1. DESCANSANDO EN EL SEÑOR
Por Fernando Jiménez (Cali / Colombia)
Quedar sin empleo justo cuando se adeudan tres meses de renta, los hijos se aprestan a ingresar a un
nuevo período académico con los gastos que esto implica, la esposa atraviesa el quinto mes de
embarazo, y múltiples acreedores merodean alrededor, constituyen la antesala de una verdadera
hecatombe.
Diariamente reñía con mi esposa. Me culpaba de ser el causante de toda la crisis—, explicó
Ricardo, con una mezcla de aburrimiento y desesperanza que se reflejaban en sus gestos y en la
mirada. En cuatro meses había cambiado tres veces de empleo. La recesión económica en Argentina
precipitaba el cierre de empresas.
¿Qué hacer? Cuantos se acercaban, tenían un consejo diferente. Cada uno, por supuesto, más
opuesto que el otro. Así es que Ricardo se sentía cada vez más confundido. La situación sólo
cambió cuando decidió someter sus preocupaciones, angustias e incertidumbre en manos del Señor
Jesucristo. En otras palabras, descansó en el Señor, y sólo cuando tuvo paz interior, comenzó a
apreciar cómo se abrían las puertas.
¿QUÉ ES DESCANSAR EN EL SEÑOR?
Descansar en el Señor es abandonarse a él. Rendirse. Dejar que él tome control no solo de nuestros
problemas, deudas y enfermedades, sino de aquella crisis que consideramos sin aparente solución.
Algunas palabras del Hebreo como “Cava” o “Chakah” refieren descansar como la disposición de
“esperar en...”. Sin embargo, el término más aproximado es “Dumiyah”, que traducido, vendría a
ser “Esperar silenciosamente con una confianza pacífica”. Lea de nuevo esta definición. ¿Lo nota?
De acuerdo con los términos bíblicos originales, descansar es aguardar, sin alterarnos, en
expectativa por la obra de Dios en nuestra existencia.
EL REY JOSAFAT, UN EJEMPLO DE QUIEN DESCANSA EN DIOS
El rey Josafat, el cuarto en Judá después de Salomón, fue próspero, consagrado a Dios y un
monarca que signó la historia bajo las premisas de la honradez, la rectitud y la fe. Inició su período
de gobierno en el año 914 antes de Cristo. Todo a su alrededor marchaba bien, hasta que las tribus
de Moab y Ammon, dos pueblos belicosos por naturaleza, se unieron en su contra “Y acudieron, y
dieron aviso a Josaphat, diciendo: Contra ti viene una grande multitud...”(2 Crónicas 20: 1, 2a.
Versión Antigua Reina-Valera, 1909).
Las dificultades, como en este caso y en nuestra vida práctica, llegan cuando menos lo esperamos.
Irrumpen en la cotidianidad sin avisar. Generan desconcierto y ansiedad. Tornan difícil guardar la
calma. Nos llevan a pensar que no hay ninguna salida.
CONFIAR EN DIOS, LA ÚNICA SALIDA
Huir de los problemas no es la solución. Tampoco culpar a los demás por nuestras dificultades, y
menos, reaccionar movidos por las emociones del momento, sin medir las consecuencias. Frente a
una enorme crisis, el rey de Judá volvió la mirada al Creador.
“Entonces él tuvo temor, y puso Josaphat su rostro para consultar a Jehová, é hizo pregonar ayuno
a toda Judá”(v.3). En su oración, el monarca reconoció sus limitaciones humanas, admitió que sólo
2. Dios tiene poder y grandeza, y clamó por ayuda divina: “!Oh Dios nuestro!¿No los juzgarás tú?
Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no
sabemos lo que hemos de hacer, y a ti volvemos nuestros ojos” (v. 12).
Cuando creemos que nos abandonan las fuerzas, y no sabemos cómo actuar, es hora de confiar en el
Supremo Hacedor.
SI CLAMAMOS, DIOS RESPONDE
Dios tiene sus propios métodos y su propio tiempo para responder. A veces pareciera que tarda
mucho en actuar, en otras ocasiones se manifiesta de inmediato. Un siervo de Dios que estaba en la
reunión, recibió Palabra del Señor: “Y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalem, y
tu rey Josaphat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta tan grande
multitud; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana a esta hora descenderéis contra
ellos... No habrá para que vosotros peleéis en este caso: paraos, estados (quietos), y ved la
salvación de Jehová con vosotros” (vv. 15-17a).
En medio de semejante situación ¡Y Dios los mandó a descansar en él! Lo sorprendente es que,
cuando lo hacemos, la respuesta no se hace esperar. Así pudieron comprobarlo todos los moradores
de Judá. Ellos se limitaron a alabarlo en pleno campo de batalla.
“Y como comenzaron a clamar y con alabanza, puso Jehová contra los hijos de Ammon y de Moab,
y del monte Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y matáronse los unos a
los otros. Pues los hijos de Ammon, y de Moab, se levantaron contra los del monte Seir, para
matarlos y destruirlos; y como hubieron acabado á los del monte Seir, cada cual ayudó a la
destrucción de su compañero” (vv. 22-24. Versión Antigua Reina-Varela, 1909).
CUANDO PERMITIMOS QUE DIOS TOME CONTROL DE LOS PROBLEMAS, ÉL
ACTÚA.
El error estriba en querer resolver las dificultades a nuestra manera, Además de una estrategia
equivocada, generalmente nos conduce al fracaso. Le invito para que rinda esa pesada carga de
dificultades en manos del Señor Jesucristo. Él dijo: “Venid a mi todos los que estáis trabajados y
cargados y yo os haré descansar”.
Descanse en el Señor. Permítale que obre. ¡Haga la prueba! su vida cambiará radicalmente.
Tomado de la revista “Momento de Decisión”, www.mdedecision.com.ar
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