fecharon en el siglo X, la época de Salomón. Textos hallados en ambas excavaciones confirman la identificación de esos lugares como Hazor y Gezer. Pero los eruditos pos- modernos comenzaron a cuestionar su relación con las actividades de Salomón y declararon que la puerta debía ser datada con una fecha poste- rior”.16 En 1990, tuve el privilegio de par- ticipar en nuevas excavaciones en Gezer. Allí, mientras trabajábamos con el profesor William G. Dever, de la Universidad de Arizona, descubrimos la evidencia necesaria para afirmar con absoluta seguridad que la puerta correspondía al siglo X.17 Más recien- temente, en los últimos tres veranos (2004-2006), la Southern Adventist University ha estado participando en las nuevas excavaciones en Hazor, el sitio más extenso del Antiguo Testamento en Israel.18 Estos dos lugares han brindado evidencias impre- sionantes del período de Salomón. En las puertas de estas ciudades y sus áreas asociadas se halló alfarería roja y puli- da. La arquitectura de ambas puertas constaba de piedras de cantera cuida- dosamente cortadas que nos recuerdan la descripción bíblica de los obreros fenicios contratados por Salomón para completar la obra. Hoy en día, los arqueólogos continúan desenterrando evidencias que confirman las descrip- ciones bíblicas del siglo X. Política y culturas: Canaán y Filistea Niels-Peter Lemche ha declarado audazmente que Canaán y los cana- neos no estaban bien definidos como
  • 16. 16 DIÁLOGO 18•2 2006 pueblo en el segundo milenio a.C. En su libro The Canaanites and Their Land, afirma: “Es evidente que los habitantes del supuesto territorio cana- neo de Asia Occidental no tenían idea clara del tamaño real de este territorio, ni sabían exactamente dónde estaba situada Canaán”.19 Y añade, “los cana- neos del Cercano Oriente no sabían que eran cananeos”.20 Sus conclusiones han sido cuestionadas,21 pero Lemche ha mantenido su interpretación de las fuentes históricas, que denomina “imprecisas” y “ambiguas”. Esta historia revisionista de Canaán y los cananeos no encuentra apoyo en las evidencias arqueológicas disponi- bles. El término Canaán aparece por primera vez en textos antiguos del Cercano Oriente, y es a partir de éstos que los arqueólogos han definido la región. Textos de la antigua ciudad de Ebla, ubicada en Siria (c. 2400 a.C.), mencionan por vez primera a Canaán refiriéndose a una tierra o región. Archivos de antiguos textos cuneifor- mes de Alalaj y Mari también indican que los pobladores de esta región eran conocidos como cananeos, y se hacen claras distinciones entre éste y otros grupos. Las cartas de Amarna halladas en Egipto brindan la documentación más útil respecto de la organización política de Canaán alrededor del 1400 a.C. En ellas, frases tales como “toda Canaán”, “las ciudades de Canaán”, “las tierras de Canaán” y “la tierra de Canaán” nombran a una entidad geográfica con fronteras definidas que constituyen esa provincia egipcia en el oeste de Asia.22 Los egipcios se refieren quince veces a Canaán y los cananeos en registros de campañas militares a la región. En estas descripciones, los habitantes no sólo son descritos sino también repre- sentados en los relieves de paredes de templos egipcios. Las imágenes de estos relieves muestran que Canaán era un territorio con ciudades y habitantes, que se extendía desde Gaza en el sur hasta el sur del Líbano moderno.23 De estos textos excavados por los arqueó- logos, ciertamente hay todavía mucho para revelar de ese antiguo territorio mencionado en las Escrituras. La Biblia describe a los filisteos como un grupo que se originó en Caftor o Creta (Génesis 10:14; Jeremías 47:4; Amós 9:7). En 1992, Thomas L. Thompson escribió: “Eso de que los ‘filisteos’ deben ser entendi- dos como representantes de una pobla- ción extranjera invasora de Palestina debe negarse sin dudar”.24 Afirmó que las evidencias arqueológicas eran “superficiales” y declaró: “La alfarería ‘filistea’ no es reflejo del pueblo filisteo. Tampoco existe un justificativo para ver a los alfareros filisteos como inmi- grantes o descendientes de estos...; la alfarería más bien refleja una síntesis de las tradiciones de más de un grupo poblacional”.25 Desafortunadamente para Thompson, no ha habido avances de esta hipótesis respecto de la alfarería y otros objetos materiales. Por el con- trario, durante los últimos 20 años la arqueología ha iluminado ampliamente la existencia de los filisteos menciona- dos en la Biblia. Basándose en los textos y la alfarería egipcia (pintada con los mismos moti- vos de utensilios micenos y de otros egeos), los filisteos han sido vistos tradicionalmente no como un grupo originario sino como conquistadores o inmigrantes del mundo egeo. Los relie- ves egipcios de Ramsés III en Medinet Habu ilustran a estos “Pueblos del Mar” llegando en embarcaciones o en carros, por tierra. El papiro Harris I afirma que el dicho egipcio “los filis- teos fueron hechos cenizas” se refería a su desaparición ante el poderío militar de Egipto.26 Puede citarse el registro arqueoló- gico en apoyo a esta interpretación. La devastación de sitios en todo el sur de Palestina durante el período de la transición del Bronce Tardío al Hierro Temprano ha sido atribuida a estos “Pueblos del Mar” del mundo egeo (griego). Luego de estas destrucciones, los restos de alfarería de ciudades filis- teas como Ascalón, Asdod, Tel Miqne- Ecrón y Tel Qasile revelaron nuevos utensilios con influencias egeas.27 Además, los análisis por activación de neutrones han confirmado que esta alfarería fue manufacturada en la zona en vez de haber sido importada. Entre los nuevos tipos de arquitectura que indican influencias egeas se encuen- tran (1) salas principales en Ecrón y Qasile con construcciones similares en Pilos, Micenas y Tiryns, Grecia; y (2) características de la construcción egea evidentes en Ecrón. Asimismo, las influencias religiosas son atribuidas a la estatuilla “Asdoda”, similar a las de Micenas. Las excavaciones en estos y otros sitios indican que la cultura filistea era sofisticada y avanzada en comparación con la de los israelitas contemporáneos.28 No es de extrañar que Sansón se sintiera tentado a des- cender a las poblaciones de los filisteos (Jueces 14:1). Conclusión La arqueología representa una de las pocas disciplinas que se ocupa exclusivamente de antiguos artefactos, edificaciones, ciudades y terrenos, es decir, realidades tangibles y tridimen- sionales que, aunque cubiertas por las arenas del tiempo, dan testimonio de pueblos, lugares y sucesos del pasado. A medida que año a año estos monu- mentos siguen siendo descubiertos, el mundo de la Biblia emerge más com- pleto, brindándonos vislumbres de su rico y variado entorno. Es necesario continuar realizando cuidadosas investigaciones arqueológi- cas en el Oriente Medio. Los eruditos e historiadores bíblicos que ahora deben enfrentar los desafíos del pos- modernismo recurren cada vez más a la arqueología como la fuente primaria de información sobre la historia bíblica. Si bien esta disciplina aún se halla en su infancia, está comenzando a aportar los detalles faltantes del gran relato bíblico desde sus primeros comienzos. En esa búsqueda, las afirmaciones revi- Continúa en la página 35
  • 17. 17DIÁLOGO 18•2 2006 FORO ABIERTO El cristiano ante las elecciones políticas Pronto se celebrarán las elecciones en mi país y voy a votar por primera vez. Los eslóganes políticos y las declaraciones contradictorias de los diferentes candidatos no me están ayudando a decidir cuál de ellos es el más calificado y confiable. La ley de mi país requiere que todos los ciuda- danos participemos en el proceso electoral. Algunos de mis amigos me están instando a votar en blanco para así dejar que Dios simplemente haga su voluntad soberana al respecto, pues dicen que según la Biblia: “‘Él quita reyes y pone reyes’” (Daniel 2: 21). ¿Qué consejo puede darme? Respeto la manera de pensar de tus amigos, pero no creo que al votar en blanco estén de alguna manera allanan- do el camino a la “voluntad política” de Dios, en caso de que tal cosa existiera. Siguiendo el mismo razonamiento, si nada puede impedir que Dios cumpla su voluntad, daría lo mismo votar por cualquier candidato; ¿no te parece? Creo que Dios actúa en el mundo y en la his- toria por medio de seres humanos dis- puestos a servir como sus agentes, de la misma manera como lo hace el mal. La única diferencia es que el mal siempre ha tenido voluntarios de sobra. Desafortunadamente, en muchos casos el resultado de una elección tiene poco que ver con la voluntad de Dios. Por ejemplo, en Oseas 8: 4 el Señor dice: “‘Establecieron reyes, pero no esco- gidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe’” (RV, 1960). En la mayoría de los sistemas elec- torales, los votos en blanco terminan favoreciendo al candidato más votado. Eres afortunado de vivir en un país en el que tienes el privilegio de expresar tus preferencias políticas. Recuerda que, como alguien dijo hace mucho tiempo, aun “la peor de las democracias es mejor que la mejor de las dictaduras”. Tu voto cuenta. Jesús indicó que los seres humanos tenemos que cumplir ciertas responsabi- lidades para con Dios y con las autori- dades que ejercen el poder de gobernar la sociedad en la que vivimos (Mateo 22: 21; ver también Hechos 5: 29). Por esa razón, y a pesar de las imperfeccio- nes de todo sistema político y electoral, ten en cuenta las siguientes preguntas orientadoras a la hora de evaluar a cada candidato y mientras te preparas para emitir tu voto: ¿Qué se conoce de la actividad polí- tica pasada de cada candidato? ¿Qué iniciativas tomaron y llevaron a cabo? ¿Han sido fieles en el cumplimiento de sus promesas electorales o terminaron cediendo a presiones y acomodándose a intereses sectoriales? ¿Cómo adminis- traron los fondos públicos? ¿Cuál es la plataforma ideológica de los partidos que los respaldan? ¿En qué medida con- cuerdan sus proyectos y planes con los principios éticos expresados en la Biblia? ¿Quiénes son sus compañeros de fórmu- la y sus asesores? ¿Has leído sus declaraciones públicas? ¿Sus propuestas son realistas o simple- mente están formuladas para captar el voto popular? ¿Hay buenas razones para confiar en que serán transparentes en el ejercicio de su función en caso de resul- tar electos? ¿Puede esperarse que respe- ten y hagan respetar el funcionamiento independiente de los poderes legislativo y judicial? ¿Es razonable creer que pro- tegerán la libertad de conciencia y de expresión de todos los ciudadanos? Hasta donde se sepa, ¿es la conduc- ta personal del candidato un ejemplo digno de ser imitado? ¿Serán su entorno familiar inmediato y su vida privada un apoyo o un obstáculo para su función como líder y modelo de la comunidad? Hay que reconocer que en un mundo imperfecto, algunas de estas preguntas son difíciles de responder. No obstante, este ejercicio te ayudará a desarrollar y tonificar tu musculatura cívica. Sé por experiencia que a menudo uno termina votando por el candidato que reúne los requerimientos básicos, y que es el menos objetable de acuerdo con nues- tras convicciones. Como cristiano, es tu responsabilidad evaluar, decidir y ejercer tus derechos de ciudadano. Te animo, pues, a orar por el futuro de tu país y a votar de manera inteligente y con una conciencia esclarecida. Hugo A. Cotro está completando sus estudios doctorales en Andrews University, Michigan. El contenido de esta sección ha sido adaptado de su libro ¿Qué dice la Biblia? Respuestas bíbli- cas para sus interrogantes (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2005). ¡Suscripción gratuita para la biblioteca de tu colegio superior o universidad! ¿Quisieras que Diálogo estuviera disponible en la biblioteca de tu colegio superior o uni- versidad no adventista, para que tus amigos puedan leerlo? Contacta al bibliotecario o a la bibliotecaria, muéstrale un ejemplar de la revista y sugiérele que solicite una suscripción gratuita de Diálogo por medio de una carta escrita en un papel con membrete de la insti- tución. ¡Nosotros nos encargaremos del resto! La carta debe dirigirse a: Redactor en Jefe, Diálogo, 12501 Old Columbia Pike; Silver Spring, MD 20904-6600; EE. UU.
  • 18. 18 DIÁLOGO 18•2 2006 Rafael Falcó Güell Diálogo con un pintor adventista catalán PERFIL Rafael Falcó Güell nació cerca de Barcelona, España. Cuando tenía ape- nas doce años, perdió a sus padres, quedando al cuidado de sus tíos. Desdepequeñodisfrutabadibujandoy pintando, y hasta hoy no ha dejado de hacerlo. A los 22 años una beca le permi- tió estudiar bellas artes en Madrid. El museo Sorolla lo cautivó muchas horas, contemplando las obras del gran maestro impresionista valenciano Joaquín Sorolla, llenas de luz y color. Bajo su influjo el joven artista pintó numerosas escenas de niños jugando al sol en la playa, que revelan la fasci- nación ejercida sobre el pintor por los reflejos de la luz en el agua. Este será uno de sus temas preferidos a lo largo de toda su vida profesional. De regreso en Barcelona, el joven Falcó fue admitido en la escuela impre- sionista de Rafael Benet y pronto se revelócomounalumnoaventajado.Allí conoció a numeros artistas, y en 1965 compartió su estudio con el famoso pintor Gabino Rey. También allí, en 1968, Falcó Güell participó por pri- mera vez en una exposición colectiva. Sólo dos años más tarde pudo presen- tar su primera exposición individual, en la prestigiosa Sala Jaime de Barcelona, con sus temas favoritos: niños jugando en la playa y paisajes de la Costa Brava, esa bella región del mar Mediterráneo. En 1970 vivió en Paris, donde pintó temas locales que expuso en Barcelona y en otras ciudades de Cataluña. Cinco años más tarde, el norteamericano Herbert Arnot, experto en arte de la galería Arnot de Nueva York, se inte- resó tanto por el estilo de Falcó Güell que adquirió casi toda su obra de varios años. De 1985 a 1994 ejerció como profe- sor en la escuela Rusc de Bellas Artes, en Blanes (Barcelona), enseñando a los jóvenes aspirantes los misterios y las técnicas del oficio y compartiendo con ellos su pasión por la pintura. (El retra- to de Falcó, que aparece más arriba a la izquierda, fue pintado por una de sus estudiantes, Cristina Jeremías, quien se lo dedicó.) Durante este período visitó Venecia ennumerosasocasiones,dejandoluego reflejados en unos 400 cuadros los rincones y escenas que han hecho famosa a esta ciudad. Los motivos venecianos le aportaron constantes éxitos en todas sus exposiciones, tanto en Estados Unidos, como en Francia, Suiza, Alemania e Italia. Su exposi- ción en Barcelona durante los Juegos Olímpicos de 1992 le trajo elogios de los críticos de arte de toda Europa. Rafael Falcó Güell y su esposa son miembros de la iglesia adventista de Urgell en Barcelona. ¿Cuándo empezó usted a pintar y quien le apoyó en sus inicios? Cuando cumplí 7 años mi padre me regaló una caja de acuarelas. Ese fue el primer paso y desde entonces no he dejado de pintar. Visitando galerías de arte y museos sucumbí al hechizo de la belleza del arte y descubrí en mi interior el deseo latente de pintar. Más tarde comprendí que ese talento era un regalo de Dios, que yo podía hacer florecer. ¿Qué ha sido lo más difícil de su carre- ra? De joven trabajaba de mecánico, pero en mi tiempo libre disfrutaba pintando. Como pintor, mi primer desafío fue el económico. Nadie quiere comprar cuadros de un artista desco- nocido; toma bastante tiempo darse a conocer como pintor profesional. Poco a poco fui subiendo la cuesta y un día me sorprendió el éxito de mi primera exposición. A partir de entonces empe- cé a vivir de mi trabajo como pintor. ¿Cuáles son sus temas favoritos? Más que nada, los paisajes. El mar, la playa, los pueblos de montaña siempre me han atraído. Pero también pinto la vida en las grandes ciudades. Me gus- tan sobre todo Venecia y Barcelona. La vida es interesante en todas sus formas, pero me siento más libre pintando la naturaleza, y jugando con los colores y la luz.
  • 19. 19DIÁLOGO 18•2 2006 ¿Cómo define usted su estilo? Nunca he intentado tener un estilo especial. El estilo viene solo. Los espe- cialistas lo llaman “nuevo impresionis- mo”. Yo no lo discuto. Usted es un pintor de éxito. ¿A qué cree que se debe? Para mí el éxito no es cuestión de dinero sino de satisfacción. El verda- dero éxito viene de la calidad del tra- bajo realizado y de la satisfacción que produce el resultado final. Mi manera de pintar la luz y los colores gusta a mucha gente. El secreto está en una mezcla de honradez y talento. ¿Qué le hace feliz a usted como artis- ta? En un mundo caído como es el nuestro, la felicidad absoluta no existe. Necesitamos buscarla haciendo bien lo que tenemos que hacer. Yo disfruto reflejando en mis cuadros un poco de la belleza que percibo en la creación de Dios. Terminar un cuadro, sea de encargo o no, y pasarlo a su nuevo propietario es para mi un motivo de satisfacción y de sufrimiento al mismo tiempo. De satisfacción, porque sé que mi obra hace feliz a alguien, aportando belleza a su entorno. De sufrimiento porque nunca más voy a tener esta obra. Pero todo pintor sabe que debe asumir ambos aspectos de su profesión. ¿Influye su fe en su visión del arte? ¿Tiene su obra algún mensaje? Por cierto que la visión de la vida repercute en el trabajo, y más aún sien- do pintor. Veo a Dios en todo lo que miro, y eso afecta la manera en que percibo los pinceles y los lienzos. Pero nunca he intentado transmitir ningún mensaje oculto; dejo que la belleza del arte hable por sí misma. Cuando pinto no hago más que transcribir lo que recibo, lo que veo, lo que siento. Me gusta pensar que soy un copista, un imitador, un adorador de Dios, a través de mi obra. ¿Cómo su vida de familia afecta a su trabajo? Mi familia me ayuda. Sin su apoyo y colaboración sería muy difícil concen- trarme en una actividad tan sensible como la mía. Aunque no siempre me gusten algunas de las críticas de ellos hacia mis cuadros, muy a menudo debo aceptar que tienen razón, y que estos comentarios resultan positivos. ¿Cómo conoció usted la Iglesia Adventista? Después del servicio militar conocí a una familia adventista en Barcelona. Me gustaba su hija, y ésta me llevó a la iglesia. Nos casamos y desde entonces seguimos felices juntos, y en la iglesia. ¿Se siente usted apoyado por la iglesia en su profesión? En general sí. Mis amigos de la igle- sia siempre me han animado y aprecia- do mi trabajo. Pero debo confesar que muchos miembros de iglesia no tienen ningún interés especial ni por la pintu- ra ni por el arte. ¿Qué aconsejaría usted a los jóvenes adventistas que quieren ser pintores? Decidir dedicarse a la pintura es un asunto muy personal. Un don es algo recibido de Dios. El arte es algo serio que comporta por un lado dones y talentos y por otro convicciones y determinación. Si alguien se siente lla- mado en esta dirección, adelante. Entrevista por Roberto Badenas Roberto Badenas (Ph.D., Andrews University) es el director del Departamento de Educación y el representante de Dialógo en la División Euroafricana. Su email: roberto.bade- nas@euroafrica.org. Rafael Falcó Güell puede ser contacta- do mediante su dirección electrónica: rfalcoguell@hotmail.com. SUSCRIPCIONES A DIÁLOGO ¿Así que…quieres ser un pensador, y no meramente un reflector de lo que piensan los demás? Diálogo continuará desafiándote a pensar críticamente, como cristiano. Mantente en contacto con lo mejor del pensamiento adventista alrededor del mundo. ¡Suscríbete a Diálogo! La suscripción por un año (3 números): US$13,00; Números anteriores: US$4,00 cada uno. Me gustaría suscribirme a Diálogo en ❏ Español ❏ Francés ❏ Inglés ❏ Portugués Números ❏ Comiencen mi suscripción con el próximo número. ❏ Quisiera recibir los siguientes números anteriores:Vol.___, No.___ Pago ❏ Incluyo un cheque internacional o un giro postal ❏ El número de mi MasterCard oVISA es______________________ La fecha de vencimiento _____________ Por favor, escribe en letra de imprenta Nombre _______________________________________________________________ Dirección _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ Envíala a Diálogo, Suscripciones; LindaTorske; 12501 Old Columbia Pike; Silver Spring, MD 20904-6600; EE.UU. Fax 301-622-9627 Email torskel@gc.adventist.org