1. Preludio II
Déjame cabalgar en tu miedo,
mi anciana ánima escupirá el veneno.
En días profanos, dejemos que el fuego desfile,
y macabros sortilegios mutile.
Y a la luz de los cirios, en la tierra sombría,
bailemos al son del himno invernal,
besemos los senos de la ácida armonía,
ardiente y excéntrico sentimiento infernal,
que junto al placer de tu sonrisa asesina,
adicta caeré en el féretro de este bosque espeso,
cuál codiciada golosina,
en mi eterno luto por un beso.
Y en éste viaje por el limbo,
(te pregunto)
¿quieres huir conmigo?
Fénix