Este documento discute los argumentos a favor y en contra de la legalización de las drogas en México. Explora varios puntos clave como qué drogas se legalizarían, cómo se regularía la producción y el consumo, y los posibles efectos en la violencia y la economía. También analiza datos sobre qué droga se consume más en México y los niveles de conocimiento público sobre los efectos de las drogas. Concluye que el debate sobre la legalización es complejo y requiere considerar perspectivas científicas múltiples así como definir claramente los
1. La legalización de las drogas
Es uno de los modelos propuestos por activistas e instituciones pro derechos
individuales para la modificación de las leyes que prohíben la tenencia, el
consumo, suministro y producción de drogas.
El argumento central está basado en el derecho fundamental de que cada persona
tiene el derecho a elegir cómo quiere llevar su vida, lo que incluye la obligación del
estado de respetar la decisión del ciudadano sobre las sustancias que decida
utilizar. Otros partidarios de esta medida basan su defensa en la creencia de que
sería un medio importante para erradicar las mafias relacionadas con
el narcotráfico.
En abril de 2009 el Congreso de la Unión adoptó el ‘Decreto del Narcomenudeo’,
eliminando todas las sanciones por cantidades para uso personal: 5 gramos
de Cannabis, 2 gramos de Opio, 0,5 gramos de Cocaína, 50 miligramos
de Heroína o 40 miligramos de Metanfetamina. Los adictos serán sometidos a
tratamiento obligatorio solamente después del tercer arresto. El decreto entró en
vigor en agosto de 2009.
La ley define estrictamente la dosis personal lo que podría conducir a condenas de
cárcel para los que sean sorprendidos con cantidades mayores a las que
permite.En septiembre de 2010, laSuprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
declaró válida la reforma a la ley.
Las recientes modificaciones a la Ley General de Salud, al Código Penal Federal y
al Código Federal de Procedimientos Penales buscaron regular de manera clara,
distintos aspectos referentes a la venta y consumo de drogas en nuestro país.
Así mismo, se estableció con claridad cuándo el ministerio público federal deberá
atender estos asuntos y cuándo será competencia del fuero común, delimitando
así en qué casos se estaría frente a un delito de narcomenudeo o de narcotráfico.
Este paquete de reformas conocido como “Ley de Narcomenudeo” generó una
serie de polémicas en la ciudadanía en general, pues el desconocimiento de su
sentido, el de regular, se confundió por la legalización de las drogas,
especialmente por establecer una tabla de orientación de dosis máximas de
consumo personal e inmediato de diferentes sustancias (Vid., Art. 479 de la LGS).
Actualmente se ha generado desde distintos enfoques, muchos de ellos
personales y cimentados en creencias, que más que fortalecer un debate serio y
riguroso anida prejuicios y falsas concepciones. Del mismo modo, se generaron
opiniones con escenarios extremos en caso de llevarse a cabo la legalización de
las drogas, tales como: “México se convertiría en el gran picadero del mundo”, aún
2. más, hubo quienes afirmaron que “Con esta nueva estrategia se terminaría la
violencia que aqueja a nuestro país”, nada más absurdo que ello. Lo trascendente
es discutir la viabilidad de una política tolerante respecto a las drogas, y no
satanizar el debate ni mucho menos argumentar desde la creencia y la moral la
construcción de una política pública que tendría repercusiones sociales,
económicas, políticas, de salud y seguridad pública importantes en nuestro país.
Es necesario puntualizar una serie de cuestiones.
Primero.- Deberá quedar claro qué tipos de drogas son las que se legalizarían,
puesto que en las discusiones se habla de manera indistinta de las consecuencias
negativas de la droga, como si los efectos de las diferentes drogas fueran iguales,
por ejemplo, el uso de opiáceos semi-sintéticos tales como la Heroína o el uso
delCannabis (marihuana).
De impulsar una política tolerante en nuestro país respecto a las drogas, se estará
pensando principalmente en el Cannabis, una droga considerada por los
científicos como blanda por los efectos menos perjudiciales en comparación con
otras sustancias prohibidas
Segundo.- Habrá que pensar qué parte de la cadena de producción-consumo se
regularía y, posteriormente, cómo se regularía. Puesto que cada una de las fases;
producción, transporte, comercio, suministro o consumo, encierran en sí mismas
una serie de complicaciones y repercusiones que deberán de contemplarse.
Para ello es obligado preguntarse ¿Cuál es el verdadero problema con las drogas
en nuestro país? ¿Es verdaderamente un problema de salud o más bien un
problema de seguridad pública?, puesto que las estrategias recientes para
combatir el narcotráfico han dejado más muertes que los que pudieran registrarse
por su consumo. El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) estima
que en los últimos cuatro años se han registrado más de 28 000 mil asesinatos
producto de la lucha contra el crimen organizado
Tercero.- ¿Cuál es la sustancia que más se consume en nuestro país? A saber:
según datos de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, el Cannabis es la droga
más consumida en nuestro país, que además ha reportado un aumento en su
consumo respecto a los años anteriores.
3. México es uno de los países con mayor producción de Cannabis en el planeta,
esto lo constituye no sólo como un país de tránsito, sino también un país productor
y consumidor. Según Datos del IMSD2009 la mayoría de las incautaciones
deCannabis en el mundo durante el 2007 fueron en México (39%) y junto con
Estados Unidos conformaron el 65% del total incautado, lo que los sitúa en los dos
países con mayor mercado de marihuana en la tierra
De esta manera, es necesario plantear qué parte de la producción-consumo
delCannabis se considerará para su regulación, pues si bien la droga más
consumida en México es el ésta, en términos cuantitativos y cualitativos, la
producción y el tráfico constituyen el principal problema de seguridad pública.
Cuarto.- Investigaciones recientes han demostrado que el consumo
de Cannabis,considerado como un problema de salud en comparación con otras
drogas permitidas, por ejemplo el alcohol y la nicotina, no es tan preocupante,
pues hasta el momento, se han registrado mayores efectos nocivos por su
consumo que por el del Cannabis. En una nota publicada por el New York
Times “IsNicotineAddictive? ItDependsonWhoseCriteriaYou Use” se argumenta
que el Dr. Jack E. Henningfield del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas
(NIDA) y el Dr. Neal L. Benowitz de la Universidad de California en San calificaron
a la marihuana como una de las menos perjudiciales.
Quinto.- Si consideramos que el principal conflicto en materia de seguridad es el
narcotráfico, entonces nos situamos frente a un problema binacional, puesto que
como argumentamos en líneas anteriores, Estados Unidos es el principal país de
destino del Cannabis, la droga más producida en México y la más traficada en el
mundo, entonces, ¿Qué efectos tendrá legalizar la venta y/o posesión en nuestro
país si Estados Unidos mantiene una política prohibicionista? Si bien es cierto que
existe una tendencia a regular el uso medicinal del Cannabis en 14 Estados de
Norte America, dentro de ellos California con uso recreativo, el tráfico
de Cannabishacia Estados Unidos seguirá ocasionando problemas de seguridad
en la frontera de nuestro país de no ser que el país vecino adopte una política
tolerante hacia el consumo, la venta, transporte y posesión de la marihuana.
Pensar que la legalización de la marihuana terminaría con la violencia del país, es
un extremo. No obstante, el Cannabis es la droga más producida, consumida y
traficada en México lo que nos hace especular, desde el punto de vista
4. cuantitativo, una reducción importante de la violencia, aunque no su exterminio.
Aunado a esto, desde el punto de vista económico, pensemos en el potente
mercado de esta droga.
Sexto.-Actualmente existe un gran desconocimiento en nuestro país de las
repercusiones en el consumo de drogas, según datos de la ENA 08 “El mayor
consenso sobre el potencial adictivo de las drogas se observó para la marihuana
(80.3%) y para la cocaína (75.8%); les sigue en importancia el alcohol (71.2%).
Menor consenso se observó para el tabaco (66.4%), la heroína (60.3%), los
inhalables (56.2%) y los alucinógenos (51.8%) Estos datos señalan la necesidad
de reforzar el conocimiento de la población, haciendo énfasis en los más jóvenes,
sobre los mecanismos de la adicción y el potencial de daño asociados con las
diferentes sustancias.” (ENA08) Tal vez por ello, en una encuesta elaborada por
Consulta Mitofsky en enero de 2009, se registró un creciente rechazo hacia la
legalización de la marihuana en nuestro país “sólo 18 por ciento lo aprobaría,
sobretodo los ciudadanos jóvenes (22%) y más escolarizados (21%).” (Mitofsky;
2009) Por otra parte en el USTODAY de Estados Unidos se publicó la creciente
aceptación del uso legal de la marihuana.
La toma de estas decisiones nos dará efectos distintos, tanto positivos como
negativos, por ejemplo, si se legaliza el consumo y la venta, habría que estimar si
el nivel de consumo aumentaría y si las ganancias fiscales de su regulación serían
importantes para la economía del país como ha sucedido en otros países, por
ejemplo Holanda; o si los efectos nocivos de la droga, en caso de ser marihuana,
son verdaderamente devastadores para la salud como lo ha manejado la opinión
pública.
En resumen podemos advertir que el debate sobre la legalización de las drogas es
necesario, no obstante, su complejidad nos obliga a echar mano de las diferentes
disciplinas científicas para conocer su conveniencia. Existen elementos positivos y
negativos en la legalización de la venta, posesión, transportación y consumo de la
marihuana, pero sin duda habrá que debatir con evidencias científicas. Por otra
parte, es necesario tener claridad para qué se implementaría una política de
tolerancia hacia las drogas, si con ello se pretende bajar los índices de violencia
en nuestro país ocasionado por la lucha al narcotráfico, si se pretende combatir un
problema de salud pública mediante la regulación de las drogas o generar una
entrada fiscal proveniente de los impuestos recaudados por su comercialización,
5. etc. Es decir, deberá quedar claro cuál es el problema real con las drogas en
nuestro país y en consecuencia estructurar una política con líneas de acción
específicas.
No se puede dejar de lado la inevitable creciente demanda de marihuana en
nuestro país y en todo el mundo, que deberá de enfrentarse no sólo con su
legalización, sino también con un programa de información y atención a los
consumidores o dependientes.
Por otra parte, no podemos esperar que el problema de la violencia en nuestro
país se solucione en su totalidad, pues quedará el problema del tráfico de otras
drogas como la cocaína, por ejemplo, que por su naturaleza y efectos perjudiciales
en la salud, las consecuencias mantienen un alto costo social.
Tarde que temprano la humanidad tendrá que aprender a lidiar con los placeres
destructores de las drogas y obligará a abandonar la ceguera sobre el problema
real de las drogas.