1. El asno y el cochino
En una granja había un Asno que sentía celos del Cerdo que
vivía a su lado. Todos los días miraba a su vecino con envidia
y se repetía a sí mismo:
Ojala yo pudiera vivir como él. Todo el día engullendo toda la
comida que quisiera, sin preocuparme del tiempo que haga
fuera y descansando tranquilamente a la hora que deseara. En
lugar de esa vida tan cómoda, yo tan solo recibo poco
descanso, comida escasa y más de un palo todos los días. Hay
que ver que injusta es la vida.
Una tarde, cuando el Asno volvía a su cuadra tras un día de
pesado trabajo, se dio cuenta de que el Cerdo no estaba en su
lugar
Intrigado por esta situación, decidió esperar acontecimientos.
Al día siguiente, antes de partir a trabajar escuchó hablar a sus
amos acerca de lo delicioso que les había parecido el cochino.
Muy sorprendido por la suerte de su envidiado vecino, el asno
reflexionaba de la siguiente manera:
- ¡Hay que ver que tonto he sido! Yo que deseaba ser como
el cerdo y mira qué final más malo ha tenido.
MORALEJA:
No desees la suerte de tu vecino, ya que nunca sabes que
puede estar esperándole a la vuelta de la esquina