2. Los orígenes de las fiestas de San
Fermín se remontan a la Edad Media
y están relacionados con tres
celebraciones: los actos religiosos en
honor a San Fermín, intensificados a
partir del siglo XII, las ferias
comerciales y las corridas de
toros, documentadas desde el siglo
XIV. En los inicios, la fiesta
conmemorativa de San Fermín se
celebraba el 10 de octubre, pero en
1591 los pamploneses, cansados del
mal tiempo, decidieron trasladar la
fecha original a julio y hacerla
coincidir con la feria. De este modo
nacieron los Sanfermines. En su
primera edición duraron dos días y
contaron con
pregón, músicos, torneo, teatro y
corridas de toros. Posteriormente se
fueron añadiendo otros actos como
fuegos artificiales y danzas, y se
prolongaron hasta el día 10.
3. Las crónicas de los siglos XVII y
XVIII hablan de actos religiosos
junto a
músicos, danzantes, gigantes, torn
eos, saltimbanquis, encierros y
toros y de la preocupación del
clero por los abusos en el beber y
el libertinaje de mozos y mozas.
También relatan la presencia de
gentes de otras tierras que con sus
espectáculos hacían "más divertida
la ciudad". Así, durante el siglo XIX
hubo curiosas atracciones de feria
como la mujer cañón, animales
exóticos o figuras de
cera, mientras que la Comparsa de
Gigantes estrenaba
cabezudos, kilikis y zaldikos. Por
otro lado, la ausencia del doble
vallado en el encierro ocasionó que
en numerosas ocasiones los toros
se fugasen por las calles de la
ciudad.
4. Con el siglo XX los Sanfermines
alcanzaron su máxima popularidad.
La novela "The sun also rises"
("Fiesta"), escrita por Ernest
Heminway en 1926, animó a
personas de todo el mundo a
participar en las fiestas de Pamplona.
Además, en este último siglo se
incorporaron nuevos elementos como
el Riau-Riau, suspendido desde
1991, el Chupinazo, o el programa
cultural.