TRATADO EL MAESTRO SILENCIOSO "! ...BRAZOS QUE SALVAN! No. 198
1. ¡…Brazos Que Salvan!
Apenas habían despegado y alzado vuelo
cuando ya era inevitable mantener el control del
avión. Este se vino a pique y cayó en una
importante autopista dañando fatalmente a otros
que viajaban en sus automóviles. La catástrofe fue
evidente ¡Murieron 155 personas! Sólo hubo un
sobreviviente: Cecilia ¡esa hermosa niña! En
verdad la muerte sorprende a muchos, los que
manejaban sus carros por la autopista se cuidaban
del carro de atrás y del carro de al frente pero
nunca de un avión en el aire… y así ocurrió, desde
allí les llegó su muerte. Verdad: No sabemos ni
cuándo ni cómo vamos a morir “Está establecido
para los hombres que mueran…”. Hebreos 9:27.
Hay una fecha ya establecida que ni se adelanta ni
se atrasa. Y como no sabemos cuándo llegará ese
momento debemos estar preparados, pues dijo el
profeta Amós 4:12 “Prepárate para venir al
encuentro con tu Dios”. Pero Cecilia que venía en
el avión y tenía todas las posibilidades de morir,
resultó ilesa. Definitivamente al que le toca le
toca, no es obra de la casualidad.
Llegaron las brigadas de rescate al sitio para ver qué podían hacer, y en medio de tantos
hierros doblados y quemados encontraron a Cecilia, estaba sana y salva, realmente era un
milagro. Ellos dedujeron que la niña vendría en alguno de los automóviles de la autopista, pero la
gran sorpresa de ellos fue que al chequear la lista de pasajeros del vuelo 225 de Northwest
Airlines allí estaba en la lista Cecilia de 4 años de edad.
Luego, ella contó que fue lo que ocurrió aquel 16 de agosto de 1987 dentro del avión en
los momentos de terror y suspenso. Ante la voz de alarma y la realidad de la caída violenta del
avión por el aire, Paula Chican, la mamá de Cecilia, se desabrochó el cinturón de seguridad, se
puso de rodillas frente a su hija y la abrazó fuertemente, protegiéndola con su propio cuerpo. Así
Cecilia no salió disparada en el impacto al caer el avión, el cuerpo de su madre recibió todo el
dolor y le salvó. Quiero hablarte de esos brazos que salvan “El Eterno Dios es tu refugio, y acá
los brazos eternos” Deuteronomio 33:27. Recuerdas los brazos de Cristo, estaban abiertos a
todo lo que daban cuando estaba crucificado, era la muestra más grande del amor Divino,
indudablemente brazos ¡Que salvan! Esas manos heridas significan mucho, pues la muerte de
Cristo es la muestra más grande del amor de Dios, es como el abrazo que recibió Cecilia, El
cuerpo de Cristo recibió el impacto, los golpes y la ira de Dios en la cruz para la salvación de
todos los que se refugian en ÉL. ¿Has sentido los efectos de un abrazo?
2. Aquel que estuvo dispuesto a abrir sus brazos para ser crucificado tiene hoy sus brazos
abiertos para salvarte. ¿Te acuerdas del hijo pródigo y el abrazo que su Padre le dio? (Lucas
15:11-24) Ese fue un abrazo de perdón, ¡Dios quiere perdonarte! Paula abrazó a Cecilia para
salvarla y el padre del hijo pródigo abrazó a su hijo para perdonarle, Dios quiere darte la muestra
más grande de sus afectos por ti… Procura no olvidar estas palabras tan importantes que te voy a
citar antes de terminar este artículo: “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo
aun pecadores, Cristo murió por nosotros”. Romanos 5:8.
Imagínate que la vida es como ir volando en un avión al que le están fallando los motores,
Cristo va a tu lado y te ofrece abrazarte para salvarte, él promete llevar todo el impacto, fuego y
dolor para darte vida, de lo contrario la muerte es segura ¿Lo aceptarías? Así es la salvación del
alma, es confiar en este Salvador que ya sufrió el impacto de la muerte, se llama Jesucristo, su
amor perfecto, puede abrazarte y salvarte ahora mismo ¿Qué harás?
Marcos Tulio Sequera M.V.