2. Energía que se obtiene de la caída del agua
desde cierta altura a un nivel inferior lo que
provoca el movimiento de ruedas hidráulicas
o turbinas.
3. Cuando el Sol calienta la Tierra, además de
generar corrientes de aire, hace que el agua
del mar, principalmente, se evapore y
ascienda por el aire y se mueva hacia las
regiones montañosas, para luego caer en
forma de lluvia.
4. Se puede transformar a muy diferentes
escalas, existen desde hace siglos
pequeñas explotaciones en las que la
corriente de un río mueve un rotor de
palas y genera un movimiento aplicado,
por ejemplo, en molinos rurales.
5. En general, estas centrales aprovechan
la energía potencial gravitatoria que posee la
masa de agua de un cauce natural en virtud
de un desnivel, también conocido
como salto geodésico.
6. Son centrales hidroeléctricas de acumulación o
de bombeo. Estas centrales disponen de zonas
de embalse en forma de embalses de gran
tamaño o zonas enteras de ríos en las que el
agua se acumula durante períodos cortos o más
prolongados
7. La energía hidráulica se obtiene a partir de
la energía potencial y cinética contenida en
las masas de agua que transportan los ríos,
provenientes de la lluvia y del deshielo. El
agua en su caída entre dos niveles del cauce
se hace pasar por una turbina hidráulica la
cual trasmite la energía a un alternador el
cual la convierte en energía eléctrica.
8. • Se trata de una energía renovable y limpia
de alto rendimiento energético.
• Es una energía inagotable.
• Es ecológica.
• Es una energía totalmente limpia, no
emite gases, no produce emisiones
tóxicas, y no causa ningún tipo de lluvia
ácida.
• Permite el almacenamiento de agua para
abastecer fácilmente a actividades
recreativas o sistemas de riego.
9. La gran ventaja de la energía hidráulica o
hidroeléctrica es la eliminación parcial de
los costes de combustible. El coste de
operar una planta hidráulica es casi
inmune a la volatilidad de los
combustibles fósiles.
Además, no hay necesidad de importar
combustibles de otros países.
10. A partir de la segunda mitad del siglo XX se ha visto
crecer en forma importante la conciencia ambiental, de
la gente, de los gobiernos y de las instituciones
internacionales de crédito, que son en última instancia
quienes financian los grandes proyectos
hidroeléctricos.