26. Más bien, una cosa hago: olvidando
lo que queda atrás y esforzándome
por alcanzar lo que está delante,14
sigo avanzando hacia la meta para
ganar el premio que Dios ofrece
mediante su llamamiento celestial en
Cristo Jesús.
- En los últimos años de Pablo (Filipenses 3:13,14 NVI)
Notas del editor
La historia de Pablo Puede tener un adulto o adolescente preparado para presentar la historia de Pablo en primera persona. añada interés e involucre a los niños en varias de las escenas sugeridas. Pueden ser actuadas silenciosamente mientras Pablo narra su historia o pueden ser actos de siluetas estáticas detrás de una sabana blanca con luces reflectoras por detrás. Los actores deben de usar vestimentas similares a las de la época de Pablo.
Hola. Mi nombre es Pablo. Mi vida comenzó tan normal como todo el mundo, pero un día algo me pasó que cambio toda mi vida. Fue la cosa mas maravillosa. … pero déjame comenzar desde el principio.
Yo nací en la ciudad de Tarso no muy lejos del mar mediterráneo. Creo que hoy en día se llama Turquía (si usa un mapa puede señalar lo que Pablo esta mostrando) mas tarde mi familia se mudó a Jerusalén. Mis recuerdos de la infancia se centran en la escuela. A lo mejor a algunos de ustedes no les gusta la escuela pero a mí me encantaba.
Desde que era un niño pequeño yo iba a clases y aprendía sobre Dios con los mejores maestros de la época. Me acuerdo que me sentaba en el piso en un circulo con otros niños a escuchar atentamente lo que el maestro ensenaba sobre la Palabra de Dios y sus leyes.
¿Yo era un buen estudiante! Y trataba fuertemente de obedecer a Dios. Yo también trataba de obedecer a los fariseos- ellos eran nuestros lideres religiosos. Ellos tenían muchas reglas adicionales que debíamos cumplir.
Por ejemplo, yo sé que probablemente te lavas las manos antes de comer para que no te enfermes con los gérmenes. Nuestras reglas de lavarnos las manos eran mas estrictas aun.
Teníamos que medir cierta cantidad de agua pura y limpia- suficiente como para llenar medio cascaron de huevo- ¡no mas ni menos! Entonces esta agua era derramada en ambas manos. Se alzaban las manos para que el agua corriera hacia la muñeca lejos de los dedos limpios. Si el agua no llegaba a la muñeca tus manos eran consideradas entonces sucias.
Habia una segunda y hasta tercera manera de lavar las manos que pasaba despues de cenar. ¡Teniamos que hacerlo bien! Esta era una de las muchas reglas que los fariseos nos ensenaban para mostrarle devociona Dios. Yo admiraba a estos hombres y queria ser como ellos.
Bueno, pasaron los años y crecí hasta convertirme en un hombre. Uno de mis momentos mas orgullosos fue cuando me convertí en un fariseo. ¡Oh, recuerdo que bien me sentía de ser parte de este grupo de hombres en Jerusalén! Yo quería agradar a Dios y ser el mejor fariseo de todos.
Un día, oí unas noticias perturbadoras. Parece que habían unas personas que no estaban siguiendo las enseñanzas de los fariseos. Estas personas eran seguidores de Jesús – el que decía ser el hijo de Dios. ¿Sabes algo sobre Él? ( invite a los niños a decir lo que saben sobre Jesús y los aspectos de ministerio sus enseñanzas/ sanidades y milagros.
Sí, esos seguidores decían todas esas cosas sobre Él y aun mas, ellos insistían que había resucitado de los muertos y que lo habían visto vivo. Ahora ellos seguían a Jesús en vez de a nosotros. ¡Yo estaba furioso! ¿ Como se atrevían a darnos la espalda y creer esas ridículas mentiras? Bueno yo sabia que si estas personas no eran detenidas esa peligrosa creencia se podía difundir por el mundo. Así que decidí detenerlos por mi mismo.
Yo castigué a estos seguidores de Jesús dondequiera que los encontré. Puse a hombres y mujeres en cadenas y los envié a la cárcel. Yo hasta mandé a matar a muchos de ellos. Yo creía que mis acciones le agradaban a Dios. ¡Después de todo estaba haciendo esto para Él y para mantener la pureza de nuestra ley! Cuando se corrió la voz de que yo estaba arrestando a todos los creyentes, muchos de ellos se fueron a otros lados. Algunos se fueron tan lejos como a Damasco-como a 175 millas (300 kilómetros) de Jerusalén. ¡Creían que iban a estar seguros! ¡JA! Yo decidí ir a allá y traerlos a Jerusalén para castigarlos.
Nuestro sumo sacerdote me dio cartas para los líderes en Damasco para que me dieran permiso para arrestar y llevar estos creyentes de nuevo a Jerusalén. Pronto comencé mi viaje a Damasco.
Mis hombres y yo habíamos viajado varios días cuando por fin ya estábamos cerca de la ciudad- allí fue que pasó. ¡OH, lo puedo ver tan claro como si fuera ayer! Me acuerdo que fue como a eso de mediodía. El sol estaba bien candente arriba en el cielo.
¡De pronto, había una luz bien brillante, mucho mas brillante que el sol, reluciendo sobre mi! Era tan deslumbrante y sorprendente. ¡Yo cai al suelo! Entonces oí una voz… Todavía siento escalofríos cuando pienso en ello. Una asombrosa voz dijo “ ¡Pablo! ¡Pablo! ¿Por qué me persigues?”
No podía ver nada en esa luz cegadora. “ ¿Quién eres, Señor?” pregunté confuso. Nunca olvidaré la respuesta a mi pregunta mientras viva. Él me contestó, “Yo soy Jesús, a quien tu persigues y haces daño.”
¡Yo estaba asombrado! ¿JESUS? El hombre que decía ser el hijo de Dios… ¡pero él estaba muerto! El había sido colgado en una cruz por muchas horas, sangrando y muriendo.
Le habían traspasado el costado con una lanza. Su cuerpo lo habían enterrado en una tumba custodiada por soldados romanos. Sus discípulos habían comenzado el rumor de que él había resucitado… pero nosotros estábamos seguros que eran mentiras.
Yo sentí un temblor comenzar por mi mano y esparció por todo mi cuerpo. Yo había tratado toda mi vida de ser un buen seguidor de Dios. Yo era un fariseo.
Yo guardaba toda la Ley. ¡Toda ella, lo mejor que podía! Yo había perseguido con avidez los seguidores de Jesús, pensando que estaba agradando a Dios. ¿Qué había yo hecho? ¿Estaban en lo correcto esos seguidores de Jesús? ¿Jesús era realmente Dios? ¿ Había estado yo atacando al hijo verdadero de Dios?
Entonces realice que en verdad no estaba agradando a Dios. Cuando pude recuperar mi voz le pregunté, “¿Señor, qué tú quieres que yo haga?” me dijo que me levantara y fuera a un sitio en la ciudad y esperara sus instrucciones. Entonces tan rápido como llegó así mismo se desapareció la luz brillante. Yo me levanté lentamente y trate de mirar a mis hombres pero no los podía ver. ¡Estaba ciego! Dios me estaba ensenando humildad en vez de orgullo.
YO, el orgulloso fariseo, ahora tenia que ser llevado de la mano a la ciudad como un niño. Mis hombre me llevaron a una calle particular al hogar de un hombre llamado Judas. Por 3 largos días estuve en la casa de Judas. Yo no comí ni bebí. ¡No podía! Todo lo que recuerdo haber hecho durante esos 3 dias fue pensar y orar. Pensaba en todo lo que había hecho y se apoderaba de mi un temor y una tristeza. ¡Que equivocado había estado! Todo este tiempo creyéndome que guardando la Ley me hacia suficientemente bueno delante de Dios. ¡Que tonto había sido!
Por fin, comprendí la verdad. Nunca podemos ser lo suficientemente buenos para Dios. Dios es perfecto, santo, Su hijo Jesús verdaderamente vino a la tierra. Vivió una vida perfecta. Él murió, no porque hizo algo malo, sino por tus pecados y los míos. Y ¡Resucitó! ¡El hijo de Dios esta vivo! Ahora yo sabia que era verdad. Yo lo creo por mi mismo. El ser aceptables a Dios no lo podemos hacer por nosotros mismo. Es por lo que Jesús hizo por nosotros. Esa es la buena noticia. Yo no tengo que tratar de impresionar a Dios, no puedo de todas maneras. Realice por primera vez que Dios me ama tal como soy. Mas tarde yo escribí en la Biblia “Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8 ¡Que mucho Él me amó!
¡ Mi vida entera cambió ese día y nunca mas volví a ser el mismo otra vez! Yo comencé una gran aventura con Dios…