1. ORACION PARA PEDIR EL EXITO EN LOS
EXAMENES
Oh milagroso Niño Jesus de Praga, fuete de toda ciencia y sabiduria, de quien
recibimos la inteligencia que procede tu infinita bondad.
Mira mi lucha con las dificultades de mi carrera y examenes y por el amor que me
tienes,
Ayudame en mis trabajos para que, agradecidos en tus beneficios, te ame cada diamas
y propague entre mis amistades
La devocion a tu sagrada y milagrosa imagen, bajo el titulo de NIÑO JESUS DE
PRAGA,
Especial abogado de los niños enfermos y de los estudiantes en los diasdificiles de los
examenes.
(Se reza un padre nuestro, Ave Maria y Gloria y se pide la gracia).
ORACION: Niño Jesus que a los doce años supiste responder con admirable sabiduria a
los doctores de la Ley,
Ilumina mi inteligencia, ayuda mi memoria, dame serenidad, y al tribunal que esta en tu
lugar,
Compasion para mis deficiencias a fin de que pueda salir bien y llevar a mis padres la
alegria de unas buenas notas.
Amen.
(Hagase la peticion). Miralo todo y despues haz lo que tu corazon te diga;
Deja obrar tu corazon. !Oh Divino Niño Yo descanso en ti , yo estoy seguro en tu infantil
y amoroso corazon. Amen.
(Se aconseja hacer esta novena en nueve horas consecutivas del mismo dia).

2. Después de haber estudiado concienzudamente las materias que vas a presentar, al entrar en el
aula de exámenes haces esta oración silenciosa, dirigida a los examinadores, así:
Reconozco la Presencia del Cristo en el corazón de cada uno de ustedes: ese Cristo que también
tengo yo presente en mi corazón, me va a ayudar. Ustedes me van a preguntar aquellas cosas para
las que estoy mejor preparado. La Divina Presencia me libra de todo miedo y nerviosismo. Yo sé
que yo sé, por lo tanto ustedes me van a probar y yo doy gracias de antemano a ese Cristo viviente
que nos une a todos los humanos. Gracias Padre, que estoy tranquilo y con Tu Ayuda saldré
triunfante de esta prueba.
ORACIÓN A SAN TOMÁS DE AQUINO PARA LOS ESTUDIANTES. OH
inefable Creador nuestro, altísimo principio y fuente verdadera de luz y
sabiduría, dígnate infundir el rayo de tu claridad sobre las tinieblas de mi
inteligencia, removiendo la doble oscuridad con la que nací: la del pecado y la
ignorancia!
¡Tú, que haces elocuentes las lenguas de los pequeños, instruye la mía, e
infunde en mis labios la gracia de tu bendición! Dame agudeza para entender,
capacidad para retener, método y facilidad para atender, sutileza para
interpretar y gracia abundante para hablar. Dame acierto al empezar, dirección
al progresar y perfección al acabar.
¡OH Señor! Dios y hombre verdadero, que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.