Este poema rinde homenaje a Nelson Mandela, llamándolo "Madiba", su nombre de clan. Celebra su lucha pacífica contra el apartheid en Sudáfrica que condujo a la reconciliación racial y a un nuevo país solidario. También destaca su humildad y dedicación a la libertad y la justicia mientras estuvo encarcelado y luego como el primer presidente negro de Sudáfrica. El poema concluye diciendo que el ejemplo de Mandela representa los mejores ideales para vivir en paz durante la Navidad.