El Papa presentó a San Pedro y San Pablo como la versión opuesta a Caín y Abel. Mientras que Caín mató a Abel debido al pecado, Pedro y Pablo constituyeron una nueva forma de hermandad vivida según el Evangelio a pesar de sus diferencias personales y conflictos, posible solo por la gracia de Cristo. Pedro fue elegido por Cristo como la roca de la Iglesia. Pablo perseguía a los cristianos antes de su conversión y es reconocido como el apóstol de los gentiles.