2. Cada una de las personas
que habitan el planeta puede
actuar en beneficio de los
recursos naturales y así
garantizar su bienestar y el de
futuras generaciones.
En primer lugar hay que
utilizar racionalmente el
agua, lo que significa
reducir la cantidad
empleada en los
quehaceres domésticos, y
mientras se toma una
ducha o se lavan los
dientes.
3. También es fundamental
emplear para la limpieza
productos biodegradables; es
decir, que no contaminen ríos y
lagos. Así se evita la pérdida de
los seres vivos que los habitan.
Si es posible hay que clasificar
la basura —vidrio, papel,
latas— y depositarla en
recipientes adecuados para su
disposición final. Moderar el
consumo de electricidad ayuda
al planeta.
¡Todas las acciones
cuentan!
4. ¡Si todos nos lo
proponemos y
tomamos
conciencia de lo
importante que es
cuidar la
naturaleza,
podemos unir
fuerzas y salvar
nuestro planeta!