1. Fisiopatías
Anomalías debidas a las condiciones ambientales que provocan transtornos en la planta
El espigado de la lechuga
El espigado de la lechuga se produce cuando en el centro de
la planta crece un tallo que dará lugar a flores con sus
consiguientes frutos. En condiciones normales, este
espigado se da a partir de los dos meses del trasplante pero,
a veces, se da antes. La lechuga espigada, aunque la espiga
sea tan pequeña que cueste trabajo verla, es amarga. Las
causas de esta floración prematura pueden ser varias:
temperaturas muy altas, falta de abono o falta de agua...
Cuando una lechuga empieza a espigar no se puede hacer
nada pero podemos aprovechar la ocasión y dejar que florezcan con el objeto de recoger
la semilla.
La pudrición apical del tomate
En el extremo del fruto aparece una zona circular, de color
blanco al principio, evoluciona a un color más oscuro y se
hunde. La causa de esta fisiopatía suele ser la falta de calcio.
Una manera sencilla de aportar Calcio a la planta puede ser
añadiendo una cucharadita de leche en polvo al sustrato de
cultivo.
Algunas variedades son más sensibles que otras a este
problema, por lo tanto es interesante, cuando tenemos el
problema, saber la variedad que hemos comprado y no
utilizarla más.
Agrietado del tomate
Consiste en la formación de grietas radiales
o circulares en el fruto. Estas grietas pueden
convertirse en vías a través de las cuales los
hongos o las bacterias pudren el tomate. Las
causas de esta fisiopatía pueden ser varias:
un riego irregular o temperaturas muy altas y humedad relativa muy baja.
Al igual que en el caso de la necrosis apical, algunas variedades son más sensibles que
otras a este problema.