3. • El Centro de Interpretación de la Historia
de Ubrique está ubicado en la Ermita
San Juan de Letrán, del siglo XVII y con
una curiosa planta octogonal. Recorre en
su interior la historia de Ubrique desde
la Prehistoria hasta la II República sin
olvidar tradición y artesanía. Dentro de
su sala de exposiciones, dedican un
rincón a la Ciudad Romana de Ocvri,
yacimiento arqueológico en la Sierra del
Benalfí.
5. • La Ermita del Calvario, fundada por Fray Buenaventura, chiquitita y coqueta, contempla la
población de Ubrique desde la misma sierra. De fácil acceso, sus cien escalones terminan en
un precioso mirador desde donde se divisan una de las mejores vistas de la villa.
• A medida que subimos vamos pasando por las diferentes estaciones del Vía Crucis que
instaurara Fray Buenaventura, desde la ermita de San Antonio hasta el Calvario en el siglo
XVIII y después lo continuara Fray Diego José de Cádiz pero desde el Convento de
Capuchinos años más tarde.
• Actualmente, parte de este mismo recorrido es escenario de la procesión del Cristo del
Perdón cada Sábado de Pasión por la tarde noche, dejando una imagen espectacular de la
imagen, sus costaleros, sus feligreses y la propia Ermita.
7. • El Yacimiento Arqueológico de Ocuri, en Ubrique,
refleja la importancia que tuvo esta villa romana,
estratégicamente ubicada en la cima del llamado Salto
de la Mora.
• Entre las ruinas que han llegado a nuestros días
destacan el columbrado (mausoleo), la muralla
ciclópea, las termas, restos de viviendas, cisternas y
otros elementos constructivos.
9. • De época nazarí (siglo XIV-XV), la Ermita de San
Antonio nos da la bienvenida nada más llegar a
Ubrique. Rodeada de blancas y estrechas callejuelas,
su gran reloj marca las horas a todos los ubriqueños.
• A pocos metros del Peñón de la Becerra, ofrece una de
las mejores panorámicas desde su mirador. Estuvo
abierta al culto durante los siglos XVI y XVII y en el
XVIII fue demolida para ser construida otra nueva
planta pero conservando la estructura de su torre.
• La nueva iglesia quedó como símbolo permanente del
pueblo, engalanada con la Cruz del Tajo y la Sierra de
Ubrique.