Manolo había gastado todo el dinero que sus padres le habían dado para estudiar y se encontró sin hogar ni recursos. Escribió una carta a su familia pidiendo perdón y les propuso colocar un pañuelo blanco en un árbol cercano a su casa si lo aceptaban de vuelta. Cuando su padre leyó la carta, decidió perdonar a Manolo. El día que Manolo regresó en tren, vio que el árbol estaba lleno de pañuelos blancos, señal de que su familia lo recibiría