1. DESDE LOS AFECTOS:
¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno tiene que buscarlo y dárselo…
Que nadie establece normas, salvo la vida…
Que la vida sin ciertas normas pierde formas…
Que la forma no se pierde con abrirnos…
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente…
Que no está prohibido amar…
Que también se puede odiar…
Que la agresión porque sí, hiere mucho…
Que las heridas se cierran…
Que las puertas no deben cerrarse…
Que la mayor puerta es el afecto…
Que los afectos, nos definen…
Que definirse no es remar contra la corriente…
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja…
Que negar palabras, es abrir distancias…
Que encontrarse es muy hermoso…
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida…
Que la vida parte del sexo…
Que el por qué de los niños, tiene su por qué…
Que querer saber de alguien, no es sólo curiosidad…
Que saber todo de todos, es curiosidad malsana…
Que nunca está de más agradecer…
Que autodeterminación no es hacer las cosas solo…
Que nadie quiere estar solo…
Que para no estar solo hay que dar…
Que para dar, debemos recibir antes…
Que para que nos den también hay que saber pedir…
Que saber pedir no es regalarse…
Que regalarse en definitiva no es quererse…
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos…
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo…
Que ayudar es poder alentar y apoyar…
Que adular no es apoyar…
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara…
Que las cosas cara a cara son honestas…
Que nadie es honesto porque no robe…
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo…
Que para sentir la vida hay que olvidarse que existe la muerte…
Que se puede estar muerto en vida..
Que se siente con el cuerpo y la mente…
2. Que con los oídos se escucha…
Que cuesta ser sensible y no herirse…
Que herirse no es desangrarse…
Que para no ser heridos levantamos muros…
Que sería mejor construir puentes…
Que sobre ellos se van a la otra orilla y nadie vuelve…
Que volver no implica retroceder…
Que retroceder también puede ser avanzar…
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol…
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida?
Mario Benedetti
3. Querido Hijo:
Todo el día, desde que amanece, tu ceño está
fruncido. Tu boca está siempre lista para criticar y
tu mirada se ha vuelto tan dura que tus hijos te
tienen miedo y tu llegada no causa alegría sino
pesar en tu hogar.
Siéntate a escucharme. Quiero decirte qué es lo que
trae ira a tu vida. Quiero señalarte cuál es el
problema para que puedas poner un remedio.
Empecemos por tu actitud. Tu tienes actitud de
guerra. ¿Sabes por qué lo digo? Porque ante las
cosas que pasan en tu vida, tu puedes reaccionar
con una actitud de guerra o una actitud de paz. Tú
puedes convertir cualquier motivo en un campo de
batalla o puedes convertir, ese mismo motivo, en un
lazo de unión.
Tu actitud es decisiva porque es como un espejo a
través del cual ves el camino a seguir. Si tu actitud
oscura y estrecha, los caminos que encuentres van a
ser igualmente oscuros y estrechos. Si tu actitud es
amplia y abierta, encontrarás no uno sino muchos
caminos por los que puedes acercarte y reunirte con
los que te rodean.
Si tu cambias tu actitud y pones en ella buena
voluntad, servicio y tolerancia, encontrarás que
puedes construir puentes de unión. Porque ahora, lo
único que estás construyendo son muros de
aislamiento y al final, te quedarás solo.
No esperes a que los demás se vayan; no dejes que
4. los que te rodean te sigan huyendo. Empieza desde
ya a establecer lazos de unión. Ante cualquier
situación pregúntate: ´¿Cómo puedo establecer un
puente, derribar un muro?´. Porque la ira es un velo
que nubla el entendimiento y la buena voluntad es
un limpiador de entendimientos y aclarador de
verdades.
Después de todo, el primero que saldrá ganando al
construir puentes eres tú porque los muros aíslan y
matan la comunicación, pero los puentes
comunican, unen y funcionan en dos direcciones: de
ida y de vuelta. En otras palabras que lo que tú
envíes hacia los demás a través de los puentes que
construyas, te regresará con la misma buena
voluntad y el mismo empeño de servicio que le
pongas.
Sólo tienes esta vida para vivirla del modo que
decidas. Tú eres el constructor de tu propio destino.
Así que empieza ahora mismo a derribar muros y a
construir puentes. Un día vas a voltear el rostro y
vas a ver que tu vida ha dejado de ser una estrecha
celda de rencor para convertirse en una amplia
avenida por donde circulan muchas sonrisas,
abrazos y caras felices.
Tu padre que te ama, Dios.
Por: Por Sylvia Carlock