1. Los piercings (o perforaciones) se popularizaron entre los jóvenes y adolescentes a partir
de la segunda mitad del siglo XX, con grandes influencias del movimiento punk. Hoy en día
los piercings son aceptados como algo normal. Hombres y mujeres los usan por igual en
casi cualquier parte del cuerpo. Antes de decidir utilizar piercings, sin embargo, se
recomienda tener en cuenta algunos de los riesgos posibles que acompañan el uso de
estos elementos.
Después de hacerse uno o más piercings todas las personas experimentan un poco de
dolor en la zona perforada e hinchazón ligera o moderada. Estos son los síntomas
usuales para cualquier perforación. En algunos casos pueden existir riesgos agregados.
Hay riesgos de sufrir infeccionescrónicas en el sitio perforado, alergias en la
piel, inflamaciones nerviosas, sangrado prolongado y abscesos. Si los piercings no se
hacen en un sitio de confianza que utiliza solamente material descartable, además,
podemos estar exponiéndonos al contagio de algunas enfermedades (como la hepatitis B y
C). Al concurrir a la cita para efectuar la perforación la zona debe estar correctamente
higienizada (también debemos chequear que el sitio en el que nos haremos
los piercings sea lo suficientemente limpio). En ningún caso deberíamos pedirle a un
amigo o persona inexperta que nos haga la perforación (tampoco deberíamos intentar
hacernos la perforación nosotros mismos).
El tiempo de recuperación después de efectuar piercings sobre el cuerpo siempre varía
de acuerdo a la zona del cuerpo. Al hacer la perforación el especialista nos asesorará
sobre los tiempos de curación y cicatrización para la parte del cuerpo perforada. En los
casos en los que la recuperación de los piercings demoran mucho más allá de lo
planeado lo más recomendable es hacer una consulta con el médico de manera inmediata.
El peligro de los piercings en la lengua
Los labios, las cejas, las mejillas e incluso la lengua. Todo parece material potencial para ponerse un
piercing. Sin embargo, hay que saber si merece la pena cuando el ‘amor al arte’ puede poner en peligro
nuestra salud, por ejemplo, perforando una zona tan delicada como la lengua.
2. Los piercings llevan años de moda. No hay un sitio del cuerpo que se escape a la perforación: orejas,
nariz, ombligos, pezones... Pero últimamente en Estados Unidos, y en menor medida en Europa, se ha
convertido en algo habitual agujerearse también cejas, mejillas y lengua.
Cuidado. Esta práctica no sólo entraña los problemas habituales del piercing (rechazo, infección, picor,
dolor...) sino que, dadas las insuficientes condiciones higiénicas en las muchas veces se practican, puede
entrañar otros riesgos: transmisión de hepatitis B o C por vía sanguínea y, en casos extremos, el contagio
del virus del sida.
Hemorragias y asfixia
Además del dolor y la hinchazón que puede provocar este adorno cuando es mal tolerado, puede producir
un desagradable aumento del flujo salival, aparte de causar hipersensibilidad o alergia al metal.
El piercing en la lengua puede incluso dificultar el habla y la masticación, favorecer la aparición de un
molesto tejido cicatrizante o lesionar los nervios de la lengua. También pueden producirse traumatismos
en los dientes por el choque con la ‘joya’, por lo que si te pones uno, debes tener cuidado hasta que te
acostumbres a llevarlo.
Muchos son los dentistas que desaconsejan esta práctica por razones obvias de salud:
- puede provocar una obstrucción de las vías respiratorias debido a la hinchazón e inhalación del metal
- aparición de hemorragias por una sección de las arterias que irrigan la lengua
Riesgo de infección
La lengua, más que cualquier otra parte del cuerpo, es susceptible al riesgo de infección. En su estado
natural, la boca contiene numerosas bacterias, lo que favorece la aparición de infecciones si el piercing no
ha sido bien desinfectado antes de su colocación. Estas infecciones pueden afectar desde las mandíbulas
a toda la boca.
Si además la persona padece problemas dentales o bucales, colocarse un piercing en la lengua puede
ser una mala idea, no sólo por el riesgo de infección adicional sino porque deberá ser retirado cada vez
que sea necesario realizar una radiografía.
Exige mucha higiene
Lo mejor es renunciar a perforarse una zona tan frágil del cuerpo. Pero si no puedes resistirte a esta
moda, al menos sé extremadamente precavida antes de hacerlo.
Asegúrate de que la persona que va a ponerte el piercing tenga experiencia probada en esta práctica y
exige que el material utilizado esté totalmente esterilizado.
Es mejor que te informes en varios sitios y te decidas por el que más garantías ofrezca. Piensa que, en
este caso, lo barato puede salirte caro
3. Los riesgos de los piercings.
La moda de los piercings también tiene sus riesgos. Un estudio revela que perforarse el cuerpo puede
causar complicaciones más allá de las infecciones y sangrados locales.
La moda de los piercings también tiene sus riesgos. Un estudio revela que perforarse el cuerpo puede
causar complicaciones más allá de las infecciones y sangrados locales.
El estudio, publicado recientemente en American Journal of ClinicalDermatology, revela que en el 20% de
los casos se producen problemas, algunos de considerable gravedad.
"Lo deseable sería que los interesados se informasen más sobre las repercusiones" que esta práctica
tiene sobre su salud, señaló AnneLaumann, profesora de Dermatología y principal autora de la
investigación.
Gracias al estudio, Laumann y su equipo no solo reafirmaron que lospiercings pueden causar
complicaciones como infecciones y sangrados locales, sino que además pueden derivar en otras menos
comunes que suponen un mayor riesgo para la salud como por ejemplo la hepatitis, hemorragias o daños
en los nervios.
No a los adornos en la boca, el ombligo e incluso la oreja
Según la publicación, los piercings en la boca pueden producir, entre otras enfermedades, lesiones
bucodentales, inflamación, dificultades para hablar y masticar, sangrado o reacciones alérgicas.
Además, como señala David Herrera, vicepresidente de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), en
El Mundo Digital, el riesgo es mayor cuando se trata de la lengua, ya que además de provocar fisuras o
abrasiones, puede acarrear la más preocupante de todas complicaciones: la ‘depapilación’ o pérdida del
triángulo de la encía que hay entre diente y diente.
Incluso perforaciones tan comunes como las de la parte superior de la oreja, en el borde del cartílago, son
poco recomendables de acuerdo con la profesora. Éstas, al igual que las del ombligo, que además tardan
un año en curarse, cuentan con posibilidades de infección altas.
Los responsables de la investigación hacen un llamamiento a la prevención e información. Advierten que
los problemas pueden aparecer dependiendo de los materiales que se usen, del procedimiento, los
profesionales, la higiene, los cuidados posteriores y las zonas del cuerpo.