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La posada del silencio
El texto de hoy
El viento sopla donde quiere, y ores su voz
El silencio trasciende todas las culturas, todas las ciencias.
Un silencio que es patrimonio de la humanidad y cada uno lo experimenta de acuerdo con su identidad. El
viento sopla monte abajo, y no es igual el ruido que hace en los robles, en las rocas, en las alamedas, en la
hierba...pero el viento es el mismo.
El silencio, la vida divina es la misma. El espíritu es el mismo, Dios es el mismo...la experiencia es
distinta.
Si nos contara el roble su experiencia, o las rocas, o la hierba...todas distintas, pero es la misma.
Deja que el viento te lleve en el silencio para que oigas su voz.

CONVERSACIONES DE SAN
ESTEBAN.
DEL 5 DE NOVIEMBRE AL 11 DE FEBRERO
Festividad de San Martín de Porres
Festividad de San Martín de Porres Patrón de la Bolsa de caridad de la Archicofradía del Rosario.
Domingo, 03 de noviembre de 2013 a las 19:30 Rezo del Santo Rosario y exposición del Santísimo
a las 20:00h Santa Misa
Martín hermano de fe y caridad Unidos en comunidad y ya dentro del “Año de la Fe”, vivimos nuestra
Fiesta Patronal en honor de San Martín de Porres. Recordamos que este año celebramos el 50 aniversario
de la canonización del llamado "santo de la escoba" (el 6 de mayo), coincidiendo con el 50 aniversario de
la apertura del Concilio Vaticano II. Aquel que nació en la ciudad de Lima, Perú, el día 9 de diciembre
del año 1579. Martín fue creciendo con mucha humildad y a los doce años entró de aprendiz de
peluquero, y asistente de un dentista. En ese sencillo oficio conoce al Fraile Juan de Lorenzana, famoso
dominico buen teólogo y hombre de virtudes, quien lo invita a entrar en el Convento de Nuestra Señora
del Rosario. Pero las leyes de aquel entonces le impedían ser religioso por su la raza, por lo que Martín
ingresó como Donado, pero él se entrega a Dios y su vida está presidida por la fe, el servicio, la humildad,
la obediencia y un amor sin medida. El sueño de Martín era "Pasar desapercibido y ser el último" pero
Dios tenía otro plan para él. Su anhelo más profundo siempre fue seguir a Jesús. Siempre lo hemos tenido
como un gran modelo de fe y caridad. El 2 de junio de 1603 se consagra a Dios por su profesión religiosa.
El P. Fernando Aragonés testificará: "Se ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos, dando
limosna a españoles, indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor". La portería del
convento es un reguero de soldados humildes, indios, mulatos, y negros; él solía repetir: "No hay gusto
mayor que dar a los pobres". Pronto la virtud del mulato dejó de ser un secreto. Su servicio como
enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía
encontrar en la calle. Un día Martín enferma y él dice que de esa enfermedad moriría, cuando vio que se
acercaba el momento feliz de ir a gozar de la presencia de Dios, pidió a los religiosos que le rodeaban que
entonasen el Credo. Mientras lo cantaban, entregó su alma a Dios. Era el 3 de noviembre de 1639. El
Papa Gregorio XVI lo declaró Beato en 1837. Fue canonizado por El Papa Juan XXIII en 1962.

Fecha Inicio:03/11/2013 12:52:58
Fecha Fin:03/11/2013 22:52:58
Lugar:IGLESIA DE SAN ESTEBAN
CON EL CORAZÓN AGRADECIDO

AGRADECIMIENTO
En estos momentos en los que estamos viviendo la
partida de nuestro hermano Jesús, sus familiares y los
frailes dominicos de la basílica de Nuestra Señora de
Candelaria, queremos hacer público nuestro
agradecimiento a todos:
Primero a Dios, que durante años nos ha regalado la
vida y energía de Jesús Mendoza.
Después a todos Vds., todos los que os habéis
acercado en estos días para con-solarnos, sí, para que
no estuviéramos solos. En este “Ustedes” estáis todos,
los particulares y los representantes de las diferentes
Instituciones, que nos habéis manifestado vuestra
cercanía y cariño con mil gestos y detalles.
Queremos hacer una mención especial, sólo una,
nuestro agradecimiento sincero a todo el personal de la
Residencia UniversitariaLa Candelaria. Han sido días
muy difíciles y críticos los que hemos vivido juntos.
Gracias por vuestro buen hacer.
La vida continúa y, desde nuestro convento de
Candelaria, los dominicos seguiremos con los mismos
servicios que durante años hemos prestado en esta
diócesis de S. Cristóbal de La Laguna, en la basílica, la
parroquia de Santa Ana y todas las demás parroquias,
la Casa de Acogida de mayores, etc., etc. Por eso nos
animamos a mirar hacia delante.
Hacemos nuestra la
profesión de fe del salmista: “Levanto los ojos a los
montes, de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me
viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”.
Muchas gracias.
LES INFORMAMOS, QUE MAÑANA LUNES 20 DE
OCTUBRE A LAS 18 HORAS, CELEBRAREMOS
UNA EUCARISTÍA EN LA BASÍLICA DE
NUESTRA SEÑORA DE CANDELARIA PATRONA
DE CANARIAS
Basílica de Candelaria, sábado 19 de octubre de 2013.

Eucaristía pascual de Fray Jesús
Mendoza González, OP
Fray Jesús Mendoza González, OP, cuarto de cinco
hermanos, nace en Juncalillo, municipio de Gáldar, en
Gran Canaria el 9 de agosto de 1944. Terminados sus
estudios de enseñanza primaria y media toma el hábito
de la Orden de los Predicadores en 1965 y hace su
primera profesión religiosa el 1 de noviembre de 1966.
El 23 de diciembre de 1972 recibe el sacramento del Orden
sacerdotal en la parroquia de S. Andrés de Cuevecitas, en
Candelaria.

+ Su primer destino como sacerdote será Córdoba, en
donde trabajará en el colegio de los Hermanos
Maristas y en la residencia de estudiantes que los
Dominicos teníamos en el convento de S. Agustín.
+ Es en 1986 que es destinado a este convento de
Nuestra Señora de Candelaria, en donde ha residido
desde entonces de forma continua. En etapas sucesivas
y alternas ha sido prior del convento y rector del
santuario, primero, y basílica, después.
+ De sus trabajos y desafíos entre nosotros durante
estos años todos hemos sido testigos.
+ Nos queda el recuerdo y ejemplo de su tenacidad y
empeño ante las dificultades, su entusiasmo en el
servicio.
+ Fortalecidos por la fe en Jesucristo, el vencedor del
mal y de la muerte, somos invitados ahora a celebrar la
pascua de Jesús Mendoza, su paso de este mundo a la
casa del Padre.
Damos gracias al Padre Dios por la vida de Jesús;
para él impetramos el perdón, como ser humano habrá
errado en más de una ocasión, y a María, nuestra
madre de Candelaria, la encomendamos que le acoja y
le conduzca al banquete del cielo.
Nosotros aquí, en el sacramento, en la fe y la
esperanza, él allá, en el banquete definitivo, celebremos
juntos el banquete de las bodas del Cordero, la Pascua
del Señor, que es anuncio y garantía de nuestra
Pascua.
(Semblanza leída en su Funeral).
COMUNIDAD DOMINICOS DE NUESTRA
SEÑORA DE CANDELARIA
PROFUNDAMENTE AGRADECIDO.

El padre Jesús Mendoza descansa ya en
Santa Ana
NORBERTO CHIJEB | Candelaria
El padre Jesús Mendoza, prior de la basílica de Candelaria desde 1986, descansa desde ayer en el panteón
de los hermanos Dominicos en el cementerio de Santa Ana, en Candelaria.
Más de medio millar de personas despidieron ayer al párroco que llenó de generosidad y sencillez su
dilatada carrera, vinculada desde 1972 a la Villa Mariana. Desde que su féretro fue trasladado por la
mañana desde el convento de los Dominicos a la basílica, un río de personas anónimas y distintas
autoridades fueron desfilando ante él, situado en la cabecera del templo, casi a los pies de la Virgen de
Candelaria que tanto adoraba.
El obispo de la Diócesis Nivariense ofreció la misa fúnebre acompañado por los hermanos Dominicos y
por el párroco de Igueste de Candelaria y Barranco Hondo, Daniel Pérez, quien será provisionalmente el
prior de la basílica candelariera hasta que que el Provincial de la zona Bética, Miguel de Burgos, con sede
en Sevilla, designe oficialmente al sustituto que se lleva el cariño de Tenerife, además de un extenso
legado, como por ejemplo la Casa de Acogida Virgen de Candelaria, una obra que refleja el afán del
padre Mendoza por hacer confortable los últimos años de vida de los mayores.
El Ayuntamiento de Candelaria declaró el jueves tres días de luto, por lo que han sido suspendidos todos
los actos oficiales y ondean las banderas a media asta. Además hoy se guardará un minuto de silencio en
todos los partidos de fútbol que se disputen en el municipio. También la Mesa del Parlamento de Canarias
se sumó ayer a las condolencias, trasmitiendo en un comunicado el pesar y destacando “su ejemplar
dedicación al sostenimiento y expansión del culto mariano y a las mejoras artísticas en el emblemático
templo, se completó con una labor social abnegada y meritoria que atendió a los ciudadanos más
desfavorecidos de la comarca, especialmente a los niños, ancianos y enfermos que tuvieron en él a un
constante y entregado valedor”. Descanse en paz.
Comienza el curso del “Instituto de
Teología y Humanismo” de Barcelona.
El día 15 de octubre se inauguró el curso 2013-14 del
“Instituto de Teología y Humanismo que desde hace
muchos años organiza el Convento de Sta. Catalina V.
y M. de Barcelona.
Durante tres días, el P. Evelio J. FERRERAS, O.P., impartió el cursillo “Algunas reflexiones al
concluir el Año de la Fe”. Estos son los ejes sobre los que versó:
1. Comprensión y sentido de la Fe cristiana
Comprensión que podríamos sintetizar en el rico texto de Lumen Fidei, n. 7: “En la fe, don de Dios,
virtud sobrenatural infusa por Él, reconocemos que se nos ha dado un gran amor, que se nos ha dirigido
una Palabra buena y que si acogemos esta Palabra que es Jesucristo, Palabra encarnada, el Espíritu Santo
nos transforma, ilumina nuestro camino hacia el futuro y da alas a nuestra esperanza para recorrerlo con
alegría”.
2. Creo en Dios Padre.
El Dios revelado por Jesús, como “Abba”y que siguiendo la línea profética, sapiencial y de los grandes
orantes del A.T. Jesús sintetiza en estos atributos: Dios padre de Amor y Misericordia infinita, Dios Padre
Providente, Dios que escucha y atiende el clamor de sus hijos que se dirigen a Él en la oración.
3. Creo en su Hijo Jesucristo y en el E. Santo
En Jesús, ideal y modelo del hombre nuevo, pastor y maestro, hermano y amigo, el Hijo de Dios
encarnado, muerto y resucitado para nuestra salvación. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
consustancial al Padre y al Hijo en la divinidad, amor y don increado, pero fuente de vida y santidad.
Admisión de nueve hermanos en las
Fraternidades Laicales Dominicanas de
la Provincia de España
Se constituye una nueva fraternidad en la localidad
leonesa de la Virgen del Camino.

El pasado 7 de Septiembre se celebró en el convento de la Virgen del Camino la admisión de nueve
hermanos, constituyendo así una nueva fraternidad que llevará el mismo nombre.
La celebración fue presida por D. Reinerio Rodríguez OP, como Vicepresidente Provincial, y a ella
asistieron fray Aurelio Naranjo OP y fray Oscar Jesús Fernández OP como Promotor Provincial.
Estos nuevos hermanos, junto con D. Reinerio y fray Aurelio, se venían reuniendo durante el curso
pasado para reflexionar sobre diversos temas relacionados con las Fraternidades Laicales Dominicanas y
el carisma de nuestra orden.
La creación de la nueva fraternidad Virgen del Camino es una noticia alegre y gozosa para todos los
hermanos y hermanas de la Provincia de España.

Bernardo Cuesta fue una de esas
personas en las que palabras y hechos,
pensamiento y acción, estuvieron
indisolublemente unidos. No sólo fue un
guía intelectual, sino también un maestro
de vida, alguien que abrió caminos,
señaló a través de su pensamiento y su
acción, rutas por las que vale la pena
seguir caminando.

20 de septiembre de 2013
Éste es el hilo conductor de la publicación: descubrir las sendas de pensamiento y de acción que
él siguió de manera lúcida y coherente. Mostrar que su modo de entender la Iglesia -que siempre
consideró su hogar-, el mundo en el que vivió, la Orden a la que amó y mostrar también que su
modo de implicarse en ellas y de responder a los problemas y desafíos que dentro de ellas se plantean,
siguen siendo válidos y marcan rutas a seguir.
A partir de estos objetivos está estructurado el libro, que tiene tres partes: La primera parte, Semblanza,
recoge la excelente síntesis biográfica que Juan Huarte, amigo y compañero, publicó en la revista Ciencia
Tomista. Es muy completa y resume perfectamente la trayectoria vital de Bernardo.
La segunda parte, Pensamiento de Bernardo, es la más amplia y recoge algunos textos de Bernardo que
expresan su visión de la vida y de algunos problemas que le preocuparon mucho y a los que dedicó
estudio y reflexión. Tiene cinco capítulos o apartados: Rutas para entender, vivir y ser Iglesia; Rutas de
análisis y propuestas al mundo de hoy; Rutas para ser cristiano en un mundo globalizado y enfermo;
Rutas hacia la paz y en favor de la vida; Rutas que recogen y hacen vida la tradición dominicana.
La tercera parte, Testimonios, muestran que las sendas que el abrió y siguió dejaron huellas en quienes le
conocieron y animan a continuar por ellas o en la misma dirección. Estas voces o testimonios de quienes
vivieron con él en la Comunidad de Babilafuente, de las gentes de los pueblos donde ejerció durante más
de treinta años su actividad pastoral, de sus compañeros de fatigas en Acción Verapaz, de otros
profesores… son el mejor respaldo de su trayectoria vital.
- Más información y materiales en la web de Acción Verapaz
- Adquirir en libro en la Editorial San Esteban
El Dios que nos lleva
junto a los pobres. La
teología de Gustavo
Gutiérrez
Autor: Juan Pablo GARCÍA
MAESTRO
Colección: GLOSAS
Gustavo Gutiérrez, teólogo peruano es desde
1999 miembro de la Orden de Predicadores.
Es considerado uno de los fundadores de la
teología de la liberación. Esta corriente
teológica quiere pensar responsablemente las
consecuencias sociales de la fe cristiana en la
sociedad lationamericana. A pesar de la
proximidad cultural en la bibliografía
teológica española apenas hay estudios
dedicados a analizar su obra. Esta obra de
Juan Pablo García Maestro viene a aliviar esta
carencia. En una primera parte presenta la
biografía y evolución de la teología de
Gustavo Gutiérrez. Posteriormente se
analizan las influencias recibidas y se
presenta el núcleo de su pensamiento
teológico.

Precio: 22,00 €
Páginas: 352
Año: 2013
ISBN: 978-84-8260-287-5

Como Moisés… sobre las aguas…
Una gran fotografía que merece todos los títulos de portada… y en ello nos podemos quedar cortos…
pero ver a monseñor Jorge Leonardo GÓMEZ SERNA, O.P. caminando por encima de las aguas, me
recuerda al joven Moisés atravesando el mar Rojo liberando al pueblo de Dios de la esclavitud y la
opresión a las que había sido sometido por los poderosos.

La alegría de su rostro, en medio de la tormenta, liderando este pueblo joven que lo acompaña, habla de
su caminar incansable y del gozo de haber combatido bien su combate, de haber sembrado nuevamente la
fe y abrir al futuro la esperanza de este pueblo joven que lo sigue.
LEER NOTA COMPLETA:

La Virgen Peregrina es nuestra Señora
de la paz

La peregrinación con la Virgen Peregrina, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, llegó a su fin y a
buen término. Monseñor Jorge Leonardo GÓMEZ SERNA, O.P. y los frailes dominicos que lo
acompañaron cumplieron con su misión, como lo deben hacer los Predicadores de la Buena Nueva y los
mensajeros de la Paz.
LEER NOTA COMPLETA:
En Chiquinquirá se realizó II Encuentro
Nacional de Pastoral Juvenil

Más de 700 jóvenes de todo el país participaron del Segundo Encuentro Nacional de la Juventud que se
realizó en Chiquinquirá del 11 al 13 de octubre.
Este encuentro tuvo como objetivo convocar y animar a asesores y animadores jóvenes de diferentes
lugares del país para compartir y vivenciar su Fe bajo la figura del Beato Juan Pablo II.
Es así que el encuentro tuvo como eje central y lema la frase del Beato Juan Pablo II: "Jóvenes no tengan
miedo de abrir el corazón al amor de Dios".
El coordinador de dicho evento fue Fray Narciso Gómez, O.P Prior de la Basílica de Nuestra Señora del
Rosario de Chiquinquirá. El evento contó con la presencia de Mons. Luis Felipe Sánchez, obispo de
Chiquinquirá.
En este evento se presentaron las bandas Blanco y Negro y Palo Santo y el concierto de Tony Meléndez.
A nivel académico se realizaron ponencias que estuvieron a cargo del Fray Wilmar Yesid Ruiz Cortes
O.P., y P. Roberto Arenas Díaz.
El encuentro fue organizado por la Pastoral Juvenil de la Congregación de los Frailes Dominicos en
compañía de la Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal de Colombia.

TENEMOS NUEVO DIÁCONO


octubre 19, 2013

La Comunidad del Convento de Santo Tomás de Aquino estuvo de manteles largos por la ordenación
diaconal de Fr. Fernando Beltrán Ochoa, O.P.
Desde Sta. Rosalía, Baja California Sur, sus familiares vinieron a acompañar a ‘Fercho’ en este día tan
especial para él y para todos nosotros.
Fr. Fernando fue ordenado diácono por la imposición de manos del Excmo. Sr. Obispo Antonio Ortega
Franco, C.O., quien de una manera muy familiar vivió con toda la comunidad este acontecimiento.
Estuvimos presentes los hermanos y hermanas de casa, los hermanos novicios con el Prior del Convento
de Agua Viva, Fr. Raymundo Tamayo, O.P., desde luego, el Provincial, Fr. Jorge Rafael Díaz Núñez,
O.P., amigos de Fer y alumnos también.
Fue una tarde estupenda, una rica comida, un ambiente fraterno y música que animó a todos.
¡FELICIDADES FERCHO!

Emotiva ordenación presbiterial del fray
Gustavo Sánchez Gómez
Acompañado por sus padres y demás familiares, el religioso recibió su ordenación por imposición de
manos del obispo de Concepción, monseñor José María Rossi OP.

CEREMONIA. El obispo de Concepción, José María Rossi OP ordenó al nuevo presbítero.
Publicado el 21/10/2013 - En una emotiva ceremonia que se celebró ayer por la mañana en la iglesia del
convento Santo Domingo, recibió la ordenación presbiterial el fray Ángel Gustavo Sánchez Gómez, por
imposición de manos de monseñor José María Rossi OP, obispo de Concepción, Tucumán.
Posteriormente, acompañado por familiares, amigos, religiosos y por la comunidad dominica, fray
Gustavo, celebró anoche por primera vez la santa misa, ante un templo colmado de fieles que le dieron la
bienvenida y se congratularon con su ordenación.
Sánchez Gómez pertenece a la familia de los frailes dominicos de la Provincia Argentina de San Agustín,
y el 19 de diciembre de 2010 hizo su profesión solemne en la basílica Nuestra Señora del Rosario de
Buenos Aires consagrándose a Dios junto con otros frailes y se entregó de una manera nueva a la Iglesia
Universal, dedicándose por entero a la evangelización íntegra de la Palabra de Dios.
Fray Gustavo es hijo de María Antonia Gómez y de Ermenegildo Delucio Sánchez, de quienes recibió las
primeras enseñanzas de la doctrina cristiana. Se educó en el Colegio San Francisco donde cursó sus
estudios primarios, que animaron su espíritu en obras de caridad y amor al prójimo.

Es hermoso
Editado por
Sor Gemma Morató

A nuestro paso,
todo cuanto hallamos de joven, nuevo, listo para estrenar es hermoso, aunque pueda carecer de la belleza
perfecta. Es bonita la flor que se acaba de abrir porque su tersura está llena de vida, el día que va
naciendo aunque se vislumbre en él algunas nubes, el vestido aun por estrenar, sin manchas, las casas
terminadas sin estrenar, sin ningún golpe en la pared, el niño que acaba de nacer aunque su piel esté
arrugada.
Poco a poco lo nuevo se va gastando, va perdiendo esta hermosura primera y puede ir tomando colores y
formas ajadas y mustias que le hacen perder el esplendor primero. Sin embargo hay cosas que aun con el
paso de los años conservan su hermosura. Ciertamente no les acompaña la misma belleza, pero aun lo
gastado puede ser hermoso si en su declive se puede adivinar una vida entregada y un esplendor
perdido a causa del mismo uso.
No es lo mismo si algo envejece porque ha soportado el desgaste del uso a aquello que ha envejecido
simplemente por estar guardado. Lo mismo ocurre con nuestra vida. Si en la juventud cada persona se
preocupa de ayudar a los que tiene más cerca de acompañarlos con su fuerza física o intelectual y sobre
todo espiritual y moral, seguro que al declinar la propia vida se reflejará en nuestro actos, ya no la fuerza
y la tersura de la juventud, sino esta hermosura perdida por el desgaste que supone una vida
entregada a los demás.
Entonces la sonrisa y el descanso del que ya es anciano es un reflejo de la bendición de Dios, igual
como lo es la sonrisa y el sueño del niño o del joven. Texto: Hna. Carmen Solé.

Homilía 29 domingo tiempo ordinario. Ciclo C.
20 de octubre de 2013. Lc 18, 1-8
El juez que trae la salvación

Se equivoca quien piensa que la fe en Dios es un seguro que garantiza una vida sin
dificultades y sufrimiento. Se está en un error si se piensa que Dios nos libra de tener que
correr los riesgos que trae la vida. Dios cuida de nosotros y nos ayuda. Pero no suplanta
nuestra libertad ni elimina los problemas que conlleva tener que decidir para construir nuestra
vida y nuestra persona.
En el evangelio de este domingo Jesús nos habla de un juez, que ante la insistencia de una
mujer, acaba haciendo justicia. El juez es la imagen a la que Jesús recurre para presentar el
modo que tiene Dios de relacionarse con nosotros. Los jueces no impiden que en la sociedad
haya problemas y dificultades. Pero corrigen desigualdades y restauran el orden correcto de las
cosas. En la Biblia repetidamente se presenta a Dios como juez. En la historia de Israel hubo
un momento en el que los jueces eran personajes que hacían algo más que dictar sentencias.
Eran los que conducían al pueblo en la dirección correcta. Y eran los que, enviados por Dios,
procuraban la liberación cuando Israel, por su infidelidad, había caído en la opresión de otros
pueblos. Los jueces son en la Biblia los portadores de la salvación y de la liberación que viene
de Dios.
Jesús, al presentarnos a Dios como un juez, pretende recordarnos que Él es el que orienta
nuestra vida. No puede evitar que corramos peligros, pues es el precio de la libertad. Pero es el
que viene a levantarnos cuando estamos caídos. Y es el que nos ilumina y nos da fuerzas para
que salgamos airosos.
Jesús nos dice que Dios nos ayuda siempre, y por tanto en Israel acontecerá de nuevo la
salvación. Pero para que esto pueda suceder en toda su extensión es preciso que el ser
humano lo espere y lo acoja. Y esa es la segunda parte del mensaje que Jesús quiere
transmitir. La mujer que insiste al juez para que restablezca justicia, es la imagen del verdadero
Israel que confía, se abre a la ayuda de Dios y se deja orientar por su palabra. Y eso es lo que
Jesús propone para su Iglesia.

El sentido del Rosario para el cristiano
El valor del rezo del Rosario consiste en meditar y fijar nuestra concentración en el misterio de la
redención.

Ríos de tinta, a lo largo de la historia, han corrido sobre qué sentido puede tener para los cristianos el rezo
del Rosario. Dentro de toda esa historia lo que se debe destacar, y no olvidar, es que esta devoción está
fuertemente enraizada en nuestra Orden. De todos es conocido el nombre del fraile dominico Alano de
Rupe, quien se desvivió por la predicación del Rosario. Aunque la leyenda atribuye a nuestro padre Santo
Domingo la institución del Rosario, pero yo en ese detalle no me voy a detener. Prefiero centrar la
atención en que estamos ante una oración contemplativa y sensible, intensa y gesticulante, emocionada y
afectiva.

La evolución del Rosario como oración quedó influida, también, por factores profanos; el contar y repetir
una misma jaculatoria es una práctica tan generalizada en casi todas las religiones antiguas del mundo
que, me atrevo a decir, se puede estimar como un hecho religioso universal; el Rosario es, pues, una
forma relativamente natural de oración. Pero también del Rosario se ha dicho, y es aquí donde entra
nuestra vocación a ser predicadores enamorados de la Palabra, que es "el compendio de todo el
Evangelio". Y es que el corazón mismo del Rosario, meditar con el rezo del Rosario es, ni más ni menos,
meditar los misterios de la vida de Jesús.
Ante esto me surge una cuestión: ¿hoy, en nuestros días, hay que orar o no? Y es que no digo nada nuevo
al decir que rezar ya no es una actividad común, y mucho menos pertenece a los estamentos sociales
reconocidos y aceptados por la mayoría. Sin embargo, para los cristianos, la oración es uno de los asuntos
más serios dentro de nuestra fe; es algo tan esencial como que necesitamos respirar. Con respecto al rezo
del Rosario habrá que conocer la entraña de esta oración y lo que representa dentro de la vida del
cristiano. El valor del rezo del Rosario consiste en meditar y fijar nuestra concentración en el misterio de
la redención. El punto de partida es el gozo de la Encarnación que da paso a la luz del mensaje del Reino,
pasando por el sufrimiento en la cruz que nos lleva al punto de la victoria, es decir, a la felicidad que trae
la Resurrección.
Cuando experimentamos esta concentración con el rezo del Rosario, descubrimos que los misterios de
gozo nos invitan a contemplar un centro de la realidad: la carne, la vida corporal, las relaciones. Sencillo
y necesario; particular y grande. Misterioso proceso de la vida, con la vocación, la concepción y el
nacimiento de un Niño. Gran aporte al Rosario ha sido el incorporar los misterios de luz. Y es que se
necesitaba contemplar a Jesús introduciéndose en el mundo, activando la fuerza de su palabra y la belleza
de sus actos. Los misterios dolorosos nos presentan e invitan a meditar sobre el dolor, la enfermedad, la
separación… aspectos nada tolerados en nuestra vida. Meditar ante la cruz puede que nos haga percibir
una fuerza misteriosa de unión: “cuando sea levantado en alto atraeré a todos hacia mí” (Jn 12,32).
Meditar y contemplar los misterios que nos hablan de gloria, es meditar sobre la esperanza que dinamiza
la historia, nuestra historia.
El rezo del Rosario requiere un ritmo pausado y un reflexivo remanso que sea favorable para la
meditación de los misterios de la vida de Cristo. Y es que el Rosario es una oración evangélica con Cristo
en el centro; vocal pero al mismo tiempo mental. Esto es lo que da vida a toda oración y hacia donde debe
dirigirse; porque la oración sin meditación carecería de alma y, por lo tanto, no tendría sentido hacerla ya
que le faltaría vida.

Fr. Ángel Luis Fariña Pérez
Real Convento de Predicadores, Valencia

Oración Trinitaria
Padre Eterno, Providencia insondable,
es a Ti que me abandono.
Desahoga en mí tu Vida Divina,
y hazme crecer en pobreza y fidelidad.
Jesús, Hijo, Orante único y eterno;
es en Ti que me inspiro.
Enséñame, Maestro y Guía,
a hablar con Dios y de Dios.
Espíritu Santo, Fuerza de santificación,
es por Ti que me consagro.
Transfórmame en Palabra
viva y clara del Padre.

Virgen Santa, Madre de la esperanza,
es en Ti que me refugio.
Por tu ‘si” a la Trinidad
ayúdame a llegar a la plenitud de Jesús.
Trinidad Santa: habita en mí y seré de Ti.
María: esperanza mía,
ayúdame a vivir mi amén.

EL VÍDEO DE HOY:
Todo por ellos (2013)

LAS CÁRITAS HISPANO-PORTUGUESAS DE
LA RAYA CREAN UNA RED DE APOYO
MUTUO
21/10/2013
Cáritas. 21 de octubre de 2013.- Pocos días después del encuentro de economía social de las
Cáritas españolas y portuguesas de la comarca transfronteriza de La Raya celebrado en
Salamanca bajo el lema: “Oportunidad para el desarrollo de los territorios de la Raya Hispano–
Lusa y sus habitantes”, el pasado 16 de octubre se presentaba en Badajoz una Red de Apoyo
Mutuo ente las Cáritas Diocesanas de Ciudad Rodrigo, Coria-Cáceres, Mérida-Badajoz y
Salamanca por parte española y las Cáritas Diocesanas de Beja, Évora, Portalegre y Castelo
Branco, por parte portuguesa.
Esta Red incluye cuatro proyectos aprobados en el marco del Programa Operativo de Lucha
contra la Discriminación 2007-2014 del Fondo Social Europeo, lo que supondrá la puesta en
marcha de acciones conjuntas entre las diversas Cáritas implicadas en un territorio común, La
Raya, que comprende las zonas fronterizas entre España y Portugal, y los límites entre Castilla
y León y Extremadura.
Los principios fundamentales en los que se basa el proyecto son el de la oportunidad, la
cooperación, el apoyo mutuo, la relación y el desarrollo de recursos y el de la transferencia de
conocimiento.
Como se señaló en el acto de presentación de la red –en el que intervinieron Juan Enrique
Pérez Martín, delegado y director de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz, y Jesús Pérez
Mayo, profesor de la Universidad de Extremadura--, entre las acciones conjuntas incluidas en
la Red figuran:
La realización de un estudio de realidad socio-laboral y movilidad en la zona de la
Raya, con objeto de conocer de primera mano la realidad socio laboral de la zona, las
acciones emergentes que pueden transformarse en oportunidades de empleo y la
necesidad o conveniencia de la movilidad geográfica de las personas que, para una
mayor cobertura de las necesidades de empleo, realizan en la frontera.
Elaboración de un mapa de recursos de la Red Transfronteriza para identificar y
rentabilizar los recursos existentes en la zona, así como en Cáritas y otras entidades
sociales, que puedan apoyar a las personas en su movilidad geográfica. Este mapa
estará accesible a cualquier persona a través del sitio www.caritasempleoenlaraya.org.
Formación de agentes e intercambio de experiencias, a través de la celebración
de encuentros de formación y puesta en común de acciones significativas.
El primero de los objetivos propuestos se hará realidad el próximo jueves 24 de octubre, con
motivo de la presentación del “Estudio de la Realidad Socio Laboral y movilidad en la zona de
la Raya”. El acto tendrá lugar a 19:00 horas en el Salón de Actos de Caja Duero de la Plaza de
los Bandos de Salamanca y el mismo intervendrá Jesús Pérez Mayo, director del estudio.
Apuesta por la economía social
Cuatro días antes de la presentación de la Red de Apoyo Mutuo, una veintena de
representantes de las Cáritas involucradas en el trabajo de La Raya se reunían en la Casa de
Espiritualidad “Nuestra Señora de la Vega” de Salamanca para reflexionar sobre la importancia
de las empresas de economía social como instrumento para luchar contra la pobreza y la
exclusión. A lo largo de dos días de trabajo, se analizó la realidad de empleo en la zona y los
sectores donde pueden generarse oportunidades de empleo y desarrollo en los territorios de
estas Cáritas.
Durante las sesiones intervinieron como ponentes Francisco Pizarro, director de Desarrollo de
Negocio en la Fundación Parque Científico y Tecnológico de Extremadura; Ana Heras, técnico
del programa de Empleo de Cáritas Española; el ya citado profesor Jesús Pérez Mayo; y
Eduardo Graça, presidente de CASES Portugal.
El último día del encuentro se compartieron diversas experiencias de trabajo en el ámbito de la
economía social, como las presentadas por el grupo ARCA de ASPRODES, lla lavandería La
Tajuela de Cáritas Coria-Cáceres, el proyecto PROVE de la Cámara Municipal de Beja y La
Encina S.I de Cáritas Salamanca.
Este encuentro sirvió como intercambio de trabajo y de reflexión sobre cómo abordar la
inserción laboral para personas en situación de vulnerabilidad, analizando el equilibro entre la
gestión empresarial y social, así como la creación de redes de comercialización con productos
elaborados en el marco de proyectos de economía solidaria.
Las jornadas dejaron patente la apuesta de las Cáritas de la Raya por desarrollar un trabajo en
red en el marco de este modelo de economía como un elemento de cambio en el mundo de la
globalización. Está previsto seguir profundizando en este tema en el próximo encuentro que
tendrá lugar en Cáceres los días 28 y 29 de noviembre.

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LAS CÁRITAS HISPANO-PORTUGUESAS DE LA RAYA CREAN 21octubre13.pdf
UNA RED DE APOYO MUTUO
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¿Capital vence al trabajo?
21/10/2013
En 1958, los salarios representaban la mitad, 50% del producto interior bruto de Estados Unidos. Hoy el
pastel de los trabajadores ha caído inexorablemente al 42%, una tendencia que se ha repetido en muchos
otros países. En España asistimos a los ERES y cierres de empresas como Fagor, Sniace, Panrico...
"Ha habido una batalla entre el capital y el trabajo y, básicamente, el capital ha ganado
", dice Gary Greenberg, director de mercados emergentes a los gestores de fondos de Hermes.
"Los rendimientos del capital son cada vez más grandes y los rendimientos de la mano
de obra son cada vez más pequeños. No veo que el cambio en el corto plazo. Yo no veo a
nadie en el Congreso de EE.UU. hablando de ello " dice.
Como resultado de esta situación se produce la disminución del poder adquisitivo de
los trabajadores, ¿cuándo tocará fondo?, es la pregunta del millón.
Este enigma parece ser global, sobre todo en los países hasta ahora llamados
industrializados" (enriquecidos).
Un análisis de 16 países enriquecidos publicados por la Oficina Internacional del
Trabajo en desarrollo, encontró una " clara disminución de la participación de los salarios [ del
PIB ] en todos los países", a partir de finales de los 70 principios de los 80.
De hecho, países como Turquía, México, Francia, Alemania, Italia y Japón han visto
caídas grandes en parte del pastel de los trabajadores tanto o más que en los EE.UU. o el
Reino Unido, donde también se ha producido.
Richard Lewis, jefe de renta variable global de Fidelity Worldwide Investment, que ha
estudiado esta tendencia, cree que es estructural y no coyuntural, y por lo tanto poco probable
que revertir. Así mismo, dice la globalización ha " bajado el poder o capacidad de los
trabajadores para la negociación"
Onaran y Giorgos Galanis, los autores de un estudio sobre estas tendencias,
encontraron que el impacto varía ampliamente entre los países.
Ellos ven dos fuerzas en conflicto en el tablero
Por un lado, una disminución de la cuota de la tarta de trabajo que reduce los costes
de las empresas, y en teoría, concluye con una mayor inversión y el aumento de las
exportaciones netas.
Pero por otro lado, la reducción de la proporción destinada al trabajo debilita el
crecimiento económico, pues baja el consumo por los bajos ingresos salariales.
El artículo señala que está creciendo la diferencia entre el consumo de las mayorías y
el consumo de lujo, en favor del consumo de alto nivel económico (lujo), donde apuntan
muchas industrias y mercados.
También reconoce que se han concentrado los ingresos en manos de los dueños de
los grandes capitales.
Autor: Luis A. Fernández (*Extracto)
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Noam Chomsky: “Estamos asistiendo al
declive del poder estadounidense”


Lunes, octubre 21, 2013, 10:52

En una entrevista con un diario estadounidense, el profesor Noam Chomsky declaró que se está
produciendo “un cambio histórico en América Latina”, la cual se “ha liberado a sí misma” de EEUU,
cuyo poder está en pleno proceso de declive.

“En los últimos años, por primera vez en su historia, América Latina se ha liberado sustancialmente a sí
misma de la influencia extranjera. [..] Por ejemplo, no quedan prácticamente bases militares de EEUU en
América Latina”, lo que indica, entre otras razones, un “cambio histórico” en la región, según recoge el
diario estadounidense ‘The Washington Times’.
El escritor explica que durante todo el período durante el que Latinoamérica estuvo bajo la dominación de
EEUU, “la estructura típica que ha guiado América Latina ha sido una pequeña élite europeizada, a
menudo blanca, enormemente rica, y orientada hacia el Oeste, no hacia su propio país”.
Los países de América Latina también “se están moviendo hacia un tipo de integración”, añade. Para
Chomsky, en el pasado, bajo el dominio exterior, los países de la región estaban bastante alejados entre sí.
“Las interacciones de las pequeñas élites que les gobernaban eran con Occidente, y no con otros países de
América Latina. Eso está cambiando”, insiste el profesor.

El declive de EEUU
En su opinión, con la “liberación” de América Latina, muchos han especulado que estamos ante el
principio del fin del imperio americano. Sin embargo Chomsky señala que más que al fin, “estamos
asistiendo al declive del poder estadounidense”.
Para Chomsky, el poder de EEUU sigue siendo abrumador pues continúa siendo “una fuerza aterradora
muy intimidante en los asuntos internacionales”, pero [su poder] está disminuyendo”, aclara.
El profesor estadounidense continuó exponiendo que tal disminución era de esperar, dada la historia del
ascenso de EEUU a su condición de superpotencia: “El poder estadounidense llegó a su cima en 1945, el
fin de la II Guerra Mundial [...]. La guerra fue muy beneficiosa para la economía estadounidense”,
llegando a poseer tras la contienda el 50% de toda la riqueza del mundo.
Sin embargo, desde los años 1970, cuando el mundo se volvió tripolar (con tres grandes centros de poder:
EEUU, Europa y Japón), tuvo que compartir su poderío económico descendiendo esta hasta el 25% de la
riqueza del mundo. Y “ese proceso continúa en descenso desde entonces”, asevera el profesor.
El dinero sirve, la codicia mata

2013-10-22 L’Osservatore Romano
El dinero sirve para realizar muchas obras buenas, para hacer progresar a la humanidad, pero cuando se
transforma en la única razón de vida, destruye al hombre y sus vínculos con el mundo exterior. Es ésta la
enseñanza que el Papa Francisco sacó del pasaje litúrgico del Evangelio de Lucas (12, 13-21) durante la
misa celebrada el lunes 21 de octubre por la mañana en Santa Marta.
Al inicio de su homilía el Santo Padre recordó la figura del hombre que pide a Jesús que intime a su
propio hermano para que comparta con él la herencia. Para el Pontífice, de hecho, el Señor nos habla a
través de este personaje “de nuestra relación con las riquezas y con el dinero”. Un tema que no es sólo de
hace dos mil años, sino que se representa todavía hoy, todos los días. “Cuántas familias destruidas —
comentó— hemos visto por problemas de dinero: ¡hermano contra hermano; padre contra hijos!”. Porque
la primera consecuencia del apego al dinero es la destrucción del individuo y de quien le está cerca.
“Cuando una persona está apegada al dinero —explicó el Obispo de Roma— se destruye a sí misma,
destruye a la familia”.
Cierto, el dinero no hay que demonizarlo en sentido absoluto. “El dinero —precisó el Papa Francisco—
sirve para llevar adelante muchas cosas buenas, muchos trabajos, para desarrollar la humanidad”. Lo que
hay que condenar, en cambio, es su uso distorsionado. Al respecto el Pontífice repitió las mismas palabras
pronunciadas por Jesús en la parábola del “hombre rico” contenida en el Evangelio: “El que atesora para
sí, no es rico ante Dios”. De aquí la advertencia: “Guardaos de toda clase de codicia”. Es ésta en efecto
“la que hace daño en relación con el dinero”; es la tensión constante a tener cada vez más que “lleva a la
idolatría” del dinero y acaba con destruir “la relación con los demás”. Porque la codicia hace enfermar al
hombre, conduciéndole al interior de un círculo vicioso en el que cada pensamiento está “en función del
dinero”.
Por lo demás, la característica más peligrosa de la codicia es precisamente la de ser “un instrumento de
idolatría; porque va por el camino contrario” del trazado por Dios para los hombres. Y al respecto el
Santo Padre citó a san Pablo, quien recuerda “que Jesús, que era rico, se hizo pobre para enriquecernos a
nosotros”. Así que hay un “camino de Dios”, el “de la humildad, abajarse para servir”, y un recorrido que
va en la dirección opuesta, adonde conduce la codicia y la idolatría: “Tú que eres un pobre hombre, te
haces dios por la vanidad”.
Por este motivo —añadió el Pontífice— “Jesús dice cosas tan duras y fuertes contra el apego al dinero”:
por ejemplo, cuando recuerda “que no se puede servir a dos señores: o a Dios o al dinero”; o cuando
exhorta “a no preocuparnos, porque el Señor sabe de qué tenemos necesidad”; o también cuando “nos
lleva al abandono confiado hacia el Padre, que hace florecer los lirios del campo y da de comer a los
pájaros del cielo”.
La actitud en clara antítesis a esta confianza en la misericordia divina es precisamente la del protagonista
de la parábola evangélica, quien no conseguía pensar en otra cosa más que en la abundancia del trigo
recogido en los campos y en los bienes acumulados. Interrogándose sobre qué hacer con ello —explicó el
Papa Francisco—, “podía decir: daré esto a otro para ayudarle”. En cambio “la codicia le llevó a decir:
construiré otros graneros y los llenaré. Cada vez más”. Un comportamiento que, según el Papa, cela la
ambición de alcanzar una especie de divinidad, “casi una divinidad idolátrica”, como testimonian los
pensamientos mismos del hombre: “Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa,
come, bebe, banquetea alegremente”.
Pero es precisamente entonces cuando Dios le reconduce a su realidad de criatura, poniéndole en guardia
con la frase: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma”. Porque —observó el Obispo de Roma— “este
camino contrario al camino de Dios es una necedad, lleva lejos de la vida. Destruye toda fraternidad
humana”. Mientras que el Señor nos muestra el verdadero camino. Que “no es el camino de la pobreza
por la pobreza”; al contrario, “es el camino de la pobreza como instrumento, para que Dios sea Dios, para
que Él sea el único Señor, no el ídolo de oro”. En efecto, “todos los bienes que tenemos, el Señor nos los
da para hacer marchar adelante el mundo, para que vaya adelante la humanidad, para ayudar a los
demás”.
De ahí el deseo de que “permanezca hoy en nuestro corazón la palabra del Señor”, con su invitación a
mantenerse lejos de la codicia, porque, “aunque uno esté en la abundancia, su vida no depende de lo que
posee”.

Perdón recíproco, diálogo y ecumenismo
espiritual, cordial bienvenida del Papa a
luteranos
2013-10-21 Radio Vaticana
(RV).(Actualizado con video) Con su gratitud al Señor Jesucristo por los numerosos
pasos cumplidos en las relaciones entre luteranos y católicos, no sólo a través del diálogo
teológico, sino también mediante la colaboración fraterna en muchos ámbitos pastorales y
especialmente en el compromiso de progresar en el ecumenismo espiritual, el Obispo de Roma dio su
cordial bienvenida a una Delegación de la Federación Luterana Mundial y a los representantes de la
Comisión para la Unidad entre luteranos y católicos.
Tras destacar precisamente la importancia del ecumenismo espiritual – alma del camino hacia la
comunión plena - que aun siendo imperfecto, en la medida en que nos acerquemos con humildad a
nuestro Señor Jesucristo, nos toma de la mano para guiarnos, el Papa Francisco, puso de relieve un gran
resultado alcanzado este año, del diálogo teológico, que cumple cinco décadas, en vista de la
conmemoración del quinto centenario de la Reforma. Es decir, la publicación del texto de la Comisión
para la Unidad entre luteranos y católicos.
Con su significativo título: "Del conflicto a la comunión. La interpretación luterano-católica de la
Reforma en 2017", el Santo Padre destacó también la importancia del perdón recíproco:
Católicos y luteranos pueden pedir perdón por el daño causado los unos a los otros y por las culpas
cometidas ante Dios, y alegrarse juntos por la nostalgia de unidad que el Señor ha despertado en
nuestros corazones, y que nos hace mirar hacia adelante con una mirada de esperanza.
A la luz del camino de estos decenios y de tantos ejemplos de comunión fraterna entre luteranos y
católicos de los que somos testigos, confortados por la confianza en la gracia que nos es dada en el
Señor Jesucristo, estoy seguro de que sabremos seguir avanzando en nuestro camino de diálogo y de
comunión, afrontando también las cuestiones fundamentales, así como en las divergencias que surgen en
el campo de la antropología y de la ética. ¡Por supuesto, no faltan y no faltarán dificultades, necesitamos
todavía paciencia, diálogo comprensión recíproca, pero no tengamos miedo!
Con esta exhortación, el Papa Francisco evocó a sus amados predecesores, Benedicto XVI y Juan Pablo
II, renovando la invitación a perseverar en el camino ecuménico, hacia el cumplimiento del anhelo de
Nuestro Señor Jesucristo.
(CdM - RV)

El Papa “sin filtros”
Francisco y sus fieles

El asesor de la Secretaría de Estado, Peter Brian
Wells: el acceso directo de los fieles a las homilías y a
los discursos de Francisco también son un antídoto
eficaz contra las operaciones de manipulación
mediática
Gianni Valente
Ciudad del Vaticano
Se han dado cuenta de ello (y desde hace tiempo) incluso los que conforman la cúpula vaticana: con la
llegada de Papa Francisco, el flujo constante de palabras y discursos del Sucesor de Pedro ha encontrado
vías y registros para llegar cada día a todos sin necesidad de intermediarios. Y este fenómeno, que no
estaba en el programa, anula todas las hermenéuticas que muchos tratan de andosar a la figura y a las
acciones del obispo de Roma.
El ultimo que trazó con gran detalle el alcance liberador de la predicación “sin glosa” de Papa Francisco
fue Peter Brian Wells, asesor para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado. El viernes pasado, al
reunirse con más de 300 benefactores (sobre todo ingleses y estadounidenses) que fueron a Roma para
festejar el 30 aniversario de los “Patrons of the Arts” de los Museos Vaticanos (la red que se ocupa de
buscar fondos para la conservación y la restauración de los tesoros de arte custodiados en las colecciones
vaticanas), Brian Wells, oriundo de Oklahoma, respondió públicamente a algunas preguntas de los
huéspedes sobre el momento que está viviendo la Iglesia y, en particular, la Curia romana. En el diálogo,
que fue narrado por la agencia de los obispos católicos estadounidenses (Catholic News Service, CNS),
Wells explicó entre otras cosas cómo el acceso en línea a las homilías y a los discursos del Papa ha
liberado a los destinatarios (individuos, familias, comunidades) de intermediarios comunicativos
potencialmente manipuladores .
En cada inicio de Pontificado, dijo sin dramatismos ni escándalos, los circuitos mediáticos deciden qué
tipo de etiqueta poner al nuevo Papa. A veces incluso nace toda una narrativa anquilosada, rígida, para
tratar de buscar indicios que confirmen las propias claves de interpretación prefabricadas. En los primeros
seis meses de Pontificado, Papa Francisco parece haber evitado la intermediación de los “expertos” con
su predicación cotidiana, difundida en la red gracias a los sitios de la Radio Vaticano, de “L’Osservatore
Romano” y de la plataforma mediática de www.news.va; Todos pueden escuchar y ver lo que el Papa
dijo, hizo o escribió, empezando por las homilías cotidianas en la Capilla de la Domus Santa Marta.
«Así», aclaró Wells, «cada uno puede sacar sus conclusiones, porque las Palabras de Papa Francisco a
veces son diferentes de las que le atribuyen algunos órganos de prensa». Con este acceso libre y siempre
garantizado para todos, indicó Wells, «la gente ya no debe pasar a través de filtros para recibir lo que el
Papa dice».
Los efectos de este fenómeno en las dinámicas y en la vida de la Iglesia ya se pueden “tocar” y han
desencadenado diferentes tipos de reacciones. La posibilidad de acceder constantemente a lo que el Papa
añade “improvisando” (cuando deja a un lado los discursos preparados para tal o cual ocasión), pierde
valor cualquier versión de los comentaristas eclesiásticos que pretenda “orientar” e incluso “caricaturzar”
su perfil y su magisterio. Escuchar las homilías casi diarias de Bergoglio o escuchar sus catequesis es
suficiente para darse cuenta de que diferentes comentarios y análisis, que pretenden pasar como
“profundizaciones” sobre su pontificado, no cuentan ni explican lo que representa el Papa argentino, sino
que tratan de construir una especie de “avatar” contrahecho según las necesidades de las estrategias
mediático-eclesiásticas.
El que parece gozar enormemente esta conexión sin filtros con las palabras y los gestos del Obispo de
Roma es, en primer lugar, el «santo Pueblo de Dios», como le dice el mismo Bergoglio. No los
profesionales o los campeones de la polémica inter-eclesial, esos a quienes Joseph Ratzinger definía como
«la Iglesia auto-ocupada». Sino los individuos y las multitudes de creyentes e “hipocreyentes” sin
etiquetas que van a misa con mayor o menor frecuencia, que llenan los santuarios, que llevan a cabo
gestos y obras de misericordia corporal y espiritual en el más absoluto silencio. Aquellos cuyo “sensus
fidei”, incluso tenue, se ha reconocido inmediatamente en las palabras, en los gestos y alusiones de Papa
Francisco.

«La brisa ligera de Dios soplaba incluso
en la Shoah»

Prisioneros de loz nazis

El Washington Post refiere el contenido de un correo
electrónico enviado por Papa Francisco al hijo de dos
sobrevivientes del Holocausto
Giorgio Bernardelli
Roma
¿Dónde estaba Dios durante la Shoah? Su presencia estaba escondida, como la de la "brisa ligera" de la
que haba la Biblia en la narración del encuentro con el profeta Elías en el Monte Oreb. Es lo que escribe
Papa Francisco en un mensaje personal enviado al hijo de dos sobrevivientes del exterminio nazi. Dio
noticia el "Washington Post" en su blog "On Faith", dedicado a temáticas religiosas.
Según lo que refiere esta fuente, Papa Francisco respondió por correo electrónico a un texto que le había
enviado Menachem Rosensaft, un abogado estadounidense que también es el fundador de una asociación
que reúne a los hijos de supervivientes de la Shoah. En el texto -un discurso pronunciado en la Sinagoda
de Park Avenue en Nueva York el 7 de septiembre pasado- Rosensaft planteó el tema de la actitud de
Dios en relación con la gran tragedia vivida por el pueblo judío en el siglo XX. Y respondió diciendo que
lo había encontrado en los gestos de humanidad que permanecieron vivos incluso en los campos de
exterminio. Citó el ejemplo de su madre, que primero había perdido a su marido y después a un hijo de 5
años en Auschwitz-Birkenau, pero logró encontrar la fuerza (una vez transferida a Bergen-Belsen) para
cuidara a otras mujeres de un grupo de huérfanos. Los ayudaba en medio de mil dificultades y llegó a
salvar a 149 niños judíos.
Una respuesta que, egún lo indicado por el Wshington Post, el Papa en el mensaje dijo compartir, citando
un pasaje de la Biblia. «Cuando usted, con humildad, nos explica en dónde estaba Dios en ese
determinado momento -se lee en el correo electrónico difundido por el periódico estadounidense-, siento
en mí que usted ha ido más allá de todas las posibles explicaciones y que, después de un largo peregrinaje
(a veces triste, pesado o tenebroso) llegó a descubrir una cierta lógica partir de la que ahora nos habla; la
lógica del Primer Libro de los Reyes, caoítulo 19, versículo 12, la lógica de esa "brisa ligera" (y si no me
equivoco esta es una traducción muy pobre de la expresión hebrea, mucho más rica) que constituye la
única posible interpretación hermenéutica. Gracias desde lo profundo de mi corazón -concluyó el Papa. Y
le ruego que no se olvide de mí en la oración. Que el Señor lo bendiga".
Por su parte, Rosensaft declaró al "Washington Post" que el mensaje del papa es un "enorme don
espiritual" para todos los que han sobrevivido a un acto de violencia. Y expresó el deseo de una mayor y
más profunda "integración de la memoria del Holocausto, no solo en el pensamiento teológico judío, sino
también en la enseñanza católica".

047 - Una Iglesia que no sirve, no sirve para nada
JACQUES GAILLOT
Número: 47
Edición: 3ª
ISBN: 978-84-293-0871-6
Páginas: 160
Precio: 6.30EUR
Una bocanada de aire fresco. Un soplo de libertad. Una mirada
tierna y compasiva a los pequeños y a los marginados. Una auténtica
pasión por la justicia. Una visión positiva y esperanzada de nuestra
modernidad y sus acuciantes problemas. Una palabra sencilla, pero
comprometida, que "muerde" en las verdaderas realidades
cotidianas. Un pastor preocupado por hacer llegar la Buena Nueva tanto a ese 90% de
hombres y mujeres a quienes no llega la Iglesia como a ese 10% que siguen aún
frecuentando los templos: ése es Jacques Gaillot, el obispo de Évreux.
Este libro, carente de todo tipo de pretensiones, permite conocer a un hombre por
encima de las anécdotas que le han hecho popular: un profeta "a ras del suelo",
profundamente enraizado en el Evangelio y que se atreve a responder, sin rodeos ni
prejuicios, a los numerosos interrogantes que le plantea la vida diaria: enfermos que
mueren de Sida, prisioneros, objetores de conciencia, pequeños propietarios despojados
de sus tierras, divorciados que se han vuelto a casar, jóvenes que no conocen en
absoluto a la Iglesia, comunidades cristianas sin sacerdote, etc.
Jacques Gaillot es, ante todo, un obispo libre que defiende el legado del Vaticano II,
que critica la falta de democracia en el seno de la Conferencia Episcopal, que prefiere
que sus curas hablen más de justicia que de disciplina sexual, que sueña con una Iglesia
que aspire menos a la "reconquista" de pasados esplendores que al servicio de los
marginados, de los excluidos, de las "ovejas perdidas"...

205 - Confío. Comentario al Credo cristiano.
José I. González Faus, sj
Número: 205
ISBN: 978-84-293-2088-6
Páginas: 160
Formato: 14,5x21,5
Precio: 13.00EUR
Este comentario al Credo complementa un libro anterior del
autor: Herejías del catolicismo actual. Los rasgos decisivos de la
identidad cristiana, que en aquel se presentaban como
desfigurados, se formulan ahora en positivo, desgranando los
artículos del Credo. Estos no son una lista inconexa de verdades
abstractas, sino una narración de la historia en que Dios ofrece su amor a los seres
humanos. De la aceptación de esa oferta brota una actitud de confianza radical que
capacita para amar y orienta en esa dirección toda la vida humana.
El comentario va precedido por una colección de testimonios que muestran la pregunta,
la esperanza y las dificultades que nos constituyen como seres humanos y a los que
responde la oferta creyente, de modo que no cabe decir que la fe sea una colección de
respuestas a preguntas inexistentes. Cierra el libro una serie de paráfrasis y de
apéndices: las primeras buscan nuevas formas más inteligibles y más actuales de
formular lo mismo que los credos quieren decir; los segundos ofrecen algunas
reflexiones sobre los presupuestos y los funcionamientos del acto y de la actitud
creyente, como contribución al llamado “año de la fe”.
José Ignacio González Faus, profesor emérito de la Facultad de Teología de Cataluña,
enseñó Cristología en Barcelona y Antropología Teológica en la Universidad
Centroamericana (UCA) de El Salvador. Ex director de la Revista Selecciones de
Teología y actual responsable académico del Centro “Cristianisme i Justícia”, colabora
habitualmente en diversos medios escritos de la prensa nacional y en revistas
especializadas.
Ver índice y primeras páginas aquí (formato PDF).

El colapso moral
Por: José Andrés Rojo | 21 de octubre de 2013
En el post scriptum de Eichmann en Jerusalén (Debolsillo, 2001; traducción de Carlos Ribalta), Hannah
Arendt escribe: “Este libro no se ocupa de la historia del mayor desastre sufrido por el pueblo judío, ni
tampoco es una crónica del totalitarismo, ni la historia del pueblo alemán en tiempos del Tercer Reich, ni
por último tampoco, ni mucho menos, un tratado sobre la naturaleza del mal”. Fue también muy
cuidadosa desde el principio para definir exactamente lo que estaba haciendo: informar, dar cuenta, contar
un proceso judicial. “El objeto del juicio fue la actuación de Eichmann, no los sufrimientos de los judíos,
no el pueblo alemán, ni tampoco el género humano, ni siquiera el antisemitismo o el racismo”. Así que
conviene aceptar las reglas de juego, y no convertir el trabajo de Hannah Arendt en otra cosa. El libro
está, evidentemente, lleno de los sufrimientos del pueblo judío durante el Tercer Reich, por todas partes
hay nazis que manifiestan sin sonrojo sus objetivos y que celebran los avances de su abominable proyecto
de Solución Final, sale también Hitler y sus políticas y está, por tanto, empapado por esa sustancia dúctil
y que se desliza como un corriente invencible por todos los rincones: el mal. El asunto central, sin
embargo, es el proceso, y ese proceso “se centra en la persona del acusado, en una persona de carne y
hueso, con una historia suya, individual, con sus propias formas de comportamiento, y con sus propias
circunstancias”. Es importante no perder en ningún momento de vista esa cuestión, y más cuando con
tanta frecuencia se pretende que la Justicia se pronuncie sobre diferentes abstracciones (“los crímenes del
franquismo”, “los horrores de los nazis”, “los excesos de los fascistas”). La cuestión es que solo puede
juzgarse a personas concretas por haber cometido delitos concretos, y los jueces tienen que tener en
consideración todos los argumentos, los del fiscal y los de la defensa. Etcétera. Hannah Arendt ha vuelto
a despertar interés recientemente por la película de Margarethe von Trotta, que se centra sobre todo en las
circunstancias que rodearon su trabajo sobre el juicio a Eichmann en Jerusalén. Barbara Sukova es una
actriz impresionante, pero no se parece nada a Hannah Arendt y eso produce a veces desconcierto.

Antes de la película estuvo, en cualquier caso, el texto de Hannah Arendt, que sigue conservando intacto
su poder de conmoción. Pero, sobre todo, su radical invitación a pensar las cosas. No hay concesión
alguna a cuantos quieren orquestar un espectáculo para servirse del pasado en sus políticas del presente.
Su análisis de los elementos jurídicos que rodean el proceso muestra cuánto quedaba (y queda) por hacer
en relación a la forma de enfrentarse a los crímenes contra la humanidad. Y está su tesis sobre la
banalidad del mal, que se maneja con soltura e incluso se critica o se ningunea, pero a veces sin haberse
entendido de verdad. Eichmann era el mayor de cinco hermanos y en abril de 1932, cuando vivía en
Salzburgo y estaba a punto de apuntarse a una logia masónica, ingresó en cambio en el Partido
Nacionalsocialista. Lo que andaba buscando era alguna organización que le permitiera ganarse mejor la
vida y entró, como cuenta Arendt, “al cauce por el que discurría la Historia”. “Fue como si el partido me
hubiera absorbido en su seno, sin que yo lo pretendiera, sin que tomara la oportuna decisión. Ocurrió
súbita y rápidamente”, dijo Eichmann en Jerusalén.
Una vez dentro, y cuando el proyecto nazi empezó a concretarse, trabajó con la meticulosidad propia de
un profesional exigente. Debía ocuparse de la deportación de los judíos, borrarlos de la faz de Europa y
conducirlos al matadero. Las órdenes las daba Himmler. En primer lugar al jefe de la Oficina Central de
Seguridad del Reich (RSHA), que las notificaba al responsable de la Gestapo (la Sección IV de ese
inmenso organismo), que era quien se las transmitía verbalmente a la Subsección IV-B-4. Eichmann
mandaba ahí. Y fue el más eficaz a la hora de hacer su trabajo. “Esto es como una fábrica automática,
como un molino conectado con una panadería”, explicó durante el juicio a la hora de describir alguno de
los procedimientos que puso en marcha. “En un extremo se pone a un judío que todavía posee algo, una
fábrica, una tienda, o una cuenta en el banco, y va pasando por todo el edificio de mostrador en
mostrador, de oficina en oficina, y sale por el otro extremo sin nada de dinero, sin ninguna clase de
derechos, sólo con un pasaporte que dice: ‘Usted debe abandonar el país antes de quince días. De lo
contrario irá a un campo de concentración”. Se sabe que la mayor parte de los judíos terminó ahí, aquella
fábrica funcionó con precisión. También lo hicieron las otras, las que los gasearon, pero eso no formó
parte del trabajo de Eichmann.

En la maquinaria puesta en marcha para llevar a cabo la Solución Final, participaron los propios judíos.
Hannah Arendt, judía, tuvo la valentía de contarlo. “Eichmann (en la imagen, durante el juicio) no
esperaba que los judíos compartieran el general entusiasmo que su exterminio había despertado, pero sí
esperaba de ellos algo más que obediencia, esperaba su activa colaboración y la recibió, en grado
verdaderamente extraordinario”, escribe. “Lo más grave, en el caso de Eichmann”, apunta en otro lado,
“era precisamente que hubo muchos hombres como él, y que estos hombres no fueron pervertidos ni
sádicos, sino que fueron, y siguen siendo, terrible y terroríficamente normales”. Pero eso no justifica
nada. Arendt, en el discurso que dirige a Eichmann al final del libro, y ante su afán por escurrir el bulto
afirmando que todos hicieron lo mismo (“con esto quisiste decir que, cuando todos, o casi todos, son
culpables, nadie lo es”), afirma con rotundidad: “Ante la ley, tanto la inocencia como la culpa tienen
carácter objetivo, e incluso si ochenta millones de alemanes hubieran hecho lo que tú hiciste, no por eso
quedarías eximido de responsabilidad”. Eichmann fue culpable de sus crímenes, al margen de haber
vivido en una época en que los nazis produjeron en la respetable sociedad europea un “colapso moral” de
tal magnitud que no solo afectó a los victimarios sino también a sus víctimas. Es verdad que Eichmann en
Jerusalén es nada más que la crónica de un proceso, pero al relatarlo permite construir un lúcido
diagnóstico sobre aquella terrible desgarradura.

Una ética clásica y muy siglo XXI (1)
Fernando Rodríguez Genovés

Primera parte de un ensayo para una ética del presente, ni moderna ni
posmoderna, pero sí muy apropiada para el siglo XXI
«Esta obligación de sacudir de nuestra conciencia el polvo de las ideas viejas, carbonizadas ya, y hacer
que en ella se afirme lo nuevo, es siempre difícil y penosa. Lo viejo aporta en su defensa ciertas fuerzas
que le son, como tal, adictas.» José Ortega y Gasset, «Nada moderno y muy siglo XX» (1916)

I
Renacimiento ceniciento
Resulta muy gratificante y altamente esperanzador comprobar cómo en los estudios sobre filosofía moral
de estos últimos tiempos, algo se está moviendo en la buena dirección. Hago mención a un tímido,
aunque nada apreciable, cambio de rumbo –respecto a décadas anteriores– tendente a propiciar lo que
podría denominarse el retorno filosófico al pasado, esto es, a la «filosofía antigua», a la Grecia y Roma
de la Antigüedad, a la perspectiva del conocimiento práctico basado en la virtud, la felicidad y la vida
buena. Todo ello con el noble propósito de reintegrar a los pensadores clásicos al lugar que les
corresponde y debemos: el Olimpo de aquellos maestros del pensamiento que se han preocupado por los
esenciales problemas del hombre. El revitalizado interés por autores clásicos –Lucrecio, Horacio, Séneca,
Epicteto, Cicerón, Marco Aurelio–, pero también el auge de la novela histórica y las series de televisión
ambientadas en el mundo antiguo, representan una muestra del fenómeno señalado. No negaré, con todo,
que bastante hay de anhelo y empeño –confío en que no mera ilusión– tras esta percepción.
Tampoco sería justo entender el interés por lo antiguo a modo de activación de una moda retro. Señalo
una tendencia intelectual –todavía leve, si se quiere– que está impactando directamente en la hegemonía y
el poderío cultural mantenida hasta hace bastantes lustros por los neomodernos es decir, aquellos
intelectuales, desencantados de la posmodernidad, pero que, de alguna manera, comparten con los
postmodernos aquella actitud compendiada hace años, en un brillante
diagnóstico/interrogación/lamentación, por Martha C. Nussbaum: «Por qué estos problemas, tan
importantes para nosotros [la virtud, la felicidad, la vida buena], se tratan tan raramente en la ética
moderna.» (La fragilidad del bien).
¿Qué ordena la actualidad neomoderna? La obsesión por la pasión y el mal (el riesgo, la catástrofe, la
crisis), en detrimento de la meditación sobre la razón, la acción, el bien moral y la excelencia; la
conversión del otro –y lo otro– en protagonista de la ética, a expensas del yo; privilegiar el discurso del
victimismo y la queja, la indignación y el lamento, una moral de mínimos, frente al discurso de la moral
alta, el esfuerzo y el valor; la atención y la preocupación por los desgraciados, los humillados y los
ofendidos –los parias de la tierra, los pobres de espíritu–, en lugar de destacar la tarea del héroe moral, la
acción del hombre virtuoso. Todo esto ha conducido, en el marco postcultural de la denominada
«postmodernidad», al establecimiento de un programa doctrinal en el que los máximos honores los sigue
ostentando la política expansiva de los derechos humanos, mientras poco o nada se habla, en cambio, de
deberes y esfuerzo personal.
No hay, en rigor, una «sabiduría de los modernos» (Luc Ferry y André Compte-Sponville) opuesta a la de
los antiguos. El Modernismo no logró imponerse sobre lo establecido al precio de enterrar el paradigma
cultural de la Antigüedad. Tal vez por este motivo, el Postmodernismo se enfrentó al espíritu moderno
frontalmente; por descontado, también al modelo intelectual de la Antigüedad. De similar forma a como
actuaron los modernos, los postmodernos fijaron la vista en el futuro, en el más allá, en lo porvenir,
convencidos unos y otros de que el «progresismo» –sustituto nominal del mero «Progreso»– es un
concepto necesario e incuestionable, válido por sí mismo. Con similar ardor se mostraban igualmente
persuadidos de que cualquier tiempo pasado fue peor. Comoquiera que sea, el pasado perdura y lo clásico
permanece.
En los juegos de lenguaje, en el manejo de la artificiosidad y el efectismo, los postmodernos han dejado
probada evidencia de sus habilidades. Hoy, cuando parece haberse sentenciado la muerte de la
Postmodernidad –entelequia y ensueño de la sinrazón que tantas muertes prematuramente anunció a su
vez–, en lugar de preguntarse por lo que vendrá, en vez de conjeturar la nueva faz –el neo-post del postneo–, acaso sea más conveniente echar la vista a atrás… para seguir adelante. Retornar mentalmente a fin
de reparar en el valor de lo pretérito, que no por desusado o descuidado debería ser tenido por rancio y
superado por el tiempo; al menos por lo que atañe a los asuntos de la moral y la ética. Tal vez fuese
sensato, en fin, aplicar al siglo XX la siguiente reflexión que José Ortega y Gasset dedicó al siglo XIX:
«He aquí una prueba de que es preciso dejar bien muerta en nosotros esa centuria: he aquí la prueba de
que el siglo XIX no consiente a los futuros ser de otro modo que él pretende imponerles, no sólo sus
preocupaciones, sino hasta el rango que en su ánimo gozaban. El siglo progresista no concibe que se dé
progreso en otra forma que en estado de alma progresista.» («Nada moderno y muy siglo XX» [1916]).
II
¿Un pensamiento inactual y, al mismo tiempo, del presente?
Por lo ya dicho hasta aquí, probablemente, no sea exagerado, ni tampoco pretencioso, calificar el punto de
vista que aquí sostengo de inactual. Que tal suposición sea reconocida ya en los primeros compases de la
partitura, a los pocos metros de la línea de salida, puede confirmar lo que la lectura de los primeros
compases del presente texto insinuaba como una simple sospecha. En cualquier caso, la sospecha –
filosóficamente entendida– estaba justificada. O al menos la sincera e inocente presunción según la cual
el hablar de virtud y vida buena en la ética, el pensar la filosofía práctica a modo de revisitación del
pasado, resulta un propósito cuando menos anacrónico, fuera de lugar o demodé, por no decir llanamente
«reaccionario». Si a todo ello se añade que lo que sigue contiene la invitación a una ética contenta y
contenida, inclinada al individualismo y que previene contra la política, tal vez quepa juzgar esta
iniciativa también de osada.
Nuestra vida es, ya lo sabemos, aquello que nos pasa, en este transitar limitado y finito que llamamos
existencia. Que la cortedad de la vida y los sinsabores no entrañen insatisfacción ni conduzcan a la
desesperación, a la que se ven arrastrados los espíritus derrotados por la desolación, la tristeza y la derrota
del pensamiento, es aspiración profundamente ética. Juzgar que, a pesar de todo, la vida hay que vivirla
bien, convirtiéndola en experiencia plena y gozosa, y no plana o aburrida, ésta es criterio prioritario de
toda moral positiva. Siempre lo ha sido. Y siempre lo será. He aquí la noción de destino concentrada en la
siguiente la indicación o instrucción práctica: a pesar de todo, todo va bien.
¿No supone esta declaración una vana loa al conformismo y al bobo optimismo? Ciertamente no. Sin ir
más lejos, representa la celebración de lo real, de lo existente.
«Hay un tipo de adicción a lo irreal que alimenta las formas más destructivas del optimismo: un deseo de
suprimir la realidad como premisa de la que debe partir la práctica racional, para reemplazarla con un
sistema de ilusiones complacientes.» (Roger Scruton, Usos del pesimismo [2010]).
Cuando pasamos de la perspectiva ética a la arena política las cosas cambian. El caso es que hemos
soportado un siglo XX con demasiada política. Y todavía falta por ver si el XX es un siglo pasado… Por
lo excitable e irritable de la fibra de la política, que al tocarla se eriza uno, y por la posición dominante
que ostenta en la vida actual de los individuos, aprecio de difícil encaje con lo vigente sólo sugerir la
posibilidad del camino inverso, a saber: atemperar el frenesí y la prevalencia de lo político y lo público de
modo que se propicie un regreso a lo tradicional y lo privado. Como Ortega y Gasset, juzgo inexcusable
el paso –o trance– que nos conduce a lo político; después de todo, el hombre vive en la polis y no es
bueno que esté solo. Pero añado: en la arena política, en la más vibrante vita activa, no es seguro de que
el hombre se encuentre a sí mismo, ni mucho menos que desarrolle sus atributos más excelentes, sino que,
por el contrario, se vea afectado de alteración (resultado de estar en territorio de alter), poco propenso a
generar contento y estabilidad.
Sólo será prudente y positivo dar el paso y ganar mundo una vez hayamos asegurado el continente de la
ética, el verdadero hogar del ser humano. Es éste el lugar desde donde iniciar cualquier partida al exterior,
el espacio propio donde en el momento adecuado poder retirarse, para restablecerse y volver a partir o
para reposar y jubilarse, que es la forma clásica de calificar el acto de alegrarse o ganar el jubileo o
alcanzar el júbilo. Si una idea principal y primaria pretendo exponer en este ensayo, de cara al siglo XXI,
es ésta.
III
Mirando hacia atrás sin ira y con contento
La perspectiva de la vida moral reinante la Antigüedad sufre, bien es verdad, una perceptible
transformación con el advenimiento de la Modernidad y de la «ética moderna» (representada
significativamente por la ética kantiana y utilitarista, en sus distintas versiones). En este periodo histórico
se instauran formalmente los conceptos de yo y de individuo, si bien éstos, de facto, estaban ya presentes
y claramente expresados en los pensamientos más fértiles de la Antigüedad. Lo mismo podría decirse de
otras nociones cruciales para el pensamiento: libertad, subjetividad, etcétera. En la Modernidad, ambas
nociones –yo, individuo– se ponen al servicio de instancias imperativas como deber o bienestar general –
ámbito del otro, indefinido e ilimitado–, lo cual otorga a la ética un sentido y una significación muy
distintos con respecto al horizonte del problema en los antiguos, donde el cuidado de sí mismo se
antepone a cualquier otro principio.
Curiosamente –aunque no casualmente–, es tal el poder de atracción, asimilación y absorción de lo
moderno entre la gente que ha llegado a convertirse en una actitud común el calificar como «moderno»
todo aquello que desea elogiarse respecto a una idea, una característica o un comportamiento pasados. De
este modo, a no pocos analistas e intérpretes de la actualidad se les antoja afirmar, con neta arrogancia,
que un escritor, un artista o un pensador antiguos exhiben una actitud muy «moderna» en el momento en
que se advierte en sus trabajos algún rasgo que es juzgado correcto y positivo en el presente, esto es,
desde la perspectiva del presente.
Semejantes modos delatan, como mínimo, una sospechosa tendencia a la anacronía, cuando no al ávido
determinismo, como dando a entender que si un autor clásico se expresa, por ejemplo, en primera persona
o emplea la elipsis a modo de formas estilísticas, resulta ser «muy moderno» en la medida en que con ello
se anticipa a lo que un periodo posterior será tomado como elemento cultural característico y hasta
ejemplar. En realidad, ocurre justamente lo contrario: aquello juzgado como «moderno» es muchas veces
actual y efectivo porque ya los antiguos fueron capaces de vislumbrarlo, poseerlo y mostrarlo en su
momento.
Lo justo y razonable sería afirmar, en consecuencia, que a menudo los modernos resultan ser «muy
antiguos», al menos cuando recurren a usos y modos empleados antaño de manera provechosa, siendo tan
válidos y fructíferos hoy como ayer. No otro sentido posee el concepto «clásico», éste sí tolerado por
modernos y postmodernos, aunque con inocultable reserva y prevención.

Filosofía pictórica: el genio artístico de
William Blake
Carlos Javier González Serrano
16 octubre, 2013
Ocho ensayos sobre William Blake, 2013, 270 pp., 23 euros
William Blake es sin duda uno de esos personajes que, envueltos en el misterio, ha recorrido un itinerario
espiritual destinado a alcanzar la tan anhelada sabiduría perenne. A caballo entre la filosofía y la mística,
entre el pensamiento y el arte (tan hermanados en su obra), el universo interior de este egregio inglés ha
hecho correr largos ríos de tinta. Para descifrar la andadura de tan complejo autor tenemos la suerte de
contar con un libro que facilita el estudio de su figura, mediante la magnífica prosa de Kathleen Raine,
publicado en preciosa edición por Atalanta: Ocho ensayos sobre William Blake.
El Cuerpo Eterno del Hombre es la Imaginación, es decir, el propio Dios… Se manifiesta en sus Obras de
Arte (en la Eternidad Todo es Visión).
Al contrario de lo que suele pensarse debido a la complejidad de sus textos, que se prestan a una
multiplicidad hermenéutica casi incomparable, Blake no escribió para un público especializado. Y quizás
este dato tenga que ver con lo prístino de sus visiones: tan claro era para él cuanto quería mostrar, que en
ningún caso paró mientes en la posibilidad de que su mensaje fuera malinterpretado o, más acá, no
pudiera ser siquiera comprendido.
Como apunta certeramente Kathleen Raine, «para Blake, vivir según la Imaginación es el secreto de la
vida. Los “dioses” de la razón, el sentimiento, la inspiración y los sentidos físicos no son más que
aspectos de esa vida única de la Imaginación, “la propia existencia humana” que lo abarca todo en
conjunto. No hay nada fuera de la Imaginación, que es inmortal, eterna e inagotable».
El Error es Creado. La Verdad es Eterna. El Error, o Creación, será Quemado, y entonces, y no hasta
entonces, Verdad o Eternidad Aparecerán. Se Quema en el Momento en que los Hombres cesen de
contemplarlo.
William Blake (1757-1827)
El discurso de Blake resulta en algunos casos insultantemente actual (hay que tener en cuenta que nuestro
autor vive con un pie en el siglo XVIII y otro en el XIX), sobre todo en lo tocante a la relativa impotencia
de las ciencias naturales cuando pretenden ofrecer un horizonte de sentido definitivo, absoluto, a la
existencia de los seres humanos. En el mundo no sólo hay materia, sino también espíritu, alma:
Todas las cosas están en Dios, no como si estuvieran en algún lugar… Considera al que contiene todas las
cosas, y entiende que no hay nada con mayor capacidad que lo que es incorpóreo.
Las ocho piezas que componen la obra de Kathleen Raine son, cada una por separado, auténticas
maravillas. En ellas queda paulatina y estructuralmente desmontado el pensamiento de Blake, con el
objetivo de que el lector, al fin, pueda recomponerlo y hacerlo suyo. Una ardua tarea que, sin embargo,
Raine hace muy sencilla.
Aunque como digo los ocho ensayos configuran piezas independientes (pero interconectadas) de museo,
cabe destacar dos en particular, en las que la autora se hace cargo del sufrimiento en el Libro de Job y,
por otra parte, del Apocalipsis en Blake y Miguel Ángel.
Los tres amigos de Job le acusan ante Dios. Job, por su parte, adquiere un tono de súplica y oración. Todo
parecía volverse en su contra, incluso su mujer (a la izquierda), de quien se desprende un semblante de
absoluta y rendida resignación
En los veintidós grabados que el artista inglés diseñó para ilustrar las peripecias de Job, Blake pone el
punto de mira en los sufrimientos que al llamado “santo paciente” le fueron infringidos. Lo interesante de
la visión de Blake es que parece decirnos que Job representa un curioso tipo: el del ser humano que se
enfrenta a los misterios de Dios, «a quien rendía culto y quería comprender, pero no conocía cara a cara.
Como la mayoría de nosotros -apunta Raine- Job se enfrenta al misterio de su ser, en cuyo poder se
encuentra, y nunca ha rechazado, sino que ha tratado de alcanzar, obedecer, comprender. [...] En efecto, el
Libro de Job es la historia de un hombre Cualquiera». Recordemos que, para Blake, el sufrimiento supone
tan sólo un estadio epistemológico del hombre, el de la ignorancia: en concreto, el de la ignorancia de
Dios, que, a ojos del inglés, «es el Dios interior. Blake veía que en las Iglesias se veneraba al Dios de este
mundo -el Dios de la ley moral-; la Divina Humanidad no se descubre mediante moralidad y observancia,
sino a través del renacimiento espiritual». No os perdáis el fantástico y pormenorizado análisis que
Kathleen Raine lleva a cabo sobre los mencionados grabados; sólo por esto, un comentario que ocupa más
de cincuenta páginas, merece la pena adquirir el libro.
Los antiguos Poetas animaban todos los objetos sensibles con Dioses o Genios, nombrándolos y
adornándolos con los atributos de bosques, ríos, montañas, lagos, ciudades, naciones y todo lo que sus
vastos
y
numerosos
sentidos
podían
percibir.
Particularmente estudiaban el genio de cada ciudad y región poniéndolo bajo su deidad mental.
Hasta que un sistema fue establecido, del cual algunos se aprovecharon, y esclavizaron al vulgo con el
intento de hacer reales o abstraer las deidades mentales de los objetos. Así comenzó el Sacerdocio:
escogiendo formas de culto a partir de las narraciones poéticas. Y al final ellos dictaminaron que los
Dioses
habían
ordenado
cosas
tales.
Así los hombres olvidaron que Todas las deidades moran en el corazón humano.
William Blake, Matrimonio del cielo y el infierno
El Juicio Final representado por William Blake
Como ya apuntaba Chesterton en su libro sobre William Blake (de homónimo título), «incluso siendo un
niño [Blake] ya prodigaba su conocimiento de lo oculto», un aspecto que dotó a toda su obra de un
exacerbado sobrenaturalismo metafísico. También Chesterton nos informa de que Blake «tenía la
capacidad de hablar de un encuentro con Isaías o con la reina Isabel no ya como si tal circunstancia
pudiera ser indiscutible, sino como si fuera algo tan insignificante que ni siquiera mereciera objeto de
discusión. Reyes y profetas llegaban del cielo o del infierno para posar para él».
Resultado de tan visionarias experiencias, nuestro protagonista entendió el Apocalipsis, precisamente,
como una suerte de visión de una situación espiritual perdurable, y no como una especie de precognición
sobre la historia futura. Así lo apunta magníficamente Kathleen Raine en Ocho ensayos sobre William
Blake: «[El Apocalipsis] es un arquetipo, es decir, una de esas “visiones formidables” o “imágenes
asombrosas” que no pertenecen al orden temporal aunque necesariamente se reflejen en él de vez en
cuando. Considerar el Juicio Final, o el Apocalipsis, por consiguiente, como un acontecimiento histórico
en términos seculares significa malinterpretar su naturaleza».
El Cristo de Miguel Ángel en su versión del Juicio Final
Así, mientras el Cristo de Miguel Ángel se presenta en pura acción, bajo un aspecto de dominación que
casi abruma (como la aparición del Dios hecho Hombre entre hombres), y donde se nos muestra a una
especie humana echada a perder por el vicio y la corrupción (pecados que tan sólo Una mano santa y
firme puede reconducir), en la versión de Blake sucede algo muy diferente.
Si el Jesús resucitado de Miguel Ángel posee las características de todo un Apolo griego (como apunta
Rein, «el sol invictus de la mitología clásica»), el Cristo de Blake se ve incluso difuminado en los trazos,
y cuenta más aquello que su figura representa que la acción que lleva a cabo: «Es simplemente la figura
en el Trono de Dios. Gobierna por su presencia, y no por su preeminencia». La representación del Cristo
de Blake en el Juicio Final ostenta, se puede decir, una clara exégesis de las Confesiones agustinas, pues
nos invita a considerar que el cetro divino que Cristo sostiene por la gracia de Dios no proviene de su
condición de individuo, sino de su ser «el corazón de la luz que emana de un centro divino».
Mientras que Cristo para Miguel Ángel es el Dios-Hombre y hombre divino, Jesús para Swedenborg y
Blake es el Cristo universal que aparece en «los cielos» -es decir, en los mundos internos- de toda la
humanidad. [...] Miguel Ángel logró capturar el aspecto terrorífico que asociamos con el final del mundo
temporal; por su parte, Blake aprehendió la alegría de la aurora en la visión de lo eterno, de las cosas
como son, vistas a la luz de la Imaginación, que no condena a nadie.
Kathleen Rein
No dejéis de leer este brillante ensayo, que son muchos a la vez, sobre una de las figuras más inquietantes
de la historia del arte y del pensamiento. Una delicia que engancha de principio a fin, que se atreve a
transitar los intrincados recovecos anímicos de William Blake. El viaje merece la pena. Muy
posiblemente, y con el permiso de Chesterton, Ocho ensayos sobre William Blake encierra la más
brillante y accesible puerta de entrada a la obra del conspicuo inglés en lengua española. Un libro
imprescindible que, gracias a la experta mano de Atalanta y la excelente prosa hermenéutica de Kathleen
Raine, ha nacido clásico.
Exclusiva en español: la carta de
Benedicto XVI al matemático Odifreddi

Exclusiva en español: la carta de Benedicto XVI al matemático Odifreddi
Un diálogo franco y abierto: Carta del Papa Emérito Benedicto XVI al matemático italiano Piergiorgio
Odifreddi
Ciudad del Vaticano, 30 de agosto de 2013
Ilustrísimo señor profesor Odifreddi:
Ante todo, he de pedirle disculpas por agradecerle solo hoy el envío de su libro Caro Papa, ti scrivo
[Querido Papa: Te escribo], así como por las amables líneas que, en esta ocasión por mediación del
arzobispo Gänswein, ha dirigido indirectamente a mí también. Pero no quería escribir hasta haber leído su
libro, y como siguen ocupándome varios trabajos, solo ahora he terminado la lectura del mismo.
Hoy, pues, quisiera darle por fin las gracias por intentar confrontarse con mi libro y, por lo tanto, con mi
fe incluso en el detalle; precisamente esto es, en gran parte, lo que había pretendido con mi Discurso a la
Curia Romana con ocasión de la Navidad de 2009. Debo agradecer también la lealtad con la que ha
tratado mi texto, intentando sinceramente hacerle justicia.
Con todo, mi juicio sobre su libro en su totalidad es, en sí mismo, bastante contrastante. He leído algunas
de sus partes con deleite y provecho. En otras, por el contrario, me han sorprendido cierta agresividad y la
ligereza de la argumentación.
Me gustaría responder capítulo por capítulo, pero para ello, desgraciadamente, no son suficientes mis
fuerzas. Escogeré, pues, algunos puntos que me parecen especialmente importantes.
I
Me sorprende, ante todo, que usted, en las páginas 25 y siguientes, interprete mi elección de ir más allá de
la percepción de los sentidos para vislumbrar la realidad en su grandeza como «una negación explícita del
principio de realidad» o como «psicosis mística», cuando yo pretendía decir precisamente lo que después,
en las páginas 29 y siguientes, expone usted acerca del método de las ciencias naturales: el «trascender
las limitaciones de la sensorialidad humana». Por eso estoy totalmente de acuerdo con lo que usted
escribe en la página 40: «[...] la matemática presenta una profunda afinidad con la religión». En este
punto no veo, por consiguiente, ningún conflicto entre su planteamiento y el mío. Si más adelante, en la
página 49, usted explica que la «religiosidad verdadera [...] hoy se la encuentra más en la ciencia que en
la filosofía», hace una afirmación sobre la que ciertamente puede discutirse; pero me alegra que ahí usted
pretenda presentar su trabajo como «religiosidad verdadera». Ahí, como de nuevo en la página 65, y
después una vez más en el capítulo titulado «Su credo y el mío», usted subraya que la renuncia al
«antropomorfismo» de un Dios concebido como persona y la veneración de la racionalidad constituirían
la religiosidad verdadera. Coherentemente, en la página 182 de su libro, dice de manera muy drástica que
«la matemática y la ciencia son la única religión verdadera; lo demás es superstición».
Ahora bien: puedo comprender, ciertamente, que se considere como antropomorfismo la concepción de la
Razón primordial y creadora como Persona dotada de su propio «Yo», lo que parece ser una reducción de
la grandeza –inconcebible para nosotros– del Logos. La fe trinitaria de la Iglesia, cuya presentación en mi
libro refiere usted de manera muy objetiva, también expresa, en efecto y en alguna medida, el aspecto
totalmente distinto, misterioso, de Dios, lo que podemos intuir siempre y solo desde lejos. A este
respecto, quisiera recordar la afirmación del denominado Dionisio el Seudoareopagita, quien dice en un
pasaje que, ciertamente, las mentes filosóficas sienten una especie de rechazo ante los antropomorfismos
bíblicos, que consideran inadecuados. Pero el riesgo que corren estas personas ilustradas es el de juzgar
después adecuada su concepción filosófica de Dios, olvidando que también sus ideas filosóficas
permanecen infinitamente alejadas de la realidad de aquel que es «totalmente Otro». Así las cosas, tales
antropomorfismos se revelan necesarios para superar la arrogancia del pensamiento; más aún, cabe decir
que, bajo algún aspecto, los antropomorfismos se acercan más a la realidad de Dios que los meros
conceptos. Por otro lado, sigue siendo válido lo que en 1215 dijo el Concilio IV de Letrán, o sea que todo
concepto de Dios solo puede ser analógico, y que su desemejanza respecto al verdadero Dios siempre es
infinitamente mayor que su semejanza.
Con esta premisa, hay que decir, sin embargo, que un Logos divino ha de ser también conciencia y, en
este sentido, Sujeto y Persona. Una razón objetiva presupone siempre un sujeto, una razón consciente de
sí.
En la página 53 de su libro, usted dice que esta distinción, que en 1968 aún podía parecer justificada, no
sería sostenible ya, ante las inteligencias artificiales existentes en la actualidad. En esto usted no me
convence en absoluto, dado que la inteligencia artificial es, evidentemente, una inteligencia transmitida
por sujetos conscientes, una inteligencia depositada en unos aparatos, y que, por lo tanto, tiene claramente
su origen en la inteligencia de los creadores humanos de dichos aparatos.
Por último, no puedo seguirle en modo alguno si en el principio pone usted no ya el Logos con
mayúscula, sino el logos matemático con minúscula (pág. 85). Y es que el Logos inicial es un Logos que
está por encima de todos los lógoi.
Ciertamente, el paso de los lógoi al Logos, dado por la fe cristiana junto con los grandes filósofos griegos,
es un salto que no puede demostrarse simplemente, ya que conduce de lo empírico a lo metafísico, y, con
ello, a otro nivel del pensamiento y de la realidad. Pero este salto es, como mínimo, tan lógico como su
impugnación. Creo también que quien no pueda darlo debería, con todo, considerarlo por lo menos como
una cuestión seria. Este es el punto decisivo de mi diálogo con usted, un punto que volveré a tocar al
final: quisiera esperar que alguien que se interroga seriamente reconozca de todas formas ese «tal vez»
del que, siguiendo a Martin Buber, hablé al principio de mi libro. Ambos interlocutores deben permanecer
en estado de búsqueda. Pero a mí me parece que usted interrumpe la búsqueda de manera dogmática y no
pregunta ya, sino que solo pretende adoctrinarme.
II
El pensamiento recién expuesto constituye, en mi opinión, el punto central de un diálogo auténtico entre
su fe «científica» y la fe de los cristianos. Comparado con ello, todo lo demás es secundario. Por eso me
permitirá usted que sea más conciso en lo que a la evolución se refiere. Ante todo, quisiera señalar que
ningún teólogo serio negaría que el «árbol de la vida» en su totalidad mantenga una viva relación interna,
por lo que la palabra «evolución» resulta adecuada. Asimismo, ningún teólogo serio opinará que Dios, el
Creador, hubo de intervenir repetidas veces, en los niveles intermedios, de manera casi manual en el
proceso del desarrollo. En este sentido, muchos ataques contra la teología en relación con la evolución
están infundados. Por otro lado, resultaría útil para el avance del conocimiento que también los
representantes de las ciencias naturales se mostraran más abiertamente conscientes de los problemas y
que se formularan con mayor claridad todas las preguntas que permanecen abiertas en este campo.
A este respecto, siempre he considerado ejemplar la obra de Jacques Monod, quien reconoce claramente
que, en última instancia, no conocemos las vías por las que se forman cada vez nuevos ADN llenos de
sentido. Refuto, por lo tanto, su tesis, recogida en la página 129, según la cual las cuatro tipologías
desarrolladas por Darwin explicarían perfectamente todo lo que concierne a la evolución de las plantas y
de los animales, con inclusión del hombre. Por otro lado, no quisiera obviar el hecho de que, en este
campo, se da mucha ciencia ficción; de ello hablaré más adelante. Además, el científico médico Joachim
Bauer, de Friburgo, en su libro Prinzip Menschlichkeit [El principio humanidad] (Hamburgo 2007), ha
ilustrado de manera impresionante los problemas del darwinismo social; tampoco convendría silenciar
esto.
El resultado del «long-term evolution experiment» [experimento de evolución a largo plazo] del que usted
habla en la página 121 no es, en modo alguno, de amplio alcance. El intento de contracción del tiempo
sigue siendo, a fin de cuentas, ficticio, y las mutaciones obtenidas son de escasa envergadura. Pero, por
encima de todo, el hombre, como demiurgo, tiene que intervenir una y otra vez con su aportación: algo
que en la evolución queremos precisamente excluir. Estimo, además, muy importante que usted, no
obstante, reconozca también en su «religión» tres «misterios»: la cuestión acerca del origen del universo,
la del surgimiento de la vida y la del origen de la conciencia de los seres vivos más desarrollados.
Obviamente, en ello también considera usted al hombre como una de las especies de los simios, por lo
que pone sustancialmente en duda la dignidad del hombre; sin embargo, el surgimiento de la conciencia
sigue siendo, para usted, una cuestión abierta (pág. 182).
III
En varias ocasiones usted me hace notar que la teología sería ciencia ficción. Me sorprende, pues, que
considere mi libro digno de una discusión tan detallada. Permítame que le proponga cuatro puntos
relacionados con esta cuestión:
1. Es correcto afirmar que «ciencia», en el sentido más estricto de la palabra, lo es solo la matemática,
mientras que de usted he aprendido que aquí también habría que distinguir adicionalmente entre la
aritmética y la geometría. En cada disciplina específica, la cientificidad tiene su propia forma, según la
particularidad de su objeto. Lo esencial es que aplique un método verificable, excluya lo arbitrario y
garantice la racionalidad en sus respectivas y diferentes modalidades.
2. Usted debería reconocer, por lo menos, que, en el ámbito histórico y en el del pensamiento filosófico,
la teología ha producido resultados duraderos.
3. Una función importante de la teología estriba en mantener a la religión vinculada a la razón, y la razón
a la religión. Ambas funciones son de importancia esencial para la humanidad. En mi diálogo con
Habermas mostré que existen patologías de la religión y patologías de la razón, no menos peligrosas que
aquellas. Las dos funciones se necesitan mutuamente, y mantenerlas continuamente conectadas es un
importante cometido de la teología.
4. Por otro lado, la ciencia ficción se da en el ámbito de muchas ciencias. Lo que usted expone sobre las
teorías acerca del inicio y del fin del mundo de Heisenberg, Schrödinger, etc., yo lo designaría como
ciencia ficción en el buen sentido del término: se trata de visiones y anticipaciones para alcanzar un
conocimiento verdadero, pero solo son, precisamente, imaginaciones con las que intentamos
aproximarnos a la realidad. Existe, además, la ciencia ficción «a lo grande», precisamente también en el
seno de la teoría de la evolución. El gen egoísta de Richard Dawkins constituye un ejemplo clásico de
ciencia ficción. El gran Jacques Monod escribió frases que él mismo debió de insertar en su obra
seguramente solo en calidad de ciencia ficción. Cito: «La aparición de los vertebrados tetrápodos [...]
tiene precisamente su origen en el hecho de que un pez primitivo “optara” por ir a explorar la tierra, en la
que, sin embargo, era incapaz de desplazarse más que brincando torpemente, creando así, como
consecuencia de una modificación de su comportamiento, la presión selectiva merced a la cual se
desarrollarían los poderosos miembros de los Tetrápodos. Algunos de los descendientes de tan audaz
explorador, de aquel Magallanes de la evolución, pueden correr a una velocidad superior a los 70
kilómetros por hora…» (citado según la edición italiana: Il caso e la necessità, Milán 2001, págs. 117s.).
IV
En todas las temáticas debatidas hasta ahora, se trata de un diálogo serio, por el que le estoy agradecido,
como ya he dicho en repetidas ocasiones. Las cosas cambian al llegar al capítulo sobre el sacerdote y
sobre la moral católica, y aún más en los capítulos sobre Jesús. Respecto a lo que usted dice acerca del
abuso moral de menores de edad por parte de sacerdotes, solo puedo asumirlo –como usted bien sabe–
con profunda consternación. Nunca he intentado encubrir semejantes cosas. Que el poder del mal penetre
hasta este punto en el mundo interior de la fe constituye para nosotros un sufrimiento que, por un lado,
debemos soportar, mientras que, por otro, debemos hacer todo lo posible para que no se repitan casos
como estos. Tampoco es motivo de consuelo saber que, según los estudios de los sociólogos, el porcentaje
de sacerdotes reos de estos crímenes no es más alto que el que presentan otras categorías profesionales
similares. En cualquier caso, no debería presentarse ostentosamente esta desviación como si se tratara de
una indecencia específica del catolicismo.
Si no es lícito silenciar el mal presente en la Iglesia, tampoco debe silenciarse la larga y luminosa estela
de bondad y de pureza que la fe cristiana ha trazado a lo largo de los siglos. Hay que recordar las figuras
grandes y puras que la fe ha producido: desde Benito de Nursia y su hermana Escolástica a Francisco y
Clara de Asís, a Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, a los grandes santos de la caridad como Vicente de
Paúl y Camilo de Lelis hasta la madre Teresa de Calcuta y las grandes y nobles figuras del Turín
decimonónico. Y hoy también sigue siendo verdad que la fe impulsa a muchas personas al amor
desinteresado, al servicio a los demás, a la sinceridad y a la justicia. Tampoco puede ignorar usted cuántas
formas de ayuda desinteresada a los dolientes se hacen realidad a través del servicio de la Iglesia y de sus
fieles. Si se desvaneciera todo lo que se lleva a cabo por estos motivos, tendría lugar un derrumbamiento
social de amplio alcance. Por último, tampoco se debe silenciar la belleza artística que la fe ha dado al
mundo, lo que en ningún lugar se ve mejor que en Italia. Piense también en la música inspirada por la fe,
empezando por el canto gregoriano hasta Palestrina, Bach, Mozart, Haydn, Beethoven, Bruckner,
La posada del silencio nº 23, curso v
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  • 1. La posada del silencio El texto de hoy El viento sopla donde quiere, y ores su voz El silencio trasciende todas las culturas, todas las ciencias. Un silencio que es patrimonio de la humanidad y cada uno lo experimenta de acuerdo con su identidad. El viento sopla monte abajo, y no es igual el ruido que hace en los robles, en las rocas, en las alamedas, en la hierba...pero el viento es el mismo. El silencio, la vida divina es la misma. El espíritu es el mismo, Dios es el mismo...la experiencia es distinta. Si nos contara el roble su experiencia, o las rocas, o la hierba...todas distintas, pero es la misma. Deja que el viento te lleve en el silencio para que oigas su voz. CONVERSACIONES DE SAN ESTEBAN.
  • 2. DEL 5 DE NOVIEMBRE AL 11 DE FEBRERO
  • 3.
  • 4. Festividad de San Martín de Porres Festividad de San Martín de Porres Patrón de la Bolsa de caridad de la Archicofradía del Rosario. Domingo, 03 de noviembre de 2013 a las 19:30 Rezo del Santo Rosario y exposición del Santísimo a las 20:00h Santa Misa Martín hermano de fe y caridad Unidos en comunidad y ya dentro del “Año de la Fe”, vivimos nuestra Fiesta Patronal en honor de San Martín de Porres. Recordamos que este año celebramos el 50 aniversario de la canonización del llamado "santo de la escoba" (el 6 de mayo), coincidiendo con el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. Aquel que nació en la ciudad de Lima, Perú, el día 9 de diciembre del año 1579. Martín fue creciendo con mucha humildad y a los doce años entró de aprendiz de peluquero, y asistente de un dentista. En ese sencillo oficio conoce al Fraile Juan de Lorenzana, famoso dominico buen teólogo y hombre de virtudes, quien lo invita a entrar en el Convento de Nuestra Señora del Rosario. Pero las leyes de aquel entonces le impedían ser religioso por su la raza, por lo que Martín ingresó como Donado, pero él se entrega a Dios y su vida está presidida por la fe, el servicio, la humildad, la obediencia y un amor sin medida. El sueño de Martín era "Pasar desapercibido y ser el último" pero Dios tenía otro plan para él. Su anhelo más profundo siempre fue seguir a Jesús. Siempre lo hemos tenido como un gran modelo de fe y caridad. El 2 de junio de 1603 se consagra a Dios por su profesión religiosa. El P. Fernando Aragonés testificará: "Se ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos, dando limosna a españoles, indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor". La portería del convento es un reguero de soldados humildes, indios, mulatos, y negros; él solía repetir: "No hay gusto mayor que dar a los pobres". Pronto la virtud del mulato dejó de ser un secreto. Su servicio como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle. Un día Martín enferma y él dice que de esa enfermedad moriría, cuando vio que se acercaba el momento feliz de ir a gozar de la presencia de Dios, pidió a los religiosos que le rodeaban que entonasen el Credo. Mientras lo cantaban, entregó su alma a Dios. Era el 3 de noviembre de 1639. El Papa Gregorio XVI lo declaró Beato en 1837. Fue canonizado por El Papa Juan XXIII en 1962. Fecha Inicio:03/11/2013 12:52:58 Fecha Fin:03/11/2013 22:52:58 Lugar:IGLESIA DE SAN ESTEBAN
  • 5. CON EL CORAZÓN AGRADECIDO AGRADECIMIENTO En estos momentos en los que estamos viviendo la partida de nuestro hermano Jesús, sus familiares y los frailes dominicos de la basílica de Nuestra Señora de Candelaria, queremos hacer público nuestro agradecimiento a todos: Primero a Dios, que durante años nos ha regalado la vida y energía de Jesús Mendoza. Después a todos Vds., todos los que os habéis acercado en estos días para con-solarnos, sí, para que no estuviéramos solos. En este “Ustedes” estáis todos, los particulares y los representantes de las diferentes Instituciones, que nos habéis manifestado vuestra cercanía y cariño con mil gestos y detalles.
  • 6. Queremos hacer una mención especial, sólo una, nuestro agradecimiento sincero a todo el personal de la Residencia UniversitariaLa Candelaria. Han sido días muy difíciles y críticos los que hemos vivido juntos. Gracias por vuestro buen hacer. La vida continúa y, desde nuestro convento de Candelaria, los dominicos seguiremos con los mismos servicios que durante años hemos prestado en esta diócesis de S. Cristóbal de La Laguna, en la basílica, la parroquia de Santa Ana y todas las demás parroquias, la Casa de Acogida de mayores, etc., etc. Por eso nos animamos a mirar hacia delante. Hacemos nuestra la profesión de fe del salmista: “Levanto los ojos a los montes, de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”. Muchas gracias. LES INFORMAMOS, QUE MAÑANA LUNES 20 DE OCTUBRE A LAS 18 HORAS, CELEBRAREMOS UNA EUCARISTÍA EN LA BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA DE CANDELARIA PATRONA DE CANARIAS Basílica de Candelaria, sábado 19 de octubre de 2013. Eucaristía pascual de Fray Jesús Mendoza González, OP
  • 7. Fray Jesús Mendoza González, OP, cuarto de cinco hermanos, nace en Juncalillo, municipio de Gáldar, en Gran Canaria el 9 de agosto de 1944. Terminados sus estudios de enseñanza primaria y media toma el hábito de la Orden de los Predicadores en 1965 y hace su primera profesión religiosa el 1 de noviembre de 1966. El 23 de diciembre de 1972 recibe el sacramento del Orden sacerdotal en la parroquia de S. Andrés de Cuevecitas, en Candelaria. + Su primer destino como sacerdote será Córdoba, en donde trabajará en el colegio de los Hermanos Maristas y en la residencia de estudiantes que los Dominicos teníamos en el convento de S. Agustín. + Es en 1986 que es destinado a este convento de Nuestra Señora de Candelaria, en donde ha residido desde entonces de forma continua. En etapas sucesivas
  • 8. y alternas ha sido prior del convento y rector del santuario, primero, y basílica, después. + De sus trabajos y desafíos entre nosotros durante estos años todos hemos sido testigos. + Nos queda el recuerdo y ejemplo de su tenacidad y empeño ante las dificultades, su entusiasmo en el servicio. + Fortalecidos por la fe en Jesucristo, el vencedor del mal y de la muerte, somos invitados ahora a celebrar la pascua de Jesús Mendoza, su paso de este mundo a la casa del Padre. Damos gracias al Padre Dios por la vida de Jesús; para él impetramos el perdón, como ser humano habrá errado en más de una ocasión, y a María, nuestra madre de Candelaria, la encomendamos que le acoja y le conduzca al banquete del cielo. Nosotros aquí, en el sacramento, en la fe y la esperanza, él allá, en el banquete definitivo, celebremos juntos el banquete de las bodas del Cordero, la Pascua del Señor, que es anuncio y garantía de nuestra Pascua. (Semblanza leída en su Funeral). COMUNIDAD DOMINICOS DE NUESTRA SEÑORA DE CANDELARIA PROFUNDAMENTE AGRADECIDO. El padre Jesús Mendoza descansa ya en Santa Ana
  • 9. NORBERTO CHIJEB | Candelaria El padre Jesús Mendoza, prior de la basílica de Candelaria desde 1986, descansa desde ayer en el panteón de los hermanos Dominicos en el cementerio de Santa Ana, en Candelaria. Más de medio millar de personas despidieron ayer al párroco que llenó de generosidad y sencillez su dilatada carrera, vinculada desde 1972 a la Villa Mariana. Desde que su féretro fue trasladado por la mañana desde el convento de los Dominicos a la basílica, un río de personas anónimas y distintas autoridades fueron desfilando ante él, situado en la cabecera del templo, casi a los pies de la Virgen de Candelaria que tanto adoraba. El obispo de la Diócesis Nivariense ofreció la misa fúnebre acompañado por los hermanos Dominicos y por el párroco de Igueste de Candelaria y Barranco Hondo, Daniel Pérez, quien será provisionalmente el prior de la basílica candelariera hasta que que el Provincial de la zona Bética, Miguel de Burgos, con sede en Sevilla, designe oficialmente al sustituto que se lleva el cariño de Tenerife, además de un extenso legado, como por ejemplo la Casa de Acogida Virgen de Candelaria, una obra que refleja el afán del padre Mendoza por hacer confortable los últimos años de vida de los mayores. El Ayuntamiento de Candelaria declaró el jueves tres días de luto, por lo que han sido suspendidos todos los actos oficiales y ondean las banderas a media asta. Además hoy se guardará un minuto de silencio en todos los partidos de fútbol que se disputen en el municipio. También la Mesa del Parlamento de Canarias se sumó ayer a las condolencias, trasmitiendo en un comunicado el pesar y destacando “su ejemplar dedicación al sostenimiento y expansión del culto mariano y a las mejoras artísticas en el emblemático templo, se completó con una labor social abnegada y meritoria que atendió a los ciudadanos más desfavorecidos de la comarca, especialmente a los niños, ancianos y enfermos que tuvieron en él a un constante y entregado valedor”. Descanse en paz.
  • 10. Comienza el curso del “Instituto de Teología y Humanismo” de Barcelona. El día 15 de octubre se inauguró el curso 2013-14 del “Instituto de Teología y Humanismo que desde hace muchos años organiza el Convento de Sta. Catalina V. y M. de Barcelona. Durante tres días, el P. Evelio J. FERRERAS, O.P., impartió el cursillo “Algunas reflexiones al concluir el Año de la Fe”. Estos son los ejes sobre los que versó: 1. Comprensión y sentido de la Fe cristiana Comprensión que podríamos sintetizar en el rico texto de Lumen Fidei, n. 7: “En la fe, don de Dios, virtud sobrenatural infusa por Él, reconocemos que se nos ha dado un gran amor, que se nos ha dirigido una Palabra buena y que si acogemos esta Palabra que es Jesucristo, Palabra encarnada, el Espíritu Santo nos transforma, ilumina nuestro camino hacia el futuro y da alas a nuestra esperanza para recorrerlo con alegría”. 2. Creo en Dios Padre. El Dios revelado por Jesús, como “Abba”y que siguiendo la línea profética, sapiencial y de los grandes orantes del A.T. Jesús sintetiza en estos atributos: Dios padre de Amor y Misericordia infinita, Dios Padre Providente, Dios que escucha y atiende el clamor de sus hijos que se dirigen a Él en la oración. 3. Creo en su Hijo Jesucristo y en el E. Santo En Jesús, ideal y modelo del hombre nuevo, pastor y maestro, hermano y amigo, el Hijo de Dios encarnado, muerto y resucitado para nuestra salvación. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, consustancial al Padre y al Hijo en la divinidad, amor y don increado, pero fuente de vida y santidad.
  • 11. Admisión de nueve hermanos en las Fraternidades Laicales Dominicanas de la Provincia de España Se constituye una nueva fraternidad en la localidad leonesa de la Virgen del Camino. El pasado 7 de Septiembre se celebró en el convento de la Virgen del Camino la admisión de nueve hermanos, constituyendo así una nueva fraternidad que llevará el mismo nombre. La celebración fue presida por D. Reinerio Rodríguez OP, como Vicepresidente Provincial, y a ella asistieron fray Aurelio Naranjo OP y fray Oscar Jesús Fernández OP como Promotor Provincial. Estos nuevos hermanos, junto con D. Reinerio y fray Aurelio, se venían reuniendo durante el curso pasado para reflexionar sobre diversos temas relacionados con las Fraternidades Laicales Dominicanas y el carisma de nuestra orden. La creación de la nueva fraternidad Virgen del Camino es una noticia alegre y gozosa para todos los hermanos y hermanas de la Provincia de España. Bernardo Cuesta fue una de esas personas en las que palabras y hechos, pensamiento y acción, estuvieron indisolublemente unidos. No sólo fue un guía intelectual, sino también un maestro de vida, alguien que abrió caminos, señaló a través de su pensamiento y su
  • 12. acción, rutas por las que vale la pena seguir caminando. 20 de septiembre de 2013 Éste es el hilo conductor de la publicación: descubrir las sendas de pensamiento y de acción que él siguió de manera lúcida y coherente. Mostrar que su modo de entender la Iglesia -que siempre consideró su hogar-, el mundo en el que vivió, la Orden a la que amó y mostrar también que su modo de implicarse en ellas y de responder a los problemas y desafíos que dentro de ellas se plantean, siguen siendo válidos y marcan rutas a seguir. A partir de estos objetivos está estructurado el libro, que tiene tres partes: La primera parte, Semblanza, recoge la excelente síntesis biográfica que Juan Huarte, amigo y compañero, publicó en la revista Ciencia Tomista. Es muy completa y resume perfectamente la trayectoria vital de Bernardo. La segunda parte, Pensamiento de Bernardo, es la más amplia y recoge algunos textos de Bernardo que expresan su visión de la vida y de algunos problemas que le preocuparon mucho y a los que dedicó estudio y reflexión. Tiene cinco capítulos o apartados: Rutas para entender, vivir y ser Iglesia; Rutas de análisis y propuestas al mundo de hoy; Rutas para ser cristiano en un mundo globalizado y enfermo; Rutas hacia la paz y en favor de la vida; Rutas que recogen y hacen vida la tradición dominicana. La tercera parte, Testimonios, muestran que las sendas que el abrió y siguió dejaron huellas en quienes le conocieron y animan a continuar por ellas o en la misma dirección. Estas voces o testimonios de quienes vivieron con él en la Comunidad de Babilafuente, de las gentes de los pueblos donde ejerció durante más de treinta años su actividad pastoral, de sus compañeros de fatigas en Acción Verapaz, de otros profesores… son el mejor respaldo de su trayectoria vital. - Más información y materiales en la web de Acción Verapaz - Adquirir en libro en la Editorial San Esteban
  • 13. El Dios que nos lleva junto a los pobres. La teología de Gustavo Gutiérrez Autor: Juan Pablo GARCÍA MAESTRO Colección: GLOSAS Gustavo Gutiérrez, teólogo peruano es desde 1999 miembro de la Orden de Predicadores. Es considerado uno de los fundadores de la teología de la liberación. Esta corriente teológica quiere pensar responsablemente las consecuencias sociales de la fe cristiana en la sociedad lationamericana. A pesar de la proximidad cultural en la bibliografía teológica española apenas hay estudios dedicados a analizar su obra. Esta obra de Juan Pablo García Maestro viene a aliviar esta carencia. En una primera parte presenta la biografía y evolución de la teología de Gustavo Gutiérrez. Posteriormente se analizan las influencias recibidas y se presenta el núcleo de su pensamiento teológico. Precio: 22,00 € Páginas: 352 Año: 2013 ISBN: 978-84-8260-287-5 Como Moisés… sobre las aguas…
  • 14. Una gran fotografía que merece todos los títulos de portada… y en ello nos podemos quedar cortos… pero ver a monseñor Jorge Leonardo GÓMEZ SERNA, O.P. caminando por encima de las aguas, me recuerda al joven Moisés atravesando el mar Rojo liberando al pueblo de Dios de la esclavitud y la opresión a las que había sido sometido por los poderosos. La alegría de su rostro, en medio de la tormenta, liderando este pueblo joven que lo acompaña, habla de su caminar incansable y del gozo de haber combatido bien su combate, de haber sembrado nuevamente la fe y abrir al futuro la esperanza de este pueblo joven que lo sigue. LEER NOTA COMPLETA: La Virgen Peregrina es nuestra Señora de la paz La peregrinación con la Virgen Peregrina, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, llegó a su fin y a buen término. Monseñor Jorge Leonardo GÓMEZ SERNA, O.P. y los frailes dominicos que lo acompañaron cumplieron con su misión, como lo deben hacer los Predicadores de la Buena Nueva y los mensajeros de la Paz. LEER NOTA COMPLETA:
  • 15. En Chiquinquirá se realizó II Encuentro Nacional de Pastoral Juvenil Más de 700 jóvenes de todo el país participaron del Segundo Encuentro Nacional de la Juventud que se realizó en Chiquinquirá del 11 al 13 de octubre. Este encuentro tuvo como objetivo convocar y animar a asesores y animadores jóvenes de diferentes lugares del país para compartir y vivenciar su Fe bajo la figura del Beato Juan Pablo II. Es así que el encuentro tuvo como eje central y lema la frase del Beato Juan Pablo II: "Jóvenes no tengan miedo de abrir el corazón al amor de Dios". El coordinador de dicho evento fue Fray Narciso Gómez, O.P Prior de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. El evento contó con la presencia de Mons. Luis Felipe Sánchez, obispo de Chiquinquirá. En este evento se presentaron las bandas Blanco y Negro y Palo Santo y el concierto de Tony Meléndez. A nivel académico se realizaron ponencias que estuvieron a cargo del Fray Wilmar Yesid Ruiz Cortes O.P., y P. Roberto Arenas Díaz. El encuentro fue organizado por la Pastoral Juvenil de la Congregación de los Frailes Dominicos en compañía de la Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal de Colombia. TENEMOS NUEVO DIÁCONO
  • 16.  octubre 19, 2013 La Comunidad del Convento de Santo Tomás de Aquino estuvo de manteles largos por la ordenación diaconal de Fr. Fernando Beltrán Ochoa, O.P. Desde Sta. Rosalía, Baja California Sur, sus familiares vinieron a acompañar a ‘Fercho’ en este día tan especial para él y para todos nosotros. Fr. Fernando fue ordenado diácono por la imposición de manos del Excmo. Sr. Obispo Antonio Ortega Franco, C.O., quien de una manera muy familiar vivió con toda la comunidad este acontecimiento. Estuvimos presentes los hermanos y hermanas de casa, los hermanos novicios con el Prior del Convento de Agua Viva, Fr. Raymundo Tamayo, O.P., desde luego, el Provincial, Fr. Jorge Rafael Díaz Núñez, O.P., amigos de Fer y alumnos también. Fue una tarde estupenda, una rica comida, un ambiente fraterno y música que animó a todos. ¡FELICIDADES FERCHO! Emotiva ordenación presbiterial del fray Gustavo Sánchez Gómez
  • 17. Acompañado por sus padres y demás familiares, el religioso recibió su ordenación por imposición de manos del obispo de Concepción, monseñor José María Rossi OP. CEREMONIA. El obispo de Concepción, José María Rossi OP ordenó al nuevo presbítero. Publicado el 21/10/2013 - En una emotiva ceremonia que se celebró ayer por la mañana en la iglesia del convento Santo Domingo, recibió la ordenación presbiterial el fray Ángel Gustavo Sánchez Gómez, por imposición de manos de monseñor José María Rossi OP, obispo de Concepción, Tucumán. Posteriormente, acompañado por familiares, amigos, religiosos y por la comunidad dominica, fray Gustavo, celebró anoche por primera vez la santa misa, ante un templo colmado de fieles que le dieron la bienvenida y se congratularon con su ordenación. Sánchez Gómez pertenece a la familia de los frailes dominicos de la Provincia Argentina de San Agustín, y el 19 de diciembre de 2010 hizo su profesión solemne en la basílica Nuestra Señora del Rosario de Buenos Aires consagrándose a Dios junto con otros frailes y se entregó de una manera nueva a la Iglesia Universal, dedicándose por entero a la evangelización íntegra de la Palabra de Dios. Fray Gustavo es hijo de María Antonia Gómez y de Ermenegildo Delucio Sánchez, de quienes recibió las primeras enseñanzas de la doctrina cristiana. Se educó en el Colegio San Francisco donde cursó sus estudios primarios, que animaron su espíritu en obras de caridad y amor al prójimo. Es hermoso Editado por
  • 18. Sor Gemma Morató A nuestro paso, todo cuanto hallamos de joven, nuevo, listo para estrenar es hermoso, aunque pueda carecer de la belleza perfecta. Es bonita la flor que se acaba de abrir porque su tersura está llena de vida, el día que va naciendo aunque se vislumbre en él algunas nubes, el vestido aun por estrenar, sin manchas, las casas terminadas sin estrenar, sin ningún golpe en la pared, el niño que acaba de nacer aunque su piel esté arrugada. Poco a poco lo nuevo se va gastando, va perdiendo esta hermosura primera y puede ir tomando colores y formas ajadas y mustias que le hacen perder el esplendor primero. Sin embargo hay cosas que aun con el paso de los años conservan su hermosura. Ciertamente no les acompaña la misma belleza, pero aun lo gastado puede ser hermoso si en su declive se puede adivinar una vida entregada y un esplendor perdido a causa del mismo uso. No es lo mismo si algo envejece porque ha soportado el desgaste del uso a aquello que ha envejecido simplemente por estar guardado. Lo mismo ocurre con nuestra vida. Si en la juventud cada persona se preocupa de ayudar a los que tiene más cerca de acompañarlos con su fuerza física o intelectual y sobre todo espiritual y moral, seguro que al declinar la propia vida se reflejará en nuestro actos, ya no la fuerza y la tersura de la juventud, sino esta hermosura perdida por el desgaste que supone una vida entregada a los demás. Entonces la sonrisa y el descanso del que ya es anciano es un reflejo de la bendición de Dios, igual como lo es la sonrisa y el sueño del niño o del joven. Texto: Hna. Carmen Solé. Homilía 29 domingo tiempo ordinario. Ciclo C. 20 de octubre de 2013. Lc 18, 1-8
  • 19. El juez que trae la salvación Se equivoca quien piensa que la fe en Dios es un seguro que garantiza una vida sin dificultades y sufrimiento. Se está en un error si se piensa que Dios nos libra de tener que correr los riesgos que trae la vida. Dios cuida de nosotros y nos ayuda. Pero no suplanta nuestra libertad ni elimina los problemas que conlleva tener que decidir para construir nuestra vida y nuestra persona. En el evangelio de este domingo Jesús nos habla de un juez, que ante la insistencia de una mujer, acaba haciendo justicia. El juez es la imagen a la que Jesús recurre para presentar el modo que tiene Dios de relacionarse con nosotros. Los jueces no impiden que en la sociedad haya problemas y dificultades. Pero corrigen desigualdades y restauran el orden correcto de las cosas. En la Biblia repetidamente se presenta a Dios como juez. En la historia de Israel hubo un momento en el que los jueces eran personajes que hacían algo más que dictar sentencias. Eran los que conducían al pueblo en la dirección correcta. Y eran los que, enviados por Dios, procuraban la liberación cuando Israel, por su infidelidad, había caído en la opresión de otros pueblos. Los jueces son en la Biblia los portadores de la salvación y de la liberación que viene de Dios. Jesús, al presentarnos a Dios como un juez, pretende recordarnos que Él es el que orienta nuestra vida. No puede evitar que corramos peligros, pues es el precio de la libertad. Pero es el que viene a levantarnos cuando estamos caídos. Y es el que nos ilumina y nos da fuerzas para que salgamos airosos. Jesús nos dice que Dios nos ayuda siempre, y por tanto en Israel acontecerá de nuevo la salvación. Pero para que esto pueda suceder en toda su extensión es preciso que el ser humano lo espere y lo acoja. Y esa es la segunda parte del mensaje que Jesús quiere transmitir. La mujer que insiste al juez para que restablezca justicia, es la imagen del verdadero Israel que confía, se abre a la ayuda de Dios y se deja orientar por su palabra. Y eso es lo que Jesús propone para su Iglesia. El sentido del Rosario para el cristiano
  • 20. El valor del rezo del Rosario consiste en meditar y fijar nuestra concentración en el misterio de la redención. Ríos de tinta, a lo largo de la historia, han corrido sobre qué sentido puede tener para los cristianos el rezo del Rosario. Dentro de toda esa historia lo que se debe destacar, y no olvidar, es que esta devoción está fuertemente enraizada en nuestra Orden. De todos es conocido el nombre del fraile dominico Alano de Rupe, quien se desvivió por la predicación del Rosario. Aunque la leyenda atribuye a nuestro padre Santo Domingo la institución del Rosario, pero yo en ese detalle no me voy a detener. Prefiero centrar la atención en que estamos ante una oración contemplativa y sensible, intensa y gesticulante, emocionada y afectiva. La evolución del Rosario como oración quedó influida, también, por factores profanos; el contar y repetir una misma jaculatoria es una práctica tan generalizada en casi todas las religiones antiguas del mundo que, me atrevo a decir, se puede estimar como un hecho religioso universal; el Rosario es, pues, una forma relativamente natural de oración. Pero también del Rosario se ha dicho, y es aquí donde entra nuestra vocación a ser predicadores enamorados de la Palabra, que es "el compendio de todo el
  • 21. Evangelio". Y es que el corazón mismo del Rosario, meditar con el rezo del Rosario es, ni más ni menos, meditar los misterios de la vida de Jesús. Ante esto me surge una cuestión: ¿hoy, en nuestros días, hay que orar o no? Y es que no digo nada nuevo al decir que rezar ya no es una actividad común, y mucho menos pertenece a los estamentos sociales reconocidos y aceptados por la mayoría. Sin embargo, para los cristianos, la oración es uno de los asuntos más serios dentro de nuestra fe; es algo tan esencial como que necesitamos respirar. Con respecto al rezo del Rosario habrá que conocer la entraña de esta oración y lo que representa dentro de la vida del cristiano. El valor del rezo del Rosario consiste en meditar y fijar nuestra concentración en el misterio de la redención. El punto de partida es el gozo de la Encarnación que da paso a la luz del mensaje del Reino, pasando por el sufrimiento en la cruz que nos lleva al punto de la victoria, es decir, a la felicidad que trae la Resurrección. Cuando experimentamos esta concentración con el rezo del Rosario, descubrimos que los misterios de gozo nos invitan a contemplar un centro de la realidad: la carne, la vida corporal, las relaciones. Sencillo y necesario; particular y grande. Misterioso proceso de la vida, con la vocación, la concepción y el nacimiento de un Niño. Gran aporte al Rosario ha sido el incorporar los misterios de luz. Y es que se necesitaba contemplar a Jesús introduciéndose en el mundo, activando la fuerza de su palabra y la belleza de sus actos. Los misterios dolorosos nos presentan e invitan a meditar sobre el dolor, la enfermedad, la separación… aspectos nada tolerados en nuestra vida. Meditar ante la cruz puede que nos haga percibir una fuerza misteriosa de unión: “cuando sea levantado en alto atraeré a todos hacia mí” (Jn 12,32). Meditar y contemplar los misterios que nos hablan de gloria, es meditar sobre la esperanza que dinamiza la historia, nuestra historia. El rezo del Rosario requiere un ritmo pausado y un reflexivo remanso que sea favorable para la meditación de los misterios de la vida de Cristo. Y es que el Rosario es una oración evangélica con Cristo en el centro; vocal pero al mismo tiempo mental. Esto es lo que da vida a toda oración y hacia donde debe dirigirse; porque la oración sin meditación carecería de alma y, por lo tanto, no tendría sentido hacerla ya que le faltaría vida. Fr. Ángel Luis Fariña Pérez Real Convento de Predicadores, Valencia Oración Trinitaria
  • 22. Padre Eterno, Providencia insondable, es a Ti que me abandono. Desahoga en mí tu Vida Divina, y hazme crecer en pobreza y fidelidad. Jesús, Hijo, Orante único y eterno; es en Ti que me inspiro. Enséñame, Maestro y Guía, a hablar con Dios y de Dios. Espíritu Santo, Fuerza de santificación, es por Ti que me consagro. Transfórmame en Palabra viva y clara del Padre. Virgen Santa, Madre de la esperanza, es en Ti que me refugio. Por tu ‘si” a la Trinidad ayúdame a llegar a la plenitud de Jesús. Trinidad Santa: habita en mí y seré de Ti. María: esperanza mía, ayúdame a vivir mi amén. EL VÍDEO DE HOY:
  • 23. Todo por ellos (2013) LAS CÁRITAS HISPANO-PORTUGUESAS DE LA RAYA CREAN UNA RED DE APOYO MUTUO 21/10/2013
  • 24. Cáritas. 21 de octubre de 2013.- Pocos días después del encuentro de economía social de las Cáritas españolas y portuguesas de la comarca transfronteriza de La Raya celebrado en Salamanca bajo el lema: “Oportunidad para el desarrollo de los territorios de la Raya Hispano– Lusa y sus habitantes”, el pasado 16 de octubre se presentaba en Badajoz una Red de Apoyo Mutuo ente las Cáritas Diocesanas de Ciudad Rodrigo, Coria-Cáceres, Mérida-Badajoz y Salamanca por parte española y las Cáritas Diocesanas de Beja, Évora, Portalegre y Castelo Branco, por parte portuguesa. Esta Red incluye cuatro proyectos aprobados en el marco del Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación 2007-2014 del Fondo Social Europeo, lo que supondrá la puesta en marcha de acciones conjuntas entre las diversas Cáritas implicadas en un territorio común, La Raya, que comprende las zonas fronterizas entre España y Portugal, y los límites entre Castilla y León y Extremadura. Los principios fundamentales en los que se basa el proyecto son el de la oportunidad, la cooperación, el apoyo mutuo, la relación y el desarrollo de recursos y el de la transferencia de conocimiento. Como se señaló en el acto de presentación de la red –en el que intervinieron Juan Enrique Pérez Martín, delegado y director de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz, y Jesús Pérez Mayo, profesor de la Universidad de Extremadura--, entre las acciones conjuntas incluidas en la Red figuran: La realización de un estudio de realidad socio-laboral y movilidad en la zona de la Raya, con objeto de conocer de primera mano la realidad socio laboral de la zona, las acciones emergentes que pueden transformarse en oportunidades de empleo y la necesidad o conveniencia de la movilidad geográfica de las personas que, para una mayor cobertura de las necesidades de empleo, realizan en la frontera. Elaboración de un mapa de recursos de la Red Transfronteriza para identificar y rentabilizar los recursos existentes en la zona, así como en Cáritas y otras entidades sociales, que puedan apoyar a las personas en su movilidad geográfica. Este mapa estará accesible a cualquier persona a través del sitio www.caritasempleoenlaraya.org.
  • 25. Formación de agentes e intercambio de experiencias, a través de la celebración de encuentros de formación y puesta en común de acciones significativas. El primero de los objetivos propuestos se hará realidad el próximo jueves 24 de octubre, con motivo de la presentación del “Estudio de la Realidad Socio Laboral y movilidad en la zona de la Raya”. El acto tendrá lugar a 19:00 horas en el Salón de Actos de Caja Duero de la Plaza de los Bandos de Salamanca y el mismo intervendrá Jesús Pérez Mayo, director del estudio. Apuesta por la economía social Cuatro días antes de la presentación de la Red de Apoyo Mutuo, una veintena de representantes de las Cáritas involucradas en el trabajo de La Raya se reunían en la Casa de Espiritualidad “Nuestra Señora de la Vega” de Salamanca para reflexionar sobre la importancia de las empresas de economía social como instrumento para luchar contra la pobreza y la exclusión. A lo largo de dos días de trabajo, se analizó la realidad de empleo en la zona y los sectores donde pueden generarse oportunidades de empleo y desarrollo en los territorios de estas Cáritas. Durante las sesiones intervinieron como ponentes Francisco Pizarro, director de Desarrollo de Negocio en la Fundación Parque Científico y Tecnológico de Extremadura; Ana Heras, técnico del programa de Empleo de Cáritas Española; el ya citado profesor Jesús Pérez Mayo; y Eduardo Graça, presidente de CASES Portugal. El último día del encuentro se compartieron diversas experiencias de trabajo en el ámbito de la economía social, como las presentadas por el grupo ARCA de ASPRODES, lla lavandería La Tajuela de Cáritas Coria-Cáceres, el proyecto PROVE de la Cámara Municipal de Beja y La Encina S.I de Cáritas Salamanca. Este encuentro sirvió como intercambio de trabajo y de reflexión sobre cómo abordar la inserción laboral para personas en situación de vulnerabilidad, analizando el equilibro entre la gestión empresarial y social, así como la creación de redes de comercialización con productos elaborados en el marco de proyectos de economía solidaria. Las jornadas dejaron patente la apuesta de las Cáritas de la Raya por desarrollar un trabajo en red en el marco de este modelo de economía como un elemento de cambio en el mundo de la globalización. Está previsto seguir profundizando en este tema en el próximo encuentro que tendrá lugar en Cáceres los días 28 y 29 de noviembre. MATERIAL DESCARGABLE LAS CÁRITAS HISPANO-PORTUGUESAS DE LA RAYA CREAN 21octubre13.pdf UNA RED DE APOYO MUTUO Descargar ¿Capital vence al trabajo? 21/10/2013 En 1958, los salarios representaban la mitad, 50% del producto interior bruto de Estados Unidos. Hoy el pastel de los trabajadores ha caído inexorablemente al 42%, una tendencia que se ha repetido en muchos otros países. En España asistimos a los ERES y cierres de empresas como Fagor, Sniace, Panrico...
  • 26. "Ha habido una batalla entre el capital y el trabajo y, básicamente, el capital ha ganado ", dice Gary Greenberg, director de mercados emergentes a los gestores de fondos de Hermes. "Los rendimientos del capital son cada vez más grandes y los rendimientos de la mano de obra son cada vez más pequeños. No veo que el cambio en el corto plazo. Yo no veo a nadie en el Congreso de EE.UU. hablando de ello " dice. Como resultado de esta situación se produce la disminución del poder adquisitivo de los trabajadores, ¿cuándo tocará fondo?, es la pregunta del millón. Este enigma parece ser global, sobre todo en los países hasta ahora llamados industrializados" (enriquecidos). Un análisis de 16 países enriquecidos publicados por la Oficina Internacional del Trabajo en desarrollo, encontró una " clara disminución de la participación de los salarios [ del PIB ] en todos los países", a partir de finales de los 70 principios de los 80. De hecho, países como Turquía, México, Francia, Alemania, Italia y Japón han visto caídas grandes en parte del pastel de los trabajadores tanto o más que en los EE.UU. o el Reino Unido, donde también se ha producido. Richard Lewis, jefe de renta variable global de Fidelity Worldwide Investment, que ha estudiado esta tendencia, cree que es estructural y no coyuntural, y por lo tanto poco probable que revertir. Así mismo, dice la globalización ha " bajado el poder o capacidad de los trabajadores para la negociación" Onaran y Giorgos Galanis, los autores de un estudio sobre estas tendencias, encontraron que el impacto varía ampliamente entre los países. Ellos ven dos fuerzas en conflicto en el tablero Por un lado, una disminución de la cuota de la tarta de trabajo que reduce los costes de las empresas, y en teoría, concluye con una mayor inversión y el aumento de las exportaciones netas. Pero por otro lado, la reducción de la proporción destinada al trabajo debilita el crecimiento económico, pues baja el consumo por los bajos ingresos salariales. El artículo señala que está creciendo la diferencia entre el consumo de las mayorías y el consumo de lujo, en favor del consumo de alto nivel económico (lujo), donde apuntan muchas industrias y mercados. También reconoce que se han concentrado los ingresos en manos de los dueños de los grandes capitales. Autor: Luis A. Fernández (*Extracto) ---------------------------------------------------------------------------------------
  • 27. Noam Chomsky: “Estamos asistiendo al declive del poder estadounidense”  Lunes, octubre 21, 2013, 10:52 En una entrevista con un diario estadounidense, el profesor Noam Chomsky declaró que se está produciendo “un cambio histórico en América Latina”, la cual se “ha liberado a sí misma” de EEUU, cuyo poder está en pleno proceso de declive. “En los últimos años, por primera vez en su historia, América Latina se ha liberado sustancialmente a sí misma de la influencia extranjera. [..] Por ejemplo, no quedan prácticamente bases militares de EEUU en América Latina”, lo que indica, entre otras razones, un “cambio histórico” en la región, según recoge el diario estadounidense ‘The Washington Times’. El escritor explica que durante todo el período durante el que Latinoamérica estuvo bajo la dominación de EEUU, “la estructura típica que ha guiado América Latina ha sido una pequeña élite europeizada, a menudo blanca, enormemente rica, y orientada hacia el Oeste, no hacia su propio país”. Los países de América Latina también “se están moviendo hacia un tipo de integración”, añade. Para Chomsky, en el pasado, bajo el dominio exterior, los países de la región estaban bastante alejados entre sí. “Las interacciones de las pequeñas élites que les gobernaban eran con Occidente, y no con otros países de América Latina. Eso está cambiando”, insiste el profesor. El declive de EEUU En su opinión, con la “liberación” de América Latina, muchos han especulado que estamos ante el principio del fin del imperio americano. Sin embargo Chomsky señala que más que al fin, “estamos asistiendo al declive del poder estadounidense”. Para Chomsky, el poder de EEUU sigue siendo abrumador pues continúa siendo “una fuerza aterradora muy intimidante en los asuntos internacionales”, pero [su poder] está disminuyendo”, aclara. El profesor estadounidense continuó exponiendo que tal disminución era de esperar, dada la historia del ascenso de EEUU a su condición de superpotencia: “El poder estadounidense llegó a su cima en 1945, el fin de la II Guerra Mundial [...]. La guerra fue muy beneficiosa para la economía estadounidense”, llegando a poseer tras la contienda el 50% de toda la riqueza del mundo. Sin embargo, desde los años 1970, cuando el mundo se volvió tripolar (con tres grandes centros de poder: EEUU, Europa y Japón), tuvo que compartir su poderío económico descendiendo esta hasta el 25% de la riqueza del mundo. Y “ese proceso continúa en descenso desde entonces”, asevera el profesor.
  • 28. El dinero sirve, la codicia mata 2013-10-22 L’Osservatore Romano El dinero sirve para realizar muchas obras buenas, para hacer progresar a la humanidad, pero cuando se transforma en la única razón de vida, destruye al hombre y sus vínculos con el mundo exterior. Es ésta la enseñanza que el Papa Francisco sacó del pasaje litúrgico del Evangelio de Lucas (12, 13-21) durante la misa celebrada el lunes 21 de octubre por la mañana en Santa Marta. Al inicio de su homilía el Santo Padre recordó la figura del hombre que pide a Jesús que intime a su propio hermano para que comparta con él la herencia. Para el Pontífice, de hecho, el Señor nos habla a través de este personaje “de nuestra relación con las riquezas y con el dinero”. Un tema que no es sólo de hace dos mil años, sino que se representa todavía hoy, todos los días. “Cuántas familias destruidas — comentó— hemos visto por problemas de dinero: ¡hermano contra hermano; padre contra hijos!”. Porque la primera consecuencia del apego al dinero es la destrucción del individuo y de quien le está cerca. “Cuando una persona está apegada al dinero —explicó el Obispo de Roma— se destruye a sí misma, destruye a la familia”. Cierto, el dinero no hay que demonizarlo en sentido absoluto. “El dinero —precisó el Papa Francisco— sirve para llevar adelante muchas cosas buenas, muchos trabajos, para desarrollar la humanidad”. Lo que hay que condenar, en cambio, es su uso distorsionado. Al respecto el Pontífice repitió las mismas palabras pronunciadas por Jesús en la parábola del “hombre rico” contenida en el Evangelio: “El que atesora para sí, no es rico ante Dios”. De aquí la advertencia: “Guardaos de toda clase de codicia”. Es ésta en efecto “la que hace daño en relación con el dinero”; es la tensión constante a tener cada vez más que “lleva a la idolatría” del dinero y acaba con destruir “la relación con los demás”. Porque la codicia hace enfermar al hombre, conduciéndole al interior de un círculo vicioso en el que cada pensamiento está “en función del dinero”. Por lo demás, la característica más peligrosa de la codicia es precisamente la de ser “un instrumento de idolatría; porque va por el camino contrario” del trazado por Dios para los hombres. Y al respecto el Santo Padre citó a san Pablo, quien recuerda “que Jesús, que era rico, se hizo pobre para enriquecernos a nosotros”. Así que hay un “camino de Dios”, el “de la humildad, abajarse para servir”, y un recorrido que va en la dirección opuesta, adonde conduce la codicia y la idolatría: “Tú que eres un pobre hombre, te haces dios por la vanidad”. Por este motivo —añadió el Pontífice— “Jesús dice cosas tan duras y fuertes contra el apego al dinero”: por ejemplo, cuando recuerda “que no se puede servir a dos señores: o a Dios o al dinero”; o cuando exhorta “a no preocuparnos, porque el Señor sabe de qué tenemos necesidad”; o también cuando “nos lleva al abandono confiado hacia el Padre, que hace florecer los lirios del campo y da de comer a los pájaros del cielo”. La actitud en clara antítesis a esta confianza en la misericordia divina es precisamente la del protagonista de la parábola evangélica, quien no conseguía pensar en otra cosa más que en la abundancia del trigo recogido en los campos y en los bienes acumulados. Interrogándose sobre qué hacer con ello —explicó el Papa Francisco—, “podía decir: daré esto a otro para ayudarle”. En cambio “la codicia le llevó a decir: construiré otros graneros y los llenaré. Cada vez más”. Un comportamiento que, según el Papa, cela la ambición de alcanzar una especie de divinidad, “casi una divinidad idolátrica”, como testimonian los pensamientos mismos del hombre: “Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”. Pero es precisamente entonces cuando Dios le reconduce a su realidad de criatura, poniéndole en guardia con la frase: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma”. Porque —observó el Obispo de Roma— “este camino contrario al camino de Dios es una necedad, lleva lejos de la vida. Destruye toda fraternidad humana”. Mientras que el Señor nos muestra el verdadero camino. Que “no es el camino de la pobreza
  • 29. por la pobreza”; al contrario, “es el camino de la pobreza como instrumento, para que Dios sea Dios, para que Él sea el único Señor, no el ídolo de oro”. En efecto, “todos los bienes que tenemos, el Señor nos los da para hacer marchar adelante el mundo, para que vaya adelante la humanidad, para ayudar a los demás”. De ahí el deseo de que “permanezca hoy en nuestro corazón la palabra del Señor”, con su invitación a mantenerse lejos de la codicia, porque, “aunque uno esté en la abundancia, su vida no depende de lo que posee”. Perdón recíproco, diálogo y ecumenismo espiritual, cordial bienvenida del Papa a luteranos 2013-10-21 Radio Vaticana (RV).(Actualizado con video) Con su gratitud al Señor Jesucristo por los numerosos pasos cumplidos en las relaciones entre luteranos y católicos, no sólo a través del diálogo teológico, sino también mediante la colaboración fraterna en muchos ámbitos pastorales y especialmente en el compromiso de progresar en el ecumenismo espiritual, el Obispo de Roma dio su cordial bienvenida a una Delegación de la Federación Luterana Mundial y a los representantes de la Comisión para la Unidad entre luteranos y católicos. Tras destacar precisamente la importancia del ecumenismo espiritual – alma del camino hacia la comunión plena - que aun siendo imperfecto, en la medida en que nos acerquemos con humildad a nuestro Señor Jesucristo, nos toma de la mano para guiarnos, el Papa Francisco, puso de relieve un gran resultado alcanzado este año, del diálogo teológico, que cumple cinco décadas, en vista de la conmemoración del quinto centenario de la Reforma. Es decir, la publicación del texto de la Comisión para la Unidad entre luteranos y católicos. Con su significativo título: "Del conflicto a la comunión. La interpretación luterano-católica de la Reforma en 2017", el Santo Padre destacó también la importancia del perdón recíproco: Católicos y luteranos pueden pedir perdón por el daño causado los unos a los otros y por las culpas cometidas ante Dios, y alegrarse juntos por la nostalgia de unidad que el Señor ha despertado en nuestros corazones, y que nos hace mirar hacia adelante con una mirada de esperanza. A la luz del camino de estos decenios y de tantos ejemplos de comunión fraterna entre luteranos y católicos de los que somos testigos, confortados por la confianza en la gracia que nos es dada en el Señor Jesucristo, estoy seguro de que sabremos seguir avanzando en nuestro camino de diálogo y de comunión, afrontando también las cuestiones fundamentales, así como en las divergencias que surgen en el campo de la antropología y de la ética. ¡Por supuesto, no faltan y no faltarán dificultades, necesitamos todavía paciencia, diálogo comprensión recíproca, pero no tengamos miedo! Con esta exhortación, el Papa Francisco evocó a sus amados predecesores, Benedicto XVI y Juan Pablo II, renovando la invitación a perseverar en el camino ecuménico, hacia el cumplimiento del anhelo de Nuestro Señor Jesucristo. (CdM - RV) El Papa “sin filtros”
  • 30. Francisco y sus fieles El asesor de la Secretaría de Estado, Peter Brian Wells: el acceso directo de los fieles a las homilías y a los discursos de Francisco también son un antídoto eficaz contra las operaciones de manipulación mediática Gianni Valente Ciudad del Vaticano Se han dado cuenta de ello (y desde hace tiempo) incluso los que conforman la cúpula vaticana: con la llegada de Papa Francisco, el flujo constante de palabras y discursos del Sucesor de Pedro ha encontrado vías y registros para llegar cada día a todos sin necesidad de intermediarios. Y este fenómeno, que no estaba en el programa, anula todas las hermenéuticas que muchos tratan de andosar a la figura y a las acciones del obispo de Roma. El ultimo que trazó con gran detalle el alcance liberador de la predicación “sin glosa” de Papa Francisco fue Peter Brian Wells, asesor para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado. El viernes pasado, al reunirse con más de 300 benefactores (sobre todo ingleses y estadounidenses) que fueron a Roma para festejar el 30 aniversario de los “Patrons of the Arts” de los Museos Vaticanos (la red que se ocupa de buscar fondos para la conservación y la restauración de los tesoros de arte custodiados en las colecciones vaticanas), Brian Wells, oriundo de Oklahoma, respondió públicamente a algunas preguntas de los huéspedes sobre el momento que está viviendo la Iglesia y, en particular, la Curia romana. En el diálogo, que fue narrado por la agencia de los obispos católicos estadounidenses (Catholic News Service, CNS), Wells explicó entre otras cosas cómo el acceso en línea a las homilías y a los discursos del Papa ha liberado a los destinatarios (individuos, familias, comunidades) de intermediarios comunicativos potencialmente manipuladores . En cada inicio de Pontificado, dijo sin dramatismos ni escándalos, los circuitos mediáticos deciden qué tipo de etiqueta poner al nuevo Papa. A veces incluso nace toda una narrativa anquilosada, rígida, para tratar de buscar indicios que confirmen las propias claves de interpretación prefabricadas. En los primeros seis meses de Pontificado, Papa Francisco parece haber evitado la intermediación de los “expertos” con su predicación cotidiana, difundida en la red gracias a los sitios de la Radio Vaticano, de “L’Osservatore Romano” y de la plataforma mediática de www.news.va; Todos pueden escuchar y ver lo que el Papa dijo, hizo o escribió, empezando por las homilías cotidianas en la Capilla de la Domus Santa Marta. «Así», aclaró Wells, «cada uno puede sacar sus conclusiones, porque las Palabras de Papa Francisco a veces son diferentes de las que le atribuyen algunos órganos de prensa». Con este acceso libre y siempre garantizado para todos, indicó Wells, «la gente ya no debe pasar a través de filtros para recibir lo que el
  • 31. Papa dice». Los efectos de este fenómeno en las dinámicas y en la vida de la Iglesia ya se pueden “tocar” y han desencadenado diferentes tipos de reacciones. La posibilidad de acceder constantemente a lo que el Papa añade “improvisando” (cuando deja a un lado los discursos preparados para tal o cual ocasión), pierde valor cualquier versión de los comentaristas eclesiásticos que pretenda “orientar” e incluso “caricaturzar” su perfil y su magisterio. Escuchar las homilías casi diarias de Bergoglio o escuchar sus catequesis es suficiente para darse cuenta de que diferentes comentarios y análisis, que pretenden pasar como “profundizaciones” sobre su pontificado, no cuentan ni explican lo que representa el Papa argentino, sino que tratan de construir una especie de “avatar” contrahecho según las necesidades de las estrategias mediático-eclesiásticas. El que parece gozar enormemente esta conexión sin filtros con las palabras y los gestos del Obispo de Roma es, en primer lugar, el «santo Pueblo de Dios», como le dice el mismo Bergoglio. No los profesionales o los campeones de la polémica inter-eclesial, esos a quienes Joseph Ratzinger definía como «la Iglesia auto-ocupada». Sino los individuos y las multitudes de creyentes e “hipocreyentes” sin etiquetas que van a misa con mayor o menor frecuencia, que llenan los santuarios, que llevan a cabo gestos y obras de misericordia corporal y espiritual en el más absoluto silencio. Aquellos cuyo “sensus fidei”, incluso tenue, se ha reconocido inmediatamente en las palabras, en los gestos y alusiones de Papa Francisco. «La brisa ligera de Dios soplaba incluso en la Shoah» Prisioneros de loz nazis El Washington Post refiere el contenido de un correo electrónico enviado por Papa Francisco al hijo de dos sobrevivientes del Holocausto Giorgio Bernardelli Roma ¿Dónde estaba Dios durante la Shoah? Su presencia estaba escondida, como la de la "brisa ligera" de la que haba la Biblia en la narración del encuentro con el profeta Elías en el Monte Oreb. Es lo que escribe Papa Francisco en un mensaje personal enviado al hijo de dos sobrevivientes del exterminio nazi. Dio noticia el "Washington Post" en su blog "On Faith", dedicado a temáticas religiosas.
  • 32. Según lo que refiere esta fuente, Papa Francisco respondió por correo electrónico a un texto que le había enviado Menachem Rosensaft, un abogado estadounidense que también es el fundador de una asociación que reúne a los hijos de supervivientes de la Shoah. En el texto -un discurso pronunciado en la Sinagoda de Park Avenue en Nueva York el 7 de septiembre pasado- Rosensaft planteó el tema de la actitud de Dios en relación con la gran tragedia vivida por el pueblo judío en el siglo XX. Y respondió diciendo que lo había encontrado en los gestos de humanidad que permanecieron vivos incluso en los campos de exterminio. Citó el ejemplo de su madre, que primero había perdido a su marido y después a un hijo de 5 años en Auschwitz-Birkenau, pero logró encontrar la fuerza (una vez transferida a Bergen-Belsen) para cuidara a otras mujeres de un grupo de huérfanos. Los ayudaba en medio de mil dificultades y llegó a salvar a 149 niños judíos. Una respuesta que, egún lo indicado por el Wshington Post, el Papa en el mensaje dijo compartir, citando un pasaje de la Biblia. «Cuando usted, con humildad, nos explica en dónde estaba Dios en ese determinado momento -se lee en el correo electrónico difundido por el periódico estadounidense-, siento en mí que usted ha ido más allá de todas las posibles explicaciones y que, después de un largo peregrinaje (a veces triste, pesado o tenebroso) llegó a descubrir una cierta lógica partir de la que ahora nos habla; la lógica del Primer Libro de los Reyes, caoítulo 19, versículo 12, la lógica de esa "brisa ligera" (y si no me equivoco esta es una traducción muy pobre de la expresión hebrea, mucho más rica) que constituye la única posible interpretación hermenéutica. Gracias desde lo profundo de mi corazón -concluyó el Papa. Y le ruego que no se olvide de mí en la oración. Que el Señor lo bendiga". Por su parte, Rosensaft declaró al "Washington Post" que el mensaje del papa es un "enorme don espiritual" para todos los que han sobrevivido a un acto de violencia. Y expresó el deseo de una mayor y más profunda "integración de la memoria del Holocausto, no solo en el pensamiento teológico judío, sino también en la enseñanza católica". 047 - Una Iglesia que no sirve, no sirve para nada JACQUES GAILLOT Número: 47 Edición: 3ª ISBN: 978-84-293-0871-6 Páginas: 160 Precio: 6.30EUR Una bocanada de aire fresco. Un soplo de libertad. Una mirada tierna y compasiva a los pequeños y a los marginados. Una auténtica pasión por la justicia. Una visión positiva y esperanzada de nuestra modernidad y sus acuciantes problemas. Una palabra sencilla, pero comprometida, que "muerde" en las verdaderas realidades cotidianas. Un pastor preocupado por hacer llegar la Buena Nueva tanto a ese 90% de hombres y mujeres a quienes no llega la Iglesia como a ese 10% que siguen aún frecuentando los templos: ése es Jacques Gaillot, el obispo de Évreux. Este libro, carente de todo tipo de pretensiones, permite conocer a un hombre por encima de las anécdotas que le han hecho popular: un profeta "a ras del suelo", profundamente enraizado en el Evangelio y que se atreve a responder, sin rodeos ni prejuicios, a los numerosos interrogantes que le plantea la vida diaria: enfermos que mueren de Sida, prisioneros, objetores de conciencia, pequeños propietarios despojados de sus tierras, divorciados que se han vuelto a casar, jóvenes que no conocen en absoluto a la Iglesia, comunidades cristianas sin sacerdote, etc. Jacques Gaillot es, ante todo, un obispo libre que defiende el legado del Vaticano II, que critica la falta de democracia en el seno de la Conferencia Episcopal, que prefiere
  • 33. que sus curas hablen más de justicia que de disciplina sexual, que sueña con una Iglesia que aspire menos a la "reconquista" de pasados esplendores que al servicio de los marginados, de los excluidos, de las "ovejas perdidas"... 205 - Confío. Comentario al Credo cristiano. José I. González Faus, sj Número: 205 ISBN: 978-84-293-2088-6 Páginas: 160 Formato: 14,5x21,5 Precio: 13.00EUR Este comentario al Credo complementa un libro anterior del autor: Herejías del catolicismo actual. Los rasgos decisivos de la identidad cristiana, que en aquel se presentaban como desfigurados, se formulan ahora en positivo, desgranando los artículos del Credo. Estos no son una lista inconexa de verdades abstractas, sino una narración de la historia en que Dios ofrece su amor a los seres humanos. De la aceptación de esa oferta brota una actitud de confianza radical que capacita para amar y orienta en esa dirección toda la vida humana. El comentario va precedido por una colección de testimonios que muestran la pregunta, la esperanza y las dificultades que nos constituyen como seres humanos y a los que responde la oferta creyente, de modo que no cabe decir que la fe sea una colección de respuestas a preguntas inexistentes. Cierra el libro una serie de paráfrasis y de apéndices: las primeras buscan nuevas formas más inteligibles y más actuales de formular lo mismo que los credos quieren decir; los segundos ofrecen algunas reflexiones sobre los presupuestos y los funcionamientos del acto y de la actitud creyente, como contribución al llamado “año de la fe”. José Ignacio González Faus, profesor emérito de la Facultad de Teología de Cataluña, enseñó Cristología en Barcelona y Antropología Teológica en la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador. Ex director de la Revista Selecciones de Teología y actual responsable académico del Centro “Cristianisme i Justícia”, colabora habitualmente en diversos medios escritos de la prensa nacional y en revistas especializadas. Ver índice y primeras páginas aquí (formato PDF). El colapso moral Por: José Andrés Rojo | 21 de octubre de 2013 En el post scriptum de Eichmann en Jerusalén (Debolsillo, 2001; traducción de Carlos Ribalta), Hannah Arendt escribe: “Este libro no se ocupa de la historia del mayor desastre sufrido por el pueblo judío, ni tampoco es una crónica del totalitarismo, ni la historia del pueblo alemán en tiempos del Tercer Reich, ni por último tampoco, ni mucho menos, un tratado sobre la naturaleza del mal”. Fue también muy
  • 34. cuidadosa desde el principio para definir exactamente lo que estaba haciendo: informar, dar cuenta, contar un proceso judicial. “El objeto del juicio fue la actuación de Eichmann, no los sufrimientos de los judíos, no el pueblo alemán, ni tampoco el género humano, ni siquiera el antisemitismo o el racismo”. Así que conviene aceptar las reglas de juego, y no convertir el trabajo de Hannah Arendt en otra cosa. El libro está, evidentemente, lleno de los sufrimientos del pueblo judío durante el Tercer Reich, por todas partes hay nazis que manifiestan sin sonrojo sus objetivos y que celebran los avances de su abominable proyecto de Solución Final, sale también Hitler y sus políticas y está, por tanto, empapado por esa sustancia dúctil y que se desliza como un corriente invencible por todos los rincones: el mal. El asunto central, sin embargo, es el proceso, y ese proceso “se centra en la persona del acusado, en una persona de carne y hueso, con una historia suya, individual, con sus propias formas de comportamiento, y con sus propias circunstancias”. Es importante no perder en ningún momento de vista esa cuestión, y más cuando con tanta frecuencia se pretende que la Justicia se pronuncie sobre diferentes abstracciones (“los crímenes del franquismo”, “los horrores de los nazis”, “los excesos de los fascistas”). La cuestión es que solo puede juzgarse a personas concretas por haber cometido delitos concretos, y los jueces tienen que tener en consideración todos los argumentos, los del fiscal y los de la defensa. Etcétera. Hannah Arendt ha vuelto a despertar interés recientemente por la película de Margarethe von Trotta, que se centra sobre todo en las circunstancias que rodearon su trabajo sobre el juicio a Eichmann en Jerusalén. Barbara Sukova es una actriz impresionante, pero no se parece nada a Hannah Arendt y eso produce a veces desconcierto. Antes de la película estuvo, en cualquier caso, el texto de Hannah Arendt, que sigue conservando intacto su poder de conmoción. Pero, sobre todo, su radical invitación a pensar las cosas. No hay concesión alguna a cuantos quieren orquestar un espectáculo para servirse del pasado en sus políticas del presente. Su análisis de los elementos jurídicos que rodean el proceso muestra cuánto quedaba (y queda) por hacer en relación a la forma de enfrentarse a los crímenes contra la humanidad. Y está su tesis sobre la banalidad del mal, que se maneja con soltura e incluso se critica o se ningunea, pero a veces sin haberse entendido de verdad. Eichmann era el mayor de cinco hermanos y en abril de 1932, cuando vivía en Salzburgo y estaba a punto de apuntarse a una logia masónica, ingresó en cambio en el Partido Nacionalsocialista. Lo que andaba buscando era alguna organización que le permitiera ganarse mejor la vida y entró, como cuenta Arendt, “al cauce por el que discurría la Historia”. “Fue como si el partido me hubiera absorbido en su seno, sin que yo lo pretendiera, sin que tomara la oportuna decisión. Ocurrió súbita y rápidamente”, dijo Eichmann en Jerusalén. Una vez dentro, y cuando el proyecto nazi empezó a concretarse, trabajó con la meticulosidad propia de un profesional exigente. Debía ocuparse de la deportación de los judíos, borrarlos de la faz de Europa y
  • 35. conducirlos al matadero. Las órdenes las daba Himmler. En primer lugar al jefe de la Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA), que las notificaba al responsable de la Gestapo (la Sección IV de ese inmenso organismo), que era quien se las transmitía verbalmente a la Subsección IV-B-4. Eichmann mandaba ahí. Y fue el más eficaz a la hora de hacer su trabajo. “Esto es como una fábrica automática, como un molino conectado con una panadería”, explicó durante el juicio a la hora de describir alguno de los procedimientos que puso en marcha. “En un extremo se pone a un judío que todavía posee algo, una fábrica, una tienda, o una cuenta en el banco, y va pasando por todo el edificio de mostrador en mostrador, de oficina en oficina, y sale por el otro extremo sin nada de dinero, sin ninguna clase de derechos, sólo con un pasaporte que dice: ‘Usted debe abandonar el país antes de quince días. De lo contrario irá a un campo de concentración”. Se sabe que la mayor parte de los judíos terminó ahí, aquella fábrica funcionó con precisión. También lo hicieron las otras, las que los gasearon, pero eso no formó parte del trabajo de Eichmann. En la maquinaria puesta en marcha para llevar a cabo la Solución Final, participaron los propios judíos. Hannah Arendt, judía, tuvo la valentía de contarlo. “Eichmann (en la imagen, durante el juicio) no esperaba que los judíos compartieran el general entusiasmo que su exterminio había despertado, pero sí esperaba de ellos algo más que obediencia, esperaba su activa colaboración y la recibió, en grado verdaderamente extraordinario”, escribe. “Lo más grave, en el caso de Eichmann”, apunta en otro lado, “era precisamente que hubo muchos hombres como él, y que estos hombres no fueron pervertidos ni sádicos, sino que fueron, y siguen siendo, terrible y terroríficamente normales”. Pero eso no justifica nada. Arendt, en el discurso que dirige a Eichmann al final del libro, y ante su afán por escurrir el bulto afirmando que todos hicieron lo mismo (“con esto quisiste decir que, cuando todos, o casi todos, son culpables, nadie lo es”), afirma con rotundidad: “Ante la ley, tanto la inocencia como la culpa tienen carácter objetivo, e incluso si ochenta millones de alemanes hubieran hecho lo que tú hiciste, no por eso quedarías eximido de responsabilidad”. Eichmann fue culpable de sus crímenes, al margen de haber vivido en una época en que los nazis produjeron en la respetable sociedad europea un “colapso moral” de tal magnitud que no solo afectó a los victimarios sino también a sus víctimas. Es verdad que Eichmann en Jerusalén es nada más que la crónica de un proceso, pero al relatarlo permite construir un lúcido diagnóstico sobre aquella terrible desgarradura. Una ética clásica y muy siglo XXI (1)
  • 36. Fernando Rodríguez Genovés Primera parte de un ensayo para una ética del presente, ni moderna ni posmoderna, pero sí muy apropiada para el siglo XXI «Esta obligación de sacudir de nuestra conciencia el polvo de las ideas viejas, carbonizadas ya, y hacer que en ella se afirme lo nuevo, es siempre difícil y penosa. Lo viejo aporta en su defensa ciertas fuerzas que le son, como tal, adictas.» José Ortega y Gasset, «Nada moderno y muy siglo XX» (1916) I Renacimiento ceniciento Resulta muy gratificante y altamente esperanzador comprobar cómo en los estudios sobre filosofía moral de estos últimos tiempos, algo se está moviendo en la buena dirección. Hago mención a un tímido, aunque nada apreciable, cambio de rumbo –respecto a décadas anteriores– tendente a propiciar lo que podría denominarse el retorno filosófico al pasado, esto es, a la «filosofía antigua», a la Grecia y Roma de la Antigüedad, a la perspectiva del conocimiento práctico basado en la virtud, la felicidad y la vida buena. Todo ello con el noble propósito de reintegrar a los pensadores clásicos al lugar que les corresponde y debemos: el Olimpo de aquellos maestros del pensamiento que se han preocupado por los esenciales problemas del hombre. El revitalizado interés por autores clásicos –Lucrecio, Horacio, Séneca, Epicteto, Cicerón, Marco Aurelio–, pero también el auge de la novela histórica y las series de televisión ambientadas en el mundo antiguo, representan una muestra del fenómeno señalado. No negaré, con todo, que bastante hay de anhelo y empeño –confío en que no mera ilusión– tras esta percepción. Tampoco sería justo entender el interés por lo antiguo a modo de activación de una moda retro. Señalo una tendencia intelectual –todavía leve, si se quiere– que está impactando directamente en la hegemonía y el poderío cultural mantenida hasta hace bastantes lustros por los neomodernos es decir, aquellos intelectuales, desencantados de la posmodernidad, pero que, de alguna manera, comparten con los postmodernos aquella actitud compendiada hace años, en un brillante
  • 37. diagnóstico/interrogación/lamentación, por Martha C. Nussbaum: «Por qué estos problemas, tan importantes para nosotros [la virtud, la felicidad, la vida buena], se tratan tan raramente en la ética moderna.» (La fragilidad del bien). ¿Qué ordena la actualidad neomoderna? La obsesión por la pasión y el mal (el riesgo, la catástrofe, la crisis), en detrimento de la meditación sobre la razón, la acción, el bien moral y la excelencia; la conversión del otro –y lo otro– en protagonista de la ética, a expensas del yo; privilegiar el discurso del victimismo y la queja, la indignación y el lamento, una moral de mínimos, frente al discurso de la moral alta, el esfuerzo y el valor; la atención y la preocupación por los desgraciados, los humillados y los ofendidos –los parias de la tierra, los pobres de espíritu–, en lugar de destacar la tarea del héroe moral, la acción del hombre virtuoso. Todo esto ha conducido, en el marco postcultural de la denominada «postmodernidad», al establecimiento de un programa doctrinal en el que los máximos honores los sigue ostentando la política expansiva de los derechos humanos, mientras poco o nada se habla, en cambio, de deberes y esfuerzo personal. No hay, en rigor, una «sabiduría de los modernos» (Luc Ferry y André Compte-Sponville) opuesta a la de los antiguos. El Modernismo no logró imponerse sobre lo establecido al precio de enterrar el paradigma cultural de la Antigüedad. Tal vez por este motivo, el Postmodernismo se enfrentó al espíritu moderno frontalmente; por descontado, también al modelo intelectual de la Antigüedad. De similar forma a como actuaron los modernos, los postmodernos fijaron la vista en el futuro, en el más allá, en lo porvenir, convencidos unos y otros de que el «progresismo» –sustituto nominal del mero «Progreso»– es un concepto necesario e incuestionable, válido por sí mismo. Con similar ardor se mostraban igualmente persuadidos de que cualquier tiempo pasado fue peor. Comoquiera que sea, el pasado perdura y lo clásico permanece. En los juegos de lenguaje, en el manejo de la artificiosidad y el efectismo, los postmodernos han dejado probada evidencia de sus habilidades. Hoy, cuando parece haberse sentenciado la muerte de la Postmodernidad –entelequia y ensueño de la sinrazón que tantas muertes prematuramente anunció a su vez–, en lugar de preguntarse por lo que vendrá, en vez de conjeturar la nueva faz –el neo-post del postneo–, acaso sea más conveniente echar la vista a atrás… para seguir adelante. Retornar mentalmente a fin de reparar en el valor de lo pretérito, que no por desusado o descuidado debería ser tenido por rancio y superado por el tiempo; al menos por lo que atañe a los asuntos de la moral y la ética. Tal vez fuese sensato, en fin, aplicar al siglo XX la siguiente reflexión que José Ortega y Gasset dedicó al siglo XIX: «He aquí una prueba de que es preciso dejar bien muerta en nosotros esa centuria: he aquí la prueba de que el siglo XIX no consiente a los futuros ser de otro modo que él pretende imponerles, no sólo sus preocupaciones, sino hasta el rango que en su ánimo gozaban. El siglo progresista no concibe que se dé progreso en otra forma que en estado de alma progresista.» («Nada moderno y muy siglo XX» [1916]).
  • 38. II ¿Un pensamiento inactual y, al mismo tiempo, del presente? Por lo ya dicho hasta aquí, probablemente, no sea exagerado, ni tampoco pretencioso, calificar el punto de vista que aquí sostengo de inactual. Que tal suposición sea reconocida ya en los primeros compases de la partitura, a los pocos metros de la línea de salida, puede confirmar lo que la lectura de los primeros compases del presente texto insinuaba como una simple sospecha. En cualquier caso, la sospecha – filosóficamente entendida– estaba justificada. O al menos la sincera e inocente presunción según la cual el hablar de virtud y vida buena en la ética, el pensar la filosofía práctica a modo de revisitación del pasado, resulta un propósito cuando menos anacrónico, fuera de lugar o demodé, por no decir llanamente «reaccionario». Si a todo ello se añade que lo que sigue contiene la invitación a una ética contenta y contenida, inclinada al individualismo y que previene contra la política, tal vez quepa juzgar esta iniciativa también de osada. Nuestra vida es, ya lo sabemos, aquello que nos pasa, en este transitar limitado y finito que llamamos existencia. Que la cortedad de la vida y los sinsabores no entrañen insatisfacción ni conduzcan a la desesperación, a la que se ven arrastrados los espíritus derrotados por la desolación, la tristeza y la derrota del pensamiento, es aspiración profundamente ética. Juzgar que, a pesar de todo, la vida hay que vivirla bien, convirtiéndola en experiencia plena y gozosa, y no plana o aburrida, ésta es criterio prioritario de toda moral positiva. Siempre lo ha sido. Y siempre lo será. He aquí la noción de destino concentrada en la siguiente la indicación o instrucción práctica: a pesar de todo, todo va bien. ¿No supone esta declaración una vana loa al conformismo y al bobo optimismo? Ciertamente no. Sin ir más lejos, representa la celebración de lo real, de lo existente.
  • 39. «Hay un tipo de adicción a lo irreal que alimenta las formas más destructivas del optimismo: un deseo de suprimir la realidad como premisa de la que debe partir la práctica racional, para reemplazarla con un sistema de ilusiones complacientes.» (Roger Scruton, Usos del pesimismo [2010]). Cuando pasamos de la perspectiva ética a la arena política las cosas cambian. El caso es que hemos soportado un siglo XX con demasiada política. Y todavía falta por ver si el XX es un siglo pasado… Por lo excitable e irritable de la fibra de la política, que al tocarla se eriza uno, y por la posición dominante que ostenta en la vida actual de los individuos, aprecio de difícil encaje con lo vigente sólo sugerir la posibilidad del camino inverso, a saber: atemperar el frenesí y la prevalencia de lo político y lo público de modo que se propicie un regreso a lo tradicional y lo privado. Como Ortega y Gasset, juzgo inexcusable el paso –o trance– que nos conduce a lo político; después de todo, el hombre vive en la polis y no es bueno que esté solo. Pero añado: en la arena política, en la más vibrante vita activa, no es seguro de que el hombre se encuentre a sí mismo, ni mucho menos que desarrolle sus atributos más excelentes, sino que, por el contrario, se vea afectado de alteración (resultado de estar en territorio de alter), poco propenso a generar contento y estabilidad. Sólo será prudente y positivo dar el paso y ganar mundo una vez hayamos asegurado el continente de la ética, el verdadero hogar del ser humano. Es éste el lugar desde donde iniciar cualquier partida al exterior, el espacio propio donde en el momento adecuado poder retirarse, para restablecerse y volver a partir o para reposar y jubilarse, que es la forma clásica de calificar el acto de alegrarse o ganar el jubileo o alcanzar el júbilo. Si una idea principal y primaria pretendo exponer en este ensayo, de cara al siglo XXI, es ésta.
  • 40. III Mirando hacia atrás sin ira y con contento La perspectiva de la vida moral reinante la Antigüedad sufre, bien es verdad, una perceptible transformación con el advenimiento de la Modernidad y de la «ética moderna» (representada significativamente por la ética kantiana y utilitarista, en sus distintas versiones). En este periodo histórico se instauran formalmente los conceptos de yo y de individuo, si bien éstos, de facto, estaban ya presentes y claramente expresados en los pensamientos más fértiles de la Antigüedad. Lo mismo podría decirse de otras nociones cruciales para el pensamiento: libertad, subjetividad, etcétera. En la Modernidad, ambas nociones –yo, individuo– se ponen al servicio de instancias imperativas como deber o bienestar general – ámbito del otro, indefinido e ilimitado–, lo cual otorga a la ética un sentido y una significación muy distintos con respecto al horizonte del problema en los antiguos, donde el cuidado de sí mismo se antepone a cualquier otro principio. Curiosamente –aunque no casualmente–, es tal el poder de atracción, asimilación y absorción de lo moderno entre la gente que ha llegado a convertirse en una actitud común el calificar como «moderno» todo aquello que desea elogiarse respecto a una idea, una característica o un comportamiento pasados. De este modo, a no pocos analistas e intérpretes de la actualidad se les antoja afirmar, con neta arrogancia, que un escritor, un artista o un pensador antiguos exhiben una actitud muy «moderna» en el momento en que se advierte en sus trabajos algún rasgo que es juzgado correcto y positivo en el presente, esto es, desde la perspectiva del presente. Semejantes modos delatan, como mínimo, una sospechosa tendencia a la anacronía, cuando no al ávido determinismo, como dando a entender que si un autor clásico se expresa, por ejemplo, en primera persona o emplea la elipsis a modo de formas estilísticas, resulta ser «muy moderno» en la medida en que con ello se anticipa a lo que un periodo posterior será tomado como elemento cultural característico y hasta ejemplar. En realidad, ocurre justamente lo contrario: aquello juzgado como «moderno» es muchas veces actual y efectivo porque ya los antiguos fueron capaces de vislumbrarlo, poseerlo y mostrarlo en su momento. Lo justo y razonable sería afirmar, en consecuencia, que a menudo los modernos resultan ser «muy antiguos», al menos cuando recurren a usos y modos empleados antaño de manera provechosa, siendo tan válidos y fructíferos hoy como ayer. No otro sentido posee el concepto «clásico», éste sí tolerado por modernos y postmodernos, aunque con inocultable reserva y prevención. Filosofía pictórica: el genio artístico de William Blake Carlos Javier González Serrano 16 octubre, 2013
  • 41. Ocho ensayos sobre William Blake, 2013, 270 pp., 23 euros William Blake es sin duda uno de esos personajes que, envueltos en el misterio, ha recorrido un itinerario espiritual destinado a alcanzar la tan anhelada sabiduría perenne. A caballo entre la filosofía y la mística, entre el pensamiento y el arte (tan hermanados en su obra), el universo interior de este egregio inglés ha hecho correr largos ríos de tinta. Para descifrar la andadura de tan complejo autor tenemos la suerte de contar con un libro que facilita el estudio de su figura, mediante la magnífica prosa de Kathleen Raine, publicado en preciosa edición por Atalanta: Ocho ensayos sobre William Blake. El Cuerpo Eterno del Hombre es la Imaginación, es decir, el propio Dios… Se manifiesta en sus Obras de Arte (en la Eternidad Todo es Visión). Al contrario de lo que suele pensarse debido a la complejidad de sus textos, que se prestan a una multiplicidad hermenéutica casi incomparable, Blake no escribió para un público especializado. Y quizás este dato tenga que ver con lo prístino de sus visiones: tan claro era para él cuanto quería mostrar, que en ningún caso paró mientes en la posibilidad de que su mensaje fuera malinterpretado o, más acá, no pudiera ser siquiera comprendido. Como apunta certeramente Kathleen Raine, «para Blake, vivir según la Imaginación es el secreto de la vida. Los “dioses” de la razón, el sentimiento, la inspiración y los sentidos físicos no son más que aspectos de esa vida única de la Imaginación, “la propia existencia humana” que lo abarca todo en conjunto. No hay nada fuera de la Imaginación, que es inmortal, eterna e inagotable». El Error es Creado. La Verdad es Eterna. El Error, o Creación, será Quemado, y entonces, y no hasta entonces, Verdad o Eternidad Aparecerán. Se Quema en el Momento en que los Hombres cesen de contemplarlo.
  • 42. William Blake (1757-1827) El discurso de Blake resulta en algunos casos insultantemente actual (hay que tener en cuenta que nuestro autor vive con un pie en el siglo XVIII y otro en el XIX), sobre todo en lo tocante a la relativa impotencia de las ciencias naturales cuando pretenden ofrecer un horizonte de sentido definitivo, absoluto, a la existencia de los seres humanos. En el mundo no sólo hay materia, sino también espíritu, alma: Todas las cosas están en Dios, no como si estuvieran en algún lugar… Considera al que contiene todas las cosas, y entiende que no hay nada con mayor capacidad que lo que es incorpóreo. Las ocho piezas que componen la obra de Kathleen Raine son, cada una por separado, auténticas maravillas. En ellas queda paulatina y estructuralmente desmontado el pensamiento de Blake, con el objetivo de que el lector, al fin, pueda recomponerlo y hacerlo suyo. Una ardua tarea que, sin embargo, Raine hace muy sencilla. Aunque como digo los ocho ensayos configuran piezas independientes (pero interconectadas) de museo, cabe destacar dos en particular, en las que la autora se hace cargo del sufrimiento en el Libro de Job y, por otra parte, del Apocalipsis en Blake y Miguel Ángel.
  • 43. Los tres amigos de Job le acusan ante Dios. Job, por su parte, adquiere un tono de súplica y oración. Todo parecía volverse en su contra, incluso su mujer (a la izquierda), de quien se desprende un semblante de absoluta y rendida resignación En los veintidós grabados que el artista inglés diseñó para ilustrar las peripecias de Job, Blake pone el punto de mira en los sufrimientos que al llamado “santo paciente” le fueron infringidos. Lo interesante de la visión de Blake es que parece decirnos que Job representa un curioso tipo: el del ser humano que se enfrenta a los misterios de Dios, «a quien rendía culto y quería comprender, pero no conocía cara a cara. Como la mayoría de nosotros -apunta Raine- Job se enfrenta al misterio de su ser, en cuyo poder se encuentra, y nunca ha rechazado, sino que ha tratado de alcanzar, obedecer, comprender. [...] En efecto, el Libro de Job es la historia de un hombre Cualquiera». Recordemos que, para Blake, el sufrimiento supone tan sólo un estadio epistemológico del hombre, el de la ignorancia: en concreto, el de la ignorancia de Dios, que, a ojos del inglés, «es el Dios interior. Blake veía que en las Iglesias se veneraba al Dios de este mundo -el Dios de la ley moral-; la Divina Humanidad no se descubre mediante moralidad y observancia, sino a través del renacimiento espiritual». No os perdáis el fantástico y pormenorizado análisis que Kathleen Raine lleva a cabo sobre los mencionados grabados; sólo por esto, un comentario que ocupa más de cincuenta páginas, merece la pena adquirir el libro. Los antiguos Poetas animaban todos los objetos sensibles con Dioses o Genios, nombrándolos y adornándolos con los atributos de bosques, ríos, montañas, lagos, ciudades, naciones y todo lo que sus vastos y numerosos sentidos podían percibir. Particularmente estudiaban el genio de cada ciudad y región poniéndolo bajo su deidad mental. Hasta que un sistema fue establecido, del cual algunos se aprovecharon, y esclavizaron al vulgo con el intento de hacer reales o abstraer las deidades mentales de los objetos. Así comenzó el Sacerdocio: escogiendo formas de culto a partir de las narraciones poéticas. Y al final ellos dictaminaron que los Dioses habían ordenado cosas tales. Así los hombres olvidaron que Todas las deidades moran en el corazón humano. William Blake, Matrimonio del cielo y el infierno
  • 44. El Juicio Final representado por William Blake Como ya apuntaba Chesterton en su libro sobre William Blake (de homónimo título), «incluso siendo un niño [Blake] ya prodigaba su conocimiento de lo oculto», un aspecto que dotó a toda su obra de un exacerbado sobrenaturalismo metafísico. También Chesterton nos informa de que Blake «tenía la capacidad de hablar de un encuentro con Isaías o con la reina Isabel no ya como si tal circunstancia pudiera ser indiscutible, sino como si fuera algo tan insignificante que ni siquiera mereciera objeto de discusión. Reyes y profetas llegaban del cielo o del infierno para posar para él». Resultado de tan visionarias experiencias, nuestro protagonista entendió el Apocalipsis, precisamente, como una suerte de visión de una situación espiritual perdurable, y no como una especie de precognición sobre la historia futura. Así lo apunta magníficamente Kathleen Raine en Ocho ensayos sobre William Blake: «[El Apocalipsis] es un arquetipo, es decir, una de esas “visiones formidables” o “imágenes asombrosas” que no pertenecen al orden temporal aunque necesariamente se reflejen en él de vez en cuando. Considerar el Juicio Final, o el Apocalipsis, por consiguiente, como un acontecimiento histórico en términos seculares significa malinterpretar su naturaleza».
  • 45. El Cristo de Miguel Ángel en su versión del Juicio Final Así, mientras el Cristo de Miguel Ángel se presenta en pura acción, bajo un aspecto de dominación que casi abruma (como la aparición del Dios hecho Hombre entre hombres), y donde se nos muestra a una especie humana echada a perder por el vicio y la corrupción (pecados que tan sólo Una mano santa y firme puede reconducir), en la versión de Blake sucede algo muy diferente. Si el Jesús resucitado de Miguel Ángel posee las características de todo un Apolo griego (como apunta Rein, «el sol invictus de la mitología clásica»), el Cristo de Blake se ve incluso difuminado en los trazos, y cuenta más aquello que su figura representa que la acción que lleva a cabo: «Es simplemente la figura en el Trono de Dios. Gobierna por su presencia, y no por su preeminencia». La representación del Cristo de Blake en el Juicio Final ostenta, se puede decir, una clara exégesis de las Confesiones agustinas, pues nos invita a considerar que el cetro divino que Cristo sostiene por la gracia de Dios no proviene de su condición de individuo, sino de su ser «el corazón de la luz que emana de un centro divino». Mientras que Cristo para Miguel Ángel es el Dios-Hombre y hombre divino, Jesús para Swedenborg y Blake es el Cristo universal que aparece en «los cielos» -es decir, en los mundos internos- de toda la humanidad. [...] Miguel Ángel logró capturar el aspecto terrorífico que asociamos con el final del mundo temporal; por su parte, Blake aprehendió la alegría de la aurora en la visión de lo eterno, de las cosas como son, vistas a la luz de la Imaginación, que no condena a nadie. Kathleen Rein No dejéis de leer este brillante ensayo, que son muchos a la vez, sobre una de las figuras más inquietantes de la historia del arte y del pensamiento. Una delicia que engancha de principio a fin, que se atreve a transitar los intrincados recovecos anímicos de William Blake. El viaje merece la pena. Muy posiblemente, y con el permiso de Chesterton, Ocho ensayos sobre William Blake encierra la más brillante y accesible puerta de entrada a la obra del conspicuo inglés en lengua española. Un libro imprescindible que, gracias a la experta mano de Atalanta y la excelente prosa hermenéutica de Kathleen Raine, ha nacido clásico.
  • 46. Exclusiva en español: la carta de Benedicto XVI al matemático Odifreddi Exclusiva en español: la carta de Benedicto XVI al matemático Odifreddi Un diálogo franco y abierto: Carta del Papa Emérito Benedicto XVI al matemático italiano Piergiorgio Odifreddi Ciudad del Vaticano, 30 de agosto de 2013 Ilustrísimo señor profesor Odifreddi: Ante todo, he de pedirle disculpas por agradecerle solo hoy el envío de su libro Caro Papa, ti scrivo [Querido Papa: Te escribo], así como por las amables líneas que, en esta ocasión por mediación del arzobispo Gänswein, ha dirigido indirectamente a mí también. Pero no quería escribir hasta haber leído su libro, y como siguen ocupándome varios trabajos, solo ahora he terminado la lectura del mismo. Hoy, pues, quisiera darle por fin las gracias por intentar confrontarse con mi libro y, por lo tanto, con mi fe incluso en el detalle; precisamente esto es, en gran parte, lo que había pretendido con mi Discurso a la Curia Romana con ocasión de la Navidad de 2009. Debo agradecer también la lealtad con la que ha tratado mi texto, intentando sinceramente hacerle justicia. Con todo, mi juicio sobre su libro en su totalidad es, en sí mismo, bastante contrastante. He leído algunas de sus partes con deleite y provecho. En otras, por el contrario, me han sorprendido cierta agresividad y la ligereza de la argumentación. Me gustaría responder capítulo por capítulo, pero para ello, desgraciadamente, no son suficientes mis fuerzas. Escogeré, pues, algunos puntos que me parecen especialmente importantes. I Me sorprende, ante todo, que usted, en las páginas 25 y siguientes, interprete mi elección de ir más allá de la percepción de los sentidos para vislumbrar la realidad en su grandeza como «una negación explícita del principio de realidad» o como «psicosis mística», cuando yo pretendía decir precisamente lo que después, en las páginas 29 y siguientes, expone usted acerca del método de las ciencias naturales: el «trascender las limitaciones de la sensorialidad humana». Por eso estoy totalmente de acuerdo con lo que usted escribe en la página 40: «[...] la matemática presenta una profunda afinidad con la religión». En este punto no veo, por consiguiente, ningún conflicto entre su planteamiento y el mío. Si más adelante, en la página 49, usted explica que la «religiosidad verdadera [...] hoy se la encuentra más en la ciencia que en la filosofía», hace una afirmación sobre la que ciertamente puede discutirse; pero me alegra que ahí usted pretenda presentar su trabajo como «religiosidad verdadera». Ahí, como de nuevo en la página 65, y después una vez más en el capítulo titulado «Su credo y el mío», usted subraya que la renuncia al «antropomorfismo» de un Dios concebido como persona y la veneración de la racionalidad constituirían la religiosidad verdadera. Coherentemente, en la página 182 de su libro, dice de manera muy drástica que «la matemática y la ciencia son la única religión verdadera; lo demás es superstición». Ahora bien: puedo comprender, ciertamente, que se considere como antropomorfismo la concepción de la Razón primordial y creadora como Persona dotada de su propio «Yo», lo que parece ser una reducción de la grandeza –inconcebible para nosotros– del Logos. La fe trinitaria de la Iglesia, cuya presentación en mi libro refiere usted de manera muy objetiva, también expresa, en efecto y en alguna medida, el aspecto totalmente distinto, misterioso, de Dios, lo que podemos intuir siempre y solo desde lejos. A este respecto, quisiera recordar la afirmación del denominado Dionisio el Seudoareopagita, quien dice en un pasaje que, ciertamente, las mentes filosóficas sienten una especie de rechazo ante los antropomorfismos bíblicos, que consideran inadecuados. Pero el riesgo que corren estas personas ilustradas es el de juzgar después adecuada su concepción filosófica de Dios, olvidando que también sus ideas filosóficas
  • 47. permanecen infinitamente alejadas de la realidad de aquel que es «totalmente Otro». Así las cosas, tales antropomorfismos se revelan necesarios para superar la arrogancia del pensamiento; más aún, cabe decir que, bajo algún aspecto, los antropomorfismos se acercan más a la realidad de Dios que los meros conceptos. Por otro lado, sigue siendo válido lo que en 1215 dijo el Concilio IV de Letrán, o sea que todo concepto de Dios solo puede ser analógico, y que su desemejanza respecto al verdadero Dios siempre es infinitamente mayor que su semejanza. Con esta premisa, hay que decir, sin embargo, que un Logos divino ha de ser también conciencia y, en este sentido, Sujeto y Persona. Una razón objetiva presupone siempre un sujeto, una razón consciente de sí. En la página 53 de su libro, usted dice que esta distinción, que en 1968 aún podía parecer justificada, no sería sostenible ya, ante las inteligencias artificiales existentes en la actualidad. En esto usted no me convence en absoluto, dado que la inteligencia artificial es, evidentemente, una inteligencia transmitida por sujetos conscientes, una inteligencia depositada en unos aparatos, y que, por lo tanto, tiene claramente su origen en la inteligencia de los creadores humanos de dichos aparatos. Por último, no puedo seguirle en modo alguno si en el principio pone usted no ya el Logos con mayúscula, sino el logos matemático con minúscula (pág. 85). Y es que el Logos inicial es un Logos que está por encima de todos los lógoi. Ciertamente, el paso de los lógoi al Logos, dado por la fe cristiana junto con los grandes filósofos griegos, es un salto que no puede demostrarse simplemente, ya que conduce de lo empírico a lo metafísico, y, con ello, a otro nivel del pensamiento y de la realidad. Pero este salto es, como mínimo, tan lógico como su impugnación. Creo también que quien no pueda darlo debería, con todo, considerarlo por lo menos como una cuestión seria. Este es el punto decisivo de mi diálogo con usted, un punto que volveré a tocar al final: quisiera esperar que alguien que se interroga seriamente reconozca de todas formas ese «tal vez» del que, siguiendo a Martin Buber, hablé al principio de mi libro. Ambos interlocutores deben permanecer en estado de búsqueda. Pero a mí me parece que usted interrumpe la búsqueda de manera dogmática y no pregunta ya, sino que solo pretende adoctrinarme. II El pensamiento recién expuesto constituye, en mi opinión, el punto central de un diálogo auténtico entre su fe «científica» y la fe de los cristianos. Comparado con ello, todo lo demás es secundario. Por eso me permitirá usted que sea más conciso en lo que a la evolución se refiere. Ante todo, quisiera señalar que ningún teólogo serio negaría que el «árbol de la vida» en su totalidad mantenga una viva relación interna, por lo que la palabra «evolución» resulta adecuada. Asimismo, ningún teólogo serio opinará que Dios, el Creador, hubo de intervenir repetidas veces, en los niveles intermedios, de manera casi manual en el proceso del desarrollo. En este sentido, muchos ataques contra la teología en relación con la evolución están infundados. Por otro lado, resultaría útil para el avance del conocimiento que también los representantes de las ciencias naturales se mostraran más abiertamente conscientes de los problemas y que se formularan con mayor claridad todas las preguntas que permanecen abiertas en este campo. A este respecto, siempre he considerado ejemplar la obra de Jacques Monod, quien reconoce claramente que, en última instancia, no conocemos las vías por las que se forman cada vez nuevos ADN llenos de sentido. Refuto, por lo tanto, su tesis, recogida en la página 129, según la cual las cuatro tipologías desarrolladas por Darwin explicarían perfectamente todo lo que concierne a la evolución de las plantas y de los animales, con inclusión del hombre. Por otro lado, no quisiera obviar el hecho de que, en este campo, se da mucha ciencia ficción; de ello hablaré más adelante. Además, el científico médico Joachim Bauer, de Friburgo, en su libro Prinzip Menschlichkeit [El principio humanidad] (Hamburgo 2007), ha ilustrado de manera impresionante los problemas del darwinismo social; tampoco convendría silenciar esto. El resultado del «long-term evolution experiment» [experimento de evolución a largo plazo] del que usted habla en la página 121 no es, en modo alguno, de amplio alcance. El intento de contracción del tiempo sigue siendo, a fin de cuentas, ficticio, y las mutaciones obtenidas son de escasa envergadura. Pero, por encima de todo, el hombre, como demiurgo, tiene que intervenir una y otra vez con su aportación: algo que en la evolución queremos precisamente excluir. Estimo, además, muy importante que usted, no obstante, reconozca también en su «religión» tres «misterios»: la cuestión acerca del origen del universo, la del surgimiento de la vida y la del origen de la conciencia de los seres vivos más desarrollados. Obviamente, en ello también considera usted al hombre como una de las especies de los simios, por lo que pone sustancialmente en duda la dignidad del hombre; sin embargo, el surgimiento de la conciencia sigue siendo, para usted, una cuestión abierta (pág. 182). III
  • 48. En varias ocasiones usted me hace notar que la teología sería ciencia ficción. Me sorprende, pues, que considere mi libro digno de una discusión tan detallada. Permítame que le proponga cuatro puntos relacionados con esta cuestión: 1. Es correcto afirmar que «ciencia», en el sentido más estricto de la palabra, lo es solo la matemática, mientras que de usted he aprendido que aquí también habría que distinguir adicionalmente entre la aritmética y la geometría. En cada disciplina específica, la cientificidad tiene su propia forma, según la particularidad de su objeto. Lo esencial es que aplique un método verificable, excluya lo arbitrario y garantice la racionalidad en sus respectivas y diferentes modalidades. 2. Usted debería reconocer, por lo menos, que, en el ámbito histórico y en el del pensamiento filosófico, la teología ha producido resultados duraderos. 3. Una función importante de la teología estriba en mantener a la religión vinculada a la razón, y la razón a la religión. Ambas funciones son de importancia esencial para la humanidad. En mi diálogo con Habermas mostré que existen patologías de la religión y patologías de la razón, no menos peligrosas que aquellas. Las dos funciones se necesitan mutuamente, y mantenerlas continuamente conectadas es un importante cometido de la teología. 4. Por otro lado, la ciencia ficción se da en el ámbito de muchas ciencias. Lo que usted expone sobre las teorías acerca del inicio y del fin del mundo de Heisenberg, Schrödinger, etc., yo lo designaría como ciencia ficción en el buen sentido del término: se trata de visiones y anticipaciones para alcanzar un conocimiento verdadero, pero solo son, precisamente, imaginaciones con las que intentamos aproximarnos a la realidad. Existe, además, la ciencia ficción «a lo grande», precisamente también en el seno de la teoría de la evolución. El gen egoísta de Richard Dawkins constituye un ejemplo clásico de ciencia ficción. El gran Jacques Monod escribió frases que él mismo debió de insertar en su obra seguramente solo en calidad de ciencia ficción. Cito: «La aparición de los vertebrados tetrápodos [...] tiene precisamente su origen en el hecho de que un pez primitivo “optara” por ir a explorar la tierra, en la que, sin embargo, era incapaz de desplazarse más que brincando torpemente, creando así, como consecuencia de una modificación de su comportamiento, la presión selectiva merced a la cual se desarrollarían los poderosos miembros de los Tetrápodos. Algunos de los descendientes de tan audaz explorador, de aquel Magallanes de la evolución, pueden correr a una velocidad superior a los 70 kilómetros por hora…» (citado según la edición italiana: Il caso e la necessità, Milán 2001, págs. 117s.). IV En todas las temáticas debatidas hasta ahora, se trata de un diálogo serio, por el que le estoy agradecido, como ya he dicho en repetidas ocasiones. Las cosas cambian al llegar al capítulo sobre el sacerdote y sobre la moral católica, y aún más en los capítulos sobre Jesús. Respecto a lo que usted dice acerca del abuso moral de menores de edad por parte de sacerdotes, solo puedo asumirlo –como usted bien sabe– con profunda consternación. Nunca he intentado encubrir semejantes cosas. Que el poder del mal penetre hasta este punto en el mundo interior de la fe constituye para nosotros un sufrimiento que, por un lado, debemos soportar, mientras que, por otro, debemos hacer todo lo posible para que no se repitan casos como estos. Tampoco es motivo de consuelo saber que, según los estudios de los sociólogos, el porcentaje de sacerdotes reos de estos crímenes no es más alto que el que presentan otras categorías profesionales similares. En cualquier caso, no debería presentarse ostentosamente esta desviación como si se tratara de una indecencia específica del catolicismo. Si no es lícito silenciar el mal presente en la Iglesia, tampoco debe silenciarse la larga y luminosa estela de bondad y de pureza que la fe cristiana ha trazado a lo largo de los siglos. Hay que recordar las figuras grandes y puras que la fe ha producido: desde Benito de Nursia y su hermana Escolástica a Francisco y Clara de Asís, a Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, a los grandes santos de la caridad como Vicente de Paúl y Camilo de Lelis hasta la madre Teresa de Calcuta y las grandes y nobles figuras del Turín decimonónico. Y hoy también sigue siendo verdad que la fe impulsa a muchas personas al amor desinteresado, al servicio a los demás, a la sinceridad y a la justicia. Tampoco puede ignorar usted cuántas formas de ayuda desinteresada a los dolientes se hacen realidad a través del servicio de la Iglesia y de sus fieles. Si se desvaneciera todo lo que se lleva a cabo por estos motivos, tendría lugar un derrumbamiento social de amplio alcance. Por último, tampoco se debe silenciar la belleza artística que la fe ha dado al mundo, lo que en ningún lugar se ve mejor que en Italia. Piense también en la música inspirada por la fe, empezando por el canto gregoriano hasta Palestrina, Bach, Mozart, Haydn, Beethoven, Bruckner,