San Pedro Apóstol - Vida y ministerio del primer Papa
1. Unidad Educativa
Colegio “Provincial Barinitas ”
Inscrito En El M.P.P.E
Barinitas Edo Barinas
República bolivariana de Venezuela
Profesor:
Manlio Lopera
Alumna:
Jesulys calderón 20
Barinitas ,junio de 2013
2. San Pedro Apóstol -- Pedro es mencionado frecuentemente en el Nuevo Testamento -- en los
Evangelios, en los Hechos de los Apóstoles, y en las Epístolas de San Pablo. Su nombre
aparece 182 veces.
Lo único que sabemos de su vida antes de su conversión es que nació en Betsaida, junto al
lago de Tiberíades y se trasladó a Cafarnaum, donde junto con Juan y Santiago, los hijos del
Zebedeo, se dedicaba a la pesca. Existe evidencia para suponer que Andrés (el hermano de
Pedro) y posiblemente Pedro fueron seguidores de Juan el Bautista, y por lo tanto se habrían
preparado para recibir al Mesías en sus corazones.
Imaginamos a Pedro como un hombre astuto y sencillo, de gran poder para el bien, pero a
veces afligido un carácter abrupto y tempestivo que habría de ser transformado por Cristo a
través del sufrimiento.
Nuestro primer encuentro con Pedro es a principios del ministerio de Jesús. Mientras Jesús
caminaba por la orilla del lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón Pedro y Andrés, echar
la red al agua. Y los llamó diciendo: << Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.>>
(Mateo 4,19). Inmediatamente abandonaron sus redes y lo siguieron. Un poco
después, aprendemos que visitaron la casa en la que estaba la suegra de Pedro, sufriendo de
una fiebre la cual fue curada por Jesús. Esta fue la primera curación atestiguada por
Pedro, quien presenciará muchos milagros más durante los tres años de ministerio de
Jesús, siempre escuchando, observando, preguntando, aprendiendo.
3. El Apóstol San Juan era natural de Betsaida, ciudad de Galilea, en la ribera
norte del mar de Tiberíades. Sus padres eran Zebedeo y Salomé; y su
hermano, Santiago el Mayor. Formaban una familia acomodada de pescadores
que, al conocer al Señor, no dudan en ponerse a su total disposición. Juan y
Santiago, en respuesta a la llamada de Jesús, dejando a su padre Zebedeo en la
barca con los jornaleros, le siguieron ~. Salomé, la madre, siguió también a
Jesús, sirviéndole con sus bienes en Galilea y Jerusalén, y acompañándole hasta
el Calvario.
Juan había sido discípulo del Bautista cuando éste estaba en el Jordán, hasta que
un día pasó Jesús cerca y el Precursor le señaló: He ahí el Cordero de Dios. Al oír
esto fueron tras el Señor y pasaron con El aquel día 3. Nunca olvidó San Juan
este encuentro. No quiso decirnos nada de lo que aquel día habló con el Maestro.
Sólo sabemos que desde entonces no le abandonó jamás; cuando ya anciano
escribe su Evangelio, no deja de anotar la hora en la que se produjo el encuentro
con Jesús: Era alrededor de la hora décima 4, las cuatro de la tarde.
Volvió a su casa en Betsaida, al trabajo de la pesca. Poco después, el Señor, tras
haberle preparado desde aquel primer encuentro, le llama definitivamente a
formar parte del grupo de los Doce. San Juan era, con mucho, el más joven de los
Apóstoles; no tendría aún veinte años cuando correspondió a la llamada del
Señor 5, y lo hizo con el corazón entero, con un amor indiviso, exclusivo.
4. Su oficio era el de recaudador de impuestos, un cargo muy odiado por los
judíos, porque esos impuestos se recolectaban para una nación extranjera. Los
publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente. Y quizás a Mateo
le atraía la idea de hacerse rico prontamente, pero una vez que se encontró con
Jesucristo ya dejó para siempre su ambición de dinero y se dedicó por completo a
buscar la salvación de las almas y el Reino de Dios.
Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en esa ciudad pasaba Jesús muchos días y
obraba milagros maravillosos, ya seguramente Mateo lo había escuchado varias
veces y le había impresionado el modo de ser y de hablar de este Maestro
formidable. Y un día, estando él en su oficina de cobranzas, quizás pensando acerca
de lo que debería hacer en el futuro, vio aparecer frente a él nada menos que al
Divino Maestro el cual le hizo una propuesta totalmente inesperada: "Ven y
sígueme".
Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan
productivo, se fue con El, no ya a ganar dinero, sino almas. No ya a conseguir altos
empleos en la tierra, sino un puesto de primera clase en el cielo. San Jerónimo dice
que la llamada de Jesús a Mateo es una lección para que todos los pecadores del
mundo sepan que, sea cual fuere la vida que han llevado hasta el momento, en
cualquier día y en cualquier hora pueden dedicarse a servir a Cristo, y El los acepta
con gusto.
5. Poco sabemos de este apóstol. Pero poco, no quiere decir nada. En la lista de los Doce
se le coloca en el último lugar. Y una palabra, si es expresiva, puede llegar a decir
mucho más que ciento. La palabra celotes lo es, y mucho. Simón era un "celotes"
, aunque también se le llama "cananeo" .
Veamos lo que eran los celotes para comprender el modo de pensar de este apóstol, y
también para comprender mejor los criterios de selección de Cristo respecto a los
apóstoles.
Flavio Josefo define a los celotes como un grupo que "concuerda con las opiniones de
los fariseos, pero tiene un ardentísimo amor a la libertad y admiten como único jefe y
señor a Dios, y no vacilan en sufrir las muertes más terribles y el castigo de parientes
y de amigos con tal de no reconocer a hombre alguno" . Luego a una determinada
posición religiosa y política unían un talante humano recio, independiente, y nada
fácil. Así era Simón.
Concretemos más lo que eran los celotes. Este movimiento comienza con una rebelión
ante el censo de Quirino hacia el año 6 o 7 después de Cristo. Nacen precisamente en
Galilea, pero se extienden a todo el territorio. Fueron reprimidos por la fuerza en
diversas ocasiones, pero el fermento celote permanecía siempre latente, tanto en
tiempos de Cristo como más tarde en la rebelión violenta ante los romanos el año
66, que llevó a la destrucción total de Jerusalén el año 70. Muchos guerrilleros en
activo pertenecían a este movimiento, siendo apoyados, más o menos activamente por
muchos otros israelitas.
6. Andrés, nacido en Betsaida, fue primeramente discípulo de Juan Bautista, siguió después a
Cristo y le presentó también a su hermano Pedro. Él y Felipe son los que llevaron ante
Jesús a unos griegos, y el propio Andrés fue el que hizo saber a Cristo que había un
muchacho que tenía unos panes y unos peces. Según la tradición, después de Pentecostés
predicó el Evangelio en muchas regiones y fue crucificado en Acaya.
Cuando San Juan Bautista empezó a predicar la penitencia, Andrés se hizo discípulo suyo.
Precisamente estaba con su maestro, cuando Juan Bautista, después de haber bautizado a
Jesús, le vio pasar y exclamó: "¡He ahí al cordero de Dios!" Andrés recibió luz del cielo para
comprender esas palabras misteriosas. Inmediatamente, él y otro discípulo del Bautista
siguieron a Jesús, el cual los percibió con los ojos del Espíritu antes de verlos con los del
cuerpo. Volviéndose, pues, hacia ellos, les dijo: "¿Qué buscáis?" Ellos respondieron que
querían saber dónde vivía y Jesús les pidió que le acompañasen a su morada.
Andrés y sus compañeros pasaron con Jesús las dos horas que quedaban del día. Andrés
comprendió claramente que Jesús era el Mesías y, desde aquel instante, resolvió seguirle.
Así pues, fue el primer discípulo de Jesús. Por ello los griegos le llaman "Proclete" (el
primer llamado). Andrés llevó más tarde a su hermano a conocer a Jesús, quien le tomó al
punto por discípulo, le dio el nombre de Pedro. Desde entonces, Andrés y Pedro fueron
discípulos de Jesús.
7. san Felipe es llamado por el Señor al grupo de sus discípulos al día siguiente de haber
llamado a Andrés, Juan y Pedro (Jn 1, 43-44). San Felipe es quien invita a Natanael a
conocer al Señor (Jn 1, 45). Tiene otras intervenciones significativas en el Evangelio. El día
la multiplicación de los panes el Señor, para probarlo, se dirige a él preguntándole dónde
comprarían pan para tanta gente (Jn 6, 5-7). Es a San Felipe a quien se dirigen los
extranjeros deseosos de conocer al Señor (Jn 12, 20-22) y es él el que le pide al Señor en la
última cena que le "muestre al Padre" (Jn 14, 8-11)
San Felipe se dedicó a predicar en las regiones de Frigia, actualmente Turquía, y
Escitia, actualmente Moldavia, Ucrania, Hungría y el este de Rusia. Fue martirizado y
muerto en Hierápolis. Su martirio consistió en ser crucificado y apedreado.
Posteriormente sus reliquias se trasladan a Roma.
Su fiesta se celebra el 3 de mayo, junto con la fiesta de Santiago el Menor. Ambos apóstoles
comparten la fiesta debido a que, en el siglo IV, el Papa Julio II edificó en Romauna gran
basílica, que más tarde se conocería como la "Basílica de los Doce Apóstoles". El templo
fue remodelado en los siglos VI y XV. Hasta entonces podía leerse una dedicación a
Santiago y Felipe. En 1873 se descubre bajo el altar mayor un altar del siglo
VI, conteniendo reliquias de dos esqueletos. Un trozo de diente encajaba perfectamente
con otro en la reliquia de la cabeza de Santiago, conservada en la catedral de Anco. Como
la iglesia había sido dedicada a Santiago y a Felipe conjuntamente, se concluyó que el otro
cuerpo era el de San Felipe. La iglesia había sido dedicada un 1 de mayo, y esa pasó a ser
la fiesta común de ambos apóstoles, siendo trasladada en 1969 a la fecha del 3 de mayo.
8. Santo Tomás era judío, y probablemente galileo humilde pescador de oficio. Tuvo la
felicidad de seguir a Cristo que lo hizo apóstol en el año 31.
Tomás es conocido entre los demás apóstoles por su incredulidad, que se desvaneció en
presencia de Cristo resucitado; él proclamó la fe pascual de la Iglesia con estas palabras:
«¡Señor mío y Dios mío!» Nada sabemos con certeza acerca de su vida, aparte de los
indicios que nos suministra el Evangelio. Se dice que evangelizó la India.
No podemos olvidar que el respondió a favor de Jesús, dispuesto a ir a Jerusalén a pesar
de saber que los Fariseos planeaban su muerte. Santo Tomás dijo: "Vamos también
nosotros para morir con él". Así de ardiente era el amor de este discípulo por su
maestro, aún antes del descenso del Espíritu Santo.
Siendo uno de los doce Apóstoles escogidos por Jesús (cf. Mt 3,10) es recordado por
muchos porque no aceptó el testimonio de sus compañeros sobre la visita que recibieron
de Jesús resucitado.
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los
otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» (Juan 20,24)
Tomás, como muchos hoy, pensó que lo que decían era producto de histeria. Ellos habían
caído, pensaba, en creer a las mujeres. Y cuanto mas ellos insistían, más el lo
negaba, haciéndose ver como el mas "equilibrado" y "sensato" entre ellos.
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó
Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.» Luego dice a
Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no
seas incrédulo sino creyente.» (Juan 20,26-27)
9. Judas Tadeo aparece último en la lista de los doce Apóstoles de Jesucristo (Mateo 10:3,
Marco 3:18). No sabemos cuando ni como entró a formar parte de los
discípulos. Lucas le llama "Judas de Santiago" (Hechos 1:13). Juan aclara: "Judas,
no el Iscariote" (Juan 14:22). Esta distinción es necesaria dado a que el Judas
Iscariote fue quien traicionó a Jesús.
"Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios". Tadeo
quiere decir: "valiente para proclamar su fe"
El Apóstol Judas Tadeo, "el hermano de Santiago", era probablemente el hermano de
Santiago el Menor, se lo menciona así por la notoriedad de Santiago en la Iglesia
primitiva "¿No es éste -se preguntan maravillados los habitantes de Nazaret, ante la
fama que acompaña a Jesús- el carpintero . . . el hermano de Santiago y de Judas?".
Después de la Ultima Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le
escuchasen, Judas le preguntó porqué no se manifestaba a todos. Cristo le contestó que
El y su Padre visitarían a todos los que le amasen: "Vendremos a él y haremos en él
nuestra morada" (Juan, 14, 22-23). No sabemos nada de la vida de San Judas Tadeo
después de la Ascensión del Señor y la venida del Espíritu Santo.
10. Santiago es uno de los doce Apóstoles de Jesús; hijo de Zebedeo. El y su
hermano Juan fueron llamados por Jesús mientras estaban arreglando sus
redes de pescar en el lago Genesaret.
Recibieron de Cristo el nombre "Boanerges", significando hijos del trueno, por
su impetuosidad.
En los evangelios se relata que Santiago tuvo que ver con el milagro de la hija de
Jairo. Fue uno de los tres Apóstoles testigos de la Transfiguración y luego Jesús
le invitó, también con Pedro y Santiago, a compartir mas de cerca Su oración en
el Monte de los Olivos. Los Hechos de los Apóstoles relatan que éstos se
dispersaron por todo el mundo para llevar la Buena Nueva. Según una antigua
tradición, Santiago el Mayor se fue a España. Primero a Galicia, donde
estableció una comunidad cristiana, y luego a la cuidad romana de Cesar
Augusto, hoy conocida como Zaragoza. La Leyenda Aurea de Jacobus de
Voragine nos cuenta que las enseñanzas del Apóstol no fueron aceptadas y solo
siete personas se convirtieron al Cristianismo. Estos eran conocidos como los
"Siete Convertidos de Zaragoza". Las cosas cambiaron cuando la Virgen
Santísima se apareció al Apóstol en esa ciudad, aparición conocida como la
Virgen del Pilar. Desde entonces la intercesión de la Virgen hizo que se abrieran
extraordinariamente los corazones a la evangelización de España.
11. El apóstol Felipe lo llevó a Jesús. Bartolomé es la misma persona
que Natanael, mencionado en el Evangelio de San Juan, donde nos dice que era de Caná.
(Jn 21,2)
Los Hechos de los Apóstoles mencionan también su presencia en Pentecostés (1,13).
Según la tradición, después de la ascensión del Señor, predicó el Evangelio en la
India, donde recibió la corona del martirio.
Según la Martiriología Romana, Bartolomé predicó en la India y en Armenia, donde
murió mártir. Todavía con vida le arrancaron la piel y fue decapitado por el Rey Astyages
en Derbend. Según la tradición este martirio ocurrió en Abanopolis, en la costa
occidental del Mar Caspio, después de haber predicado también en
Mesopotamia, Persia y Egipto.
Según Eusebius, Pantenus de Alejandría (Siglo II) encontró en la India un Evangelio de
San Mateo atribuido a Bartolomé y escrito en hebreo. Dicho evangelio es apócrifo y fue
condenado en el decreto de Pseudo-Gelasius.
Las reliquias de San Bartolomé, según una tradición, fueron enterradas en la isla de
Lipara y eventualmente fueron trasladadas a Benevento, Italia y después a Roma donde
ahora están en la Iglesia de San Bartolomé, en la "Isola San Bartolomé" del río Tiber. Se
dice que la Reina Emma, la esposa del Rey Canute entregó uno de sus brazos a
Canterbury en el siglo XI.
12. Al lado de Santiago "el Mayor", hijo de Zebedeo, del que hablamos el miércoles pasado, en
los Evangelios aparece otro Santiago, que se suele llamar "el Menor". También él forma
parte de las listas de los doce Apóstoles elegidos personalmente por Jesús, y siempre se le
califica como "hijo de Alfeo" (cf. Mt 10, 3; Mc 3, 18; Lc 6, 15; Hch 1, 13). A menudo se le ha
identificado con otro Santiago, llamado "el Menor" (cf. Mc 15, 40), hijo de una María
(cf. ib.) que podría ser la "María de Cleofás" presente, según el cuarto evangelio, al pie de
la cruz juntamente con la Madre de Jesús (cf. Jn 19, 25).
También él era originario de Nazaret y probablemente pariente de Jesús
(cf. Mt 13, 55; Mc 6, 3), del cual, según el estilo semítico, es llamado "hermano"
(cf. Mc 6, 3; Ga 1, 19). El libro de los Hechos subraya el papel destacado que desempeñaba
este último Santiago en la Iglesia de Jerusalén. En el concilio apostólico celebrado en la
ciudad santa después de la muerte de Santiago el Mayor, afirmó, juntamente con los
demás, que los paganos podían ser aceptados en la Iglesia sin tener que someterse a la
circuncisión (cf. Hch 15, 13).
San Pablo, que le atribuye una aparición específica del Resucitado (cf. 1 Co 15, 7), con
ocasión de su viaje a Jerusalén lo nombra incluso antes que a Cefas-Pedro, definiéndolo
"columna" de esa Iglesia al igual que él (cf. Ga 2, 9). Seguidamente, los judeocristianos lo
consideraron su principal punto de referencia. A él se le atribuye también la Carta que lleva
el nombre de Santiago y que está incluida en el canon del Nuevo Testamento. En dicha carta
no se presenta como "hermano del Señor", sino como "siervo de Dios y del Señor
13. Siguió a Jesús "desde que este fue bautizado hasta su ascensión". Por este
motivo, cuando Judas Iscariote desertó y hubo necesidad de completar el número de
los doce Apóstoles, Pedro lo propuso para que se uniera al grupo apostólico y "se
convirtiera en testigo de la resurrección" del Señor. (Cf. Hechos 1, 15-26)
"(Matías), después de Pascua, fue elegido en lugar del traidor. En la Iglesia de
Jerusalén se presentaron dos a la comunidad, y después sus hombres fueron echados a
suerte: « José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y Matías» (Hechos
l, 23). De este modo «fue agregado al número de los doce apóstoles» (Hechos 1, 26).
No sabemos nada más de él, a excepción de que fue testigo de la vida pública de Jesús
(Cf. Hechos 1, 21-22)siéndole fiel hasta el final.
"Sacamos de aquí una última lección: si bien en la Iglesia no faltan cristianos indignos
y traidores, a cada uno de nosotros nos corresponde contrabalancear el mal que ellos
realizan con nuestro testimonio limpio de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador". -
Benedicto XVI, 18 X 2006