2. Tres horas de reunión intensa y nada se queda decidido.
Vamos a tener otra reunión mañana.
Salgo de la sala de reuniones con ganas de volver a mí casa
y descansar. Estoy muy fatigada al punto de responder en
alemán a las personas. Ya no puedo hablar otro idioma.
Pero todo esto tendrá que ser más tarde... los alemanes nos
invitarán a cenar y es imposible decir que no sino vamos a
perder este negocio tan importante.
Una vez más voy a soportar estos alemanes que son muy
muy difíciles de convencer. Por dios!
3. Me voy a la oficina y Pablo me llama en mi móvil:
“La reunión se acabó?”
“Me gustaría tanto decirte que sí pero no... ella no se acabó...”
“Madre mia! Tres horas?”
“Los alemanes invitarán a todos para cenar con ellos. Tengo que ir
sino vamos a perder todo. Y tú? Qué haces?”
“Estoy saliendo ahora del estudio, me voy a cenar. Me
gustaría mucho que vinieras a cenar conmigo pero no
quiero ser el culpable de perder ese negocio...”
“Qué voy hacer? ...dime...”
“No te preocupes. Vaya cenar con ellos. Te espero en casa,
vale? Vuelve lo más rápido que puedes!”
4. “Te molesta?” - le pregunto. No quiero que él piense que no quiero
estar con él. La verdad es que daría todo para estar con él, para cenar
con él. Al mismo tiempo este negocio vaya traerme muchas ventajas:
con él, voy a tener más tiempo libre y eso quiere decir que puede
estar más tiempo junto a Pablo.
“Ya te he dicho, amor. No te preocupes. Nos vemos en casa, vale?”
“Vale. Yo salgo de aquí lo más rápido que pueda.”
Allá voy con mis compañeros de trabajo y los alemanes a cenar en un
restaurante de Madrid que yo no conozco...
5. El restaurante tiene buena pinta. Todo parecía que esto iba ser tranquilo
hasta el momento que Mari, susurrando conmigo me dice:
“Mira quién está entrando...”
Miro la puerta y lo veo... sí, Pablo estaba entrando en el restaurante
junto a Lolo, Porty y todo el equipo.
Me quedo sin reacción Ya no puedo escuchar nada que todos en la
mesa están diciendo. Veo que Pablo ya se dio cuenta que yo estoy
aquí. Él me regalo una sonrisa y yo me pierdo. Me quedo sin aire, mi
corazón late muy fuerte...
“Andrea, es mejor tomares un poco de aire...”
“Yo me aguanto... si salgo de aquí todos van a sospechar...”
6. Todos están hablando. Yo soy la única persona que habla, no tiene
reacción. Tengo muchísimas ganas de salir de esta mesa y irme a la mesa
dónde él está.
Tomo un poco de agua y intento quedarme tranquila. Empiezo a hablar un
poco. Tengo que olvidar por un rato que él está en lo mismo restaurante
que yo.
Un alemán empieza a decir chistes y a bromear conmigo. Yo no hago
mucho caso de él pero veo que Pablo miró esto.
Su cara se cambió así como su reacción. Bueno, me parece que él está con
celos.
7. Ahora nada está bien. Yo lo sé que Pablo está celoso, puedo
ver eso en su cara. Yo no me siento muy bien en saber
que no puedo estar con Pablo mismo él estando el lo
mismo restaurante.
Peor que esto es imposible!
Yo no aguanto eso... no, es imposible disfrazar!
Me voy al baño, limpio mi cara con agua fría, respiro
profundamente. A la salida veo Pablo.
“Quién es el rubio?” - me pregunta.
“Es un alemán, está intentando hacer bromas con todos
pero conmigo, él no llevará nada!”
8. “Ah... Bueno, cómo está la cena?”
“Pablo... estás con celos?”
“Yo?” - Pablo cambia su cara una vez más - “No! Yo no estoy con
celos!”
“Se puede ver eso en tu cara, Moreno... y no digas que no porque te
conozco muy bien...”
“Es que...”
“Shhhhh” - le interrumpo. Le doy un beso - “Yo siempre seré tuya, no
tienes motivos para tener celos, sí?”
Él me sonreí. Salgo del baño y me voy a la mesa. Todo el mundo no se dio
cuenta de nada. La conversación está terminado pues casi todos están a
demostrar que están fatigados.
Yo decido irme. Me despido de todos y me voy a casa. A la salida del
restaurante yo miro a Pablo y él me mira y me guiña un ojo. Bueno, me
parece que él vaya salir de aquí muy pronto.
9. Llego a casa. Estoy tan fatigada que solo quiero
acostarme en la cama. Leo un libro mientras estoy
en la cama calentándome con las sábanas y
espero que él llegue.
Pero mi sueno es más fuerte que yo y me quedo
dormida muy rápido.
Me despierto con la luz de la habitación. Pablo llegó.
“Perdóname cariño... yo no quería despertarte...”
“No pasa nada... es que tenía tanto sueño que me
quedé dormida muy rápido...”
Él me da un beso y otro en mi frente: “Ahora puedes
volver a dormir... yo ya estoy aquí...”
Él empieza a quitar sus zapatillas y yo lo miro.
10. Él quita su camiseta y se da cuenta que yo estoy mirándole.
Yo suelto una carcajada y le digo:
“Sabes... si tu fueras chocolate, yo... yo te comía todo!”
Él suelta una carcajada muy fuerte y dice:
“Madre mia! Eres una loca!”
“Sí, es verdad... soy loca por tí y por otro
chico...”
“Quién?”
“Pablo Alborán... conoces?”
“Hum... sí, él no no es nada de
extraordinário!” - él empieza a besarme sin
parar y yo me derrito...”