2. En la selva había una trampa, y en ella cayeron atrapados un león y un burro.
El león al ver al burro temblando de susto le dice:
Tranquilo viejo, yo no como burros, a mí me gustan los venados.
Y el burro se tranquiliza, pero pasaban los días y nada de comida. El león con
hambre, el burro arrinconado en la trampa le recuerda que no le gusta la
carne de burro, y el león contesta:
¡Sí viejo, pero hoy amaneciste con una cara de venado!